MasojHunett

04/01/2008 22:24:53

[i:f59f797423]

[i:f59f797423]Abd paseaba por el distrito de los muelles.Se detuvo un instante delante de la pequeña placeta con bancos.Allí un hombre permanecía sentado con un libro en las manos.El hombre llevaba unas ropas de muy buena calidad,tenía un turbante con un rubí rojo en el centro,su piel era morena,su cabello negro y tenía algun que otro diente de oro.
Eso daba a pensar quiza,el poder adquisitivo de aquella extraña persona

Las hojas del libro las pasaba poco a poco mientras al parecer leeía el contenido de cada una.El hombre saludo a Abd sin volver la vista.
Seguía centrado en el libro.

Trás esto,una conversación empezó entre ellos.El hombre lo sabía todo de Abd.Su nombre,su antigua condición social de esclavo,etc.Según el le habia vigilado junto a otros pocos durante un tiempo.No solo le conocía a el, si no que tambien hablo de Korah...
Abd extrañado le pregunto el nombre y el arcano con una sonrisa solo se limito a contestar:[color=red:f59f797423]"Soy el Hombre del libro"[/color:f59f797423].

El mago,sin que Abd pudiese percibirlo hizo uso de su magia.Al instante ambos arcanos se vieron en una habitación.Se habían teleportado desde el distrito de los muelles a un pequeño habitáculo donde al parecer el arcano realizaba sus estudios.

El arcano le propuso un trabajo.La busqueda de una vasija a cambio de una recompensa y una bola de cristal.El mago sabía que dicha bola le era necesaria a Abd en su estudio.
La sacó por arte de magia y la mantuvo en su mano.La bola era antigua,pero sin duda no dejaba de ser un objeto importante para el estudio de la adivinación.

Tras aceptar la oferta,el arcano empezó a dibujar un serie de simbolos en el suelo con la sangre de un cordero.
Trás esto y una serie de palabras,un espejo apareció en la habitación.
Después de formular unas palabras,el cristal del espejo tomo una forma acuosa.El mago dijo:[color=red:f59f797423]"¡¡Muestrame la Vasija!!"[/color:f59f797423].El espejo empezó a dibujar la imágen aerea de la región de Calimsham,mostrando los caminos deserticos hasta la parte de Tezhyr y unas montañas nevadas.

Sin duda el espejo poseía gran poder,ni el mismo mago pudo controlarlo cuando empezó a agritarse y a hacer que la imágen se perdiese.
Aquel extraño artefacto que dejaba ver aquello que querías,estallo en mil pedazos lanzando a Abd y al otro hombre contra la pared cercana a la puerta de la habitación.

Ambos se levantarón doloridos por el impacto.Abd se marchó con parte del dinero que el arcano le había dado para reclutar a alguien para la expedición.


[color=red:f59f797423]"-Que no me entere yo que este dinero se usa con otro fin..."[/color:f59f797423]

Esas fueron las palabras que se oyerón mientras Abd salía de la habitación,que para su sorpresa, estaba dentro de un palacio,el palacio de Pook...
[/i:f59f797423]

ArkasLynvail

05/01/2008 18:33:05

[i:a18c0f003b]La figura solitaria corría por los tejados de las pequeñas casuchas de Puerto Calim.
El sudor le recorría por su piel negra y con un salto de sus fuertes piernas calló encima del guardia que estaba apostado junto a la muralla. La cimitarra le hizo un fino corte en la garganta y el guardia calló como un muñeco al suelo.Observó lo que le rodeaba hasta parar su atención en el establo. Pese a ser altas horas de la madrugada aún había comerciantes que pasaban por el camino, uno de los más transitados de la ciudad.
Las manos del humano se movieron con presteza y su cuerpo se deshizo en humo cuando terminó el conjuro. Apoyó su espalda en la pared y echó un rápido vistazo a los animales que llenaban el establo hasta encontrar al espécimen que buscaba, una sonrisa apareció en el rostro del hombre cuando vió una mochila conocida.

Tras unas horas la solitaria figura vagaba por el desierto encima de su camello con una torcida sonrisa pintada en su rostro.[/i:a18c0f003b]


//Todos los que hayan estado en alguna escena de los licántropos o con el Bajá Mohamed Shaalra pueden postear aquí si quieren :wink:

pastoretpastor

05/01/2008 18:37:55

Tras estar durante un tiempo ocupándose de sus quehaceres, el antiguo esclavo Abd reclamó la presencia de Adham. Un asunto importante parece que era lo que motivaba aquella reunión improvisada entre los dos ciudadanos.

Camino a la novena, se mostraba algo preocupado, algo que no tardé en notar puesto que desviaba la mirada cada cierto tiempo en un gesto nervioso. Al llegar a las habitaciones privadas, Abd me introdujo lo que sería un trabajo que tendríamos que hacer en conjunto.

Una vaga descripción del arcano que no terminaba de convencerme y una recompensa económica alta, pero casi una extorsión más que un premio es lo que ofrecía el mago. Tras pasar unos minutos de discusión sobre que podría ser, se abrió la puerta y aparecieron escoltas, suponíamos por los colores de la corte del bajá Muhamed del distrito de la fé que serían sus sirvientes y no nos equivocamos.

Tras una explosión que llenó la estancia de un gas que se nos escabullía por todos los orificios sin nosotros evitarlo y provocador de un profundo mareo, apareció entre la nube el gran bajá Mohamed.

Nuestras caras lo demostraban claramente, estábamos más que sorprendidos y no sabíamos siquiera como reaccionar. El bajá me invitó a sentarme y fué bastante conciso:

-Habeis hablado con el arcano- nos dijo.

Tras asentir a su frase nos inquirió de manera dictatorial (como todo bajá tiene derecho a hacer en la ciudad) que fuéramos tras esa vasija y no la lleváramos al dueño que la reclamó en primera instancia. Estupefactos, ante el conocimiento por parte del bajá de todo lo acontecido, el bajá dió orden de su oferta (calcada a la anterior que ofreció el arcano a Abd) y se marchó, no sin antes mostrarnos nuestras posibilidades ante la posibilidad de traición.

Contra la espada y la pared, nos fuimos cada uno a descansar en su casa y, tras recapacitar lo ocurrido, tuvimos un encuentro en las alturas de Kanduq. Fuí incisivo en cuanto a la información que debíamos tener sobre el mago y Abd relató todo lo que sabía (que realmente era lo que necesitaba oir).

Puede que exista relación, pero es algo aún no comprobado. Y más aún cuando aún no hemos visitado el lugar al que debemos ir a por lo que buscamos. No es precisamente un juego de niños y si nos han elegido a nosotros será porque el viento de las arenas esa noche sopló en nuestra dirección... que el tiempo de lo que buscan a quien lo merece...

incubo_1

06/01/2008 12:37:23

Tras una vuelta por la ciudad, aburrida y sin ganas de hacer nada, sali a dar una vuelta por el desierto.
Mi sorpresa fue encontrarme con una gran multitud de gente que apreciaban un collar.
No dude en saber que hacian y por lo visto ese collar teletransporaba a la gente.

Ahora viene el dilema, alguien se tiene que sacrificar y claro, nadie es lo bastante valiente.
Nos movimos hacia el distrito de las criptas. El mago dice que alli hay una fuente de poder.... en fin. Tras unas votaciones, me toco ami. >_<
(Pagareis por no tenerme respeto)

Segui adelante, siempre tenia entre mis ojos mi Dios que no me ha dejado nunca.
Llegamos a ese fuente de poder y me toco darle al maldito mago un poco de mi brillante pelo.
Me hizo una pregunta simple... cuya respuesta no era la correcta.
Drina.... Drina es mi nombre des de hace ya un tiempo. Pero no es mi nombre verdadero. Sabia que tenia que decir Drina. O por lo contrario el viejo nombre de Gyna aparecera en muchas personas no muy amistosas.

Cerre los ojos y me concentre en el. (Mask)
Lo ultimo que recuerdo es una poderosa y oscura voz en mi interior.
Ya no hay mas recuerdos... ni pensamientos, ni ..... Se acabo.

ArkasLynvail

11/01/2008 22:19:15

[i:02fab670e4]El dragón yacía enroscado en la torre del castillo, como si una serpiente apresando a su presa se tratase. En la lejanía el dragón solo podía observar la fina linea amarillenta que reflejaba al desierto en el horizonte.
La mayoría de los dragones pasan la mayor parte de su tiempo descansando, sumiéndose en su letargo encima de sus tesoros, pero éste era diferente. Sus ojos rojos inyectos de sangre estaban constántemente abiertos observando el horizonte, después de todo no tenía párpados con los que cerrarlos ya que su piel había desaparecido hace ya muchos años.

La torre se tambaleó y el mismo desierto pareció gemir, a lo lejos se veían los rayos que avecinaban una tormenta. El dragón se sorprendió (algo que no había hecho en muchos años) al ver las figuras de los elementales que estaban frente a él.

El dracoliche fijó su atención en una diminuta figura humana que corría a toda velocidad por el desierto, sus ojos se estrecharon creando un fino hilo rojizo cuando detectaron el enorme poder mágico de uno de los artefactos que llevaba el mortal.
Con un rugido aterrador las tropas no muertas del dragón prestaron filas ante la llamada de la sierpe y se lanzaron directas al desierto.[/i:02fab670e4]

Vinduil

14/01/2008 18:25:40

Earar salía de la guarida de los formicidas. Tenía una misión, encontrar al genasí Ifritus Haida. Por lo menos esa era la primera parte.
Sabía que Ifritus se dirigía hacia Memmon y a Earar no le gustaba ese lugar, igual que no le gustaba demasiado Calimport. Sin perder tiempo salió corriendo hacia allí, sin muchas esperanzas de encontrar a Ifritus debido a las pocas pistas, pero le agradaba saber que la misión la hacia por propia voluntad y no porque no le quedara otro remedio. Varias horas depues el elfo llegaba a Memmon. Buscó al mercader mas despierto que pudo encontrar y le hizo unas cuantas preguntas....acompañadas de demasiadas monedas de oro y de varias amenazas encubiertas. Ahora ya sabía donde estaba el genasí, había sido llevado al Palacio. Necesitó unos minutos para estudiar la mejor forma de entrar allí. Había muchos guardias bien posicionados y la verja parecía demasiado alta para escalarla con rapidez, así que hizo lo único que podía hacer. Caminó hacia la puerta principal con pose altanera y con desprecio hablo con los guardias.

Guardia! Abre la puerta! Mi señor Mohamed espera a su bardo! Si le haces esperar te aseguro que te serviré como aperitivo a los esclavos! *señalando a unos trolls esclavizados que habia por ahi cerca*

Si no puedes entrar sin que te vean entonces entra por la puerta principal y a la vista de todo el mundo. El guardia abrió la puerta, le escoltaría hasta el salón del señor del palacio, pues como era lógico no se fiaba del todo. Por el camino, pasando pasillos y pasillos Earar vio unas cuantas celdas vacias, esperaba no acabar allí dentro. Esperó el momento adecuado para dejar fuera de combate al guardia, le quitó su uniforme, lo ató y lo amordazó. Debía esconder al guardia, pero no se le ocurría nada hasta que recordó las celdas. Lo arrastró como pudo y convenció al soldado de guardia de que debía encerrar al pobre que traia arrastrando. El guardia amordazado comenzó a despertarse cuando Earar ya se retiraba, así que le dió unos cuantos golpes para que quedara otra vez fuera de combate. En ese momento otro guardia y lo que parecía un soldado hombre-rata arrastraron al genasí que Earar buscaba hasta la celda de al lado. Earar les dijo que se quedaría haciendo guardia, el soldado aceptó sin problemas y ya se iba cuando la maldita rata con su nariz descubrió que Earar no era quien decía ser. Con la pesada armadura que llevaba no podía conjurar de forma segura y no podría enfrentarse al hombre rata. Por suerte era previsor y tenía un pergamino perfecto para la ocasión. Lo leyó todo lo rápido que pudo, pero no lo suficiente como para que la rata no llegara a dañarlo.
Earar se despertó en un charco de sangre, Jame estaba de pié delante de él. Se encontraba en casa. El pergamino había funcionado por los pelos, ahora debía decidir si valía la pena seguir con esa misión.

pastoretpastor

14/01/2008 18:50:54

Tras encontrar la compañía necesaria, Adham y sus compañeros se encaminaron hacia el húmedo norte.

El viaje hasta las montañas fué tranquilo, a continuación empezamos el paso por estas rocosas, el frío y humedad hacían a los calishitas sentir la lejanía de su patria, pero tenían que llegar a la guarida del gran rojo.

Todo fue transcurriendo según lo planeado, no se interponían entre nosotros esas sierpes de poca monta, así que seguimos. Cuando encontramos por fin el paso que llevaba al centro de la gran montaña dominada por la llama voladora encontramos a ese extraño de negro. Portaba una espada de gran tamaño y fulminó a las prepotentes sierpes de un golpe cada una... un humano fuerte sin duda, pero no importaba, la conversación fluyó, mostrándose el caballero esquivo a las preguntas y con un egocentrismo digno de los gestos que el maestro Zach me estaba haciendo. No era un caminante ni buscador de tesoros.

Harto ya de hablar con los presentes, el caballero sacó una calavera de la que empezaron a surgir seres y más seres muertos en vida, bajó y no pude más que seguirle como pude. Fué directo, como yo, había conseguido antes la forma de entrar a ese cubil. Y le seguí, allí estaba la gran sierpe roja... se miraron el uno al otro y entraron en combate todo lo rápido que pudieron. Un combate digno de casi dioses, los dos ahora colosos volaban a las alturas y luchaban por algo que no nos podíamos explicar.

Tras disfrutar un poco del largo combate, volvimos a entrar al pozo de la sierpe, donde encontramos la preciada reliquia... ordené a mi planario cogerla, pero murió al contacto con el fuego desprendido, y de ella salió su guardian, genio de gran poder.

Tras unos cuantos minutos conversando sobre el contenido de esta y demás intereses que requería la situación, oimos como la gran sierpe volvía victoriosa, no tuvimos más que hacer, para que quedarse ahi?

Caminamos pues a Memmon, el encantador de serpientes custodiaba el mercado central con su dominio sobre esa cobra sin magia alguna. Alguien como el no merecía nuestro respeto, aún así, la situación se tenía que sostener para encontrar la información necesaria... y puede que lo consiguiéramos, o puede que no... nos quedamos otra vez disfrutando de la fina arena del desierto, su tacto hacía pensar que la noche sería larga y el te que tomaríamos provocaría una conversación interesante sobre lo vivido. Esto no podía quedar así, sin duda alguna...

ramonet85

15/01/2008 20:24:55

Eidolon se encontraba extasiado, apenas podia moverse mientras llovian rios de sangre y fuego.

Cual astro en el firmamento, Balagos se erguía en el cenit de la boveda celeste. Escamas igneas resplandecientes cegaban a los presentes, en contraste con el abismo de su garganta, flanqueada por interminables hileras de dientes. Sus garras semejaban rayos, y cada atronador batir de sus alas resquebrajaba la nieve virgen del pico en el que nos encontrabamos. Aquel ente no-muerto, de la sangre del dragon, luchaba con arrojo contra Llama Voladora.

Otros menesteres movian al grupo, asi que nos internamos de nuevo en el cubil, aprovechando la ausencia de la gran sierpe.

kosturero

27/01/2008 12:52:47

Allí estaban, Abd el comerciante, Thun el sacerdote, aquella extraña chica...Kitty, y él. El oasis no podía ofrecer más paz mientras el sacerdote explicaba a Rando los pormenores del uso de la energía negativa sobre los seres vivos.

Un andrajoso anciano se les acercó pidiendo limosna. Mientras el elfo y el clérigo seguían manteniendo su charla, indiferentes a los ruegos del sucio personaje, el comerciante le dio unas monedas, que éste guardó en un bolsa repleta de lo que parecían monedas de oro y piedras preciosas. El elfo miró la bolsa, en manos de la chica mientras el anciano salía a la carrera, sabrían los dioses porqué.

Cuando la mujer introdujo la mano en la bolsa, no sacó más que un puñado de arena, y maldijo al anciano mientras seguía rebuscando en el interior de dicho recipiente. Algo metálico. Sacó el objeto y comenzó a brillar en su mano, cosa que la impulsó a lanzarlo al suelo, donde todos lo miraban con aires de desconfianza. El brillo creció cada vez más, hasta que de repente...del brillo más cegador, pasaron a una oscuridad casi absoluta.

-¿donde estamos?- dijo una voz a su lado, que resultó ser la del sacerdote.

Miró a su alrededor mientras desenvainaba su decorado estoque y flexionaba las rodillas presto para responder a cualquier tipo de amenaza. Sus ahora compañeros del improvisado grupo lo imitaron. Prestos para el combate, observaron en el centro de la sala un enorme caldero, y a su alrededor el más pasmoso de los vacíos. Tan solo un par de pasarelas unían ese trozo de suelo con lo que fuera que hubiera al otro lado.

El anciano hizo aparición tras de ellos, y pronto dejó claro que no era un simple mendigo, si alguno de los presentes aun lo pensaba, claro está. La imagen del hombre apareció en uno y otro lugar, mientras el sonido de su voz parecía hacer lo mismo, cambiando de sitio constantemente. El elfo cerró los ojos un segundo y afinó el oído. Giró la cabeza hacia donde pensó provenía la auténtica voz. Un hueco...una grieta...lanzó una moneda y esta, fuera de caer en el vacío al que iba destinada, rebotó hacia detrás, como si se hubiera topado con una pared invisible. Estaba claro, todo era una ilusión y estaban atrapados en su interior. Si suelo era lo que pisaba, era de lo único que se fiaba. No se movería ni un milímetro de donde estaba.

La Valle. Así dijo llamarse justo antes de mostrarles el horror que se estaba llevando a cabo bajo el suelo de la ciudad de las arenas. Nunca habría imaginado algo así, pensó el elfo mientras las imágenes de licantropos, genios y vasijas iban cruzando frente a sus ojos. Tan sólo hacía un par de días que había escuchado la leyenda de la creación de aquel desierto...y ahora iba a comprobar hasta que punto podría ser real.

El mago comenzó a hablarles acerca de la progenie de licantropos y la búsqueda que estaban llevando a cabo, así como de un Dracoliche, que pareció clavar sus ojos en el grupo desde la misma imagen que estaban mirando. Vio las armaduras negras y purpuras. Vio la muerte. Lo que aún no tenía nada claro era qué pintaba él metido en algo así exactamente. Pronto tendría sus propios motivos para involucrarse, ya lo creo.

Con un pase de manos, el grupo abandonó la estancia. Esta vez si estaban en un lio.

-Os los mostraré- dijo el anciano antes de teleportarlos a la ciudad bajo la ciudad.
Media docena de cadáveres se agolpaban bajo sus pies. La mujer comenzó a caminar, reconociendo el lugar y dando sus peores ánimos, intentando escabullirse de la situación. Estaba claro de que estando parados no iban a solucionar nada, y del mago no había ni rastro, así que comenzaron a andar.
Tras unos minutos de incertidumbre, donde la gente echaba a correr para encerrarse en sus destartaladas casas, llegaron a la altura de un par de centinelas.Un enorme portón detrás de ellos. Una posible salida, pensó el elfo, y se dirigió hacia la puerta con total naturalidad.

-Alto- dijo el lupino de su izquierda- ¿donde crees que vas?

El elfo señaló el portón y dijo :-¿hacia donde podría ir si no?

-¿Vienes al banquete?, el elfo comenzó a dudar de que esa fuera a ser una salida hacia ningún lugar, pero ya no podía echarse atrás en su farol. Asintió con un simple gesto.

El híbrido le pidió que le mostrara su insignia, enseñándole a la vez la suya propia, y el elfo dijo haberla olvidado.

-Sin insignia no pasaras.-Tajante.

El elfo, metido de fango hasta el cuello siguió con su bravata. Si estaban en un conflicto y además, buscando algo en la superficie, como aquellas vasijas, seguramente habrían enviado a alguien al exterior...tocaba cambiar de farol.

-Él nos esta esperando, asi que deja de entretenernos, pues debemos darle una información de lo más importante.

-¿ÉL?No nos ha dado noticias de esperar a nadie...-titubeó el guardián-

-Hay cosas que un simple guardia como tú no ha de saber¿Hace falta que te lo explique por escrito? Ve y dile que estamos aqui, él ya sabe quien somos, y si aún sigues entero, baja y dinos que entremos.-
Cruzado de brazos y con gesto altanero, en su mas interno fuero rezaba a los dioses para que el perro erguido ante él se dirigiera hacia el interior, al a vez que se preguntaba qué hacer en el caso de conseguir entrar. así fue, y el perro cerró el pesado portón tras de si, dejandolos con su compañero.
No tardó mas de unos minutos y, al volver, tenía una herida en el hombro, al parecer de un terrible mordisco. ¿Había funcionado la estratagema?

-No espera a nadie,pero me ha dicho que podéis quedaros y que seréis los primeros en caer...-El maldito lobo se reía mientras entraba dentro del portón con su compañero y cerraban la puerta, dejandolos con la cara de circunstancia y solos en plena calle. Tenían una cosa clara, había que largarse.

Sin conocer el terreno, siguieron a la mujer,que se dirigió hacia un enorme portón, cerrado a cal y canto. No había salida posible, o eso parecía, ya que la chica comenzó a trepar con una agilidad increíble por una de las paredes y tras juguetear un segundo con una cerradura, abrió un ventanuco por el que bien podría caber él mismo. Tras colocarse sus puntiagudos brazaletes, el elfo la siguió, con algo más de dificultad, y una vez estuvo dentro del pasadizo al que daba aquella ventana, oyó a sus otros dos compañeros recitar una salmodia de salida.

El túnel era estrecho y oscuro, pero podía oír los movimientos de la mujer delante de él. No tardaron en aparecer en lo que se podría identificar como una guarida. Rodeados de harapientos ancianos y niños, comenzó a seguir a la mujer, que caminaba con cierta seguridad entre ellos. Al fin y al cabo, ella ya había estado antes en este sitio...

Tras examinar la estancia, vieron que no había más salida que por la que habían entrado, y la gente de su interior cada vez parecía mas nerviosa. Hasta que un chiquillo que no pasaría los ocho años de edad, cubierto de mugre y con una cara más bien poco agraciada y orejas de soplillo se le acercó curioso al ver tan extravagantes ropas y sombrero.

Una breve charla explicó al elfo que los allí presentes estaban escondiéndose de los licantropos (dais pena), que pretendían salir a alimentarse en breves momentos (que suerte), y que la forma en que éstos se reproducían era mordiendo a sus víctimas (asqueroso).

Tenía que pensar aprisa, si no había salida y los lupinos iban a entrar...tenía que conseguir que no dieran con él...y ya puestos, con su compañera. Su compañera...en cuanto comenzó a contarle la idea, se deshizo en una nube de humo, desapareciendo del lugar y dejándolo a solas. Al menos no tendría que discutir con nadie para llevar a cabo su idea.

Cuando comenzaron a oírse los ruidos de golpes en el portón, el elfo instó a todos los humanos a entrar en la estancia que había tras él. Un cuartucho, pero lo suficientemente ventilado como para que el plan funcionara. Si bien era lo más arriesgado que había hecho nunca.
Una vez el último de los humanos entró en la habitación, deslizó una varita bajo su manga y apuntó hacia ellos. Sus caras se iluminaron de ira, desengaño e impotencia al ver que su "defensor" los había traicionado. El fuego borró rápidamente esas caras y los pensamientos que escondían. Para alguien con remordimientos, habría sido un castigo eterno que se le habría aparecido en sueños noche tras noche. Rando no tenía ese problema. Echando una última mirada tras de sí, se deslizó bajo la pila de cadáveres chamuscados y colocó su sombrero cerca de otro cuerpo y le prendió fuego mientras se lamentaba. Ahora venía la parte difícil.

El portón cedió y una jauría de licántropos entró en la estancia principal de aquel agujero. Los gruñidos y las pisadas se clavaron en los oídos del elfo que, con los ojos apretados y aguantando la respiración de tanto en tanto, apretaba los dientes con fuerza para no hacer ruido alguno, mientras comenzaba a notar el calor llegar hasta él. Otro golpe, esta vez, en la chamuscada puerta del cuartucho.

-Se han suicidado...¡estos se han suicidado!- oyó gritar a uno de ellos.- ¡Clerigo!.
-Déjame ver...aparta.

El sonido de un primario rezo y el olor a ácido repentino no fueron ninguna ayuda al elfo, que ya tenía bastante con aguantar el dolor que las quemaduras comenzaban a crearle.

-¡Aquí no hay nada que nos sirva!¡ Vámonos!-gritó el clérigo, y se pudo escuchar los pasos alejarse, y como alguno de ellos tiraba alguna de las lamparas del cubil, alimentando así las llamas.

Una vez estuvo seguro de que se habían marchado, o bien un vez no pudo aguantar más, el elfo salió de su "cálido escondite". El olor, mezcla de humo, carne quemada y del ácido que aquel chacal había soltado sobre los cuerpos se clavó en los pulmones del orejudo, que, entre tos y tos, cayó de rodillas varias veces hasta que logró dar con el ventanal de salida.

Cayó de rodillas tratando de recobrar la compostura en medio de la calle.
El golpe, tras caer de algo más de cuatro metros de altura, era lo de menos. Tuvo la suerte de encontrar las calles vacías. Al parecer, aquellas criaturas estaban demasiado ocupadas comiendo en su banquete como para vigilar nada. Tampoco tenían mucho que vigilar.

Tras un par de pasos, logró ver dos figuras, ataviadas con las armaduras negras y purpureas que había visto en el portal de La valle hacía unas horas. ¿esos, eran aliados o enemigos de los lupinos...?

-Alto, el templo esta cerrado, ya esta lleno.
-Necesito entrar- dijo el elfo, mas confuso que otra cosa.
-Es extraño que aún no te hayas transformado...lárgate de aqui, esta lleno.
-Tan solo necesito...(¡salir de aquí!, es lo que necesito,pero...¿aun no me he transformado? Estos no van a ayudarme...) agua, tan solo quiero un poco de agua...

El tipo le lanzó una cantimplora, y, tras cogerla, se alejó callejón abajo bebiendo y escupiendo, soltando todo aquel humo y ácido que había respirado.
Cuando todo parecía perdido, tras una esquina pudo recuperar la esperanza, donde vio una empalizada con varios lupinos ensartados. Allí le dieron cobijo, y le instaron a prepararse para un posible ataque. Tampoco había salida allí. Pero ahora eso comenzaba a ser lo de menos. Tenía que sobrevivir, conseguir salir de allí y a ser posible, siendo un simple elfo, nada de pelos en la espalda.

La risilla que escuchó tras de él le puso los pelos de punta y, cuando se giró, vio al mismo anciano que horas atrás les había dado aquella bolsa llena de arena en el oasis. ¡La Valle!

-¡Sácame de aqui!-susurró al aire
-Ven, sígueme- tras de él, el anciano convocó un portal por el que el elfo cruzó, no sin antes echar una mirada atrás, donde, posiblemente, habría encontrado la muerte. Gustoso habría degollado a aquellos lupinos. Ya se cobraría su venganza.

El mago aplaudió la actuación del elfo y el hecho de que se hubiera quedado hasta el final. De haber tenido opción, habría escapado, eso era cierto.

-(El muy cerdo...¿ha sido testigo de todo y no ha intervenido hasta el final?)
-Aposté con mi familiar a que no salias vivo de aquella habitación...siempre me gana el muy pillo. Bravo por tu argucia.

Tras recuperar el aire y tranquilizarse, el mago fue explicándole la gravedad del asunto si la cosa se desmadraba y llegaba a la superficie. La cosa para el elfo, que había llegado a convertirse ya en algo personal, estaba muy clara. Había que evitarlo.

Toma esta nota, no la leas y dásela a Él cuando lo encuentres. A Él, ni mas ni menos...no sería tarea fácil pero si había escapado de aquella habitación, encontrar a una persona no podría ser mucho más difícil. Claro, que no estaban hablando de cualquiera. La cosa estaba clara, tenía el nombre, tenía su próximo movimiento...tan solo había que vigilar al cebo y pronto aparecería Él.

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El Oasis. Lleno de hollín y apestando a humo, se adentró en el bazar, con sus raídas y chamuscadas ropas y el pelo andrajoso. En estas circunstancias, no había mucho que lo diferenciara de los mendigos que había quemado hacía tan solo unas escasas horas. Dio unas monedas el viejo mago y le compró una túnica, y se encaminó a la taberna, donde cogió una habitación con baño y una botella de vino. Del bueno.

Largo rato llevaba tendido en el baño, con el agua cubriéndole casi entero y con la botella a medio vaciar. La cabeza empezó a cosquillearle.

-Rando...Rando...¿donde ezstasz?- Una voz en el interior de su cabeza no cesaba de repetir esa pregunta. ¿que tipo de truco era éste ahora?

-Rando...szoy Abd... - ¡Ése maldito acento! Sabía que era él...pero...¿cómo demonios...?

-Estoy en Calim- Pensó- ¿y los demás?.

-Todosz bien, esztamosz todosz...

Mientras la conversación telepática iba avanzando, el elfo se vistió y salió a la calle, en busca de sus compañeros.

-Os veré en la entrada- Pensó, justo antes de que sintiera que la conexión se perdía.

No podría contar lo sucedido a nadie. Nadie podría saber cual era su siguiente tarea. Nadie le preguntaría demasiado tampoco. Él lo sabía.


//[color=green:c826939c99]Ya echaba de menos uno de estos ladrillos xD[/color:c826939c99]

kosturero

27/01/2008 20:56:32

Puerta de Baldur. Traje nuevo. Plan nuevo.

Tras preguntar a varias personas por el Teniente Edgath, no conseguí información alguna acerca de él, asi que me dispuse a averiguar algo más a mi propio riesgo. A la vieja usanza.

Me colé con un grupo de visitantes en la sede de Puerta de Baldur y, tras investigar en varias habitaciones, al fin conseguí dar con la biblioteca. Me costó bastante evitar a los guardias, pero con paciencia y sigilo casi todo es posible. Menos mal que esto entra dentro de ese "casi".

Revisé varias estanterias sin hallar ningún listado de los oficiales que formaban la guardia de la ciudad, ni siquiera cuando encontré la sección de los archivos de la ciudad encontré nada. Tendría que hallar otro método.

Arranqué una página de un libro que escogí al azar. Tan solo necesitaba el papel. Acto seguido me colé en una de las habitaciones que había registrado anteriormente y cogí un sobre en el que metí la hoja bien doblada. En él escribí: " A la atención de Edgath, miembro de la guardia " Ya que tras la conversación en el mercado con aquella estúpida Duquesa me quedó claro que aquí no se usaba esa terminología para nombrar a los oficiales.

Volví mis pasos intentando evitar al guardia del pasillo, pero esta vez me resultó más complicado. No pude por más que quedarme atrapado sin salida en un corredor donde me encontró de lleno. Otra vez saqué a relucir mis artes. Gracias por ello, dioses.

-¿qué haces aqui?

-Vera señor..me he perdido...estaba buscando a alguien y...

-¿A quien busca aqui? Va a tener que acompañarme.

Las cosas no iban bien encaminadas, la estrategia tendrá que ser bien distinta.

-Verá, vengo del teatro, de parte de la compañía de actores traigo unas invitaciones que he de entregar en persona y...

-Démelas y yo mismo las entregaré. Y marchese de una vez.

-No puedo hacer eso me temo, mi señor. La última vez, las invitaciones se extraviaron y la culpa recayó en el mensajero...no querría verme obligado a vovler a trabajar en el puerto, mi señor. He de hacerlo en persona.

Tras un par de miradas, el guardia aceptó llevarme con lo que él llamaba "Pulgar". Teniente habría sido más sencillo.



Cruzamos media ciudad hasta llegar a las dependencias de la guardia de la ciudad. Era un maldito agujero rodeado de agua, si algo iba mal me sería muy dificil escabullirme de allí.

El "Pulgar" resultó estar en la sala de entrenamiento, y allí nos dirigimos, pero la puerta estaba cerrada a cal y canto. El guardia, tras gritar un par de veces, arremetió contra ella, haciendo saltar la cerradura. Y allí estaba él, o eso creimos.

Tras abroncar al tipo por romper la puerta me llegó el turno. Claro que no iba a darle el sobre con la página doblada de aquel libro y salir a correr, eso habría sido una locura. Me pegué todo el camino espachurrando el sobre a la vez que dejaba que el agua de la lluvia lo mojara, teniendo cuidado de que el guardia no me viera. A unas malas, con la excusa de traer invitaciones nuevas, huiría sin más.

Saqué el demacrado sobre de mi chaqueta, al que se había pegado por un momento el sobre que La Valle me había dado, dejando el sello lacarado que llevaba bien visible por el meñique...corazón o como sea. El pulgar, eso es. Lo vió.

No contento con haber estropeado su carta, me pidio que le diera la otra, diciendole yo que me era imposible. Él insitió, hasta que de repente, el guardia, que aún estaba a mi lado, echo a andar hacia el final de la estancia, donde encontró un cadaver. Acto seguido, el Pulgar había desaparecido, había reaparecido detras mía, y al girar vi unos ojos grises, frios como el hielo...despues, oscuridad.

La habitación en la que desperté estaba hecha añicos. Ante mí, una figura se quitó lo que parecía una máscara y su figura cambió radicalmente. Ante mi estaba Él. Artemis Entreri. Rapidamente bajé la mirada para evitar ver su rostro. Si algo tenía que hacer ahora, era obedecer y callar. No ver, no oir y no hablar. El código era sencillo.

El asesino leyó la nota que le traía y acto seguido me dijo que tenía un último trabajo para mi. Nos cambiamos de ropa...me cambié de ropa. Él con esa máscara cambió toda su complexión. Era un artefacto increíble. Y nos dirigimos al puerto, donde embarcamos en un barco atracado cerca del del viejo Deudermont.

Una vez en alta mar, Entreri bajó a descansar y aproveché para ponerme ropas mas acordes. Odio llevar túnicas, aunque sea para disfrazarme. cuando acabé de abrocharme las botas, pude oler a quemado cerca de mi posición. No estaba dispuesto a experimentar otro incendio. Otra vez no. Eché a correr escaleras arriba.

No había alcanzado el último peldaño cuando desde detras mía surgió como lanzado por los aires el asesino, que en cuestión de segundos había acabado con toda la tripulación. Me acerqué al borde y me puse mi máscara y le pregunté. Él me dijo que no tenía intención de acabar conmigo,pero ellos ya sabian demasiado y acto seguido me afirmó que estabamos cerca de calim. Que fría estaba el agua. El muy cabrón pasó nadando a mi lado, convertido en un perro enorme. Parecía que se mofaba de mi inexperiencia.

Una vez en las habitaciones comunales, secos y cambiados, me dijo cual era la tarea que tenía que encomendarme. No me hizo ninguna gracia. Cinco lunas y habría que empezar...que los Dioses me guarden.

-------------------------*----------------------------------------*-------------------


Tras un breve paseo me encontré de bruces a un mediano que huía corriendo del Khanduq, perseguido por un cambiante, uno de los felinos, y un kobold. Rápidamente descargué un par de flechazos en ambos y él remató la tarea. Me dijo que habían salido de la nada estando él cerca del palacete de Pook...demasiada casualidad pensé. Tras eso, me llevé a mi pequeño amigo a la taberna, a la espera de poder averiguar algo más. Al parecer los cambiantes seguían a alguien...quizá esto interese a mi nuevo mecenas. Cinco lunas...ahi se vería de que madera estoy hecho.

kosturero

29/01/2008 01:14:38

Llevaba horas así. Encaramado a un tejado, con cuidado de no ser descubierto desde el suelo, el elfo observaba con cautela el palacete del Bajá.

[color=indigo:d66110b8c2]-(No va a ser nada sencillo...)-Pensó.[/color:d66110b8c2]

[i:d66110b8c2]Dió un par de pasos alargando los últimos y saltó hacia la siguiente cornisa. La noche era cerrada y las sombras parecían abrazarlo. Se sentía agusto en ésa situación, pero últimamente, algo le preocupaba. Cuando se encontraba así, el mundo parecía distorsionarse a su alrededor durante unos instantes, para volver a la normalidad al momento. Su sombra en la pared así lo afirmaba. Nada había sucedido.

Pasó de tejado en tejado, observando desde las alturas la arquitectura de aquél edificio que se alzaba entre tanta barraca. Al menos nadie le había visto. Había oido cientos de historias acerca de aquel barrio, y no estaba dispuesto a descubrir si eran ciertas.

Tras meditarlo durante unos momentos, y preso de la falta de información acerca de los motivos que habrían de empujarlo a actuar según el plan de otro, incluso si ése otro era quien era, se sintió desarropado. Tendría que actuar a ciegas, así que lo mejor sería buscar un método de escape factible, por si algo iba mal. Quizá en el momento dado aquellas sombras volvían a arroparlo, sacándolo de allí a toda velocidad, como pasó en aquel campamento orco. Quizá no. Lo que estaba claro, es que tendría que preocuparse de él mismo, más que de cualquier otra cosa.

Al fin y al cabo, aquello no dejaba de ser Calimport. Y él no dejaba de ser un forastero en tierras extrañas...aunque cada vez menos...Ahora tan solo faltaban cuatro lunas...[/i:d66110b8c2][color=indigo:d66110b8c2][/color:d66110b8c2]

pastoretpastor

29/01/2008 15:01:09

La magia fluyó en el interior de la esfera de Kaatos.

Seguimos la pista. En el barco: tensión. Caminamos hacia nuestro destino. Y allí estaba mirándonos desafiante... era más que problable que acabara de la forma en que lo hizo. Volvimos a ver su forma, pero esta vez mientras se desvanecía. Sus palabras declaraban algo sobre su identidad, aún así, ese mercenario aún tardaría en volver a hacer acto de presencia.

La cercanía del lugar sagrado se sentía con pesadez, pero era más que soportable. Allí lo tuvimos, tras ver como nuestro anfitrión nos escrutaba y sentía con desasosiego como nuestro corazón no seguía sus pasos; tras la entrevista, preparó sus cosas, ahora es el momento de marchar y plantar cara al futuro frente a frente.

ArkasLynvail

29/01/2008 21:50:57

[i:2a376829a0]Una sonrisa de oreja a oreja mostraba su dentadura de oro mientras le iluminaba la cara. Por dentro aplaudió su argucia, por fin tenía lo que le habían pedido.

Tampoco se extrañó demasiado era el mejor en lo suyo algo que le hacía sencillo conseguir información de quien fuese.

Léntamente se levantó de su trono repleto de diamantes incrustados, le gustaba su nueva vida y aprovechaba todo el tiempo que podía para estar junto a su harén, con un gesto de la mano mandó alejarse a los Eunucos que se apostaron en la puerta.

Pero el moreno rostro del hombre se ensombreció al ver delante de él una figura humeante que aparecía sin permiso alguno en sus aposentos.
Se ajustó el turbante mientras fijó la mirada en el humano que tenía delante.

¿Has conseguido el lugar? - Preguntó sin miramientos tras completarse su aparición-.
Si gran Bajá Mohamed -dijo finalmente y añadió con una amplia sonrisa - es nuestra.[/i:2a376829a0]

kosturero

03/02/2008 23:30:48

[i:82d2dabe25]El tiempo había expirado, como bien le hacía recordar la inconfundible empuñadura de aquella daga, portada por un mediano de estúpido semblante que luchaba por ver su imagen reflejada en el telescopio que, sin éxito alguno, el viejo Nathell se encabezonaba en vender en aquel bazar.

Sin más dilación,el elfo de blancos cabellos dirigió sus pasos hacia las habitaciones comunales, donde sabía la cita tendría lugar. A las órdenes del más temido de todos. Al menos estaba de su lado.

Tras un breve saludo, ambos hombres se encaminaron hacia los muelles. El elfo, luciendo su desgastada casaca. El humano, luciendo una apariencia más. Rando sabía que con aquel tipo, las apariencias carecían de significado. Tenían que esperar una entrega de contrabando para el Bajá. Todo estaba planeado, según parecía, pero tras entablar conversación con los dos hombres que venían en la barcaza, el elfo volvió a quedar noqueado. Un mal vicio que debía de perder, dijo para sí, mientras el mundo se le nublaba y veía a Entreri alejarse, embutido en su perfecto disfraz y montado en la barca.





El líquido bajó por su garganta frío como la nieve, apartándolo de su estado de sueño. De inconsciencia, más bien, según le recordó el dolor que sentía en la nuca. No pudo tocarse el golpe, donde seguro ahora había un chichón. Sus manos, atadas entre sí con una soga así lo dispusieron. Poco podía hacer él salvo mirar a su alrededor, descubriéndose en la sala más engalanada que había visto nunca.

Las paredes y el suelo, cubiertos por ricos tapices y alfombras de varios motivos diferentes. Grandes batallas en unos, amores en otros y tratos comerciales en algunos más. Un par de ellos le llamaron la atención. En ellos se veía a una pareja humana deleitándose con los placeres que sus cuerpos podían brindarles. El estómago se le levantó y se centró un poco más.

Tras las luces de las velas que lo iluminaban en aquella estancia, pudo distinguir unos enormes tipos, espadón en mano, guardando la puerta. Un par de mequetrefes más, entre los que reconoció a su captor. Y frente a él, un tipo con los dientes de oro, todos ellos y algunos, incluso con alguna incrustación. No cabía duda. Ése tipo tenía un gusto pésimo.

-¿Dónde estoy?- Acertó a decir mientras aún era removido por varias manos aferradas a sus hombros para que despabilara.

-Eso da igual, de tu compañero ya no podremos sacar anda, asi que tu seras quien nos lo pague. Por haber traicionado a vuestra cofradía.- Dijo el tipo de la boca enjoyada.- Echadlo a la Celda de los Nueve.

No sabía a qué ser refería el tipo, pero según fueron cambiando las caras a su alrededor, supo que no podía ser bueno. Pero claro, eso lo sabía él, y no tenía porque saberlo nadie más. O al menos eso pensó.

-Si pretendes meterme miedo,mas vale que uses uno de esos espadones de ahí. No se que es eso de la celda de los nueve así que...

Un pie lo proyectó hacia su respuesta. Se dio de bruces con ella. Una celda enorme, oscura y húmeda. una celda que reunía todos los requisitos para serlo, e incluso, los superaba, añadiendo con los elementos de tortura y las jaulas de enormes felinos una nueva definición al término cautivo. Al menos podía andar.

Se levantó como pudo y usó uno de aquellos artilugios de tortura para soltarse justo cuando algo comenzó a vibrar en su bolsillo. Al parecer, Entreri lo tenía todo previsto.

El elfo lanzó el objeto, una estrella de cinco puntas dorada, con algunas runas inscritas en un círculo que rodeaba sus puntas y piedras preciosas, una de cada color coronando cada una de las puntas. Entreri se materializó frente a él con una sonrisa en su quemada cara. Cara que se torno de lo mas normal en cuestión de segundos. Tan solo unos instantes después, su rostro, y todo el resto de él, eran el mismísimo Bajá Pook. dentadura incluida.

El elfo se cambió, cogiendo las ropas de uno de los presos, que tras la intervención del hombre ya no iba a necesitar durante mucho más y llamaron la atención del lugarteniente del bajá, que no tardó en abrirles la puerta de la celda. No tardó en caer bajo las dagas del asesino en el momento en que llegaron a salir.

Nuevo disfraz, esta vez, eunuco y preso fugado se volvían a presentar ante el bajá. El elfo, casi todo el tiempo en el suelo y maldiciendo, y el ahora eunuco instando al Bajá a dar un castigo ejemplar, matándolo en una ejecución pública en medio del Khanduq. Si el plan se iba de las manos de Entreri...


No tardaron en colocar la guillotina y a la guardia dispuesta en la plaza, pero aún así parece que los rumores llevaron a algunos curiosos a ver tal evento. El elfo se maldijo por su estupidez, y maldijo a Entreri por su maldito plan cuando se vio con la cabeza dentro de la guillotina, preso de su propia confianza. Si la cara, tapada con la capucha, se le hubiera visto, tan solo habría reflejado la mas profunda rabia. Que suerte.

Por fin hizo su aparición. Bajó las escaleras y sonrió satisfecho de tan ejemplar castigo, mostrando su estupendamente elaborada dentadura. El elfo se preguntaba cuanto podría sacar por la dentadura de aquel tipo en el mercado negro. Seguramente una daga en la espalda.

-¡Este tipo es un traidor, y como tal, ha de servir como ejemplo para todos aquellos que piensen seguir sus pasos!- O algo de igual cadencia y significado, el elfo no tenía tiempo de escuchar nada, sumido en sus pensamientos, maldiciones y promesas de castigos y dolor si conseguía salir de ésta.
-¡Abajo!- La palabra resonó en la cabeza del elfo mientras el verdugo bajó la palanca que lo llevaría a conocer a sus antepasados de un momento a otro. Sin embargo, y para su sorpresa, la hoja fue a estrellarse justo en el suelo frente a él. Unos segundos después, el cuerpo del bajá la seguía, cayendo con igual estrépito.

La marabunta allí agolpada se lanzó contra el verdugo, que no era otro que Entreri, el cual mostró el cuerpo del bajá, que comenzaba a descomponerse, hasta que quedó sumido en la forma de una criatura de lo mas...simple. Era un cuerpo. Eso nadie podría negarlo, pero carecía de cualquier tipo de facción. De cualquier tipo de rasgo. De cualquier tipo de humanidad. Sin duda, este doppleganguer había visto su fin. Juega con los mejores y pierde como un estúpido, pensó el elfo mientras lo sacaban de la guillotina.

El Bajá había sido suplantado, y al parecer, aquel mago del turbante, La Valle, lo había descubierto y no había dudado en avisar a Entreri, a sabiendas de que sería capaz de lograr la hazaña. Como más tarde le dijo el asesino, de haber sabido de que constaba el plan, el elfo no habría aceptado formar parte de él. Estaba en lo cierto.

Tendría que conformarse con el pago por la tarea. Mientras se alejaba del barrio, Rando se preguntaba que repercusiones tendría su colaboración en este entramado, y dónde estaría el auténtico bajá. Tenía sus sospechas, pero no tenía certezas. Quizá lo investigaría, al fin y al cabo, no hace mucho salvó aun tipo perseguido por licantropos en los mismo muelles, que le afirmó haber visto a éstos dirigirse hacia el palacio de Pook. Quizá tendría que volver a bajar. Ya se lo pensaría.



------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


El enano parecía ocupado cuando entró en su tienda, sin embargo, al verlo, dejó las cuentas que estaba llevando a cabo y se dirigió sonriente hacia el elfo.

-¡Lo tengo, señor Rando! ¡Ya me llegó su pedido!- mientras sonreía tras su espesa barba.

-Bueno, déjame verlo pues.

El enano sacó una caja de debajo del mostrador, adornada con dibujos que la marcaban como mercancía de importación claramente. No eran los típicos dibujos calishitas. No era la escritura calishita. Y por supuesto, no era un turbante calishita.

El elfo, satisfecho como estaba, entregó un par de monedas de platino al enano que, junto al sombrero, ofreció un traje de la misma procedencia.

Contento como estaba, ataviado como debía estar y con un sombrero tan bueno como el que perdió en aquel incendio, se encaminó hacia la entrada de la ciudad, no poco contento por estar vivo.

Al menos el traje le serviría para ganarse la entrada al nombramiento de los nuevos consejeros.[/i:82d2dabe25]


//podria sacar un relato bastante grande de aqui, pero el sueño me ha dicho que mejor lo resuma :p ahi lo dejo, ha estado muy guapo, si señor ;)

ArkasLynvail

04/02/2008 01:56:30

[color=blue:b423e4670c]EL ASESINO VUELVE A CASA



El eunuco preparaba la guillotina con sumo cuidado, su plan funcionaba pero llegaba el momento crítico, todo tenía que salir a la perfección.
Al menos había sacado al Bajá de su mansión pensó antes de ajustar los últimos flecos del terrible artilugio.

La masa se congregaba en la plaza, era de las primeras veces que se hacía un ajusticiamiento público no era demasiado normal en el Bajá del Khanduq.

Y tras el reo llegó el Bajá Pook, con su redondeada cara y su amplia sonrisa repleta de dientes de oro.
La máscara mágica había hecho de nuevo su trabajo, y en cuestión de segundos pasó del enorme Eunuco al siniestro verdugo. El Bajá se acercó al reo y le escupió mientras el verdugo hacía los preparativos.

¡¡MIRAD BIEN TODOS, PUES ESTO ES LO QUE LES PASA A LOS QUE TRAICIONAN Y ASESINAN A LOS DE SU PROPIA COFRADÍA!! - Gritó el Bajá mientras agarraba la palanca que haría caer la hoja, tal y como le había sugerido el verdugo que hiciera.

Con una sonrisa diabólica el Bajá bajó la palanca, y la cuchilla silbó mientras se acercaba a la cabeza del desafortunado elfo, pero algo falló.
La hoja se desvió y calló delante de su objetivo, lo que hizo trastabillar al bajá que tuvo que apartarse de un salto esquivando el peligroso filo de la cuchilla.

Pero el verdadero peligro estaba detrás de él, una espada negra como la muerte le atravesó el pulmón lo que le impidió gritar antes de caer muerto al suelo.
La masa y cofrades presentes se avalanzaron al espadachín que aguantó las primeras estocadas a la defensiva como pudo, incluso uno de ellos le hirió en un costado.

Rápidamente la mano pasó sobre su rostro y destapó su disfraz, la mano zurda agarró su característica daga y su cara volvió a mostrar las facciones del más terrible de los asesinos, lo que hizo recular a la mayoría que en un primer momento se habían lanzado contra él.

PARAD, ¡HABEIS SIDO ENGAÑADOS! - Gritó el asesino mientras derribaba a los dos primeros cofrades que habían saltado hacia él.

Y cuando la gente parecía haber cogido el suficiente valor para atacar juntos al asesino, el cuerpo del Bajá se descompuso mostrando la verdadera forma del cambiante.

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Entreri observaba la bola de cristal mientras los cofrades limpiaban los cuerpos muertos de los cofrades que habían perdido la vida a manos de él mismo.
Se felicitaba a si mismo por haber logrado normalizar a la cofradía, aunque aún le quedaba mucho trabajo. Al menos las semanas en las que había estado atacando a cofrades y dando fama a lo que ellos habían creido que era un asesino traidor de los suyos.
Y en el interior de la esfera de cristal otra cara también sonreía, alguien que ya podría volver a su casa aunque todavía no estuviera en ella su patrón.
El hombre se ajustó el turbante antes de contarle al asesino como recuperar a su jefe perdido.


//Muy buenos relatos Kosturero, muy currados. Os animo a todos a seguir por esa línea :P

pastoretpastor

04/02/2008 10:23:46

En el oasis, el apaciguado viento del desierto rozaba en nuestras caras cuando una comitiva de ciudadanos y extranjeros hablaban de manera desenfadada unos con otros. La conversación era insulsa y trajo consigo la desaprovación de Adham, que salió disparado hacia la otra punta del oasis.

Sólo dio tiempo para saludar con un leve gesto a Tapón para que el ambiente se caldeara, la furia de Memmon azotaba otra vez el desierto y el tambaleo causaba estragos en todos los presentes, la arena provocaba una calima molesta y los interlocutores y demás tertulianos alzaban una columna de arena en el ambiente con su incipiente preocupación.

Y por la entrada asomaron sus fauces una horda de muertos en vida, la más peligrosa que nunca vieron mis ojos, comandados en su retaguardia, como no, con el conocido guerrero espada en mano.

Sus hordas causaron estragos entre los caminantes, mientras intentaba escabullirme hacia su figura. Solamente pronunció unas palabras: apartaos por una parte y por la otra, es mia.

Realizó el ataque buscando al cuerpo de alguna de las señoritas caidas? O por el contrario, localizó a sus antiguos enemigos y vino por causar temor? Lo único claro es que su prometedora nueva forma estaba ahí.

No cabe duda de que este hecho fué importante. Aún así, la cálida tarde daba paso a la noche con unos comerciantes entrando con toda su caravana en la ciudad. Estaba claro, por el simple hecho de que los animales no deben entrar en la ciudad que era lustroso y adinerado el receptor de aquella mercancía, así que, desde la distancia, observé como esa barbaridad de armas, picos y ganchos entraba en el palacio para que el gran bajá Muhamed disfrutara de ellos como oasis encontrado por un sediendo caminante extraviado en el desierto.

La operación se repitió, tres toques en la puerta, camellos con armas entrando. El bajá se estaba preparando.

incubo_1

04/02/2008 22:31:21

Pasaron los dias des de que Drina "escapo" de la guardia licantropo.
Cada noche, le salian pelos en los brazos... pero bueno se disimulaba y pensaba como conseguir esa vasija...

Ahora bien, que le salieran pelos en el bigote, no estaba en su plan, y menos cuando intentaba ... con un mediano llamado Tapon. Tras una salida inesperada hacia un sitio tranquilo penso en pedir ayuda a una amiga. Se afieto el bigote y fue a contarle la verdad a esa chica llamada Korah.

El dia transcurria y la mediana se dirigio a la zona de entrenamiento donde Abd y otro se enfrentaban.
Todo iba bien... hasta que... me empezo a doler todo, y cada vez mas.... me cai al suelo y senti como me transformaba en licantropo. Horror!
Me dolia todo y Abd se dio cuenta. Me moria de hambre y no me daban de comer, solo querian respuestas a sus preguntas.

Aun no se como, pero me quitaron el collar. Pude resistir mis ganas de morder a Abd pero no por mucho tiempo... mis ojos ciegos no diferenciaban amigo de enemigo... tan solo, carne fresca.

No paso mucho tiempo que me volvi a retorcer de dolor y tras unas volteretas hacia atras volvi a mi diminuto cuerpo.

Entre gemidos y peticiones, creo haberles dicho todo lo que sabia de esos licantropos.

Espero que me puedan ayudar o no se que pasara.


MasojHunett

05/02/2008 08:30:31

[color=red:529c26af55]MEDIANAS LICANTROPO Y ENCONTRONAZOS INESPERADOS[/color:529c26af55]

[i:529c26af55]Szenreg y Abd practicaban.Drina se acercó y al instante se convirtió en uno de esos licantropos. Con un par de rápidos movimientos y un pergamino que Szenreg le había dado a Abd,logroó arrebatarle el colgante que llevabana todos esos Rakers.El colgante servía como traslador cuando el licantropo moría,de ese modo los cuerpos volvían a su supuesta guarida.

Abd decidió contactar con La Valle.El arcano apareció en una de las habitaciones de la posada y volvió a pedir que se le llevase la vasija.
Szenreg y Abd partierion de inmediato hacia las montañas Estrial.De camino Nych,un joven hechicero con un gran talento se unió a la causa.

El camino a las montañas fué tranquilo,pero el silencio de los tres hombres hacia notar la tensión del momento.
Al llegar a las montañas nevadas,el fuego y la maquinaria de asedio cubrían las pequeñas elevaciones.Abd sabía que no eran los unicos que estaban dentro.Pero para no alarmar a Szenreg y Nych no comentó nada y siguió con el plan para entrar en la cueva.

Los tres quedaron de acuerdo en usar el conjuro santuario con el fin de no ser atacados en el interior,ya que no sabían lo que se iban a encontrar.
Sortearon los primeros obstaculos,grandes dragones y sus discipulos custodiaban la cueva.No era tarea fácil.

Llegaron al recinto del gran Aurorax.El camino para los tres hombres habia terminado.Era imposible enfrentarse a el y a los discipulos.
Unos enormes y pausados temblores se repetían,la tensión que se respiraba en el ambiente aumentaba a cada segundo.
Abd sugirió replegarse y volvieron sobre sus pasos.Para su sorpresa un segundo grupo llegó al recinto.Un grupo compuesto por Adham,el gran maestro Zach,Crim,Tapón e Ifristus.

Lograron acabar con el gran Aurorax al igual que hicieron con Altagos.Estaban cerca,Abd lo presentía.
Todo cambió en un abrir y cerrar de ojos cuando estaban en la cueva del gran Balagos.Más de treinta personas se concentraba en aquella sala donde se presenció una autentíca...

La vasija fué tomada con éxito.La Valle nos advirtió en la casa con lo que podría ocurrir en un futuro.¿Cómo había entrado?.Solo el lo sabe.El caso es que ningún miembro del grupo se protegió contra el escudriñamiento,por tanto el mago sabía a todo momento donde estabamos,que hacíamos y con quien ibamos.[/i:529c26af55]

Fibrizo

05/02/2008 10:20:38

En que fregados me metes, Abd.

¿Vamos a entrenar?

Si, parece una oferta inocente... pero después de haber gastado la mayoría de mis conjuros... una mediana que parecía estar mirando nuestro combate empieza a rugir... parece que.... ¿Se ha convertido en una mujer-rata?

La madición de selûne... si, abd... quitale ese colgante, asi el cadáver no volverá con su cofradía... me pesan los párpados... casi no puedo estar quieto sin adormiscarme.... una vasija... una maldita vasija... qué pasa? ¿Tiene la esencia de los djinni? Está en las montañas estriral... de que me suena eso? oooh... no, señora, no; que no sea lo que creo.

De camino nos cruzamos con nych... el pobre parece no saber nada... mejor que nos acompañe, si, que nos acompañe. Gigantes, ogros y frío... ¡Que la sangre llegue al río!

Después de 3 o 4 combates con ogros y gigantes mis temores se confirman... vamos a la guarida del gran Bálagos. La llama voladora. Finalmente, y después de varios dias... mi concentración cede. Necesito descansar... señora, perdona ésta mi debilidad... pero soy mortal, y necesito descansar; os lo pagaré con sacrificios. Como piensas que podremos derrotarlo? Auroxas no nos quiere dejar pasar...dice que tendremos que matarle... Así sea. No podremos con él...nos va a matar... su hálito ataca mi armadura... suerte de armadura de dragón cúprico!

Cuando, decididos a marcharnos, damos media vuelta, nos encontramos con otro grupo... Tapón... Adham... Crim... El gran maestro Zach...y un tal ifristus... Un ifriti!! seguro que si!!! vamos a dar la esencia de los djinni a un ifriti?

Claro que si, va a terminar una guerra que quedó en empate hace muchisimos años, y que dejo el desierto de cálim como lo que actualmente es. Estais todos locos... por eso voy a ir con vosotros, no voy a dejar que estas cosas ocurran.

Vamos al cubil de áltagos... y está muerto. El ifriti dice que él no ha sido... Genial, tenemos compañía... más compañía.

Llegamos a la estancia del gran rojo... Y no está allí.

En su lugar, encontramos a un montón de Guardias (alguno que otro de aguda voz)... y el hombre que estubo en el nombramiento de los Consejeros de Calimport. Discute con el ifriti... si, estupendo... seguro que es un djinni.

Malditos sean, se dirigen a la vasija... no podemos permitirlo.. Bien Hecho, gran maestro Zach... vamos todos.

Vamos a aplastar como si fuesen moscas a estos ineptos. El tapón se encarga de la mayoría, aunque Crim hace un buen trabajo también.

Entonces... si! la tenemos!! tenemos la Vasija de los Djinni! ¿dónde esta ifristus? ¿Dónde se ha metido ese?

Cuidado!! viene un Djinni! Maldición! se ha llevado al gran maestre! si, reagrupémonos, hagamoslo trizas, devastemos su palacio con él dentro.

Pasamos por casa del maestre, como va a estar allí?

Y sin embargo, está... ha escapado con vida.

Bendita sea tymora, no he trabajado para nada. Discutimos un plan de acción, no sacamos nada en claro...y llega... La valle! el mago al que Abd pidió información... que narices hace aquí?

Viene a mostrarnos lo vulnerables que somos...y a darnos algo de información. Excelente. En el muzad combaten discipulos de mi señora y licántropos... esos malolientes están de parte del Baja Mohammed Shaalra. Si, malnacidos malditos por selûne... la diosa luna se os lleve y sufrais toda la eternidad a su lado vuestra transformación.

No combatimos solos... pero hay demasiado que perder...deberemos permanecer juntos.

Por ahora.

//me dejo mucho, pero a estas horas, podrían sangrarme los dedos si escribo más.

pastoretpastor

05/02/2008 11:33:34

La noche caía en el oasis, las arenas calmadas no denotaban movimiento, la noche tranquila, el maestro Zach acababa con sus quehaceres y los demás, apostados cerca de él esperamos.

Hoy nos mostrábamos tensos, las noticias volaban sobre Calim y no había nada que hiciera evitar que hoy fuera el día. Viajamos hacia el bastión de los justos. No no iba a recibir nadie, solamente Ifristus preparado, estoque en mano y con cierta motivación de encontrar aliados.

El caminó denotó que no era un simple comerciante, sus estocazos demostraban habilidad.

Las montañas nos esperaban, escalamos hasta la cima resguardados de la nieve. Allí estaba, máquinas de asedio, movilización extraña, la montaña derruida parcialmente, qué pasaba? Si, era reciente.

El interior demostraba que recientemente había habido un ataque. Siervos de Balagos y discípulos se congregaban junto con los guardianes que custodiaban estas grutas. Crim y Tapón pasearon sus filos curvados, cayeron todos.

En la sala de guardianes, allí estaban apostados, Abd, Gernes y Nych esperando la reacción del guardián. Fridoc no estaba con nosotros, así que Crim fue el encargado de acabar con ellos.

La sorpresa vendría en forma de bajá. Muhamed Sarla no esperaba con toda su cohorte. Preguntamos, pero yo ya sabía que eran sus eunucos y su guardia habitual.

Nos inquirió algo que denotaba rabia hacia Ifristus, pero lo visto anteriormente y las suposiciones que les he hecho saber a mis compañeros, ciudadanos calishitas en su totalidad, ya hacían más que imposible que esas palabras calaran en sus pensamientos para positivar su actitud hacia el bajá.

Y fue el primero en caer. Pese a sus conjuros, Tapón acuchillaba su cuerpo poco a poco, para verlo caer en un charco de sangre. No lo podíamos permitir, ese ámbito y gran poder no podía caer en manos de nadie, sólo podía ser nuestro y ahora, veríamos quien daba las órdenes puesto que el títere de esa causa había caido. No sin conseguir relevante información puesto que hasta el mismísimo Pook nos traicionó.

Algo se presentó detrás del maestro y desapareció. Antes de que llegara la sierpe debíamos marchar y el maestro sólo podía estar en dos sítios. Llegamos a la ciudad, nadie supo ser discreto. Oí la voz, al menos estaba bien... Inquirí a Tapón y Crim venir con nosotros y allí estaba, tras golpear la puerta, el maestro sano y salvo.

Los que nos acompañaron en el momento crítico estaban con nosotros y, tras un poco de diálogo e intimidación apareció el arcano (ya lo vi antes... en la novena creo), tras observar a Abd recibió lo que necesitaba saber. Nos mostró nuestros nuevos enemigos (para algunos) y viejos conocidos (para otros). Informó de todo lo necesario, el Pook que nos entrevistamos no era él. Debía entrevistarme con él, la guerra de cofradías está también bajo el yugo de la tensión predominante.

No podemos permitir cambios, no podemos permitir a nadie tener ese poder, primero informaré a la superfície, después, bajaré...

Belorfin

05/02/2008 13:00:03

//me he extendido un poco de mas, sin embargo creo que no se hace pesado. Mi intencion era reflejar las vivencias de Tapon en esta jornada.




La tarde era tranquila, resoplaba una calida brisa en el desierto, capaz de desollar la piel de cualquiera que no estuviese acostumbrado, como la de ese norteño que negociaba con Tapón. El hombre tenía los labios agrietados y se le levantaba la piel de los pómulos. Exasperado por el clima y las continuas preguntas del mediano, cerró el trato con la intención de irse cuanto antes, a un precio mucho mas bajo del que hubiera deseado. Entonces Tapón sonrió, guardo la pequeña bolsa de hierbas y milo al cielo. Era tarde, sus compañeros le esperaban, el canje se había alargado demasiado.

Al llegar a casa de Adham no encontró a nadie, tan solo una nota. Debía dirigirse a Puerta de Baldur y así lo hizo. Le encantaba viajar en barco, los pasajes solían ir llenos y era fácil amortizar el trayecto. Unas monedas por aquí, un anillo, un colgante, y algún objeto inverosímil que no le serviría de mucho.

Por fin encontró a sus compañeros, el Maestro, Adham, el Grandillón… ¡¡faltaba el gnomo!! A Tapón siempre le gustaba viajar con el gnomo porque suscitaba en el gran curiosidad, hacia sus viajes mucho más amenos con sus ocurrencias y su forma de hablar y moverse.

El grupo se dirigió al Bastión, el mediano y Crim se quedaron en la puerta, esa mole de escamas rojas no era bien recibida en ese lugar, y en el fondo, el pequeño tampoco se sentía cómodo, aunque no supiera el por que. Tras recoger a Ifristus emprendieron un largo viaje hacia las montañas, todos juntos. Largas jornadas les separaban de su objetivo, la Llama Voladora.

Los vapores se alzaban en el aire, fruto de los fuegos que se extendían por la montaña nevada y que fundían la nieve circundante. Maquinaria nunca vista por Tapón ardía en las laderas de la montaña, todo parecía indicar que se había librado una cruenta batalla, sin embargo, no había restos de muerte. Llegaba el momento de adentrarse en la gruta, de afrontar lo que allí pudieran encontrar. Estaba oscuro, y el ambiente viciado.

¡¡Otra vez no!! Ese maldito coloso… mezcla de hombre y de dragón, había vuelto a hacerlo, avanzaba con un estruendo sin igual, sus pisadas retumbaban en la cueva y el repiqueteo de sus enormes aceros unos contra otros producía un ruido desmesurado. En poco tiempo estarían rodeados por todos los ejércitos de Balagos… y no tardaron en aparecer los enemigos.

La brutal fuerza que le imprimía Crim a su sable (que según decía había aprendido de su mentor) cercenaba miembros y causaba heridas terribles a los que se enfrentaban a los compañeros, y poco a poco fueron avanzando, abatiendo a todo aquel que les quiso hacer frente, hasta que llegaron a aquella sala. La sala de los orbes.

Los ojos del mediano se salían de sus orbitas, le encantaban los objetos magicos, sobre todo las esferas que desprendían extrañas luces como aquellas, había dos, una a cada lado, sus compañeros se fueron hacia la derecha, y, aprovechando que nadie le observaba, el pequeño se fue hacia el otro lado, quería observar con detenimiento aquel artilugio. Entonces ocurrió aquello.

No sabia si con la intención inconsciente de agarrarlo, pero había llevado sus manos hacia el orbe (costumbre habitual en él, llevar las manos a todo aquello que le llamaba la atención, ya fuera un diamante, o el culo de una muchacha bonita). Tras tocarlo, noto como una energía mágica recorría su cuerpo, entonces cerró los ojos, y al abrirlos, para su sorpresa estaba en otro lugar.

Maldijo por lo bajo varias veces, no sabia donde estaba ni donde estaban sus compañeros, sin embargo, aquella nueva sala parecía muy interesante. Sin darse apenas cuenta se encontraba explorando la estancia con minucioso detalle. Pero pareció encontrar algo que no deseaba… ¡¡Un dragón!! A Tapón no le gustaban nada los dragones, y pese a ser uno de los tipos mas temerarios de Faerun, le daban cierto miedo. Dispuso una estrategia para enfrentarse a la sierpe, puesto que parecía no quedarle mas remedio, y esta funciono. Una vez abatido se hizo con la llave y curioseo unos cofres que había por allí, de los cuales mucho contenido aparecería luego en sus bolsas. Entonces descubrió un portal. Las cosas no podían empeorar, así que, dando un salto, se metió dentro.

Para su suerte se encontró de nuevo con sus amigos en la sala de los orbes, esto de la magia era fascinante. Sin embargo no venían solo sus compañeros, otros tres tipos les acompañaban. Dos magos, con uno de los cuales tenia cierta relación, y un tercer tipo que parecía conocer al Maestro. Sin reparar en ellos demasiado el mediano se dirigió hacia Zach dispuesto a contarle su historia de los orbes y el dragón, sin embargo el Maestro estaba muy serio, y le respondió con un seco -¿Tienes la llave?-. Sin dudarlo, Tapón se la entregó.

Cosas de la magia, volvió a ser transportado a otro lugar, esta vez estaban los demás, debía de haber sido algún truco o conjuro del Maestro, él dominaba la magia, había sido él quien le había imbuido sus botas mágicas, las cuales le resultaban tan cómodas. La sala no olía a azufre (Tapón esperaba encontrar aquí a Balagos) sino a rancio. Al sudor de varios hombres macilentos, que llevan días sin lavarse. Se llevó la mano a la boca para contener una arcada.

Al frente un grupo de tipos armados les dieron el alto, al mediano no le gusto nada el tono, y desenfundo con presteza, abriéndose hacia un lado para tener mas ángulo y poder observar a todo el mundo, tanto aliados, como enemigos. Apareció el que debía ser el jefe, al parecer un Bajá de Calimport, y este se enfrasco en una discusión con Adham, Zach e Ifristus. Durante largo tiempo estuvieron hablando sin llegar a ninguna solución, el tono fue subiendo, hasta que…

El maldito Bajá lanzo un hechizo e intento huir, Tapón aprovechando su escasa estatura paso a toda prisa entre los soldados enemigos en pos del Bajá, persiguiéndole a toda velocidad, las tropas del Bajá a su vez salieron tras él, pero eran mucho mas lentas y ya había abierto una buena brecha. Oyó al maestro Zach conjurar desde atrás y de pronto una fuerza sin igual detuvo al presuroso Bajá, frente a él tenia una enorme vasija, pero no podía moverse, fruto de los hechizos del Maestro.

Sin pensarlo ni un instante el mediano comenzó a acuchillarlo sin piedad alguna, hasta que el cuerpo del Bajá se despedazo. En ese preciso instante llegaban sus hombres, que cercaron a Tapón con una ferocidad inusitada. Rápido llegaron también sus compañeros dispuestos ha echarle una mano en la refriega.

El mediano se defendía feroz, esquivando los golpes con hábiles movimientos y dejando caer cuchilladas en cuanto veía un hueco en la defensa de algún enemigo. Crim puso el jarrón a salvo junto al Maestro Zach y se dispuso a echarle una mano. La mano del grandullón siempre venia bien en una pelea. Adham curaba las heridas que sus contrincantes les causaban y entre todos fueron acabando con sus oponentes.

Rodeados por un baño de sangre, de cuerpos y de restos. El aire estaba impregnado del olor rancio del sudor y de los aceros que acababan de entrechocarse. Se sucedían los jadeos de cansancio, estaban todos agotados. Parecía haber terminado todo con éxito, sin embargo apareció aquel tipo.

Poso una mano sobre el hombro del Maestro y ambos desaparecieron sin dejar rastro. Y con ellos, la vasija.

Parecía que no sabían que hacer, les invadían las dudas, hasta q el tipo que conocía al Maestro y Adham propusieron ir hacia Calimport, usarían medios mágicos para regresar de la manera mas rápida posible. La vida de Zach y la suya propia, estaba en juego. Además, el mediano, no podía quitarse de la cabeza la visión de la extraña vasija.

Encontraron a Zach en su casa, alarmado y fatigado, había conseguido huir con la vasija. Que reposaba en el centro de la entrada. Mientras todos hablaban entre ellos Tapón se acerco al enorme jarrón, lo miro con detenimiento, incluso se sintió tentado de tocarla, pero finalmente, no lo hizo. Y después… el mago.

Se oyó un ruido de tacones en el pasillo, el Maestro alarmado envió al mediano a ver que ocurría, antes de que pudiera ir a ver nada apareció un hombre bastante agradable, algunos parecían conocerle. Estuvieron hablando un buen rato de cosas que al mediano no le interesaban, pero todo cambio cuando tal individuo saco una bola de cristal que refulgía por dentro, según dijo él, con poderes adivinatorios.

No se sabe cuanto tiempo paso Tapón mirándola, ensimismado, sin enterarse de nada de lo que ocurría a su alrededor, como tampoco se sabe, como, misteriosamente, horas mas tarde descubrió, aquella bola, en el interior de una de sus bolsas.

Mazrim

05/02/2008 16:33:13

La curiosidad habia dejado paso a la inquietud. Lo que habia comenzado como un pequeño favor a un amigo se estaba convirtiendo en algo importante.

Las noticias de Adham eran preocupantes, sin duda. El Syl Pashá no habia incluido al Baja Mohamed en su consejo privado, lo cual denotaba claramente cierta rivalidad y enemistad entre ambos. Si las noticias de Adham eran ciertas y Mohamed se estaba armando, la cosa se tornaba de una simple aventura a un problema político, ya que si Mohamed se hacia con el poder yo perderia mi recientemente adquirido cargo.

La conclusión era sencilla, el Bajá Mohamed era una amenaza que había que eliminar, y si en su lugar podía poner a un aliado suyo tanto mejor.

De alguna forma las vasijas eran una pieza clave en este problema, aunque aun no entendia como un humano pensaba utilizar su poder. Tenía que encontrarlas y hacerse con ellas, y así controlar la situación.

Tras recoger a Ifristus del Bastión, el camino hasta la montaña no tuvo mayor complicación. Sin embargo, en la cima encontraron una catapulta y restos de una batalla... Eso confirmaba los rumores de Adham y complicaba el asunto; si la sierpe habia rechazado el ataque ahora estaría esperando el siguiente, preparada y al acecho, mientras que si habia sido el bajá el ganador entonces se les habia adelantado. Tenian que actuar rápido, tanto en un caso como en el otro esperar solo iba en su contra.

Entraron en el pozo y bajaron hasta encontrarse con los guardianes, y con algunos conocidos, que al parecer buscaban lo mismo. No me gustaba, pero no quedaba más remedio que unir fuerzas, eso si, dejando bien claro quien estaba al mando.

Temerosos y con todas las precauciones accedimos al pozo de la sierpe, donde nos esperaba el Bajá y su escolta de eunucos. El papel de las vasijas comenzaba a desvelarse, mientras Mohamed e Ifristus intercambiaban pullas y acusaciones. Ahora ya sabia que cualquiera de las dos podía destruir su pais y convertirlo en esclavo, y no iba a permitir que ese poder cayera en manos ajenas.

Por fin Ifristus y Mohamed dejaron su discusión, viendo que ninguno estaba ganando adeptos a su causa, y el Bajá paró el tiempo mientras yo empezaba a conjurar para detenerlos a ambos... En una fracción de segundo se habia desplazado varios metros, pero hacía tiempo que habia aprendido los secretos necesarios para apresurar mi magia, así que casi en el mismo instante lo atrapé con una mano, mientras Tapón salía corriendo en pos de él.

Entonces todo se desbordó, todos corrian y se pegaban, el Bajá gritaba preso de mi conjuro, mientras sus eunucos intentaban liberarlo y matar al mediano. Entre el caos de la batalla pude ver a Crim portando la vasija... No!! Esa vasija era mia, me acerqué y le ordené que me la diera, para que pudiera luchar contra nuestros enemigos. Crim la dejó en el suelo y yo la toqué, dispuesto a teleportarme lejos de la batalla, cuando sentí como algo me agarraba y entonces...

Estaba en una sala extraña, con un djin delante de mi. Mi magia se disipó como si fuera un aprendiz sin control, gracias a algun mecanismo defensivo. El djin habló, y entonces lo ví todo claro. Tuve suerte, el orgullo del djin le traicionó y me dio tiempo para pensar mientras él me relataba como habia organizado todo para conseguir la vasija. Cuando terminó estaba preparado, lanzó un conjuro para atraer la vasija hacia el y destruirla, mientras yo lo dejaba paralizado. Nos enzarzamos en un duelo mágico, las protecciones de su santuario anulaban gran parte de mi magia, pero sus conjuros no lograban traspasar la protección de mi túnica. Sin embargo, se me terminaban los conjuros y tenía que sallir de allí, asi que mientras se vanagloriaba de su poder yo me lancé sobre la vasija y jugué mi ultima carta, teleportándome a mi casa.

Oh, los dioses eran generosos, habia corrido un riesgo enorme y habia estado a punto de morir, pero ahora tenia la vasija en sus manos, la mitad del puzzle, y las respuestas necesarias para encajarlo con la otra mitad.

Llamó mentalmente a Adham para que supiera que estaba a salvo y fuera a su casa. Se presentaron todos, incluidos sus nuevos aliados para su disgusto. Mientras les contaba lo sucedido, apareció un nuevo elemento en la escena, un mago llamado La Valle. Les mostró algunas visiones y les hizo ciertas advertencias antes de marcharse.

Tras despedir a sus nuevos colaboradores, Zach trazó y explicó a sus compañeros el plan que iban a seguir.

El Djinn y el Ifrit habian tenido su momento, no era culpa suya que fracasaran en su enfrentamiento mutuo. Ahora, era el momento de Zach, y no iba a permitir que glorias del pasado estropearan todo el trabajo de una vida.

ArkasLynvail

05/02/2008 22:19:08

[color=red:9072566299]VERDADES, MENTIRAS



Ifristus representaba la imagen de un hombre derrotado, hundido en la vorágine de acontecimientos que parecían estar predestinados desde el principio de los tiempos.
Arrodillado y con los brazos colgandos en lo alto, donde un par de grilletes lo mantenían cautivo en aquella fría celda.
Su espalda estaba repleta de finos pero profundos arañazos que deducían que ese hombre había sufrido terribles torturas.
Pero no hay peor tortura de todas que gente inocente esté en peligro por su culpa, había sido débil, le había contado lo que necesitaba oir al Bajá y eso pondría en peligro a mucha gente.

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Y varios kilómetros más al norte de ese lugar un ser con apariencia de hombre recapacitaba sobre los últimos acontecimientos. Sin duda la pérdida de la vasija y de una buena parte de sus hombres había sido una terrible noticia.
Pero quizás la suerte cambiara otra vez a su favor.

Éste último pensamiento produjo una sonrisa en la cara del Djinnin, entonces levantó la vista y observó con cierto desencanto al grupo de paladines que estaba delante de él.

pastoretpastor

06/02/2008 12:04:46

La espera era tensa, las paredes cada vez parecían más estrechas. Una celda rodeada de lujos que él mismo eligió proteger.

Las sucesivas visitas daban a entender que, al menos, tenía a alguien cerca para poder estirar los músculos.

El gran kaatos desveló más, otra persona que preguntó por las vasijas, al parecer era un joven... sería abd? La mesura del tiempo para ese que custodia la biblioteca no debe ser ni parecida a la nuestra.

Mientras tanto, Zach hablaba a mi embotada mente... sus palabras me parecían imnóticas, pero parecía que mi nublado juicio lo entendía a la perfección...

El momento de atar cabos antes de actuar ha llegado, sólo respiraré aire puro para abrirme paso y hacer saber mis intenciones a quien debe saberlas. Las notícias que llegan por boca de otros que creía menos implicados, las opiniones de duda, la motivación de algunos pendiente de un hilo... no puedo dejar que en este momento mis manos dejen caer lo que tengo entre ellas.

Khilak

06/02/2008 14:35:57

[i:170b139fc3]El sacerdote Khilak volvió a maldecir su estupidez. Habían permitido al desconocido, un Djinn como después se reveló, acercarse a la vasija, y ahora pagaban su ingenuidad.

Se había llevado la vasija del Fuego a un lugar desconocido, probablemente la había devuelto al Bajá Mohamed, su dueño original.

Habían sido unos necios dejando al desconocido ayudarles en su “ritual”. Y menos cuando se suponía que era un ritual de alto poder, cómo podía ser que un arcano desconocido tuviera el poder para realizarlo?

Después de la batalla con el Príncipe Elemental los miembros del Brazo de los Justos estaban agotados, pero tenían claro que había que recobrar esa vasija.

El tema sería difícil puesto que tenían el acceso prohibido en la ciudad, y el viejo sacerdote era muy conocido entre sus habitantes. Tal vez el elfo druida Shono podría ayudar, haciendo de espía.

Tenía en verdad pocas esperanzas de recobrar la Vasija del Fuego que tontamente habían perdido…

Se retiró a sus aposentos con una plegaria de perdón en sus labios…
[/i:170b139fc3]

Sh0No

07/02/2008 00:40:19

En el desvío del camino a Weldazh Shono hablaba con Khilak que habia aparecido mientras montaba guardia y mientras hablaban apareció Fenix, el cual se desplomó gravemente herido.

Tras unos primeros auxilios les pudo explicar que había sido atacado por unos medianos de la cofradía del Khanduq, se habian ensañado con él y lo habían dejado al borde de la consciencia así que Khilak y el druida decidieron llevarlo al Bastión donde podrían tratarlo.

Por el camino se encontraron con Althiem, y más tarde con un arcano que buscaba el Bastión para advertirles de algo. Una vez allí, mientras Shono intentaba ayudar a que las heridas de Fenix curasen, Khilak y Althiem hablaban con el estraño hasta que salieron de la sala y le pidieron que los ayudara.

Subieron a la primera planta y allí se reunieron algunos miembros del brazo más, todos alrededor de una estraña vasija. Shono no entendía nada de lo que pasaba, pero estando donde estaba confió en que todo iría bien... pero no fue asi, despues de un ritual un viento helado invadió la habitación para al cabo de unos segundos aparecer un poderoso elemental de fuego entre ellos. Todos se lanzaron a la batalla en el reducido espacio mientras el arcano desaparecia con la vasija por un portal creado en la habitación. El elemental era duro y noqueó al druida mas de una vez, pero estando rodeado de poderosos clerigos no era tan grave.

Una vez derribado el elemental todos comprendieron que habian sido engañados y habían perdido la vasija. Shono seguia sin comprender realmente lo que pasaba pero entendió la gravedad de la situacion y se ofreció para ayudarlos obteniendo informacion que ninguno de ellos podia obtener.


//queda muy feo pero esque es tarde ya y no queria tardar :wink: (a estas horas la cabeza no funciona como deberia)

puxe

10/02/2008 18:31:07

[i:1c9acda665]El sol iluminaba , gracias a su señor, Lazthánder.

Althiem patrullaba el camino del comercio, en busca de una persona en peligro, o peligros que eliminar para facilitar el comercio, y los viajes de las personas.

Por el camino no tardó en encontrarse con alguien, era Fenix, montado en su corcel, Althiem le saludó, pero este pasó de él.

Althiem extrañado fué trás de él.

Mientras se encaminaba hacia Fenix, oyó una voz desconocida detrás.

-¿Khilak?, ¿que a ocurrido?- dijo Althiem.

- ¡Por Lazthánder Althiem! - dijo el sacerdote.

- He visto a Fenix caminar hacia el norte montado en su corcel, le he saludado y me a ignorado.

- Está herido - dijo el sacerdote.

- Que vista la mía..- dijo Althiem.

Althiem saludó a Shono que iba un poco más alejado.

Los tres se dirijieron hacia la situación de Fenix para socorrerlo.

En cuanto se pusieron a su lado, Althiem lanzó un conjuro de curación sobre Fenix. El cual no hizo mucho efecto, pues las heridas eran bastante profundas.

-Este hombre necesita una curación de un buen clérigo - dijo Althiem mirando al sacerdote.

- Lo auxiliaremos en el Baluarte- dijo el sacerdote.

- Encaminemonos pues - dijo Althiem.

Mientras hablaban, un desconocido del sur iba corriendo hacia su posición.

Althiem lo miró y vió en su rostro una expresión de miedo, mezclado con agotamiento.

- Salve caballero, le ocurre algo? - dijo Althiem.

- Saludos señores... - dijo algo desconfiado.

- Quizás ustedes puedan ayudarme. - dijo el desconocido.

- Decidnos pues - dijo Althiem.

- Vereis, estoy buscando el Brazo de los Justos. ¿Sabeis dónde se encuentra?

- Bien, nosotros sabemos donde se encuentra, le escoltaremos los tres, pero debemos ir a un ritmo rápido, tenemos un compañero en peligro.

- Muchas gracias dijo el hombre, no sabeis cuanto os lo agradezco.

- Antes de partir.., soy Althiem.

- Yo soy Alapesth - dijo el hombre.

Los cinco se encaminaron hacia el bastión de los justos, Althiem no le había mencionado que ellos eran a los que buscaba, sin antes averigüar sus intenciones, no se fiaba mucho de los Calishitas.

Una vez en el Baluarte, Althiem decidió decir quienes eran.

- Nosotros somos a los que busca, caballero - dijo Althiem.

- ¿Sí? menuda suerte he tenido pues - dijo Alapesth.

El hombre les contó su situación, este estaba siendo perseguido por unos asaltadores de caminos, y aún así, exactamente les estaba buscando para darles un mensaje, estaban en peligro.

Pues esos hombres buscaban algo que ellos tenían.

Althiem enseguida lo entendió, buscaban la vasija.

Decidieron confiar en él, y contarle que tenían la vasija aquí, y estaban buscando una manera de deshacerse de ella, para que no callera en manos inadecuadas.

Casualmente yo tengo los conocimientos necesarios para deshacernos de la vasija - dijo el hombre.

Bien, confio en vos...,seguidme - dijo Althiem.

Althiem les llevó a una de las salas del Baluarte, en la cual se encontraba la vasija. Y destapó la vasija.

El hombre leeyó la runas que había por ella para sí.

Mientras tanto Althiem comenzó a reunir a todos los posibles.

El Calishita les rogó que le dieran un poco de su poder, para así poder debilitar el príncipe de fuego que contenía la vasija.

Con dos diamantes y unas palabras arcanas que Althiem nunca reconocería, el Calishita congeló la estancia en la que se encontraban todos.

Seguidamente pronunció las palabras que harían aparecer fuera de la vasija al principe elemental.

Mientras todos se enfrentaba al principe del fuego, el Calishita se metió por el portal, tal y como les había dicho.

De repente, el principe elemental gritó.

-¡Noooooooo!, ¡os han engañado!

El principe descargó su ira contra el que mas cerca tenía y lo derribó al suelo, dejandolo inconsciente.

Cuando terminaron de destruir al principe del fuego…, que inevitablemente tuvieron que acabar con él..

Todos quedaron confusos, sí, habían sido engañados…, la vasija ya no se encontraba en la custodia del Brazo de los Justos…
[/i:1c9acda665]

incubo_1

20/02/2008 15:06:42

Las dos chicas corrian por el bosque alegres y con una graciosa melodia.... todo parecia salir bien pero la noche se acercaba poco a poco y Drina temia que pasara lo peor.

La elfa llamada Belith jamas habia visto algo igual en su vida. La mediana se habia ocnvertido en un licantropo.... De nuevo.

Al principo pudo retener sus instintos primarios, incluso pudo dar explicaciones a la elfa, breves y poco claras pero suficientes. Tarde o temprano, el instinto animal del licantropo se apoderaron de la mediana e empezo la cazeria.

Ataco a su lobo, pero este resistia... asi que busco otra presa. Por fortuna de la elfa, la mediana se topo con un gigante que pudo derribar. Tras comerse parte de el, la mediana volvio en si.

Aun asi, la amistad entre ambas chicas sigue.... pero Drina sigue buscando la Vasija para encontrar la cura.

MasojHunett

23/02/2008 10:42:58




[i:b84c678ed2]Abd permanecía observando el oasis desde una posición elevada.Estaba situado en las pequeñas escaleras de la entrada de Calimport.
El hombre de negro con gesto altivo se acerco tras dar un par de ordenes a unos hombres fornidos.

Uno de los consejeros de la ciudad,una excelencia en toda regla dijo al mago que el Gran Maestro Zach le buscaba.

Abd se acercó al distrito de Palacio.Golpeo la puerta "toc" toc" y tras un par de minutos esta se abrió.
El Gran Maestro Zach le invitó a sentarse en una gran mesa situada en un amplio salón.

Ahí hablaron sobre como marchaba el acometido que tenía que llevar a cabo Abd.Tras descartas lo que habían hablado,decidieron acudir y entrevistarse con la familia Murabi.

Haciéndose pasar por el escolta del Gran Maestre,entraron en Palacio como si se tratase de una entrevista de negocios.[/i:b84c678ed2]

MasojHunett

27/02/2008 11:06:49



[i:cb65b46f38]Abd permanecía en el pequeño "coliseo" de Calimport.Había estado practicando con Cristina y con Korah.Una silueta que Abd reconocía se acercó viniendo desde el oasis.

Likazu,se aproximó a Abd y le comentó los acontecimientos que había sufrido.Según el,había sido atacado por unos Rakers hace un par de dias saliendo de la zona en la que se encontraba ahora los cuatro.[/i:cb65b46f38]



potasa

02/03/2008 17:24:30

[i:3edf92a2f4]El consejero de Magia recibio una nota por parte del Teniente Freg. Al parecer había un asunto importante entre manos.

En cuanto el consejero le mando llamar el Guardia acudio presto al palacio de magia. En la casa del difunto Maestro Gramial Zach habia sido encontrada un vasija magica de gran poder que los especilistas de la guardia arcana habían detectado y por precaucion no la habian tocado.

Arlas sabía bien de que vasija se trataba, y ahora su condicion de consejero tras la muerte de Zach había hecho que la vasija llegase a el, y vista la situacion era le mejor de las manos donde podía haber caido.

El consejero mando a dos guardias trasladar el objeto al palacio de la magia, lugar en el que seria custiodiado.

Una vez dentro su estancia personal, Arlas se cambio de ropa, se puso comodo y prepararo la estancia con todos los artilugios que iba a necesitar para el estudio de esa vasija.

Comenzo con un protocolo de actuacion no agrevsivo sobre ella. Dibujando y apuntando todo lo que la superficie de esta contenia a simple vista. Tras esto, tomo un algodon que baño en una disolucion ya preparada e ideada para la conservacion y limpieza de la ceramica y comenzo a limpiar toda la superficie de la Vasija, siendo su sorpresa que varias runas habían sido tapadas por la suciedad del pasar de los años.

Ahora visibles, la frase en la base de la vasija cobraba otro nuevo sentido.

" El guardian del viento protege esta vasija de todo extraño. Guurkraan Alapaesth"


El nombre del guardian ahora era visible, pero Arlas prefirio no pronunciarlo por el momento, habia que tomarselo con calma y aprovechar la opurtunidad de examinar personalmente este objeto de tanto poder.

Hizo incapie en todo los datos fisicos de composicion de la vasija, medidas color, todos lo gravados dibujados, buscar las palabras en el derivado del calishita que aun se le escapaban... era momento de ver como se comportaba magicamente.

Arlas comenzo a trazar un circulo en suelo, el poder de esa vasija le daba el temor de que alguien estuviese intentando localizarla y el gnomo pretendia crear un area antimagia asu alrededor.
Ya lo había hecho mas veces, pero nunca habia visto la furia magica que contraresto su hechizo. Sin duda, la vasija gozaba de proteccion de innigualable poder y el sortilegio no llego a materializarse.
Aun asi, la prueba error de Arlas le permitio ver que la misma vasija poseia una magia antiescuadriñamiento.

Observo su interior, y tan solo dio con la sensacion de dar a un pozo de sin fondo. El poder de aquel objeto lo hacia imposible de manipular.

Por fin, se situo frente a la vasija y pronuncio el nombre del guardian. Acto seguido la oscura nebulosa a forma de tormenta salio de la vasija mientras la forma de un ser se materializaba sobre el recipiente.
Un enorme Djinnin salio con fiereza una impresionante voz que hacia temblar toda la estancia.

El genio cruzo su enormes y musculados brazos y miro desafiante a Arlas, ativiado ahora con su tunica de consejero.

- Quien me hace llamar?- Profirio con cierta repulsa el djinnin, amenazante ante la figura que tenia de delante.

- Yo te hago llamar!- el gnomo, con su apariencia oculta tras la magia de las ropas, no se hecho atras y cogio valor y astucia para hablar con el guardian.


- Como osas...- El genio parecia dispuesto a acabar con aquel que le habia despertado.

- Soy el consejero de Magia de la ciuad de Calimport, antiguo reino y base del imperio de Calim, asi no trates que considerarme un extraño! - Cierto tono amenazante salieron de la boca Arlas, había que mostrarse fuerte y poderoso ante aquel ser.

El guardian parecio, ligar los conceptos rapiamente, y aunque no ceso demostrar su condicon superior, ceso la hostilidad hacia el consejero.
Aun así, nada puedo sacarse en claro. El Djinnin tan sollo accedio a dar respuestas si le he llevado ante su presencia " el elegido".

- Traeme al enviado de los hijos del viento, de sangre pura y noble y te dare todas las respuestas que quieras. Si no lo haces... no te molestes en llamarme - El Djinnin cerro la conversacion tajente y rapidamente regreso al interior de la vasija.

Había sido un duro encuentro con el guardian, incluso un par de guardia accedieron preocupados por el bienestar del consejero el cual les mando inmediatamente que no le molestaran. Por aquella noche estaba bien. El estudio le habia ayudado y el siguiente dia debia ser invertido en poner el marcha en plan de accion.
Sabia que habia otra vasija, quien la tenia y lo que problamente pretendia hacer con ella.[/i:3edf92a2f4]

potasa

12/03/2008 14:57:04

[i:b9bebe6435]Todo se había precipitado y ahora el tiempo corria en su contra. Habían conseguido la vasija, no sabía como pero lo habían conseguido.

Debía ruenir a los acompañantes y hacerlo de inmedito. La ciudad ya casi estaba en guerra con las criaturas de los portales y si la vasija equivoacada era destruida los acontecimientos futuros aun serian peores.

Quizas se tratara de una medida desesperada, pero no quedaba otra opcion que irrumpir en casa del enemigo con astucia y arriesgando la vida en ello. Aunque siempre hay que tener preparado un plan, el momento lo descubriria.

Quizas seria necesario contar con mas amigos para esto...[/i:b9bebe6435]

pastoretpastor

14/03/2008 16:11:27

En el cincuenta por cien de los sueños despertamos sin habernos enterado de que hemos soñado en realidad, en el noventa por cien de los sueños actuamos en el sueño.

En la montaña humeante el semidragón necesitaba descansar, al fin y al cabo estaban ahí porque podía aguantar las embestidas de esos planares. Bajaron a la parte baja del accidente geográfico y esperó a que el semidragón hiciera lo que tenía que hacer cuando descansan. Pronto, muy pronto, el arcano cayó de bruces.

Su respiración parecía constante, así que el de sangre dracónica sabía que no había muerto, pero mientras tanto, en la mente del arcano, se sucedió una visión nunca antes percibida. Una galería, escenas de guerra en los tapices a mi alrededor, un lujoso edificio, ciudadanos y un hombre con turbante presidiendo la comitiva que allí se alojaba. El punto de visión del arcano era irreal como todos los sueños, la visión se le presentaba extraña, pero real.

Dos receptáculos de arcilla empezaron a vibrar, todo el que en aquella sala estaba observaba como uno de ellos empezaba a emanar energía mágica hacia el otro, la presión hizo que explotara el que recibía esa sobrecarga de poder mágico.

El hombre del turbante observó con regocijo la magia desprendida, una pared inmensa se derrumbó, de la ola de polvo que antes sustentaba todo apareció un enorme djini.

El arcanó despertó empapado en sudor, con la respiración entrecortada y el semidragón observándole de cerca, menudo susto... accedió a volver a Calimport a contarle lo sucedido a cualquiera que por allí andara y pudiera serles de ayuda, quizá el syl les otorgara algo de su gracia si realmente fue una visión. El arcano Abd apareció entre el oasis, describió al receptáculo como una vasija y mostró demasiado interés: quizá supiera algo que no quiso contar porque rápidamente se encaminó al interior de la ciudad tras decirme que me prestaría su ayuda si algo pasara...

Visiones extrañas, siempre que soñó una pesadilla así tuvo un final. Pero esta visión horroriza a cualquiera que se haya inmiscuido un poco en los relatos de los polvorientos libros en la biblioteca del gran Kaatos. Espero que el rector me sepa dar una respuesta...

pastoretpastor

17/03/2008 18:12:44

Después de una dura pelea, en la que todos los enemigos y parte de sus aliados cayeron en combate, el arcano se vió inmerso, igual que todos, en una situación extraña. Dos cadáveres reinaban sobre el silencio de aquella estancia. Híbridos extraños y la nota junto a una gran piedra, esta rezaba: Esta todo listo para la reunión dentro de una semana con el bajá de Memmon. Firmado. Bajá Domo.

La curiosidad nos movió a los presentes (más aún sabiendo que delante del nombre del firmante aparecía el título de bajá), la piedra que tapaba la reciente obra nos permitió observar lo que formaba parte de algún pasadizo, que al caer uno a uno nos mostró unas alcantarillas.

Las cloacas eran lo esperado, los cadáveres que allí se nos mostraron eran parte de lo que allí moraba. El semidragón luchaba ayudado por el domino del arte que les exprimía a esos seres, la elfa vigilaba que no muriésemos y los demás llenaban el hueco que dejábamos atrás.

Demasiado influenciados por el movimiento inexperto, al parecer llegamos propinando un ruido más que mortal, puesto que nos esperaban. El firmante se presentó ante nosotros, bajá de uno de los Khanduqs subterráneos con su cohorte de guardia personal peluda.

Amable, se mostró juguetón con nuestras intenciones, todo premeditación por su parte, encargo que nos vino dado a nosotros tras un chanaleo entre el arcano que ocupaba hueco y el bajá (menos mal que al hablar se calló).

Esta información es extraña, por qué? por qué? Demasiados porqués y estamos igual que antes, pero con una garra peluda punzándonos el cuello.

Nacho

17/03/2008 21:12:08

Ya estaba dentro. La elfa había conseguido burlar a los guardias y así haber entrado en el interior del palacio murabi. Sabía los peligros que podía encontrarse en aquel lugar, pero un sentimiento más fuerte le hizo continuar. Pretendía obtener información sobre una organización en la sala prohibida del saber. Sí, infestada, tanto de libros como de vampiros. Pero era algo que tenía que hacer, o no?

A pesar de todo, y ante su sorpresa, se topó con un grupo justo al frente de una de las 4 salas. La sala del bosque. Rumores hablaban de esa sala como la peor de todas. Una mezcla de asesinos especializados junto con un gigante hacían guardia. Aquel grupo se formaba por 4 individuos. Dert, el guerrero, y Zidar, Abhadar y Abu, los tres magos.

La elfa optó por unirse a ellos curiosa de saber si aquellas leyendas eran ciertas. Los 5 se adentraron dentro de la sala. Silencio, calma.. todo era tranquilo, una tranquilidad mortal. El mago Abu iba delante, pudiendo ver a los posibles asesinos escondidos. No tardamos en verificar los rumores. Multitud de espadachines salieron de entre las sombras deseoso de clavar sus finas espadas en los cuerpos. Tanto Abu como Abhadar realizaron varios hechizos, de nigromancia y de ilusión, con los que fueron cayendo uno a uno los encapuchados. Pero para su error, el gigante, portador de un martillo que medía más incluso que la propia elfa, apareció, custodiado por mas asesinos.

Lidhyanel intentó retener a dos asesinos. Estaba apurada, los magos lanzaban hechizos,y Dert intentaba frenar al gigante. Ella se centró en su combate. Con un ligero movimiento de muñeca, detuvo una estocada de uno de los asesinos, mientras el otro daba media vuelta para atravesar su costado indefenso. La elfa, apurada, detuvo el golpe con su pequeño escudo mágico. No podría mantener aquella situación mucho más, y para su desgracia, dert cayó ante el gigante, el cual se abalanzó hacia la elfa. Este, con un martillazo, derribó a la elfa, que se golpeó con la pared y cayó inconsciente al suelo.

Nubloso, difuso, extraño. Todo ocurrió muy deprisa. Al levantarse a duras penas, observó que ya no habían enemigos, y que un semidragón trataba de sanar las heridas del grupo. Del tipo rojo, esos semidragones no son de fiar, y Lidhyanel lo sabía. Con el como cabeza de grupo llegaron hasta la última sala. Allí encontraron una nota firmada por el Baja Domo, y dispuesta al lado de dos cadaveres de licantropos. En ella se explicaba una reunion ya premeditada para el baja de Memmon. Curioso, sin duda, que además hubiera una roca en una esquina del habitáculo.

El semidragón, junto con el guerrero, movieron la roca al comprobar que había sido puesta en dicho lugar recientemente. Bajo ella, un agujero. Hondo, sí, y oscuro. Esta vez le tocaba a Lidhyanel sacar del apuro al grupo. Con la ayuda de una cuerda, bajó por el conducto, utilizando pequeños saltos. Pero la confianza y la prepotencia de esto le hicieron fallar. Una cuerda resbaladiza, y una pared humeda, fueron los causantes de una caída libre. La elfa, intentando evitar la caída de 10 metros, dio una voltereta en el aire, por la cual cayó al suelo flexionando las rodillas. Aunque esto no significó salir ilesa.

Una vez todo el grupo estaba abajo, se armaron de valor, y comenzaron la búsqueda de "algo" por aquellas alcantarillas. Lidhyanel iba delante, sigilosa, detectando enemigos y trampas que evitaba con facilidad con la ayuda de una daga y un imperdible.

Pero no estaban solos, cantidad de licantropos se acercaban a ellos y comenzaban arduas batallas. Cuando estos morian se desvanecian como el si fueran polvo... Un caos, Lid ni siquiera sabía por qué estaba allí. hasta que al fin, encontraron la entrada a una cueva. una vez atravesada, resonó en sus oídos un "pasad". Los esperaban, pero quién?

No dudaron en hacer caso, probablemente si los quisieran muertos ya yacerían en esas frías alcantarillas. Una habitación lujosa tras una puerta de madera. Y presidia en ella el baja Domo, junto a su guardia personal. Todos licantropos..

La incompetencia de Zidar junto con la desconfianza en el semidragón hicieron que la elfa se volviera tensa. Un juego de palabras, sonrisas y diversión se reflejaban en el rostro del bajá. Un juego, eso es, estaba jugando con ellos. Marionetas? peor.

Tras unas palabras con él, "accedieron" a ser los mensajeros de la carta que habían encontrado. Y posiblemente sufrirían las mismas consecuencias que aquellos que habían sido antes los mensajeros.. acaso ese era su final?

nail2005

17/03/2008 22:17:01

Zidar y sus compañeros estaban explorando la ciudad de Calimport, esperaban encontrar alguna riqueza o aventura apasionante...

Lo primero aun esta por ver, pero aventura tuvieron y grande... Encontraron un pasaje en el palacio de Murabis, que los llevaba a una zona poco iluminada. Tras recorrer diversos pasillos llegaron al fin a un aposento custodiado por varios guardias armados y un ser extraño: Tenia muchos pelos en la nariz y unos dientes muy protuberantes. Ese personaje se identifico a si mismo como el Baja de los licantropos y sin necesidad de amenazarnos (pues contaba con una guardia impresionante) nos invito a finalizar el trabajo de sus lacayos, entregar una carta al Baja de otra ciudad. Memmon.


Los Aventureros decidieron hacerle el "favor" al Baja, pronto partirán hacia el desierto a cumplir su cometido o quizás no... ya se vera.

kamikaze_77

18/03/2008 13:52:32

No sabía por qué había por qué había aceptado bajar por esa maldita cuerda. O quizá sí... quizá fuese por el afán de saber insaciable que le caracterizaba.

Al ver esos cadáveres el mago Abhadar supuso que eran mensajeros... ¿pero por qué había mensajeros en aquel palacio de murabis?¿por qué licántropos?

Era de conocimiento popular la existencia de viejos túneles bajo la ciudad, pero lo que no era conocido era su ubicación. Para la sorpresa del mago, hallaron uno de ellos.

Acompañado de otros dos magos, Abü, un conocido, y otro el cual Abhadar no recuerda su nombre... tan solo recordaba su lengua desatada, una elfa y un guerrero comenzaron el descenso.

Al bajar se encontró en unas cloacas... como pensó, un pasadizo que habían usado unos hombres-rata no podía llevar a otro lugar, y el mago se apostó su brazo a que estaban comunicadas con el Khanduq.

Aquel lugar no estaba desprovisto de peligros... trampas que gracias a la
elfa fueron evitadas, y licántropos que gracias al híbrido rojo fueron reducidos.

Al cruzar el umbral de una cueva quedó claro que su aventura no había pasado desapercivida. Un hombre les invitó a cruzar una puerta, y ante el grupo se representó una sala repleta de más licántropos y un hombre que se dió a conocer como bajá Domo, aquel que firmaba la nota antes encontrada.

Contra todo pronóstico, aquel "hombre" les dejó salir con vida del lugar con una sola condición... entregar aquella nota por la que ya había muerto gente anteriormente.

Elgatovolador

20/03/2008 17:47:05

Alli estaba Vicharico, acababa de embolsarse 50 mil monedas por levantar a un arcano del suelo, y no sabia realmente que hacia alli rodeado de razas inferiores andando por el codiciado Palacio de los Murabi.

Se adentraron hacia la última sala y vieron un par de cadáveres hibridos acribillados a flechazos en el suelo, y una gran roca.

Descubrieron una nota oculta en uno de los cuerpos además de un enorme pasadizo tapado por una roca que habia puesto sin duda el poderoso gigante, decidieron bajar a investigar metiéndose sin saberlo en las alcantarillas, una de las zonas de cofradía más poderosas de la ciudad del sur, allí estaba el Domo rodeado de su guardia personal , junto al curioso grupo que empezó a temer por su vida pero al parecer el Domo tenia otros planes para ellos . . .


Entregarán la nota ?, el semidragón cruzó unas palabras con él antes de seguir a los demás . . .


Que sucederá en Memmon en las siguientes semanas ? . . . . . . .

MasojHunett

05/04/2008 10:25:19

[i:93578ad245]¿Valía la pena morir por Calimport?.Sin duda.Aunque nadie murió ese día...al menos nadie que no tuviera en mente recuperarlas con el fin de salvar Calimport.
Mi plan hizo su efecto...me lo jugué todo a una carta y funcionó.Cada uno pertenecía a un grupo distinto...todos buscaban las vasijas para alguien y todos juntos las encontraron en común.

Las vasijas fueron destruidas después de muchas horas de combate continuo.Todos estaban agotados,todos habían derramado sangre con el objetivo de conseguir las cerámicas.Si sangre,incluso sangre negra.Negra como el pelo crespado que me cubría todo el cuerpo,negra como la misma oscuridad.

Desde el Muzad,en el palacio del Bajá Mohammed y en el desierto...todos permanecimos unidos,aliviando la carga que suponía aquella complicada "empresa" unos con otros.Luchamos codo con codo aunque a la vez divididos por esos planes clandestinos que hacen de Calimport esa ciudad tan especial.

Le debo mucho a Arlas.Desde que contraje la enfermedad fui en quien confié desde el principio.Si me preguntasen en cuantas personas depositaría de verdad mi confianza,contestaría en dos.En el y en ella.
Aunque ciertamente nunca se debe estar confiado del todo.

Hoy he visto a la muerte más de cerca que otras veces.Vestida con sus ropajes negros,un "traje" de pelos negros en este caso, y siempre,siempre, con malas pulgas...[/i:93578ad245]

*Tras escribir estas últimas palabras en un libro de tapas duras de color negro cuyas esquinas estaban rematadas con protecciones plateadas,Abd se estiro sobre la butaca en la que permanecía sentado.Se quedo con la mirada perdida y pensativo.Se llevo la mano al hombro derecho y aparto sus ropas.Ya no había nada,el mordisco ya no le dolía,todo volvió a la normalidad.*


*Se fue de la estancia esbozando una leve sonrisa y negando para si*


//Aprovecho el espacio para felicitar a SM-Then por la brillante quest que nos ha montado que ha sido una autentica pasada.Una quest emocionante llena de suspense e intriga cargada como no con algunos sustos y artimañas.También agradezco a los SM's(SEGUID TODO EL EQUIPO ASÍ) que le hayan echado una manita.La quest ha estado de lujo de verdad.Por último aquellos jugadores con las que la he vivido,gracias por los momentos.Disfrute como un "nano" :wink:

PD:Parece una despedidad ¿no?.Pues no me voy :twisted:

ArkasLynvail

05/04/2008 16:31:08

[i:d4bb1d299e]El tiempo corría y casi podían sentir el peso de éste, como si se encontraran en el interior de un enorme reloj de arena.
El genasí les guió a la entrada y la puerta de la enorme caverna se abrió ante la llamada de su sangre. Una enorme brisa les abofeteó la cara al entrar en la estancia. Estampados, gemas más grandes que habían visto en su vida, oro y numerosas joyas estaban a sus pies.

Unos días antes todos se habrían parado y recogido sin pararse a pensar en nada más, pero poco les importaba pues el tiempo corría con rapidez y eso significaba el fin para todo lo que conocían.
Un mural conocido para el improvisado grupo se plantaba ante ellos, una historia que amenazaba con repetirse.
La puerta se abrió. Pero esta vez no les esperaba una bandada de djinnins, ni un ejército de guardaespaldas.
Una figura encapuchada y solitaria sostenía un enorme espadón con una hoja curva, esperándoles.

La lucha se sucedió, sangre, magia todo se unió bajo los muros de esa antigua prisión.
Las vasijas acabaron destruidas, los cimientos de la ciudad se habían mantenido en pie, pero en este terremoto se habían visto demasiadas debilidades, debilidades que sin duda quienes esperaban su turno en las sombras no dudarían en aprovechar.[/i:d4bb1d299e]


//Gracias a todos por participar, me ha encantado llevar esta quest. También a los PJ's que murieron por unas razones u otras y no pudieron completarla sin duda la quest no habría sido igual sin todos vosotros :wink:

potasa

05/04/2008 16:53:29

[i:c957f2db8c]EL momento habia llegado, contaba con dos de sus "incondicionales" amigos para ello, y sabia que no le fallarian. Con Tapon se entendia a las mil maravillas, Moriano ya era perro viejo de andanzas para el gnomo. Debian ir a Memmon, donde seguramente ya llegaban tarde para intervenir en los planes del baja Muhamed Saalra.

LLegaron a la ciudad y callejearon hasta dar con la posibilidad mas clara de acceder al palacio, ataron un par de cuerdas al risco y los tres subieron hasta la altura del tercer piso, justo al alcance de la ventana que les separaba del interior de la estancia.
Minutos antes habían visto salir por esa misma ventana varios fogonazos de luz, sin duda algo desconcertante. Una vez dentro encontraron una estancia con un portal, Tapon descubrio tambien un acceso secreto, pero no fuimos capaces de revertir su posicion.
Tan solo quedaba tomar el portal, arriesgarse.

Arlas cruzo primero, y enseguida observo que se encontraban en algun tipo de alcantarillado, un construccion subterranea llena de tuberias. Derrepente escucho un par de voces a su derecha y se hecho hacia la pared mas cercana escodiendose. Enseguida llegarian los otros dos y habia que hacerles gestos para que se escondieran, y asi lo hiceron.

La situacion era desconcertante, Alli estaba Muhamed, pero tambien muchas mas personas que le eran desconocidas. Abd, sin embargo, en su forma de peludo llevaba la icnta roja en la muñeca y formaba como uno mas en la formacion de los rakers, el gnomo lo tenía ya localizado y el habia conseguido mantenerse vivo hasta aqui, segun la vision.

Se habian equivocado, pero Tymora les habian sonreido. Muhamed aun no tenia la vasija y esto era una subasta por ella. Habían varias compradores que alzaban la voz haciendo sus propuestas, todas ellas para dejar perplejo a cualquiera.

Moriano se mantenía tranquilo, espectante, pero no así Tapon. Al mediano cada vez le gustaba menos la situacion y comenzaba a pornerse nervioso. Tambien Arlas estaba por unos momentos bloqueado cuando derrepende, Muhamed se levanto creando una bruma muy densa desapareciendo y el y la vasija. Habia sido una trampa, y el había conseguido lo que queria. Ahora atrapados, debían salir... y encontrarle a toda costa, no tardaria en estar listo para destruir la vasija que queria y liberarle.

La arena comenzaba a caer con velocidad tapando las baldosas del suelo y tapando la estancia. En lo alto dos cristales paracian influenciar sobre la estancia. La teleportacion no era posible y algo debia hacerse. Al lanzar su magia sobre los cristales intentando destruirlo el gnomo observo que una especie de escudos los protegian, pero no tenia claro de que forma.

No hubo mas remedio que coorperar con lo que alli estaban, sin mediar palabra, fuesen quienes fuesen ahora compartian las misma prioridades.
Un par de arcanos se preparaban para intentar disipar esos critales, el gnomo se sumo a ellos en el momento justo pero fue en vano. De nuevo las protecciones actuaron.

Fue entonces cuando la relacion existio, con la ruptura de cada proteccion terribles djinnin aparecian, la batalla era agonica pero tapon conseguia mantenerlos a raya. El gnomo se arrodillo, saca de su mochila una ballesta mecanica con un arpon de cinco ganchos a un extremo y atado a un cuerda, apunto hacia lo que parecia el hueco por donde caia la arena y acciono el mecanismo de la ballesta. EL arpon consiguio cogerse y con un par de sacudidas tenso la cuerda para ver si era segura.

Tras comprobarlo, se encaramo a ella y comenzo a trepar. La subida fue dura, y en mas de un momento estuvo a punto de caer, algo que hubiese sido mortal. A duras penas consiguio llegar a la altura de uno de los critales, se amarro fuerte a la cuerda y saco su espada corta. Con toda la fuerza que puedo Golpeo al crital, al que una vez mas las protecciones impidieron tocarlo. Nuevamente salieron djinnin, pero Arlas no ceso y golpeo de nuevo al crital, estaba vez lo consiguio, y el cristal exploto. Varios fragmentos impactaron en su cara, haciendole perder el equilibrio y quedando unicamente cogido por la cintura por la cuerda. Quedaba otro, y habia que recomponerse, la arena en la estancia empezaba a ser alarmante.
Cogio toda la inercia que pudo y se avalanzo contra el otro cristal, por suerta ya no le quedan protecciones y tambien exploto.
La estancia parecio levemente cambiar y en lo alto podia verse una trampilla, el gnomo llego hasta ella y amarro otra cuerda para que todos comenzaran a subir.


Al parecer estaban en un palacio, seguro que era Memmon. Avanzaron por las salas enfrentandose a todos lo enemigos que aparecian a su paso. La situacion era desesperada y debían dar con Muhamed de inmediato.
No obstante encontraron a Ifrustus encarcelado, el sabía a donde habia ido Muhamed y segun sus palabras el era la llave para acceder a ese lugar. El Djinnin se teleporto a las afueras de palacio, no podia ser visto por los guardias, alli se reunirian con el.

Cuando lo consiguieron, Ifrustis revelo donde debían ir. Al desierto, un duro y largo viaje hasta aquel lugar... las ruinas y la cabeza de lobo.
Y alli llegaron, era el momento de que el Djinnin cumpliese su palabra y lo hizo.
La cabeza de lobo aparecio de la arena y cubrio la entrada al altar en el que ahora llacia un portal magico. Todos lo cruzaron, todo este asunto se resolveria de una vez por todas.

Alli estaba Muhamed, con las dos vasijas en el preciso intante que comenzaba a manipularlas. El grupo se avalanzo rapidamente sobre el para impedir su magia y en ese momento el baja Muhamed dejo ver su verdadero aspecto, Arlas jamas había visto un Djinnin de semejante poder. El grupo ya estaba mermado de fuerzas pero entre todos consiguieron darle muerte, pero no todas las sorpresas acaban ahi. Ifristus, tambien adquierio su verdadera apariencia, al parecer lo que le mantenia ligado a las vasijas le obligaba a enfrentarse a ellos, eso o que su verdadero plan era tambien apoderarse de las vasijas. El Gnomo no termino de comprenderlo del todo.

IFristus descargo su primer mandoble sobre el gnomo, y este cayo insconsciente, por un momento creyo que todo terminaria ahi. Cuando recobro el conocimiento, habian conseguido mermar su fuerzas, y poco a poco Ifrustus retrocedia terreno, hasta que finalmente cayo.

Las fuerzas ya eran inexistentes, mirarses a quien mirases alli. Rapidamente una humana y un humano, que claramente representaban diferentes intereses. Uno de ello se hizo llamar Yion, guardia del templo de Calim, y el otro... Arlas tenia su propia idea de para quien trabajaba.

El gnomo sabia que si las vasijas se separaban nuevamente, de nuevo volveria a haber problemas y peligros para calim las vasijas debían ser destruidas. Yion accedio como hombre de palabra a cambio de que el otro tambien lo hiciese. Cuando Arlas se giro para buscarle, había partido a toda prisa con la vasija intentando escapar de aquel lugar. No podia permitirlo.

Corrio tras y el hasta que consiguio poner a su altura y reducirle con uno de su pergaminos. El gnomo cruzo un mirada en sliencio con el caballero de sombrero alado, dejando claro que no habría una segunda oportunidad para el. Cogio la vasija y regreso a la cueva.

Yion hizo un gesto a su sobordinada y ambas vasijas se colocaron una al lado de la otra. Arlas ya había visto manipular aquellas vasijas, y en sus aposentos había estudiado a una de ellas hasta el ultimo rincon. Se sentia listo para intenterlo.

Con gran acierto, El guardia del templo calishita, sugirio unir fuerza magicas y tambien con la ayuda de moriano, Arlas canalizo la energia magica para acceder a manipular las vasijas. La energia MAgica de las sala era impresionante, los ojos del gnomo parecian inyectados en ella y su piel, se resquebrajaba con miles de pequeños cortes ante tal exposicion magica.
Se concentro y canalizo la energia de una de las vasijas haciendo girar y voltearse para potenciarla al maximo, concentro toda su energia y las de los otros dos arcanos y la transpaso con todas su fuerzas a la magia de esa vasija al mismo tiempo que la proyectaba sobre la otra vasija haciendo que ambas magias entraran en contacto fatal.

La explosion fue tremenda, los arcanos de los lados salieron despedidos hacia las paredes colindantes. El gnomo cayo de rodillas completamente destrozado, tanto tu rostro como su piel estaban ensangrentados y sus manos sufrian terribles quemaduras.
En un ultimo esfuerzo alzo la vista y observo que las vasijas, ahora eran pasto del tiempo y de la historia.[/i:c957f2db8c]



// mil gracias Then, ha estado genial.

oculta

05/04/2008 21:35:46

[size=18:c3c61b724f][color=violet:c3c61b724f]La búsqueda de las Vasijas


Acudió al templo en el momento acordado, y el maestro le dió las ropas para ocultar su verdadera identidad y uniformarse como una más de sus escoltas.

Se ocupó de cubrir su rostro adecuadamente y en no decir palabra alguna durante toda la escolta. Ella sabía que de su función, dependía en gran medida el futuro de la ciudad, y le daba igual a cuantos tuviese que aniquilar para conseguirlo, mientras no matasen al maestro. Él le había enseñado el verdadero fundamento de su ciudad, y ella pensaba corresponderle de una forma no menos importante.

Esperaron al segundo escolta, que por medios mágicos apareció en el templo. Una vez todos reunidos, y tras unas indicaciones del maestro, nos dispusimos a cruzar el portal. Nos encontraron en una sala, rodeados por hombres lobo que hacian las veces de guardias, de entre los que se encontraba Abd, sin ella reconocerlo. La vasija presidía la sala, los bancos se organizaban concéntricos a ella y la supuesta puja no tardaría en comenzar.

Se posicionaron muy cerca de la vasija, y ella siempre tras el maestro.

La puja comenzó, y llegado el momento ella mostraría la mercancía que le correspondía, formando parte sin saberlo de todo aquel teatro. Pues tras unos instantes, la sala se tornaba polvorienta, la vasija desaparecería y los licantropos comenzarían una batalla que solo acabaría con sus cuerpos en el suelo. Exceptuándolo a él.

Aunque aquello solo había empezado.

Ella tomaba posiciones y cubría en todo momento al maestro, codo a codo con el inquisidor que ya en la sala los esperaba para reforzar su escolta. Pero entonces del techo comenzó a caer arena, y tras varias acciones de los presentes, comenzaron a aparecer criaturas poderosísimas, ante las que tuvo que enfrentarse con mucho esfuerzo, turnandose incluso con el resto de los presentes. Pero siempre atenta a las ordenes de su superior, y replegandose cuando este lo ordenaba.

¡¡Los cristales, los cristales, tenemos que destruir los cristales!! ... - decían.

Salir de allí dependia de destruirlos, y para destruirlos tuvieron que acabar con sus protecciónes y combatir con mas de aquellas criaturas, mientras la arena intentaba ahogarlos. Ella se servía de los bancos para luchar a mayor altura, libre de la arena.

Pronto encontrarían la salida, que ante su sorpresa era un acceso a un lugar no menos peligroso, su misión continuaba y hasta ahora con éxito. Se encontraron en el interior de una gran edificacion de Memnon, repleta de guardias que no les facilitarían salir, hasta tal punto que uno de ellos consiguió asestarle un golpe mortal a la escolta, justo en el instante en el que habia conseguido hacer volver en sí al maestro.

Tras unos momentos, alguien la despertó para que siguiese luchando, y eso hizo.