M_v_M

20/12/2007 13:37:12

Hacía un día tan caluroso como tantos otros, y Coldan se dedicaba a lo que mejor sabía hacer en la ciudad... Vender la mercancía obtenida de sus botines, regateando con los mercaderes calishitas.

Volviendo al mercado se encontró con Adham, el que estaba siendo su mentor en todo lo relacionado con moverse por las callejuelas de la ciudad de los bajás y los ladrones.

Tras la usual charla, el sacerdote decidió que Coldan debería aprender un poco más de todo lo que rodeaba a su ambiente, por lo que decidieron pertrecharse y salir con paso firme hacia el norte.

El viaje estaba pensado inicialmente para uno o dos días, en los que los dos compañeros visitaron las arenas del desierto, el cruce con Memnon, y todo lo que el camino les deparaba a ambos.

Hasta que se adentraron demasiado al norte, y la nieve despuntaba ya en la cima de las montañas del horizonte.

-Ahora vamos a visitar los restos de una tragedia... Se dice que esta aldea fue arrasada por el dragón blanco Shiress... Prepárate para conocer la devastación con tus propios ojos.

El joven Coldan asintió, con la actitud seria de siempre, y se adentraron en el pueblo fantasma, tras desoír las advertencias de un explorador elfo que acampaba antes de llegar a la cima.

Aquel pueblo, cuyo nombre fue quedando olvidado con el paso de los años, ofrecía una imagen desoladora. Casas derruidas, carretas destrozadas, y un frío que helaba ya no los huesos, sino el alma misma.

Decidieron adentrarse en las casas, llevados por la esperanza de encontrar, tal vez, algo que saquear honradamente. Pero fue al llegar a la taberna, cuando todo empezó a ir mal.

Había una mecedora, con una anciana de aire ausente balancéandose en la silenciosa y derruida estancia. Cuando los dos ladrones se acercaron a ella, descubrieron que su cuerpo no tenía consistencia, que atravesaban la visión de la vieja.

Perplejos, empezaron a ver cómo posada se llenaba de más de esos espíritus, que no parecían verles. Reían y tomaban sus copas como si ninguno de los dos estuviesen allí, como si todavía no hubiera acontecido la catástrofe.

-Esto es demasiado raro, Adham... -Coldan hacía rato que había desenvainado sus armas mágicas.

Al instante el techo tembló y fue arrancado de cuajo. ¡La tierra temblaba bajo sus pies! Salieron corriendo de la posada y observaron atónitos como se sucedía el ataque del dragón... Pero todo aquello era una ilusión, una fantasmagoría, o a saber qué demonios...

Cuando se recuperaron del impacto, vieron el espectro de un niño, que les contó la historia de por qué Shires, el dragón blanco, había arrasado con su aldea.

Por lo visto, el dragón se contentaba con recibir sacrificios a cada mes, y a las mujeres embarazadas del poblado. Pero alguien robó parte del tesoro del dragón, y éste tomó represalias contra la aldea del nombre perdido... Todos habían muerto por ese desliz, de alguien que no era de su gente.

La idea de que el dragón reclamaba a las mujeres capaces de tener descendencia repugnó a los dos aventureros, pensando en miles de atrocidades...

Tras irse todos los inofensivos espectros, decidieron inspeccionar más a fondo las casas de la villa, en busca de más información o de algo valioso que les hiciera olvidar rápidamente la experiencia.

En una de las casas encontraron, tras mucho buscar y gracias a la ayuda del yelmo mágico del joven Coldan y a la fuerza del elemental de piedra de Adham, una trampilla.

Se prepararon y comenzaron a descender por el largo túnel, que les condujo a una oscura red de pasadizos subterráneos alumbrados por la tenue luz de unas antorchas...

Adham se detuvo al ver la actitud de Coldan... Allí abajo no estaban solos.

Vieron a una comandilla de kóbolds, fuertemente armados, patruyando por los túneles. Tras meditar un apresurado plan de acción, decidieron volverse invisibles gracias a la magia, mientras el elemental, nuevamente convocado, causaba estragos en las filas de los saurios de hielo.

Todo marchaba bien, y la enorme montaña mágica aplastaba a los lagartos, que daban la voz de alarma mientras los dos ladrones seguían su camino aprovechando las distracciones.

Pero uno de los kóbolds, uno de sus magos, pudo verles a través de la invisibilidad, y se lanzó a conjurar contra ellos, intensificando la alarma.

Coldan echó mano de uno de los frascos de gas que llevaba, e intentó asfixiar al kóbold, o hacerle retroceder a tiempo para pasar la capa por el altar que allí se erigía, y saquear frascos y calaveras...

Entonces se dió cuenta de los cuerpos de mujeres que en el suelo yacían. Con los intestinos destrozados, en una brutal carnicería de partos aberrantes.

Sus sospechas se vieron confirmadas cuando vio aparecer por el pasillo a un monstruo de varios metros de alto, cruce entre humano y dragón blanco, que les persiguió implacablemente.

Pero el ladronzuelo había venido preparado. Lanzó a Adham uno de los pergaminos que guardaba, y que permitían invocar a otra de esas moles elementales.

El elemental de tierra distrajo al semidragón durante unos pocos segundos antes de ser derrotado... Segundos más que suficientes para que los dos humanos salieran corriendo como alma que lleva el demonio de ese sitio.

Pero la aberración draconiana les persiguió, planeando torpemente a través del túnel... Quién sabría la ventaja que podría atajar en campo abierto aquella bestia.

Corriendo por la nieve y las cumbres, tropezando continuamente, escapando de la muerte personificada, Adham y Coldan se apresuraban a Puerta de Baldur, a varias millas de distancia.

Fue una persecución increíble. Coldan se deshizo de todos los útiles que conservaba: abrojos, bolsas de maralla, bombas incendiarias... con tal de retrasar unas décimas a su perseguidor blanco.

Varios hombres lobo de las nieves se unieron a la caza, y los dos compañeros temieron por sus vidas.

Pero la suerte se presentó ante ellos al pasar al lado del explorador elfo, que, estupefacto, vio como las bestias se abalanzaban sobre él, perdiendo más segundos en la carrera.

Segundos que Coldan aprovechó, descolgándose de la espalda la mandolina mágica, e invocando a un elemental de fuego, que ayudaría a mantener las distancias. También tocó las notas mágicas capaces de reanimar como un zombie al explorador élfico, que se unió a la lucha después de muerto.

Fueron horas de carrera hacia Baldur, en la que ninguno de los dos se atrevió a mirar atrás.

Cuando llegaron a las puertas, cayeron al suelo, destrozados por la carrera y las heridas sufridas en el camino, dando gracias Coldan a su ingenio a la hora de poner trabas a sus enemigos.

El pícaro le dio los frascos robados al sacerdote, y ambos se fueron a tomarse un merecido descanso a la posada de la ciudad.

No teniendo tiempo a pensar a fondo en lo que acababan de ver. El dragón blanco Shires, estaba extendiendo su linaje...

pastoretpastor

20/12/2007 14:13:03

Y esa ya era la segunda...

Tras todo lo que pasaron, Adham ya sabía que Coldan era alguien con recursos, inteligente y bastante avispado. Después de huir del dragón blanco no hizo falta mucho tiempo para pensar en lo peor. Las veces que le inquirió a Coldan que saliera corriendo no eran más que la visualización de lo que ya pudo ver anteriormente.

Tenía el frasco que Coldan había podido coger en el poco tiempo que estuvieron libres de persecutores y la cabeza de aquella mujer muerta ahora en su mano. Los símbolos extraños de un ritual celebrado hace poco tiempo estaban presentes y las mujeres embarazadas abiertas en canal denotaban que allí estaban creando algo fuera de su comprensión.

Poco a poco recordaba con exactitud... fue bastante parecido: en la montaña, en tierra de dragones y huyendo de los medio humanos medio dragones. La otra vez volvimos por inconsciencia hacia la cueva, pero ahora sólo podía decirle a Coldan que saliera de allí, entretuvo al medio dragón blanco todo lo que pudo y no dudó en dejar de correr hasta llegar a la ciudad de baldur vislumbrando en su mente la imagen de la llama voladora persiguiéndolos por el desierto hasta la mismísima Puerto Calim.

Puede que no tenga nada que ver, pero hay que investigar puesto que la procreación está en marcha. Y no son precisamente dragones corrientes quienes están poniéndola en marcha.

oorlo

22/12/2007 13:58:55

En la silenciosa noche calishita, un guerrero estaba sentado sobre su escudo en una duna , la mirada perdida en el cielo y el pensamiento más lejos aún. El nombre "Balagos" lo trajo de vuelta a la realidad. Dos hombres conversaban acerca de Balagos, Shires, y las atrocidades que estaban cometiendo. Oorlo no pudo dar crédito a sus oídos: ¿se estaba preparando una incursión contra la guarida de tales bestias? O estaban locos o... No, estaban locos. Seguro.

El guerrero se puso en pie, y se metió "discretamente" en la conversación. Tales hombres (Dos monjes, dedujo el guerrero), efectivamente, mostraban no solo intención de enfrentarse a Balagos y Shires, sino que pensaban hacerlo ¡sin planificación previa! Simplemente, entrar ahí y confiar en sobrevivir. Otro hombre se acercó, dijo algo acerca de que un profeta había predicho que la caída de Balagos no sería en esa época, y se marchó. Otro loco más para la manada.
Finalmente, los hombres (junto con una chica, que se unió a ellos) decidieron ir a entrenar para el combate contra Balagos ¡luchando contra orcos!. Claro, qué lógico suena. Si alguien es capaz de vencer a unos orcos, ¡entonces podrá vencer a Balagos! ¡Claro que sí! ¿Pero qué les habían dado a estos para comer durante su infancia?

Pero, en fin, un combate es un combate y esos orcos estaban amenazando el camino del comercio, el guerrero decidió acompañarlos. Poco trabajo tenía su espada últimamente... Por el camino, se les unió otro exaltado medio muerto. Pobrecillo, había ido a luchar con los orcos y casi lo matan unos trolls por el camino. Muy bien, campeón, ve tu solo a ver si vuelves...Menos mal que un puñado de bravos héroes llegaron a rescatarte...

Al final (y contra todo pronóstico) el grupo llegó entero al campamento orco. Allí pudo comprobar cómo la habilidad en general del grupo era igualada (si no inferior) a la suya propia. El único que destacaba era uno de los monjes, un tal Ward, pero que era el más animoso defensor de la incursión... Locos todos.

El grupo se adentró en la cueva del campamento, y el pensamiento de Oorlo en los recuerdos... ¿Qué habría sido de sus acompañantes de aquella entrada en el cubil de Balagos? Aquel enano, ¿Relion?, y el devoto de Tempus... Soren, o algo parecido... Cuando volvió a la realidad, se dio cuenta que se había distanciado del grupo. Mucho. No podía oir sus pasos, así que decidió darse la vuelta. podrán apañárselas, pensaba de camino a Calimport.

Pero... ¿y en la incursión a los dragones? Bueno, pensó, tal vez si le cogiera en un buen día... Además, le habían dicho que iría Hellion, y eso era un voto de confianza importante... Bah, la suerte decidiría...

//bueno, este tochillo, traducido al cristiano, significa que Oorlo se ha enterado de la historia esta, y que si me pilla conectable cuando se haga la expedición, que me apunto... Un saludo a M_v_M :D

M_v_M

23/12/2007 10:53:51

Coldan no tuvo dificultades para dormirse aquella noche, aunque hubiera mandado a esos tres monjes de pacotilla a una muerte helada.

O no, eso le daba igual. Si el dragón los devoraba, como seguramente ocurriría, habría tres imbéciles menos cerca de lo que Vállorac empezaba a considerar su patria de arena.

Si conseguían vencer al dragón, Coldan y Adham salvaban el pellejo, al quedar como los informadores de la aventura. Y lo que es más, sabiendo lo idiotas que pueden llegar a ser esos monjes, tal vez un día después de la supuesta victoria, todavía quedaría parte del tesoro del dragón que los dos compañeros podrían reclamar.

En definitivas cuentas, sólo le quedaba esperar.

ArkasLynvail

23/12/2007 13:35:11

[i:5469e502fb]La daga ceremonial se hundió léntamente en el hinchado vientre de la mujer. Con los ojos bien abiertos observaba presa del terror como el kobold la abría de arriba abajo. Las drogas producían su efecto en la mujer ya que está no gritó, ni sintió dolor en el proceso.

El ruido del bebé llorando rompió el siniestro silencio que cubría la sala, el kobold se apresuró y lo alzó frente a una estatua que representaba a una gigantesca sierpe blanca. El suelo empezó a temblar con fuerza y varios kobolds y otros reptilianos perdieron el equilibrio cayendo estrepitosamente al suelo.

En los pisos inferiores el temblor era más fuerte, las estalactitas hechas de hielo caían con violencia, la nieve se apartaba desempolvvando antiguos tesoros ocultos dignos de un rey, y en el fondo de la sala lo que parecería una inmensa columna de nieve empezaba a tomar forma.

El dragón despertó de su letargo.[/i:5469e502fb]