Andriu_ZGZ

 05/04/2009 20:18:11

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Hebían pasado dos meses desde mi salida del Baluarte, atrás quedaron las largas jornadas a través de los campos y la marcha sobre los caminos a lo largo de toda la costa de la espada.

Las visiones del celestial me acompañaron durante todas las noches, desde mis aposentos en el baluarte, lo veía de manera habitual en mis sueños. indicandome el camino a seguir, evaluando todos mis actos y poniendo su atención en las decisiones que durante mi jefatura al mando del brazo de los justos estaba tomando.

Había dejado el Baluarte en manos de Lady Quiara Wythan, que se emcontraba realizando una labor muy activa y casi decisiva, hubiese puesto a Sir Khilak en ese lugar, pero decidí que ella fuese la encargada de llevar la batuta de la órden en ese momento.

Muchos lugares he visitado en estos meses y en muchos cometidos he tenido que afrontar mi sabiduria.

Todo ello ante la evaluación del celestial que cada noche me hablaba de los sucesos que podrían acaecer en el futuro, de los nuevos sacrificios que debería de afrontar.

Los dioses me tienen en cuenta y me vigilan, vigilarán cuantos decisiones tome y sus consecuencias, tomarán medidas si algo no hago bien y podrán intervenir sobre mí si algo no les agrada.

Debo tener cuidado, debo servirles con humildad, debo tener templanza y arraigo, y defender los intereses del bien.

Durante estos dos meses he aprendido varias cosas, las diferentes situaciones en las que me he envuelto me han dado a comprender el verdadero significado de la palabra bondad, de la justicia y de la humildad.

Espero poder llevar este saber al baluarte y transmitirselo al resto de hermanos, que aprovechen la sabiduría que he podido obtener de este viaje y que el futuro que nos aguarda sea todo lo más memorable que podamos imaginar.

Ante los nuevos retos, vengo preparado para enfrentarme al mal, sin piedad, con honor y poniendo mi espada al servicio de los dioses.

Vuelvo al baluarte con la esperanza de potenciar la órden y luchar contra el mal y dar , una vez más, una esperanza para las buenas gentes y las personas más débiles.

Sir Drazhen Northend.
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