yne

30/04/2005 20:15:31

Los Reinos Olvidados son un mundo eminentemente mágico... la magia forma parte de la propia estructura de Toril tanto como la tierra, el aire o el fuego. Es una fuerza de la naturaleza, de la misma forma que la gravedad lo es. Lo impregna todo, y a su vez es afectada por todo.

Los estudiosos de la magia de los Reinos llaman a ese contínuo, a ese "campo" mágico La Trama. La trama nos rodea, estamos inmersos en ella. Algunos pueden sentirla más que otros. Y de aquéllos que pueden sentirla, se dice que los elfos son los más conectados a ella... porque son realmente parte de ella.

"La Magia no es un poder ociosoo una herramienta que aguarda tus ordenes o tu llamado. Es una criatura viviente, un vigor que impregna el mundo y el aire, y que podemos correctamente llamar como la fuerza vital de Toril. La Magia demanda respeto. La Magia incentiva a la cooperación. La Magia requiere entendimiento. La Magia necesita de la pasión, porque sólo en las emociones puede realmente ser convertida en Arte. La Mágia no es meramente un peón o una fuerza para manipular a tu voluntad o conveniencia, porque hacerlo así es invitar al desastre. La Magia no es un poder. Simplemente es."
Itiirae, Alto Hechicero de la Corte de Cormanthor, en el Año de los Sueños (10 DR)
[Extraído de Cormanthyr, Empire of the Elves, p.123]

Esta cita sintetiza, con la gracia y la fuerza típica de los elfos de antaño, los sentimientos de los elfos hacia la magia. De todas las razas que tienen acceso a ella, la élfica es la que más sutilmente ha llegado a comprender la naturaleza de la magia. Se dice comunmente entre los elfos que mientras los hechiceros humanos usan el poder de la Trama, los elfos son en realidad parte de ese poder.

No todas las razas de Toril tienen acceso directo a la Trama. Elfos, humanos, semielfos y gnomos son quiénes típicamente tienen entre sus integrantes a verdaderos hechiceros. Estos hechiceros son capaces de recurrir a las energías y la fuerza de la trama, creando efectos físicos o mentales según su deseo. Estos efectos se hallan bien investigados, así como los pasos necesarios para producirlos... lo que no se comprende del todo es el mecanismo por el cual la energía de la Trama se transforma en esos efectos.

Con horas de estudio y la guía adecuada, un mago modela en su mente los patrones necesarios, memorizándolos, y así almacena en su cuerpo la energía que esos patrones necesitan para ser liberados en forma de un conjuro o encantamiento.

A diferencia de los hechiceros, los sacerdotes de Toril no memorizan patrones. Un sacerdote confía en el poder de su deidad, y en su dedicación y devoción para que su deidad escuche sus plegarias. Cuando un sacerdote solicita un conjuro clerical a su deidad, está pidiéndole que dicha Potencia deposite en él la energía necesaria.

Esto es lo que los sacerdotes hacen cuando meditan y hacen sus plegarias diarias. Solicitan a la potencia a la que veneran que les conceda los conjuros, la energía en la forma apropiada, para ayudarles durante el día. Usualemente, si el sacerdote es fiel a sus creencias, sus plegarias son escuchadas, y reciben la respuesta deseada. La deidad manipula la Trama, y almacena esa energía en la mente y cuerpo de su seguidor, concediéndole a éste el control de la misma.

Pero la trama, aún con su estrecha vinculación al mundo material... o tal vez debido a ella, no puede mantenerse a si misma. Necesita que alguien "cuide de ella". Requiere de una conciencia, de una fuerza sintiente que la cuide, la fortalezca y regule sus procesos... En Toril, esta entidad es la diosa Mystra, llamada también La Dama de los Misterios, Nuestra Señora de los Encantamientos.

La misón de Mystra es proteger a la Trama, ser parte de ella y a la vez cuidar de ella. Mystra, en cierto sentido, es la trama. Cada uso de la magia en los Reinos Olvidados la afecta, y a la vez es afectado por ella. Pero el poder de la Dama es demasiado grande para ser sostenido por ella sola, y a su vez, ella necesita depositar parte de sus responsabilidades en otros seres... por eso las comparte, tanto con seres mortales como con otras deidades.

Azuth, el Maestro de la Hechicería, es quién más cerca está de Mystra. Es su maestro, y a la vez consejero, amigo y aprendíz. La magia de los elfos es sutil y diversa, y su uso está en manos de Corellon Larethian, quién es el jefe del panteón élfico, Señor de la Magia, el Arte, la Guerra y los Elfos. La magia adivinatoria está bajo el cuidado de Savras, el que todo lo ve, de la misma forma que la necromancia es dominio de Velsharoon. La ilusión estaba bajo el control y supervisión de la diosa Leira, pero ahora ha caido en manos de Cyric el Loco.

Mystra tiene en el mundo mortal muchos seguidores, y algunos de ellos gozan de una relación especial con ella. Son sus Elegidos. Los elegidos son seres de larga vida, ya que no envejecen. Se hallan al servicio directo de la Diosa, y casi todos son hechiceros de gran poder y valor. De todos ellos, el más conocido es Elminster de Shadowdale, pero también son Elegidos de la Dama Khelben Arunsun, el Archimago de Waterdeep; Las Siete Hermanas y Lady Nouméa.

Aparte de los Elegidos, hay un ser especial entre los mortales, un campeón de las Artes mágicas, el más fuerte de los hechiceros al servicio de Mystra. Se le conoce como el Magister.

Todos los seguidores de la dama, sean estos mortales especialmente bendecidos o sean sus sacerdotes y miembros del clero, tienen la responsabilidad de hacer de Toril un lugar mejor, usando sus dones y poderes como vean conveniente, respetando el Balance.

Mystra es venerada principalmente por hechiceros humanos, pero también los es por elfos, semielfos, gnomos y todas las razas que usan el Arte. Muchos tienen la concepción de que se trata de "una diosa de los humanos", pero en realidad, Mystra está más allá de las continuas rencillas entre las razas de Toril... de la misma forma que la Magia lo está.

Muy poca gente de Toril no conoce la existencia de la magia, y si bien para muchos es fuente de temor y superstición, en la mayoría de las ciudades la hechicería no está mal vista. La magia esgrimida por sacerdotes goza de la misma confianza o desdén que la fe de esos sacerdotes.

Aún así, los hechiceros pocas veces inspiran confianza... son seres esquivos, muchas veces manipuladores, que juegan con poderes más allá de la comprensión de los mortales. Y a muchos hechiceros no les preocupa esta imagen, y de hecho activamente la cultivan, porque de esta forma mantienen distancia con la "gente común".

Mystra rara vez juzga el uso de la Magia... y sólo en las más desesperadas o aberrantes circunstancias tomará medidas contra un usuario de magia. Ella cuida del Balance, y considera que la mejor manera de hacerlo es dejar a todo el mundo hacer lo que desee... Y aún cuando decide intervenir, suele hacerlo sólo a través de sus sacerdotes o templos... reservando a sus Elegidos para las tareas más difíciles o más peligrosas.