Vinduil

27/10/2009 19:59:57

El clérigo se encontraba en el camino, concentrado en sus planes, buscando la forma de mejorarlos cuando de su pecho comenzó a salir una extraña luz verdosa. Separó las placas de su armadura para observar como el símbolo de su dios brillaba con cada vez mas intensidad. Una niebla le rodeó y ante él apareció una figura enorme, con dos pares de brazos y cabeza similar a la de un perro.

- (Un glabrezu, un tanar'ri de alta casta. Venganza por lo ocurrido en el Plano de la Fuga?)

El demonio miró al clérigo y con una voz que parecía mas bien una serie de gruñidos habló.

[color=red:468d8d390c]- Nuestro Señor tiene una misión para ti, mortal.[/color:468d8d390c]

- En ese caso debo sentirme honrado.

[color=red:468d8d390c]- Debes reunir cien almas, tienes 90 días para cumplir tu tarea.[/color:468d8d390c]

- Tendré las almas necesarias cuando se acabe el plazo, no fallaré a mi Señor.

[color=red:468d8d390c]- Si fracasas sufrirás las consecuencias.[/color:468d8d390c]

Con esas peligrosas palabras el glabrezu desapareció en la niebla, que se disipó unos segundos después.


Cien almas. De momento solo estoy seguro de poder retenerlas si entran por su propia voluntad en el receptáculo y únicamente en el Plano de la Fuga. Tendré que comprobar si puedo encerrarlas por la fuerza, con el riesgo que eso conlleva en los dominios de Kelemvor, pero antes hay almas en este plano que puedo conseguir. Fantasmas y otros muertos vivientes similares. Buscaré en los cementerios cercanos, luego iré al norte. Muchos murieron en Puerta de Baldur, alguno habrá terminado convertido en espectro. Eso no cubrirá el número entero, de todas formas tendré que volver a los exteriores de la Ciudad del Juicio.

El clérigo miró hacia el cielo.

El alma de un paladín o de otro siervo de los enemigos de mi Señor será la guinda.

Vinduil

03/12/2009 13:07:09

Rodeado de gente, el clérigo comenzó a sentir molestias por todo el cuerpo, la piel le ardía, la armadura parecía estar al rojo vivo.

-(No, aquí no!)

Procurando disimular el dolor y sin perder un segundo se dirigió hacia un lugar que sabría que estaría vacio. A los pocos segundos de llegar tuvo que quitarse las ropas que llevaba, el dolor era demasiado intenso, entonces pudo ver que el símbolo de su dios brillaba mas fuerte que nunca.

- La última vez no dolió tanto.

Tras un gruñido de dolor una espesa niebla comenzó a formarse alrededor de él hasta tal punto que nadie a mas de tres metros podría verle y fué entonces cuando lo vió. La imagen de su dios. El clérigo sabía que realmente no estaba allí, que era únicamente una imagen, pero tambien sabía mas allá de toda duda que se encontraba ante su dios. Una figura enorme y terrorífica.

[color=darkred:d2ea273b2b]- El dolor que sufres es una prueba de tu fe.[/color:d2ea273b2b]

El clérigo hincó una rodilla en el suelo y habló con miedo en la voz.

- Es un honor, mi Señor, pero....todavía no tengo las cien almas.

[color=darkred:d2ea273b2b]- Nunca pensé que alguien como tu me fuera a ser de alguna utilidad y es cierto que otros te sacan ventaja en el número de almas.[/color:d2ea273b2b]

- Probablemente no dispongo del poder que tienen otros de tus siervos, mi Señor, pero tengo otras habilidades.

[color=darkred:d2ea273b2b]- Ya conoces lo ocurrido en la Aguja de Cristal, el tomo de Myrkul ha sido robado.[/color:d2ea273b2b]

- Así es, mi Señor, estoy al tanto de eso.

[color=darkred:d2ea273b2b]- Conseguirás ese libro para mi Arandil.[/color:d2ea273b2b]

- Haré todo lo que esté en mi mano, mi Señor, pero no hay ninguna pista sobre su paradero.

[color=darkred:d2ea273b2b]- Consígueme ese tomo y tu recompensa estará mas allá de lo que puedas imaginar, pero ten cuidado, los siervos de Shar y de otros dioses también lo buscan.[/color:d2ea273b2b]

- Debo entonces dejar a un lado la recolección de almas, mi Señor?

[color=darkred:d2ea273b2b]- No, seguirás adelante con las dos misiones que te he encomendado.[/color:d2ea273b2b]

El clérigo respondió:
- Como ordeneis, mi Señor.
Pero su dios ya no le escuchaba. La niebla comenzó a disiparse y finalmente volvió a colocarse su armadura.

- ( Una misión complicada seguida de una misión casi imposible. Rodeado de enemigos, solo y con mínimas posibilidades de éxito. Bienvenido al juego de los dioses, Arandil)