Axe_Blackshadow

21/05/2005 11:09:41

Era III, El Reinado Sangriento de los Jefes de los Gremios

Cuando los Jefes de los Gremios se enzarzaron en discusiones sobre quién debía gobernar la Ciudad, se produjo un gran alboroto y más de uno de los mercaderes más poderosos murió asesinado.
En las calles aparecieron grupos de esbirros uniformados y ostensiblemente armados que escoltaban a sus maestros. Entre altercados, negociaciones y algún duelo ocasional en plena calle transcurrieron dos meses muy conflictivos. Por fin, decidieron que todos los Jefes debían gobernar Aguas Profundas de forma conjunta a través de un consejo. Los nobles de menor rango y muchos ciudadanos protestaron, argumentando que los Señores habían gobernado por derecho propio y por el consentimiento del pueblo, pero ante esto, los Jefes de los Gremios contestaron que los Señores no habían sido vistos desde la muerte de Ahghairon y que, seguramente, siempre habían sido gólems o zombis bajo las órdenes del propio Ahghairon a fin de ocultar su dominio totalitario.
De hecho, los Señores permanecían ocultos y en silencio, y así continuaban.

En realidad, los Señores eran hombres y mujeres de carne y hueso cuyas identidades habían quedado comprometidas a lo largo de los años por culpa de ciertos extraños Jefes de los Gremios que habían ordenado su ejecución a los propios sirvientes (hombres leales y discretos) de los Señores tras la muerte de Ahghairon. Los únicos Señores que habían logrado sobrevivir (aquéllos que habían permanecido en secreto) fueron Beron, un carpintero, y Shilarn, una aprendiz de mago, que se mantenían ocultos y a la espera.

Los Jefes de los Gremios pensaron que todos los Señores de la Ciudad habían sido eliminados y tomaron el poder con mano firme en Aguas Profundas. Los Jefes de los Gremios gobernaron en Aguas Profundas sólo durante seis años, hasta que las disputas provocadas por su codicia desembocaron en un derramamiento de sangre. Las reyertas y algunos asesinatos dieron paso rápidamente a una serie de refriegas callejeras y ataques a medianoche, breves pero virulentos.
Este conflicto, con frecuencia referido por los sabios como “Guerras Gremiales” (aunque nunca llegó a ser tan prolongado o explícito como para denominarlo “guerra” mientras se producía), provocó la muerte de todos los Jefes de los Gremios a excepción de dos, así como la inactividad de los mejores pensadores de la ciudad, el despilfarro o saqueo de gran parte del oro de la ciudad y la confusión de los gremios.

Lhorar Gildeggh, Jefe de los Navieros, y Ehlemm Zoar, Jefe de los Engastadores, fueron los únicos Jefes de los Gremios que sobrevivieron. A pesar de que, con frecuencia, las huestes personales de estos dos desalmados manipuladores se enfrentaban en las calles, las fuerzas de ambos estaban muy equiparadas y ninguno de los dos conseguía imponerse. Finalmente, tras la aparición de muchos cadáveres de ambos bandos en las cunetas de las calles, se cansaron de tanto derramamiento de sangre y decidieron reinar juntos.

Se establecieron dos tronos en el Castillo de Aguas Profundas, pero ambos siguieron sosteniendo feroces discusiones sobre cualquier asunto y la Ciudad se convirtió en un lugar de tensión y miedo. Todos los asuntos, incluso el reconocimiento de los nuevos Jefes de los Gremios para gobernar a los gremios que carecían de cabeza representativa, tenían que presentarse ante los dos Señores Consejeros, como se llamaba a Lhorar y Ehlemm. Pocas cuestiones fueron resueltas en este período.