gatovengador

25/10/2009 12:24:38

Un observador muy capaz que se fijase habría visto la hierba moverse en dirección sur por el camino comercio cerca de los Dientecillos. Uno con vista excelente habría visto una pequeña forma escamosa abriendo un surco por ella antes de que volviese a la misma posición que antes. Por suerte para Ratirk los ogros no eran ninguna de las dos cosas.

Había explorado las colinas norte buscando la comida que Janna de Aron le había dicho que habían perdido, pero el pequeño kobold sólo encontró un par de matones de pocas palabras, mal humor, y aspirantes a alfileteros. Ahora buscaría al sur, cerca de Gran Roca, aunque no recordaba haber visto ningún bicho grande con cuernos y a manchas con mucha carne por ahí.

Por suerte una vez lejos de los ogros, cerca del árbol que habla, se encontró con el elfo naranja, que se ofreció a acompañarle un rato recordándole que no era bueno que le viesen por esos lugares. Eso se lo habían dicho ya de varios sitios, pero al kobold no le preocupaba mucho, sabía pasar desapercibido cuando era necesario, y tenía su Anillo de No Ver, para que no le viesen. Aunque Elberrez el elfo le hubiese dicho que era un mago el había averiguado que no era así, pero tenía sus trucos.

El elfo naranja le ayudo a acabar con unos gigantes que habían decidido tirar piedras a otra comida que no era la de Janna, y después le indicó un sitio donde si pudiese encontrar la que ella quería. Una granja al pie de las montañas. Después el elfo naranja hizo magia sobre Ratirk haciéndole parecer un Gran Héroe de verdad con piel tan dura como la piedra y espada de fuego, y así pertrechado se fue a por la comida.

Llegó al sitio indicado y vio varias casas humanas, y tal y como ijo el elfo allí estaba, la comida de Janna. Bueno, pensándolo bien el pequeño kobold no tenía muy claro si esa era concretamente su comida o no, pero era grande, tenía cuernos, comía hierba y tenía manchas negras y blancas. Todo encajaba.

Así que el kobold, con gran determinación, saltó valientemente la valla y se dirigió hacia el animal para convencerle de que el acompañase. Y ahí se encontró el segundo impedimento de su aventura (la valla fue el primero, aunque no uno muy grande): el elfo naranja le lanzó un hechizo de no ver y no podía hacer nada para que el animal le viese. Así que frustrado llamó a mordisquitos y se sentó a esperar a que el hechizo pasase, que le llevo sus buenas horas. Para cuando lo hizo ya hacía buen rato que había anochecido.

Entre medias mordisquitos se había ido a jugar con unos lobos y un jabalí, motivo por el cual le pareció al kobold que los humanos de la casa no salían. ¡Con lo obedientes que eran esos animalitos!

Una vez se desvaneció el hechizo el animal con cuernos le vio, y por fin pudo convencerle de que le acompañase. Y ahí estaba el tercer impedimento, no veía a esa mole de carne saltar la valla como había hecho bien. Todo un misterio el como se había metido dentro también. Sería cosa de los humanos aterrados de la casa para que el animal no siguiese perdido. Se lo habría agradecido, pero no parecían muy dispuestos a salir o a dejar entrar a nadie. Peor para ellos.

Inspeccionando la valla localizó una parte que parecía una puerta. La verdad es que muy segura no era, le pareció a Ratirk. Cualquiera podía abrirla con facilidad, como demostró a continuación quitando el tablón que la bloqueaba. Pero bueno, ahora ya tenía el camino libre. Llamó a morisuitos, que estaba hinchado de tanto jabalí, se despidió de los lobos y puso rumbo a Aron con la comida siguiendole.

Janna estaría satisfecha. Seguro.

Cormarion

02/12/2009 06:23:48

[quote:a40f599415="Cormarion"][i:a40f599415]El representante de los granjeros del ducado agradeció efusivamente al caballero Rick y a la pequeña Rosi por devolver gran parte del ganado extraviado.

Se habían dirigido hacia al norte siguiendo las indicaciones de Tim, el pequeño de los dos hijos de la pareja, William y Melibeth. Siguieron la pista y encontraron a varios animales en el camino hasta que en un gran claro divisaron a un grupo de dragones, unos de rojas escamas y otros de negras, que jugueteaban con las vacas, bueyes y caballos, aterrándolos, zampándose a otros por pura diversión, sin apetito alguno.

La pequeña mediana conjuró protecciones mágicas sobre el caballero y éste le dijo que se pusiera tras de él, lejos de la lucha, y así fue hasta que un dragón derribó a la montura de Rosi dando muerte al animal que cayó sobre su jinete dejándola inconsciente.

Rick se batió duramente y temió por su vida pero no podía dejar a la pequeña a merced de esas bestias sanguinarias y malvadas. Una a una fueron cayendo abatidas bajo sus certeros golpes sufriendo serias heridas en el lance.

Después de que el último dragón sucumbiese bajo su filo se ocupó de Rosi, y ayudados por un perro, fueron guiados de nuevo hasta el ducado no sin encontrar antes en el camino de regreso nuevos peligros a la par que conducían al ganado.

La gente exclamaba vítores a los héroes cuando vieron a la pareja llegar a la ciudadela entre todo aquel ganado y fueron invitados a la siguiente fiesta de la Cosecha.


-¡Haremos un festín! -decía la pequeña Rosi contenta con su nueva montura.
-Toma pequeño Tim y para tí también Michelle, mirad, os traigo escamas de dragón -dijo Rick a los hijos de los ganaderos-. Brillan mucho, ¿verdad? Tal y como os prometí -los ojos de los niños se llenaron de emoción y se abrazaron a las rodillas del caballero.
-¿Sois uno de los caballeros de lady Jeanna? -preguntó Michelle sonrojándose ante el varón.
-No, pero también me gusta realizar buenas acciones -respondió Rick con una mentira piadosa que la chica creyó a pies juntillas. Nada le dijo del cobro recibido.
-¡Ohhh! Gracias por traer el ganado a Arion, ahora todo va ir bien, sí, como dice lady Jeanna -dijo Michelle-. Estas escamas nos traerán mucha suerte.
-Te podrás hacer un bonito colgante si le pones un lazo -dijo Rosi sonriendo.


Algo se conmovió en Rick y pensó que nunca olvidaría la cara de alegría de aquellos dos niños. [/i:a40f599415][/quote:a40f599415]