Dilvish

26/11/2007 12:55:08

[size=18:6a16df688f]La Destrucción de Vado de la Daga.

Capítulo I "Desesperanza".

[i:6a16df688f]Luntar el herrero, Goryn el panadero y Hank el mozo de cuadras se agolpaban ante la Puerta Sur de la ciudad de Vado de la Daga.

A su alrededor, miles de ciudadanos cargados con todo aquello que habían podido rescatar de sus casas pretendían abandonar una ciudad asediada por varios enemigos y en la que los alimentos empezaban a escasear.

-"¡Malditos guardias y paladines... acaso no ven que aqui dentro estamos cayendo como moscas!".- gritó Goryn, y sus palabras fueron secundadas a gritos por la multitud.

-"¡Abrid las puertas... ¿no veis que nuestros hijos estan muriendo de hambre?".- gritó también una anónima voz de mujer.

Luntar miró a sus tres compañeros y a sus familias. Siempre había sido fiel a su ciudad, primero con Proust, luego con Corwin y ahora con Willhem... pero nunca hasta este momento su familia había pasado hambre. Orcos, drows, lagartos... había empuñado su espadón contra todos ellos por el bien de Vado de la Daga, pero ahora era diferente. Ya no quedaba esperanza alguna. Con gesto sombrío se agachó y recogió una piedra del tamaño de su puño, echó el brazo hacia atrás y la lanzó contra un escudero del Fénix que defendía la Puerta Sur.

Empezaba la revuelta.
__________________

Willhem, gobernador de Vado de la Daga, Indreth Luna Alta, Comandante del ejército y Sir Jeremias, Gran Maestre de la Orden del Fénix observaron el principio de la batalla campal que comenzó en la Puerta Sur.

Liderados por Jame X, la guardia y algunos de los miembros de la Orden del Fénix intentaban retener a la multitud sin dañarlos... algo casi imposible tratándose de la turba enfurecida y con el único objetivo de salir de la ciudad.

Indreth miró a Willhem y a Jeremias antes de actuar y recibió dos mudos asentimientos cargados de pesar. Desenvainó su espada y la alzó haciendo una seña que sus hombres reconocerían de inmediato.

La Puerta Sur se abrió dejando paso a una marea humana que se dispersó por el campo. Libres... pero sin nadie que les defendiera.

Indreth no esperó más y en total silencio bajó a los cuarteles para revisar los últimos detalles antes de la batalla. Esa noche el liche sería destruido.
__________________

Luntar, Goryn y Hank atravesaron las puertas y salieron a campo abierto, entre los miles de habitantes que abandonaban una ciudad diezmada por la plaga. Con sus niños cogidos de la mano, los más pequeños en hombros, comenzaron una larga marcha por el Camino del Comercio.

De improviso un punto rojo en el cielo les alarmó.

En pocos segundos un terror como pocos habían sentido antes paralizó sus corazones mientras el dragón rojo se acercaba veloz a sus numerosas presas. Hank, que hacía pocos días había sentido ese mismo miedo en sus huesos sobre las murallas de Vado de la Daga, tuvo la suficiente presencia de ánimo para mirar directamente a la enorme criatura que inflaba sus pulmones con el fin de carbonizar a unos humanos tan estúpidos para salir a cubierto.

Antes que pudiera hacerlo, varias decenas de flechas destrozaron su cabeza cegándole y haciéndole caer al suelo con estrépito.

Liderados por un elfo de rostro impasible, los Batidores de Vado de la Daga habían aparecido. Quizá, por fin, hubiese alguna esperanza.[/i:6a16df688f]

Breogan

26/11/2007 14:11:39

Jame X miraba a lo alto de la torre donde el Gobernador y demas mandatartios observaban la escena.

(A que esperaban para dar la Orden de abrir las puertas). sabia que muchos no lo lograrian, pero de quedarse dentro ninguno conseguiria salvarse.

Se alegro al ver la señal y el mismo ayudo a los soldados a empujar las puertas.

Ordeno a la infanteria que protegiese la salida de los evacuados hasta los bosques mas cercanos.

En esos momentos aparecieron varios dragones inflingiendo el terror y miedo entre los ciudadanos que salian de la ciudad, La batalla fue corta pero intensa .Mientras los Batidores al mando de su capitan protegian la retirada de los civiles .
La infanteria y varios miembros de las dos Ordenes de paladines y muchos de los enrolados voluntarios y varios Arcanos a las Ordenes del Capitan Ohr.Abatian a los dragones poniendo en fuga a los pocos que salieron con vida

La columna de refugiados salio de los bosque y protegidos por los batidores continuaron su exodo hacia el sur.

Despues de oir el toque de llamada a consultas de los Oficiales el Capitan Jame Junto con Ohr se dirigio al Castillo , para recibir las nuevas Ordenes para el combate final

Jame X Capitan Infanteria Vado de la Daga.

elfrances

26/11/2007 15:09:42

*Aunque la cara de Kian no reflejaba ninguna emoción, a su mente se agolpaban visiones de terror, desesperanza y huida, recuerdos que jamás podría borrar de su memoria... recuerdos del éxodo que también presenció en la ciudad de Arabel, en su amada Cormyr...

sabia que lo que estaba ocurriendo era, simplemente, el lógico final de una cadena de sucesos. No habia marcha atrás. El caos, el desgobierno, la anarquía... a pesar de los esfuerzos, el pueblo de Vado no veia a su guardia, ni siquiera a la Orden del Fenix, que habia acogido en la Ciudadela a los enfermos por la plaga, como sus defensores y protectores. No. Los veian como unos incapaces, y no deseaban dejar sus vidas en manos de unos incapaces.
Era lógico que pensaran asi. La inoperancia gobernaba la ciudad desde hacia mucho tiempo.

Pero tambien sabia lo que iba a ocurrir, cuando las gentes de Vado huyeran en tropel, sin hacer caravana y desprotegidos, de la ciudad. Muchos serian asesinados, robados, y saqueados... Familias enteras quedarian destruidas, mutiladas...
Y de los que llegaran a otro lugar civilizado por sus propios medios, deberian empezar de cero, en un lugar extraño para ellos.

Sí, conocia bien esa situación. Ya la habia visto en Arabel... Aunque alli, gracias a la eficacia de las autoridades cormytas, se habia podido formar una caravana escoltada, y gracias a ello, sin duda, se salvaron muchas vidas. Pero esto no era Cormyr, por desgracia... era Vado, y los gobiernos no eran iguales...

Kian se encontraba en la Puerta Sur, junto los caballeros y escuderos de la Orden del Fenix que se hallaban defendiéndola, y la Guardia.
Cuando vio acercarse la turba, y al ver que comenzaban a increparlos, echó una mirada hacia las almenas, donde se encontraba Sir Jeremias.
Se entendieron con una mirada.
Ante la primera piedra, que impactó en el escudo de un escudero de la Orden, Kian habló con voz clara y fuerte:*

- "Miembros de la Orden del Fenix, no alceis los escudos ni empuñeis las armas! Haced pasillo.Dejad pasar!"
(este no es asunto nuestro, no tenemos potestad. Si los habitantes quieren marcharse... Veamos como actúa la Guardia...)

*Kian no pudo evitar un gran alivio al ver que la Dama Indreth ordenaba abrir las puertas. La angustia de esas pobres gentes, de vivir atrapados, habia terminado, al menos, momentáneamente... Nunca se sabe cómo reaccionan los hombres en momentos de desesperación.

Comenzó a rogar a Torm, mientras veía la gente desfilar hacia la salida, para que todos llegaran a salvo, adonde quiera que fueran. Aunque sabia bien que era pedir demasiado.
Y se cercioró muy pronto. Tan pronto como oyó los gritos provenientes del sur de la muralla, y aquel punto rojo que se abalanzaba sobre los civiles, calcinando a varios.
Cuando Kian estaba a punto de desenvainar y dar la Orden a los suyos de avanzar en pos del dragón, éste ya habia caido, atravesado por multitud de flechas. Al menos, pensó, hay una cosa en Vado que sí funciona. Su ejército...

Kian soltó la mano de la empuñadura de la espada, y ordenó a dos escuderos que fueran hasta allí a ofrecer ayuda a los heridos, aunque temía que no fueran recibidos con amabilidad. Les dijo que si se mostraban hostiles, regresaran a la ciudad sin insistir demasiado.

El pueblo ya no confiaba en ellos, y, en parte, era culpa suya. Kian comenzó a pensar en todo lo que estaba por venir... nubes oscuras nublaron su mente. La Triada clamaba justicia. Y el filo de sus espadas debia ser el veredicto.*

Netzaj

26/11/2007 16:32:42

[i:e0f85e7b20][b:e0f85e7b20]La intranquilidad se hacia cada vez más visible en el Gran Maestre, su mente pensaba a velocidades de vértigo, buscando una rápida solución a la huida descontrolada de los ciudadanos de Vado.

Una mirada de Jeremías a Wilhem, hizo presagiar al Gobernador que una acción por parte del primero se iba a llevar a cabo en breves momentos.

El Gran Maestre descendiendo ágil y velozmente, tanto como su entrenamiento de años le permitia, se dirige a la puerta sur, junto a su mano derecha Sir Kian y colocando una mano en su hombro y mirándolo fijamente le dice lo siguiente:

*Cuando la tristeza invade los corazones y la desesperación se adueña del alma, cuando el dolor se apropia del espíritu, y la funesta oscuridad apaga todo posible halo de luz... lo mejor es meditar, recapacitar, y retomar el camino ya andado, luchar por vivir digna y felizmente. Esa debe ser la meta de todo ser humano y nosotros vamos a luchar por ello, por los ciudadanos que ahora nos rechazan y por la ciudad que nos acogió, años atrás.

Se que lo que te voy a pedir te parecerá extraño y que el pánico ante mi acción va a surgir entre los ciudadanos que huyen sin control rumbo a una posible muerte, pero hay que hacerlo y en mi recae el peso de esta decisión que ahora tomo y te ordeno.

Escoge a los caballeros y escuderos más diestros en el arte de la equitación y contigo a la cabeza, galopa presto tras los ciudadanos huidos, como si de ganado se trataran rodealos y guialos aunque sea obligandolos a seguir un rumbo que tu marcaras, ponles a salvo, en los bosques, donde es más complicado que los localicen, a pocos kilómetros de vado hay cuevas, usalas.
Cuando los tengas a todos reunidos, trasmite mis palabras, tranquilizales, explicales la situación y hazles comprender que huir alocadamente solo les llevará a la muerte, ofreceles entonces guiarles hacia alguna de los protectorados de Vado, Giliam o Fuerte Liam, allí estarán protegidos, al menos por un tiempo y regresa con tus hombres a Vado, junto a mi.

Parece algo descabellado, pero con esta acción espero evitar muertes, ahora mismo son presas fáciles para cualquiera.

El resto de caballeros de la orden seguiremos protegiendo la ciudad esperando tu pronto regreso.

Que la Triada me perdone si me equivoco, suerte en tu misión Kian.*

Dicho esto, Jeremías regresa rapidamente junto al gobernador y la consejera de guerra y mirando a esta última la dice:

Te pido mi señora, que ordenes a tus arqueros que cubran el cielo de flechas, mis hombres salen de misión, salen a salvar vidas. *señala a los ciudadanos que huyen alocadamente* intentaran guiarles a lugar seguro, con la ayuda de la Triada y la vuestra, llevarán a estas indefensas gentes asta alguno de los protectorados de la ciudad, luego regresarán a apoyarnos*[/i:e0f85e7b20][/b:e0f85e7b20]

elfrances

26/11/2007 17:18:54

*tras oir las palabras del Gran Maestre, Kian se cuadró*

- "sí, mi señor! podeis confiar en mi"

* Después de que sus ojos y los de Jeremias se perdieran de vista, Kian no pudo evitar esbozar una sonrisa. Podian ser diferentes, pero Jeremias era un gran hombre, un buen lider, sabio y justo, y se alegraba de recibir una orden asi. Aunque pudiera parecer impetuosa, eran paladines, y no se perdonaría a si mismo tener luego grabada a fuego en la memoria la vision de familias enteras muertas, en mitad del camino, presenciar un paisaje de desolación por el camino del comercio...

Kian comenzó a gritar las órdenes:*

-¡Escuderos, mantened vuestras posiciones y esperad las órdenes del Gran Maestre, o de un Maestre!

-¡Caballeros, todos, id a buscar vuestros caballos, en formación en 10 minutos fuera de las murallas de la puerta sur! Ya habeis visto lo que ha ocurrido con ese dragón en cuanto han salido, asi que.. vamos! Tomas y Kerfen! vosotros tambien!

* Frente a todos los caballeros de la Orden del Fenix, que esperaban ansiosos sus órdenes, ya montados en sus caballos, Kian anunció: *

- "sabeis tan bien como yo que muchas de esas pobres gentes no llegarán muy lejos si no les protege nadie. Habeis visto que son pasto fácil del enemigo, y de demás engendros que pululan hoy por los caminos que van al Sur. El dogma de la Triada nos conmina a impedir que eso ocurra! Vamos a escoltarles y protegerles hasta un lugar seguro.
Hemos de rodear esa caravana de refugiados. Quiero una separación de 15 pies entre cada uno de vosotros, rodeandolos. Si os increpan, insultan, o rechazan, haced caso omiso, y seguid mis ordenes.
Me habeis entendido? En marcha! "

*Al alcanzar la caravana, no muy lejos, la maniobra se hizo efectiva.
Kian observó el recelo de la gente. Los niños corrieron a refugiarse junto a sus madres, que, instintivamente, se apelotonaron en el centro, mientras que los hombres se mantenian, desafiantes, en la parte externa del círculo, observando a los caballeros, y blandiendo los machetes, arcos, espadas y bastones que tenian por armas. Uno de ellos habló:*

Campesino: "Qué quereis ahora? Queremos marcharnos! No nos lo podeis impedir!"

Kian: " No es nuestra intención. Siempre hemos deseado velar por vuestra seguridad, solo eso. Pero la gente de Vado es gente libre, podeis hacer lo que querais "

C: "qué haceis aquí entonces? largaos! no os necesitamos!"

K: "de veras? y quien os dice que no volvera a atacar otro dragon? o una partida de orcos? kobolds? drows? quien sabe?
Escuchad todos! *dijo Kian alzando la voz* No hemos venido hasta vosotros para imponeros nada. *Kian sabia que habia de ser muy diplomático en ese aspecto* Sois libres de ir donde queráis, simplemente, estamos aqui para garantizaros que llegueis a vuestro destino, que el viaje no os sea peligroso! ¿A donde quereis ir?

*hubo unos instantes de silencio. Como Kian imaginaba, ni siquiera tenian un rumbo fijo. Cada una de esas familias desearia ir a un lugar concreto, a casa de familiares, de amigos, a un lugar desconocido a comenzar una nueva vida...*

K: "escuchad esta recomendación, pues solo es eso. Vosotros decidireis despues. No estáis en condiciones de hacer un viaje demasiado largo todavia, debeis organizaros, preparar víveres, tener una hoja de ruta... Una caravana organizada.

Las opciones más asequibles serian que os instalarais un tiempo, bien en las numerosas cuevas que hay a varias millas de Vado, o instalar un campamento en el Protectorado de Gillian o en Fuerte Liam.
Las cuevas están más cerca, pero son lugares sombrios, húmedos y frios, donde los más débiles, ancianos, niños, mujeres encintas... podrian enfermar. Además, primero deberiamos inspeccionar si no hay seres hostiles instalados en ellas, y desalojarlos.
En cambio, en Gillian o Fuerte Liam, os acogeria el calor de la camaraderia y de la hermandad, conceptos por los cuales seguro que sentís nostalgia... Tendrias sitio para instalar un campamento, hasta que decidierais, premeditadamente, lo que quereis hacer. ¿qué os parece?"

*comenzó una acalorada discusión entre los hombres, con lloros de niños de fondo.
Finalmente, el panadero, que parecia el lider de aquella gente, se avanzó y dijo:*

-"No os falta razón, Sir Kian. El ataque del dragón así lo demuestra. Aceptamos que nos escolteis hasta Fuerte Liam, pero eso y solo eso, entendido? No aceptaremos ningún tipo de orden "

*Kian asintió*

Kian: Por supuesto. *sonrie* (esta gente es orgullosa hasta el fin... voy a echar de menos esta ciudad... su gente...)

¡Ciudadanos de Vado, Caballeros, en marcha! a Liam!

*Kian se puso al frente de la caravana, para divisar cualquier posible peligro. Los caballeros se dispusieron tal y como habia ordenado.
Mientras la improvisada caravana se ponia en marcha, Kian se alegró de estar donde estaba, de hacer lo que estaba haciendo. Le hacia sentirse un poco en paz consigo mismo, aliviaba su pesar. No deseaba nada más que divisar Liam, saber que estas buenas y pobres gentes se encontraban ya en lugar seguro, y regresar a Vado con el resto de sus camaradas, donde pronto se libraria una feroz batalla contra las fuerzas del Mal.
Y no podia faltar. Se lo debian al pueblo de Vado. Sus espadas debian impartir justicia. Esa idea no dejaba su mente.*

potasa

26/11/2007 17:23:21

[i:a5d24bae73]El escudero sujetaba fuertemente su escudo, con un rostro sereno pero unos ojos llenos de tristeza. Desde los alto de la muralla, observaba como era abiertas por fin las puertas de la ciudad y como los ciudadanos se disponian a huir alocadamente.

Sin duda habian sido unos meses duros, demasiado dolor demasiado sufrimiento en el dia a dia del paladin, que cansado nunca se sentia realizado. Siempre habia algo que hacer y el cansancio era ya un diario compañero, pero no podia desfallecer, el desanimo no podia ser una posibilidad. Debia continuar luchando.

Ahora esa misma gente se marchaba, ya no les transmitian seguridad, les habian fallado, al menos eso era lo que el sentia.
El no analizaba los motivos en aquel momento, tan solo intentaba mantenerse sereno en la sutacion mas dolorosa de su vida. [/i:a5d24bae73]

Sh0No

26/11/2007 21:16:21

Shono caminaba a través de uno de los muchos bosques que rodean Vado en dirección a la ciudad cuando, al acercarse a la puerta sur, escuchó jaleo detrás de las murallas. No era el ruido de una batalla ni mucho menos, así que en forma de pantera se agazapó detrás de los arbustos que limitaban el bosque, limitándose a esperar a ver que pasaba. Escuchaba a gente gritar y quejarse hasta que, de repente, las puertas se abrieron y un gran barullo de gente salió de entre las murallas.

(Era de esperar, pocos ciudadanos querrían quedarse encerrados en una ciudad con la suerte de Vado, aún así, saliendo en masa en todas direcciones no correrán mejor suerte que quedándose dentro)

Entonces, alguien soltó un grito y al alzar la vista pudo ver algo que se precipitaba sobre la multitud. El immenso dragón caía en picado con el fuego ya saliendo entre sus dientes mientras de un salto el druida salía de entre los arbustos y volvía a su forma al tiempo que preparaba un conjuro. Antes de que llegara a lanzar nada, docenas de flechas surcaron el aire para clavarse en la cabeza del dragón, tirándolo al suelo. Los batidores habían jugado sus cartas y habían protegido a la ciudadanía.

(No es momento para entrar en la ciudad ahora, pero no pienso quitar los ojos de la muchedumbre mientras sigan en campo abierto)

Y volviendo a su forma animal más ágil y sigilosa siguió al grupo paralelamente entre los árboles.

ArkasLynvail

26/11/2007 22:39:32

El olor era terrible, sus ojos la escocían y el pequeño trapo que llevaba siempre encima de la nariz poco la ayudaba. La multitud de cadáveres se amontonaba en los rincones de las calles, unos chamuscados y otros envenenados por la plaga.

Aligeró el paso con intención de alejarse lo más rápido posible de los cuerpos apilados y pronto se encontró con el motín en la Puerta Sur. En el instante que fué a preguntar a una mujer que agarraba a sus dos enfermizos niños la inmensa puerta se abrió y la multitud salió a toda velocidad, empujándola y llevándola a los exteriores. Mientras miraba hacia atrás no pudo otra cosa que maldecir por todo lo que había ocurrido, la ciudad estaba decrépita, una ciudad que para ella había tenido muchas posibilidades y un futuro prometedor, pero todo se había estropeado.

El rugido del dragón rojo la saco de su ensimismamiento y rápidamente conjuró una barrera que la protegió contra el fuego, no sucedió lo mismo con la multitud apiñada a su lado, que gritaba despavorida mientras sus cuerpos ardían.

Corrió hacia la ladera más cercana mientras el dragón la seguía, pensaba que tenía al dragón encima cuando el suelo retumbó hasta casi tirarla al suelo, el dragón al caer derribado había destrozado los árboles cercanos y lo terminaban de rematar el cuerpo de batidores de Vado.

Aún asi, la mujer no se paró y siguió su camino hacia el sur con pesar, hacia otra ciudad.

Arxaon

26/11/2007 23:41:13

La ciudad se veía perdida. De hecho, hacía tiempo que no veía posibilidad alguna de salir adelante, pero quería convencerse a sí mismo. Quería convencerse de que podía ayudar a la gente de Vado a seguir su vida normal, conservar sus casas, su familia... No quería defraudar al pueblo.

Quizá en otras circunstancias habría optado por evacuar la ciudad al completo, pero después de que Corwin les devolviera sus hogares y lo que habían luchado por recuperarlos, no se veía con derecho a privarles de ellos. Ahora sabía que había cometido un grave error. Quizá tal responsabilidad se le hacía grande. Sabía que debería almenos haber propuesto la retirada mucho antes y no habría muerto tanta gente. Habrían conservado sus vidas o sus familias en lugar de perderlas por defender un hogar ya perdido.

Wilhelm alzó la mirada y, tras unos segundos, abrió los ojos para observar a los ciudadanos ansiosos por salir de la ciudad. Echó una ojeada a Vado, destrozada por los continuos ataques, y volvió a mirar a la multitud, apesadumbrado. "No merezco vuestro perdón... por haberos obligado a soportar semejante dolor" pensó.

El ajetreo aumentaba... la guardia mantenía a la gente dentro de las murallas esperando una orden para dejarlos salir. Indreth miró hacia Jeremías y Wilhelm esperando una confirmación. "Sed libres de este lugar... que poco más puede aguardar ya que muerte y desolación" pensó de nuevo el monje, mientras asentía a Indreth.

Las puertas se abrieron y los ciudadanos salieron a toda prisa.

Wilhelm suspiró, al parecer más aliviado, pero no había caído en que al salir de la ciudad se exponían al peligro. Vio cómo el dragón se abalanzaba en picado hacia sus presas, absorbiendo aire mientras bajaba. Se preparó para saltar de la muralla, pero no le hizo falta. Apenas le había dado tiempo a reaccionar cuando el suelo tembló estrepitosamente. El dragón había caído.

Wilhelm no pudo evitar sonreír al ver a los batidores y paladines partir para defender a esa gente.

"No descansaremos hasta que todos y cada uno de ellos esté a salvo." pensó.

mancebo

26/11/2007 23:48:40

Al recibir la pedrada en pleno pecho el rostro de Tómas se inundo de asombro, su cuerpo se paralizo y a su mente no cesaron de llegar pensamientos contradictorios

(que estamos haciendo...defendemos la ciudad o luchamos contra el pueblo...esta gente solo quiere huir, es su derecho)

Tras un par de minutos de incertidumbre las ordenes del Gran Maestre llegaron de voz de Sir Kian y volvieron a dar un nuevo sentido a lo que acontecia en aquellos momentos tan tensos. El escudero cogio su caballo y salio a las puertas a cumplir las ordenes

Blues

27/11/2007 01:03:43

Paskinel esperaba agazapado,hacia rato que escuchaba el tumulto que se habia formado detras de la puerta sur de Vado y hacia señas a los batidores que permaneciesen ocultos y preparados.
Los primeros ciudadanos empezaron a salir,carretas cargadas de enseres y numerosas personas empezaron a llenar el valle.

Desde mi posicion podia ver todo claramente y no paso desapercibido un gran Dragon rojo cayendo en picado hacia la multitud.Con un ligero gesto ordeno disparar y multitud de flechas silbaron hacia el dragon.Una carreta salio ardiento debido al aliento de la criatura pero su cuerpo cayo muerto al lado.

La gente empezo a murmurar mientras Paskinel y los batidores se dirigian hacia ellos.Sir Kian hablaba con alguno mientras otros se alejaban del dragon que yacia en el suelo.
Paskinel se subio al cuerpo del dragon con gran agilidad y se quito la capucha.

"Ciudadanos de Vado de la Daga,escuchadme un momento"

La gente seguia murmurando y aunque alguno habia prestado atencion,la mayoria estaba absorta con el dragon o intentando apagar el fuego de la carreta.

Sin variar un apice el gesto lanzo una flecha que hizo explotar la carreta en mil pedazos.Cacerolas y sartenes salieron volando y de repente todos callaron y me miraban incredulos.

"Ciudadanos de Vado de la Daga,veo que ahora me escuchais eso esta bien porque lo que voy a decir no voy a repetirlo"

La gente miraba al elfo atonita,pues hablada encima del dragon que acababa de abatir.

"Si quereis llegar a Baldur sanos y salvos solo teneis una posibilidad,el camino esta repleto de dragones como el que ahora yace bajo mis pies.
La unica manera de llegar vivos a Baldur es hacerme caso y seguirnos a los batidores.El que quiera venir con nosotros que coja lo indispensable,agua,comida ,ropa ,monedas y joyas y dejen lo demas,solo lo que puedan llevar encima pues nos espera una larga travesia a pie,la segunda cosa que debeis saber es que no quiero escuchar ningun ruido en la travesia.Y la tercera y ultima cosa es que quien no venga conmigo morira"

Paskinel se deslizo por el cuello del dragon hasta aterrizar gracilmente ante la muchedumbre alli apostada,se paro un instante mirando aleatoriamente a los presentes sin ninguna expresion en el rostro,"partire al atardecer asi que daos prisa en coger lo necesario"

Despues de esto se acerco al resto de Batidores.

Burgg

27/11/2007 13:44:46

[i:afd60e2a55]Desde una colina cercana a la puerta sur Klauzherion observaba la masa de ciudadanos furiosos, clavada la espada en el suelo bien protegido con su escudo a la espalda. El yelmo ocultaba su rostro a la vez que lo protegía de cualquier cosa y una vista perfecta desde la colina para ver todo lo que ocurría en la puerta sur.

Al abrirse la puerta vió a la turba como avanzaba para salir de la ciudad, hasta que apareció encima de la cabeza del caballero Klauzherion el dragón rojo, sorprendido se cubrió con su escudo este pasó de largo y vió como la lluvia de flechas caía sobre la cabeza del ser escamoso, algunas flechas perdidas impactaron contra el escudo del hombre, después de ver caer al dragón cogió su espada y se puso en pie.

Y volvió a dirigir su mirada hacia la caótica ciudad.[/i:afd60e2a55]

Dilvish

28/11/2007 17:28:41

[i:ccd82b9b99]Los dos grupos de refugiados de Vado de la Daga, liderados por Paskinel y Kian respectivamente, se unieron dos o tres leguas fuera de la ciudad.

Los métodos de ambos eran distintos, pero una misma motivación les unía en esa hora de necesidad... salvar a aquellos inocentes.

¿Serían capaces de salvar sus diferencias en aras del bien común?[/i:ccd82b9b99]

Cormarion

28/11/2007 20:24:50

Desde el patio de la ciudadela donde consolaba a los enfermos le llegó el sonido del tumulto que estaba teniendo lugar en el centro de la ciudad. Temiendo que sus peores presagios se hubieran hecho finalmente realidad salió a la carrera hasta llegar a la ciudad.

Los ciudadanos estaban a las puertas de sus casas llenando sus carretas con sus enseres, con el miedo en sus ojos, y la premura de la desesperación. Todos, desde el más noble mercader hasta el más humilde campesino, se preparaban para abandonar la ciudad. Era un revuelo. Jeanna trató de preguntar a varias personas pero fueron bruscos con ella y la llegaron a increpar. Ya nadie reconocía la autoridad de la Guardia ni aceptaban la palabra de los aliados de la ciudad. La temida hora del ¡sálvese el que pueda! había llegado.

Se dirigió a los Archivos de la ciudad, preocupada, pues no había tenido recado del Gran Archivador, y temía que si no encontraban las respuestas fallarían total e irremisiblemente. Franqueó las puertas de los Archivos y se encontró ante un panorama desolador. El suelo de la gran sala estaba cubierta de pergaminos y tomos tirados a su suerte en un apresurado abandono. Nadie salió a atenderla, nadie quedaba allí.

- ¡Gran Archivador! Maese Kaplan, ¿hay alguien?,- gritaba mientras recorría los pasillos entre las estanterías medio vacías hasta que se detuvo al escuchar un sordo sonido de libros que caían.
- ¿Quién queda en el Archivo? Necesito encontrar al Maese Kaplan,- giró un pasillo y encontró una sala pequeña donde debían guardar la recaudación de las tasas.

Daga en mano y con una bolsa en la otra, se abalanzó sobre la paladina una sombra. Jeanna se zafó del lento movimiento, envolviendo con la capa el arma del maleante y dejándolo desarmado. Reconoció por las vestiduras del individuo que se trataba de un funcionario de los Archivos.

- ¡No me hagas daño! Tengo que huir de la ciudad y necesito el dinero para pagarme un pasaje en el barco. Toda mi familia ha muerto, mis amigos, muchos compañeros...

Cogiéndolo por la pechera y empujándolo hasta la pared le inquirió por el Gran Archivador y por qué no estaban los registros de la ciudad.

- Aún hay tiempo para dar cuenta a la justicia. Vamos, contesta. ¿Donde está Maese Kaplan y el resto de los registros de la ciudad?
- El Gran Archivador... -con voz temblorosa ante la mirada de furia que le escrutaba-... murió. Murió y fue visto vagando hacia el camposanto a unirse a la llamada de los no-muertos.
- ¿Y los registros? ¿Dejó algo para la Orden del Fénix?
- *Balbuceando* El día que apareció enfermo, dejó dicho que se salvará todo lo que se pudiera, que fuera enviado a Puerta de Baldur ya que tenía buena amistad con el Gran Lector. Se empacaron con urgencia pues un barco zarpaba esa misma noche.
- ¿Y los asuntos pendientes?. ¡Por lo más sagrado!, *golpea con un puño la pared*
- No sé, quizás... su despacho, su agenda, no sé nada más, por favor, déjame ir, tan solo quiero salir de la ciudad, *echa a llorar* por favor te lo imploro...
- *gruñido* Vete, vamos, corre, vete pero antes dime tu nombre.
- *Se limpia las lágrimas con la manga* Patrick, me llamo Patrick señora, no soy una mala persona, por favor, estaba desesperado.
- Bien, yo soy Jeanna de Archelon, recuerda el nombre Patrick. Ahora huye a Puerta de Baldur. Tal vez necesitemos encontrar esos registros algún día.

Dejó ir al muchacho, y apesadumbrada se dirigió a la pequeña sala donde encontró sobre la mesa la agenda de Maese Kaplan. Buscó las últimas entradas y peticiones de registros solicitadas por Sir Kian y por ella misma.

- F-4. Caja F-4. ¡La caja ha sido enviada a Puerta de Baldur en barco! ¿Cómo vamos a encontrar el nombre del clérigo ahora? *voz en grito que resuena con eco en la estancias* Alvarr Defey era el caballero caído, pero el clérigo tenía el Tomo con el Ritual de Atadura. ¿Cómo lo encontraremos ahora?

(Perdido, todo está perdido)

- *Coge la agenda* He de comunicar la mala noticia a la Orden.

Abatida llegó hasta el distrito sur...

Haldyr_Gorcan

28/11/2007 20:53:08

[i:2973e76273]El rostro de Paskinel era impasible, insondable.Parecía no reflejar las emociones que corrían por su sangre elfa.El mediano llevaba dekhanas con ese pensamiento en su cabeza.

Mer era de los pocos que conocía bien a Paskinel, pues , desde que sus vidas se cruzaron alla en un campamento de campaña ,en la montaña de Gilian, compartieron destino en muchas incursiones, luchas y buenos momentos.

Se giró de nuevo a mirar a su capitán.Mantuvo un rato la mirada y recordó la crudeza de la batalla que se libro por la ciudad de Vado contra un ejercito de invasores orcos.Un escalofrío volvió a recorrer al mediano que raudo, levantó la mirada hacia camino desde las murallas de la ciudad.

No era la primera vez que tenía esa sensación,ni era la primera vez combatían en una gran batalla.

Mer: Los batidores están preparados, señor.

Paskinel: Gracias Mer, seguid ocultos y mantened las posiciones.

En ese justo instante la gente de Vado empezaba a abandonar la ciudad..Querían salir de la una ciudad para ellos maldita, al menos después de todos los males acontecidos allí.

Craso error, pues al poco tiempo, un punto apareció en el horizonte...
Un gran dragón rojo volaba amenazante hacia las gentes de vado.

Paskinel alzó el brazo y los batidores y arqueros se prepararon sin dudar un instante.Tensaron sus arcos apuntando a la bestia y Pas .

Pas: Atacadle a la cabeza. Será mas facil abatirlo...

Y tras unos segundos que se hacían una eternidad , bajo el brazo.

Entre todos lanzaron un rápido ataque, que sorprendió al dragón que volaba confiado hacia los aldeanos.Cegado, cayó finalmente contra el suelo cerca de las primeras carretas.

Paskinel se dirigió a las gentes qara que entendieran que solo queríamos protegerles y que confiaran una vez mas en ellos.

solo era un presagio de lo que finalmente pasaría.

El suelo retumbó, producto de el gran estrepito del cuerpo de la sierpe[/i:2973e76273]

Piconsi

03/12/2007 21:35:50

En una cueva cercana a la ciudad, una mujer imploraba de rodillas en el suelo, musitando en voz baja, dibujando extraños símbolos en las piedras que la rodeaban con algo parecido a la sangre.

"Oh Tiamat, mi señora, desacraliza esta cueva, llénala de tu poder, hazla tuya con una parte de tu presencia. Otorga a tu humilde sierva un lugar donde poder rendirme ante tu grandeza. Que este lugar quede totalmente en tus manos, al igual que todos aquellos que lo pisen para venerarte. Tu Profetisa necesita un lugar donde proclamar mi devoción y entrega, profana esta cueva para mi y extiende así tu gloria y tu poder por este mundo".

Tras varias horas en trance, Annath cayó rendida al suelo, empapada de la sangre de cachorro plateado que habia estado utilizando.

Cormarion

18/12/2007 00:04:58

Cuando llegó al distrito sur, la gente se agolpaba en las calles apiñadas en dirección a las puertas abiertas formando una larga marcha, en la que infantes llorando en brazos de sus hermanos mayores, ahora huérfanos, abandonaban la ciudad en éxodo.

El dolor de aquella escena la golpeó en el pecho al recordar las plagas sufridas en Cormyr. En la distancia, a los pies de la muralla, pudo ver al Gran Maestre Jeremías, con una mano sobre el hombro de Kian. Respiró hondo, se aserenó, y se dispuso a llegar hasta ellos, en el momento en el que el sol se oscurecía eclipsado por un gran dragón rojo.

El dragón fue abatido por una lluvia de flechas, y para cuando llegó a las murallas, Kian al frente de una parte de los miembros de la Orden, había marchado a lomos de Astariel, su montura celestial, para salvaguardar la caravana de refugiados, y según, le dijeron, junto a miembros de los batidores al mando de Paskinel. ¡Que Torm os proteja!

Se presentó ante el Gran Maestre cuadrándose a la espera de órdenes y recordando las palabras de Sir Arthur.

- ¡Valor y Honor!

Dilvish

01/02/2008 21:56:31

//Fin de la escena. Mil gracias a todos por participar.

1saludo