M_v_M

04/02/2010 00:38:42

El pueblo amanecía en una mañana soleada. Resueltos los crímenes y aplacado el temor de los aldeanos, cada nuevo sol parecía brillar más que el anterior.

Pero algo había pasado aquella noche, pues la pequeña ciudad pesquera despertó con al menos una maceta en el alféizar las ventanas de cada casa.

Rosas, margaritas, romero, tréboles, muérdago... Diversos esquejes habían sido plantados.

El color invadía la plaza del pueblo, donde se concentraban las flores más llamativas.

Todo el pueblo olía aquella mañana a la frescura de un nuevo día.