Elgatovolador

19/03/2009 21:39:56

[i:811602497e]Hacían un buen grupo y la subida hacia el cráter del Peñon se hacía no demasiado difícil, Rodrik daba mandobles con su cimitarra a diestro y siniestro el pequeño Gludar se movía con habilidad golpeando en las corvas y las hondas y las varitas silbaban sus magias desde las manos de Violet, Trampero y Rata, mientras Rago cubría la retaguardia disparando su pequeño arco.

Pero los siguientes enemigos eran diferentes, elementales de humo comentó la arcana Isabella, aún con dificultad continuaron avanzando y justo antes de alcanzar el puente que da la entrada al Volcán aparecieron un guerrero llamado Rick y otro arcano, juntos se encaminaron hacia lo profundo del volcán, donde Theru manipulaba de espaldas una especie de aparatos de magia.

Rago casi cae ante las primeras magias del Demonio, pero el anillo con forma gatuna le salvó la vida una vez más al menos por un momentó se dedicó a mirar los cacharros del Demonio, uan especie de cuerpos humanoides con viales y cosas raras con humo todo era muy raro para el mediano, y cuando quiso huir zás, un tajo en el sitio adecuado el demonio lo habia matado de un solo golpe, y no pudo ver mucho más hasta que sus ojos se abrieron en el Templo Calishita.

Al intentar incorporarse se cayó del Altar, ¡¡ no tenia piernas !!, al parecer el demonió se las cortó mientras aún era cadáver , sus hermanos de zapatos trajeron una carretilla y llevaron al mediano , que iba saludando c omo si de un desfile se tratase a un Castillo en Amn donde Gludar decía que podría darle a Rago piernas nuevas, los caminantes y las pequeñas caravanas que se les cruzaban no sabían como reaccionar al ver al mediano ayudado por una pantera atada al pequeño carro y sus compañeros ayudándoles, de peores habían salido los zapatos, Brandobaris estaría orgulloso aunque quizás el no habría perdido nada en ese pequeña aventura.

Al llegar a la Fortaleza, un humano les indicó donde se encontraba el Hospital , y trás desconvocar las criaturas que le ayudaban a moverse, los medianos se encaminaron : ¡¡ Ay , ay , ay ay !! , se oía en los alrededores del Ducado.
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ArkasLynvail

19/03/2009 22:07:04

Aullidos siniestros de criaturas torturadas en vida una y otra vez, aquel ruido era la mejor melodía para el bálor.
De nombre Theru era un Bálor, de no gran tamaño para los de su raza, aún así, estaba situado en una posición envidiable para muchos de su raza.
En un lugar que se asemejaba a su plano natal y en el plano material, donde podía castigar y buscar cuantas almas y criaturas inocentes quisiese, en su antiguo plano también podía, pero no puede compararse el placer que infunde torturar a alguien que no lo merece.
En mitad de sus experimentos en que intentaba usar la fuerza del volcán para crear elementales de magma y humo un nuevo grupo de aventureros hizo presencia en su cueva, armados y con multitud de magia provista, se giró hinchó su peludo pecho y batió sus alas de murcielago, aquella vista no pareció impresionarles.

Después se sucedió una batalla campal, los poderes del demonio eran muchos e hicieron recular a todo el grupo.

- ¡Ahora tengo a uno de los vuestros malditos necios! - Gritó el balor mientras alzaba su mano cerrada sobre el cuerpecillo del mediano - Vendréis a mi, suplicaréis por su vida y yo os daré su muerte, venid ineptos.
- ¡Alto!¡Podemos negociar! - gritó otro mediano, con su vocecilla, el bálor sonrió maliciosamente, y esperó sería divertido.
- Tengo, esto, esta armadura es muy valiosa - dijo mientras sacaba una armadura que en verdad valía su precio en oro.
- No está mal, para una criatura como tú - dijo el balor mientras se acercaba.
- Te daré la armadura y tú a Rago y nos iremos - dijo el mediano cada vez más convencido.
- Bien, así sea pero baja las armas - el balor se acercó a donde había dejado la armadura y dejó el cuerpo del mediano al lado, con la mano libre cogió la armadura y la guardó en una bolsa extradimensional.
- Bien ya está, ahora cogeremos a Rago y nos marcharemos... - El balor sonrió ampliamente y extendió los brazos hacia el cielo, en sus manos apareció un enorme espadón.
- ¡Nunca, estúpidos ahora todos seréis mios! - Bajó verticalmente la espada y cortó en dos las extremidades inferiores del mediano, ambas partes saltaron como si una fuerza mayor las repeliera.
- ¡No! - gritó el grupo, mientras algunos se armaban de valor y furia peleaban contra el bálor, otros huían presa del terror.

Finalmente, el grupo de aventureros cada vez más numeroso empezó a poner en aprietos al balor, que maldijo varias veces para sí, tendría que huir sino quería verse desterrado.
Un guerrero extendió un pergamino y empezó a leer unas palabras que bien conocía Theru, ambos terminaron casi simultáneamente el conjuro, el demonio desapareció dejando al grupo de aventureros solo, dentro del volcán.

mnho

20/03/2009 14:29:05

[i:3e8e3bfb72]Suggac abandonaba el templo Calishita, Cuchillos estaba con vida, debía buscar a la única persona de la que podría fiarse, pidiendole consejo. Tras una aventura de riesgo, con suerte de estar con vida, dificilmente podría emprender viaje. Prefirió descansar.

A la mañana siguiente, una nota escrita en el tablón de una tienda en los suburbios, quizás por el Rata o algún que otro mediano, juzgando la mala letra, indicaba a el Trampero, que habían llevado a su amigo al Ducado de Arion.

-¿Arion?-. Pensaba para sí el mediano.
-¿Donde estará eso?-. Pensaba al tiempo que abandonaba el barrio.

Gentes diversas se movian por el Oasis, varios conocidos, decidió preguntar. La explendida y bella señorita Isa, parecía conocer el lugar, pero fué el extraño elfo de ojos brillantes el que contestó sin dudar. No solo con eso, añadió que incluso podía acompañar al mediano hasta allí. Suggac no puso inconveniente, tras divisar la bolsa de oro del elfo extraño, un viaje rentable pensaba para si, por desgracia o suerte para el elfo, la joven Isabella decidió acompañarles, hacía días que Suggac les veía juntos, lo cual despertó la curiosidad del mediano, suficiente para olvidar la bolsa de oro.

Cruzaron el desierto de noche, era mas seguro, atravesaron Thezyr sin mayor problema, hasta desviarse hacía el este despues de atravesar el paso del camino por Weldazh.

-Arion-. Añadía el elfo ante la espectular vista del Castillo que se levantaba ante la mirada del mediano.

Cuchillos se encontraba en buen estado, eso afirmaban en el hospital, era de noche, no aceptaban visitas. Trampero buscaba entonces la taberna, no solo para descansar, sino por que era el lugar idoneo para encontrarse con los medianos que ayudaron a Rago a llevarlo hasta alli. De noche, seguramente estaban durmiendo. Isabella no dudó en retirarse a dormir. Era muy tarde.

La camarera del lugar, gustosa por atender a foráneos de la región, ofrecía una selección de alcohol, propía de su padre, coleccionista de vinos. Trampero no escatimaba en gastos cuando se trataba de licor o vino. Había sido un largo viaje, era momento de permitirse un lujo. Compró dos botellas de ese exquisito vino, ornamentado con grabados de cera en el vidrio y de arañas en el corcho, propios de una casa Drow desconocida para el mediano, un vino exquisito sin duda, pensaba al tiempo que bebía.

Compartió el vino con ese elfo, momento entonces para que el mediano despertara su curiosidad. Hacía días que lo había visto por Calimport. El elfo, fruto del vino o de su inocencia, era toda una fuente de información, algo poco usual en el sur, le contó su historia al mediano, quien escuchaba gustoso a sabiendas de que valían mas sus palabras que la bolsa de oro de su cinto.

Ya muy tarde, ambos se retiraron a las habitaciones. Al día siguiente visitaría a su amigo, Rago. Acto seguido, emprendería viaje de nuevo al norte, no conocía a esos paladines, debía buscar a alguien de confianza, nadie mejor que el mediano Saltacharcos, quien había manifestado su fé por Tymora en multitud de ocasiones. De no poder ayudar, quizás supiera de la persona adecuada.

Suggac, que durante toda su infancia había escuchado las historias y aventuras de los medianos mayores que el, era conocedor de las emocionantes historias de Brandobaris. Había decidido, viajar al norte para posar un ramo de flores en el Templo de Tymora, pues era conocedor del amor del "granuja indomable" por la diosa. No habría mejor manera para honrarle.[/i:3e8e3bfb72]

Dragonslav

20/03/2009 17:09:36

[i:281cb1fc18]Aguona Shakme, así empezó todo. Las dos palabras más repetidas por el grupo de medianos que correteaba de aquí para allá. Su jefe, Gludar, les había prometido acción en las tierras de Arn.
Rodrik, que pasaba por el oasis, fue atraído por la algarabía. Los medianos parecían tener ganas de verlo combatir y se el guerrero unió al grupo y convenció a Isabella para que acudiera también.
El viaje hasta el Lago del Vaho fue mucho más alegre que en otras ocasiones.
Aguona Shakme, no os metáis con los medianos.
Aguona Shakme, el Peñón de Arn.
Aguona Shakme, ¿escuchas el susurro en el viento que viene?
Aguona Shakme, mantened la formación... ojalá eso hubiera sido posible, la disciplina no está en la naturaleza de los hin.

Comenzó así el ascenso al volcán, el aire era muy sofocante y los vapores sulfurosos bajaban en una gran cortina anaranjada por las faldas de la montaña. Los aventureros avanzaron y pronto se vieron sorprendidos por los habitantes de la bruma, unos elementales hechos enteramente de humo. Sus cuerpos esponjosos fluctuaban frente a los envites de las armas, con sus nudosos brazos trataban de introducir el humo en nuestros pulmones y en lo alto de los seres, dos ojos como fuegos fatuos en un pantano miraban a los aventureros con frialdad ultraterrenal.
Rodrik había luchado con multitud de seres y desde que la ciudad de Calimport estaba siendo asediada por las fuerzas de Aznar Thrull se había especializado en combatir elementales. Los atacantes no tardaron en caer bajo el filo de las armas y el poder de la magia que esgrimían los valientes combatientes.
Cientos de preguntas se plantearon en la mente de los presentes y todas las respuestas se hayaban en la cima del volcán, en un templo excavado sobre el cráter de lava.

El infierno se desató en el momento en el que el grupo se introdujo en el templo. El mismo vapor anaranjado que había atraído a los elementales ahora los sustentaba. Los seres humeantes tomaban la bruma para reformar sus cuerpos vapuleados. La batalla fue titánica, pero nada comparado con lo que seguiría. Un Balor del tamaño de una casa había estado experimentando con un ritual mágico cuyo objetivo solo los dioses conocen.
La confrontación que siguió dejó a uno de los medianos a merced del demonio, aguona shakme animaban sus compañeros, mientras el lider de los medianos trataba de canjear una armadura por su amigo. Rodrik buscó con disimulo en su colección de pergaminos para encontrar alguno que sirviera para conseguir el tiempo que necesitaba para salvar al mediano. Intentó pasarle a Isabella uno de los pergaminos de exorcismo. -No es un balor normal, dudo que funcione.- Fueron su respuesta y en ese momento el balor atacó al pequeño jefe medianil. Cuando el pequeño escapó de las garras del Balor, el demonio centró su atención en los humanos y se lanzó al ataque.
Como el choque de dos toros, Rodrik y el balor se enzarzaron en una pelea. El gran espadón del demonio superó varias veces las defensas del guerrero que pudo desviar el golpe antes de que fuera mortal. Rodrik devolvía cada golpe con dos sablazos certeros. Cuando el demonio estuvo malherido, el guerrero sacó uno de sus pergaminos y comenzó a recitar las palabras arcanas que tanto le habían costado aprender. Antes de que la magia surtiera efecto el demonio había desaparecido, quedando frustrados sus planes.

El regreso a la ciudad del desierto fue vertiginoso, pero el pequeño hin consiguió mantener su alma en este mundo, aunque horriblemente mutilado.

¿Volveremos a tener noticias sobre el enorme demonio? ¿Frustramos realmente sus planes? Eran las preguntas que el guerrero se hacía al mirar al este, casi divisando la nube anaranjada sobre un pico borroso.[/i:281cb1fc18]

pastoretpastor

23/03/2009 13:50:00

Un pequeño relato fue dispuesto frente a su estudio de meditación, cuando dispuso a salir, sangrante y malherido, observó el recado del joven escudero sobre presencia en el hospital, con una descripción de los que esperaban salió de su lugar santiguándose, hecho al que correspondieron varios de los aldeanos bajando la cabeza y repitiendo el sacro gesto.

Salió del castillo y las puertas abiertas del hospital fueron un indicador claro de presencia de extraños, caminó hasta su interior y en la entrada los encontró.

Un mediano sin piernas, dice llamarse Rago, alguien que estaba incumpliendo las leyes (primero se ocuparía del enfermo) y otro que se hacía llamar Trampero (no prejuzgues: se dijo a sí mismo).

Curó los muñones y dispuso las articulaciones perdidas en un recipiente en el cual puso una solución de alcoholes y hierbas, clasificándolas escribiendo el nombre del paciente y una D o Y dependiendo de que recipiente se observara.

Los términos estaban sobre la mesa, los sirvientes fueron educados cuando se fue...

mnho

23/03/2009 22:36:32

-Hace días que posé las flores en el Templo de Tymora, pero en vez de aumentar la suerte de Cuchillos, nos manda una mediana con nombre de flor. O es una señal, o es que los dioses estan locos-. Pensaba el mediano para si al tiempo que caminaba por los suburbios.

Cormarion

14/04/2009 22:12:06

Realizando su habitual inspección del hospital sólo esperaba encontrar a gente del villorio aquejados de las enfermedades comunes y algún que otro traumatismo leve derivado de algún accidente en el campo. Repasó la lista de nuevos pacientes y le sorprendió encontrar el informe del Padre relatando las curas realizadas en un mediano que había sufrido la amputación de ambas piernas a la altura de la rodilla, entonces recordó las notas del Padre Vasile acerca de una posible recuperación por intercesión de los poderes divinos.

Con ánimo de aliviar y consolar al paciente se dirigió a su habitación encontrando allí al mediano arropado en la cama en la que se dibujaba la silueta de su menguada figura en compañía de otra mediana, cuando al poco de entrar ella llegó una nueva visita, una dama ataviada con elaboradas y delicadas ropas en tonos rojizos.

A la paladina la tomaron en primera instancia por enfermera y se tuvo que presentar como un miembro de la orden del Fénix, sin hacer ostentación de su cargo, a los cuales deberían reconocer por la armadura y su escudo. La esperanzada mediana animaba al pequeño llamado Rago con la idea de que algún día recuperaría sus extremidades a lo que Rago algo cariacontecido respondió con que el Padre Vasile debía primero preguntar. La mediana y la humana bromeaban para levantarle el ánimo.


-Cortar ese demonio -dijo el pequeño, levantando la manta para mostrar a la paladina las piernas-. Yo creo que querer para hacer bicho con piernas rápidas de mediano. Estar claro.
-Es encomiable que no hayas perdido el sentido del humor -se sorprendió la paladina.
-Hacía bichos que eran como elementales de humo -continuó el mediano-. Mi diosa pregona que no hay nada como una sonrisa para calmar los ánimos.
-Rago es especial -dijo la mediana-. Nunca perderá su llamemoslo espíritu juvenil.
-Sí, lo raro es que se calle -dijo la mujer.
-He visto hombres caer en la depresión por heridas menores que esa.


Las visitantes intentaban demostrar buen humor a pesar de usar un lenguaje a veces un tanto descarado y sin embargo Jeanna no podía más que sentir piedad por el mediano.


-Si necesitáis algo hacedlo saber a Joley -ofreció Jeanna refiriéndose al secretario del hospital-, él me lo hará llegar. Soy Jeanna -se presentó la paladina.
-Yo soy Rago -se presentó el mediano.
-Yo Vio -dijo la mediana.
-El pequeño caballero -dijo Jeanna.
-Rago, el medio elfo -dijo el pequeño-. Yo hablar animales, y bendecir cosechas.
-Aquí la tierra es fértil y próspera será la cosecha sin duda -le explicó Jeanna-. Algo húmedo el clima pero no se está mal.
-Yo decir a Padre que si curar piernas yo bendecir para que granos de trigo salir gordos como puños de mediano -afirmó Rago.


Lo cierto es que era tarde para tanta visita y una paciente anciana de la habitación de enfrente abrió la puerta de golpe conminándoles a guardar silencio por el bien del reposo de todos sacando los colores a Jeanna y sin saber que decir. Ahora con más cuidado en alzar la voz la paladina se interesó por si hubo más heridos pero al parecer él se había llevado la peor parte.


-Si es que mira que te lo dice oma... "cuidado, mira con quién vas". Y tú nada -dijo la mujer.
-¿Buscabais algo en ese peñón? -preguntó Jeanna.
-Pues ir allí a Aguona Shakme -respondió Rago.
-¿Aguona Shakme? -preguntó la paladina desconocedora de ese lugar.
-Somos medianos... los tesoros nos tentaban -completó Vio-. Es como llamamos al peñón de Arn.
-Sí, sí, Aguona Shakme ser grito de batalla medianil -dijo Rago-. Entonces aparecer todas esas cosas de humo, e ir a investigar y ese demonio tener cadáveres por todos laos y hacer cosas de magia, entonces no vio bueno y el resto ya lo sabe.
-El ducado no es muy conocido aún, me alegra que os podamos ayudar en algo -dijo Jeanna.
-Pues si poner piernas, mejor que mejor -dijo Rago con una sonrisa-. El Padre me curó bien las heridas y me dijo que si todo salía bien el poner piernas pero no entender que si poder curar porque no curar a Rago -dijo mirando a Jeanna con un gesto triste-. ¿No es lo que hacer los clérigos?
-Sí, pero supongo que tendrá que rezar mucho antes -dijo Vio.
-No es tan sencillo pequeño -explicó Jeanna-. Se necesita la intercesión de la tríada y ha de realizar la petición y que le sea otorgada la bendición para llevar a cabo el ritual.


Al parecer la mujer había enviado una pata de jamón al hospital para el pequeño y aún así su "oma" le enviaba más paquetes con comida, mientras Jeanna manifestaba que quizás si hubiesen acudido en primer lugar al Bastión de los Justos su recuperación hubiese sido más rápida pues Lady Quiara estaba en gracia con Lazhander. El pequeño se interesó por la divinidad y Jeanna le tuvo que explicar algo acerca del dios de la renovación y de talante similar al caballero Torm, incluso se ofreció a leerle un pasaje de su dogma, echando mano a su mochila.

Era ya bien entrada la noche y se disponían a dejar descansar al pequeño que tan sólo quería algo para leer y aprender a escribir, y ante su petición Jeanna le ofreción una copia del sagrado dogma del caballero del deber, aunque éste hubiera preferido alguna historia de Brandobaris, un mediano que alcanzó la divinidad según le relató.


-Es bonito el libro -dijo Rago.
-Kian y yo... quiero decir, Sir Kian y yo siempre llevamos un libro para nuestros descansos, quiero decir -dijo sintiendo un cosquilleo en su estómago-, eso y compartir una suzale como buenos cormytas.


La mujer sacó antes de marcharse algo de su mochila y entregó como regalo un peine dorado para el mediano.


-Es bueno tener amistades así, eres muy afortunado -dijo Jeanna y antes de que se diera cuenta el mediano se quedó plácidamente dormido babeando las sábanas.


Al día siguiente, tras las oraciones de la mañana, durante el desayuno hablaría con el Padre Vasile favorablemente para que solicitase la intercesión de la tríada. La piadosa paladina oraría al Caballero del Deber por él.