Elgatovolador

13/07/2009 18:40:48

[b:bf3f4e5658]El enano vigilaba como de costumbre la entrada a la vieja mina, se habían establecido al Sur esperando la alianza contra el ataque orco, cuando llegó un humano cubierto del hechizo de piedra , con el que tenía un rato pendiente, parecía agitado.

- ¿ Perro que te pasa ?, no parras quieto,

- Maese , algo aparece entre las brumas del desierto, son como fantasmas.

- Brrr, brrujerría, hagamos el trrueque y echarremos un vistazo.

[i:bf3f4e5658]Tras hacer negocio, pusieron rumbo al sur, y se toparon con Rodrik, patrullaron las arenas hasta que se acercaron a lo que a Bifur le habían dicho eran las ruinas del antiguo Bastión de los Justos, caído en desgracia mucho tiempo atrás.

Los no muertos aprecían y desaparecían en la Arena, y entrraron divisando a un esqueleto que les decía con voz meláncolica y lejana.[/i:bf3f4e5658]

- Habeis venido por respuestas, os convertires .
[i:bf3f4e5658]
Se pusieron en guardia , pero los calishitas huyeron tan pronto como la cosa se ponía fea, Bifur ya sabía que no se podía esperar mucho más de esos cobardes aún así se enfrento a los no muertos allí reunidos solo, pero le iban ganando terreno eran asombrosamente poderosos.
[/i:bf3f4e5658]
- ¡ Maldito sea ! , gritaba el enano mientras intentaba defenderse como podía.

- Es tu destino ! *reía el esqueleto*

- Qué ! Te voy a machacar !

[i:bf3f4e5658]El esqueleto parecía cobrar más fuerza conforme el combate avanzaba, y Bifur cayó bajo su espada, abrió los ojos y vió a un Beduino sonriente, y que le decía con humor que no era sitio para dormir .

-Brrrr, debo avisarr a los paladines de esto, ellos son los que mejorr trratan estos asuntos puso rrumbo al norrte aún algo aturrdido y pensando si ese ser habría hecho algo con él.

(dos palizas seguidas , brrrr , tengo que mejorrar y saberr cuando es el momento de rretirrarse)
[/i:bf3f4e5658][/b:bf3f4e5658]

davidsanesc

14/07/2009 17:48:19

[i:3dc0090289]Había salido de Puerto Calim para dirigise a dientecillos acompañado del señor de la ciudad como Yon le llamaba.

- El maese me dijo que estaría allí estos días.

Iba a ser un largo camino, pero no pensaban que pudieran aparecer cosas inesperadas. El desierto se agitaba, mostrando formas humanoides. Primero una solitaria ...caminando sobre la arena dirección Sur. No era un aventurero ...

- Unios a nosotros.

Desaparecería en medio del calor y del viento como si arena fuera.

Seguimos caminando con una extraña sensación encima, como si supieramos que más cosas de esas pudieran aparecer, cayendo en lo cierto. Varios jinetes de pronto avanzaron hacia nosotros... armas y escudos en mano preparados para la batalla estábamos ...Yon ya había visto combatir antes al señor de la ciudad y sabía que era un buen guerrero ...pero ...zas ...otra vez esas cosas se deshicieron delante de nuestras narices, esta vez sobre nosotros ...arena de nuevo ...


Tras poco pensarlo seguimos caminando dirección norte sabiendo siempre donde quedaba el sol.

La hierba ya pronto aparecía ...y el camino del comercío se veía.

- Volveré en menos de unos días espero...dijo Yon a Rod, el cual con inquietud parecía querer saber más cosas sobre lo que había ocurrido.

El enano ...tal vez buscaba algo ...pero se lo cruzó antes de llegar a dientecillos ...

Pronto serían tres contra la inmensidad del desierto y esos seres que parecían nacidos de él.

- El bastión ...

Se mostraba tras un portal, zona oscura ...y terrorífica, al parecer se asentaban allí esos seres de arena ...

- Vuestraaa carne se secaráaa y la vida seguirá.

Parecía una maldición ...aquel ser ...parecía estarles maldiciendo.

Yon tragó saliva al recordar como el elfo de Mir se deshacía entre la hierba ...a causa de una maldición o tal vez fuerte o fuertísimo veneno ...quien sabe.

Susurró unas palabras casi sin despedirse de sus compañeros los cuales dijeron que se retirarían.

La maestra lo supo al cabo de un par de días, de la maestra al clérigo de Araktyr ...

- Haaaan traido el mal con ellos.

No estaban malditos, pero algo ...estaba con ellos.

La escuela de guerra abrió sus puertas a Rod y Yon, y los baños ...agua fresca ...y toooda su cuarentena de potingues reunidos a lo largo de meses vertidos dentro de uno, para quitar cada diminuto grano.

Pronto estaría más limpio que una virgen.

El tiempo en el baño le dió que pensar: ¿Iría ahora de expedición al desierto con sus compañeros? ¿Dejaría que la maestra tal como estaba se adentrara en territorio desconocido? ¿Esos espectros ...les volverían a maldecir si se acercaban? Lo que sí era seguro es que llevaría protección con él. ¿Dónde estaría el enano?[/i:3dc0090289]

Kentara

18/07/2009 16:21:29

En su momento Herur dió las gracias a los dioses por dar con sus nalgas sobre la madera de una cómoda silla de manufactura calishita, sin embargo ahora se revolvía en la misma como si fuese uno de esos pobres diablos que han sido condenados con la pena capital y aguardan a que el garrote haga su trabajo -conscientes de que no pueden ya cambiar nada, pero a su vez resistiendose a dejar esta vida-.

Al fin y al cabo, llevaba varios dias dentro de las cuatro paredes de piedra y ladrillo que constituían la biblioteca. Alguno de los esclavos del lugar había hecho hueco en sus tareas -por orden del clérigo del lugar- para traer algunas piezas de fruta que Herur pudiese llevarse a la boca y lo mismo con unos extraños recipientes de arcilla que el joven mago había descubierto que los calishitas usaban para hacer sus necesidades. Ciertamente no era aquello plato de buen gusto, pero no tenía tiempo que perder y de ningún modo podría permitirse rechazar la generosidad del clérigo -que nunca había visto a nadie con tal dedicación a los libros-.

De este modo Herur apartó temporalmente los volúmenes que se encontraba estudiando y dedicó algo de tiempo a redactar lo que había visto y a la vez le había empujado a hacer todo aquello.

Tomó una de sus nuevas plumas, adquirida en el Gran Bazar -lugar del que era habitual ya- y junto con un tarro de cristal con motivos florales y varios pergaminos comenzó a escribir:





[i:d208f38f76]-Sucedió cierto dia de la estación calurosa. La mañana era ya agitada con los primeros rayos del orbe solar y la ciudad que no dormía se desperezaba entre el ir y venir de las bestias tirando carros repletos de mercancías y el paso de ciudadanos, extranjeros y esclavos.

Era un dia de fiesta, se celebraban honores a una de las múltiples facetas de la diosa de la moneda y el comercio, la muy respetada Waukin. Los calishitas más adinerados avanzaban por las calles adoquinadas hacia el distrito de los templos con una procesión de esclavos detrás que portaban ramos de las más exóticas flores y urnas repletas de especias, oro en polvo, y joyas.
Pero los que más abundaban eran los ciudadanos de a pie y los comerciantes de la ciudad, todos tenían un rato libre para ir a honrar a la diosa que sonreía el porvenir de quienes se dedicaban a una de las más nobles acciones de las que los dioses habían visto justo dotar a los mortales -el comercio-.

Hice lo propio con un modesto ramo de flores que tuvo su lugar en uno de los altares a la diosa y a partir de ahí me sentí libre para llevar a cabo mis tareas.

Dispuse todo, algunas frutas que llevarme a la boca y una cantimplora con agua -perfectamente podría haber conjurado a las artes para obtener esto, pero tengo mucho respeto hacia las artes arcanas y no veía adecuado utilizarlas sin un motivo bien fundado e inevitable, quizá más que respeto era incluso miedo- y marché hacia lo más profundo del desierto.
Los primeros dias los pasé acompañado de varias caravanas y beduinos, el flujo del comercio era incansable y nada lo hacía vacilar. Finalmente las caravanas tomaron otra dirección para rodear las cercanías del antiguo bastión -cuyos rumores de un nuevo despertar ya corrían por la Joya del Desierto como la pólvora- y avancé en solitario.

Tardé aproximadamente medio dia, a mi llegada faltaban pocas horas para que el gran Orbe de Fuego acabase por surcar la bóveda celeste ocultandose para dejar paso al astro de plata. Todas y cada una de las fogatas que había dispuesto en varios de los lugares más altos de las cercanías a la entrada del bastión permanecían tal y como se habían quedado, ardiendo con vivas llamas aunque claramente más pequeñas.

Pasé la noche en el lugar, acampando y custodiado por la siempre atenta vigilancia de mi familiar. No puedo ocultar mi decepción pues en todas las horas que se habían sucedido no había ocurrido nada, simple y llanamente...nada. Hice inventario de mis cosas y me marché hacia Puerto Calim con una sensación de derrota y fastidio.

Tras mis pasos nubes de polvo se alzaban, el silencio del desierto acompañaba mis maldiciones a la mala fortuna que parecía ya una compañera inseparable de mi sino y sin embargo pude ver a lo lejos una figura humanoide arrastrandose, una silueta lamentable.
Conjuré sobre mí y de pronto todo aquello que era mio se fue difuminando hasta desaparecer, y entonces me dispuse a seguir a aquella silueta que ahora ya tomaba mejor forma.

Lo que pasó entonces no tuvo sentido alguno, la figura se desvaneció en el aire sin más. Estaba seguro de haber visto eso y sin embargo no era posible, pues yo debía ver todo lo que allí ocurría -mágico o no-.
Temiendo por algo que sin duda iba más allá de mis capacidades me acerqué a una de las fogatas, esperando que la luz me protegiese de algún modo y no fue así. Progresivamente, fogata a fogata, llama a llama, todo lo que las rodeaba se convirtió en una oscuridad profunda e interminable que me perseguía allá donde fuese.

Me alejé lo suficiente como para que la oscuridad se desvaneciese, el desierto parecía haber vuelto a la normalidad... el viento soplaba, la arena se removía en suspensión y caía pocos centímetros más allá... algo extraño tras ver lo que había ocurrido.

Decidí entonces enviar a mi familiar que se lanzó revoloteando por todo el lugar. No había rastro alguno de las fogatas que había encendido, ni la madera chamuscada... nada. La criatura se internó en las cercanías del bastión, pude ver a través de sus ojos y sentir lo que ella sentía. Lo que vi fue extraño, una espesa niebla a ras del suelo cubría todo el lugar, parecía volverse densa por momentos como si tuviese vida propia. Mi familiar observaba con curiosidad esta niebla desde pocos centímetros más arriba, incluso agitó uno de los hierbajos medio secos que crecían del suelo.

La puerta parecía resistirse a ser abierta, la niebla se había hecho más grande en aquel lugar y el familiar tuvo que alzar el vuelo para atravesar la madera. Ví atónito a través de sus ojos como la bruma parecía tomar forma y durante unos momentos creí que estaba loco, que estaba presenciando alguna ilusión... y quizás fuese así, pero nunca pude ver más una ilusión tal. Lo que había empezado siendo una silueta hecha por el capricho del blanco gas acabó por parecerse a un amasijo de huesos unidos por los dioses saben qué y enfrascados en una vieja y oxidada armadura.

"...Destino" repetía el no muerto, "tu destino" (...) La conexión se cortó, fue como si de pronto mis ojos dejasen de ver, como si todo se volviese oscuro... sin embargo me encontré con los ojos cerrados y sólo tuve que abrirlos. El desierto, había vuelto en mí, seguro y lejos del lugar donde había sucedido aquel encuentro.

De ese modo comprendí que debía redoblar mis esfuerzos en este misterio, me pregunté si tal vez era un poderoso artefacto, alguna magia...¿qué había vuelto a inquietar a las almas que permanecían allí encerradas? la posibilidad de estudiar tal poder despertaba en mí un fuego intenso, una llama que nunca muere -tan solo arde con menos fuerza- pero que ahora parecía alimentada por carbón y madera seca.

Regresé a la Joya del Desierto y atravesé sus altas puertas abiertas de par en par, me dirigí a través del Gran Bazar, crucé el distrito de la Magia rodeando la magnificencia que era la torre de Kaatos, pasé de largo la Academia de la magia, dejé atrás las lujosas moradas de los grandes hombres del distrito de Palacio, caminé por el distrito de la Fe mostrando mi silencio a los templos del lugar y por fin entré en la Gran Biblioteca... el hogar del saber.

Acostumbraba a pasar las horas entre aquellas estanterías repletas de libros sin buscar nada en particular, simplemente disfrutando del gozo de aprender. No era así esta vez y tras dar una generosa donación -practicamente todos mis ahorros- informé al clérigo sobre qué buscaba.

Escritos sobre el antiguo Bastión de los Justos, toda información sobre la no muerte y la nigromancia, y todo aquello que se pudiese aprender sobre Kelemvor y su ámbito a lo largo de toda la historia conocida. Una torre de libros se agolpaba en las mesas cuando el clérigo me sonrió y diciendome buena suerte, regresó a sus tareas.

Desde entonces y hasta ahora...[/i:d208f38f76]






Herur guardó los pergaminos escritos en uno de sus cilindros de metal adornado con motivos varios -ese en concreto reproducía alguno de los murales que había descubierto junto con su antiguo maestro en el Anauroch- y prosiguió con el estudio. Había acabado de leer tres de los dieciocho libros que el clérigo había reunido para su búsqueda y muchos dias aguardaban por delante.

Kentara

24/07/2009 18:56:25

Herur vagaba por la ciudad sin rumbo, atravesando las calles y los barrios. A su alrededor todo había dado un vuelto, casas quemadas y medio derrumbadas, gentes oscuras, borrachos, ladrones, jóvenes buscavidas, se había internado en el khanduq. En su ausencia muchos ojos se clavaban en él hasta que decidió encapucharse y envolverse en su capa.

Llegó a una zona de las murallas derruída y con cuidado puso sus pies sobre el montón de cascotes para pasar al otro lado, la imagen amplia y clara ofrecía la visión de varios edificios de no mucha altura -a extepción de uno, muy alto- y filas interminables de tumbas. Alguna de las tumbas habían sido escavadas desde su interior y varios sacerdotes volvían a enterrarlas.

Se acercó a uno de ellos, en silencio este le señaló el alto edicifio y susurró una oración a los muertos. Herur entre dudas dejó atrás al sacerdote y se internó en la catedral.

Las columnas, paredes y vidrieras se alzaban interminables y poderosas hacia el techo, ennegrecido por el humo de los candelabros que iluminaban la estancia. Una mezcla de inciensos recorrían el lugar acariciando el olfato del joven, que vió un largo camino entre bancos de madera hasta un altar final. Cuando pudo acercarse lo suficiente descubrió frescos, imágenes, estatuas y simbología de Kelemvor -así pues estaba allí por algo-.

Uno de los sacerdotes se le acercó:

[i:2fdb7f818a]-¿Qué puedo hacer por ti, hijo?
-La providencia me ha traído a este lugar, vagaba por la ciudad pensando, buscando respuestas.
-Así pues, ¿qué os sucede?
-No a mi, es el Bastión de los Justos...
-El antiguo Bastión.
-Sí, murieron heróicamente y sus almas no han descansado desde entonces... sin embargo ahora se alzan más inquietas y con más fuerza.
-Estoy al tanto de ello hijo, sin duda es preocupante.
-¿Qué puedo hacer para darles el descanso que se merecen?
-Parece que algún poder, algo o alguien está haciendo esto. De todos modos no puedo ayudarte en nada más... Kelemvor proveerá.
-Es posible, si conseguís saber algo comunicadnoslo. Yo estaré en la Academia de Magia.
-Os prevengo, tened cuidado con ese lugar. Las almas atormentadas por los años que allí están encerradas son muy poderosas.[/i:2fdb7f818a]


El joven asintió y buscó entre sus cosas algo para donar a la iglesia, siempre había estimado oportuno tener el favor de cuantas más gentes mejor. Tras ello dió su nombre y con solemnidad en gestos y silencio dió media vuelta y salió del lugar, pensativo, sumido en las posibilidades de todo aquello.

sharkang

25/07/2009 14:50:35

Nyrnael conversaba con Lilian. La paladin sintio una gran alegria al enterarse que el liche que habitaba las entrañas de las minas de la Locura habia sido enviado al mundo de los muertos de forma definitiva. Era un mision que habia tratado de llevar a cabo una y otra vez, pero siempre topo con disensiones entre Ordenes, miedos y dudas que no permitieron formar una Alianza de garantias para erradicar aquel mal. Ahora estaba hecho, y Nyrnael respiro profundamente sintiendo un gran alivio.

Subitamente, vino a su mente otra de las tareas que seguian pendientes. El antiguo Bastion... Ella no habia luchado en aquella Gran Batalla, ni siquiera conocia la Orden del Brazo en aquellos tiempos. Sin embargo, pensar en Paladines y hombres y mujeres de bien que habian dado sus vidas por sus ideales y ahora vagaban atormentados en una no-vida perpetua, la atormentaba.

Lilian le comento que el Padre Vasile se habia ofrecido a santificar y purificar el lugar si se lograba retomar. Asi pues, Nyrnael propuso a su amiga Lili de encaminarse a las cercanias del Bastion. Sabia que era peligroso.

- Exploraremos las estribaciones del camino, sin traspasar los muros. Una rapida mision de reconocimiento. Luego informaremos al Padre Vasile de lo que hayamos averiguado.- Dijo Nynael, lilian asintio.

Vieron la entrada que daba al camino... Nyrnael se estremecio. Poco mas recuerda Nyrnael hasta bastante despues. Solo gracias a Lilian pudo reconstruir la historia... y salvar la vida... y el alma.

Esa historia de jinetes y de resurrecciones milagrosas no encajaba. Nyrnael estaba segura que el calor del desierto habia nublado la mente de su amiga.

Fue entonces cuando aparecio un doble, identico a la Paladina. Lilian le dijo que alli no tenia poder, pues estaba fuera de la influencia del Bastion. El doble de Nyrnael rio y comenzo a conjurar diciendole a Lilian que no era cierto lo que ella pensaba.

Nyrnael trato de prepararse para el comabte con rapidez. El doble golpeo primero buscando el cuerpo de Lilian. Golpeo repetidas veces. Lilian se desplomo. Nyrnael se interpuso entre el cuerpo sin vida y ese doble maquiavelico.

- Marchate! - Le grito Nyrnael - Brujeria, ilusion, espectro, viva o muerta no te dejare que le hagas daño.

La lucha fue rapida, Nyrnael llevada por la profunda amistad que sentia por Lilian, lucho con todas sus fuerzas. Cuando la victoria estaba cercana, el doble huyo y se desvanecio.

Fue entonces cuando Lilian volvio a la vida, tal como ella le habia relatado antes. Nyrnael se rindio a la evidencia. Seria mejor marcharse y hablar con el Padre Vasile. Tanto el Brazo como el Fenix debian ser informados.

Si las emociones no habian sido suficientes, charcos de sangre se vieron en la arena y bajo ellos, escrito en grandes letras "Nyrnael". Cuando estaban desapareciendo tales simbolos o ilusiones, Nyrnael reacciono y guardo unas muestras de la arena del lugar. Mas tarde trataria de buscar respuestas en el consejo de algun arcano.

No habia sido una idea brillante. Se habia dejado llevar por sus sentimientos, por su ansia de liberar a aquellos que sufrian la tortura de ser eternamente lo que combatieron en vida.

Solo se trataba de una exploracion de reconocimiento del terreno exterior, pero solo eso... pudo costar su vida y lo que es peor, la vida de su mejor amiga.

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Habian pasado ya unos dias. Nyrnael habia informado tanto a Sir Drazhen como a Lady Jeanna. Ahora esperaba que ambas Ordenes fijaran posiciones, aunque dada la reaccion de Sir Drazhen, no esperaba ayuda o consejo del Brazo y su mirada se fijo en el Fenix. Que habia pasado con aquella Orden por la que habia luchado con todo su ser? En que momento perdio el rumbo? Nyrnael seguia sintiendo una profunda tristeza, pero esperanza de ser mas util para la reconduccion de la Orden desde fuera.

Decidio salir a patrullar los caminos, tarea en la que se sentia mas plena. Y para su sorpresa al dobalr un recodo vio a uno de aquellos aborrecibles orcos anchos, como los llamaban los enanos. Sin duda un batidor del ejercito que asedio Baldur.

Rapidamente Nyrnael se refugio tras un saliente, tomo una pocima y se volvio invisible. Guardo silencio y siguio al orco. En ese momento, su blanco caballo, el leal Fastfaloth se acerco demasiado a la Paladina, llamando la atencion del orco. Este precavido echo a correr. Nyrnael trato de detenerlo, pero el orco era rapido y resistente. Cuando Nyrnael se acercaba mucho trataba de asestar dos o tres golpes y luego seguia huyendo.

La persecucion duro horas, pero la resistencia del orco jugaba en su favor. Lllegaron al desierto cercano a Calimport y el orco creyo encontrar refugio.... en el antiguo Bastion de los Justos.

Nyrnael se paro en seco, quedandose en el desierto, cerca del camino a Calimport. La vision de la entrada llevo su pensamiento a dias atras. La persecucion la habia llevado al lugar mas inoportuno. Se estremecio y un escalofrio recorrio su cuerpo de arriba a abajo. El orco no salio. Era evidente.

Voces empezaron a brotar del Bastion, llamando a la elfa.

- unete a nosotros,... es tu destino... ven a probar los manjares de aqui dentro... tarde o temprano asi sera... vendras... se que lo haras...

Nyrnael se mantuvo firme y vigilante sobre una duna.

- Algun dia recordareis lo que fuisteis y vuestras almas descansaran en paz! - Nyrnael desplego el estandarte de Tyr y lo hizo ondear - Algun dia esta bandera ondeara sobre esta tierra profanada.

Luces magicas brotaron del Bastion impactando multiples veces contra la Paladina. Se mantuvo firme a pesar las heridas.

Pero sorpresa, alli estaba de nuevo el doble de Nyrnael. No identica esta vez, sino una version no-muerta de la servidora de Tyr. Esta vez no hubo combate. El doble trato de convencer a Nyrnael de no eludir el destino. Nada consiguio. Se desvanecio en la bruma. Nyrnael se marcho, despacio, vigilante, alerta.

Aquellas voces no se borrarian facilmente de su mente.
Ademas habia perdido la oportunidad de capturar vivo a ese orco y quien sabe si una oportunidad para la salvacion de Baldur...

Cormarion

25/07/2009 16:06:22

-¿Por qué? -se decía Jeanna a si misma. La paladín caminaba de un lado a otro de la sala de justicia con las manos a la espalda-. Tenemos que salvar a los vivos ahora. Las almas de los caídos en la batalla del erial, a las mismas puertas del bastión, deben vagar buscando paladines para que se unan a ellos en la lucha que aún hoy debe continuar.

>>Aquel día no morí dignamente en aquellas arenas pues me reclamaban mis deberes con la corona de Cormyr como dragón púrpura que soy. Mis huesos podrían estar blanqueándose al sol en aquellas arenas donde reina la amargura, la desesperación y el odio.

>>Jamás he vuelto a pisar esas arenas. Pero después de hablar con Nyrnael... -dijo e hizo una pausa. Cerró los ojos e inspiró profundamente-. Salvaremos a las gentes del norte. Primero repeleremos a los orcos luego habrá tiempo para purificar las ruinas y traer la paz a aquellas desdichadas almas.


La mujer paseó los dedos por el grabado de su armadura. Hoy un Fénix lucía visible, antaño la cruz del Brazo de los Justos. Ella había pertenecido a esa orden y había conocido hombres y mujeres valerosos, llenos de buenas intenciones, aunque se fueron apartando de los dogmas y de las doctrinas en las que ella firmemente creía, y tuvo que dejar la orden por su discrepancia.

Devolvió la insignia de Iniciada a sir Joganth pero por un descuido olvidó entregar una llave. Una llave, ahora oxidada, que aún guarda con cariño y nostalgia.

Mucho tiempo ha pasado y ya no recuerda las caras de aquellos que yacen en las arenas o de quienes se salvaron y se mudaron a otro sitio. Perdió el contacto, al errar por los caminos, sola, siempre sola, siguiendo al León Dorado en sus sueños hasta que la guió a Vado de la Daga y a las puertas de la ciudadela del Fénix.

Debía hablar con sir Drazhen para saber si se salvaron los registros y diarios del antiguo bastión.

-Sí -dijo Jeanna-, he de ir a verle.

Kentara

26/07/2009 11:31:23

La última tormenta del desierto había dado forma nuevamente a las montañas de dunas, tan solo una leve brisa alcanzaba a levantar algo de arena a pocos centímetros de altura y depositarla no mucho más allá. Herur había decidido dar un paso más en las artes, y Yon Tics sería quien vigilase ese avance.


Eran las horas más próximas a la noche y el abrasador calor del Orbe de Fuego hacía tiempo que había dejado de impedir aquello, ahora ambos alumnos de la Academia de la Magia divisaban en la lejanía los restos de aquella criatura de piedra que yacía tendida sobre el interminable manto de arena. Ambos se situaron a pocos metros de la pared de roca desde donde tenían una mejor visión y menos terreno que proteger, y el ritual dió comienzo.

En la distancia Herur era una prolongación del desierto, una columna de arena compacta que desafía a los cielos y se alza queriendo alcanzarlos. Su túnica se mecía al son de la caprichosa voluntad del viento y el mismo parecía una estatua que no se había movido del lugar en años.
El joven arcano primero respiró y del mismo modo en que sus pulmones se llenaron de aire su visión se llenó de imágenes aún con los ojos cerrados. Hizo un esfuerzo y las imagenes se sucedieron, ordenandose, rellenandose, finalmente se pincelaron las ruínas del bastión aunque a penas era una imagen fidedigna de lo que realmente constituían -faltaban detalles demasiado generales, él hacía mucho que no estaba allí y ni tan siquiera entonces había podido ver demasiado del lugar-.

Formó las palabras que habrían de ser el desencadenante del conjuro, palabras que resonaron en su mente y se extendieron por la urdimbre. Entonces otra imagen se formó sustituyendo a la suya propia, se veía a él mismo y a Yon de espaldas con el bastión frente a ellos y tan pronto como esa visión surgió, desapareció entre sombras y oscuridad.

davidsanesc

26/07/2009 14:09:57

[i:ad1b45c9c0]- ¿Ha visto algo Herur?
- A nosotros mismos.

Yon echado en la arena sobre la duna miraba tanto hacia las ruinas del Bastión como a su compañero para comprobar que se encontraba en buen estado.

Quería probar él y así lo hizo, sacando previamente un par de pergaminos enrollados. Los puso extendidos frente a él en la arena y leyó uno tras otro. Se levantó poniéndo sus oídos hacia el oscuro lugar, amplificándose el sonido bajo la caracola.

Los susurros llegaban hasta su mente ...susurros que acabaron apagándose. Eran fríos y escalofriantes aún no distinguiendo las palabras se le pusieron los pelos de punta.

- Será mejor volver. Puede que sepan que estamos aquí.

Herur asintió ratificando a que posiblemente ya lo supieran, así que partieron de nuevo a ciudad.[/i:ad1b45c9c0]

Andriu_ZGZ

26/07/2009 14:45:02

Me había reunido con Lady Nyrnael en el patio del Palacio de Puerta de Baldur.
Me explico lo ocurrido en el antiguo Bastión y que gracias a Lilian pudo salir con vida, la imagen de su doble me hacía pensar, que los nuevos habitantes de nuestra antigua morada, eran diferentes de la ultima incursión que se realizó hacía ya algunos años.

Mi padre murio en el erial valerosamente según lo que me contó Sir Aldarion hace años, el ejercito de Umbras que así se llamaban lograron derrotar a los paladines y expulsarlos del desierto, acabando con la vida de muchos defensores del bien.
Conocí la historia al poco tiempo de ingresar en la órden, más no me preocupé de ella, conocedor de que el alma de mi padre estaría reunida con Torm, como así será de la de muchos paladines que lucharon allí.

Se que Nesh estaba interesado en volver al viejo bastión ybuscar más pistas e información sobre los ultimos acontecimientos que tuvieron lugar antes de su caida, escritos, informes, notas, cualesquiera que sea que pudiesen aclarar o abrir una pequeña puerta al misterio de su caida y quienes se vieron implicados directamente.

Ante la amenaza de la invasión orca, cancelé esos planes en el ultimo momento y lo único que me importaba era mantener viva la órden y no rescatar fantasmas del pasado, cuyas almas en vida, ya ejercieron su labor en ese momento y se sacrificaron por lo que era justo.

No obstante ahora, que no hay amenaza aparente en ciernes, sería conveniente inspeccionar el lugar, con más apoyos y sacar algo en claro.
Las noticas de Nyrnael demuestran que alguna maldad se ha apoderado del lugar y mi honor me exige que nuestro antiguo hogar ahora mancillado no lo sea por más tiempo y que las almas encerradas vean la luz definitiva.

Hablaré con Lady Jeanna ya que fue su hogar, antes de dejar la órden, para ver que es lo que podemos hacer.

Cormarion

27/07/2009 04:41:37

La paladín había llegado hasta Calimport para dar una oportunidad a esos hombres de bien que seguramente acogía y que sería mejor apartarlos de la corrupción de la ciudad de luces y sombras.

A su regreso detuvo a Furia junto a un grupo de aventureros (Noelia, Arias y Cuban) que iban a descansar en una cueva en las cercanías de la ciudad. Éstos le informaron de que la maestra de la escuela de magia Isabella y un tal Herur estaban indagando en las ruinas del antiguo bastión.

Tomó los utensilios para escribir y sobre una roca pulida redactó como pudo una misiva para que la maestra y Herur se encontrasen con ella para informarla acerca de sus investigaciones.

A Noelia le relató varias cosas acaecidas en aquel tiempo, más tarde, en la taberna de la Arena...


- - - - - - - - - -


Se reuniría con sir Drazhen en el baluarte, en dos lunas, tal y como le había solicitado el maestre del Brazo de los Justos.

Kentara

28/07/2009 15:18:00

Puerto Calim amanecía, dos ciudades cruzaban su paso -se miraban cara a cara- y seguían su camino. Este era el momento en que la ciudad que duerme toma el relevo de la que permanece en vela.

Con los primeros rayos del Orbe el viandante medio cambiaba, en pocos minutos aparecían los trajes llamativos, las figuras peculiares, los ciudadanos comunes y sobretodo la masa ajetreada de esclavos.
El ir y venir tras la puerta era común, las voces de los marineros y los comerciantes que se hospedaban y que comenzaban un nuevo dia atareado con muchas cosas por hacer.

Herur abrió los ojos y volvió a cerrarlos, finalmente se los frotó y se levanto tambaleandose. Había sido una mala noche sin duda alguna, pero ya había pasado y no podía perder tiempo -pues el tiempo a nadie aguarda- es demasiado preciado, demasiado fugaz, ni se le puede tentar ni se le puede sobornar.

Con la idea del deber, una vez más, se aseó y se vistió con una de sus túnicas limpias. Bajó al comedor y pidió algo de pan y leche, las rebanadas aún estaban calientes y podía adivinar que las acababan de traer del horno de pan que había dos calles más atrás. Se llevó la comida a la habitación para evitar tener que compartir ese momento con las blasfemias y sandeces de los primeros -o últimos- borrachos del lugar, y tras desayunar se sentó en su escritorio.

De nuevo todo estaba dispuesto en el orden correcto, papel tinta pluma y varias de sus anotaciones y otros volúmenes que le servirían para completar el relato, corrió las cortinas y sumergido en ese mismo ambiente de calma, tranquilidad y sosiego comenzó a escribir:






[i:833647ce03]-Todo sucedió en el momento en que concluimos no era posible avanzar en la investigación desde la ciudad. En este caso la seguridad de las murallas -si era tal- era la misma que nos impedía descubrir algún dato más y he de decir que las preguntas eran muchas. ¿Qué preguntas eran esas muchas? Desde las que profundizaban en lo acontecido más de veinte años atrás en el tiempo con aquella tragedia que tuvo lugar en el Bastión y sus cercanías hasta el porqué de este despertar -aparentemente azaroso- de las almas que permanecían encerradas en el lugar, atadas a las ruínas que vieron morir sus cuerpos.

En fin, por casualidades del destino nos encontramos un poco más allá del Oasis del jeque Ashavin Pershakal II, en el camino del comercio que trepaba por entre las dunas en dirección norte hacia las llanuras de Thezyr. He de admitir mi curiosidad por esta longeva ruta, que ha sobrevivido muchas vidas de muchas generaciones y permanece como un lazo un nexo de unión entre pueblos y comercio -Juraría haber leído que es el mismo camino oficial que llega hasta la mismísima ciudad de Aguas Profundas, algo sorprendente si tenemos en cuenta los muchos meses de viaje a pie que hay hasta llegar a la ciudad-.

Pero no me distraeré y volveré al asunto principal, el hecho es que necesitabamos avanzar en nuestra investigación y no había material alguno que respondiese a nuestras muchas dudas. Así pues vimos que no había otro remedio mas que acercarnos al propio Bastión e intentar avanzar entre el mal que lo custodiaba en busca de respuestas.

Creo que cada uno hizo uso de su tiempo para prepararse, por mi parte me retiré a las cercanías del Oasis en una zona lo suficientemente tranquila como para abrir mi libro por la sección de conjuros. Aquello habría de ser una elección adecuada si quería ser de utilidad en la defensa del grupo, y no me averguenza admitir que como mago mis capacidades ofensivas no habían sido probadas hasta tal punto nunca. A decir verdad agradecería que los dioses viesen en mí un humilde servidor del conocimiento y no un guerrero o un hombre de aventuras, pero el porvenir lo trazan ellos y cuando decidan su palabra será ley y su razón será justa. Así ha de ser.

Supongo que la maestra Isabella también se retiró a preparar sus conjuros, no se exactamente como se desenvuelve un innato con las artes asique nada de luz puedo arrojar sobre esto. Sea como fuere regresamos casi a la par con los demás y emprendimos el viaje justo cuando empezaba a amanecer y la ausencia de altas temperaturas ofrecía una travesía cómoda para las gentes acostumbradas a los desiertos.

Finalmente llegamos y el grupo se paró ante las puertas, yo repasaba unas máximas filosóficas de algún antiguo autor <Recto, no corregido> y los demás preparaban su equipo, comprobaban sus armas sus yelmos y sus escudos, tiraban de los arneses y reunían el valor de los heroes.

Una vez listos entramos, yo había conjurado las palabras de protección contra el mal por lo que no esperaba que los muertos se fijasen en mí pero realmente no se fijaron en nadie. Pasamos al lado de los cadáveres recostados sobre sus corceles pútridos como si estos durmiesen a la espera de alguna voluntad que les devolviese la ira sin descanso que les había acompañado tantos años, los dejamos atrás y nos acercamos a las ruínas.
Fue entonces cuando el suelo tembló, no una ni dos veces, varias más. Cientos de voces comenzaron a resonar en nuestras cabezas, susurrando palabras ininteligibles que mecían nuestra voluntad y que conseguimos orientar en la pared oeste excavada en la roca de la montaña.

Fuí algo inconsciente cuando me acerqué, tendí mi mano hacia la pared y quise tocar la roca pero en aquel preciso instante comenzó a quebrarse por toda su superficie y un brazo la atravesó en lo alto.
Retrocedí con miedo pero también con curiosidad -como todos los demás supongo- y fue Then quien haciendo uso de algún instrumento metálico surgido de sus brazales escaló la pared descolgada y llegó hasta la masa de carne. Ni siquiera hoy se qué pudo ver, pero si sé que muy poco después la pared se derrumbó frente a nosotros y poco faltó para que alguna de las rocas nos aplastase.

Las voces cesaron, tan solo una de ellas esperó antes de dejarnos <matalos> dijo y todo quedó en silencio. La criatura a la que pertenecía el brazo avanzó entre las rocas, era una criatura de un tamaño desmesurado incluso mayor que todos los gigantes que podía haber visto. Parecía una mezcla de partes de muchas criaturas, una masa sin forma de carne putrefacta cosida por la retorcida voluntad de lo que hay más allá de la vida y del descanso eterno. La batalla que entonces dió comienzo me recordaba a algo a medio camino entre el despiece de un animal y la lucha de las aves carroñeras por el botín pútrido y descompuesto que yace en el desierto a medio tapar por la arena, todo aquello lo reflejaba incluso el hedor que seguía a cada herida del enorme cadaver y el olor a carne quemada fruto de nuestra magia que golpeaba todo su cuerpo sin descanso.

El grupo era fuerte, ni a mí me extrañó que acabasemos con aquella criatura sea cual fuera la aberración que la había hecho tan poderosa en la no vida. Algunos, entonces, nos acercamos al cadaver para observarlo y yo me atreví a cortar varios trozos de su cuerpo y los guardé en frascos de cristal grueso que llevé a una de las bolsas planarias -aquello habría de ser la merecida recompensa que nos diese respuestas a varias de nuestras preguntas-.

Estando yo tan ocupado, no puedo decir qué es exactamente lo que ocurrió en ese momento sólo sé que los muertos que antes nos ignoraban se lanzaron contra nosotros movidos por el odio que guardaban desde hace más de dos décadas. La batalla que ahí se libró fue cruenta e infinita, todo el bastión se volcó contra nosotros y a medida que nos debilitaban ellos mismos también se debilitaban.
Exhaustos, tuvimos un instante de respiro cuando los muertos dejaron de alzarse y vimos como la bruma comenzaba a retorcerse y como si estuviese viva y compuesta de miles de pequeñas criaturas acabó por retirarse arrastrandose por el suelo hasta llegar a la entrada del Bastión y formar un sólido muro.

Nos miramos, miramos el muro, y supimos a ciencia cierta que habíamos debilitado mucho al poder que allí aguardaba. Pero del mismo modo en que hicimos eso, también nosotros nos habíamos cansado y ya ningún guerrero podía extender por más tiempo una lucha y ningún arcano podía conjurar gran cosa. Decidimos pues, dar la vuelta y regresar con un plan en mente.



Ahora el registro de esa batalla perdura en el conocimiento y el saber, al alcance de cualquier raza que desee disponer de algo de tiempo para compartir las enseñanzas de Oghma.[/i:833647ce03]





Herur completó sus pergaminos y mandó hacer unos cuantos ejemplares en el copista. Como era costumbre ya, entregaría uno en la Academia de la Magia para la biblioteca. El resto aguardaría entre sus libros a la espera de resolver el enigma y así poder completar la historia y enviarla a la Casa del Estudio y otras varias bibliotecas y alguna que otra taberna a lo largo de Calimshan y la Costa de la Espada.

Kentara

28/07/2009 15:23:42

[quote:d0f369fc9d="Cormarion"]Tomó los utensilios para escribir y sobre una roca pulida redactó como pudo una misiva para que la maestra y Herur se encontrasen con ella para informarla acerca de sus investigaciones[/quote:d0f369fc9d]

Cuando se enteró, Herur preparó uno de sus mejores pergaminos que aún guardaba entre sus cosas y se propuso responder al interlocutor desconocido.

Sin embargo se percató que nada sabía de él, ni tan siquiera a donde enviar la respuesta ni como contactar para tener un encuentro en persona. No pudo hacer otra cosa que sonreir ante esta falta de previsión y dejó todo en manos de su maestra.


-Seguramente ella sí sepa como contactar.

Kentara

01/08/2009 02:22:13

El olor a salitre y pescado se mezclaba en sus fosas nasales que trataban de identificar unos aromas tan fuertes. Las aletas de su nariz se movieron hacia la derecha primero, luego hacia la izquierda y como si un mosquito le acabase de picar su mano derecha se alzó de entre las sábanas y cubrió buena parte de su boca. Luego se limitó a darse la vuelta y hundir la cabeza en la almohada y así se quedó.

Sin embargo, media hora después aproximadamente un gran ruido le despertó. Sobresaltado, salió de la cama y se vistió como pudo con una de sus sobrias túnicas -en concreto con una de las más finas y ligeras, pues esos dias acostumbraba a hacer más calor del habitual-.
Se acercó a la puerta y pegó la oreja al cierre, pudo escuchar murmullos varios y se apresuró a pensar lo peor. Así pues, con los dedos de sus manos temblando y moviendose como se mueven las pequeñas hierbas de la pradera en un dia de mucho viento, abrió la puerta de golpe procurando sorprender a quienes estuviesen apunto de asesinarle.

Lo que encontró le dió un vuelco al corazón, había estado a punto de conjurar sobre una muy joven camarera de la taberna -dada la expresión infantil de su rostro y su cuerpo poco desarrollado intuía que no podía superar los catorce quizás quince años- que, de rodillas, hacía todo lo posible por arreglar el estropicio causado al dejar caer una de las bandejas de cobre que se usaban para llevar el desayuno a las habitaciones de los huespedes. La chica pidió disculpas y muy pronto se alejó dejando una mancha de café en la alfombra.

Eso era un buen despertar y lo demás... o almenos es lo que pensó Herur. Sea como fuere, eran aproximadamente las seis y media de la mañana según el reloj solar y mientras la ciudad vivía en su ajetreo el aprendiz de mago se encerró en su habitación dispuesto a escribir una vez más sus últimas averiguaciones. Además del habitual papel de pergamino, la tinta y varias plumas, Herur contaba esta vez con las transcripciones los apuntes y el ejemplar que había encargado en uno de los mejores copistas de la ciudad para poder devolver el original al sacro hogar de Oghma, la Casa del Estudio, de donde lo había tomado prestado.

El joven arqueó la espalda y tomó un sorbo de té de hojas de menta, aclaró sus pensamientos durante unos instantes y comenzó a escribir:




[i:8f8db72038]-He aquí aquello que mis ojos han visto y mi mente ha juzgado como útil en la siempre noble tarea de esclarecer aquellos enigmas que nos rodean.

El bien está conmigo y la justicia.



Todo lo que en este escrito se desarrolla, tuvo lugar en las tres semanas previas a la fechada en las que extendí mi investigación acerca de los extraños sucesos que tienen lugar en las ruínas de lo que fue el Bastión de los Justos, sacrosanto baluarte de la orden de paladines de la tríada llamada Brazo de los Justos y que aún a dia de hoy sigue en activo -esta vez ya lejos, en las cercanías de Puerta de Baldur-.

Las primeras búsquedas fueron infructuosas y poco reveladoras en el tema que nos atañe aunque sí muy interesantes si la situación fuese distinta. Por ejemplo encontré un tomo con el nombre de "Historia de las arenas" escrito en Alzhedo, sin embargo la siempre desinteresada ayuda y colaboración del clérigo mayor del templo de Oghma me orientó entre las estanterías de la biblioteca preguntandome por un tema en concreto y prometiendo proveerme de un buen volumen.

Aquí se plantearon las primeras bifurcaciones del camino, por un lado tenía intención de averiguar todo lo posible acerca del bastión con la esperanza de que eso sirviese de algo, por otra la situación en el desierto podía orientarme hacia la búsqueda de acontecimientos extraños en la región y finalmente la evidencia de que todo apestaba a nigromancia.

Así pues descarté la primera opción, tuve muy encuenta la segunda por lo limitado de la resolución -que me permitiría acabar pronto y seguir investigando- y finalmente opté por la tercera. A ojos de muchos sería lo más evidente pero he de decir que no estaba del todo seguro ya que se trata de una materia demasiado extensa y envuelta por la rumorología de las gentes no versadas.

El sumo sacerdote de Oghma buscó con la mirada entre los libros, eligió uno y me lo entregó. A simple vista su antigüedad era más que evidente, las tapas y el lomo estaban gastadas y llenas de polvo fruto de años y años en un mismo lugar, y por dentro las páginas estaban amarillentas y a veces la letra no todo lo legible que uno desearía pero el clérigo afirmó varias veces que si un volumen me ayudaba habría de ser ese mismo.

De este modo, confiando en el buen juicio de otro de los servidores del conocimiento, ocupé uno de los escritorios de la sala y comencé a leer por encima el manuscrito esperando encontrar algo.
Pronto pude conocer algo más de él a parte del nombre -Historias de encuentros con la no muerte- y entendí bastante bien el título. Aquello era nada más y nada menos que un compendio de historias narradas de supuestos hechos reales recopilados por algún autor anónimo y todas sobre la no muerte y la nigromancia.


He aquí un ejemplo muy interesante:

[color=blue:8f8db72038]Aquella noche, fria como ninguna, algo extraño pasó. Un pequeño temblor, y los pueblerinos vieron como las tumbas en las que reposaban los que fueron sus familiares quebraban, levantandose formas esqueleticas. Los habitantes huyeron despavoridos -...esta parte es ilegible...leo algo que dice "el herrero"- el herrero ....... era perfectamente reconocible, parecia vivo. Sin embargo ataco como el resto. Apenas hubo supervivientes, sólo un guardia que no quiso dejar su nombre y que relató esta historia. Además de un vagabundo, tachado por el pueblo de loco, que decía tener visiones. No puedo contrastar estos datos, puesto que fueron aportados de manera muy subjetiva.

El vagabundo, que frecuentaba el arte de la ingesta de vino, decía ver visiones en el cementerio. Una oscura figura aparecia cada noche y recorría el cementerio, embozado en una túnica que apenas dejaba ver su piel. Según aquel vagabundo, era un enviado de la muerte, y fue el causante de todos aquellos males, aunque dificilmente podemos contrastar estos hechos".[/color:8f8db72038]




Sin embargo encontré esto como demasiado común, quiero decir que no hace falta haber dedicado mucho tiempo y ser poseedor de un gran poder para conseguir inundar de energía negativa los cuerpos inertes de aldeanos comunes y corrientes para que se alcen en la no muerte. Por ello limité la búsqueda a aquellos relatos que hablasen de un poder lo suficientemente grande como para controlar a los caídos en la batalla del Bastión -algo que muy pocos podrían hacer, en mi opinión-.

La intensa búsqueda me llevó a un párrafo casi a la mitad del libro, estaba seguro de que mi insconsciente había encontrado algo y mi tarea era ahora averiguar de qué se trataba:

[color=blue:8f8db72038]El hedor era insoportable hace dias. Nadie sabía de donde venía, pero cuando soplaba el viento desde la zona, la llamada zona "maldita", era mas intenso que nunca. El cielo se ponía siempre al oeste, detras de la zona maldita, pero aquel día se puso antes. En aquel momento, con la llegada de la noche, una extraña sombra del tamaño de una montaña y con una silueta aterradora se empezó a divisar en el horizonte. Esa criatura avanzó en nuestra dirección y conforme se acercaba el olor se hacía más fuerte hasta que llegado cierto punto la gente empezó a vomitar a causa del hedor ya insoportable.

Todos corrieron, los arcanos no eran capaces ni de conjurar, ciertamente no había forma alguna de luchar contra aquello ya que los hechizos se estrellaban aparentemente sin resultado contra su cuerpo y las tambaleantes embestidas de las espadas de los hombres de armas no hacían otra cosa que rebotar contra la criatura y hacer perder el equilibrio a los guerreros mareados por el hedor.
La huída fue entonces la única opcion -...Aquí la escritura era ilegible, he conseguido descrifrar algunas letras -"la huida fue la unica opción....al final.... tir..... to...e ....había encontrado venganza"- había encontrado su venganza.[/color:8f8db72038]



Al final del relato encontré un apéndice con tres números:

1- [color=blue:8f8db72038]No se puede contrastar.[/color:8f8db72038]


Busqué el punto al que hacía referencia, era anterior a lo leído y no lo había tomado con interés en un principio. Decía lo siguiente:

[color=blue:8f8db72038]Todo olía a carne en cocción, todo. Cada rincón en mucha distancia tenía ese olor, que se tornó cada vez más putrefacto.[/color:8f8db72038]


Instintivamente llevé el dedo índice un poco más atrás:

[color=blue:8f8db72038]Las desapariciones de personas cada vez eran más frecuentes antes de los sucesos que narraremos.[/color:8f8db72038]


Luego continuaba con lo que he escrito.



2-[color=blue:8f8db72038]Se dice que se avistó una figura humana cerca de aquel ser de grandes dimensiones, aunque las opiniones varían en este aspecto.[/color:8f8db72038]

3-[color=blue:8f8db72038]Tras investigaciones posteriores, casi todos afirmaron haber oído voces que iban decreciendo.[/color:8f8db72038]


El escrito lo firmaba un tal Herald Ibn'azid, nombre que tengo muy presente y que pretendo investigar en cuanto de por finalizada esta obra. La búsqueda no me ofreció más información por lo que transcribí estos detalles y comencé a ordernarlos.

También le pedí al clérigo que me dejase tomar el libro durante unos dias para proseguir con mi búsqueda, este me solicitó un permiso de la Academia de la Magia que la maestra Isabella accedió a concederme y de este modo pude llevar el volumen al mejor copista de la ciudad.
Encargué tres copias, una para la biblioteca de la Academia de la Magia, otra como obsequio a la Casa del Estudio en agradecimiento por su ayuda y finalmente una última para mi propio provecho.

Esto es cuanto por obra y gracia de Oghma he podido hallar hasta el momento y permanece a través de los tiempos escrito con la mayor solemnidad en honor a la verdad y a los dioses.[/i:8f8db72038]




Habían pasado varias horas desde que Herur había comenzado a escribir. Las continuas consultas al libro, sus apuntes, sus copias y algunas obras de letras dilataron en exceso el tiempo necesario para completar el documento.
Sin embargo el resultado era satisfactorio y se apresuró a hacer varias copias y guardarlas en su libro a la espera de finalizar la investigación y resolver el problema, momento en que compartiría el conocimiento con cualquier otro interesado en el saber.
Tomó el último sorbo de té y abrió con cuidado el original, tenía bastante tiempo por delante y pensó que quizás pudiese aprender algo más sobre el tema. Sin duda sería útil, pues el mal al que se enfrentaban se presentaba como algo mucho más poderoso de lo esperado -Dos eran los enemigos, doble el problema. Por un lado las almas en pena del Bastión, sin descanso desde que tuvo lugar la batalla más de veinte años atrás y por otro aquel nigromante que había dejado indicios de sus actuaciones tiempo atrás-.

IRyD

12/08/2009 22:33:07

[i:975bd2e925]Cualquiera que atraviese el desierto puede notarlo... Un terrible hedor inunda cada rincón del desierto, llegando en ocasiones a los lindes de Thezir y Calimport.

Los rumores corren como la polvora y se convierten en un hecho... las desapariciones en el desierto van en aumento, sin dejar rastro[/i:975bd2e925]

ojos

18/08/2009 11:29:54

Un día más en Calimport, al parecer tranquilo, volvió el hedor del desierto a acercarse a la ciudad. De repente sonaron las alarmas. Salimos corriendo de casa de Isabella para ver que ocurría. Golems de carne pútrida atacaban el oasis. El olor era insoportable y ademas eran inmunes a nuestra magia. Habían pegado una buena paliza a aquellos que habían sido sorprendidos primero (Noelia, Stanos y algún guardia). Pero con precaución, esto es, gracias a las invisibilidades que afortunadamente no eran capaces de detectar, reanimamos a los caídos, nos reagrupamos, y fuimos capaces de vencer al primer grupo, bueno, mas bien fueron los valientes guerreros (Rodrik, Then, Luke, Stanos, Bulbaif y la guardia de Calimport), como he dicho eran inmunes a nuestra magia.

- ¿de dónde venían?
- No es obvio, del Bastión seguro. Es el mismo hedor.
(...)

En un primer planteamiento, se sugirió hacer un túnel para llegar al Bastión... ¿pero como?, no había conjuros para tal efecto y los esclavos aparte de tardar mucho serían un punto débil. Se propuso pues, dominar a un gusano gigante (Denen Then sabía donde había uno y Deivid conocia el conjuro apropiado para dominarlo).

Pero Sherin avisó de que se acercaban tres grupos más de aquellas criaturas. Stanos que estaba cansado y creo que un poco enfermo por culpa de los golems, se retiro a descansar. Y el resto, una vez más, consiguieron hacerles frente.

(...)

El último de los grupos avistados, se componía de tres, pero muchísimo mas grandes. El grupo se adelantó a las afueras a esperarles. En el cañón sería mas difícil que les rodearan. Bien preparados con las defensas mágicas que pudimos proporcionarles los arcanos, y ahora con la ayuda de una clérigo más que se nos había unido. Derrotaron a dos de las enormes criaturas y a la tercera la consiguieron empujar barranco abajo después de un duro combate.

Por si acaso venían más, el señor Then coloco numerosas trampas. Y así fue, mas de los pequeños aparecieron, y mientras aún acababan con ellos, una enorme sombra se dirigía a la ciudad.

¡Era un descomunal dragón creado a base de carne putrefacta de todo tipo de dragones!

Fue una dura batalla, Bulbaif intentó subir por la cola del dragón y no pudo. Más tarde lo consiguió el elfo Ani, que le logró arrancar un ojo, aunque después salió despedido. Luke se transformo en dragon con un pergamino y junto con Then y Rodrik consiguieron darle muerte por fin. Convirtiose en un amasijo de carne y escombros de los edificios que medio había derrumbado al caer (entre ellos la cofradía de artesanos).

Después de examinar los restos, sin encontrar nada mas interesante que carne putrefacta y escombros, a alguien se le ocurrió la feliz idea de incinerar los restos con una bola de fuego. *ss* Vale, fui yo, Deivid, pero que no se entere nadie, jejeje. Pero sino, toda esa cantidad de carne corrompida y en descomposición habría traido plagas y enfermedades. El problema es que casi se extiende el fuego a la cofradía de artesanos. Pero después de un fallido intento de apagarlo con una ráfaga de viento (mala idea), conseguí apagarlo con una tormenta de hielo.

gatovengador

18/08/2009 13:17:10

Después de una buena temporada en su antiguo monasterio la monje volvió al oeste. Iba a buen ritmo pues tenía prisa por regresar al monasterio aunque llegado a Amn decidió bajar hasta Tezhyr, por si se encontraba con algún viajero con nuevas del sur.

En el camino se encontró con una pareja de elfos en el camino. Estaba intercambiando unas palabras con el varón, ignorando los comentarios de la mujer duando un olor nauseabundo les impactó de lleno.

Arrugando la nariz miraron alrededor justo a tiempo para ver dos criaturas hechas de carne que se les echaban encima. Los seres eran fuertes, y no tardaron en acabar con la elfa mientras que la monje intentaba derribarlos sin mucho exito. El otro elfo empezó a disparar contra los seres mientras Lilian trataba de alejarlos de la caida.

"Sacala de aquí", gritó la monje, pero el elfo estaba demasiado obcecado en agujerear a los seres. Lilian consiguió abatir a uno, pero a pesar de usar todos sus recursos el otro finalmente la tumbó.

Se levantó con el elfo mirándola desde arriba y un molesto dolor de cabeza que relegó a lo profundo de su mente. La elfa tambien estaba cerca, algo aturdida. Le preguntó al elfo si se había encargado del ser y asintió. Cuando se incorporó notó que la peste seguía, y el elfo señalo al norte, más criaturas de esas y en mayor número venían hacia ellos.

"Corred", les espetó la monje, pero los seres les alcanzaron, así que Lilian se metió entre ellos repartiendo golpes a diestro y siniestro con tal de llamar su atención, y cuando estuvo segura de que la tenía corrió hacia el sur dejando que esas aberraciones la siguieran.

Cuando calcuó que ya había dado suficiente tiempo los otros dos, dio la vuelta y cargó contra ellos, haciendo primero un quiebro a la izquierda, luego otro a la derecha, para saltar entre dos y correr hacia el norte poniendo tanta distancia entre las criaturas y ella como fuera posible. Esos trozos de carne eran rápidos, pero ella lo era más.

Llegó en poco tiempo a la entrada a Weldazh dónde estaban los dos elfos hablando con otros de su raza. No hubo tiempo para mucha charla, pues las bestias aparecieron por el sur a la carrera poco después y arremetieron contra la loma. La monje se puso entre los arqueros y las bestias pero ella sola se vio rápidamente superada y aunque intentó zafarse en el último momento no lo logró y la oscuridad la envolvió.

Cuando despertó la loma estaba mucho más atestada que antes. AHbían conseguido abatir a los seres pero había sido dentro de la arboleda. Un grupo quería ir a investigar a pesar de la opinión de Lilian en contra de ello. Ella tenía una idea muy clara de dónde podían haber salido esos seres, aun así dos fueron al sur y la monje les acompañó.

No habían llegado muy lejos cuando vieron una silueta enorme pasarles por el aire en dirección a Weldazh y los tres dieron media vuelta. Pusieron de aviso a los guardias de la loma y de repente alguien gritó "¡Dragón!". Y una gigantesca bestia cayó de los cielos, y cundió el pánico.

La monje se lanzó a por la aberración, una amalgama compuesta de partes de distintos dragones, cuya peste se extendía en todas direcciones. La bestía era lenta y torpe y sus golpes no alcanzaban a la monje que le propinaba una lluvia de puñetazos y patadas, pero este se cansó y batiendo su putrefacatas alas elevó el vuelo cayendo nuevamente en mitad de la línea élfica.

Mientras Lilian corría loma arriba pudo oir los gritos de pánico y al llegar vió a varios guardias acurrucados y a otros elfos corriendo. Volvió a la carga contra la abobinación, pero a pesar de intentar llamar su atención este se cebó en los elfos. Aun así finalmente lo arrinconó y entre sus golpes y la lluvia de flechas cayó.

La loma estaba cada vez más abarrotada a medida que llegaban más y más elfos, entre los que reconoció a algunos, y se formaron distintos grupos de conversación. La monje iba prestando atención a ellos uno a uno, pero ninguno parecía tener mucha idea de lo que pasaba, así que finalmente y tras una nueva inspección por los caminos del sur siguió su camino al norte a informar a sus aliados.

magma

18/08/2009 23:18:39

El sol brillaba en lo alto del cielo y sus rayos se colaban entre las verdes hojas temblorosas de robles, olmos y demás arboles que formaban el hermoso bosque de Weldazh.

Edelgar, como de costumbre, paseaba entre la naturaleza sientiendo desde lo más profundo de su ser que el formaba parte de ella y ella de el. El joven druida paseaba alegremente, sepulcralmente silencioso, observando cada animal, insecto, planta o incluso roca a quienes debía su respeto y dedicación.

De pronto una bandada de pajaros alzó el vuelo en direccion este, volaban muy agitados y en silencio, como si tratasen de ponerse a salvo de un peligro inminente. (Las criaturas más sensibles de madre son aquellas más inocentes y sin lenguaje articulado) pensó el elfo curioso y poniendose alerta. Decidió que su deber le imponía dirigirse hacia el oeste, hacia la posible amenaza.

Su paso era ligero, pero sin bajar la guardia, no deseaba ser sorprendido. No tardó demasiado en percibir un fuerte edor, no había otro nombre, edor... olor a podredumbre infecta. Ahora no era cuiriosidad, sino el temor a algo realmente amenazante, algo que trajese la muerte a su amado bosque.
La pestilente brisa le condujo hasta la loma bajo la cual pasa el camino de comercio. Un grupo de arboles habían sido arrollados haciendolos caer por el peso de lo que parecía un dragon. Edelgar no había visto muchos dragones, sin embargo habia leido a cerca de esas criaturas, y sin duda, conocía historias, sin ir más lejos en Weldazh habian cuatro ejemplares, uno de ellos con su cria. Edelgar cubria su nariz con la tunica, eso le dejaba una mano ocupada, pero era el único modo de resistir ese edor que anulaba sus sentidos infectando el olfato. Escuchó el parloteo agitado de varias voces que reconoció, se asomó y entonces vio una gran reunion de elfos y una humana... que curioso.. la misma humana que había estado presente el día en que el mediano le amenazó con matar a Eldeth. No se fiaba.

Se acercó, alli estaban Shono y su amada Aredhel, a quien tan solo pudo comunicar lo que sentía en ese momento "apesta".

Se dirigieron despues a lo que parecía el cadaver de un dragon compuesto por varios cadaveres de dragones distintos, era una criatura extraña, aterradora porque simbolizaba el mal y la violación a todo lo natural. Edelgar quiso acercarse a observarlo e investigar ese ser que sin duda preferiría no haber visto jamás. Le costó perder la merienda. Mientras sus abdominales cansados recuperaban fuerzas, observó como Aredhel convocaba una plaga de langostas para que se alimentasen de esa carroña y limpiasen el lugar haciendo desaparecer la criatura. Sin embargo el desenlace fué distinto al esperado. Poco a poco las langostas parecían volverse torpes, cansadas... e iban cayendo una a una al suelo, inertes.

(sin duda.. esta carne lleva ya demasiado tiempo muerta, no puede ser ingerida por criatura alguna sin que esta sea arrastrada al sueño eterno junto a la abominación y los dragones que un dia fueron orgullosos de su raza)

Las langostas tan solo pudieron devorar la mitad de esa criatura. Entonces, Edelgar, despues de haberse impregnado bajo la nariz una pomada mentolada que le ayudase a soportar ese olor nauseabundo, se acercó al dragón hecho de partes y con las botas calzadas y los guantes enfundados se subió a lo que quedaba de la aberración para verla de cerca y poder extraer unas muestras. Sacó un recipiente de madera y un cuchillo, cortó filetes de carne que fue introduciendo en el recipiente, cuando cogió lo suficiente cerró la caja que cerraba a presion, la introdujo en una bolsa de cuero, que a su vez introdujo dentro de otra bolsa de cuero, y a su vez esta dentro de una tercera bolsa de cuero. Después prendió de su cinturón el paquete, que pese a sus intentos aun rebosaba cierto olor, perceptible aunque más soportable. Los guantes los quemó, pues según Shono aquel ser era un portador de enfermedades y Edelgar no deseaba nada menos que el que nadie enfermase, y menos por su causa.

Edelgar quedó impregnado de esa peste intensa, de la que bien sabía no podría deshacerse hasta tiempo después de haber terminado los estudios que deseaba realizar con las muestras de carne. Sin embargo, debia hacerlo.

Después de todo esto, los tres druidas decidieron unir sus fuerzas para envolver en piedra el cadaver de aquel ser abominable, asi podrian mantenerlo aislado, atrapado, sin que nadie pudiese alcanzarlo ni el pudiese alcanzar a nadie. Así seguiría hasta que supiesen que hacer con el.

Despues Edelgar se dirigó al este, para recogerse en una cueva de la que no saldría hasta terminar con lo que debía hacer, pues no deseaba apestar la ciudadela ni exponer a los demás.


En la cueva, con al murmullo del agua cayendo de una cascada que le acompañaba noche y dia, el joven Elfo dispuso varios recipientes de cristal, siempre usando guantes de piel sacó unas pinzas de madera férrea y se dispuso a introducir un trocito de carne dentro de cada recipiente, despues cerró los recipientes, dejó las pinzas y los guantes de modo que no jamás el tocaria la parte que habia estado en contacto con la carne del ser a examinar.

Se acercó a los recipientes de cristal y mediante un pequeño orificio expuso la carne a distintos elementos.

- Fuego (pretendiendo quemar la carne)

- Agua del estanque sagrado de weldazh (dejando la carne sumergida en agua y esperando el tiempo necesario a ver lo que ocurria)

- Hielo (esperando congelar la carne)

- Viento (aplicado una media hora máximo)

- Tierra con semillas (cubriendo la carne y esperando el tiempo necesario en ver las reacciones)

- Rayos (dos o tres descargas)

- Ácido (dejando la carne impregnada en la sustancia y esperando a ver qué acontecía)

- Nada (en este frasco tan solo habia carne sin nada más, para ver cómo evolucionaba esta sin la compañía de nada extraño)

- el conjuro "Rayo solar" (esperando ver los resultados inmediatos o transcurridos dias)

- el conjuro "Sanar" (esperando a ver los resultados inmediatos o transcurridos dias)

Cormarion

18/08/2009 23:19:26

Había llegado en la noche anterior y pasó el día acurrucado en una de las ramas, observando el ir y venir de los elfos de Weldazh, hasta que pudo superar su timidez y decidió presentarse ante quien gobernase aquel Hogar y mostrar sus respetos.

Sus pasos le habían encaminado hasta aquí en busca de una arboleda y de un circulo druídico, así se lo habían cantado las hojas del Bosque Eterno. Dudaba si dejar un simple mensaje en el tablón de anuncios sería lo correcto y pensó que sería más conveniente preguntar a alguien. Se dirigió hacia unos elfos y se presentó lleno de inquietudes y esperanza pero enseguida un revuelo de guardias y la alarma de que algo ocurría en el camino hizo que todos cuantos pudieron se encaminasen hacia la desconocida amenaza.

Cuando llego al linde del bosque, junto al camino, vio unas extrañas criaturas, rápidas, un tanto amorfas, que despedían un mal olor que llenaba la atmósfera. Pronto, los arcos hicieron sonar sus vibrantes notas, sin descanso, mientras que una alta figura se movía ágilmente entre aquellas cosas, golpeándolas bien fuerte.

Oyó nombrar que una elfa de las presentes era llamada Consejera y quiso hablar con ella creyendo que mandaba en aquellas tierras, cuando de repente, gritaron: ¡Dragóoon!

El joven Manwe no daba crédito a lo que veía. Había sido advertido tanto en la Isla Verde como en Evereska que estas tierras eran peligrosas. Mas no echó a correr. Pertenecía a aquel lugar y puso una flecha en su sencillo arco... una tras otra hasta que le sangraron los dedos.

El poder de aquella criatura que parecía hecha de remiendos, cosidos por la mano de un titán, era temible y cuando su mirada se cruzó con la de la bestia cayó de rodillas, presa del pánico, dispuesto a reunirse con el Padre Roble.





Muchos eran los que hostigaban al dragón que hedía un olor más nauseabundo que aquellas otras criaturas que ahora parecían inofensivas comparadas con la sierpe, y eso hizo que el dragón se mantuviese entretenido con ellos en el combate y dejase a Manwe vivir, aunque su corazón seguía encogido por el miedo.

Finalmente, oleada tras oleada de flechas, y con los certeros golpes de aquella guerrera que solo contaba con sus puños como armas, el dragón cayó abatido. Algunos lo estudiaron y luego una plaga de insectos acabó con sus restos para que no emponzoñase el bosque.

Halal había caído a causa de un gran zarpazo de la bestia. Parecía que poco se podía hacer por ella. Manwe oró una plegaria arrodillado junto a su cuerpo, alguien hizo uso de un poder divino que no comprendía y distaba mucho de sus conocimientos curativos. La joven, lentamente abrió los ojos, la armadura la tenía destrozada, sus heridas habían sido cerradas gracias al poder de Madre invocado por uno de los presentes.

Manwe sonrió a la regresada, la atendió y se ofreció como apoyo. Poco era lo que podía hacer pero ayudaría en lo que estuviese en sus manos. Este era el sitio que buscaba.

Ash

19/08/2009 02:15:34

borra que no se//
gracias^^//

Ash

19/08/2009 02:16:11

//borra tambien que la lie ^^

Ash

19/08/2009 02:21:49

"No.. es tarde... aun no"
Se decia a si mismo el paladin, mientras, desde hace dias, contemplaba, quieto pero alerta, las inmediaciones del Bastion, ese antiguo Bastion, que tanto deseaba librar del mal.
Cuando, escucho gritos y algun golpe que otro dentro.
Sin tardar un minuto rezo sobre el filo de su arma, para que esta segara la no vida, de aquellos, que por desagracia una vez mas decidian salir de aquel lugar.
Cual fue su sorpresa, que na masa entrar se encontro con 3 elfos, uno de ellos nada mas verle, le disparó una certera flecha alcanzando una de sus piernas.
"Condenado! pero que diablos haces!"
Sin mas dilacion, una figura alada, sombria, cayó sobre los elfos, sin quedar mas opcion que luchar contra el.
"por Torm, maldita seas bestia alada!"
La batalla comenzo, con 2 de los elfos fuera de juego, y con la armadura aun abollada y mal trecha, comenzo a luchar contra el terrible ser que los amenazaba, asta que finalmente, una inoportuna estocada, consiguió deribar al Paladin, el cual, recuperandose de la leve perdida de consciencia, una vez mas se levanto en armas contra ese ser, pero al acercarse, y al ver que los elfos, conseguian zafarse de sus golpes, no le quedo mas remedio que huir.
Una vez fuera, hablando y esperando. aparecio Lilian, a la cual explicaron que antes de la llegada del Paladin, en el camino del antiguo Bastion, se las vieron contra un monje de su orden, al que vencieron.
Cual fue el asombro , que en un momento bajo de guardia, una serie de no muertos, se abalanzaron sobre ellos, en lucha desigual, besando el suelo una vez mas el paladin.
"Por torm,, otra vez en la cabeza..."
Levantado de su estado, el ser alado atacó una vez mas, pero esta vez para nunca mas levantarse...

Una vez descansado, y acompañados los elfos asta la salida del desierto, Nesh, se coloco detras de una duna, a la espera,vigilante de que nada ni nadie entrara o saliera sin que el los viera primero, eso si, sin poder ser visto, como le habia sido encomendado.

gatovengador

20/08/2009 01:24:33

La monje observaba la entrada al Bastión, después de los sucesos de ese día había decidido cambiar el punto de observación a una duna más elevada y alejada. Desde luego mejor que ella se ocupase de ello, Nesh no era precisamente sigiloso, y pasar desapercibido había demostrado ser fundamental.

El día de hoy había salido torcido de principio a fin. Primero el semidragón que la atacó mientras observaba desde su anterior puesto, vino sobre ella invocando una oscuridad mágica. Consiguió retenerle lo suficiente para que el paladin volviese, pero este no contaba con su habilidad para ignorar la magia, y fue presa de los conjuros de la aberración. Le obligó a pasar a la defensiva, y ese fue un error, tan pronto cargó contra él dos golpes de su filo en el costado la hicieron caer para despertarse en la tienda de la mediana en la entrada de Calimport, con un agujero en la lona sobre su cabeza, por donde había aterrizado. Si no hubiera sido por esa clérigo que la vvio caer no lo habría contado.

Volvió a las puertas del Bastión caompañada de la clérigo tan rápido como su resentido cuerpo le permitía, para encontrarse a Nesh y a Wyrd aun luchando con la bestia. Las dos mujeres se unieron a la lucha, y tras un duro combate la aberración cayó.
Eso les dio un respiro, pero el Bastión no iba a contentarse con eso, un grupo de golems de carne cayó sobre ellos mientras recuperaban fuerzas.

Tras otro largo combate que les agotó aun más consiguieron reducirlos a pedazos, sólo para que unos segundos después un espectró envuelto en bruma se les acercase instandoles a irse de ese lugar que decía le permanecía. Ante la negativa del grupo a abandonar las arenas el espectro cargó, y fue rápidamente destrozado mediante filo y puños.

Todo parecía ya despejado y Lilian recomendaba una retirada cuando el suelo empezó a temblar, y de las puertas del bastión vieron salir una mole gargatuesca de carne medio putrefacta. Se dispusieron a hacerle frente pero pronto se hizo patente que este adversario les superaba, así que instaron a la clérigo a ir en busca de ayuda. Nesh y Lilian se plantaron frente a él con la intención de contenerle el tiempo suficiente para que llegaran los refuerzos.

Aguantaron como pudieron, agotando sus cada vez más exiguos recursos, y cuando parecía que ya no quedaba nada más que hacer llegaron los refuerzos, un arrcano, un par de guerreros y un mediano acompañaban a la clériga y se dispusieron a hacer frente a la monstruosidad. Aun así la fuerza de esta resultó ser imbatible y poco a poco fueron cayendo, y la clériga se quedaba sin sus conjuros.

La única solución que la monje vio fue la retirada, el plan era simple, ella lo contemdría el tiempo suficiente para que el reto huyera, y luego lo dejaría atrás con facilidad, internandolo en el desierto. El resto no pareció coger el concepto, pues se negaban a retirarse. Dadas las circunstancias la monje hizo lo que pudo, pero el hacer de escudo no resultó un buen plan y finalmente cayó ante el titan de carne.

Cuando despertó el desierto a su alrededor estaba lleno de gente, un pequeño ejercito se había reunido para acabar con la bestía, finalmente lo habían conseguido. Localizó a un escudero del Fenix para que informase de todo a Lady Jeanna, y luego aguadó a que el resto partiese.

Y ahora estaba allí, oculta tras una duna observando, y rezando a Tyr porque la gente demostrase más snetido comun la próxima vez. Quizá no tuviesen tanta suerte.

gatovengador

20/08/2009 16:05:00

La vigilancia había dado sus frutos, desde donde estaba pudo ver como en lo que quedaba del tejado del bastión había cuatro salientes, de forma parecida a unos faros. Mientras los observaba vio como empezaban a acumular energia electrica y de repente empezaron a brotar rayos que impactaron en el desierto. De una voltereta hacia atrás, Lilian se puso a cubierto, y los rayos cesaron.
[i:a47dc73bf4]
Genial, una nueva defensa, [/i:a47dc73bf4]pensó la monje. Y deslizandose duna abajo se dirigió hacia Calimport para informar a Rodrik, su contacto.

No le encontró, pero se topo con la clérigo del otro día y con uno de los discipulos de Isabella, así que eso tendría que valer. Les contó lo ocurrido y se dirigió al mercado. Las ropas de su orden no eran lo más adecuadas para pasar desapercibidas, así que se hizo con un atuendo más adecuado para esta tarea, dejandose el cinto como uno signo distintivo.

A la que salía se encontró con que Rodrik se había unido al grupo, y tras narrarle lo ocurrido le pidió acompañarla. Lilian no tenía ningun problema, y sólo habría una condición, que si ella daba la orden de retirarse lo haría sin chistar.

Cuando llegaron a donde Lilian tenía el campamento escucharon nuevamente los rayos caer. Una vez Rodrik se hubo deshecho de su pesada armadura avanzaron con precaución hacia donde la monje había establecido el nuevo puesto de vigilancia, mientras el calishita le comentaba que a lo mejor en vez de ser una defensa era un efecto secundario de algo. A su alrededor seguían cayendo los rayos y varias palmeras fueron impactadas y estallaron en llamas. Para cuando llegaron a lo alto de la duna los rayos cesaron.

Lilian creyó distinguir algo moviendose entre los faros del tejado pero no pudo distinguirlo bien. Pasado un rato un gran destello salió del techo y volvió a ver rayos, pero esta vez dirigidos hacia dentro del bastión. Rodrik y Lilian se miraron entre ellos.

Estaban discutiendo el significado de todo esto cuando Lilian vio a un viajero ir directamente hacia el Bastión. Lo detuvo de dos gritos, y rápidamente estaba junto a ellos tras la duna. Al parecer era un bardo amigo de Rodrik, con la curiosidad característica de ellos.

Tras un poco más de charla y teorizar sobre la relación entre los rayos y los golems, Rodrik le pidió a la monje si podía echar un vistazo. Dado que toda la atención del bastión parecía centrada en su tejado, no vio el por qué no. Se disponía a bajar a hurtadillas cuando el bardo se ofreció a acompañarla, a lo que respondió con una rotunda negativa. Aun así insistió, y Rodrik le defendió y alabo sus dotes para el sigilo y combate, y la monje finalmente cedió. No tardaría en arrepentirse.

Se deslizaron duna abajo, y tras una rápida ojeada hacia el patio entraron en el bastión. Entre la bruma a veces caía algun relampago, pero no veía nada más. Entonces notó la presencia, tan sigilosa como ella misma, yendo directa a por ella. Lilian se puso en guardia y bloqueo un puñetazo dirigido directamente a su vientre, para esquivar una parada a la ingle y parar un codazo a la sien. Conocía técnica, era la suya. Se estaba enfrentado a si misma, con el uniforme de la orden, la cara palida y los ojos totalmente en blanco.

Empezó un combate de golpes y contragolpes, la velocidad, la fuerza, la técnica todo era parejo, pero Lilian estaba preparada. Desde que el maestro le habló de su combate contra su lado oscuro Lilian había estado estudiando como vencerse a si misma, y finalmente se impuso, no antes de que el bardo recibiera una patada mortal en el cuello que lo dejo seco en el sitio.

Lo saco a rastras para encontrarse a Nesh fuera, que la increpó el haber entrado a solas. Le ignoró pues no era momento de discuriones, y con la ayuda de Rodrik devolvieron al bardo a la ciudad donde la clérigo, que se presnetó como Sherin le trajo de vuelta.

No había servido de mucho la entrada, pero desde su puesto de vigilancia algo de información iba sacando. Paciencia, era lo que necesitaba ahora. Volvio a su puesto en las arenas y esperó.

Cormarion

27/08/2009 17:45:58

Llegado desde Puerta de Baldur de nuevo el mercader de licores renegaba por el estado del puerto, donde corrían rumores de un ataque de criaturas surgidas del océano, y por el barro que había en las calles de la ciudad. Parece que la tormenta que divisaron desde el barco a lo lejos sobre la ciudad había sido un buen temporal y el capitán hizo bien en dirigirse a la costa y echar anclas a la espera de que amainase después de todo.

Para colmo, sólo le faltaba la noticia, como dijo Rodrik de que un espectro pendenciero había dicho que una bestia estaba animada y anunciaba el fin de los días. ¿En qué lío andaban metidos y qué tenía que ver con unas ruinas de un fortín de paladines?

Acompañó a Rodrik y a Rick en la travesía del desierto donde seguramente encontrarían al resto investigando y así fue. No entendía nada de lo que decían... que si desatar la magia para liberar a las almas del muro e intentos de entrar en sus cabezas. Cabizbajo, suspiró y se sentó mientras divagaban sobre trampas, clérigos y la destrucción de unas torres.


-Los norteños no están muy por la labor -dijo uno.
-Vaya, gracias por lo que me toca -dijo Viktor y sonrió.
-Me refiero a los clérigos -le aclaró.
-¿Cuántos clérigos crees que puedan hacer falta? -dijo otro a la mujer.
-Eso parece el comienzo de un chiste... -dijo Viktor y rió.


Al menos la mujer tuvo una buena idea y regresaron a la ciudad por que a Viktor le apetecía un poco de descanso y una copa. Al parecer también había un mestizo de dragón azul que les rondaba con malas intenciones.

Luego, junto al oasis, se enteró de la terrible noticia. Le dolió, aunque no quisiese reconocerlo, la pérdida de Luke. Echaría de menos al capitán.

Antes de que el nuevo camarero de la Arena sirviese el vino notaron temblores. Las vibraciones iban a más aunque no supieron determinar a ciencia cierta el origen o qué podía causarlo. ¿Un dragón?, ¿grandes gusanos bajo el suelo?, aventuraban.

Finalmente decidieron salir a las afueras de la ciudad de nuevo hasta que llegaron frente a las ruinas de ese fortín, del que no se podía ver mucho desde lo alto de la duna al estar cubierto completamente por una neblina. Todos guardaron silencio esperando detectar el origen de los temblores... entonces oyeron un rugido gutural y cavernoso que helaba la sangre. Golems y cada vez mejorados dijeron los que sabían del tema.

Una figura de gran tamaño salió de entre las ruinas a grandes zancadas, un amasijo de carne, alado, y de profundos ojos amarillos. Titubearon al principio seguramente pensando entre huir o enfrentarse a aquello que se dirigía a ellos y no parecía tener buenas intenciones. Así lo parecía por el filo del espadón que empuñaba con soltura en una de sus enormes garras.

Cruenta fue la lucha, unos se enfrentaron directamente contra la bestia y sus escudos sufrían duros golpes, Viktor fintó a las espaldas de la criatura pero tuvo que retirarse y probó con varios pergaminos que hubieran deshecho a más de un golem sin éxito. Parecía inmune a la magia. Otros mantenían una distancia prudente y disparaban sus flechas sin descanso sobre la cosa que finalmente después de haber recibido innumerables cortes cayó desmoronado en un amasijo de carne.

Doyle estaba de nuevo por la ciudad...

gatovengador

29/08/2009 16:02:19

Lilian volvía por fin al norte y se disponía a salir del desierto mientras se acababa un racimo de datiles que no le estaban sabiendo dulces. El problema del bastión parecía estar zanajado de momento, pero no definitivamente. Un mal había echo de titiritero con ellos en todo este asunto, pero al menos había sido para acabar con otro mal, que ella esperaba que fuese mayor.

Habían entrado sin esperar a los refuerzos del norte, pero al menos esta vez estaban de acuerdo en que ni había tiempo, ni se habían mostrado muy colaboradores recientemente, muy a pesar de la monje.

Los mensajes de la aparición eran claros, el tiempo se les había acabado. Se dirigieron raudos al desierto e hicieron frente a los constructos de muerte. Con magia arcana y divina lograron atravesar el muro de almas pues como la voz del desierto decía, sólo la fe podrá pasar.

El grupo asaltó el bastión para encontrarse una ferrea oposición aguardandoles al otro lado, constructos humanoides, draconicos e incluso un dracoliche. Ya se habían enfrentado antes a él fuera del muro, pero se encontraron que había vuelto, y que lo hacía cada vez que caía. Las bajas entre los asaltantes eran abrumadoras, pero finalmente consiguieron limpiar el patio, en cuya parte de atrás localizaron una estatua de un dráon que sostenía la filacteria del dracoliche. Una vez ésta fue destruida el dracoliche no volvió.

Ahora el grupo podía centrarse en el interior del edificio. Se encontraron oposición pero consiguieron reducirla y fueron limpiando la zona sala a sala. Cuando aseguraron la planta baja se dirigieron al sotano donde tras alguna escaramuza llegaron a la antigua sala de la justicia. La zona apestaba, llena de tinajas y marmitas con liquidos que prefirieron no investigar demasiado, y cadaveres no sólo humanos por los suelos: la sala de trabajo donde hacian los distintos constructos.

En el cento de la sa había un círculo ritual algo borrado y en su centro el cadaver de lo que parecía ser un arcano. No mostraba signos de violencia, aunque su cuerpo estaba cubierto por marcas rituales. Los arcanos calishitas se pusieron a discutir sobre que podría implicar todo esto, y uno dijo algo de sacar el cuerpo del círculo. Como Lilian lo encontró lógico, cogió el cuerpo de un brazo y lo arrastró fuera, momento en el cual el edificio empezó a temblar.

Después de que la monje repitiese varias veces el: "Todos fuera, ya", consiguió que la gente empezasé a salir, pero se encontraron con un golem gigantesco taponando la salida. Alguien recogió el cadaver del mago y Lilian se enzarzó con el golem confiando en que alejaría su atención del resto. Mala suerte que el resto no pareciesen ser muy espabilados. La creación era abrumadoramente fuerte y Rodrik tuvo que venir en su rescate, el se encargó de contenerle mientras salían. Finalmente el guerrero salió del sotano, parecía que el techo se había derruido sobre el constructo.

Salieron todos del bastión, por medios magicos o por medios terrenales, segun sus capacidades, y vieron como el edificio cedía, cayendo el techo y bloqueando todo acceso. Se volvieron a reunir en el desierto y observaron como las mirmas montañas que rodeaban al bastión cedían y de entre ellas surgía una figura de tamaño inconmensurable. La mosntruosidad de carne, una masa informe avanzó hacia ellos y el grupo se dispuso a hacer frente una vez más a la amenaza mientras que los arcanos trataban de averiguar qué tenía que ver el cuerpo del arcano en todo esto, y como emplearlo para acabar con el ser.

La batalla fue cruenta, pues el coloso parecía imbatible, su fuerza era arrolladora y sus golpes enermaban y drenaban la energía del que los sufría. Aun así después de titanicos esfuerzos la monstuosidad cayó. Sherin se deshizo del cuerpo del arcano mediante una implosión y con eso dieron el problema por zanjado, o eso creían.

El espectro que les había estado guiando apareció una vez más y les dio las gracias, pues el se encargaría de los espiritus atrapados ahora. Para despedirse lanzó un conjuro que acabó de un golpe con varios de los congregados.

Lilian llegó a Tezhyr y aceleró el ritmo. Seguramente las cosas podrían haber salido mucho mejor.