Cormarion

05/05/2008 21:37:51

[size=18:6be0d349d6]Misiva al Barón Fifur Tentavil

La misiva lacrada es entregada en el mostrador de la sede del Yunque Dorado al tendero al que se le indica que el remitente es el Mercader Doyle Lonnegan.

[i:6be0d349d6]A la atención del Barón Fifur Tentavil, Honorable Gran Maestro del Yunque Dorado, Baldur, en [fecha correspondiente].

Honorable Gran Maestre, tal y como acordamos le hago llegar los pormenores del negocio de licores que tengo pensado llevar a cabo, y del que tan amablemente mostró interés. Una vez más mil gracias por su visita guiada a su sede y por las respuestas ofrecidas a mis dudas acerca del funcionamiento de su Gremio, ya que como le expuse pensaba desarrollar en Amn el proyecto de negocio con una estructura como la de su organización.

Paso a relatarle los detalles sin más dilación, pues por su cargo en el Consejo de la ciudad debe tener otros asuntos de mayor importancia, y no tengo inconveniente en que delegue el estudio de esta propuesta de negocio a otro Maestro del Gremio.

El objetivo de la empresa será el de maximizar el beneficio, mediante medidas de eficiencia, con la producción de licores, cervezas y vinos propios, así como incluir la importación y exportación de otros conocidos. El proyecto es ambicioso, ya que como le comenté poseo experiencia como intermediario en el negocio de la importación-exportación, y conozco sobradamente que el margen de beneficios aumentaría si dispusiera de una fabricación propia que hiciera llegar a las tabernas y mercados directamente.

Yo, sería el propietario del negocio, y podría disponer de representantes en las diferentes ciudades a fin de tomar nota de los pedidos en calidad de mantener una planificación en la producción y en la logística de los envíos. Debido a mi actual situación económica, quizás deba aceptar su ofrecimiento de ayuda en cuanto a recursos iniciales, o bien ceder parte del negocio a socios.

Las instalaciones se ubicaran en la ciudad en la que sea más rentable de mantener. Hay que tener en cuenta el coste de la tierra, la obra, y los siempre obligados impuestos de venta y fabricación, y los salarios de la mano de obra, a fin de mantener el precio de fabricación más bajo posible. Allá donde pongan menos pegas *tacha esto último* Se abrirá el negocio allí donde las condiciones sean más favorables para el margen de beneficio, creo que a esto se le llama descentralización. Siendo usted miembro del Consejo de la brillante Puerta de Baldur no dudo en que tendrá mano para que se construya la destilería en su ciudad, ya famosa por algunos licores y vinos.

Inicialmente, las destilerías producirán licor y cerveza de dos tipos, la de baja calidad *tacha esto último* los de calidad siempre bien recibidos a precios populares, y los de calidad para paladares más refinados. En cuanto a licores se debería disponer por lo tanto de un par de alambiques y de dos líneas de producción de cerveza. Se contará con una bodega en la que vino de Baldur o de otras ciudades se almacenarán en grandes barricas de roble. Más adelante, se podría contar con viñedos propios, y aumentar las líneas de producción de licores y cerveza con otras variedades según la inversión que permitan los ingresos, siempre contando con un pingüe margen de beneficio.

Para la fabricación de licores se precisa de alambiques de cobre, aunque una vez vistas sus forjas y las mesas de trabajo mágicas se podría obrar alguna maravilla. Los alambiques, constan de cuatro elementos que son serpentín, tubo, capitel y cuba. Los Licores podrán fabricarse ya sea por destilación directa de las respectivas materias primas, en cuyo caso se denominarán licores genuinos, o por maceración, infusión o mezcla, y se denominarán licores compuesto, debiendo valerse para los últimos, solamente de alcoholes de caña, previamente purificados.

Le hago un inciso, para advertirle que la fabricación de licores entraña cierto riesgo, ya que al trabajar con alcoholes se corre peligro de explosión e incendio, que sería una tragedia. Por favor, en este aspecto se deberían tomar todas aquellas medidas de seguridad para impedir que se produzca y que se pueda sofocar. Aunque los costes mágicos incrementen el precio lo encuentro justificado para evitar pérdidas humanas y materiales. Advierta en el Consejo esta disposición necesaria, ya que pudiera ser necesario realizar las instalaciones fuera de la ciudad.

Para la fabricación de la cerveza se ha de disponer de grandes depósitos para el agua y silos para el lúpulo y la levadura, para que se pueda producir la malta necesaria que será molida, macerada y cocida, para tras ser enfriado el mosto resultante pueda ser envasada en barriles o botellas con etiqueta propia.

En la bodega de las destilerías se dispondrá de seis barricas de roble, en las cuales se puede tener vino de calidad conocida y comprada a un proveedor, o bien contactar con los viticultores y comprar parte de su cosecha para macerarlo adecuadamente con los sabores y la graduación que se considere tenga más salida al mercado.

Como ve, y ya lo he mencionado, es un proyecto ambicioso. Agradezco nuevamente su atención señoría, y quedo a su disposición para estudiar más a fondo los detalles, ya sea en el consejo del Yunque Dorado o directamente o en el de la ciudad de Puerta de Baldur. Regularmente pasaré por la sede y leeré las nuevas en su tablón de anuncios.

Reciba mi más cordial saludo,

D.
[/i:6be0d349d6]

Cormarion

07/05/2008 00:35:11

Tras su cita con una mujer de lo más intrigante bajo el tablón de anuncios de Calimport que mordisqueaba galletitas, y entre galleta y galleta, Viktor consiguió comprar por fin la deseada capa, y forzado por la necesidad, tuvo que ceder el 30% del futuro negocio de licores a la vendedora que sería a partir de hoy su asociada.

Ahora era un hombre arruinado pero con un sueño. Aunque de momento solo fueran castillos en el aire, y soñando con castillos y alambiques se fue a dormir.

anbu

07/05/2008 02:00:24

[i:dadfebd584]La elfa paseaba sonriente, mirando aquel papelajo que le daba un 30% de aquel futuro negocio de licor, tenia mucho que hacer, mucho que pensar, pero sobre todo, habia que espair a la competencia y eliminarla.

- A la Novena![/i:dadfebd584]

Haldyr_Gorcan

07/05/2008 03:53:26

*Fifur lee la carta*

(Puede ser provechoso para el comercio de la ciudad, pero no sera nada barato y seguro que no tiene el oro para montar al destilería, por eso recurre a nosotros), pensó.


*A los pocos días te llega una carta con el sello de la cofradía*


A la atención del Mercader Doyle Lonnegan.


[i:d8d7d1f5d3]Planteare su propuesta en la próxima reunión.

Ya le haré saber el veredicto del consejo en este asunto, aunque no puedo prometerle nada.

Hasta entonces pues, que Moradin le protega.[/i:d8d7d1f5d3]

anbu

09/05/2008 00:29:16

Habia que montar la destileria, lo pripero era eso, un sitio, un lugar que usar de almacen, quizas la elfa tenia uno en mente, pero no iba a salir barato, pero seria muy seguro

Cormarion

15/05/2008 15:05:01

Mientras esperaba el anuncio de la decisión tomada en el Consejo, Viktor tomaba notas de recetas de fabricación de licores así como de cuales eran las mejores añadas de vino.

- Creo que este año la cosecha de Aguas Profundas ha sido excelente. Quizás deba ponerme en contacto con esa familia que tiene negocios con los vinos como se llaman, ¡Ah, sí! Los Thann. Es más debería conseguir la receta de la hidromiel y la cerveza de los enanos, y conseguir también vino élfico. Seguro que se venderán bien.

Cormarion

20/05/2008 01:15:27

Una vez más de regreso en Calimport, ciudad maldecida con los portales en estos días, Viktor se encontró con Dama Kitty junto al oasis. Al parecer, la dama había estado buscando un local, pero no se trataba de un almacén donde montar la destilería, sino una taberna.

Sorprendido o más bien alarmado, se llevo las manos a la cabeza, pues se veía más arruinado si cabía, y teniendo que ejercer de tabernero de sol a sol, en vez de destilar preciados licores. Por si no fuera poco, encima le pedía con una sonrisa un 50-50 en el negocio cuando momentos después con toda tranquilidad le decía que lo había conseguido gratis.

Trágicos pensamientos cruzaron su mente viendo derrumbarse sus sueños. Guardó la compostura y siguió dócilmente a la autoritaria dama mostrándose siempre cortés. Se embarcaron rumbo a Baldur. La visión de futuro de la dama incluía no solo abrir una taberna, sino que ya estaba pensando en una próxima sucursal en Calimport. El plan de Viktor/Doyle era más sencillo: establecerse como único proveedor en las tabernas.

Viktor estaba a la defensiva y consideraba que se tenía que separar la destilería de las tabernas. Ya establecerían las bases más tarde. Lo que más le dolía es que le pidiera un porcentaje por algo que afirmaba haber conseguido gratis. A él, criado en las calles de Amn, donde hasta entre "cofrades" hay cortesías. La iniciativa no era mala pero primero debía habérselo consultado al menos.

Una vez arribados a Baldur, ascendieron por la colina hacia la parte alta y entraron en el Teatro. Para Viktor el lugar no le era nuevo, de sobra conocedor del servicio de barra y en la cual había tanteado el terreno y los licores que disponían. Al referirse en todo momento a una taberna, aún mantenía la esperanza en que pudiera tener un espacio suficiente para montar la destilería, pero aquí sería del todo inviable.

Tomaron asiento, Viktor con los hombros caídos y con el tono quejoso y desabrido, pero era más por desánimo que por el exceso de celo demostrado por la dama en hacerse con la taberna. Entonces llegó un desconocido de complexión delicada, y la dama se levantó como si tuviera un resorte y le saludó, mientras que Viktor simplemente no estaba de humor. Hasta que no sopesó el título del caballero y de su utilidad no se dignó a levantarse y saludar al Barón con una elaborada reverencia.

- Señoría.

Cormarion

20/05/2008 02:02:54

[size=18:7a90927e2a]Misiva al Barón Earar

La misiva lacrada es entregada en la Administración del Palacio a un Ordenanza al que se le indica que el remitente es el Mercader Doyle Lonnegan.

[i:7a90927e2a]A la atención del Barón Earar, Baldur, en [fecha correspondiente].

Antes que nada permítame que guarde las maneras y le trate como procede la formalidad,

Señoría,

El motivo de la presente es para agradecerle su generoso ofrecimiento de la dirección del servicio de barra del Teatro de la ciudad. Espero que no se sienta decepcionado ni le haya hecho perder tiempo declinando tal oferta.

Créame que al principio me mostré escéptico ante el giro que daba el proyecto de negocio de destilerías, como ya le mencioné. Si bien es cierto que sus palabras fueron sabias, y que contar con un punto de distribución inicial, ayudado por la presencia de los bardos, el lugar pudiera tener éxito y haría los licores aún más conocidos.

Me habían hecho creer en la posibilidad de obtener una taberna, comprenda entonces, que el lugar me pareciera aburrido tal y como usted coincidió en mi apreciación del lugar. Su alusión a que semanalmente se celebren obras, a las cuales los Duques asisten con regularidad, pudieran ser evento de la categoría suficiente para que acudan paladares distinguidos y reconozcan la calidad de los licores. Eso, y su aportación de algún bardo ocasional, enriquecerían la fama del lugar, su Señoría,y atraerían a más público al Teatro.

Créame, cuando le digo que no ha sido por indecisión o desconfianza alguna, que tuve que declinar su amable oferta. Únicamente lo hice porque hasta que no esté en marcha la destilería y llenas las barricas de la bodega no podría servir los licores y vinos y no quisiera faltar a mi palabra. Por favor, excusad la impetuosidad de Dama Kitty por ampliar el negocio antes de tenerlo en funcionamiento. Tenga por seguro que me pondré en contacto con usted en cuanto lo tenga todo dispuesto Barón, y que me encantaría invitarle a unas copas tras una de esas maravillosas obras de las que me ha hablado.

Disculpe las molestias ocasionadas y reciba un cordial saludo.

D.[/i:7a90927e2a]

Cormarion

12/06/2008 23:14:15

(lenta es la burocracia en Baldur... ¡@#$%&! *oscuros pensamientos*)

Cormarion

30/06/2008 12:54:37

*Doyle recostado en su camastro hojea un tomo*



1. Para obtener óptimos resultados utilice sólo agua de lluvia pura y clara, o agua destilada.
2. Use sólo mieles de sabor suave de panales sin larvas.
3. Esterilice la miel y la solución de agua (mosto) hirviéndola uno o dos minutos solamente, y los barriles que se utilizarán para la fermentación, lavándolos con agua caliente únicamente. Es preferible usar un barril de vino o de jerez. Vierta el mosto en el barril cuando esté todavía muy caliente, dejando un espacio en la parte superior; tape la boca del tonel con un rollo apretado de algodón en rama.
4. Use la levadura de vino de uva de cultivo puro, como las que venden en las tiendas para fabricantes de vinos caseros. Añada la levadura cuando el mosto se haya templado; la cantidad, si está en un medio líquido, no debe ser menor de 1% de la cantidad total tratada.
5. Inmediatamente después de añadir la levadura, vuelva a poner el tapón de algodón o (preferiblemente) use una válvula de fermentación. No añada ninguna sustancia química, excepto quizá para hacer un vino muy seco.
6. La “ fermentación turbulenta” comenzará después de un día y medio (o más) y será remplazada a los pocos días por la fermentación primaria que dura de seis a ocho semanas en un vino ligero o de tres a cuatro meses en uno pesado. Mantenga la temperatura constante y fresca a través de toda la fermentación, que se realiza mejor en el verano.
7. Luego, o tan pronto como se haya aclarado el hidromiel, decántelo, pasando el líquido claro a un barril limpio que haya sido tratado con una vela de azufre.
8. Mantenga el barril en un sótano durante dos años, en cuyo tiempo tendrá lugar la fermentación. Para obtener un hidromiel característico, bebida que supere a los mejores vinos producidos con jugo de uva, madure el hidromiel en sólidos barriles de roble.

Cuando seamos un pequeño borrón amarillento en el libro de la Historia de los Tiempos, antes, durante y después, las estrellas seguirán brillando en el cielo y las abejas, fabricando miel.

Por cortesía del Hermano Patrick Raush, Clérigo de Chauntea.

*enfurecido tira el libro a un rincón de la habitación*

- ¡@#$%&! Si quisiera hacer hidromiel aguada ya me valdría pero ¿qué demonios usarán los elfos para conseguir un hidromiel aromatizado?

Cormarion

19/09/2008 17:20:53

-Curioso si más no -mascullaba Doyle tras vaciar la pipa y echarse sobre unos mullidos cojines-. Hoy me han dicho en dos ocasiones que les gustaba mi manera de pensar. Con el primero tengo cosas en común, la pipa, Finnegan y la visión oportunista de los negocios. Pero, ¿y el segundo? Aunque no me lo imagine sirviendo jarras tiene potencial.

[...]

-¿Qué voy a hacer con Kitty, mi socia come-galletitas? -realmente se sentía confuso- Es más de lo que aparentaba cuando la conocí. Acaudalada mercader, con casa propia, general del ejército calishita... una mujer con recursos... ¿Qué voy a hacer?

Y el sueño llegó y al descorrer el velo de las tinieblas se encontró cantando una picante letra amniana subido a la mesa de una taberna donde todos brindaban a su salud y espesas volutas de humo con aroma a champiñones y flores se elevaban en el aire.

Cormarion

29/09/2008 04:24:25

- Ofertas, nuevas ofertas de negocio me llegan, ¡ja, ja, ja! -reía sonoramente recostado contra el murete con los brazos cruzados de una de las casas del suburbio de Calimport-. ¿Ron de piratas? ¿y por qué no?






//Vaya, acabo de enterarme que la espichó Paul "ojos azules" Newman el pasado 26. Una de mis pelis favoritas, "El golpe", obra maestra. Ya sabéis... Doyle Lonnegan... a tocateja.

Cormarion

15/10/2008 15:17:14

No había sido un día muy afortunado. Un revés de la fortuna pero al menos podía decir que había salido de ésta, aunque dolorido y malparado sólo se sentía herido en su orgullo.

Nada estaba saliendo como deseaba. Retrasos por una parte, burocracias y papeleos por otro, y mientras el oro se escurría entre los dedos como la arena del desierto. Iría a buscar un lugar tranquilo donde pensar lejos de las tentaciones llenas de curvas de la calle de las damas.

Un local, unos encargos a los artesanos, conseguir recetas y acuerdos con los enanos y los elfos, ron de piratas, extender la venta por las tabernas y posadas de toda la Costa de la Espada, realizar contratos, arrendar barcos, sobornos, ...

La vida es... un contratiempo.

Cormarion

15/10/2008 18:21:46

-No falla, treinta y treinta hacen sesenta, -decía en voz alta mientras anotaba la ampliación de capital en su libro de cuentas en el camarote del barco rumbo a Puerta de Baldur- y nos quedan aún otros cuarenta. Suficiente para empezar a materializar los sueños.

Cormarion

21/10/2008 20:09:04

Con la seguridad que le daba la inyección de capital en la sociedad aportada por el nuevo socio, aún a pesar de la desconfianza que éste le generaba porque parecía tener la codicia de un dragón y un mejor aguante para la bebida que él, puso rumbo al norte decidido de una vez por todas a Puerta de Baldur, la ciudad de paso para tantos mercaderes y desde donde podría expandir el negocio con más facilidad.

[...en algún lugar del trayecto...]

-Será mejor que me desprenda de ésto por un tiempo porque no lo voy a necesitar. -Se sacudió las manos de tierra y se aseguró que no había sido visto o seguido por nadie. Luego salió de nuevo al Camino del Comercio para continuar su periplo-. Tal y como están las cosas, con la ampliación de la sociedad, yo he de poner al frente algo más de seis millones seis cientas mil monedas y la socia come-galletitas tendrá que igualar el valor efectivo de la nueva participación para no perder baza y que el porcentaje se corresponda con el capital invertido. Será mejor que me busque un contable, que mareo.

Cormarion

26/10/2008 09:26:33

[size=18:cbaf41f7b1]Un peatón más en Puerta de Baldur

La gente iba y venía por la plaza en el distrito de la ciudad alta, al frente tenía el bullicioso mercado con sus puestos y los laboriosos artesanos, y a su espalda la alta fachada del palacio, donde debía presentarse la paladina ante el consejo de la ciudad en nombre de la orden para cumplir con la tarea surgida en la última reunión de caballeros.

La paladina llevaba horas frente a la puerta esperando que le comunicasen la llegada de la Administradora, la Duquesa de Vanglaris, pero hasta el más pintado caballero tiene un límite para su paciencia. En ausencia del Gran Maestre se espera que los Maestres se hagan cargo de los asuntos de la orden y ya se empezaban a acumular sobre su escritorio. Fue en un tris al mercado, compró un pergamino, pluma y tinta y sobre una mesa de trabajo, llena de restos de cachivaches mecánicos que estaba libre, redactó una rápida nota y se dirigió a la gran puerta del palacio ducal.

-Disculpe buena moza, soy forastero y busco el palacio ducal para tratar unos asuntillos de papeleos y licencias de venta, ¿sería usted tan amable de indicarme como llegar? -el avispado Doyle interceptó a la paladina en su camino.

El mercader había llegado a la ciudad en el barco y en los muelles la escriba del tablón de anuncios le indicó que llegase al mercado de la ciudad alta, que sí lo conocía, y que preguntase allí. Ya se imaginaba que el palacio ducal sería aquel enorme y voluminoso montón de bloques de piedra custodiado por los guardias mercenarios, y que servía para satisfacer el ego de los mandamasés de la ciudad, pero no pudo evitar interrumpir a la santurrona.

-Detrás suyo señor. -La paladina estaba aún a contrapié sin saber como interpretar el título de "buena moza" pero no le dio más importancia-. Seguramente aquí le podrán atender si bien la Duquesa de Vanglaris no se encuentra ahora mismo, a no ser que para tales asuntos disponga de un funcionario auxiliar. He esperado por horas y tendré que intentarlo otro día. Aprovechando la circunstancia, ¿sería usted tan amable de dejar esta nota al ordenanza de la recepción?
-Claro, claro, como no. Deme esa nota que yo la haré llegar.
-Muchas gracias buen hombre, que tenga un próspero día.
-Lo mismo digo.

En recepción pidió cita con la Duquesa y mientras la esperaba leyó la nota sin que el contenido fuera de mucho interés. Una cita pospuesta nada más. Y así, en la espera se fumó un par de pipas, y la nota quedó olvidada en un bolsillo de la capa.

Cormarion

27/10/2008 10:56:24

[size=18:8298ecde42]Ciudadano Doyle

Finalmente la Duquesa hizo acto de presencia y tras unos minutos le hicieron pasar al gran salón, cuya bóveda se sustentaba en altísimas columnas, pero que no daba impresión de riqueza, más bien era una arquitectura austera. Le faltaba un toque amniano, quizás capiteles más trabajados, bajorrelieves, grabados, algún friso, algo de oro a la vista.

Doyle saludó cortés a su excelencia, que se mostró muy celosa de su tiempo. ¡Como si él no hubiera tenido que esperar una eternidad!

-Tiene diez minutos. -dijo la Administradora.

Con tan poco tiempo se le agolpó todo el discurso que tenía preparado y apabullado como estaba pasó a explicarle rápidamente que pretendía obtener una licencia de ventas y un permiso de utilización de los tablones de anuncios de la ciudad. La Administradora se interesó por el tipo de negocio que se llevaba entre manos y puso pegas. A la remilgada dama le inquietaba que la gente se echase al gaznate unos tragos más de la cuenta y aumentasen los disturbios en la ciudad.

Quizás fuera el hecho de mencionar en su alegato que tanto el Barón Fifur como el Barón Earar estaban al corriente de sus intenciones y que en principio pensaba que este asunto ya habría sido expuesto y tratado en algún consejo de la ciudad, y que por las palabras de la Administradora nunca lo había sido, que le diera algún voto de confianza por el retraso en recibir una respuesta. La cuestión es que la Administradora calculó que el montante de la licencia y el permiso de anunciarse ascendía a un total de setecientas cincuenta mil monedas.

Con cara circunspecta por la elevada suma de los impuestos pero contento con el resultado Doyle se preparaba a realizar el desembolso cuando la Administradora le preguntó si se le ofrecía alguna cosa más pues su tiempo se le agotaba. Ya puestos en faena le preguntó a la Duquesa si la licencia de venta sería suficiente para poder adquirir un local donde trabajar.

-Las casas son sólo para ciudadanos. -Dijo la Duquesa con el tono de a quién le están haciendo perder el tiempo o deseara estar en otro lugar.
-No, no quiero una casa, sólo una bodega donde fabricar el licor y almacenarlo.
-Con la licencia puede alquilar un espacio para sus mercancías en un almacén en los muelles.
-¡Oh! Pero eso no es suficiente. Necesito destilar mis licores. He sido intermediario y sé de sobras que tendré más margen de beneficios si dispongo de mi propia producción, si su excelencia me comprende.
-Entonces, como dije, ha de ser ciudadano para optar a un local.
-Sepa excelencia que entre otras ciudades siempre consideré a Puerta de Baldur como la primera opción y montaría la destilería aquí para mayor prosperidad de la ciudad y sólo tendría un almacén en Calimport.
-En todo caso nunca podría tener una propiedad en esa ciudad. Se le agota el tiempo señor Lonnegan.
-Y dígame, ¿qué requisitos preciso para ser ciudadano?
-El pago de doscientas cincuenta mil monedas y responder a algunas preguntas.
-¿Sólo eso? ¿y podría ser ahora o he de pedir cita nuevamente? -El tiempo se le acababa al mercader y la paciencia se le agotaba a la Administradora pero si podía evitarse el trámite de una nueva espera...
-Está bien. Responda ahora. ¿De dónde es?
-Soy amniano excelencia. De Athkatla.
-¿Pertenece a alguna orden, cofradía u organización?
-No. Soy un mercader libre de Amn, y voy de aquí para allí.
-Ahora pague el impuesto y le extenderé el documento de ciudadano.

A la primera cantidad agregó el valor del impuesto y ofreció a la Administradora el millón de monedas.

-¿Qué es esto? ¿un soborno? -exclamó alarmada la Administradora.
-¿Qué? No entiendo -dijo sonrojándose Doyle-. Nada de sobornos excelencia, ¿acaso no es un millón el total?
-Doscientas cincuenta mil por la ciudadanía.
-Pero, ¿y la licencia y los permisos de anunciarse?
-Va todo incluido.
-Pues aquí tiene excelencia -Doyle le hizo entrega de la cantidad risueño por lo que se acababa de ahorrar inesperadamente.

La Duquesa le extendió el documento que lo convertía en ciudadano de Puerta de Baldur y le informó de sus nuevos derechos y obligaciones. Doyle besó el anillo a su excelencia como muestra de su fidelidad y dando mil gracias y deseando la bendición de todos los dioses para la Administradora salió a las calles pletórico.

-Ahora a buscar un buen local.

//Diría que me dejo algo en el tintero Anbu. :oops: Si acaso envíame un privi y lo edito.

Cormarion

14/11/2008 22:13:41

El ufano mercader secó la tinta de un pergamino donde acababa de redactar la memoria del proyecto de la destilería para después echar la silla hacia atrás, con las botas sobre la mesa y quedarse de brazos cruzados admirando en silencio las altas torres que podía vislumbrar desde la ventana de la cómoda habitación de la conocida Elfa Cantora.

La tarea le había mantenido enfrascado varios días y ahora los diversos elementos de destilación, barricas y planta de embotellado, junto a los precios aproximados de su coste aparecían listados además de otras previsiones de gastos como la compra del local y otros fondos de reserva del capital social. Los cálculos estaban hechos según la expectativa de ventas, al menos, suficiente como para servir la barra del Teatro.

Luego bajó la vista de nuevo sobre la mesa y se quedó mirando la desgastada pipa.

-¿Finnegan?, -exclamó al recordar otros asuntos aún pendientes.

Cormarion

24/01/2009 23:51:14

Había vuelto decidido a ponerse de nuevo manos a la obra tras las idas y venidas que le robaban un tiempo precioso que bien podría haber dedicado a la búsqueda de un local. No valía un local cualquiera y debía cumplir unas mínimas exigencias.

Tradicionalmente las bodegas estaban enterradas y eran poco más que un agujero en una colina con una puerta dado que era la forma mas rápida y barata de que estuvieran siempre frescas, y si ardían sólo se perdía todo lo que hubiera dentro pero el edificio apenas se resentiría y se reconstruiría muy rápido.

-Sobre todo la bodega debe ser amplia y hacerme con una prensa -cavilaba. El vino se trasiega a barriles para guardarlo y almacenarlo pero primero se tiene que hervir en cubas y pipas.

>>Ahora que caigo... hace ya que no sé de la socia come-galletitas por no hablar del otro.

Cormarion

25/01/2009 16:34:37

[size=18:d2a7574c9d]Reparto de beneficios

-¿Cuánto cuesta el kilo de cobre? -el mercader había cogido el barco en la perla del sur tras encargarse de unos asuntillos y al arribar a puerto cruzó la ciudad a buen paso hasta la Elfa Cantora pasándose la mano por la cara aún incrédulo.

No había podido contactar con su estimada socia, a la que aún le tenía que sacar un nuevo desembolso para la sociedad, o sacar provecho de su posición en Calimport y de sus contactos. A pesar de que la desaparición de la mujer automáticamente supondría la extinción del contrato quedándose nuevamente con el porcentaje, tentadora idea que afortunadamente desechó hace tiempo, el hecho es que le reportaría más contratiempos que motivos de alegría. De momento se encargaría de administrar la parte de Kitty pero debía encontrarla.

El mercader recordó el encuentro con el otro socio, al que había logrado evitar en un par de ocasiones,- ¿Cómo podía explicarle que no había conseguido los cinco millones de la otra parte de la sociedad? ¡Y mucho menos que aún no había beneficios!

El exasperado socio le había acorralado finalmente en los callejones del muelle calishita y pedido explicaciones y tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para que no se notase que le temblaban las rodillas. Haciendo acopio de valor no se amilanó, y más para si mismo que para intimidar al otro, intentó aclarar la situación y hacer balance. A veces lo mejor era decir la verdad y afrontar las consecuencias. Cuando le dijo que la sociedad aún no tenía beneficios cerró los ojos y rezó a su dios.

Un instante más tarde abría tímidamente un ojo y contempló el rostro del airado socio. Estaba vivo de momento. Tenía que aprovechar y convencerle de que valía más vivo que muerto o no vería nunca beneficios, ya que con él no tenía ningún contrato por escrito, y nadie más sabía del trato.

El socio dio un paso hacía él, y su figura eclipsó el brillante astro rey, y su susurro resonó grave y acusador: "Te he visto con Cristina, ¿cinco millones?, así que ahora tienes otra socia ¿verdad?". Rotundo, el mercader negó rápidamente con la cabeza. Cristina y él habían cerrado tratos comerciales, soluciones como diría la dama, y no había nada mejor que zanjarlo con una buena comida regada por la mejor aguamiel del reino, capaz de tumbar a un gigante. De hecho, su cabeza aún sufría los efectos embotadores de la cerveza Elección de Elminster.

El mercader desvió la conversación hacia la misteriosa Skullport, centro de negocios de lo más peculiar, y el otro le recordó que debía ver pronto beneficios. En Skullport se abrían nuevas oportunidades para expandir el negocio. De todos era sabido que en los torneos celebrados en la arena de Calimport y en las peleas clandestinas se anunciaba que los licores provenían de las destilerías Lonnegan, y al tipo le parecía mentira que no hubiera aún beneficios.

Cierto era que había tratado tales asuntos y realizado los envíos mediando entre los proveedores locales pero no había recibido todavía una pieza de cobre por los pedidos. El organizador de los torneos se había llevado su parte de las apuestas y el jeque del oasis su parte de la venta de los licores y no tenía claro que cobraría algo por haber facilitado las bebidas. Igualmente, el bocanegra de los dientes sucios, el que realizó un buen pedido para sus tinglados, tampoco le había pagado, y al parecer se había perdido una buena "fiesta". Alcohol, bellas mujeres, un buen espectáculo, perfecto para un hedonista como él.

-Es hora de ajustar cuentas... y repartir beneficios.

Cormarion

10/02/2009 18:11:55

[color=orange:0d9f29859a][size=18:0d9f29859a]I. Memorias. Días de pesca.[/size:0d9f29859a][/color:0d9f29859a]


Los niños corrían ruidosos calle abajo en dirección al embarcadero saltando sobre los carros de frutas y esquivando los canastos de los puestos del mercado, dejando atrás las elaboradas interjecciones de los mercaderes y el aroma a especias e inciensos de exóticas y lejanas tierras allende los mares.

Los pequeños habían escapado por uno de los tablones sueltos de la alta valla que rodeaba la Casa de Acogida, el humilde hogar para los niños huérfanos situado en las afueras de Esmel y dirigido por un anciano caballero retirado, que sólo y sin familia quiso dedicar los ahorros de una vida al servicio de Tyr como juez del condado, a procurar un futuro digno a los más desprotegidos.

Era un perfecto día de verano. La chicharra cantaba alta, el sol radiante era el amo de un cielo sin nubes y la brisa era ligera y suficiente para que las aguas estuvieran en calma en el lago.

-Una vez más lo llevas claro, "caradepus" -había dicho Viktor al chaval de pelo lacio y con incontables granos en su rostro, entre los que se habían reunido entorno a él en corrillo, en la seguridad brindada por su lugar secreto para las reuniones-. Mira y llora por que hoy voy a ganarte de nuevo.

De entre las ropas, con un rápido movimiento Viktor sacó un pequeño tarro de cristal en el que una masa amorfa y húmeda se movía, y lo alzó a la vista de todos adoptando una postura fanfarrona de superioridad, mientras el resto abría los ojos como platos al reconocer el contenido.

-¡Lombrices rojas!, ¿cómo vas a ganar con ésto? ¡son mejores las moscas verdes de Bob! -le dijeron a coro.
-Estas lombrices son mágicas, panda de tarugos -guiñó un ojo a Lucille, su confidente y mejor amiga, la niña de ensortijado pelo del color de la miel y de ojos castaños que recordaban a Viktor los de su madre, y que fue la primera persona que logró sacarle una palabra después del incendio de su hogar.

Era un perfecto día para ir a pescar. Y aquél día Viktor consiguió pescar un cubo lleno de truchas enormes y sacó unas buenas monedas vendiéndolas a uno de los pescaderos con las que invitó a dulces a toda la pandilla, incluido Bob"caradepus", pues su rivalidad no iba más allá de la pesca y eran aún niños ingenuos y de corazones nobles.

Sólo él conocía los trucos que le había contado su padre... la noche de antes echaremos un puñado de azúcar en el recipiente donde las tengamos y su aspecto al día siguiente será mucho mejor y recuerda que en ocasiones habrá que apoyar la lombriz en el fondo, con el consiguiente peligro de que se nos entierre: la solución es pinchar un poco la lombriz con una cañita y soplarle aire para que flote un poco.

Cormarion

24/02/2009 02:12:57

[size=18:cdca48dcae]Anuncios en Puerta de Baldur


-Manos a la obra -y se dirigió directo hacia una de las escribanas de la ciudad y le mostró el permiso-. Por favor tome nota.


[b:cdca48dcae]Interesado en adquirir un local en la zona de los muelles. Firmado ciudadano Doyle.

Destilerías Lonnegan: a la venta licores selectos, comunes, populares y fuertes. También al por mayor. Dejen aquí o en el mercado nota de sus encargos.

-Señor, si se trata de licores quizás le interese el anuncio del señor Burff -le sugirió la escribana.
-Dejeme ver... ¡mil rayos! -exclamó al pensar que quizás alguien quería hacerle la competencia-. Siga tomando nota señorita.



Hacía días que pensaba diversificar sus inversiones, unos prestamos aquí, unas apuestas allá, siempre atento a las oportunidades de nuevos negocios.




[dos dekhanas después]


-¡Qué le vamos a hacer! Aún no se celebra la subasta de casas y locales en la ciudad y sigo sin tener algún pedido aquí en Baldur, menos mal que con Calimport aún obtengo beneficios, ¡allí si que saben beber por mil demonios de las arenas! -se atusó el bigote-. Tengo que volver a hablar con ese Earar y aprovecharé que de todos modos quiere entrevistarse con todos los ciudadanos para retomar el asunto del Teatro.

Al menos he sacado un pico con la venta de componentes y varitas -y se recostó entre mullidos cojines- ya se me ocurrirá como gastarlo... puede que algo de publicidad venga bien.

Cormarion

04/03/2009 23:02:53

[size=18:5baff44d91]De visita en los suburbios de Calimport


Con parte del beneficio de la venta de componentes había pagado a un bardo novel de Puerta de Baldur para que compusiese alguna tonadilla alegre contando las excelencias de sus licores pero aún no tenía noticias del gnomo que se había marchado muy alegre con las manos llenas de oro.

Otro día, mientras esperaba a las puertas de palacio a su excelencia, el duque Earar, conoció a Mazhok Tuk, clérigo de Moradin, y que le podría servir para conocer a más miembros de la comunidad enana y venderles buena cerveza, o quien sabe, conseguir una receta de sus maestros cerveceros. Pero por el momento debía seguir haciendo envíos al sur.

[...]

El último cargamento de barriles había llegado a Calimport procedente desde Puerta de Baldur y estaba siendo descargado en los muelles donde esperaban los lacayos de los clientes para recoger sus respectivos pedidos. Un anuncio había llamado su atención en los muelles mientras hacía tiempo durante la descarga y respondió.


[i:5baff44d91]Espero con premura que el honorable señor Al-Zaidi tenga a bien atenderme y podamos cerrar un trato provechoso para ambos referente al excelente vino calishita.

Si no pudiera ser en ninguno de los lugares señalados me encontrará sin duda en la taberna del distrito de los muelles de Calimport. O mejor aún ya le encontraré yo mismo.

Que hasta el afortunado momento el sol derrame su bendición sobre su bien amado hijo del desierto.[/i:5baff44d91]


-Seguramente debe tratarse del vino especiado, típico de Calimshan y Tezhyr, que remedia muchos males comunes como las náuseas, los resfriados o la irritación de garganta.

Echó mano de su libro, "la guía del buen gourmet", donde se recogen numerosos licores de los Reinos, y cuyos margenes contienen las recetas de destilador que ha ido descubriendo (o conseguidas de formas truculentas), y leyó: Uvas pasas, canela, hinojo, anís, nuez moscada y clavo son algunas de sus variedades. Unas 4 a 5 pp una jarra y unas 5 o 6 de oro el barril dependiendo de sus ingredientes.

-Tengo curiosidad por saber quién puede pretender hacerme la competencia, ¡ja!, sucia-hiena-carroñera-... -se detiene de repente pensativo en mitad de la blasfemia y una sonrisa se dibuja en su rostro-. No necesito ningún socio por ahora, pero ¿y algún representante? Quizás me convenga... por ahora.

Dejó todo a cargo del capitán de la nave y se dirigió a los suburbios en busca de esos medianos curiosos. No era lo mismo decir "un curioso mediano" que "un mediano curioso", y con esa broma en la mente cruzó el bazar. Tenía un trabajo para ellos.

La atmósfera era densa en los suburbios por el polvo y la arena que se elevaba al aire con el continuo transitar de caravanas y camellos. Reconoció la casa de su lo mejor para omá, le habían dicho una vez. Los medianos estarían acostumbrados a vivir en aquel agujero pensaba, por lo pronto nadie contestó cuando llamó a la puerta, y decidió esperarles a la sombra.

Algo más tarde, cuando ya pensaba volver a la ciudad a cenar, hicieron acto de presencia el Cuchillos y el Rata que amablemente le ofrecieron un rico bocado de lomo adobado en grasienta manteca. Les ofreció cincuenta mil monedas por señalarles cierta persona con la que tenía que hablar de negocios. Él puso la bebida y los medianos tomaron más aguamiel de la cuenta y sus mejillas se sonrojaron y se achisparon.

Luego llegaron el Trampero, otro componente de aquella peculiar banda de medianos, y el semiorco llamado Armank al que había ofrecido trabajo como escolta de caravana, y también se apuntaron a la fiesta. Después de todo había pagado la mitad del trabajo por adelantado y aún sacaba algún beneficio vendiéndoles el aguamiel.

Otro conocido de los medianos se les unió, ¡qué casualidad!, pues se trataba del esclavista Adi Al-Zaidi que justamente venía buscando.

Cormarion

06/03/2009 01:42:07

[size=18:a8355f0871]Adi Al-Zaidi, el esclavista


-¿Quién sois qui no tengo el pliasser di quionosserros? -le preguntó el recienllegado con fuerte acento calishita, arrastrando las eses cual serpiente del desierto.

-Doyle Lonnegan, hijo de Amn, invitado de Calimport por cortesía de estos medianos.

-Un pliassser, soy Adi Al-Zaidi, isclavista di la ssiudad.

-Justamente le buscaba.

-¿A mí? Increíble quionsidensia.

El esclavista se fijó en el grandullón de Armank quién sabe con qué propósito que había prendido por sí solo una pipa tras haberle enseñado antes en el desierto y regalado su propia pipa.

-¿Istá bajo vuestra tutela? -dirijiendose a Viktor.

-Mi no tener que estar bajo ninguna tutela, mi poder estar aquí, ser leyes a mi decir -cortó Armank.

-¿Tutela? -preguntó Doyle sin entender a qué se refería-, le ofrecí un trabajo nada más.

-Sí, bajo la de Cuchillos -intervino Rata.

-No ssois di la ssiudad, ¿verdad grandote? -dijo a Armank mientras lo evaluaba con la mirada.

-Mi ser de lejos, ¿Tú ser si?, ¿ser bien?, mi esperar poder entrar día alguno pero tener que pagar.

-Muy bien, ¡es una ssiudad llena di posibilidades para alguien quiomo vos!

-Ya tuvistes problemas con la guardia, que eso te valga como aviso -aconsejó Viktor a Armank.

-Bueno siñor Doyle, ¿di modo qui mi buscaba?

-Sí, vi su anuncio, decía que vendía vino calishita, como dijo... ¿excelente?

-¡Ah!,¿sí? Si ssois vindidorr di licorres... claro... supondria qui vendriais por algo asi... Es una lástima, puesto qui il mijor vino si mi acabó in el norte, piarrese que es muy solissitado y di algún modo quión il vuestro si venís disdi el norte dieberría pasar lo mismo.

-Así van los negocios, usted vende en el norte y yo vengo hasta el sur.

-Assi, assi es, quiada uno trata de siacar binifissio di donde puede.

-Y digame, ¿tiene contactos en el norte? -asintiendo pensativo-, ¿algún contrato?

-No os quionsidero quiompetensia -dijo Al-Zaidi mostrando todos sus dientes en una sonrisa-, ya que cada uno di nuestros vinos tiene una dimanda ispissifica.

-Hay sedientos para todos en este negocio -mirando mientras hablaba a los mareados medianos que aún bebían y daban tumbos-, siempre puedo echaros una mano en Puerta de Baldur y representar vuestra marca.

-Con un quiontacto in il norrte tiodo sirría más fássil piarra mi. Ando algo pierrdido, otras quiostumbres, otras leyes, mi manejo pierfectamente aquí a diferreenssia di allí.

-En eso pensaba justamente.

-Un ripresentante qui quionossiera bien las tierras serría provechioso, y yo podría hacer lo mismo, di un modo risssiproco, ¿mi entendeis?

-Está bien tener amigos hasta en el infierno como se suele decir.

-En piarte esto -alza la mano, esbozando otra sonrisa, y señala a su alrededor- lo ies di algún modo. Bueno y quiomo haces alí, ¿tieneis una distilerría?

-Sí, y Voy a hacer unas obras en cuanto pueda y hacerla más grande. Le podría representar su marca en el norte pero aquí... como lo diría, creo que lo tengo cubierto más o menos, quizás en la Ficha de Cobre o en la Novena me falte ultimar unos contratos.

-Intiendo, in tal quiaso, cuando mi llegue el pidido si lo harré saber, enviad al semiorco, os piagarré para que si incargue di escoltar il materrial.

-Bien, hágamelo saber y lo embarcaré a Baldur.

-Si piodeis llevarrlo síolo, yo cuidiarré di él -haciendo referencia al grandullón.

-Claro, el siempre está por aquí en los suburbios o en las afueras.

-Soy un ssiudadano rispetado in la ssiudad podrá assercarse un pioco a la entrada si lo dissea. Is un pliasser haser triatos quion vos -y tendió su mano.

-Que el viento del desierto sea favorable a ambos -dijo mientras se la estrechaba-. Tened esta muestra pero bebed con precaución -y le regaló una de sus botellas selectas.

-Disdi luego y si no lo es que Tymora y Waukin así lo propissien. Li deseeo una buena istanssia in Calimshan.

// :wink:

Elgatovolador

16/03/2009 14:58:44

El humano y él parecían acabarse las frases, tenían un sino comercial parecido y esto turbaba a la sierpe, aunque Doyle había conseguido lo suficiente para devolver lo invertido al psicótico semidragón, la cosa iba bien para el señor del Alambique.

Había conseguio un lugar donde almacenar las bebidas, y su negocio seguía creciendo, proyectándose hacia nuevas metas la siguiente era clara , ya se conocía las maravillosas bebidas de Lonnegan a lo largo de la superficie, y el dragón conocía un enclave que quizás recibiria este oro líquido con los brazos abiertos, ¿ quizás fletar un barco ?, atravesar los oscuros túneles con una caravana de bebida no parecía lo más loable , pronto en Skullport alguien oiría el nombre de Lonnegan.

Cormarion

24/03/2009 09:59:53

[size=18:9ecf0a7645]Un día en la arena


[size=18:9ecf0a7645]Hacía girar la llave en su dedo mientras se dirigía a la tienda de Bunus para comprar el equipo necesario para la extraña aventura comercial en la que se embarcaba. La que fue una excusa útil en su día para cumplir su objetivo se ha convertido en su sueño, su meta, tras verse al borde de la ruina total, viviendo de apariencias y sin más que unos cobres en la bolsa, hasta el día de hoy.

El día había sido largo y estuvo presente en el torneo gitano celebrado en la arena de Calimport, propiedad de uno de los hijos del Syl-Pashá creía, viendo como a la par de los combates, unos apostaban y otros bebían. Se había publicitado sus licores y sin duda harían una buena caja en aquel caluroso lugar donde las gargantas secas daban la bienvenida a cualquier refrigerio.

Incluso había ofrecido una de las botellas selectas para el ganador de uno de los combates que recayó finalmente en el esclavista Al-Zaidi tras derrotar a una pequeña mediana con relativa facilidad. Los combates continuaron y algunos luchaban ya por pura diversión, y él siguió evaluándolos, tanto, que había olvidado la última oferta del Trampero por una botella de vino de hongos drow. ¡Ochenta mil monedas!

Al acabar la algarabía y tras contar las ganancias se dirigió a la calle de las damas a darse un homenaje, pero en el oasis vio la reconocible figura que eclipsaba a un tipo bajito. Ambos trataban la venta de un "gran tesoro" y quiso divertirse un poco dando baza a uno y fastidiando al otro y pujó las ofertas del pequeño gnomo hasta que éste se echó para atrás entre aspavientos divertidos. Al parecer el tipo también iba de farol... mas no le importó, había ganado mucho oro y se podía permitir esos lujos.

Luego acompañó al vendedor a su lujoso almacén, que más bien parecía una casa de citas por la riqueza que ocultaba las sencillas paredes de adobe del exterior. Alfombras, pipas de agua, mullidos cojines, un jardín interior y un enorme comedor para fastuosas fiestas e infinidad de caros detalles. Era natural que se sintiera cómodo siendo todo un hedonista, aún a pesar del anfitrión.

Sin embargo, a veces se le erizaban los pelos al oír algunas frases, aparentemente triviales, que sonaban terribles en boca del extraño compañero de fatigas y que le guiaría hasta el misterioso enclave. Los preparativos estaban dispuestos y en siete lunas se pondrían en camino. Le había dado una copia de la llave del almacén, al fin y al cabo se había ganado algo de ¿confianza?, ¿respeto?. Lo dudaba, mientras hubiera beneficios tendría al codicioso ser de su lado, y más le valía tenerlo apaciguado.

Aquella noche se sentía feliz y tras dejar al socio ahora sí que se encaminaba a la calle de las damas pero antes debía ultimar unas compras para el viaje y dónde mejor que en la tienda de Bunus.

-¿Qué hay de nuevo Bunus? ¿Tienes algo para mí? -dijo con su mejor sonrisa.
-Tú eres ese de los licores que tanto nombran últimamente, ¿verdad?
-Puede que sí -haciéndose el despistado.
-Me ha llegado este vino, ¿te interesa? -coloca una caja de diez botellas sobre el mostrador.
-Bunus, no es por nada, pero lo tuyo no son los licores. Eso déjaselo a alguien que entienda.
-Está bien, puede que a otro le interese -hace amago de retirar la caja.
-¡Ep, espera! Siempre tan arisco, relájate, era broma. Venga, déjame ver eso -y cogió una botella que por tapón llevaba un peculiar corcho con bordes de plata. La evaluó y admitió que el cristal era de buena calidad y que el tono rojo oscuro del líquido contenido en él prometía placeres al paladar-. ¿Vino de Tashalar? -leyó en la etiqueta y quedó pensativo, desconocedor de aquel vino ya que no figuraba en su guía y creyó oportuno hacerse con el lote- Vale, me lo llevo, no se hable más.


//Ya investigaré. :P

Cormarion

10/04/2009 16:31:33

[color=orange:c28ee2a1c5][size=18:c28ee2a1c5]II. Memorias. Rebelde sin causa.[/size:c28ee2a1c5][/color:c28ee2a1c5]


Pasaban las primaveras y atrás quedaban las peleas con otras bandas de niños por dominar la cabaña del árbol, las incursiones furtivas a la cocina de la gran Berta, y los tirones de oreja del inflexible Dagmar, la vieja gloria que tras una vida al servicio de la ley dirigía con mano de hierro el orfanato.

En la pequeña escuela habían aprendido a leer y a escribir, algo de números y poco más que conocimientos generales sobre la naturaleza, historia y geografía. Lo que sí había aprendido Viktor era que la letra con sangre entra, y en más ocasiones de las que hubiese deseado fue castigado por su falta de obediencia y continuas bromas. Había llegado incluso a liderar un motín entre los niños en una jornada memorable en el orfanato en la que conquistaron la cocina y se atrincheraron en su interior haciendo frente a las fuerzas invasoras.

Su espiritu rebelde había sido un problema continuo para Dagmar. Ambos se respetaban y se querían aunque ninguno lo demostrase. El viejo aguantaba estoicamente las pullas del joven Viktor y éste no llegaba a comprender a veces por qué no recibía el justo castigo ni por qué a veces lo miraba con aquellos ojos llenos de compasión.

Y llegó el día en que Viktor era ya todo un hombrecito y estaba preparado para tomar un trabajo, ser aprendiz de algún artesano, o como era el deseo del viejo Dagmar, que se alistase en la escuela militar de la capital y que algún día llegase a ser un buen guardia o un buen soldado. Cumpliendo con el deseo del antiguo paladín que le había dado una carta de recomendación fue aceptado en la academia donde Dagmar esperaba que pulieran a Viktor para que fuera un ejemplo de disciplina.

Lo que más le dolía a Viktor era dejar atrás a toda aquella gente que se había convertido en su nueva familia. Echaría de menos hasta a Bob "caradepus" pero especialmente a su flor, su Lucille. Ahora, camino a la capital, se llevaba los dedos a los labios para recordar el furtivo y entregado beso que le dio en el pajar alejados de cualquier mirada indiscreta.

-Toma, llévate esta prenda para que no te olvides de mí -había dicho Lucille.
-¡No seas boba! Como me podría olvidar de tí -le dijo él.

El sencillo pañuelo de la joven guardaba aún su aroma, el aroma de su flor. Por ella se convertiría en todo un hombre y volvería a Esmel con un nombre para pedirle matrimonio o no sería digno de ella.

Cormarion

12/04/2009 14:59:01

[size=18:75268ce9ba][b:75268ce9ba]¡Arriba las copas, brindemos por las bellas artes y las mujeres bonitas!


U[/b:75268ce9ba][/size:75268ce9ba]na obra teatral se iba a estrenar dentro de poco en el Gran Teatro de la ciudad y desde que la noticia llegó a oídos del mercader se apresuró a buscar a su excelencia el duque Earar.

Los días pasaban y siempre el mayordomo mayor del palacio ducal le decía lo mismo, el duque no se encuentra en palacio, y una vez tras otra iba dejando nota de su solicitud de audiencia.

Cansado de esperar se pasaba por el teatro asiduamente entablando amistad con el recepcionista, los camareros del bar y los músicos. No era un mal sitio para empezar la verdad viéndolo por segunda vez como le dijo a su socia Kitty. Tenía posibilidades considerando la sala de música, donde uno podía conversar con las bellas damas de noble cuna o ricas herederas, entre arrullos y volutas de humo, de las bondades de su belleza efímera y de vivir la vida en cada sorbo de vino antes de que se acabe la botella. Como no, allí se reunirían personas notables, nobles y otros cargos que copaban los puestos influyentes de la ciudad y también mercaderes locales y foráneos, y sería una excelente punto de encuentro para iniciar negocios o compartir rumores.

En una de esas ocasiones Viktor coincidió en una de las audiciones para los papeles de la obra con el maestro artesano Rigrin y la risueña Lerian, la bonita gnomo que parecía haber cambiado al desdichado Pulgoso, como se hacía llamar el mediano cuando lo conoció hace ya algún tiempo. Les acompañaba Penco, un tipo estirado y que no hablaba mucho, pero que recientemente le había protegido del asalto de unos gnolls en el camino, y que ahora permanecía con el semblante compuesto y serio junto al resto en la sala de música.

Los pequeños accedieron de uno en uno y no soltaron prenda de la prueba a su regreso por lo que no pudo satisfacer su curiosidad y conocer el argumento de la original obra o su título. Parecía que les había ido bien pero dudaban, y mientras tanto Viktor había ido pidiendo al pianista que tocase alguna tonada amniana alegre. Aún así el caballero Penco estaba tenso y alerta llegando incluso a desenvainar su acero en una ocasión. será parte de su papel. Pero Penco parecía que no había venido por una audición ya que no tomó parte, ¿pertenecería a la seguridad del teatro?, se preguntó el mercader.

Momentos más tarde, al finalizar las audiciones y de vuelta a la calma, hizo aparición una joven de piel tersa, curvas llenas de promesas y labios invitadores. Se trataba de la directora de la obra, Laura, y Viktor no pudo evitar ser galán con la bella dama de exóticos ojos. No eran de color castaño como los de su Lucille pero había algo en ellos. La joven directora novel esperaba reunirse con el duque Earar en algún momento así que también le dejó recado para él y luego se despidió de ella con un beso en la mano haciéndola ruborizar.


-Hay muchas flores en el campo para libar sólo de una, pequeña -le había dicho Viktor algunos días antes a Lerian. Y después pensó en su Lucille.

Cormarion

15/04/2009 00:06:52

[size=18:b9e26569e7][b:b9e26569e7]Entrevista con el duque Earar. Doyle, el gerente del bar


S[/b:b9e26569e7][/size:b9e26569e7]e apuraba Viktor tras entrar en el teatro y saludar al encargado de la entrada a dirigirse a la barra a remojarse el gaznate cuando casi se da de bruces con un tipo no muy alto que salía de la platea y que portaba una lira en la mano.

En el primer instante pensó que se trataría de uno de los actores o de los músicos de la obra que la bella Laura estaba preparando pero reconoció las facciones del elfo y supo que se hallaba ante el duque Earar.


-¡Oh!, excelencia justamente quería hablar con vos -dijo Viktor echándose hacia atrás la capucha mostrando una barba bien cuidada.
-El señor... Lonnegan, ¿no? -dijo Earar reconociendo también al que le había dejado tantas notas en palacio.


Tras tanta espera ahora podía disponer de unos minutos con el duque, y responsable del Gran Teatro, para hacerle una proposición. Tomaron asiento en la sala de música y allí en aquel ambiente relajado con una música ligera de fondo entablaron conversación.


-Quizás recuerde que en una ocasión se me ofreció la dirección de la barra -empezó Viktor-. Le informo, excelencia, que ahora estoy en disposición de mantener un suministro regular y de dirigirla -haciendo una pausa- si es que la oferta sigue en pie.
-Muy bien. ¿Y cómo habéis pensado que sea el acuerdo? -preguntó el duque.
-Esperaba que vos me lo dijerais ya que tratasteis con mi socia, dama Kitty -y añadió-, que por cierto, ¿no la habréis visto?, es como si se la hubiese tragado la tierra.
-No la he vuelto a ver desde aquel día -dijo Earar.
-Lo único que sé es que el local iba a ser gratis -afirmó Viktor pensando que la exigente come-galletitas pretendía ganarse una parte mayor de la sociedad a su costa.
-Cierto, el local sería gratis -dijo Earar sacando una sonrisa de felicidad al mercader de licores-, pero a cambio de un porcentaje de los beneficios.
-Claro, lógico -dijo Viktor maldiciendo por lo bajo al saber que algo le iba a costar-. Las obras teatrales conllevarán un gasto.
-Decorados, vestuario, todo eso -dijo Earar-. Haremos lo siguiente, estaréis al cargo durante un tiempo y un veinteava parte de los beneficios irá a parar al teatro. Después de ese periodo nos reuniremos y discutiremos si es la mejor opción y en caso negativo de cómo mejorarla.
-Me parece justo y razonable excelencia -dijo Viktor. A fin de cuentas ahora su principal fuente de ingresos en el sur se había truncado por los malditos thayinos de turno y sus condenadas ansias de conquista, y ahora tenía que procurarse nuevas fuentes de ingreso para financiar la campaña a donde quiera que le llevase el socio, tus licores se volverán oro líquido, ya lo verás, le había dicho.


Acabaron de ultimar pequeños detalles como el servicio de camareros, que mantendría pues ya les conocía y sabía que estaban al corriente de los gustos de la clientela habitual.


-Teniendo en cuenta que se encuentra en el Gran Teatro, supongo que comprenderéis que no debe convertirse en un lugar lleno de borrachos, sino en un lugar donde la nobleza y los buenos mercaderes vengan a pasar el tiempo -respondió Earar.
-A eso me refiero, si hay derecho de admisión o alguien tiene un comportamiento fuera de lugar -dijo Viktor.
-Si alguien da problemas serios entonces lo lógico es que sea expulsado -dijo Earar.
-Será un lugar, pues, donde se guarde el decoro y se ensalcen las artes en agradables tertulias -lisonjeó Viktor a Earar- y aunque no sea necesario preguntar... ¿se puede fumar?
-Es lo normal -respondió Earar-. Enviaré a algún bardo para que toque algo de música.
-¿Contratará seguridad? -inquirió a Viktor que se sorprendió un tanto por la pregunta.
-No, excelencia, si lo que quiere es que nadie interrumpa los ensayos de la obra o que impida que alguien se cuele a curiosear los decorados o los vestuarios de los actores, será suficiente con el bardo y de paso me hará compañía -dijo con la esperanza de que mandasen a aquel bardo al que pago por servicios de publicidad que no había recibido. Ya le enseñaría a ese a hacer negocios.


Viktor aún no dejaba escapar al duque y aún tuvo tiempo para preguntarle acerca de los servicios especiales que se ofrecerían los días de función, en las pausas entre actos de la obra, donde el público podría tomar alguna copa y comentarla.

Tras cerrar el trato estrechándose las manos, el mercader se dirigió de inmediato a informar a los camareros, pertenecientes al pueblo elfo, el pulcro Daeron y la bonita Merenwen, de los cambios en la dirección del servicio del bar y de su concesión a Destilerías Lonnegan. Viktor les preguntó acerca de los gustos del duque Earar llevándose un chasco ya que afirmaron que éste nunca había pedido una copa de alcohol y que sólo tomaba zumos y té.




-Vaya, vaya -pensó Viktor. Le era igual en el fondo, y le mandaría una caja con varias de sus botellas más selectas, y las bebiera o no sabría apreciar el detalle, y siempre podría agasajar alguna visita en palacio con una buena copa. Que mejor publicidad gratuita que esa- ¡Daeron, ven conmigo! Toma nota que vamos a hacer inventario de las existencias a ver qué tenemos de bueno por aquí.


En cuanto acabó con el inventario salió a la calle esbozando una sonrisa de oreja a oreja a hacer publica la concesión del servicio del bar del Gran Teatro en el tablón de anuncios. Ahora era el nuevo gerente.

Elgatovolador

17/04/2009 16:09:29

[i:861e96ede3]Hacía tiempo que la semisierpe no pisaba Skullport , un asunto pendiente, y la invasión de esos magos Rojos de Calimport le habían tenido ocupado durante un tiempo.

La cita estaba preparada y mientras comentaba con Vara Blanca y uno de sus vasallos humanos en la sureña Mansión calishita pensaba si daría buen beneficio vender allí, quizás sería interesante conseguir más contactos abajo , y que Doyle viera de paso algo más del Faerun que no conocía.

Había que prepararse , el viaje a Skullport era largo y la travesía no menos peligrosa , un enorme barco cruzaba cavernas inundadas hasta llegar al enclave comercial, pero había algo que le gustaba allí y era tener un techo cavernoso sobre su cabeza le recordaba a . . .[/i:861e96ede3]

Cormarion

07/05/2009 11:12:58

[quote:74f3e361b8="Leda"]A la atención de Doyle Lonnegan: preciso hablar con usted sobre la posible cesión temporal de la taberna del teatro.
Espero prontas noticias suyas.
Gracias. Leda
(me encontrará en Puerta de Baldur)[/quote:74f3e361b8]


[quote:74f3e361b8="Viktor"]El sol se había puesto en Puerta de Baldur hacía ya unas horas y el crepúsculo había dado paso a una noche cerrada de luna nueva en la que las estrellas conformaban la historia de Faerun, testigos de todos los acontecimientos que habían ocurrido bajo su mágica luz en el devenir de los años.

Aunque ya no se escuchaba el barullo y el vocerío de los comerciantes que propagaban las alabanzas de sus mercancías, ni el chismorreo y las conversaciones casuales de los compradores o de los curiosos, en el mercado aún quedaban los sempiternos mercaderes avariciosos que nunca cerraban y siempre mantenían abiertos sus puestos y en la atmósfera aún se apreciaban las notas aromáticas de las especias venidas del sur y de tierras más lejanas y exóticas al este de la costa de la Espada, aromas dulces de las frutas maduras y la mezcolanza de embriagadores perfumes, aceites y esencias contenidas en misteriosos viales.

La noche era joven y fresca para que alguien de alma díscola y bohemia no pudiera reprimir sus instintos y saliera a dar un paseo al amparo de la oscuridad, donde bajo su aterciopelado manto, las bellas damas aún se podían encontrar recorriendo la zona alta de la ciudad o los muelles. Encerrado en la habitación de la Elfa Cantora se le echaban encima las paredes cuando pasaba más tiempo del necesario, y en la taberna las camareras ya conocían todos sus chistes y trucos de seductor, y más de una ya había compartido la alcoba y una botella... o dos, y por qué repetir plato cuando tenía un buffet ante él.

Aún tenía pedidos atrasados que llevar al sur y en los muelles se había enterado que los thayinos habían sido expulsados de Calimport. Aún tenía que hacer un largo viaje que le iba a mantener un tiempo fuera de Baldur. Los camareros del bar del Gran Teatro eran buenos y de confianza pero quizás podría sacar algún provecho de Leda, ¿quién será?, se preguntó Viktor. Aún tenía muchas cosas por hacer.


//A ver si coincidimos y me cuentas. ¡Qué intriga! :wink:[/quote:74f3e361b8]

Cormarion

07/05/2009 11:20:15

[size=18:fb897f8097][b:fb897f8097]La dama de los cisnes


A[/b:fb897f8097][/size:fb897f8097]lto lucía el sol cuando al llegar ante el Gran Teatro vio a una expectante dama aguardando ante sus puertas y decidió entablar conversación con la bella muchacha.


-Saludos dama -dijo Viktor-, ¿os apetece pasar y tomar una copa?
-¡Oh! Saludos -dijo la joven-. Esperaba a un tal Doyle... ¿le conocéis?
-Estáis en su presencia si es que buscáis al destilador -mientras pensaba que hoy debía ser su día de suerte.
-Eso es estupendo. No os requiero por vuestro oficio exactamente pero mejor se lo explico dentro si le parece.
-Por supuesto, adelante -dijo Viktor abriendo galantemente la puerta para la dama.


Una vez en el interior el mercader de licores y ahora gerente del bar del teatro escogió la sala de música como escenario de una relajada charla, donde la dama tomó asiento en uno de los sofás y Viktor se sentó junto a ella, tan cerca que casi se tocaban.


-Vos diréis -invitó Viktor.
-Veamos como empiezo... Llegué del ducado de mi padre, Sheol, hace escasos días y como quedé prendada de Baldur decidí fijar aquí mi segunda residencia -dijo Leda-. El gran duque me concedió la ciudadanía, así que... me gustaría hacer una recepción como presentación a la sociedad de Baldur, ya sabéis, para la gente que merezca la pena tratar.
-Puerta de Baldur es un buen lugar, en efecto, ¿de dónde decís que venís?
-Del ducado de Sheol, al oeste de aquí, ¿os suena?
-La verdad es que no -dijo Viktor mientras evaluaba a Leda y tasaba el vestido de finos tejidos y gasas, verdes como los prados en primavera, y rematado con lujosos bordados-. Sois una noble dama del ducado imagino.
-¡Oh! Soy la hija del duque, estimado Doyle -dijo Leda con una sonrisa y un tono que desarmaron al mercader.
-Comprendo -afirmó Viktor mientras no daba crédito al hallarse ante todo un partido.
-La cuestión es que varias personas me recomendaron la cantina y la sala de música como el lugar ideal para hacer esa fiesta de presentación -dijo Leda pensando bien las palabras-, y claro, debía hablar primero con vos, el propietario.
-Me halaga -dijo Viktor con una sonrisa-, no creáis, pero sólo soy el gerente. La dirección del teatro incluido el servicio del bar es responsabilidad del duque Earar.
-Aun siendo así... las cuestiones económicas deberían tratarse con vos, ¿verdad? Eso me dijo el duque Earar.
-La verdad es que sí. ¿Qué tenéis en mente? Contadme vuestros planes a ver en qué puedo ayudar.
-Veréis, pensaba hacer la presentación para lo más granado de Baldur... -dijo Leda-. La gente necesaria para ser introducida en sociedad como es debido.


El mercader entrecerró los ojos pensativo. Hacía tanto tiempo que no se mostraba tan altruista que ni se reconocía a sí mismo, acostumbrado siempre a tratar con posaderos malcarados y marinos de dudosa reputación. El Gran Teatro le hechizaba manteniendo una atadura con su pasado que debía arrastrar hasta el fin de sus días. Sin embargo los ojos de Leda no eran los ojos de Lucille.


-Sería más una cuestión de materias primas y entretenimiento de la mejor calidad -continuó Leda-. Vengo a decir que no seremos un gentío pero que debería haber lo mejor para mis invitados.
-Ya me lo imagino -dijo Viktor haciendo gestos con las manos-, los músicos, los camareros, todos de gala y las copas de los invitados llenas.
-¡Oh, me entiende usted a la perfección! -dijo Leda, y complacida sonrió.
-Si se trata de licor tendrá lo mejor y aparte de estos músicos se pueden encargar unos bardos adicionales al duque, ¿qué os parece?
-La verdad es que sé como se hace esto en mi tierra, pero aquí, gustosamente me dejaría aconsejar por alguien más conocedor... -dijo Leda dedicándole un pestañeo coqueto.
-Está en buenas manos. ¿Ya tiene una lista de invitados? Sería conveniente conocerla, y si pudiera conocer sus gustos también.
-¡Oh! -exclamó Leda sonrojándose-, esto es...
-No se alarme, me refería a "la lista", conocer la lista -dijo Viktor y rió.
-Claro, claro -dijo Leda sonrojándose de nuevo y poniendo un poco de distancia entre ambos.


La joven dama esperaba contar con el consejo del mercader para confeccionar la lista de invitados y conocer el precio del evento para pedírselo a su padre.


-Pongamos que es un millón, así, un número redondo -dijo Viktor tras realizar un rápido cálculo, que venía a ser más o menos lo que sacaba de beneficio con el licor vendido en los torneos o en las peleas clandestinas-. Sería conveniente que me avisaseis con tiempo de la fecha para llenar la bodega y mandar hacer un traje elegante para ese día -continuó y echó el brazo sobre el respaldo donde casi podía acariciar el cabello de Leda.


Entre los dos confeccionaron un borrador de la lista de invitados: los duques, jueces, barones, un tal Jame, miembros del gremio de artesanos, paladines del cercano cuartel, imbuidores...


-¿Vendrá vuestro prometido también? -preguntó Viktor para averiguar si podía albergar esperanzas con la coqueta dama-, ¿vuestro padre?
-Mi padre no puede abandonar Sheol. Su ducado es como el hijo que nunca tuvo..., y prometido... -dijo sonrojándose de nuevo-, qué curioso es usted. Aun nadie fue tan osado -y sus mejillas se volvieron a arrebolar tomando el color rojo de las nubes iluminadas por los rayos del Sol.


A la lista de invitados se añadió a Laura, la directora de la obra de teatro que pronto se estrenaría, y a su tía, de la que aunque no recordaba su nombre sí que sabía que le gustaba el ron, y a los actores.


-Por el momento no os preocupéis por los gastos, aunque lo normal sería que pidiera una reserva ya correré con el pago frente al teatro -dijo Viktor sorprendiéndose de su propia reacción impropia en él, ¿estaría embrujado? pensó.


De su mochila sacó un par de buenas botellas de vino que seguro serían del agrado del duque de Sheol acompañando a las piezas de caza, una de vino Rubí de la Puerta del Oeste y otra de Topacio Saerlooniano. Hablar de su padre y de su tierra natal embargó a la damisela con un sentimiento de añoranza y se llevó una mano al pecho dejando escapar un furtivo suspiro.

Ante el mercader la joven Leda se mostró indefensa y expuesta pero eso ya es otra historia. Ahora compartían un secreto y sus labios estaban sellados.

Viktor salió a la plaza, aspiró profundamente embriagándose de la luz del brillante día, elevó la vista al cielo y contempló el vuelo de una bandada de cisnes que le trajo a la memoria los pícaros versos del poeta, «es el cisne, de estirpe sagrada, cuyo beso, por campos de seda, ascendió hasta la cima rosada de las dulces colinas de Leda»*.



//*Del poema Blasón de Rubén Darío.

Preparen sus trajes de gala para la puesta de largo de Leda. :wink:

Cormarion

16/05/2009 08:39:43

La sabana apenas tapaba las partes pudendas de su cuerpo, y ahora yacía exánime en el vacío catre que la última rubia vino a probar. Quizás el último trago le había hecho recordar algo en la inocente muchacha a su Lucille.

-Creí que podría olvidarte sin más pero a ratos ya ves -dijo Viktor sintiendo los efectos de la resaca.
-¡Clink, clink! -sonó en la ventana de la habitación.

Dirigió la vista a la ventana y vio al ave de plumas azabaches, que le devolvía la mirada, con expresión socarrona, y Viktor se preguntó cuánto tiempo llevaría en la ventana siendo mudo testigo de sus íntimos placeres.

Se incorporó y se sentó en el catre. Hoy no estaba de humor para nadie. Se había perdido muchos acontecimientos últimamente y no era bueno para el negocio.

-¡Clink, clink! -insistió la criatura y torciendo el cuello con gesto impaciente.

Echó mano de una de las copas que descansaban sobre el tocador y la apuró hasta la última gota. Volvió a mirar al animal y pensó hacerlo sufrir un poco más y echó mano de su pipa...

Lo primero que haría hoy sería ir al mercado a encargar un bonito ramo para Laura y hacer que se lo llevasen con una breve nota felicitándola por la obra, y después hacer que preparasen muchos ramos y centros más para la fiesta de presentación de Leda.


//Ese Loquillo bueno. :wink:

Cormarion

26/05/2009 19:15:11

[b:0f4543926f][size=18:0f4543926f]Negocios en la arena. Then (I)


E[/size:0f4543926f][/b:0f4543926f]n Baldur se ultimaban los preparativos para la fiesta de presentación en sociedad de la dama Leda, y tenía pendiente en el sur un asunto que le había aconsejado un conocido. De nuevo el mercader de licores pisaba arenas calishitas hasta llegar a la joya del desierto, la perla del sur, la bulliciosa Calimport.

Se dirigió a la taberna "La Novena Campana" en los muelles y tras preguntar por el dueño, un tal Then, lo dirigieron a la taberna de la arena donde lo encontró tomándose un vino.


-Señorita, póngale otra de lo mismo al caballero y una Arenas Doradas para mí -dijo a la camarera provocando sonrisas cómplices sin que Viktor acabase de entender qué sería tan gracioso o si había dicho algo fuera de lugar.


El caballero le ofreció un vino sembiano del mejor que se podía encontrar en ese acaudalado reino, donde el poder está dividido entre un Señor y un consejo de mercaderes y hombres de negocios. ¿Qué pondría en la etiqueta? ¿de Ordulin, Daerlun, Saerloon, Selgaunt, Urmlaspyr, o Yhaunn?. El mercader aspiró los vapores e hizo una cata adivinando un toque a naranja en barrica de roble.

El dueño de la Novena Campana había oído hablar de sus licores y estaba dispuesto a escuchar la oferta de Doyle en la que tendría que incluir el vino sembiano.


-Necesito alguien que haga la ruta de los mismos proveedores que me suministraban dos de mis bebidas de mayor calidad -dijo el hombre-, además de que me podáis servir los que ya tenéis.
-Le puedo proporcionar una lista con lo que dispongo. ¿Uno de esos vinos no será de Tashalar? -dijo Viktor mesándose la perilla.
-No. Son de Saerloon y de Puerto Calavera -dijo sonriendo.
-¿Puerto Calavera? ¡Qué casualidad! Tengo algo pendiente allí.
-Me ahorraría los viajes que tengo que hacer ya que son lugares bastante alejados. Las casualidades hacen negocio, le pagaré tres cuartos de millón mensuales.
-Sería un placer servirle esos vinos -dijo Viktor sin perder un segundo-. Además he oído hablar de esos vinos... drows. Caros, muy caros.
-Así es, vino de hongos. No creo que hubiera mayor problema en obtenerlos.


Un nuevo negocio y podía hacerlo en el mismo viaje a ese exótico lugar. Then estaba en trámites de encontrar un proveedor en Puerto Calavera pero Viktor se ofreció para que dejara en sus manos encontrar al vendedor. Estrecharon las manos cerrando el trato y ultimaron los detalles logísticos.


-Conozco a alguien que me va a llevar a ese exótico lugar -dijo Viktor.
-Perfecto, aún así si queréis os puedo entregar un mapa -dijo Then.
-Eso siempre facilita las cosas -dijo Viktor sonriendo.
-Estaba en proceso de comprar definitivamente un navío para mis envios, pero ya se verá con el tiempo. Bien, se lo dejaré mañana por la mañana al posadero de la Novena, id a recogerlo entonces.
-Es un gran gasto, quizás podamos compartirlo -dijo Viktor planteándose hacerlo partícipe de su negocio.
-No es necesario, me encargaré íntegramente, y no os costará nada navegar por él por supuesto.


Saerloon, Puerto Calavera y un barco. Viktor iba a viajar mucho para hacerse cargo de esos pedidos que le reportarían pingües beneficios. Hasta ahora su ruta comercial era de Baldur a Calimport, y ahora la ampliaba por mar.


La camarera volvió a llenar las copas para brindar por el éxito en los negocios y la conversación fue amena. El mercader se hallaba satisfecho de que la publicidad hecha en los torneos de la Arena, ya fuesen los de Abd In-Azim o los de esos medianos de los suburbios, además de en algún que otro lugar, pensando en Asim, hubiera funcionado. Tenía pendiente tratar con los dueños de todas las tabernas y ser uno de sus proveedores (entre otras cosas mientras tanto). Ambos coincidieron en que aquí, en Calimport se tiene un mayor aprecio a la moneda, y al buen licor.

El dueño de la Novena le recomendó que residiera en Calimport y Viktor le explicó que ya tenía un pequeño almacén en la ciudad, aunque compartido, y a él no le paso inadvertida la apreciación del caballero calishita de sentirse tratado como un extranjero al que sacarle oro en Baldur. Cosas de impuestos... en ese punto también compartían el mismo sentimiento, aunque a él no le había ido tan mal después de todo y no podía quejarse de su suerte.

La silenciosa, hasta ahora, camarera volvía a llenar sus copas de nuevo y Viktor invitó a Then a que pasara por el bar del Teatro si alguna vez visitaba Baldur y le informó del cambio en la dirección del mismo.

Cormarion

30/05/2009 01:08:51

[b:f970692f98][size=18:f970692f98]Negocios en la arena. Isa(bella) (y II)


E[/size:f970692f98][/b:f970692f98]l dueño de la Novena Campana dio permiso, entre risas, a la camarera para que se uniera a la conversación, y a pesar de que ésta se mostró reticente por lo que pudiera decir su jefe, Abd, Then la convenció tras recordarle que era dueño de la mitad del negocio en la arena.


-Abd querría que dieras coba a los clientes -dijo Then con una sonrisa a la camarera-. Es muy nueva en el empleo.
-¿Que el pashá os despediría?, ¿a una bonita dama? -dijo Viktor.
-Sí, el pashá Abd -dijo Isa-, es que si me descuido me azota.


Viktor aún no daba crédito a lo que estaba oyendo pero agradecía la información y ahora creía entender por que Abd le había ofrecido crear una bodega en el bar de la arena para que dispusiese de ella como almacén. Iría a la fuente a asegurarse pues no le había quedado muy claro. Después pidieron algo de picar siempre y cuando no fueran dátiles suplicó Viktor.


-Ahora les traigo amos... sus deseos son órdenes para mí -dijo Isa y se introdujo en la tienda.
-¿Dijo amos?, ¿es una esclava acaso? -preguntó Viktor a Then-. He oído que se vende gente.


Se iban animando entre copa y copa y Viktor hizo gala de sus licores, y sorprendió con unas botellas de vino Topacio saerlooniano que casualmente llevaba encima, e invitó a la camarera a que se sirviera también.


-Como deseen los señores -dijo Isa.
-¿Y hierbas tenéis? -preguntó Then.
-¿Licor de hierbas? -entendió Isa.
-Me refería a Doyle, y a otro tipo de hierbas -aclaró Then-. Mucha clientela me pregunta.
-No estaría mal como negocio -respondió Viktor sacando su pipa y preparándola-. Antes había alguna hierba... o más bien flor. Pero eran otros tiempos, ahora sólo se encuentra tabaco del normal.


El atardecer les había alcanzado en la barra e Isa se quitó la capucha que la resguardaba del inclemente sol calishita. Then continuaba hablando acerca de las hierbas pero Viktor se había quedad embelesado con Isa.


-¡Qué bonitos ojos tienes! -dijo Viktor a Isa tanteando la mesa, cegado por la belleza de la mujer, en busca de su copa y casi tirándola.


El mercader de licores salió de su encantamiento al entender que podría haber una oportunidad de negocio, una que hacía tiempo que le rondaba y que de momento la postergaba.


-Vinos y hierbas, y un club para caballeros -dijo Viktor-, para caballeros importantes.
-No sé si habéis estado en la Novena alguna vez -dijo Then asintiendo-, la verdad es que algo así es lo que pretendo. Una taberna para clientes con elevados ingresos, no una taberna cualquiera.
-Exclusiva es la palabra -dijo Viktor atusándose el bigote-, sólo para socios selectos.
-Aún así tampoco me interesa perder mi clientela de siempre -dijo Then.
-Claro, siempre existirán los privados donde se puedan realizar negocios, citas, ¿quién sabe que más? -dijo Viktor.


Se sorprendía Viktor, cada vez más, cuando topaba con una mente abierta para los negocios y atenta a las oportunidades reconociéndose en ellos. ¿Empezaba a pensar como un calishita más después de todo? Había sentido esa afinidad con su cinabrio socio, y también con el fumador de champiñones triturados, y ahora la sentía con el dueño de la Novena. A la receta que proponían -Viktor añadió algo más aún: y quizás alguna bella bailarina, ¿sabes bailar Isa?


-Esto... -y rió la magnifica criatura-, sí. Os referís a bailes regionales, ¿no?
-Claro,me gustaría verte con el traje regional de Calimport y que bailaras la danza del vientre o la danza de los pañuelos -dijo Viktor imaginándosela y cambiando el nombre de la Novena Campana por Bada Bing!, aunque hace tiempo pensó en comprar una taberna y llamarla El Pisaverde Ahorcado.


No era la primera vez que a Viktor le habían preguntado acerca de las hierbas o por el ron. El ron tenía que tratarlo con el dientes sucios del que siempre había sospechado que era un pirata más que otra cosa pero hacía ya que no lo veía. En cuanto a hierbas de fumar selectas, desde que no veía a nadie de la alegre banda, no había vuelto a probarlas.

Then se despidió dejando la cuenta pagada y quedaron a solas la bella Isa y Viktor. La mujer era una esclava y Then era su amo, no parecía pensar mucho en su libertad y no parecía disgustarle su situación. El mercader suspiraba y se interesó en su precio de libertad y si un ciudadano pretendiese desposarla primero debería pagarlo.


-Además, no sé si el amo me daría permiso para hacer esas cosas, como casarme -le contó Isa-. Y a veces, si le hago enfadar me propina unos azotes.
-No es forma de tratar a ninguna mujer -dijo Viktor-. Ninguna.
-¿Vos creéis? Son las costumbres del lugar.
-¿Tienes permiso para viajar fuera de Calimport?
-Si el amo me da permiso sí.
-Pasaré a saludarte cuando venga por negocios a Calimport, aquí en la arena, o en la Novena.
-Gracias señor Doyle.


Pensativo y cruzado de brazos quedó el mercader mientras se despedía, pues algo se le escapaba a su memoria por completo, y dejándole esa horrible sensación de estar a punto de decir algo y borrársele de sus pensamientos en el mismo instante en que se forman.


-Ahora he de revisar unos anuncios... cosas de canallas -dijo pensando en la respuesta que había dado al anuncio en el que ofrecían dos millones por conquistar el corazón de una mujer. Había firmado "un cualquiera".

Cormarion

03/06/2009 23:02:39

[size=18:edbfcf4336][b:edbfcf4336]En la fiesta de Leda. Reserva de Vanglaris (I)



D[/b:edbfcf4336][/size:edbfcf4336]esde el mismo momento en que la dama había hecho su entrada captó la atención de Viktor y ahora la atendía en exclusividad ocupando su puesto detrás de la barra. La mujer mantenía un porte regio y su vestido negro acentuaba las curvas de su cuerpo.

El paladar exigente de la baronesa Drimilza sólo aceptaba un vino, el suyo propio de los viñedos ancestrales situados en los campos áureos de Aguasprofundas del que se obtenía el vino de Vanglaris. Al parecer había donado varias botellas al Gran Teatro en su día.


-Los demás me saben a caldo -dijo Drimilza.
-No tenía ni idea duquesa -dijo un intrigado Viktor.
-Una suzale para mí -pidió Elberêth.
-Y señor Doyle... -dijo Drimilza-, lo de duquesa ya pasó. Dimití del cargo cuando Eltan asumió todo el poder. Mi título es el de baronesa de mi tierra. Nada de duquesa, si os oye el duque -y Viktor se imaginó que se refería al único presente en la sala, Earar-, se le morirá algo por dentro.
-Vaya -dijo Viktor apoyándose en el mostrado y acercándose cómplice a Drimilza-, ¿y cómo me dirijo a vos entonces?
-Baronesa de los campos áureos, archimaga del protector, señora del paso de Clomzh... son títulos, baronesa estará bien. Después de todo para mí el mejor modo de llamarme es como lo hace mi hija.


La fiesta de Leda empezaba a animarse y ya se veían grupitos de gente conversando y bebiendo, aunque aún faltaban algunos invitados. Viktor había previsto tratar con todos, conocerles y darse a conocer, labrarse un nombre en la sociedad, pero la oportunidad de un posible negocio y el aura de poder de la baronesa le atraían.


-Entiendo. Pues, si me dais más detalles acerca de esos viñedos... -dijo Viktor dando pie en la conversación para lograr su meta.
-Bueno, la región de mis tierras, los campos áureos, están justo al norte de Aguasprofundas -explicó Drimilza-. Allí tenemos olmos y robles de donde sacamos madera para nuestras barricas, olivos y por supuesto nuestros viñedos. Creo que nuestra producción más joven es de hace unos quince años, el resto está envejeciendo. No hay muchas botellas en circulación.
-Y decidme, ¿tenéis quién represente a vuestra bodega? -dijo Viktor sorprendido por la calidad que debían tener esos crianzas y reservas.
-Pues yo -respondió Drimilza con el consecuente chasco para Viktor-. Además siempre llevo mi remesa personal.
-Disculpadme, pero no pude evitar oír que ya no estáis por la ciudad -esgrimió Viktor mientras el elfo se mantenía atento y divertido ante la charla.
-Claro, siempre viajo por mis negocios a mis residencias comerciales -dijo Drimilza.
-¿Seguís con el negocio aquí en Baldur? -dijo Viktor.
-Cuando me llama el destino atraco el Lunasangrienta en el puerto y me hospedo en mi casa de ciudad alta.
-Pero si tenéis una hija y si es pequeña... -argumentó Viktor para convencerla de que sus servicios le eran necesarios-. No debería crecer sola, lo digo por experiencia.
-Tiene siete años ya y debe aprender lo que le depara la vida. Además desde que su padre murió... bueno... -y tras guardar unos segundos de silencio cambió de tema-. ¡Oh!, ella está en casa con la servidumbre o bien viaja conmigo.
-¿Viuda? os acompaño en el sentimiento duq... digo baronesa -dijo Viktor y pensaba que si no la convencía tendría que usar su encanto con la dama.
-Pero él me dejó a Elizia, así que aún sigue vivo en ella.
-Aún así, quizás... -insistió Viktor- podría hacer llegar vuestros vinos a otros sitios, al sur quizás.
-Cuando la cosecha se saca de las bodegas, muchas de las cajas son presentes y otras tienen nombre. El resto van conmigo esperando dueño o esperando a mi copa -explicó Drimilza-. Al sur lo más lejos que llego es Puerto Calim pero últimamente deja de merecer la pena el viaje la verdad. Las guerras han encarecido casi todo y sólo viajo por negocios.


Parecía que no tenía nada que hacer después de todo con Drimilza y sus ancestrales viñedos. Había llegado la hora de jugar otra carta.


-Recuerdo algo así, unos viñedos de producción limitada -dijo Viktor tomando una pose pensativa e intrigante-, ¿cómo se llamaba?
-Como vinos selectos... -dijo Drimilza cayendo en el juego de Viktor-, recuerdo un vino exquisito que me trajeron... de Zheyr -aventuró-. Una uva muy exótica.
-¿Conocéis la historia de esos viñedos?
-Pues debo reconocer que soy una ignorante en ese tema. Si tenéis tiempo me gustaría dejar de serlo -dijo Drimilza picando el anzuelo.
-Baronesa... -dijo con una pausa teatral y cambiando de tema para mantener su atención-. Se la contaré, ¿descorcho otra botella mientras?
-Os advierto que si no es el mio casi todo me sabe a caldo. La costumbre; mala, lo reconozco, pero costumbre.
-Pues bebamos del suyo. Así tendré la oportunidad de catarlo.
-¿Ah, pero aún le quedan? Doné varias en su día.
-Debería revisar -y se dirigió al estante- ¿de Vanglaris?
-Tiene una etiqueta roja con la luna de Aguasprofundas sobre el nombre.
-Aquí tenéis -dijo Viktor trayendo consigo una botella. Pasó el dedo por la polvorienta etiqueta y leyó: Reserva de Vanglaris.
-Son las de hace treinta años. Las encorchó mi padre. La última cosecha de mi padre... -dijo Drimilza.

Cormarion

04/06/2009 14:08:19

[size=18:d57ba15668][b:d57ba15668]En la fiesta de Leda. Escalera divina (y II)



M[/b:d57ba15668][/size:d57ba15668]anipuló con cariño la botella, la limpió y realizó el ritual para descorchar la botella: retiró la cápsula por debajo de la parte gruesa de la corona del cuello de la botella realizando un corte perfecto, limpió cuidadosamente el cuello de la botella para eliminar cualquier vestigio de polvo o moho, abrió la botella ayudado por un sacacorchos de palanca y espiral larga, cuidando muy bien de no atraversarlo por completo, y volviendo a limpiar de nuevo el cuello de la botella. Viktor tomó un sencillo decantador de vino hecho del mejor cristal para apreciar perfectamente el tono del vino, y que serviría para quitar las partículas depositadas en el fondo de la botella, formadas por la materia colorante del vino, y quitar los aromas poco gratos debidos a la falta de oxígeno, y así disfrutar de aquel vino viejo.


-Bien baronesa, probemos esa cosecha de Vanglaris -dijo Elberêth después de que Viktor hubiese servido tres copas.
-Estoy ansiosa -dijo Drimilza tomando la copa alzandola a la luz y luego la paseó bajo la nariz apreciando los aromas.
-Sí -dijo Viktor sin perder de vista el rostro de la baronesa-. Las copas están llenas, brindemos. ¿Quién hace los honores?
-Treinta años de cosecha -dijo Drimilza-. Una botella que no tiene precio señor Doyle.
-Eramos más jóvenes -dijo viktor usando su vena poética-, mientras crecíamos él nos aguardaba para este momento tan especial.
-Bien duquesa haced el brindis -dijo Viktor aún tras el revuelo del inofensivo conjuro usado para enfriar ligeramente el vino-. Quiero decir, baronesa -y alzó la copa seguido por Elberêth.
-Duquesa, baronesa...
-¡Por el vino de mi familia y por el señor Doyle que ha encontrado un tesoro líquido! -brindó Drimilza.
-¡Por los campos áureos de los Vanglaris! -brindó Viktor.
-Os compro las botellas que tengáis -dijo Drimilza tras beber de la copa.


Entonces Viktor vio a Leda que le hacía la señal convenida, justo en el momento oportuno, y así mantendría el interés de la baronesa. Después de las palabras de Leda la baronesa dio un par de golpecitos en la barra reclamando su atención nuevamente.


-Os compro todas las botellas.
-¿Reserva de Vanglaris? -preguntó Viktor dando un sorbo a la copa y degustando la calidez del vino en su paladar-. Pues no sé si va a ser posible.
-¿Por qué? -dijo una atónita Drimilza.
-Quizás me las quede para mí -dijo Viktor-, vos misma habéis dicho que he encontrado un tesoro.
-Buen gusto. Debí omitir ese comentario pero me pierde la devoción por mi casa.
-Así también me recordará a vos -dijo pícaro Viktor.
-¿Os gusta tener pesadillas señor Doyle? -preguntó Drimilza con una media sonrisa.
-Duermo de día, vivo de noche -respondió Viktor.
-Las pesadillas no llegan sólo en los sueños. Mi vino es suave, pero más copas de la cuenta... tumbarían a la mascota de mi familia.


La baronesa pidió algo para acompañar al vino y tras un gesto, los serviciales Daeron y Merenwen comenzaron a traer bandejas con tapeo variado mientras el gnomo bardo, Suppi Darrens, entonaba un canto, "A ti que..." al que después siguió la actuación de Elberêth. Viktor invitó a todos a ir a la sala de música para gozar de las charlas y la música.


-Señor Doyle, que se os debe -preguntó la baronesa dispuesta a dejar la fiesta-. No se encuentra un experto enólogo cada día.
-Me tenéis en exclusiva -dijo Viktor con una sonrisa.
-No os molesto más.
-Ya sé, os debo una historia -dijo Viktor. No podía dejarla ir sin la promesa de un nuevo encuentro.
-Cierto -dijo Drimilza-. Pues ya pensaba marcharme sin ella.
-Vamos, quédese una hora más -dijo Elberêth.
-Veréis señora, el vino que mencioné se llama Escalera Divina porque los viñedos se hallan en una escarpada montaña en la que los viticultores locales han trabajado en "escalones" para disponer de suficiente tierra en tan agreste paraje -contó Viktor a una pendiente e interesada Drimilza-, y así los viñedos suben y suben hasta las nubes, y son muy pocas las botellas las que se producen cada cosecha. De ahí lo de escalera divina, ¿qué os pareció?
-Mi padre debió tener en su bodega pero admito no haber catado ninguno y conocer el nombre solo de oídas. Me superáis con creces en ese tema -confesó Drimilza-. Pero si es por vinos, el halruieano. Dicen que los drows suben a la superficie a catarlo y las malas lenguas dicen que lo encantan con magia en la tierra de magos de Halruaa, una tierra devastada y cuyas ciudades son... en fin una tierra rebosante de magias.
-Es cierto -añadió Elberêth-. Hay conjuros que sirven para dar sabor a lo que sea.


Entonces llegó Leda para cerciorarse de que todos disfrutasen de la fiesta y Viktor se dispuso a ir a la sala música a supervisar que así fuera. Drimilza se retiraba ya y se despidieron.


-Guardad ese vino -dijo Drimilza a Viktor.
-Espero compartirlo de nuevo con vos -invitó el gerente del bar, el maestro destilador, el mercader de licores, intermediario exportador e importador, representante y hombre de negocios. Él también ostentaba sus títulos y reía para sus adentros. Esta vez no besó el anillo de la baronesa, tenía algo que ella podría querer recuperar algún día,... la última cosecha de su padre, el Reserva Vanglaris.




//Scala Dei. D.O. Priorat. Cataluña. Y ahora un poco de cultura enológica para los curiosos: http://www.apoloybaco.com/DOPriorato.htm

http://3.bp.blogspot.com/_jByCy24VFlA/SQGz4YYeFnI/AAAAAAAAAYk/6KepbDn0XXU/s1600/Escaladei%2Bcolor%2Bamb%2Brectificaci%C3%83%C2%B3.jpg

http://www.gratallops.com/images/scaladei.jpg

http://www.gratallops.com/images/ermita.jpg

Cormarion

16/06/2009 22:34:32

[size=18:70fd864f71][b:70fd864f71]El burlador burlado



-¡T[/b:70fd864f71][/size:70fd864f71]e prohibo que te ríasz! -ordenó el airado calishita.
-Sólo era una broma... ¡ains! -justificose la joven.
-¡A la barra! -dijo Abd-, y szírvele lo que quiera.
-Vale, vale, pero no me azotes -dijo la esclava pasando detrás del mostrador, dejó libre su larga melena y se mordió el labio cuando un sorprendido Viktor la reconocía como la bella Isa.
-Abd... ¿qué pasa? -preguntó Viktor sin acabar de entender el motivo del enfado de Abd.
-Losz esczclavosz de hoy en día no me guardan reszpeto -respondió el calishita y se alejó unos pasos de la barra e hizo señas a Viktor para que se acercara-. Acércate, no quiero que nosz eszcuche.


En confidencia con el calishita supo que la muchacha que había creído que era una esclava no lo era en realidad. La mujer había jugado con él gastándole una broma a las que al parecer era aficionada-. szígueme el juego.

La mujer se había servido una copa mientras tanto y se mantenía desafiante, con ojos divertidos, tras la el mostrador cuando los dos hombres se dirigieron de nuevo hacia la barra.


-No te he dicho que bebasz eszclava, deja la copa y deja de sonreír -dijo Abd-. Szal de la barra y pidele diszculpasz a mi amigo.
-¿Me disculpa? -dijo a desgana la mujer tras salir de la barra y aproximarse peligrosamente a Viktor dejándolo totalmente desarmado por sus encantos.
-¿Szabesz por qué le pidesz diszculpas? -dijo Abd.
-¿Por qué el vino no está en su punto? -respondió dudando Isa.


El calishita continuó increpando a Isa relatándole el motivo de su enfado y de las posibles consecuencias de su broma mientras que Viktor tan solo suspiraba.


-¡Ah, bueno! Eso era una bromita -dijo Isa y se puso de morros-. Nada más. No me dio tiempo a sacarle del error. Lo siento de verdad.
-Olvidemosz todo eszto -dijo Abd-. Y yo ya te la he devuelto.
-Isa tiene razón -dijo Viktor jugando el papel de preocupado defensor y mostrando una triste expresión en su rostro que no sentía realmente.
-Lo siento de verdad -dijo Isa-. Señor, ¿me disculpa? -dijo Isa y esta vez parecía sincera.
-Si Abd te perdona yo no puedo evitar perdonarte -dijo Viktor.
-Es que la verdad no sé en qué pensaba -dijo Isa-. Estaba aquí cuando me confundió con la camarera y bueno yo sólo seguí el juego, ¡ains!
-Sí, te perdono -dijo Viktor-. Y me alegra saber que no eres una esclava.


A espaldas de ambos el calishita sonreía y se giró hacia la pareja.


-Y nosotrosz lo hemosz szeguido también -dijo Abd.
-¿Sí?, ¿en serio? -dijo Isa divertida-. La verdad no sé como resarciros -dijo y se mordió un labio- Debí habéroslo dicho pero no volví a verte.
-El dueño de la novena dio pie a ello también -dijo Viktor y siguió con su papel-. Quizás fueron las copas...
-A mi me moleszta la verdad -dijo Abd-. Yo he szufrido la eszclavitud y szinceramente no bromeariasz tanto de szaber lo que sze sziente cuando esztasz por debajo de la eszcala szocial, mász abajo incluszo que un szucio y aszqueroszo camello. Puedesz gasztar bromasz, pero, ten en cuenta que pueden tener gravesz conszecuenciasz contra lasz perszonasz a quien lasz gasztas.
-La verdad no lo pensé así -dijo Isa mostrando arrepentiemento-. Lo siento Abd, ¿me disculpas también? La verdad es que no pensé en las repercusiones y me siento fatal.
-Mi perdón lo tienesz por deszcontado -dijo Abd.
-Yo no pretendía... -intervino Viktor siguiendo en su papel y la trató de justificar-. Fue una camarera perfecta. Atenta, servicial, siempre con una sonrisa... me encandiló.
-Lo siento de verdad señor Doyle -dijo Isa.
-Entonces Isa... -comenzó a decir Viktor y cayó en la cuenta del anuncio que se exponía en el tablón y por fin relacionó los nombres-. ¿Isabella?
-Isabella de Sembia -dijo la joven.
-¿Es eso otra broma? -preguntó Viktor.
-No lo esz no -respondió Abd por ella.
-Maestra de la escuela arcana de Calimport -dijo Isabella.
-¿Maestra?, ¿arcana? -dijo Viktor y siguió con la broma- entonces, ¿fui hechizado acaso? Yo lo llamaría magia.
-¿Magia? -dijo Isabella abriendo mucho los ojos y mordiéndose el labio-. No recuerdo haber conjurado ese día. Os lo juro.
-El vino y el sol fueron los componentes del embrujo -dijo Viktor.
-Oídme losz dosz, hacéisz una buena pareja -dijo Abd y les mostró una amplia sonrisa.
-No se lo tengáis en cuenta señor Doyle -dijo Isabella, rió y les sirvió otra ronda de vino especiado-. Abd siempre con sus bromas.


Entonces llegó a la Arena un tal Djafar al que Viktor no prestó la más mínima intención y mientras Abd le atendía continuó conversando con la joven muchacha.


-Señor Doyle -susurró a Viktor-, de verdad le ruego que me disculpe
-El anuncio del tablón no será suyo casualmente, ¿otra broma? -dijo Viktor acercando el rostro al de Isabella y señaló a Abd.
-¿Qué broma? -preguntó Abd que había despedido a la visita.
-La del tablón -dijo un liado Viktor con tanto enredo de bromas-. Ya no sé que pensar.
-No, eso fue Sherin -explicó Isabella muy divertida-. Una amiga que insiste en que yo necesito un novio así que decidió pagarlo ella -y bajó la voz para Viktor-. Aunque no me extrañaría que él estuviese metido en eso.
-¿De verás necesitáis novio? No puedo creer que no tengas pretendientes -dijo Viktor.
-Oye Doyle invítala a cenar -propuso Abd y sonrió-. ¿Szí?
-¿Yo? -preguntó Viktor sin saber si aquello formaba parte de la broma de Abd-. Bromeas, ¿no?
-¡Vamosz, vamosz! -dijo Abd dando palmadas pidiendo movimiento-. ¡A cenar se ha dicho!
-Si a la dama le place... -dijo un resignado Viktor siguiendo el juego creyendo que por fin esa era la verdadera broma que le iban a gastar a la muchacha.
-No le haga caso señor Doyle -dijo Isabella.
-Hija -dijo Abd entrando tras la barra y tomándola de la mano-, szoy tu padre y te he apadrinado aszí que no hagasz el feo y acepta la invitación.
-Pero si le estás obligando tú, no me ha invitado él -dijo Isabella.
-¿Padre?, ¿hija? -preguntó Viktor y se llevó la mano a las sienes tratando de aclarar sus pensamientos.
-Él me dijo coszasz bonitasz de tí cuando te vio antes y ya lo hasz viszto. Le decepcionó que te riñera -dijo Abd a Isabella que no estaba muy convencida de ello-. Szeñor Doyle, ¿qué dijo de Iszabella? Que era una mujer muy que... ¿bella, hermosza?
-Sí, dije todo eso... de "Isa" claro -dijo Viktor sin que le hiciera mucha gracia el cariz que estaba tomando el asunto-. Claro que lo que dije para Isa vale para Isabella.
-¡Oh, vaya!, muchas gracias señor Doyle, pero no se sienta obligado a invitarme.
-¡Claro! Le encantaría invitarte a cenar -insistió Abd.
-Ya... pero con tanta bromita -dijo Viktor-. Hagámoslo bien, nada improvisado ahora. Será un placer.
-A mí no me lo diga -dijo Abd-. Mírela a ella y dígaszelo.


Aquél hombre entrado en años, de tez propia de las gentes del desierto, de pelo negro corto y desaliñado, con bigote y barba de pocos días, le estaba enredando bien. Ahora ya no quedaba más remedio que seguir el juego del mercader calishita hasta el final. Ya lo dicen las gentes, Siempre perderás en un negocio con calishitas. Así que se recostó sobre la barra mirando fijamente a Isabella a los ojos y esperó la reacción de la muchacha.


-Vale, vale. Me estáis gastando una broma -dijo finalmente Isabella entre risas.
-No esz broma -dijo con seriedad Abd.
-Isabella -dijo Viktor sin dejar de mirar el óvalo perfecto de su rostro-. Nada de bromas.
-Pero casi le está obligando a invitarme, señor Doyle. ¿Cómo no va a ser una broma de Abd? -dijo Isabella.
-Le parece bien acompañarme en una cena -dijo Viktor a Isabella-. Solos tú y yo, cuando digas y donde digas.
-No esz una cena con ningún fin -aclaró Abd sonriendo a Isabella-. Cena, relájate y disfruta. Él ha dicho que sze szintió hechizado el día en que te conoció y tú dicesz no haber lanzado magia, ¿no? ¿Qué otro hechizo sze puede szentir al mirar a una mujer sin que se deba lanzar magia para reconocerlo? Un amor a primera vista jovencitosz. Así que id a cenar, no tiene por que ser una cita-cita. Tan szolo una cena entre dosz amigosz.
-No será una cita-cita, será una cita-no-cita -dijo burlón Viktor e Isabella rió confusa. ¿Quizás por fin la muchacha sería objeto de una broma? ¿O se la estaban jugando a él?
-Bueno, será un placer cenar con usted -cedió Isabella.
-Cerraré el teatro de Baldur para los dos si hace falta -ofreció Viktor con ostentación-. Correré con los gastos necesarios.
-No, no es necesario -dijo una sorprendida Isabella por el ofrecimiento.
-Ya osz lo dije. Doyle sze szintió hechizado y tú no conjurastes... algo hay -dijo Abd y se despidió de los dos entrando en una de las tiendas de la Arena-. Que osz vaya bien y rebuszcad en vuestro interior.
-O si te parece bien aquí... -dijo Viktor.
-¡Qué vergüenza! -susurró Isabella como si Abd pudiese oir sus palabras-. Disculpe a Abd por favor.
-No le hagamos un feo a nuestro amigo -dijo Viktor sin estar muy convencido. ¿Una cita-no-cita?, ese no era el juego habitual del burlador-. Así me contaréis todo eso de lo que hacéis en la escuela arcana.
-Bueno, soy maestra de historia arcana -dijo Isabella-. La mayoría encuentra muy aburrido lo que hago.
-Bella y lista. Dime cuando te viene bien y escoge el lugar. -dijo Viktor.
-Claro, un día de estos que vengáis de nuevo por Calimport. ¿Qué te parece en la Novena? -propuso Isabella.
-Me parece bien. Así remato ese negocio con su dueño, el señor Then -dijo Viktor.
-¡Qué mejor! Así celebrarás un buen negocio -dijo Isabella.



El mercader calishita salió de la tienda y se dirigió de nuevo hacia la pareja con una sonrisa en el rostro satisfecho al parecer por el resultado.

Cormarion

23/06/2009 15:37:26

[size=18:e57e4d2888][b:e57e4d2888]Rodrik, un nuevo cliente



-D[/b:e57e4d2888][/size:e57e4d2888]isculpen, ¿hay algún sastre disponible? -dijo el mercader.
-Trent estaba por aquí hace un rato -dijo uno.
-Ahora mismo no -dijo el otro-, pero me dijo que ahora podría estar más tiempo en el gremio.
-Vaya. Lo siento -dijo el mercader y se volvió para salir del gremio de artesanos de Calimport-. Volveré más tarde, que pasen un buen día.
-Espere señor Lonnegan -dijo el primero mientras el otro volvía a sus quehaceres.
-¿Nos conocemos? -dijo el mercader.
-Soy el embajador Rodrik -se presentó.


En un principio Viktor no había reconocido al hombre que conoció en Puerta de Baldur durante la fiesta de presentación de Leda. Había sido el acompañante de una actriz pelirroja llamada Karla que había actuado en la obra de Laura, Rodrik Redcasttle era su nombre, y afirmó ser embajador de Calimport, y lo que es más importante, había oído maravillas sobre su destilería.



El embajador pidió consejo a Viktor sobre licores con los cuales agasajar a sus visitas durante la misma fiesta.


-Bueno, tener una pequeña selección es lo adecuado -dijo Viktor.
-Estoy de acuerdo con él -dijo el duque Zyrustine.
-Sería un detalle para las visitas ofrecer algo típico de su tierra y dar a entender, además de ser conocedor, que está al tanto de elementos como ese pequeño detalle -aseguró Viktor al embajador. Los detalles son importantes al igual que cuidar las apariencias, y esa lección le había costado una buena paliza.
-Claro, hasta procuro conocer los saludos y despedidas de los diferentes pueblos -dijo Rodrik.
-Cari, el duque no bebe alcohol -dijo entre risas Karla a Rodrik refiriéndose a Earar-. ¿Cómo se llamaba ese vino de Cormyr que te gusta tanto?
-El arabelano seco... es mi debilidad -respondió Rodrik con una sonrisa-. Me trae recuerdos de mi servicio como escudero de un dragón púrpura.
-Permita que le muestre una lista de licores embajador -dijo Viktor y le ofreció un pergamino-. Si quiere en mi próximo viaje le visitaré en Calimport.
-Sería estupendo -dijo Rodrik.


Hoy Viktor se había acercado a vender unas pieles al gremio, entre ellas una de dragón negro bastante exótica y rara, y casualmente se había encontrado con el nuevo cliente.


-Estaba pensando cuanto me costaría tener un barril de cada una de sus especialidades -dijo Rodrik-. Incluídas las bebidas que se pueden conseguir en la Elfa Cantora y alguna botella de calidad suprema. Al final llegué a la conclusión de que lo mejor era tener una gran bodega.
-¡Pfiu! -silbó Viktor augurando un buen negocio-, un buen proyecto.
-Empezaríamos con algo más de diez galones -dijo Rodrik.
-Eso es mucha bebida -dijo el artesano.
-Bien, eso está muy bien -dijo rápidamente Viktor antes de que cambiara la cantidad.
-Sabe, me gustaría que fueran esos tonelillos pequeños -explicó Rodrik-. Se pueden llenar botellas sin perder la calidad. Diez galones de cada.
-Eso es bastante cantidad -dijo Viktor-. Deberé volver a Puerta de Baldur y enviárselas.
-Sin problemas -dijo Rodrik-. Le haré una visita para hacer el pago, ¿necesita algo por adelantado?
-El precio actual de los licores selectos es de cuatro mil monedas por galón -dijo Viktor-. La mitad por adelantado como es habitual en los negocios.
-¿Medio millón cubrirá el montante? -preguntó el embajador.
-Ese sería el precio, sí -contestó Viktor.
-Entonces, medio millón -dijo Rodrik-. Incluya bebidas selectas, exclusivas y las variedades de la Elfa Cantora.


¿Exclusivas?, pensó Viktor. Tenía pendiente unos viajes en los que actuaría de intermediario para el dueño de la Novena, Then. Por lo que había oído de labios del mediano llamado Trampero durante uno de los torneos gitanos organizados en la arena, el licor de hongos drow, era muy caro. Se podría llamar exclusivo. Pero desde que Bunus le había vendido unas raras botellas, Viktor no podía quitarse de la cabeza de dónde podrían provenir.


-Próximamente puede ser que tenga algunos licores exclusivos -dijo Viktor-, aunque estoy intrigado en cierto asunto.
-Vino, licores,... quiero que mi colección sea envidiada -dijo Rodrik.
-Desconozco el origen de un vino que al parecer posee propiedades revitalizantes -dijo Viktor.
-¿Alguna pista? -preguntó el embajador.
-Déjeme mostrarle. Usted parece hombre de mundo y quizás haya oído hablar de él -dijo Viktor y sacó una botella de su mochila envuelta cuidadosamente entre paños.
-¡Oh, sí! Yo estuve en la isla, en el mismo Tashalar -afirmó Rodrik tras leer la etiqueta de la botella.
¿Sabéis donde está? -preguntó sorprendido Viktor.
-Exactamente, no. Pero sé quién puede conseguir vino de ese -dijo Rodrik.
-Se lo compré a Bunus y dijo que no tenía ni idea de quién se lo vendió -explicó Viktor.
-Ha dado con el hombre adecuado. Cuando vaya a Puerta de Baldur con el resto del pago le traeré noticias. Ahora le tengo que dejar,... algunos asuntos me esperan -dijo el embajador y se despidió con una sonrisa-. Que pase buena tarde y encuentre a su sastre.
-Adiós, un placer -dijo Viktor.


Luego, el mercader de licores se dirigió a los suburbios, donde tenía el pequeño almacén e hizo recuento de los barriles que aún le quedaban. Cerró la puerta de la bodega y paseó por las dependencias vacías de la lujosa casa. El socio había tenido buen gusto para la decoración y por primera vez, desde que conoció el destino de su anterior dueño, se atrevió a sentarse en el despacho sin miedo a volver a oír aquella voz cavernosa que en una ocasión le había dicho: No te atrevas a entrar en esta habitación.


-En fin. Una lástima -se dijo y mojó una pluma en el tintero y abrió el libro de pedidos para realizar una nueva entrada.


"Pedido para el embajador Rodrik de Calimport - diez galones de cada variedad selecta y de la carta de la Elfa Cantora - Pago anticipado de la mitad del montante, medio millón, resto a cobrar en Baldur". Y añadió una anotación al pie: "¿Tashalar?".

Cormarion

21/07/2009 19:56:17

[size=18:ba5eeda8c0][b:ba5eeda8c0]Laherdam, el señor Caidodeunrisco (I)



A[/b:ba5eeda8c0][/size:ba5eeda8c0]quel día Viktor había ido a la tienda de Bunus para preguntar al enano acerca del vino de Tashalar pero las constantes evasivas y el hecho de verse estancado en la capital calishita por la amenaza orca en el norte acabaron por ponerle de mal humor. Mejor sería que nadie le provocase o tendría la excusa para descargar su frustración.

Entraron a la tienda dos personas a recoger unos pedidos. El hombre vestía ropas de noble, algo sucias del camino, de su cinto colgaba un estoque y no paraba de juguetear con una moneda. La mujer iba vestida con un hermoso conjunto de terciopelo negro y rosa de seda salvaje. Hasta que la dama no se descubrió no reconoció a Isabella. Su sonrisa aplacó su enfado.

El muchacho, Azhmel, acababa de llegar de Saerloon, en Sembia. También Isabella era una orgullosa hija de ese reino. El joven había venido de visita y a hacer fortuna si era posible y dedicó un leve guiño, un tanto descarado, a Viktor. Isabella sugirió que el mercader de licores podría ayudar al muchacho a iniciarlo en los negocios así que Viktor le preguntó por sus aptitudes y experiencia.

Mientras hablaban, al corro se unió Grinhewm que no paraba de hacer el moscardón con Isabella mientras examinaba las armas del mostrador. Atento, algo escuchó entre susurros Viktor. Una palabra y le alegrarían el día. Isabella invitó a Grinhewm a acompañarle fuera de la tienda mientras Viktor miraba con cara de pocos amigos al tipo.

El muchacho le vendría muy bien en el bar del Teatro ya que entre muchas cosas había sido chef, catador de licores profesional y controlador de calidad de posadas pero el joven afirmaba que no podía ir a Baldur por asuntos personales. Sólo cabía la opción de ser camarero en la taberna de la Arena o en la Novena Campana donde conocería a gente y llegarían nuevas oportunidades. Al poco, Azhmel sugirió salir fuera ya que estaba preocupado por su prima.

Isabella había aclarado algunos puntos con Grinhewm que al parecer se preocupaba por la salud de la maestra. Fueron a la taberna de la Arena a tomar unas copas aunque el único que paladeó el Topacio saerlooniano fue Viktor, y el resto no probó gota de alcohol. Se les unió Sherin que sirvió la limonada que había preparado Isabella con agua y miel.


-¿Ocurre algo? -susurró Sherin a Viktor. Los dos se habían quedado rezagados en la barra mientras el resto ocupaba una mesa.
-Siempre ocurre algo en las arenas, el viento trae misterio y la luna es testigo mudo -respondió Viktor con otro susurro mirando a Isabella y Grinhewm que seguía estudiando a Isabella de arriba a abajo como si hubiera algo diferente en ella.


Azhmel sacó una baraja de cartas y cogió tres de ellas. En una había la figura de un trasgo, en otra una gallina y en la tercera un dragón. Jugaron a adivinar donde se hallaba la carta elegida.


-El trasgo sabe esconderse pero es fácil de detectar, la gallina huye rápido y el dragón tiene mal genio -dijo Azhmel buscando un incauto en la mesa y colocando un dedo sobre las cartas.


Seguían con el juego cuando de repente cayeron unas piedrecitas por la ladera cerca de la tienda de colores rojo y azul. Los jugadores alzaron la vista para comprobar el origen y Viktor sugirió que cambiasen de mesa por si acaso.


-¡Uuuuuaaaahhhh! -gritó una forma humanoide y que cayó en la arena con un fuerte golpe.


El grupo se levantó de sus asientos tratando de saber qué o quién era y miraron a lo alto del acantilado y luego de nuevo a la figura que se incorporaba con signos de aturdimiento.

Cormarion

21/07/2009 22:32:55

[size=18:bf84839e53][b:bf84839e53]Laherdam, el señor Caidodeunrisco (II)



-¡U[/b:bf84839e53][/size:bf84839e53]h, ah! -dijo dolorido el tipo y revisó el farolillo que llevaba encendido a plena luz del día-. ¡Uf!, al menos no se apagó -dijo. Levantó el farolillo extendiendo el brazo hacia el grupo.
-¡Hey, tú!, ¿estás bien o qué? -preguntó Viktor-, ¿qué hacías ahí arriba?, ¿espiabas o acaso te han tirado desde ahí arriba?


El hombre se dio manotazos en la ropa para quitarse el polvo y la arena, se ajustó la máscara que cubría su rostro y dijo haberse perdido en el desierto dirigiéndose a Calimport durante una tormenta y cayó por la ladera.


-Por mí como si subes y te vuelves a tirar -dijo Viktor al desconocido-, mientras no molestes a las señoritas.
-Ni a los señoritos -añadió Azhmel y carraspeó.
-Mientras no me molestéis a mí todos contentos -dijo el tipo y miró la ladera-. No he pasado por un buen momento.


Isabella insistía en saber como había llegado el hombre hasta ahí arriba ya que al parecer hace algún tiempo hubo un asesinato en ese mismo lugar. Alguien cayó. Si cayó no sería un asesinato entonces, pensó Viktor. Azhmel invitó al desconocido a unirse a su pequeña "fiesta" y tanto Sherin como Grinhwem se encontraban incómodos con que el hombre cubriera el rostro con una máscara y le pidieron que mostrase la cara.


-Si, claro, desnúdate, muéstranos todo... no te ocultes...-dijo el tipo.
-No, solo su rostro -pidió Grinhewm.
-También dame tus pertenencias, esto es un atraco -dijo divertida Sherin y Viktor contenía la risa como podía.
-¿Un atraco? -preguntó el tipo haciendo crujir el cuello de un lado a otro-, ¡ja!


Grinhewm insistía en que mostrase su rostro y Viktor que deseaba continuar con la "fiesta" indicó al tipo el camino a la ciudad mientras éste rechazaba una copa de limonada.


-¿Y quién es este selecto grupo que organiza una fiesta y por qué motivo lo hace? -preguntó el tipo.
-¿No deberías presentarte antes de preguntar algo? -preguntó Sherin.
-No es civilizado andar con máscara en una ciudad -dijo Grinhewm. A lo suyo.
-Sí señor, una dama con modales -dijo el tipo señalando a Sherin e ignorando a Grinhewm-, al menos ahora los demuestra.
-Le ruego que se la quite -insistió Grinhewm.
-Estas pesadito -dijo el tipo-. Estoy hablando con la chica.


Viktor se acercó a Isabella en el corrillo que habían formado alrededor del desconocido y a baja voz le preguntó acerca del otro tipo que decía que se había (o habían) despeñado desde lo alto de la ladera. El tipo conocía las leyes de la ciudad y afirmaba que no se extendían a la Arena.


-¡Eh, eh! -dijo el tipo a espaldas de Viktor-, ¡Eh! -dijo levantando la voz una tercera vez y Viktor se giró-. Si fuese un asesino... -dijo con un tono irónico-, habría atacado por la espalda -dijo acabando la frase con un tono más irónico aún.
-Sí, claro -gruñó Viktor.
-¿Delante de tantos testigos? -preguntó Isabella-. No lo creo.
-¡Oh, sí! Hay una cofradía de asesinos suicidas... ¿O la había? -dijo el tipo-. No les importaba quien estuviera delante.
-¿Y cómo se llamaban? -preguntó Isabella.
-¿Cómo se llamaban? -dijo el errante ladeando la cabeza y mascullando. Viktor miró de reojo a Isabella.


Sherin se presentó y luego Viktor (como Doyle Lonnegan) pero fueron interrumpidos cuando alguien más llegó a la arena.


-¡Hombre! Un invitado más a la fiesta -dijo el tipo-. ¿Quién es?
-Rodrik. Hola a todos -dijo Rodrik-. Acabo de llegar y no escuché su nombre.
-Señor Caidodeunrisco -dijo Isabella a Rodrik-. Así le ha puesto el señor Doyle.
-El último que respondió a ese nombre no salió bien parado -dijo Rodrik.
-Anda, el perrito -dijo el errante-. Así que Rodrik. Rodrik... y el señor Lonnegan. Su nombre me suena de algo -dijo dirigiéndose a Viktor.
-Es posible -dijo Viktor.
-¿Licores? -dijo el tipo.


Se presentaron Azhmel e Isabella. Grinhewm no dio su nombre hasta que el tipo hubiese dado el suyo primero.


-¡Es una fiesta!, ¿no? Vamos, es solo curiosidad. podéis llamarme... el-hombre-que-cae-del-risco, ¡je!, me hizo gracia -dijo el tipo.
-Es un poco largo -dijo Isabella.
-Pues llamadme el Errante -dijo el señor Caído-de-un-risco.

Cormarion

22/07/2009 00:56:18

[size=18:a12bfbfd0e][b:a12bfbfd0e]Laherdam, el señor Caidodeunrisco (y III)



L[/b:a12bfbfd0e][/size:a12bfbfd0e]a posibilidad de que alcanzase la ladera mediante un conjuro de teleportación se desvaneció cuando el Errante dijo que no usaba magia y que había utilizado la escalada. Los comentarios de Grinhewm no eran muy inspiradores y levantaba la animadversión del Errante.


-Creo que vas a cometer el mismo error de nuevo... pero esta vez sin escalar -dijo Grinhewm.
-¿Decías? -dijo el Errante centrando la mirada en Grinhewm y con un tono gélido en la voz.
-Digo que estáis pecando de confianza -dijo Grinhewm.
-Morenito... ¡sshh! -dijo el Errante llevándose el dedo índice a la boca.
-¿Que me calle? -dijo Grinhewm-. Si no tenéis nada que decir creo que deberíais ser vos quien callara. Le hemos preguntado una y otra vez sin respuesta alguna.
-Sí, anda Grinhewm, calla. A ver si nos cuenta alguna nueva sobre los orcos y el norte. Me interesa oírlo -dijo Viktor.
-¿Ves? Hasta ellos te lo dicen -dijo el Errante.


Hablaron más relajados ahora sobre los orcos, del orgullo de la ciudad de Puerta de Baldur que les impedía solicitar ayuda y de la posible autoría del incendio del puente sobre los rápidos de Esmel.


-¿A quién pertenece el bar? -preguntó el Errante.
-A Abd -dijo Isabella-, pero yo estoy al cargo mientras él no esté.
-¿Y paga el impuesto? -preguntó el Errante e Isabella asintió-. ¿Seguro?
-Hasta donde sé, sí -respondió Isabella.


Llevaban rato de pie y algunos se sirvieron nuevas copas y ofrecieron algo de vino al Errante.


-Señor Lonnegan... -dijo el Errante-. Si es quien creo, y la fama le persigue, tiene buenos licores.
-Así es -dijo Viktor tomando la copa de vino que había dejado en la mesa.
-Creo que podríamos hacer negocio -dijo el Errante-. Tengo que buscar un buen cupo de caldos de primera calidad... para una fiesta. Y visto que el camino en el norte anda un poco embarrado me parece que podría ser una buena oportunidad para ambos.
-Le escucho -dijo Viktor.
-Los... clientes que beberían sus licores son exigentes... con buen paladar -dijo el Errante escogiendo las palabras-. La fiesta fue aplazada durante un tiempo pero ahora dispongo de él para conseguir dichas bebidas. Bueno, creo que me puedo presentar... ya que parece que vamos a tratar... asuntos. Mi nombre es Laherdam.
-El señor Lonnegan tiene un cliente satisfecho aquí -dijo Rodrik.


El nombre de Laherdam no le decía nada a Viktor pero cuando hizo mención de que estaba a las órdenes de Helenna, la primera hija del Syl-pashá Pershakal, fue harina de otro costal.


-¿Y qué puede hacer este humilde mercader por la primera hija del Syl? -preguntó Viktor.
-Como os dije, necesito un buen... arsenal de licores -respondió Laherdam.
-¿Tiene algo que demuestre su legitimidad al servicio de Helenna? -inquirió Sherin.
-Ellos dos trabajan para ella -dijo y señaló a Rodrik e Isabella, y luego señaló a Grinhewm-. Y a él lo encarcelaron por meterse con la señora.
-Es mi deber servir a la ciudad y los hijos del Syl son sus más nobles representantes -dijo Rodrik.
-Creo que muchos tenemos el honor -añadió Isabella.


Viktor miro de reojo al trío señalado, sacó de un pliegue de la capa, de un bolsillo oculto, un pergamino que contenía una lista de licores disponibles y lo ofreció a Laherdam.


-Deberé estudiar lo que ofrecéis aquí, ¿me puedo quedar la lista? Por el momento es un principio de acuerdo... aunque ha probado algo de vuestra cosecha -dijo Laherdam-, y parece que se conforma con ello. Con el revuelo del puerto no han venido muchos barcos con los licores de antaño y las cosechas ya no son lo que eran.
-Será un honor poder servirla -dijo Viktor pensando que sabía como había llegado Helenna a probar su licor.
-En fin. Debo marcharme -Dijo Laherdam-. Ahora sé el camino y no tengo riesgo de despeñarme. os comunicaré con la mayor brevedad su decisión.
-Esperaré ansioso. Estaré por la ciudad... una temporada -dijo Viktor.


Laherdam marchó y los que quedaron hablaron sobre el tipo y lo ocurrido. Todo había sido un poco raro pero a fin de cuentas Viktor tenía una nueva oportunidad de negocio. Ninguno creyó que fuera una casualidad la aparición del tipo. Digamos que se dejó caer por aquí, dijo chistoso Rodrik. El hombre tampoco parecía un guardia, quizás un espía pensaron.


-Todo tiene precio, aunque a veces no es el oro el pago -dijo alguien.

Cormarion

05/08/2009 04:11:58

Sentado en la cómoda butaca comprada para alguien mucho más grande que él, con las botas encima del despacho, encontró una nota divertida en su libro de pedidos:


[i:eec5c8c748]Doyle, maestro de los licores,
no solo te emborracharán
por sus aromas y sabores,
sino por que son los preferidos
de bardos y trovadores,
¡por que realmente son los mejores!

(Nesh, el paladín, en la Arena)[/i:eec5c8c748]


Recordó el momento en la Arena de Calimport y la declamación del... caballero Nesharay. Un tal Aerendal también lo había leído en un cartel de Puerta de Baldur. Puede que al final el oro que pagó a Suppi valiera la pena.

Cormarion

06/08/2009 17:00:52

[color=red:9af4b6e4e6][size=18:9af4b6e4e6]El secreto de las mujeres[/size:9af4b6e4e6][/color:9af4b6e4e6]



[después de la fiesta de presentación de Leda]

[quote:9af4b6e4e6="Cormarion"][color=red:9af4b6e4e6][size=18:9af4b6e4e6]L[/size:9af4b6e4e6][/color:9af4b6e4e6]eda hizo su entrada oficial a la fiesta y estaba radiante, luciendo las joyas de la familia y ocultando tímidamente su rostro tras el abanico. ¡Dichosa criatura! Hasta Nesh, el tipo de la cruz, como lo llamó Suppi, el gnomo bardo, parecía haberse rendido a sus pies.
[/quote:9af4b6e4e6]


El detalle no había pasado inadvertido para el gerente del Bar. La muchacha era todo un partido: guapa, lista y la heredera del ducado de Sheol. La había hecho sonrojar en varias ocasiones durante sus encuentros previos para la preparación del evento. Durante la fiesta, Leda se había mantenido casi todo el rato fuera del alcance de su supervisión, ella y ese santurrón. Ahora, en su balanceante alcoba, pues todo le daba vueltas aún, de lo que sí estaba seguro es que la había ido a "acunar" el tal Rick ese. No parecía ser tan ingenua después de todo y rió con el consecuente estallido de dolor en las sienes.

Mañana se iba a levantar con un tremendo dolor de cabeza y la boca pastosa. Eso le pasaba por invitar a Fifur (¡el propio duque le había pedido que lo tutease!) a una Aliento de Dragón.

Si echaba cuentas le intrigaba más Laura. La había tratado extrañamente de forma paternal después de todo. Quizás le recordaba a su Lucille.


-Doyle, ¿estáis casado? -le había preguntado Laura en el mercado después de que Leda les dejase a solas.


¿A qué diablos se refería la joven? ¡Qué osada! Como le había dicho, mi barco ya zarpó hace tiempo y sólo pasa una vez. Mejor amar y haber perdido que no haber amado nunca. La trató como a una delicada flor arrebolada y turbada por su curiosidad, levantándole suavemente el mentón prometiéndole que llegaría alguien adecuado para ella, sin prisas pero sin tardanzas, y por eso le aconsejó que disfrutase hoy de su juventud pues la belleza pronto pasa.

No había sido el habitual burlador, el libertino que hacía gala de seducir y engañar a las mujeres, y quizás por eso hoy tenía todo el camastro para él solo.


-¿Y esa Lyan? -se dijo-, ¡Maldita sea mi estampa!


Viktor había caído en la cuenta de que la vociferante dama cuyos cantos habían sido suavizados por el arte de Elberêth no era sino otra que la tía de Laura, a la que había... ¿regalado una botella de ron?


-A mi tía no le caes bien, Doyle -le había dicho Laura entonces.


¿Qué no le caía bien? ¡Qué carácter de mujer! Ella sí que le caía bien. Llegó a la fiesta tarde, entonada y vestida para amar. En un principio la había confundido con la baronesa Drimilza, quizás buscando otra copa, quizás buscando algo más del bueno de Doyle. Pero no, la mujer llegó a la fiesta como si se fuese a acabar la bebida y la comida. Probó una Aliento de Dragón y también padeció los espirituosos efectos de la fuerte cerveza. ¡Qué mujer! ¿Dónde estaba ahora? Lo último que recordaba era haber dicho que él mismo iba a acompañarla galantemente a casa... ¿Lo hice?, pensó Viktor intentando recordar.


-Tu piel morena sobre la arena... -había cantado Lyan.
-Nadas igual que una sirena... -le había acompañado al estribillo acabando los dos a risotadas, cerca uno del otro. Aquí había el principio de algo, ¿quizás?


Pronto tendría que volver a Calimport por negocios... Tierra donde osan poner precio al corazón de una dama. ¡Dos millones! Todo tiene un precio allí. Incluso podría comprar a esa esclava de la taberna a su dueño, la bella Isa...


-...la-be-lla-I-sa-zZ-zZ-zZ -dijo un balbuceante y exhausto caballero amniano- ...maldito elfo...


El entrometido de Elberêth le había dicho mientras salían los últimos del Gran Teatro que le parecía que a Laura le gustaba mucho el gerente del Bar, sorprendiéndole a traición, con un golpe bajo y sin venir a cuento.


-No conozco el secreto de las mujeres. Ya me gustaría entenderlas -le había dicho Viktor.
-No hay secreto alguno. A las mujeres no hay que entenderlas, sólo hay que amarlas -le había dicho el elfo. ¿Qué sabría él?


Si el amor pudiera venderse embotellado él sería el amo del negocio... "poción de amor nº 9".


//Parece que al fin y al cabo alguien pilló cacho en la fiesta. Negocios, amoríos, intrigas... :roll:

Edit: Muevo esta tragicomedia a este, mi cajón de sastre particular, en el que todos estáis invitados a participar, como siempre he dicho.

Cormarion

06/08/2009 17:02:03

[color=red:d4f17421e3][size=18:d4f17421e3]Pagando por el secreto de las mujeres[/size:d4f17421e3][/color:d4f17421e3]


[en una cueva en las cercanías de Calimport]

[color=red:d4f17421e3][size=18:d4f17421e3]-L[/size:d4f17421e3][/color:d4f17421e3]o que deseo conocer es el secreto que se oculta en el corazón de las mujeres -dijo el mercader al "equilibrista" de la naturaleza, como lo llamaba él sin entender muy bien la profesión del tipo, que por un par de gemas ponía a su servicio su sabiduría y consejo-. ¿Qué hay que hacer para entenderlas?
-Seré claro respecto a ello -dijo el druida de nombre enrevesado para que el mercader lo pudiera repetir-. Sólo es posible ser una hembra para entender su voluntad...
-Esa es buena, me la apunto también.
-...Y cada una de ellas se rige por distintos instintos.
-Ahora me habéis liado.
-¿Podéis explicaros... Ar-go-nath? -preguntó e intentó pronunciar el nombre del tipo flacucho.
-Habrá damas que deseen un hombre fuerte e imponente al que obedecer mientras que otras querrán a un hombre sumiso que haga todo lo que ellas pidan.
-De esas últimas he conocido alguna -dijo y soltó una carcajada.
-Aunque una premisa es clara -dijo el druida alzando un dedo para captar la atención del mercader-. Todas buscan algo, todas querrán obtener un beneficio.
-Sacarme la sangre y el oro, ¿acaso algo más? -dijo con cierto enfado el mercader.
-Algunas oro, riqueza y gemas. Otras, niños, e incluso formar una prolífica familia. Protección, popularidad o renombre, pero en todos los casos guardan tales objetivos en lo más profundo de sus almas.
-No sé. Un dicho amniano dice que cuando el amor se va, solo queda la mujer.
-¿Y qué pensáis de tales palabras?
-Pues que tras el matrimonio, cuando desaparece la magia de la pasión, ya sólo te queda aguantar a la esposa -dijo entre risas-. En fin me quedaré con lo primero que me dijisteis. Era más poético.
-No soy un bardo ni siquiera un poeta. Quedaos con lo que queráis, amigo, pero todo cuanto os he dicho es válido -afirmó el druida.
-Entonces es que seré un poco corto de entendederas después de todo -dijo y se encogió de hombros-. Pero gracias por vuestras sabias palabras.
-En estas tierras donde el sol abrasa la piel y la vuelve más oscura creo que los humanos tienen distintas costumbres, pues los hombres poseen varias esposas -añadió el druida.
-No sé si eso es motivo de dicha o desdicha -dijo un mercader lleno de dudas.
-Preguntádselo a algún hombre o comerciante con un buen harén.
-Tened vuestro pago -dijo y el mercader echó mano al gato*-. ¿Alguna gema en particular?
-Gracias. No entiendo de valores materiales, soy un druida. Aunque si pago con una de las vuestras y me la rechazan pronto conoceré su valor.
-No creo -dijo extendiéndole un par de brillantes zafiros.
-Gracias señor Doyle.
-Hasta más ver Arg... lo que sea, suerte -dijo sin acabar de pronunciar el nombre del flacucho "equilibrista" y se dirigió hacia la ciudad de palacios que relucían como orgullosos símbolos de riqueza bajo el ardiente astro y en cuyas sombras se ocultaba un mundo de miserias.





//* 2. m. Bolso o talego en que se guardaba el dinero. (R.A.E.)

Cormarion

06/08/2009 17:03:33

-El agua moja, el cielo es azul y las mujeres tienen secretos. ¿A quién carajo le importa* -divagaba Viktor.






//*El último boy-scout.

Cormarion

06/08/2009 17:04:17

[color=red:a660bf773c][size=18:a660bf773c]¿Cuál es el secreto de tu corazón Doyle?[/size:a660bf773c][/color:a660bf773c]




[color=red:a660bf773c][size=18:a660bf773c]-A[/size:a660bf773c][/color:a660bf773c] lo mejor me podríais desvelar un misterio -planteó el mercader de licores a las dos mujeres captando su atención. Levantó las manos e hizo ademán de olvidar lo que iba a decir-. Pero, seguid con lo vuestro.


Se había sentado sobre la barra de la Arena y balanceaba las piernas mientras ellas hablaban y la conversación no parecía divertida e iba a subir de tono seguramente. Al fin y al cabo la culpa era suya por aceptar el reto y tratar de ser un bella durmiente. Un beso robado había sido suficiente trofeo.


-Ahora habla Doyle -dijo la encapuchada dejando su conversación con la otra.
-¿Qué misterio? -dijo curiosa la otra bajando la voz.
-No -negó Viktor. Se hizo el tonto y continuó balanceando las piernas-. Pero no os peléis, por favor, me pondría triste.
-Ahora quiero saber de que misterio hablas -insistió la encapuchada-. Deja de dar vueltas y escúpelo. Quiero saber de qué misterio hablas.
-Se trata más bien de un secreto -dijo Viktor-. ¿Cuál es el secreto de las mujeres?
-¿Para qué? -dijo la encapuchada.
-No entiendo a qué te refieres -dijo la otra.


Viktor les contó las palabras de los dos elfos anteriormente a su duda. Ni uno ni otro acabaron de convencerlo del todo y ni siquiera coincidían en sus opiniones. Para uno era inútil intentar comprenderlas y sólo debía amarlas, para el otro cada mujer es diferente pero que en el fondo todas buscan algo en un hombre, o eso era lo que recordaba.


-Quien sabe, ellos viven más pero a lo mejor saben poco de la pasión humana -dijo Viktor-. Decid, a lo mejor me ayudáis pues libo de flor en flor y no me quedo posado en ninguna por mucho tiempo.


La encapuchada contó que junto a una conocida suya trataban de imaginarse al hombre ideal y habían llegado a una conclusión: Ninguno sirve. Hay que encontrar al menos peor y no existe ningún conjuro que traiga a un novio perfecto aunque aún tenemos la esperanza de que un djinn nos conceda un deseo. El mercader de licores aún tenía un reto pendiente y no había podido resistir entrar en el juego.


-¡Oh! Eso es una visión un tanto pesimista y otorga poco crédito a los hombres -dijo Viktor afectado-. Yo sólo busco el secreto para poder llegar al corazón de una mujer aunque todavía no se cual.
-Si quieres a una mujer demuéstraselo con acciones y no con palabras -dijo la encapuchada que reconoció verse reconocida en uno de los ejemplos de mujer que le dijo el "equilibrista natural".
-No busques llegar y algún día llegarás -dijo la otra- No sé como se llega a mi corazón ya que yo no busco llegar ni nadie ha llegado aún por lo cual no conozco el camino.
-Entonces el secreto, ¿es que no existe tal secreto? -preguntó Viktor.
-Algo así. Cada una es diferente -dijo la encapuchada.
-Me gusta esa respuesta -dijo la otra confirmando el pensamiento de Viktor.
-Esa sería mi conclusión tras mucho pensar y cavilar -dijo Viktor-. Noches en vela, a solas en mi cama.

>>No voy a negar que he conocido a mujeres pero no las he amado realmente, no por mucho tiempo.

-Entonces, ¿no deberías formular al revés tu pregunta? -dijo la jovencita.
-¿Al revés? -preguntó Viktor.
-Tú no amas. La pregunta no sería: ¿Cuál es el secreto de tu corazón? -dijo la joven.
-El secreto de mi corazón... -dijo pensativo Viktor.


La joven había sorprendido a Viktor dando un giro a su mundo y escuchó atento a las dos mujeres. La respuesta se hallaba en su corazón, un corazón que ya no le pertenecía.


-A los hombres los conmueve un físico privilegiado -dijo la encapuchada-. Generalmente les gusta eso a los hombres.
-Con eso querrán lujuria que no es lo mismo -replicó la otra-. Creo que hablamos de otra cosa distinta.
-Así como hay mujeres hay hombres, son todos distintos. Pocos buscan el amor y muchos el placer y el bienestar -dijo la encapuchada.
-Yo hallé el amor y lo perdí -dijo Viktor. Sacó de un bolsillo interior un pañuelo bien doblado y lo miró triste, Lucille. El nombre había acudido a su memoria de nuevo trayéndole dolorosos recuerdos.
-Y desde entonces, ¿buscas el secreto? -preguntó la joven.
-Lo busco por que no encuentro a nadie como ella -dijo Viktor y guardó el pañuelo-. Desde entonces como se dice en Amn, "cuando la pasión desaparece, solo queda la mujer", aunque es poco afortunado el dicho.


Viktor se había sumido en un estado de melancolía mientras que las dos mujeres lo miraban atento. La joven a pesar de reconocer no tener experiencia en el amor le había cambiado un dilema por otro.


-Doyle has logrado que dejemos de pelear. Eres todo un pacifista -dijo la encapuchada y le dio unas palmaditas en el hombro a la joven.
-¿Qué quieres decir? -preguntó Viktor a la joven-. ¿Reside el secreto en mi interior? ¿Soy yo el que no ama a las mujeres?
-Sí, exactamente -dijo la joven-. Para buscar el secreto del corazón de una mujer creo que es mejor saber primero de qué mujer quieres el corazón y no los dos pedazos de carne que nos salen del pecho -dijo la joven sorprendiendo al mercader por la crudeza de sus palabras.
-Eso si es sabiduría y no la de los elfos. A lo mejor no tengo esperanzas ya de encontrar a alguien de nuevo y tengo miedo de afrontarlo -declaró Viktor.
-Es lo que pienso simplemente -dijo la joven.
-O sea que no debo buscar que me amen sino amarlas a ellas -dijo Viktor. Al menos se parecía al primer consejo que le dio Elberêth.
-Cuando llegue el momento lo notarás -dijo la encapuchada.
-No -dijo la joven-. Que no busques que te amen sino buscar que te ame quien amas.
-Hablas mucho para ser una niña -dijo la encapuchada.
-Tú no has amado. ¿Crees en lo que dices? -preguntó Viktor a la joven esperanzado.
-Amor de un hombre, una pareja, no, jamás. Pero creo en lo que digo -dijo la joven con total seguridad.
-¿Por qué no te habré conocido antes...? -dijo Viktor a la joven-. Pero todos los arcanos tenéis costumbres raras de decir mucho y poco a la vez. No acabo de entenderlo.
-A Khaelyn la entienden, ¿no? Es la persona más directa que conozco -suspiró y pensó un momento antes de volver a hablar-. Tú buscas amar pero vas de mujer en mujer y así nunca vas a encontrar el amor de tu vida.


La joven miró la expresión de los otros dos y no veía claro que hubiesen entendido algo y tuvo que tomar un pergamino y hacer un dibujo. Doyle, en el dibujo, estaba representado por un círculo con bigotes y perilla y Viktor tuvo que esforzarse para que no se le escapase la risa y se tapó la boca, mientras la joven explicaba. A su derecha pintó un corazón y un poco más abajo unos pechos.

-Tu eres éste, ¿sí? -iba diciendo la joven-. Buscas esto, ¿verdad? -dibujó una línea desde el círculo al corazón-. Amar a alguien y que te haga ser felices para siempre y comer perdices. Este camino... -hizo una línea de puntos hasta los pechos-. Mujeres con las que acostarte sin sentimiento alguno.
-No lo niego -dijo Viktor-. Últimamente no tengo reparos.
-Esto y esto no es compatible -dijo la joven señalando el corazón y los pechos.
-¿Por qué no? Un poco de todo, si no hay atracción... -dijo la encapuchada-, es difícil empezar.
-Por que entonces cuando cuelguen ya no habrá línea al corazón -dijo Viktor en su línea.
-En la búsqueda no, al menos para mí. Quizás te enamorarás de alguien a tu manera, no lo sé -dijo la joven y también saltó y se sentó sobre la barra-. Pero para mí es así. Primero busca un corazón al que amar y luego diviértete con sus pechos.
-Suena divertido -dijo la encapuchada.


Viktor se rascó la cabeza sorprendido de como podía haber llegado a esta situación con la búsqueda del "secreto" y no daba crédito a lo que estaba viviendo. La joven escribió algo más en el pergamino y se lo tendió a Viktor y leyó: versión Noelia Adaras.

De nuevo la taberna de la Arena había sido escenario de las inquietudes de Viktor.

Cormarion

09/08/2009 23:24:49

[color=red:2166a29db2][size=18:2166a29db2]¿Deseas que te amen?


¿Deseas que te amen?
Nunca pierdas, entonces,
el rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser,
y aquello que simulas, jamás serás.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
tu gracia, tu bellísimo ser,
serán objeto de elogio sin fin
y el Amor... un sencillo deber.

Ragden Al-La'eop, Hermano Confesor de Sune[/i:2166a29db2]


Uno nunca sabía que tesoros podría hallar una mente curiosa en los puestos de antigüedades del gran bazar de Puerto Calim. A Viktor le había llamado la atención un libro de pequeño tamaño titulado: Amar y ser amado.

Cormarion

10/08/2009 20:59:14

[color=orange:7c3bc67e33][size=18:7c3bc67e33]III. Memorias. Los Jarinson.


E[/size:7c3bc67e33][/color:7c3bc67e33]l hogar de los Jarinson era humilde, una pequeña casa de uno de los barrios más bajos de Esmel, con pocas comodidades pero limpia y llena de amor.

Thomas Jarinson, su padre, se pasaba casi todo el día fuera del hogar, un pescador hijo de pescadores y heredero de todas sus tradiciones, aunque poseía cierto talento natural para lo que el llamaba "magia" y entusiasmaba al pequeño Viktor haciendo aparecer una moneda de cobre de sus orejas, o sorprendiéndole con sus trucos. Palomas blancas aparecían de sus manos, conejos de su turbante, trucos de escapismo, y siempre con cartas en la manga.

Viktor siempre andaba pegado a las faldas de su madre, Abbigail Locklear, la mujer más bella del barrio y que había sido pretendida por muchos antes de entregar su corazón al pescador, una mujer de afable sonrisa y mirada bondadosa, cuyo abrazo era todo lo que podía desear el niño y llenaba su menudo mundo. Costurera de profesión y de reconocida fama en Esmel, se dedicaba a la confección de lujosos vestidos y trajes de las mejores sedas y engarzados con piedras preciosas para los habitantes más ricos de la ciudad del lago e incluso le llegaban pedidos desde la capital, Athkatla, de los más distinguidos que poseían una segunda vivienda en el lago donde pasaban sus vacaciones.

El dinero que conseguían era suficiente para llevar una vida sin penurias. La pesca era un trabajo humilde y honrado, pero en unas tierras donde se apreciaba la ostentación y las falsas apariencias, Thomas sentía que no era suficiente para su familia. La mayor parte de los ingresos se debían a las labores de Abbigail y eso hería el orgullo del pescador que quería lo mejor para su familia.

El hombre hacía mucho que había dejado de lado los tiempos en los que se dedicaba a embaucar a las gentes junto a otros de dudosa reputación. Mientras él realizaba trucos de manos en las tabernas, a modo de distracción de los parroquianos, sus compinches se hacían con alguna bolsa de oro ajena para repartirla después. Eso fue antes de conocer a Abbigail, a la que encandiló en una de sus actuaciones, y sus corazones latiesen como uno solo.

Después de unirse en matrimonio Thomas solo hizo una última "actuación" y tras ello Abbigail tuvo que pagar por sus actos. Un oscuro secreto guardaba en su corazón la madre del niño de pelo revuelto y negro como la noche.

Cormarion

13/08/2009 13:29:21

[size=18:01c59ccb81][b:01c59ccb81]El señor Caidodeunrisco, sirviente de la primera hija



E[/b:01c59ccb81][/size:01c59ccb81]l mercader de licores anotó el pedido que Laherdam había encargado en nombre de la primera hija del Syl-pashá, Helenna: treinta botellas de cada licor selecto,... reserva de Vanglaris,... y lo que proceda que sea de lo mejor.

La reunión, facilitada por Rodrik que hacía de anfitrión, parecía haber terminado y Viktor levantó un dedo para añadir una última cuestión, como si hubiese tenido una inspiración, cuando en realidad estaba guardando ese as en la manga desde el mismísimo momento en que pidió a Rodrik en el mercado que intercediese por él para conseguir una entrevista con Helenna. Quería conocer a la primera hija en persona. Esa seguro sí que sería era un buen partido para escalar en la sociedad calishita. Aunque solo oía rumores de su mal genio. ¿Estará soltera? Mejor con carácter, debe ser de lo más ardiente, pensaba Viktor y se imaginaba que conseguiría domar a esa fiera y hacer que comiera de sus manos.


-¿Sí? -dijo Laherdam desviando su mirada de Rodrik a Viktor.
-Si nos disculpas Rodrik, ahora si que necesitaría hablar en privado con el señor Laherdam -solicitó Viktor.
-Les dejaré que hablen a solas. Estaré en la biblioteca -dijo Rodrik y salió del gran salón.


Ahora en privado en el lujoso salón de la casa de Rodrik, Viktor expresó su verdadero deseo a Laherdam.


-Entonces señor Laherdam... -dijo Viktor ladino tras unos momentos de duda-. ¿Podría ser posible que la primera hija me encontrase digno para ser recibido en audiencia?
-Se lo plantearé... -dijo Laherdam. Se levantó del asiento y recogió el farolillo-, aunque normalmente solo recibe a quien ella hace llamar.
-No os pido nada más. Sólo un detalle, ¿para cuando el arsenal? -preguntó Viktor refiriéndose al pedido de licores.
-Id preparándolo.
-Ha sido un placer -dijo Viktor. Se levantó de la mesa, cerró el libro de pedidos y le ofreció la mano para cerrar el trato-. Aunque no hemos tratado precios.
-No suelo estrechar las manos y menos con la diestra -dijo Laherdam tras ajustarse la máscara y mantener el farolillo en la siniestra-. Cuando llegue el momento se os pagará.
-No dudo que será más que generosa.


Rodrik acompañó al señor Laherdam hasta la puerta y luego Viktor se excusó con él por tratar en privado en su propia casa. ...Precios... Se debe imaginar que hablamos de precios. Cualquier mercader lo sabe. No hay que fijar precios, según tases al cliente potencial hay que ofrecerle un precio distinto para obtener un mayor beneficio... además no es cortés hablar de precios delante de otro cliente. Viktor creía que aunque no lo expresase sería natural que Rodrik creyese que aquello sería la cuestión tratada.

Cormarion

19/08/2009 20:38:46

[size=18:042fc22baa][b:042fc22baa]Helenna, la primera hija del Syl-pashá, la perla de Puerto Calim



V[/b:042fc22baa][/size:042fc22baa]iktor acompañó a la guapa Sherin a casa de Isabella para visitar al pobre Neithant que había sido presa del ataque de un asesino. Al poco de estar en la lujosa mansión fueron honrados con la presencia de la primera hija del Syl-pashá, Helenna, que... bueno, no parecía muy preocupada por la suerte del bardo.


-Bien, bien, por fin nos conocemos -dijo Helenna a Viktor-. Espero que vuestros caldos confirmen la fama que les precede. No seáis tímido.
-Estaré a la altura gran señora -alcanzó a decir Viktor que había oído rumores acerca del genio de la mujer y de su volubilidad.
-Ciertamente, que sea así -dijo Helenna. Aquello le sonó a que más le valdría que pudiese complacerla por su bien.


El mercader guardó las formas, respetuoso, callado, sin mirar directamente a Helenna y cuando se le pidió que saliese de la habitación se dirigió al mueble-bar del salón. La gran señora tenía que tratar cierto asunto con los presentes y a él no se le incluía. El primero en salir fue Deivid y parecía un perro apaleado y Sherin no parecía tan risueña como siempre. Entre copa y copa aprovechó para conocer mejor al arcano.


-Me gusta viajar y estoy aquí por la academia de magia -dijo Deivid- ¿Cómo le va a usted?
-Pensé que iba a echar de menos el norte. Me he acostumbrado... de nuevo a estar por aquí -dijo Viktor.
-Yo no sé si me acostumbraré a esta ciudad -afirmó Deivid.
-Ajetreada... Yo soy pescador, ya sabe lo que se dice al respecto... Por cierto, ¡qué gran honor tener a la primera hija aquí! -dijo Viktor y su brindis no fue respondido ni por Deivid ni por Sherin. ¿Tan mal genio debe tener realmente esa adorable y poderosa mujer?, pensaba.


Tras un rato de reunión todos salieron de la estancia siguiendo a Helenna y ésta se dirigió al salón al encuentro de Viktor concediéndole el honor de que la acompañase a pasear en aquella bonita noche.


-He oído muchas cosas sobre usted... -dijo Helenna a Viktor al llegar a la puerta de la mansión.
-Permitid que os abra la puerta -se ofreció galantemente el mercader. Pero la puerta estaba cerrada y Helenna resopló.
-Id a avisar que nos abran -ordenó Helenna.


Viktor corrió por el vestíbulo y saltó los escalones de tres en tres hasta llegar al comedor temiendo el mal genio de la mujer.


-Esto... sería sensato que alguien abriese la puerta a la gran señora -dijo Viktor-. Que torpeza.


Luke se ofreció para abrir la puerta y quizás aguantar algunas severas palabras. Tras abrirle la puerta Viktor alcanzó a oír el comentario de Luke (no te despidas, no, bruja) y cruzó los dedos esperando que la dama no lo hubiese escuchado. Ya en la calle, Helenna dejó su hermoso rostro visible y pasearon.


-Bonita noche para pasear -dijo Viktor. Esto sí que sería un braguetazo como se dice si conseguía engatusar a la primera hija y conquistar su corazón.
-Prefiero sentir la brisa en la cara esta noche... -dijo Helenna-. Tengo entendido que sois un buen comerciante.
-Sobrevivo -manifestó Viktor.
-No es lo que se dice... estáis en boca de varios -dijo Helenna.
-Me halaga -dijo Viktor barajando posibilidades.
-Y si todo sale bien en la fiesta... puede que tengáis mejores tratos aún... -dijo Helenna.


Llegaron a palacio, Helenna sonrió al pasar junto a la estatua de su padre y se dirigieron a sus estancias privadas ante la vigilante mirada de la guardia, que aguantaban la respiración y se cuadraban ante el paso de la gran señora. ¡Ay, Viktor, ay, las mujeres y tú!, pensó.


-Me siento halagado si creéis que yo puedo ser vuestro proveedor -dijo Viktor ya a solas con la dama. Ahora si se sentía más confiado y se atrevía a cruzar la mirada con Helenna, jugando, flirteando.
-Entonces creo que nos entendemos, ¿no? -dijo Helenna-. Vuestros licores serán ofrecidos en la fiesta... y dependiendo de su calidad, vuestra recompensa será mayor o menor, pero siempre bien remunerada... nunca olvido quien hace un buen servicio -dijo Helenna.
-Claro, gran señora -dijo Viktor. Realizó una sencilla reverencia, inspiró, reunió coraje y dio un paso hacia Helenna.


Tras un rato "agradable" llegó el momento en que no era requerida ya su presencia en las habitaciones privadas de Helenna. Viktor esbozaba una sonrisa lobuna mientras salía de palacio. Que mejor que mezclar negocios y placer, ¿quién dijo que no se puede?, pensó. Ahora tenía nuevos amigos en la ciudad, posibilidades de negocios, fiestas, viajes a Tashalar y a Skullport...


-Quizás sea un atrevimiento, pero... -había titubeado Viktor junto a Helenna.
-¿Sí? -había susurrado Helenna.
-¿Podríais entregarme un pequeño recuerdo vuestro? Algo personal, como un abanico o algo así... -había alcanzado a decir Viktor y se arrepintió enseguida por lo que acababa de decir llevado por la pasión del momento-. ...Quizás no sea una buena idea después de todo.
-Nada debe relacionarnos. Si le ven con un objeto mio empezarían a pensar demasiado -había susurrado Helenna.
-Claro, su gracia me ilumina. Cuando estaba en casa de Isabella creía que estaba iluminada... pero cuando llegasteis descubrí que vivía en las tinieblas... -había lisonjeado Viktor.
-Debo atender mis propios asuntos ahora -había susurrado Helenna y con un ademán le despidió y se desatendió de las palabras del hombre. Se lo estaba quitando de encima tras la "charla".


Viktor regresó a casa de Isabella, preocupado por lo que le había ocurrido al bueno de Neithant, al llegar a la puerta se pasó un dedo sobre sus labios, le abrieron y se encontró al grupo dispuesto para cenar en la mesa.


-Vine por eso y porque las damas necesitan un buen protector -dijo cabizbajo y preocupado Viktor. Soy un medianías, un cualquiera, ¿cómo puedo pretender protegerlas? aún así..., pensó y suspiró.
-Eso es cierto señor Doyle -afirmó Isabella y le sonrió.


Luego encontraron un cadáver en el tejado pero eso ya es otra historia.

Cormarion

18/11/2009 17:39:30

[color=orange:5702ae088a][size=18:5702ae088a]IV. Viktor Jarinson, paladín de Sune[/size:5702ae088a][/color:5702ae088a]


-Toma, llévate esta prenda para que no te olvides de mí -había dicho Lucille.
-¡No seas boba! Como me podría olvidar de tí -le dijo él.

El sencillo pañuelo de la joven guardaba aún su aroma, el aroma de su flor. Por ella se convertiría en todo un hombre y volvería a Esmel con un nombre para pedirle matrimonio o no sería digno de ella.

Hoy, sentado en el palco del Gran Teatro de Athkatla, Viktor lucía sus mejores galas. Gracias a las recomendaciones de Dagmar, el viejo paladín que una vez fue juez en la ciudad y que dirige en su vejez una Casa de Acogida, el joven Viktor fue aceptado en la academia de la guardia de la ciudad y una vez graduado, creyó oportuno honrar al viejo entrando a formar parte de la orden de paladines de la Dama de Cabello de Fuego.

Creyó que servir a la más hermosa de las deidades y seguir el sencillo dogma sería fácil. No era tan férreo como el de otras divinidades para alguien con un espíritu como el suyo.

La belleza va mas allá de la piel: surge del corazón de cada ser y revela su verdadero rostro al mundo, sea hermoso o feo. Cree en el romance, pues el amor verdadero vencerá sobre todo. Sigue a tu corazón hasta tu verdadero destino. Por encima de tu amor a ti mismo solo debe estar Sune...

Esperaba que Sune le perdonase si por encima de todo ponía a la hermosa joven que estaba actuando sobre el escenario. Vestido con el uniforme de ceremonias, con el vistoso fajín de seda rojo en su cintura, había llamado la atención de los más ricos y nobles de la ciudad.

En la ciudad de las apariencias todo importaba y el palco escogido era el más caro de todos por ser el más cercano al escenario. ¿Quién era ese desconocido joven que había pagado por un palco entero para él solo? Nadie excepto él sabía las penurias económicas que le sobrevendrían y la multitud de favores que tendría que devolver. Aun así lo aceptaba con agrado en la función de estreno en la que Lucille actuaba como voz principal.

Viktor sacó el pañuelo de la manga izquierda, perfectamente doblado y cuidado, y se lo llevó hasta su mejilla, sintiendo la calidez de la tela e inundándole de felices recuerdos.

La joven había recibido la carta de su amado Viktor en la Casa de Acogida. Habían mantenido una apasionada relación epistolar manteniendo su promesa de amor. Cuando Viktor llegó a la Casa de Acogida, allí encontró a Lucille, ya toda una mujercita, cuidando de otros niños desafortunados como lo fueron ellos. Hincó su rodilla en el suelo y le pidió que viniese a la capital amniana para compartir una vida juntos como marido y mujer... aquél mismo día el viejo Dagmar les unió en matrimonio y se sintió orgulloso de estos dos hijos.

Ensimismado en los recuerdos, Viktor no escuchó el roce de las cortinas detrás suyo y tampoco vio a la sombra que se acercaba sigilosa como una pantera.


-Perdonad, joven y apuesto caballero, ¿está ocupado el asiento? -le susurró una aterciopelada voz al oído.

Cormarion

11/01/2010 19:23:07

[color=red:4aaeaebbe5][size=18:4aaeaebbe5]Sherin, mi bajita





El hombre sentado sobre el marco de la ventana tenía a la vista los altos mástiles de la armada calishita. El flequillo desordenado le caía sobre la frente y el cuidado bigote le hacía parecer mayor de lo que era en realidad. Las cortinas ondeaban vaporosas con la suave brisa. Giró la cabeza hacia el interior de la habitación bañada con la argéntea luz de la luna que daba una apariencia de criatura mágica a la mujer que yacía dormida en la cama.

Sus mejillas arreboladas y la leve sonrisa dibujada en su rostro evocaban el recuerdo del placer carnal recién consumado y satisfecho. Su cuerpo perlado con un cielo de gotitas de sudor desprendía las fragancias de las carnes de la mujer llenando la estancia de embriagadora lujuria. Todo estaba revuelto y fuera de lugar alrededor del lecho como si hubiera pasado un torbellino.


-Encandilado, cautivo de tu belleza me tienes. Te nombro en voz alta en mi soledad y me estremezco al oírme llamarte: Sherin, mi bajita. -susurró el hombre.

>>Anhelo memorizar cada pulgada de tu piel, recorrer y explorar los sinuosos valles de tu cuerpo, hundirme y perderme en ellos para siempre. Tus labios me saben a miel, el tacto de tu piel dorada es cálido y fino como el satén de las reinas, tus ojos negros son dos pozos de estrellas y una rosa sin luna tu pelo negro*, mi bajita de menudo talle y de apariencia frágil, de suave voz y sonrisa de marfil, un alma libre.

Haces que desee ser mejor persona, quiero ser digno de ti y honrarte, por siempre leal y nunca infiel. Has puesto mi vida del revés y ya no sabría decir donde estoy sin que tu seas la estrella que guía a este marinero.

Me dices que no necesitas oírlo, que no hace falta que te lo diga, que lo único que necesitas es que esté a tu lado. Te quiero. Estás herida y me has dejado formar parte de tu mundo que ahora es el mio.

Acéptame como soy, con mis virtudes y mis defectos. Mi vida es tuya -dijo. Caminó desnudo hasta donde tenía las botas y extrajo una fina daga de una de ellas. Se realizó un corte en la palma de la mano izquierda con la afilada hoja y cerró el puño, alzándolo y observando como fluían las gotas de sangre y caer en la vacía y ornamentada copa en silencioso juramento.

Yo te protegeré de ella, la mantendré alejada de mí... y de ti, de nosotros.


La mujer se removió risueña en el lecho, tal vez había fingido su feliz sueño, y el hombre enardecido de nuevo por el deseo se unió a ella entre las sedas y los cojines.


-Tú príncipe oscuro... -dijo él.
-Tonto... -dijo ella y le besó con dulzura.


En algún lugar por encima de los amantes, sobre los tejados, una sombra se mantenía suspendida en el aire batiendo silenciosamente sus oscuras alas coriáceas.
[/i:4aaeaebbe5]

*Tangos de una sultana

Cormarion

02/02/2010 12:15:12

[quote:b08b5df973="Earar Zyrustine"]Por Berrion por el camino del comercio en Tezhyr se pueden ver los siguientes carteles:

[i:b08b5df973]Para celebrar el aniversario de la victoria sobre las huestes de muertos vivientes de Othar Capanegra se hace saber que se celebrará en el Ducado de Berrion un doble torneo por eliminatorias directas. El torneo presentará dos modalidades:

A. Duelo mágico: donde todo conjuro y objeto mágico estará permitido

B. Combate no mágico: en el que no estará permitido el uso de conjuros (ya sea propio o a través de algún objeto), pergaminos ni pócimas.

Los interesados deberán hablar con el Archimago Zyrustine para inscribirse.
*Sello del Ducado de Berrion*
[/i:b08b5df973][/quote:b08b5df973]


[i:b08b5df973]Archimago Zyrustine,

El motivo de la presente es para informarme acerca de la posibilidad de tener permiso en la ciudad para instalar una caseta de venta de licores y otras fruslerías durante la celebración del torneo y de si es preciso algún requisito o cumplir con algún pago de impuestos al ducado para dicha actividad mercantil.

En espera de su atenta respuesta reciba mi felicitación por haber hallado un lugar para muchos de los supervivientes de nuestra ciudad, Puerta de Baldur.

Un cordial saludo,


Doyle Lonnegan


PD: Espero que la caja de licores que le envío junto a la presente sea de su agrado y recuerde los buenos momentos del Gran Teatro. También le incluyo una selección de los mejores tés importados a Calimport desde las más exóticas procedencias.[/i:b08b5df973]


-¡Je! -dijo Viktor tras finalizar la nota-. Aún recuerdo que Daeron y Merenwen me contaron que nunca habían visto al elfo probar una gota de alcohol y que sólo tomaba zumos y tés. Tendré que pasarme por allí a ver con qué caras conocidas me tropiezo y brindar por los viejos tiempos. Además aún he de denunciar el asalto de mi caravana con destino a Ámbar.

Vinduil

04/02/2010 20:09:04

Carta de respuesta:
"Señor Lonnegan será un placer tenerle a usted y a sus licores en Berrion durante el torneo. En cuanto a requisitos y pago, con un 10% de las ganancias y barra libre para el duque y el capitán de la guardia será suficiente. Espero que sean condiciones aceptables.

Atentamente: Archimago Zyrustine"