ior

03/09/2010 12:01:24

Aquel lagarto era un magnifico ejemplar, fuerte, joven, impetuoso. Recien adquirido en el bazar de Menzoberranzan poco a poco se iba aconstumbrando a su nuevo dueño. Que por el precio que le habia costado, era tratado mejor de lo que cualquier criatura podria aspirar a ser tratada por un drow.


Con sumo cuidado le puso la albarda, apreto las cinchas y sujeto las alforjas con provisiones para su viaje por los tuneles hasta las cuevas de las drañas. Aquel lugar, habitat de aquellas criaturas peligrosas, resabiadas, ricas y frecuentadas por otros drows deseosos de conseguir sus tesoros. Pero todo tesoro tiene sus riesgos y de vez en cuando los cazadores son cazados y el drow habia llegado en uno de esos momentos inesperados y a la vez humillantes para un drow, tan superior a otras razas que a veces muerden el polvo como la mas mediocre de las razas que viven en Faerun.


Solo habia conseguido sobrevivir uno, un drow pasivo, que reaccionaba a pocos estimulos, y que en esa ocasion no era la excepcion, sereno y con su posicion de sobra conocida, respondia con calma al interrogatorio que le hacia sobre aquellos dos cuerpos drows.


Registro el cuerpo del varon, parecia un guerrero, sin marcas visibles de haber sido torturado o padecer alguno de los caprichos de las arrogantes hembras. No portaba insignias, ni colores ni parecia pertenecer a ninguna casa, era el candidato ideal: Fuerte, joven e indefenso. No daria muchos problemas para ser transportado hacia Skullport junto con la hembra.


Solo habia un problema, su idea de montarlo en su lagarto habia tropezado con la voluntad del animal. La carga era demasiado pesada y no podria llevarlo sin ralentizar su paso y la velocidad en aquella situacion era crucial. Opto por dejarlo de nuevo en el suelo, dejandolo caer sin grandes miramientos y centro su atencion en la hembra.


Hizo el mismo ritual: Busco insignias, distintivos, algo que pudiera identificarla y por la que sacar algun beneficio, entregar a una hembra a su casa podria proporcionarle a buen seguro un beneficio, pero al igual que el varon nada la idenficaba.


El drow fruncio el ceño, y penso: "O ya ningun drow de Menzoberranza es noble, o ninguno se atreve a salir o todos han aprendido a salir de incognito..."

De cualquier manera, en el pensamiento del drow solo habia cabida para una idea, conseguir algun beneficio de aquella situacion, y la venta de esclavos era uno muy beneficioso.


Pero los hay que tienen el sentido de aparecer en el momento mas oportuno, y aquel nuevo drow hizo acto de presencia.


Era momento de reaccionar y no tardo en hablar:


-- Tenemos que llevar a esta hembra y a este varon a Menzoberranzan (...) Vosotros dos encargaros del varon, yo llevare a la hembra en mi lagarto (...) Para mayor Gloria de LOTH.


Emprendieron su marcha y por momentos el drow veia peligrar su negocio. Entregar en la ciudad a dos descastados no le reportaria ningun beneficio, asi que algo debia de tramar en su corto viaje hasta las puertas de la ciudad.

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Y fue justo al salir del cubil cuando escucharon tambores de guerra, habia pasado Dekhanas enteras en los que aquellos malditos Tanaruks no se habian movido ni un apice y sin embargo alli estaban, tan cerca, demasiado.


Emprendieron apresurados la marcha haciendo creer a los otros varones que el tambien iria a la ciudad, nada mas lejos de su intencion, y justo cuando un peligroso chaman de los tanaruks empezo a conjurar, momento que desde luego ningun drow en su sano juicio aprovecharia para mirar hacia atras, vario su rumbo y se dirigio hacia su lugar seguro, el Puerto de las Calaveras.



¿Quien echaria de menos el cadaver de un drow de una lejana ciudad y de una descastada? Mientras corria a paso ligero, sabeedor de que los drows estarian demasiado ocupados en defenderse del ataque y los tanaruks tenian otros planes y otros objetivos a los que atacar.

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Varias horas despues, el drow, su lagarto y el nuevo fardo pasaron junto a los guardias de la ciudad y llamo a la puerta:


-- Tengo algo que ensañarte....



// Ningun animal fue maltratado en el transcurso de esta aventura. A falta de otros testimonios esto es en lo que yo tome parte activa, ahora si quieren postear los otros actores yo mientras voy a por unas palomitas
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ojos

03/09/2010 13:27:45

//Ala como has pedido, la version de otro de los particimpantes aqui esta, que la disfrutes junto a tus palomitas:

Daerit'iz salia de Menzoberranzan como de costumbre para entrenar en los túneles. Nada mas salir de la ciudad se escontró con una hembra que parecía esperar a algo o a alguien. Aunque no parecía pertenecer a alguna casa, era un hembra, asi que se quedó inmovil en posición firme a la espera de alguna orden...

La hembrá decidió que quería visitar la caverna de las drañas, y allí se dirigieron...

Aveces pasan ciclos y cilclos sin que veas ni un alma drow en los túneles, sin embargo en otros se ven demasiados... Allí encontraron a uno montado en su lagarto que les miraba mientras mataban a las drañas... tras acabar con la primera oleada otro más apareció. Esta vez era algien ya conocido para Daerit'iz, un guerrero con el que habia entraneado ya alguna vez...

El elfo del lagarto pareció tomar otro camino, los otros tres se adentraron un poco mas en la caverna. Pero la caverna les tenía reservada una sorpresa: algunas de las jefes drañas mas poderosas se encontraban por allí. De un molesto conjuro eleminó a los dos acompañantes del monje.

Tocaba hacer una retirada estrategica para recuperarse de las heridas inflingidas por algunos de los conjuros que habían logrado sobrepasar sus defensas...

Y ahi estaba otra vez el lagarto y su dueño. Como era su deber, le informó de lo ocurrido y regresó a terminar su batalla. Finalizada ésta, el drow del lagarto pareció interesarse en los cuerpos. Después de registrarlos y pensar que quería hacer con ellos aquel drow decidió llevarse los cuerpos a Menzoberranzan, pero su lagarto solo quería llevar el cuerpo de la hembra. El dueño del lagarto ordenó a Daerit'iz que llevara el otro cuerpo, y aunque no estaba seguro de si debía obedecer las ordenes de aquel varon que no parecía poseer insinias de ninguna casa, decidió que por el momento era mejor hacerle caso.

Sin problemas cargo el cuerpo a su hombro. Y aun con ese cuerpo al hombro era capaz de acabar con las drañas que le salían a su paso utilizando únicamente sus piernas.

Para cuando llegó a Menzoberranzan el resto de los que iban con él habían desaparecido... y los soldados de la ciudad salían en tropel al encuentro de los tambores que habían empezado a resonar en los túneles.

Su mision consistía unicamente en llevar el cuerpo a la ciudad, asi que dejo caer el bulto en la entrada de Menzoberranzan y volvió a sus quehaceres.