Vinduil

30/03/2010 22:23:02

El joven cambión se encontraba con las alas desplegadas en una caverna, rodeado de una treintena de figuras algo mas pequeñas, algunas de ellas también con alas.
[color=red:f4fe2e31c2]
- Janath el Azote Gris ha sido eliminado por otro señor demoníaco! Janatharat, 500 capa del Abismo ha sido arrasada! El orbe no nos devolverá a ningún lado ha perdido su magia, estamos atrapados en este pequeño mundo![/color:f4fe2e31c2]

Levantó en una mano un orbe negro y lo estalló contra el suelo. Los presentes permanecieron en silencio por la sorpresa salvo dos:
[color=blue:f4fe2e31c2]
- Eso no es posible nuestro señor Janath no puede ser derrotado![/color:f4fe2e31c2]
[color=violet:f4fe2e31c2]- Estás mintiendo![/color:f4fe2e31c2]

El cambión avanzó a toda prisa hacia el que había dicho eso, lo cogió por el cuello y lo levantó del suelo.

[color=red:f4fe2e31c2]- Como hijo de Janath, ahora yo soy el Señor de la Legión del Azote Gris! Me servireis como servisteis a mi padre![/color:f4fe2e31c2]

Los presentes murmuraron entre ellos hasta que uno, maduro y lleno de cicatrices, alzó la voz:
[color=green:f4fe2e31c2]
- Lo único que hacía que siguiéramos tus órdenes era el temor a tu padre. No serviremos a un inútil como tu![/color:f4fe2e31c2]

El ser desenvainó y se lanzó sobre el cambión. Segundos después prácticamente todos los presentes estallaron en un combate entre los que apoyaban al semidemonio y los que no. Solo un pequeño grupo de ellos se quedó a un lado, mas pequeños que los demás, muy jóvenes, adolescentes. Todos con sangre demoniaca en sus venas, todos tieflings, como el resto de los presentes en aquella caverna. Con apenas unas miradas entre ellos los miembros del pequeño grupo dieron la espalda al combate y sin que nadie se fijara en ellos desaparecieron por uno de los túneles. Cada uno de ellos pensaba en el día en el que habían visto a su recientemente difunto señor por primera vez.
--------------------------------------------------------------------------------
[color=yellow:f4fe2e31c2]- Mamá! Donde está el pedernal! La estufa está apagada y empieza a hacer frío![/color:f4fe2e31c2]
- Qayin, te he dicho mil veces que el pedernal está encima del armario de los cacharros de cocina.

El pequeño Qayin se subió a un taburete e intentó llegar hasta el pedernal con tan mala suerte que fue a caerle sobre uno de sus pequeños cuernos. Apenas tenía 7 años, pero cualquiera que lo veía no podía evitar sentir algo de miedo. Su piel caliente al tacto, los dos cuernos que tenía en la frente y que crecían poco a poco y la pequeña cola que solía tener enrollada a la cintura eran una pesada carga. Mas de un supuesto siervo del bien había oído hablar del niño que vivía con su madre en una casa apartada del pueblo. Mas de una vez uno de esos hombres había venido para dar muerte al pequeño, pero su madre, una maga de suficiente poder, siempre había evitado males mayores.
Qayin sacudió la cabeza y se rascó el cuerno golpeado. En ese momento sintió un escalofrío que le subió por la espalda y giró la cabeza de golpe hacia la puerta del cuarto donde se encontraba su madre. Vio como una puerta mágica se formaba en la sala y escuchó a su madre gritar angustiada:

- Qayin! Corre! Huye!
[color=yellow:f4fe2e31c2]- Que?[/color:f4fe2e31c2]

La puerta mágica terminó de formarse y de ella salieron en tromba dos enormes figuras. Cada una de ellas dos pares de brazos, unos de tamaño normal y otros acabados en grandes pinzas. Demonios, glabrezus. Uno fue directo a por la arcana, el otro se quedó observando al tiefling. Qayin se quedó inmóvil, paralizado por el miedo hasta que vio a su madre salir disparada por la puerta y estrellarse contra la pared. El pequeño corrió hacia ella mientras los demonios reían a carcajadas. Qayin se abrazó a la persona que lo había traído a este mundo y que siempre lo había protegido.

[color=yellow:f4fe2e31c2]- Mi Qayin, has de ser fuerte. Escucha bien, hijo mío y recuerda estas palabras siempre: incluso en la noche mas oscura siempre encontrarás una pequeña luz en las estrellas y con la llegada del nuevo día la luz del sol acabará con todas tus pesadillas...[/color:f4fe2e31c2]

La humana dejó de respirar y se quedó inmóvil, los ojos abiertos todavía mirando fijamente los de su hijo. Qayin comenzó a llorar y miró a los demonios que seguían riendo. Gritando de pura rabia se lanzó hacia ellos golpeándolos con todas sus fuerzas. Los glabrezus simplemente rieron con mas fuerza y cuando se cansaron uno de ellos golpeó al tiefling con una de sus pinzas lanzándolo inconsciente a varios metros.
.
.
.
Qayin despertó al sentir un duro golpe contra el suelo. Inmediatamente sintió mucho calor y abrió los ojos mirando a todos lados. Se levantó con dificultad y vio una enorme criatura delante de él. La criatura se levantó y habló con voz de trueno:

[color=darkred:f4fe2e31c2]- Soy Janath Azote Gris, Señor de Janatahrat y tu Señor desde el día en el que fuiste concebido. Serás entrenado por los oficiales de la Legión del Azote Gris. Si sobrevives a los años en el Abismo quizás entres a formar parte de mi ejército y participarás en las Guerras de la Sangre. Ahora fuera de mi vista antes de que me canse de tu presencia![/color:f4fe2e31c2]

De una patada el señor demoníaco envió a Qayin muy lejos. El segundo golpe de los miles de los millones que recibiría durante los próximos años.

Alkarin

31/03/2010 00:01:09

[u:a7f85ad4c9][size=18:a7f85ad4c9]Rushalka


Un dia mas de duro trabajo,madre me habia encomendado algo sencillo,como siempre,mientras ella recolectaba lo necesario para el preparado.Yo,de forma ritmica y firme,machacaba en el mortero algunas raices,hongos y el veneno de alguna de las viboras que poblaban los alrededores de nuestra apartada cabaña.Nunca habia sido una vida facil,madre nos habia procurado un lugar lo
suficientemente alejado como para llevar una vida tranquila.Una pequeña niña como yo,con unos pequeños cuernos sobre la cabeza y afilados colmillos,no era lo que se entendia como una niña normal.

Aguardaba ansiosa la llegada de madre,pronto el sol estaria en lo mas alto y seria hora de comer,me encantaba aquel momento del dia,disfrutaba de los preparativos en la pequeña cocina de barro de la cabaña,y de la humilde mesa que siempre era alegrada con alguna de las muchas flores de alrededor.Pero algo enturbiaria ese esperado momento,un alarido apago la inocente sonrisa que lucia en mi cara,el mortero cayo al suelo,con su nocivo contenido,¡¡¡era la voz de madre!!!.Sali como un torbellino,abriendo la puerta mas con el hombro que con la mano,y me encontre con una aterradora vision,un extraño ser,femenimo,semidesnuda y alada sostenia un flamigero latigo frente a mi madre,tirada en el suelo,rodeada de la recolecta del dia y con la cara desencajada por el estupor.La criatura reia sofocadamente y no tardo en posar sus rojizos ojos en mi,me tire a los brazos de madre,que por alguna razon seguia rigida,como petrificada por el horror,con la mirada perdida.

- uhmmm,que exquisita muchachita - dijo el ser,un sucubo con una voz ronroneante
y seductora - [i:a7f85ad4c9]Tu señor estara complacido.
[/i:a7f85ad4c9]
Mi señor,esas dos palabras resonaron varias veces en mi cabeza,no entendia a que se referia,mientras,zarandeaba a madre,que seguia contraida y con la mirada perdida,paralizada por el terror.

- [i:a7f85ad4c9]Basta,vamonos,despidete de esa pordiosera,Janath Azote Gris aguarda a su nueva
sierva y no tolera las demoras[/i:a7f85ad4c9].

El llanto comenzaba a bañar mis mejillas,abrace a madre como si fuese en verdad lo ultimo que iva a hacer,hasta que un chasquido sono a mi espalda,y un tremendo escozor recorrio mi cuello,pues el latigo de el sucubo me rodeaba el cuello,y,pese a ya no estar rodeado de fuego,producia una sensacion de quemazon y picazon
inexplicable.Un aparente leve tiron hizo que saliese despedida hacia mi captora,que me recogio al vuelo agarrandome de mi rojiza cabellera.Un descello me cego momentaniamente,y un extraño portal mostro el lugar en el que pasaria mucho tiempo...




Cada paso dolia,y quemaba mis pies,pese a llevar unas pequeñas sandalias de cuero,regalo de madre por mi ultimo cumpleaños.Temerosa,y guiada por el sucubo avance hacia lo que en la lejania parecia un improvisado trono,mientras dejaba atras una larga hilera de gigantes criaturas,a las que ni me atrevia a mirar.

Antes de llegar,una grave y atronadora voz me dio la bienvenida...

- Yo soy Janath Azote Gris, Señor de Janatahrat,y desde este momento tu vida me pertenece,y servira a mi causa,en las guerras de sangre - Hizo un gesto con la mano,y aquella que me habia llevado a aquel oscuro y apartado lugar y que me enseñaria todo lo que se,tiro de mi,perdiendonos en la oscuridad.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El mago miró al enorme ser que tenía delante y repitió: -Ya has oido, Janatharat la capa número 500 del Abismo ha sido arrasada. Janath el Azote Gris ha sido eliminado por otro señor demoníaco.

El joven cambión se encontraba con las alas desplegadas en una caverna, rodeado de una treintena de figuras algo mas pequeñas, algunas de ellas también con alas.

- Janath el Azote Gris ha sido eliminado por otro señor demoníaco! Janatharat, 500 capa del Abismo ha sido arrasada! El orbe no nos devolverá a ningún lado ha perdido su magia, estamos atrapados en este pequeño mundo!

Levantó en una mano un orbe negro y lo estalló contra el suelo. Los presentes permanecieron en silencio por la sorpresa salvo dos:
[i:a7f85ad4c9]
- Eso no es posible nuestro señor Janath no puede ser derrotado!
- Estás mintiendo!
[/i:a7f85ad4c9]
El cambión avanzó a toda prisa hacia el que había dicho eso, lo cogió por el cuello y lo levantó del suelo.

- Como hijo de Janath, ahora yo soy el Señor de la Legión del Azote Gris! Me servireis como servisteis a mi padre!

Los presentes murmuraron entre ellos hasta que uno, maduro y lleno de cicatrices, alzó la voz:

- Lo único que hacía que siguiéramos tus órdenes era el temor a tu padre. No serviremos a un inútil como tu!

El ser desenvainó y se lanzó sobre el cambión. Segundos después prácticamente todos los presentes estallaron en un combate entre los que apoyaban al semidemonio y los que no. Solo un pequeño grupo de ellos se quedó a un lado, mas pequeños que los demás, muy jóvenes, adolescentes. Todos con sangre demoniaca en sus venas, todos tieflings, como el resto de los presentes en aquella caverna. Con apenas unas miradas entre ellos los miembros del pequeño grupo dieron la espalda al combate y sin que nadie se fijara en ellos desaparecieron por uno de los túneles. Cada uno de ellos pensaba en el día en el que habían visto a su recientemente difunto señor por primera vez.