Andriu_ZGZ

01/12/2007 02:01:56

[i:7463d75830]Llevaba varios Narbondel en menzoberranzan, no sabía si sobreviviría a aquellas calles, donde arañas y drows circulaban sin mirarse los unos a los otros, así lo había establecido la reina araña.
Las miradas de las hembras eran constantes sobre mí, percibía su mirada lasciva en cuanto yo mismo podía ser objeto de sus mas perversos pensamientos.
No dude en pararme en el mercado y contemplar los productos que allí se exponían.
Se fijo esta vez en mí, una hembra, probablemente sacerdotisa, no dudo en acercarse, no dije nada, pero en mi cabeza circulaba la idea de una noche de deseo y tortura.
Al fin y al cabo el destino de un Varón era salvo por derecho o gloria la satisfacción de cualquier hembra o matriarca.

Me toco el mentón, quizás viendo si reaccionaba, busco insignias y cicatrices o algo que me identificase con alguna casa.
No encontró nada, soy un descastado, mi madre era una paria violada y desprestigiada que tirada por los suelos, maldijo su vida tirandose desde uno de los terraplenes que bordeaban la ciudad.

Ahí quede yo, al cuidado de un duergar foraneo, que no tardó en hacerme su esclavo bien pasado los años cuando yo ya podía empuñar un martillo.

Logré escapar y en mi huida supe lo que verdaderamente me esperaba en la ciudad.
La oportunidad de ser un drow de provecho y ser utilizado por una casa o bien, ser un mendigo en las humedas y oscuras calles de menzoberranzan.

Mi aspiración es ser un maestro de armas e ir a la academia de melee magthere y formarme como uno de los mejores.

Si no han acabado conmigo antes, aunque todo cambio cuando uno de los oblodra se cruzo en mi camino.

Y el destino cambio.[/i:7463d75830]

Andriu_ZGZ

05/12/2007 20:50:00

[i:032cc03be1]La mirada de la sacerdotisa era tan tenebrosa como la de un diablo, su rostro maléfico y el comportamiento que por costumbre suele ser despiadado para los varones que no le agraden en demasía supone arriesgarse a lo peor de la sociedad drow.

Me quedé mirandola, aun así, supo fijarse en mi aspecto y note un aire de superioridad que nunca había visto en una drow.

Ya había participado con ella en la exploración de los tuneles colindantes de menzoberranzan, era muy hábil, lo cual aproveche para aprender de ella, aunque realmente sus habilidades en el combate no eran compatibles con mi destreza con las armas y mi habilidad para la esquiva.

Supo encargarse bien de las drañas, por mi estupidez se me ocurrió acercarme siendo un novato a acuchillar a esas bestias, pero su magia poderosa me dejo fuera de combate.

Cuando desperte todo era consternación e ira, la sacerdotisa estaba furiosa, no estaba acostumbrada a que sus varones cayesen derrotados, la furia de la drow fue tal que aun tuve suerte de no ser azotado allí mismo.

Durante la exploración me vi acompañado de otro varon, de aspecto fuerte, un poco más corpulento que yo, vestía de armadura y empuñaba lo mas parecido a un sable, aunque de lejos solía utilizar una ballesta ligera.

La exploración duro uno o dos narbondeles, creo, pero aun así se me hizo eterna, la sacerdotisa jugaba con nosotros, eramos meras marionetas para ella, no eramos especiales, aunque quizás, se haya fijado en mí.

Nunca se sabe, al otro varon lo tengo como rival y creo que los dos formamos parte del juegua de la sacerdotisa de la casa oblodra.

Varios narbondeles después pude comprobar que fue así, la sacerdotisa nos reunió a mí y al otro drow en una estancia de carroña de trasgo dentro de la casa oblodra, el objetivo era acabar con todo lo que se movia, tanto el otro varon y yo luchariamos por ver quien era valido, quien era el deseado de la sacerdotisa y favorito para entrar en la casa oblodra.

Luchamos contra decenas de trasgos que se agrupaban en los corredores, muchos chillaban al vernos, supongo que sabían a lo que les había llevado a estar allí, otros se enfrentaban sin la menor oportunidad, fue entonces en una estancia vacia, cuando el otro drow aprovechando que estaba con la guardia baja me apunto con la ballesta.

Solo percibi el asentimiento de la sacerdotisa, de esa sonrisa melévola que les caracterizaba cuando algo les iba a satisfacer en gran medida, y es cuando senti el roce al girarme.

Un virote de Ballesta rozó mi cuello, me giré rapidamente y vi la cara del otro drow que por traición me había disparado por la espalda, aquella traición la pagaría con su sangre.
Eso es lo que queria la hembra drow, una lucha por el mejor de los drows combatiendo entre si, empuñando mi Kukri me abalance contra él.

La lucha estuvo muy nivelada, el otro drow mas corpulento, atizaba con fuerza, mi escudo no dejaba de recibir golpes y por un momento no veía salida a aquella afrenta.
El instinto que desde pequeño me había echo sobrevivir en menzo salio de mí con fuerza aproveche su guardia baja para emboscarle con habilidad por el flanco, aun así era un rival duro, invoque mis poderes drow para crear oscuridad alrededor del él lo que me permitió poder golpearle con mas facilidad.
Eso agrado a la sacerdotisa, que vió como al fin derrote al otro varon que cayo al suelo.

- Estupido!, acaso quieres matarle.

Esas fueron las palabras de la hembra oblodra al ver al otro varon tendido en el suelo, su habilidad en sanar fue aprovechada y reestablecio al otro varon que hizo una reverencia por el trato recibido.

Todo iba a terminar ahí hasta el inicio de las pruebas para acceder a la casa, salvo que la drow no reparó en ponernos al corriente de como debíamos de tratarla como es debido.
Nos obligo a cogernos de las manos y mientras nos sujetabamos ambos drow nos fue azotando los brazos hasta que la piel se desgarraba por el efecto del látigo. Los dos apretabamos los dientes para aguantar el dolor, nuevamente la lucha entre los varones por salir lo menos dañados posible se diludio de nuevo, tirando de entre nosotros para evitar el mayor numero de azotes posible.
Al terminar, la cara de satisfacción de la sacerdotisa drow y el escozor de sus unguentos era lo único que sentiamos.

La tortura de ser Varon en menzoberranzan estaba al orden del día. los descastados deambulaban sin rumbo por las calles de la malvada ciudad mientras que los elegidos, los que habían pasado las pruebas para pertenecer a las casas y sufrido los juegos maléficos de las sacerdotisas; recibían mejor trato si eran válidos y el sacrificio si no lo eran.

A lloth me dirijo para estar en el grupo privilegiado de los válidos.[/i:032cc03be1]

Drex'ler.

Andriu_ZGZ

07/12/2007 17:59:11

[i:783969a43e]La sala estaba repleta de nobles de la casa, archimagos, sacerdotisas y soldados que vigilaban la entrada a las estancias.

Pude pasar allí tan solo dos veces por el momento, una vez acompañado de la sacerdotisa de la casa y esta vez con una nota de recomendación.

No dude de pasar a la sala y dar mis respetos a la matrona que con un gesto de aprobación tan solo permitió que me fuera. La influencia de las hijas de esa casa era fuerte, el sometimiento de los varones es mucho mayor de lo que pensaba. Quizás los archimagos, escondidos tras sus vestimentas y gracias a su mágia y su poder, habían podido esquivar las costumbres que tan arraigadas estaban entre las hembras y los varones.

Me despedi de la matrona caminando hacia atras como me había indicado la sacerdotisa, hasta que llegando a un grupo de la propia casa, me giré de frente con seguridad.
Atravese un corredor y llegue a otra gran sala, buscaba la estancia donde se realizaban las pruebas de los guerreros para entrar en la casa. Mi sorpresa fue tal que hallé la zona de entrenamiento. Mi dirigí al centro de la estancia y no había nadie entrenando.

Fue en ese momento cuando una voz me alertó de que alguíen estaba detrás mía.
Era un drow fuerte, quizás un poco más alto que la media, llevaba las insignias de la casa y por su vestimenta y su edad parecía que era un oficial de alto rango.
Axel, era el nombre del capitan de la guardia de los oblodra, nos presentamos y enseguida dió cuenta de mi aspecto y mis pretensiones.

No dudo en perder parte de su tiempo en darme algunos consejos y prepararme para las pruebas de la casa.
Cuando un drow da un consejo o realiza una preparación , es mejor tener al lado un buen unguento y algo de vendas, por que siempre se necesitan, las lecciones van acompañadas de golpes y es una forma de curtir al aprendiz.

Me llevo a la taberna de Menzoberranzan donde en una zona de la arena se probaban a los guerreros, me indico que pasase y saliese vivo, como si fuese una exigencia, me estremecí pero avancé con seguridad.

El orco iba enfundado en un semblante de fantasma, era dificil darle, pero él atizaba bien fuerte, me alcanzo varias veces y apunto estuve de caer.

Fue Axel quien intervino.

- Te falta fuerza, pero sabes donde hay que dar.

Y derribando al orco, Axel acabó con su vida.

La confianza en un drow es una utopía en esta sociedad, cualquier drow es enemigo de otro, y cualquier drow amigo puede ser mañana tu enemigo.
Dar la espalda a un drow supone caer de frente muerto. El capitan Axel ya me lo hizo conocer un par de veces atacandome por la espalda en un momento desprevenido y advirtiendome sobre la confianza en la sociedad oscura en la que vivimos.

Al final, me dejó en la taberna, dijo que nos volveríamos a ver y no pude resaltar una sonrisa de satisfacción por ello.

Drex'ler.[/i:783969a43e]

Andriu_ZGZ

09/01/2008 00:09:24

[i:78894c229c]Todo menzoberranzan estaba conmocionado, la caida de las casas era un echo y algo había echo sobresaltar la estructura de caos que reinaba en la ciudad.
Me había quedado poco, muy poco, para poder ser alguien en la ciudad, pero el infortunio, la avaricia de algunos y los entresijos de la poderosa nobleza de la ciudad habían permitido que volviese a mi origen como un descastado más.

Con el poco dinero que había ganado, volvi a mi lugar en la taberna, los sicarios se mezclaban con los mercenarios y no era raro ver a supervivientes de las casas que buscaban refugio en la parcial neutralidad que ofrecia el recinto.
¿habían muerto todas las sacedotisas?, ¿Habían caido los capitanes y maestros de armas en las casas?.

Nada se sabía, los rumores se extendieron como un reguero de sangre serpenteando una pendiente, las noticias volaban con la misma rapidez que un contemplador petrificaba a un incauto y los susurros se oían al mirar a cada uno de los que te rodeaban.

Me desplacé hacia el mercado, sabiendo que mis vestiduras apenas significaban nada, llebaba todavía la pústula regalo de la majestuosa sacerdotisa, cuya vida hubiere deseado que se consumiese, aun así, aun guardaba temor hacia ella, pero no sé si habiendo sido desposeida de su cargo en la casa, vagaría con toda su altanería por el mercado y los lugares públicos de la ciudad de menzoberranzan.

Hable con el mercader, cuando una nota se me hizo llegar, fue un encapuchado, nada anormal en la ciudad si no fuese por que apenas se digno a decir palabra alguna. Me entregó la nota y se fue, en ella por sorpresa me daba instrucciones de las cuales, había varias y entre ellas me aconsejaba el retoque de mi vestimenta.

Ninguna firma, ningún remite, hice caso de lo que ponía, salvaguardaba mis intereses y ni mucho menos ningún detalle había que pasar por alto.
Cambie mi vestimenta según las instrucciones, y me di cuenta de un simbolo al final de la nota.

No repare más y me aparte del mercado, es cuando vi una figura delante de mí, no dijo nada, su casco no dejaba delatarle, pero empecé a sospechar de que podía ser alguien conocido.
Cuando me dispuse a revelar su identidad y utilizar el saludo como un método, una hembra se acercó, dijo necesitar ayuda para reconocer la ciudad.
Tarde un poco en reconocer la voz del drow que se dirigió a contestar a la hembra.
No cabía duda que era la voz del capitan de la guardia oblodra, se dirigia a la hembra con respeto como correspondía a un varón y me deje llevar, sabiendo de la habilidad de la espada de este drow y de su especial disciplina.
No dudamos en ayudar a la hembra, aunque sabedores de que no fuese realmente noble, no arriesgamos nuestros brazos en ser molidos a latigazos y así pues nos adentramos en los tuneles.

El capitan tomaba las decisiones en cada momento, yo solo obedecia, al fin y al cabo era lo que sabía hacer hasta ahora.
La hembra tenia más miedo de nosotros que nosotros de ella y ello me supuso relajarme durante todo el recorrido.

AL volver a la ciudad, entablé conversación con el capitán de los antaño oblodra, sabedor de la perdida del cargo, Axel tan solo era un mercenario esperando la incorporación en una nueva casa.
Una espera que yo tambien realizaba, cortada tal vez con la proposición del maestro de armas que me llevó a sopesar ciertas decisiones que había tomado con anterioridad.

Cuando me marche volví a mirar la nota, me fije en el simbolo.

No cabía duda, era de otra casa diferente.

Drex´ler[/i:78894c229c]

Andriu_ZGZ

19/01/2008 02:10:25

[i:bb298c185a]No andaba muy seguro por aquella casa, no era de tan alto rango como la recientemente destruida casa Oblodra, pero habían ganado fuerza después de la caida de dos de las casas mas fuertes de Menzoberranzan.
El ir y venir de los varones, soldados y alguna que otra sacerdotisa que me miraba de reojo con sonrisa maliciosa era constante. Era como si la casa se preparase para la guerra para una intervención o algo parecido.

No había conseguido encontrar a ese espía del que me hablaron en la guardia, tenía el miedo de perecer por inútil por haber fracasado en la entrega del documento cuyo pacto era la inmediata entrega de una insignia de la propia casa.

Mi futuro en la casa oblodra del que era aspirante se desvaneció como el humo de los vapores de un caldero y todos a cuantos había conocido salvo al capitan Axel o bien habían muerto o bien se habían refugiado en lo más oscuro de la ciudad.

Llegue a la casa de Agrach Dyrr con la experanza de abrirme un hueco en el oscuro mundo de las intrigas de las casas nobles y me di cuenta de que no era lo suficientemente hábil para poder destacar en aquel lugar.

Fue cuando una vez dentro note la presencia de alguien que me resultaba familiar.

El mago se me acerco y me examino de cerca, es posible que estuviese mirandome y revisando mi estado físico, quizás para asegurarse de que seguía entero después de los últimos acontecimientos.

Más tarde nos reunimos con otro mago, parecía más un aprendiz pero enseguida ví que tenía las mismas ansias de destacar que yo.

Tenía que ser él, pero no estaba seguro, el mismo mago que me encontro en el mercado y con el que había empezado a recorrer los túneles de menzoberranzan.
La idea de que fuese él hizo que esbozase una sonrisa, aunque anteriormente en todo momento no hablaba, tan solo se comunicaba con el lenguaje de gestos que solemos utilizar habitualmente los drow.

La encomendación de la casa Agrach Dyrr fue una expedición para la investigación de una incursión duergar en la zona. Me sentí alegre al ver que el mago de la casa contaba conmigo y nos comento que deberíamos conseguir un explorador para poder lleguer con seguridad y sin sorpresas a detectar la expedición duergar.

Si la tarea daba resultado mis papeletas para entrar con buen pie en esa casa serían perfectas, ya no sería un hijo de paria, sería un hijo de la casa.

Dejaría de ser un descastado.

Drex'ler[/i:bb298c185a]

Andriu_ZGZ

29/01/2008 00:57:02

EL DESAFIO DE LA INSIGNIA.

[i:1564ca7476]Discurríamos por largas habitaciones del piso superior del recinto de la escuela de guerreros de Melee maghtere. A mi lado, otro drow seguía el mismo camino, sudabamos ambos, pero los dos sabíamos que llegado el momento deberíamos de aprovechar la oportunidad y llevarnos el trofeo.
Su cara era desconcertante, no hacía unos instantes le había salvado la vida, pero su cara tenía el rostro de la malicia incrustada y era cuestión de tiempo en saber durante cuanto tiempo me seguiría siendo leal.

No hacia tanto que acepte confirmar mi presencia en la prueba, eramos varios los que obtabamos a la graduación, varones con mas o menos experiencia aceptaron el desafío de probar su valía y conseguir la codiciada insignia que daba el privilegio de poder acceder a los túneles exteriores de las afueras de menzoberranzan y ser reconocidos en las casas más populares de la ciudad como futuros guerreros al servicio de las mismas.

Un grupo no muy numeroso ya había llegado al piso superior, las escaleras no eran numerosas, asi que el acceso era rápido y con poca dificultad. El grupo entre los que me encontraba yo, traspasó la puerta y accedió al recinto donde comenzaría la lucha por el trofeo, el que daba paso a la graduación en la prestigiosa escuela.

Llegamos todos a una habitacíon, ya nos advirtieron que no eramos los únicos varones que habían traspasado la puerta y que el destino de muchos posiblemente fuese la muerte.

No habíamos llegado a la puerta de la estancia cuando varios drows salieron de las puertas colindantes empuñando sus armas contra nosotros, era una emboscada táctica, la eliminación de aspirantes era una práctica bien vista en melee, solo podían quedar los mejores. Los drows se abalanzarón asestando tajos a los que se vieron sorprendidos, la sangre empezó a correr, parecian mas avezados y con más experiencia, pero no contaban conmigo.

Había combatido en los túneles, gracias a la sacerdotisa y al mago pertenecientes a la nobleza, tenía experiencia luchando contra bestias y otros seres y no me iría a matar un varón cualquiera a las primeras de cambio, ni mucho menos.

El primero vino de frente lanzando una estocada hacia el pecho, me gire sobre él y le di un tajo de lado a lado del lumbar doblandose hacia atrás, el siguiente no pudo por menos que con su espada corta lanzar tajos de frente cubriendose con el escudo, pero no le sirvió de mucho, la rodela que empuñaba era demasiado pequeña y busque el hueco para deslizarme de lado y cortarle la mano de un tajo, el resto fue fácil parar el embite de su escudo con el mío y atravesarlo con mi kukri doblando medio filo para causar más estrago en sus entrañas.

Aquello me empezaba a gustar, aunque odiaba la traición, empecé a entender la diversión de aquella matanza por tan solo un preciado trofeo.
Pero debía de aprovecharme de aquella circunstancia y salí de aquella batalla por una de las puertas de los lados de la habitación.

Me dirigí al corredor, pero enseguida me di cuenta que las habitaciones cuadrangulares se comunicaban entre sí, no había aparentemente pasillos, era un sinfin de habitaciones que tenían puertas en cada lado, lo que convertía ese lugar en un verdadero laberinto.

Dejé atras los gritos de los moribundos iniciados sorprendidos por los más avanzados en la escuela, atravesé varias habitaciones, pero me di cuenta de que aquello era una ratonera.
Enseguida me di cuenta de que solo no podría hacer nada, que la unidad temporal de los varones haría mas daño que uno solo guerrero por muy avanzado que fuese.

No tarde en entender de que iba el juego, de repente un drow salió de una de las puertas persiguiendo a otro varón, aparentemente menos hábil que él, no dude en atacar al drow que le perseguía ya que apunto estuvo de matarlo con su daga ,hasta que fue mi kukri el que le rebanó el pescuezo.
El otro varón yacía en el suelo, atemorizado, no hubiese sentido piedad de él salvo por el destino que tenía para él, así que le dije que se levantara y que viniese conmigo.

El no dijo nada, yo te ayudo y tu me apoyas.

Recorrimos las habitaciones sorteando a los drows que alcanzabamos en nuestro recorrido, de vez en cuando entablamos lucha contra ellos, o bien los matábamos o bien los dejabamos malheridos, mi compañero hacía de la suyas con sus dagas, pero era fácil verle en dificultades y requirió de un par de intervenciones de mi espada.

Nos desvíamos hacia la derecha y la izquierda sin encontrar nada, durante el trayecto los cadaveres de algunos varones yacían en el suelo, algunos de ellos muy heridos y me di cuenta de que eran muchos los aspirantes y el desafío se había convertido en una carnicería.

Llegamos a una estancia diferente a las demás, nos habíamos alejado de la zona donde más se estaba combatiendo y supe que no quedarían muchos varones en el piso superior.
Así pues el otro drow y yo exploramos la estancia buscando un recipiente, un cofre o algo que tuviese en su interior el preciado trofeo.

El otro varón dió con lo que era un cofre pequeño, de aspecto metálico, estaba cerrado, pero no parecía nada peligroso.
Mi compañero lo zarandeó, saco un juego de ganzuas y urgó en la cerradura hasta que el cofre hizo clik.
El cofre se abrió con la satisfacción de mi compañero por la habilidad para abrirlo. Pero poco le duró la alegria, los vapores que surgieron del cofre dejaron al varón cegado y no fue solo eso, el vapor corrosivo que le impacto de frente le empezó a destrozar la cara, tuve que alejarme unos metros y ver como el drow gritaba de agonia ante semejante trampa.
Tuve compasión de él y corté su agonía rebanándole el cuello.

Cerré la puerta de la estancia para evitar que otros drows supieran de mi presencia y espere al que el vapor se disipase para coger el trofeo que estaba dentro del cofre.

Una vez en mi poder y con el cadaver del otro varon en el suelo, salí corriendo del lugar, atravese las estancias recordando la dirección por donde había venido, la experiencia en los túneles me había proporcionado la orientación necesaria para salir de allí y sabía que era el unico capacitado.
Volvi a la zona de combate donde no quedaban muchos drows, al menos conte una veintena de muertos y dos docenas de malheridos, de unos cincuenta que calculé que podrían haber participado en aquella masacre.

Salí por la misma puerta por la que entré, manchado de sangre y sudando por todo el cuerpo.

Allí mismo me esperaban varios instructores, maestros de armas de la escuela y el gran maestre, su semblante serio y una leve inclinación daban cuenta del respeto que ya empezaba a obtener.

¿Y los demás?, pregunte yo.

Un melee no se preocupa por los demás aprendiz - Dijo el gran maestre -. Ya eres un graduado, los que hayan quedado malheridos serán curados y abran aprendido una lección, los muertos serán pasto de nuestras alimañas y olvidados.

Agaché la cabeza y me ordenaron salir, fueron dos narbondeles los que tuve que esperar para obtener la insignia oficial, el trabajo ya estaba echo, era cuestión de tiempo que la casa de Agrach Dyrr se fijanse en mi valía.

Pero eso ya era otra historia.

Drex`ler.[/i:1564ca7476]