likazu

04/08/2008 04:26:45



[i:19da6f8857]Andrius caminaba por los caminos, se había perdido, no sabía donde estaba, buscaba el bastión avivadamente, hasta que por fin encontró a varias personas que le ayudaron. Un clérigo del bastión, una mujer monje y un arcano.
Susodicho clérigo no podía regenerarle aquello que le faltaba a Andrius, y éste no sabía. El clérigo sabía de la existencia de otro que si podría.
Su nombre era Necrom, aunque Andrius solo conseguía recordar su nombre como Necr, siempre se olvidaba del resto.

Parecía olvidarse hasta de el sentido de la orientación. No sabía cual era el norte ni el sur, ni el este ni el oeste. Poco a poco fueron a buscar a Necr. Llegaron hasta un camino con un puente, en el cual había dos mujeres elfas muertas, los acompañantes de Andrius preguntaron al mismo que que hacer con los cadáveres, pues Andrius era semielfo, y podría decir el entierro que podría gustarles.

Este camino ser bonito, y agua ser dulce, a mi me gustaría descansar en ella. -Dijo Andrius con voz infantil-. Al momento Andrius se quedó en silencio y mermado, algo le estaba invadiendo la mente.
Ve a baldur.
Aunque al momento olvidó la orden sentía curiosidad por ir a baldur y librar alguna aventura allí. Aunque estaba empeñado en su curación, todos se asustaban al ver sus feas cicatrices, y jame decía que estaba muy mal.

Al poco tiempo de decidir que hacer con las elfas, cuatro personas aparecieron. Un semiorco, Necr, y otros dos.
Decidieron entre todos hacer la regeneración y ir a algún sitio donde el clérigo se sintiera agusto. Ahora nos encaminamos hacia cierto lugar.
Aunque a Andrius ahora mismo podría dominarlo cualquiera, se fiaba de la gente del bastión. Se fiaba incluso de los dragónes cromáticos.

Parecía un niño que nunca había salido de su casa.
Pero ahora parece ser que todo cambiará, el cazamonstruos tal vez tenga esperanzas.[/i:19da6f8857]