Landros

27/04/2005 10:08:40

La moderna Zhay fue fundada hace más de 400 años por magos renegados del imperio de
Mulhorand. Estos magos, llamados los Magos Rojos, comenzaron como una sociedad secreta
dedicada a conseguir la independencia del imperio y a crear un reino de magia lejos de la teocracia
del Rey-Dios. En el 922 CV, bajo el liderazgo del Mago Rojo (y más tarde zúlkir) Ythazz Buvaar,
se sintieron suficientemente fuertes como para alzar un ejército y saquear la capital imperial,
Delhumida. Mulhorand respondió enviando un enorme, pero ineptamente liderado ejército, para
aplastar la rebelión.
Las dos fuerzas se enfrentaron en la Batalla de Zhazalhar. Aunque aplastantemente superados
en número, los Magos Rojos destrozaron a las tropas del Rey-Dios con la ayuda de una
poderosísima y misteriosa criatura extradimensional. Los Reyes-Dios de Mulhorand continuaron
reclamando Zhay, pero poco hicieron contra los Magos Rojos. Hoy Zhay todavía se incluye como
una provincia imperial en los mapas publicados en Mulhorand, pero todo el mundo fuera del
imperio lo toma a broma.
Desde los comienzos de la nueva nación, ésta prosperó, conducida por su economía esclavista
y la considerable fertilidad de la tierra. A pesar de una costosa derrota militar en el 934 CV,
cuando una poco fiable alianza de Magos Rojos intento anexionarse Rashemen, la economía de
Zhay prosperó. En menos de un siglo, el número de Magos Rojos había crecido demasiado como
para gobernar eficientemente la tierra. Decisiones importantes se perdían en interminables debates,
magos enfrentándose a magos, hasta que la guerra civil asoló Zhay de arriba a abajo.
Finalmente, los Magos Rojos adoptaron el actual sistema político. Aunque no es
extremadamente eficiente, resuelve la mayoría de los problemas y mantiene el desorden civil bajo
mínimos. Los magos eligen ocho representantes, uno por cada escuela de magia. Estos
representantes llamados zúlkirs elegirán entonces a los gobernantes de cada provincia individual,
las zharkhs. Los zharkhiones y zharkhionesas tienen absoluto poder dentro de su provincia, pero
siempre están sometidos a los zúlkirs, que los pueden eliminar cuando quieran.
Algunos Magos Rojos disidentes pusieron objeciones al nuevo sistema e instigaron a un grupo
de fuerzas a tomar Zhay. Pero en vez de combinar sus esfuerzos, cada uno trabajo para sí,
imaginándose cada uno como el único gobernante de Zhay. Al rededor del 1.074 CV, el último de
estos renegados había muerto. El castigo a los rebeldes era lento y terrible; de hecho, algunos
todavía existen como horribles y decadentes criaturas muertas vivientes que sirven a los
descendientes de sus asesinos.
A pesar del establecimiento de este sistema político, los conflictos entre los Magos Rojos
continuaron con los zúlkirs como agentes de las intrigas de los magos que los elegían y los
zharkhiones intentando escaparse del control de los zúlkirs. El conflicto abierto es considerado
burdo; la mayoría de las luchas entre Magos Rojos son duelos individuales entre representantes de
los magos, o simplemente son resueltos políticamente.
Zhay, o al menos la facción imperialista de los Magos Rojos, ha soñado largo tiempo con un
vasto imperio que comprendiese todo Faerûn oriental. Durante siglos, Zhay ha iniciado muchas
invasiones sobre territorios vecinos, comenzando en el 934 CV con la primera invasión de
Rashemen. Esta ofensiva fue aplastada por el poder mágico de las Brujas de Rashemen, un grupo
que rivaliza con los Magos Rojos en poder e incluso en número. Los zhayinos intentaron
constantemente otras invasiones y elaboraron extrañas tramas, como por ejemplo alianzas con
fuerzas tan malvadas e inestables como los drows o los Tanar’ri, la sumisión de gobiernos
extranjeros mediante el asesinato o el soborno, enormes ejércitos de criaturas no muertas o
extraplanares, o la creación de desastres naturales, como terremotos y terribles tormentas. Aunque muchos de estos planes se han encontrado con un éxito inicial, todos han fracasado debido a las
competiciones y las traiciones internas entre Magos Rojos involucrados.
Una trama atípica fue la invasión de Aglarond que comenzó en el 1.201 CV. El ataque
consistió en un plan conjunto acordado por la recientemente elegida zúlkir de la Invocación
Narvonna Kren (fundadora de la dinastía Kren), el zúlkir de la Ilusión Nymor Zhrul, y Szass Tam,
zúlkir de la Nigromancia (el comandante de una enorme fuerza de no muertos que ya por entonces
era un liche). El plan incluía un ataque frontal masivo por parte de los zombis de Tam contra el
Muro Vigilante, mientras las legiones de Zhrul y Kren se infiltraban por el Bosque Yuir para
atacar a los aglarondanos por la espalda.
Esta atípica alianza tuvo problemas desde el principio. Zhrul y Tam, como representantes de
escuelas opuestas, se odiaron inmediatamente. Narvonna Kren, aún vacilante en su nuevo puesto
de zúlkir, intentó mantenerse peligrosamente entre ambos.
Inicialmente todo fue bien, y el ejército aglarondano de las Hermanas Grises fue rechazado
hasta el Muro Vigilante por los zombis, mientras que un ejército de gnolls, orcos, humanos y
mercenarios se colaba sin ser detectado en el Bosque Yuir, protegido mágicamente por las
ilusiones de Nymor Zhrul. El ataque arrasó a las escasas fuerzas aglarondanas en la región y
avanzó sin oposición.
Pero mientras las fuerzas no muertas de Tam mantenían a los aglarondanos ocupados en el
Muro, y se llevaban la peor parte, la fuerza del flanco, que debía proceder con rapidez y
efectividad, se vio atascada en el Bosque Yuir. Las indisciplinadas tropas se paraban a saquear y
pillajear, y también eran retrasados por las tácticas de guerrilla de los aglarondanos del bosque.
Con el paso de los días el elemento sorpresa se perdió. Las Hermanas dirigieron sus fuerzas para
luchar contra los zhayinos.
Aunque el esfuerzo conjunto y los refuerzos de la fuerza del bosque deberían haber bastado
para conseguir una victoria decisiva, los tres líderes zhayinos comenzaron las disputas, con Szass
Tam acusando a los guerreros de Zhrul de incompetencia y cobardía, y Zhrul clamando que Tam
era responsable de los problemas de su legión. Como contestación, Tam asesinó a Zhrul con un
poderoso conjuro. El ejército de Zhrul se retiró inmediatamente en medio de una gran confusión,
dejando a las tropas de Narvonna Kren sin apoyo en el Bosque Yuir. A estas alturas las Hermanas
Grises pudieron mandar tropas de refresco al bosque. Los no muertos de Tam demostraron ser
demasiado débiles como para abrir brecha en el Muro, y las fuerzas de Kren fueron rechazadas
lentamente y obligadas a abandonar el bosque.
El caos se apoderó de los Magos Rojos mientras se competía por el puesto de zúlkir de la
Ilusión. Szass Tam se retiró a su mansión disgustado. Narvonna Kren, la única de los tres que
había salido del fiasco con su reputación intacta, continuó ampliando su influencia y la de su
dinastía.
Tramas como esta abarrotan la historia zhayina. Una vez tras otra, planes de creciente
complejidad han sido arruinados por la naturaleza caótica del gobierno zhayino y su sociedad. Sólo
durante las últimas décadas han tenido los zhayinos algún éxito en sus ambiciones territoriales e
incluso estos han sido limitados.
En el 1.357 CV, Hargrid Matadiez, zharkhión de Lapendrar, y las fuerzas combinadas de los
zúlkirs de la Evocación y la Conjuración comenzaron una de las más ambiciosas tramas de
conquista en la historia zhayina. Aunque Kossut, tirano de los elementales del fuego, era adorado
en todo Zhay, el triunvirato eligió ignorarlo en la búsqueda de ayuda extraplanar. En su lugar se
aproximaron a Fyzzar, señor de las salamandras y Sultán Marrake de los ifrit. Los zhayinos le
propusieron una masiva campaña militar contra las ciudades costeras de Thasselen, Murbant,
Escalant, Taskaunt, Lasdur y Tilbrand. A cambio, por la ayuda de los elementales, los Magos
Rojos se comprometían a crear un portal permanente al Plano Elemental de Fuego, regalándoles
toda la costa y dando a las salamandras y a los ifrit una base de operaciones en Faerûn. Siempre codiciosos, y queriendo expandir su poder ante los ojos de Kossut, los elementales
accedieron y la campaña comenzó. La operación tuvo gran éxito, con todos los objetivos
principales conquistados en su mayoría o destruidos.
En ese momento, las ambiciones zhayinas se desmoronaron, no tanto por las luchas internas
como por los problemas con los aliados exteriores. Con la mayoría de los objetivos conseguidos y
la costa en manos zhayinas, las salamandras y los ifrit exigieron que el portal fuese establecido
inmediatamente.
“Sorprendentemente” los zhayinos nunca habían tenido la intención de crear el portal, si no
simplemente devolver a los elementales a su plano una vez cumplida la misión. Empujados a una
acción prematura, los zúlkirs intentaron forzar la salida de sus aliados del Plano Material Primario.
Lo consiguieron solo con los ifrit, dejando a las salamandras devastando el Priador.
Encarados con el desastre, los tres conspiradores intentaron pedir ayuda a sus compañeros
Rojos. Szass Tam, ahora el zúlkir más poderoso de todo Zhay, llamó a los componentes de sus
legiones de no muertos (que en ese momento estaban ocupados en una invasión de Rashemen) y
los envió en ayuda del fracasado triunvirato.
La lucha por el Priador (que más tarde fue llamada la Guerra de las Salamandras) duró más de
un año, enfrentando a las feroces salamandras contra humanos zhayinos, gnolls, trasgos y los
muertos vivientes de Tam. La guerra (en la que Hargrid Matadiez murió) terminó cuando el tirano
de los elementales, Kossut, envió a sus propios elementales para combatir a las salamandras,
después de que el hasta entonces desconocido Aznar Zhrul invocase su ayuda. Como resultado, el
culto a Kossut alcanzó en Zhay unas cotas jamás conocidas, y la vida de la nación cambio para
siempre.
Los zhayinos fueron obligados a retirarse de Lasdur y Taskaunt y controlaron Tilbrand solo en
apariencia, pero mantuvieron su poder en las otras ciudades tomadas. Éstas fueron reorganizadas
en el nuevo zharkh del Priador, el cual incluía al viejo zharkh de Bezantur. Tras una corta lucha
por el poder, Aznar Zhrul se convirtió en el zharkhión del Priador después de derrotar a Mari
Agneh, la zharkhionesa de Bezantur. Tuvieron poco tiempo para curar sus heridas de la Guerra de
las Salamandras, ya que una amenaza aun mayor llegó del este: la presentada por la Horda Tuigana
liderada por el arrogante Yamun Khahan. Aunque un pequeño grupo de exploradores tuiganos fue
derrotado por la magia zhayina, el general tuigano Batu Min Ho demostró ser un enemigo mucho
más competente. El 15 de Uktar de 1.359, Batu Min Ho al mando de 4000 guerreros tuiganos se
encontró con los zhayinos a la entrada del Desfiladero de Shar, varias millas al norte de Pyradós.
Después del éxito inicial zhayino, los tuiganos tomaron la iniciativa, masacrando a millares de
gnolls y aniquilando a la orgullosa Legión del Grifo.
Con el destino de Zhay en jaque, Szass Tam cogió las riendas de la situación y ofreció a los
tuiganos un trato. Después de una larga negociación, Tam aceptó proporcionar ayuda zhayina a
una invasión tuigana de Rashemen, a cambio de que La Horda dejase a Zhay en paz.
En la consiguiente batalla de Ashane, los salvajes rashemi y sus misteriosas brujas
proporcionaron a Faerûn su única victoria decisiva sobre los tuiganos antes de que el Khahan fuese
finalmente derrotado en las Batallas del Camino Dorado. La ayuda zhayina evitó que los tuiganos
fuesen exterminados, y el Khahan se retiró a través de Ashanath con la cobertura de los conjuros
de los Magos Rojos.
Los años posteriores a la Guerra Tuigana vieron una competición aún más fuerte entre los
Magos Rojos por el poder, además de varios planes de conquista, algunos de los cuales incluso
llegaron a ponerse en practica.
En los últimos años, al serles negada la conquista directa, los zúlkirs descubrieron que existía
una gran demanda de bienes zhayinos (de objetos mágicos, concretamente) en las ciudades del
Mar Interior. Dado el número de Magos Rojos y la tradición de años de servidumbre como
aprendices y miembros de bajo rango de la organización, éstos vieron que podían movilizar fácilmente a un gran número de magos con el fin de manufacturar objetos mágicos para la venta, y
así vender más barato que otros magos con aspiraciones comerciales.
Este negocio ha pasado de ser una forma conveniente de llenar las arcas de los zúlkirs y sacar
un buen provecho de los aprendices a convertirse en una empresa extremadamente gratificante.
Bajo la dirección de uno u otro zúlkir, Magos Rojos con cierto nivel de inteligencia han ido
fundando enclaves (complejos amurallados o posiciones seguras con aspecto de fortaleza) en las
ciudades faerûnias para abastecerlas con sus objetos mágicos a cambio de las riquezas de una
docena de tierras.
Dado el éxito de los esfuerzos mercantiles y los tradicionales fallos de la conquista bruta,
dentro de los Magos Rojos ha surgido una nueva facción que apoya el comercio en lugar de la
expansión militar. A regañadientes, los zúlkirs liderados por Szass Tam han aceptado cesar durante
un tiempo las hostilidades directas y manifiestas contra otras naciones para ver si el comercio por
sí solo puede servirles para alcanzar sus objetivos. En el 1.371 se ofreció una tregua a Aglarond y
Rashemen, que ambas naciones aceptaron con ciertas dosis de escepticismo. Hasta ahora la tregua
se ha mantenido, con los Magos Rojos respetando su parte, aunque quien sabe lo que deparará el
futuro.