Khilak

08/03/2010 10:40:06

Ajante ya estaba preparado. Sus experimentos continuarían. Después de haber realizado su primer intento cerca de Arion, ya había encontrado su segunda víctima. Los gnomos de Gond. Cortaría la cabeza a uno de esos miserables y huiría, el templo ciertamente tenía poca protección y era asequible poder huir con la cabeza de uno de aquellos pequeñajos.

Después los muertos comerían su cerebro, aumentando así sus facultades.

Ajante ya había comprado varitas de energía negativa para cargar bien al muerto viviente, requisito indispensable para que pudiera absorber correctamente las memorias de la víctima.

Qué gran descubrimiento podía realizar...la historia de la magia siempre le recordaría, y la nigromancia progresaría.

Con una plegaria a su oscuro Dios, Ajante dormía el sueño de los plácidos...

Khilak

12/03/2010 19:10:41

*Ajante entra en su habitación de la escuela furioso! *

Para nada!! no había servido absolutamente de nada! Todas sus largas lecturas, cálculos, elucubraciones.

Finalmente había sajado la cabeza del gnomo de Gond. En su cueva escondrijo, tranquilamente, convocó a otro necrófago. Abrió la tapa de la sesera de la cabecita del gnomo, extrayendo su pequeño cerebro. Un cerebro tan pequeño, y toda la sabiduría y conocimento que contenía. Ajante se estremecía de placer pensando en que esta vez funcionaría.

Agarró su varita de hueso, cargada de energía negativa hasta los topes. Quitándose la armadura, empezó a lanzar chorro tras chorro de energía negativa al muerto viviente. Rayos de debilitamiento , había aprendido que les daban fuerza en lugar de quitar, golpes con energía negativa.

Cuando el muerto viviente ya estaba bien cargado, Ajante, nuestro héroe, le pidió que comiera el cerebro del gnomo. Obedeció, mientras Ajante reía y le cargaba oleada tras oleada de energía al muerto.

Sin embargo, algo fue mal. Una vez el muerto hubo ingerido el cerebro por completo, no respondía. No venía la luz a sus ojos!! Algo ocurría!

Y tal y como había llegado, la emoción se fue del cuerpo de Ajante. Había vuelto a fallar. Gritó y maldijo, y acto seguido, desconvocó al muerto, recogió las dos mitades de la cabeza del gnomo y se deshizo de ellas en el puerto.

Desde ayer, no sale de su habitación meditando y consultando documentos...