Dilvish

26/11/2007 21:42:57

[size=18:4869c17ae9]La Destrucción de Vado de la Daga.

Capítulo II "Derrota y desolación"

[i:4869c17ae9]Indreth Luna Alta miró a su alrededor con el corazón convertido en una piedra, casi incapaz de latir. A su lado Jame, Ohr y unos pocos miembros de la Infantería y la Guardia Arcana, descansaban en la entrada del palacio cubiertos de sangre propia y de los enemigos.

El plan parecía perfecto, sobre todo después de descubrir una grieta que permitiría a los zapadores del ejército crear un acceso nuevo hasta el cementerio. Una vez allí buscarían al liche y los paladines aliados de Vado de la Daga destruirían al líder no-muerto, valiéndose de la sorpresa y de su fe.

Pero nada salió como estaba previsto y los no-muertos les estaban esperando. Las palabras del liche, reconocible por una corona astada que ceñía su cráneo descarnado, aún resonaban en la mente de los supervivientes:

[color=orange:4869c17ae9]"¡Insensatos!... ¿acaso pensabais que podíais sorprender a un Dios?... ¡ahora morireis a mis manos y compartireis el destino de vuestros compatriotas aqui enterrados para servir a mi Señor por toda la eternidad!... ¡la Corona os dará una nueva vida... venid a mi, venid a mi, venid a mi![/color:4869c17ae9]

La elfa de la luna recordó su breve duelo con el liche en compañía de Willhem, Sir Jeremias y el resto de la Orden del Fénix... nada más empezar el combate descubrieron que su adversario era mas de lo que ellos solos podían dominar y el gobernador ordenó la retirada.

Farben regresó de inmediato para comunicar las malas nuevas.

-"Indreth... más de dos tercios del ejército ha caído... algunos incluso ya caminan por las inmediaciones del cementerio como no-muertos al servicio de la Corona...".- dijo el mediano.

-"¿Sabes algo del gobernador?".- preguntó Indreth.

-"Nada. Temo lo peor, amiga."

Durante unos minutos, los supervivientes guardaron un respetuoso silencio en la entrada del palacio de Vado de la Daga. De repente las puertas se abrieron y Willhem entró en el palacio. Detrás de él la Orden del Fénix le guardaba las espaldas... no todo estaba perdido.
__________________

Paskinel guió a los refugiados de Vado de la Daga por el Camino del Comercio hasta Fuerte Liam. En ese poblado fronterizo pensaba encontrar el refugio suficiente para poder volver a la ciudad con sus Batidores en ayuda de Indreth y el resto del ejército.

Sir Jeremias, Gran Maestre de la Orden del Fénix, le había cedido su hacienda para acoger a los heridos e incluso, preparar desde allí la defensa de Fuerte Liam si fuese necesario. Además un grupo de caballeros de la Orden, al mando de Sir Kian, servirían como tropa pesada en caso de necesidad.

Sin embargo, una columna de humo le advirtió de que el camino no había hecho más que comenzar.[/i:4869c17ae9]

Breogan

26/11/2007 22:51:00

El plan era audaz, pero bueno
Desesperado ,pero bueno
Intrepido .pero bueno
Valiente,pero bueno

Segun explico el comandante Indreth,la infanteria junto con los voluntarios harian un ataque contra las puertas del cementerio ,tendriamos que dar la impresion que el ataque iba en serio y que lo haciamos con todas las fuerzas.

Ese momento seria aprovechado por un grupo de elite formado por los Paladines del Fenix , el comandante e incluso el propio gobernador.
para colarse por las entrañas de la tierra y sorprender por la espalda al Liche responsable de la peste y los no muertos

Entonces.........si era bueno ,por que no salio bien

La batalla en las puertas fue feroz .Las hordas pestilentes de no muertos
acompañados de azotamentes ,semiliches,esqueletos y demas causaron estragos en nuestro ejercito pero lo mas frustrante era ver como nuestros caidos se levantaban y volvian sus espadas en nuestra contra.

Mi esperanza era que los que estaban atacando al jefe de todos aquellos apestosos tuvieran mas suerte que nosotros.

Llegado cierto momento el ejercito de no muertos nos dio la espalda y se volvio a encerrar en el cementerio.

Ordene entonces la retirada orando a los dioses para que el plan hubiese funcionado.


Jame X Capitan de Infanteria de Vado

Blues

27/11/2007 01:34:16

"Ya es la hora señor"
"Gracias Mer"

Paskinel y los batidores se disponian a partir y la mayor parte de los ciudadanos estaban tras el.Veia entre ellos algun niño y eso parecio alegrarle un instante,hacia mucho que no sentia esa sensacion.Tambien Sir Kian y algunos Paladines de la orden del Fenix nos ayudarian en la larga marcha que nos esperaba.

"Bien pues en marcha y ni un ruido a partir de ahora"

Era de noche y la luna estaba oculta entre nubes negras una gran hilera de gente se movia por entre los arboles ,lejos del camino en el que una carreta avanzaba rapidamente,no todos habian decidido seguirnos.
Una fina lluvia empezo a caer mientras subian por la antigua colina gilian,cuando llegaron arriba Paskinel hizo parar el grupo.

Una gran columna de humo se distinguia en la noche,el olor a cenizas le llegaba claramente y provenia de fuerte liam esto alteraba los planes,no podriamos tener descanso hasta Tirodarco y para entonces ya habra amanecido.

La fina lluvia seguia cayendo y tras hablar con el resto de Batidores y Sir Kian decidimos seguir adelante hasta que amanezca.

Arxaon

27/11/2007 17:21:29

Ante sus ojos podía ver la sonrisa pérfida del liche al verlos aparecer por la grieta. Tras él, multitud de no-muertos emitían sonidos guturales y se giraban para observar a los imprudentes mortales.

Wilhelm esperó junto a los paladines la señal de Idreth para actuar. Entonces, sonó la estruenda voz del liche, intimidante, provocadora... pero, para su sorpresa, no solo ninguno de sus adversarios desvió su mirada, si no que el odio hacia ese ser se reflejaba cada vez más en sus ojos mientras asían con fuerza sus armas y su respiración se hacía más fuerte.

El brazo de Indreth se alzó y guió al grupo hacia la batalla. Los gritos de carga sonaron con fuerza y los zombis de las primeras filas empezaron a caer con rapidez. Los cadáveres podridos caían por decenas... pero por cada uno de estos, aparecían más de refuerzo.

El liche disfrutaba viendo cómo el cansancio de los atacantes se hacía presente, veía próxima su victoria.

Su paciencia se agotó cuando descubrió que nadie se iba a dar por vencido y el líder muerto decidió actuar. Comenzó a murmurar unas palabras y estiró sus brazos hacia un grupo, que cayó al suelo inconsciente. Si no hubiese sido por su fe, habrían muerto en el acto.

No había posibilidades de salir victoriosos. Si permanecían allí acabarían perteneciendo a la colección de figuras andantes del liche. Sólo quedaba una opción. "¡Retirada! ¡Retirada!". Las voces de retirada seguían sonando mientras algunos retenían a los muertos para que los demás ayudaran a los heridos a volver.

Wilhelm había atraído la atención del liche para evitar que se concentrase en el grupo principal. Su resistencia a la magia le había permitido aguantar hasta ahora, pero la furia del liche ante la poca eficacia de sus conjuros aumentó su furia y, con esto, la potencia de sus ataques. La magia empezó a surtir efecto contra el monje, que ahora se veía indefenso. Wilhelm miró hacia la grieta. Parecía que todos estaban a salvo. Unos cien metros le separaban de allí. Unos segundos y estaría a salvo junto al resto.

Justo cuando empezaba a moverse, un dragón de hueso lo pilló por sorpresa y lo apresó con su cola mientras apretaba con fuerza para romperle las costillas.

Un destello de luz hizo que el dragón se echase hacia atrás y aflojase su cola, con lo que el cuerpo del monje se deslizó y cayó... sobre otra criatura. Pero esta criatura estaba viva. Era un caballo blanco. Wilhelm miró al jinete y, con una sincera sonrisa, dijo: "Muchas gracias... Althiem".

Pixydixy

27/11/2007 21:04:06

Los girones de humo se mezclaban con la neblina, y la fina lluvia caia sin cesar, abajo, en el suelo, las proximidades del pantano se hacian cada vez mas pequeñas.

Continuo alzando el vuelo, con un gesto feroz, ironico. Mostraba los colmillos en un intento de sonrisa. Allá al frente, donde debiera estar la ciudad, tan solo se atisbaba caos y destruccion. Muerte.

Extendio las alas manteniendose a buena altura, entrecerro los ojos y continuo observando, desde la lejania. Una distancia prudencial pero suficiente. Entonces profirio un gruñido.

Un semidragon de menor tamaño, pero tan negro como el, se persono inmediatamente a su lado.

- Señor, que desea?

- El momento se acerca, las tropas deben estar listas, encargate de ello

Al oir las ordenes, el hibrido desaparecio dejandose caer en un vuelo picado, rapido. Su congenere, permanecio en el aire, con la mirada fija en la ciudad.

Lentamente desenvaino un sable enorme, de una factura sin igual, extendio el brazo hacia el frente, con la punta del arma en linea recta, y musito unas palabras.

- Ha llegado tu momento. Ya eres mia...

Piconsi

03/12/2007 22:24:34

El sueño de la Profetisa habia sido profundo y reparador. Su pequeña capilla estaba terminada y consagrada a su diosa. El altar, tallado con los huesos de una dragona plateada, se encontraba en el centro. El craneo de la hembra formaba un foco de poder en la superficie del mismo, con el símbolo de la Reina de los Dragones grabado en su frente, y en ambas cuencas oculares se sostenian dos cuencos metálicos donde poner componentes materiales, realizar ofrendas o quemar sustancias que aclaraban su mente para interpretar sus profecias.

La batalla estaba muy próxima, casi podia sentir desde ese lugar apartado la calma que precede a la tempestad. Annath habia elegido con cuidado la fecha, aprovechando una conjunción de astros para favorecer sus rituales y plegarias. El resultado de la batalla era indudable, pero ella queria conocer los pormenores incluso antes de que ocurrieran. Su Señora se encargaria de mostrar a sus ojos cualquier fallo que pudieran cometer, para asi prevenirlo.

Cogió el corazón que habia arrancado con sumo cuidado a la cría aun viva de la dragona plateada, y lo dejó sobre uno de los cuencos. Habia sido una gran suerte encontrar a una plateada tan débil, y que ademas tuviera una cria en su cubil. Sin duda habia sido voluntad de Tiamat, y era un signo de que la Némesis de los Dioses le sonreía.

En el otro cuenco, dejó una mezcla de hierbas que habia estado guardando para este momento. Su combustión lenta producía un humo soporífero, que le ayudaría a alcanzar el estado de concentración necesario para conseguir sus videncias. Esta era una mezcla secreta que sólo utilizaba en contadas ocasiones, y era la última bolsita que le quedaba.

"Oh mi Señora, que el metal de este cuenco sacrílego se caliente lo suficiente para que las hierbas desprendan su humo" Musitó levemente y el metal del cuenco comenzó a calentarse.

A medida que el ambiente se enrarecia, Annath iba sacando sus instrumentos. Con una daga ceremonial y un rictus de dolor, se dibujó a base de cortes el símbolo de su diosa en su abdomen desnudo. No le preocupaban las marcas ni las cicatrices, el poder de la Némesis las curaría más adelante. Se cortó en ambas palmas, y cerró los puños por encima del corazón del cachorro metálico, exprimiendose a si misma, dejando caer cinco gotas de sangre con cada una de sus manos... Una por cada uno de los colores de su deidad.

Acto seguido, extrajo dos redomas. Ambas eran componentes muy especiales, potenciados mediante diversas plegarias que habia formulado en dias previos. La primera era un obsequio de Cortiam, uno de los adalides de su Fe que mas la habian impresionado. En ella se guardaba parte de su aliento, ácido corrosivo de gran potencia. La segunda esperaba no tener que usarla.

Derramó el ácido sobre el corazón del cachorro, que empezó acto seguido a hervir y disolverse, mientras comenzaba su cántico...

"Oh Reina de los Dragones, la más poderosa de los dioses, aquella cuya progenie está destinada a gobernar Toril. Señora indiscutible del Aire con tu terrible vuelo, el firmamento se haya en conjunción para concluir tu venganza. Soberana de la Tierra, que podrias arrasar con tus invencibles huestes, tu ejercito se haya dispuesto para proclamar tu Gloria y Grandeza. Creadora del Fuego a través de tus fauces, hoy tu progenie iluminará tu nuevo reino con su aliento. Ama del Frío, y por lo tanto Reina de los Elementos, tu Imperio, nacido a partir de esta batalla, no tendrá fin".

Ya en trance, su propia mano se extendió de forma automática para untarla con la masa semiliquida e informe resultado de la corrosión del corazón y llevarla a su boca, donde la engulló con deleite a pesar de su horrible sabor.

"Nemesis de los Dioses, acude a mi llamada, llena mi necesidad y otorgame tu poder. Que mis ojos sean tus ojos, que mi mente alcance a comprender una parte de tu grandioso plan divino. Déjame contemplar como tu Gloria y tu Grandeza se extienden más allá de cualquier amenaza o peligro, permite a esta sierva ver el alcance de tu poder sobre Toril y enséñame como transcurrirá la batalla del Vado de la Daga. Deseo observar como cambia de nombre y se convierte en el Vado del Dragón".

Tras la plegaria, Annath lanzó unos huesos al aire, recordando como habia disfrutado mientras separaba los huesos del cráneo de la cría metálica para este momento. La posicion de los huesos al caer, junto a la comprensión divina y el efecto de las drogas, la ayudarían a esclarecer el futuro.

Ella era La Profetisa de Tiamat, y éste era el poder que su Señora le habia otorgado.

Dilvish

01/02/2008 21:56:59

//Fin de la escena. Mil gracias a todos por participar.

1saludo