Rugrim

12/08/2009 17:03:29

Siempre le pasaba lo mismo, no sabía por qué volvía a ese horrible lugar, el desierto. Una y otra vez Rugrim pasaba delante de las ruinas del antiguo bastión y del enclave esclavista. No sabía salir de ese mar de dunas infernales. Encima cada dos por tres se encontraba con un grupo de bandidos, con sus capuchas y sus ropas negras y sus ataques por la espalda cuando estaba bebiendo la poca agua que le quedaba o comiendo la dura carne de los escorpiones gigantes que se cruzaban en su camino.

Era por la noche cuando le pareció ver a lo lejos y hacia el oeste otra figura encapuchada y vestida de negro.
(Otro bandido, seguro que cree que no le he visto y me flanquea para atacarme por la espalda) pensó el enano.
Como pensaba el enano, el encapuchado no solo no fue al encuentro de otro viajero del desierto para compartir nuevas mientras se disfrutaba de la noche, sino que rodeo al enano y se dirigió hacia su espalda. Pero Rugrim estaba atento y cuando iba a quedar a su espalda se encaró a él y le espetó que se descubriese y diese la cara.
El encapuchado ignoró al enano y siguió su camino.
(será una nueva estrategia? Pues si piensa pillarme desprevenido, va listo) pensaba el enano.

Pocos minutos después otro grupo, esta vez un arcano y ¡otro encapuchado de negro! salieron de detrás de una roca. Los recien llegados tambien aseguraban no ser bandidos y dieron razones de peso, pero se delataron como bandidos cuando el primero apareció por detras del enano. Estaba claro, eran bandidos.

En ese momento apareció la humana Lyan, decía algo de una fiesta y las nueve estatuas y cuando uno de los bandidos se destapó pareció reconocerlo, Rugrim empezó a dudar de su convencimiento.
El primer bandido aseguraba ser el embajador de Calimpor
(un truco, seguro)
y le dijo al enano que guardase el hacha. Que tontería, guardar el hacha en ese lugar infernal, con la ciudad de los bandidos y ladrones tan cerca. Estaba claro que ese individuo tramaba algo.

Tras un momento de discusión sobre si la ciudad corrupta era tal o no, el tal embajador de Calimport insultó de gravedad al enano, diciendole que no tenía honor. Furioso de rabia por tal insulto el enano le atacó con lo que tenía más a mano....el hacha. El humano se defendió y con rapidez sacó una espada que atravesó con facilidad las defensas del enano y lo dejo incosciente en el suelo.

Cuando el enano desperto se encontró tirado en una celda, apresado desde el desierto, pero cuando exigió saber sus derechos, le fueron denegados por no ser ciudadano.
Una ciudad muy peculiar, cuando les interesa aplican sus leyes a los extrangeros; pero, también cuando les interesa, las niegan....
Si alguna vez soñaron con una alianza con cualquier ser justo, no la conseguirían con esa actitud. Ese embajador tendría que hacer maravillas para realizar un trabajo en condiciones.

Dragonslav

12/08/2009 18:04:34

El pequeño grupo salio de la tienda de Bunus para ir al Ducado de Arion en busca de los conocidos de Harlena, era la unica pista que tenian para encontrar a su hermana perdida. Para no perder mucho tiempo decidieron atravesar el desierto.

El viaje se vio interrumpido por el hedor mas nauseabundo que haya existido jamas, se podria describir como carne podrida puesta sobre una plancha de asar al sol, el grupo regreso a por refuerzos e investigo aquella extraña emanacion, pero eso es otra historia. Despues de horas de combatir, despues de haber visto a un clon suyo morir, Rodrik volvia a Calimport para descansar un poco y asearse. En ese momento algo le llamo la atencion, un bufido enano. Al acercarse fue increpado -"Eres un bandido, me ibas a atacar por la espalda." cansado y sin ganas de discutir con alguien con tan pocos modales siguio su camino.

Llego a su casa y se aseo, pudo quitarse el olor de encima, pudo cambiarse de ropa y pudo descansar un poco. Estuvo esperando al resto del grupo que lo acompaño en la gesta pero no aparecian, asi que decidio volver a buscarlos.

Cual fue su sorpresa cuando vio al enano increpando a su grupo, es vergonzoso ver como un enano insultando a una dulce chica. Muchos fueron los insultos recibidos y una sola la exigencia de Rodrik, retirar lo dicho sobre su persona, la de sus amigos y la de toda la gente de Calimport. Siempre habia oido historias sobre lo venerables y honorables que son los enanos y trato de hacerle entrar en razon apelando a esos sentimientos.

Honor, que palabra tan grande es en Cormyr y que poca cosa es para ese enano. -"Esta claro que no tienes honor." dijo Rodrik al final de la discusion y como forma de demostrarselo el enano lo ataco sin mediar palabra, sin presentar las armas, sin dar oportunidad a desenvainar, y justo cuando se giraba. Que hipocresia por su parte despues de repetir hasta la saciedad que los bandidos son los que atacan por la espalda, que atacar de esa forma es de cobardes. Por suerte para Rodrik, siempre fue agil y pudo esquivar algunos golpes mientras sacaba sus armas, con las que finalmente se impuso ante su asaltante.

Con el enano en el suelo, Rodrik decidio llevarlo a la carcel, mientras Lyan trataba desesperadamente de sacar del lio en el que se habia metido al enano. Pero solo habia dos opciones para un acto de tal alebosia encerrar al enano o darle un entierro en la arena con el resto de pendencieros que atacan por malicia. Rodrik con toda determinacion encerro al enano y le relato sus cargos, unos cargos graves de los que solo es responsable el enano.

magma

12/08/2009 22:29:17

Lyan había recorrido un largo y peligroso viaje, desde Puerta de Baldur hasta el Bosque de Mir en busca de su hijo Izan. Después de aquello era necesario reponer fuerzas y víveres, y desde luego, la ciudad más cercana que la guerrera conocía era Calimport. A la madura humana le pareció bien ir hasta esa ciudad para ver cómo la habían reconstruido después de que ella y el resto de los famosos nueve la liberasen de los temibles demonios, y de paso, buscaría la estatua que deseaba creer que les había sido construida en honor y memoria a tan gloriosos heroes.

Penetró en la ciudad no sin antes derrotar a un grupo de orcos incautos que no huyeron al ver a la mujer. Dejó a Rayo en los establos y paseó por las calles de Calimport y sus distitos como si fuesen su hogar, aunque estaba algo cambiado y se perdió en un par de ocasiones. La felicidad y el orgullo llenaron su corazón cuando descubrió en el distrito de la magia dos estatuas, no una sino dos! que se parecían a ella incluso en la armadura que portaban. No dudó en creer que eran las estatuas que los ciudadanos de Calimport, en agradecimiento a su gesta, habian erigido para venerala y recordarle para siempre. A un lado de esas dos estátuas habia la de un hombre enorme, sentado, de panza generosa y piernas rollizas que cruzaba en pose meditabunda, (ese es los otros ocho) pensó, y convencida y creyendolo justo partió a llenar de nuevo las alforjas.

Se disponía a emprender el camino de vuelta a Baldur cuando en el desierto, a las afueras de la ciudad, se encontró con un grupo, eran tres personas, una chica, un chico y un enano al que reconoció por su brillante armadura roja y su voz grave. Lyan no quiso pronunciar palabra, pues parecían inmersos en una conversación amigable y distendida aunque animosa. La guerrera prefirió que fuesen ellos quienes se acercasen a hablarle y adoptó la pose de aquellas estatuas que en su mente la representaban, esperando que los demás la reconociesen y se maravillasen de su presencia alli.

Inmóvil Lyan estuvo esperando a que los presentes se percatasen de ella y comenzasen los elogios y gestos de nerviosismo por tenerla delante, alli en carne y hueso. Pero en vez de eso seguían hablando, alzando la voz, el enano Rugrim con su hacha en mano, normal, era un guerrero, y los demás inmóviles mirandole, debatiendo a saber qué sobre bandidos.

Pasaron algunos minutos y para la guerrera empezaba a ser aburrido hacer de estátua, se estaba cansando del juego y de que no se diesen cuenta de que estaba allí. Entonces apareció otro humano, que al descubrirse y mostrar su rostro Lyan reconoció como Rodrik, el novio de la chica de los vestidos. La guerrera, decepcionada porque no había ocurrido lo que ella deseaba, se movió dejando escapar un "jo..." y dirigiendose a Rodrik y a Rugrim les anunció que estaba allí, que había visto las estátuas y que podían hacer la fiesta de los nueve esa misma noche. Nadie prestaba demasiada atención a la mujer, Rodrik de vez en cuando le dedicaba una sonrisa paciente, mientras debatia con Rugrim en lo que podría llamarse discusión por diferentes visiones de la realidad. Lyan seguía con su parloteo y se mostraba altiva ante los demás dandose aires de heroina. Fué entonces cuando se sintió totalmente sorprendida al ver como el enano caía al suelo inconsciente y como Rodrik se lo cargaba a la espalda asegurando que lo llevaria a la prision. Lyan no se había dado cuenta de lo que había sucedido, así que Rodrik le puso al dia explicándole que le habia atacado y por sorpresa. Lyan quiso aclarar que "los enanos están locos y saludan así", pero a Rodrik parecía no importarle demasiado eso. Rugrim terminó en una celda poco acogedora a los ojos de Lyan para tratarse de un heroe para los ciudadanos del desierto.

Cuando Rugrim recobró la conciencia y tras hablar un poco el y Rodrik, llamó a Lyan y le encomendó una misión urgente, debía ir rauda y veloz a Puerta de Baldur para dar un mensaje a Bifur. La guerrera así lo hizo, debía dar con su maestro anular ¡SEÑOR! y volver a tiempo para la festividad de los nueve.

magma

13/08/2009 01:49:34

Lyan justo acababa de dejar la nota para su maestro anular ¡SEÑOR! dado que le informaron de que éste estaba de viaje en ese momento, cuando un mensajero entregó una nota para la guerrera. Lyan tardó unos diez minutos en leer y comprender lo que en la nota decía en dos frases. Se le instaba a acudir de forma urgente al palacio de Calimport como testigo de los acontecimientos acaecidos dias atras respecto al enano Rugrim.

Lyan emprendió su viaje velozmente a Calimport con un caballo alquilado, pues Rayo estaba reposando sus heridas. El caballo era veloz, pero Lyan hechaba en falta a su montura habitual, más corpulenta y que le conocia bien a ella, pues Rayo era inteligente y parecia adivinar las carencias de su compañera corrigiendo en muchas ocasiones rutas y demás faltas. Fue por esta razón por la que Lyan llegó tarde a su cita, pues el alazan, aunque de gran alzada era poco corpulento y demasiado dado a obedecer ciegamente. Lyan en el desierto se desorientaba a menudo y terminaron dando vueltas por las dunas de arena hasta casi caer extasiados, finalmente, desde lo alto de un cadaver recien caido de escarabajo de fuego Lyan pudo divisar la majestuosa ciudad. Montó sobre el alazán y galopó pesadamente, pues las patas finas del cuadrúpedo se hundian, hasta Calimport.

Una vez alcanzó la entrada a la ciudad se encontró con una mediana alegre, la cual le saludó con gracia. Lyan había vivido años en Calimport cuando a penas contaba con la veintena, sin embargo, despues de la destrucción y reconstrucción de la ciudad su conocimiento a cerca de esta se había truncado mucho, sabía uqe le costaria dar con el palacio facilmente. Aizha, pues con este nombre se presentó la mediana, aceptó hacerle de guía hasta las puertas del palacio.

Lyan dejó el corcel extasiado en manos del ganadero y siguió a la carrera a la mediana, que, a mitad de camino, como un niño picaruelo, preguntó a la guerrera si llevarle hasta su destino le recompensaría con una propinita. Lyan no sabia si tenia de eso pero la mediana terminó por hacerle comprender que no pedia sino una monedilla o algun regalo en recompensa por mostrarle el camino. La humana creyó que bien lo valía, pues ella sola podría haber tardado varios dias si se llegase a perder, y conociendo todas las ocasiones en que se había perdido ....

Aizha llevó a Lyan hasta el mismisimo interior del castillo, y Lyan le recompensó no con oro, sino con algo que para ella era mucho más curioso y bonito, como Aizha, la cual le habia resultado una compañia alegre, divertida y bien dispuesta. Sin embargo llegaron justo cuando el juez se encontraba meditando para llegar a una sentencia que asignar. Lyan no pudo prestar testimonio, pero sí pudo hablar distendidamente con Aizha mientras esperaban que el juez saliese con el veredicto. Lyan llegó a la conclusión de haber llegado a conocer a una amiga valiosa y le hizo otro regalo, esta vez pensando en su seguridad y en darle algo mágico.

Rodrik salió y se sentó en la silla del juez, pues como tal ejecría alli, con su voz cambiada mágicamente y oculto tras un yelmo. Golg le acompañaba, Lyan le reconoció al verle dar de bruces en el suelo a causa de un traspies, se puso muy contenta, pero el semiorco le pidió silencio comprendiendo que era un momento delicado y que precisaba respeto. Rugrim se mantenia inmovil al otro extremo de la mesa, esperando escuchar su sentencia.

Cuando el juez dijo que había escuchado los testigos Lyan quiso reclamar su momento, mostrando el papel en el que se le pedia asistiese por ser un testigo, ella no había declarado, sin embargo le denegaron la palabra, pues había llegado demasiado tarde.

Lyan escuchó atónita como se imponía sobre el enano una pena de dos meses de prision para despues ser esclavizado de forma indefinida. Se realizaría una subasta, y si nadie pujaba el heroico enano de armadura roja sería acogido como esclavo de la ciudad.

Lyan no podia asumir esto, el era un heroe, el habia contribuido en la liberacion de Calimport, no podian arrebatarle su libertad. La guerrera concebía la esclavitud como algo inhumano, algo que rebajaba a los hombres por debajo de los animales mutilados para obedecer. No podía quedar así, a pesar de que el juez dejó claro a la guerrera que si no fuese por el pasado del enano su cabeza adornaria la punta de alguna lanza.

Lyan tenía un plan, pero Golg no fué muy simpático con ella.

Lyan recurrió a Aizha, su nueva amiga, para poder trabajar juntas en esta nueva misión. Despues recuperó su alazán y partió rauda a Baldur, no se detendria, pues en una semana esperaba estar de vuelta en Calimport.

Rugrim

13/08/2009 11:10:22

(Este juicio ha sido una irregularidad tras otra, si la justicia de Calimport es siempre así, la ciudad terminará irreversiblemente destruyéndose a sí misma) pensaba el enano mientras pasaban las horas y no pensar en comida.

[i:595c70cd80](Para empezar el tal embajador no se presento, aunque el juez sí le tomo declaración ¿con testigos? Lo desconozco)
(La primera testigo, dio una version de los hechos que me dejaba como un ser frio y sin escrupulos)
(Aún no sé quién actuaba como acusación, me dio la sensación de que era el propio juez....De modo que el Juez no era imparcial, era un juicio perdido desde el principio)
(Cuando Lyan llegó, se le fue negado su deber de declarar con la excusa de que había llegado tarde....algo ridiculo pues estaba presente antes de empezar a decir la sentencia...y no le tomo declaracion....realmente sospechoso, cuando esa muchacha humana era la unica de la sala que podría testificar a mi favor)
(Encima el Juez no paraba de amenazarme con aumentar la condena si no le daba la información que tengo sobre los asaltantes de los caminos calishitas....seguro que estaba en el tinglado)

(Por último el Juez no hacía más que hablar de honor y de los caballeros púrpura, pero tal y como actúo, me da la sensación de que no tenía ni idea de lo que es el honor y que usa esa palabra para impresionar e intimidar. Por supuesto, tampoco tenía ni idea de justicia ni de impartirla)[/i:595c70cd80]

Rugrim

11/09/2009 15:34:00

El enano no se dejó intimidar, a pesar de la tortura recibida, no les dijo a los calishitas lo que querían saber, había tomado su decisión y nada le haría cambiarla. Ni siquiera el consejero le sacó algo más que un par de palabras secas.

El momento de la subasta llegó, Rugrim echó una rápido vistazo al publico, pero no vio a uno de sus pocos amigos calishitas...Golg. Fue rápida, una única pujadora, una arcana, por un millón de monedas de oro.

Cuando el enano salió detrás de la arcana, vio entre el público a una de los culpables que se hubiese desarrollado todo el tinglado y se quedó bien con su cara...no la olvidaría. Pero mientras se fijaba en cada detalle de la "testigo imparcial" los guardias cogieron al enano por detrás clavandole en la frente un hierro al rojo. Debido a la debilidad, el enano no pudo aguantar el alarido de dolor que salió de su boca y se derrumbó, casi derribando a los tres guardias que le sujetaban.

Tras recuperarse y negar la ayuda ofrecida por los calishitas, Rugrim siguió a la arcana. Le llevó fuera de la ciudad, hacia el desierto. Ella afirmaba a todo el que veía que lo llevaría a la mina de los enanos. Así, el enano se encontró rodeado por todo un ejercito calishita. Y uno de muchos era Rodrik, el único y verdadero causante de todos sus males en las últimas semanas...no iba a darle la espalda para que le clavase una puñalada por detrás. La mitad del trayecto por el desierto se mantuvo delante del enano, pero se detuvo a esperar a que el enano le adelantase, incluso intentó ponerse a la espalda del enano, demostrándole, una vez más, que las sospechas de Rugrim eran completamente ciertas.

Cuando la arcana volvió para ver la causa del retraso del enano y vio su disputa con Rodrik, se puso de lado del humano y amenazó al enano con que volverían a Calimport y estuvó a punto de hacerlo, pero una frase hizo cambiar de parecer al enano y ceder ante las exigencias de la arcana......


"Si los enanos vais a la guerra, seréis como Dwergas"


Esa frase, junto con su sonrisa de suficiencia, bastaron a Rugrim para darse cuenta que tenía que tragarse su orgullo y tendría que ser libre para poder dar su merecido castigo a tan insolente humano...Rodrik.

Cuando por fin llegaron a la mina, los calishitas le devolvieron a Rugrim sus objetos y entregaron al enano con la condición de que los enanos no atacaría a los calishitas. Al estar entre la espada y la pared, tuvieron que acceder, pero siempre que no recibiesen un ataque previo de los calishitas.

Ya por fin en la mina, el enano pudo descansar y reponer fuerzas.