gatovengador

17/09/2010 16:14:54

La pareja corría como alma que persiguiese el diablo, lo cual, aunque no era del todo cierto, era de alguna manera similar o peor. El drow conocía los túneles mejor que nadie, siglo medio había estado deambulando solo por ellos salvo por alguna rara ocasión. Esta era una de ellas y se había torcido entera.

Detrás suyo corría desesperada su carga, su protegida, una joya en la oscuridad infinita de la antípoda. Había hecho lo posible por mantenerla a salvo, pero ahora podía sentir a sus perseguidores más cerca de lo que desearía. Lejos había dejado la maldita ciudad, kilómetros de túneles habían recorrido desde entonces, pero el odio y la mentira que guiaba a sus perseguidores les impedía detenerse. Al menos ya estaban cerca.

Se estaba consolando en ese pensamiento cuando escuchó un jadeo ahogado a su espalda. Se giró sorprendido y vio a su protegida, con una máscara de dolor por rostro y la punta de un virote saliendo de mitad de su pecho. Una lagrima se formó en sus ojos rojos, y el silencio fue roto por un grito de júbilo que llegaba por el pasillo.

Había sido un idiota, sus perseguidores les habían dado alcance antes de lo esperado, y ahora ella estaba muerta. Con un único y fluido movimiento alzó su ballesta y disparó y oyó con satisfacción como el virote se clavaba en carne. No había podido salvarla, al menos se aseguraría de que no profanasen su cadaver.

gatovengador

27/09/2010 20:54:48

El drow limpio la sangre del filo plateado de su hoja. A su alrededor no había más que el silencio de la muerte, que le rodeaba como una mortaja, y los rostros de los drow a los qu el golpe fatal había dejado permanentemente con una expresión de sorpresa e incredulidad. Sangre pagada con sangre, pero para que la deuda fuese saldada todo un mar debía de fluir.

Sabía muy bien que su hermana no vería con buenos ojos sus acciones, pero la había dejado bien atrás. Él haría lo que debía hacerse, y sólo sus manos quedarían manchadas.

A medida que se alejaba por el túnel su apariencia se difuminaba hasta desaparecer, y en la pequeña cueva que dejaba atrás ningún rastro quedaba de lo allí sucedido.

gatovengador

16/12/2010 23:57:59

Su nombre... no esperaba volver a oirlo, y eso el hacerlo le había dolido. Sólo significaba una cosa, ella estaba cerca. Sólo ella podía haber llegado tan lejos.

Se levantó de la plataforma en la que se había ocultado y se perdió en los túneles. Ahora sabía que el tiempo se le estaba acabando. Hora de encontrar una muerte digna, y con ello cobrarse venganza. Ella no le encontraría.

ior

24/12/2010 18:03:57

[...] El viaje por aquellas aguas en aquel barco no era del agrado del drow, era un medio para llegar otro lugar el cual tampoco era de su agrado.

Y aquel maldito Capitán no andaba con miramientos y poco le importaba que el momento de llegada a puerto fuese el momento de máxima intensidad del Orbe. Malhumorado, con los ojos entrecerrados se sentó tras las mercancias en la sombra, a la espera de que las horas pasasen lentamente.

Pero quien le buscaba sabía donde lo podría encontrar y lo encontró. Un golpe seco en la nuca y horas, días más tarde...difícil saberlo, se despertó en aquel extraño lugar.

Pocas presentaciones, tensas respuestas a inquisidoras preguntas. Un trato, otro golpe y la oscuridad de las cavernas volvió a hacerse ante sus ojos [....]


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[...] Los tres drows abandoban con rapidez el cubil de las drañas, llevaban un fardo muy embarazoso del que poca explicación podían dar si una patrulla de Menzoberranzan aparecía.

El arcano conjuró y ante ellos se abrió un portal que los llevaría a su ciudad, su refugio. Uno de los drows cubría la entrada al portal, mientras uno a uno iban cruzando... saboreando alividado ese dulce momento en el que ya se creía a salvo, y en ese preciso momento el frío acero de una espada atacandolo por la espalda le hizo apretar los dientes con fuerza y sólo pensar en atravesar el portal. Y junto con ellos lo atravesó su perseguidor, aquel drow no había dudado en seguirlos hasta la ciudad de las calaveras arriesgandose el mismo por dar caza a aquellos tres drows. [...]

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[...] el mago, la guerrero y aquel drow desmemoriado se habían internado en los túneles, pero uno de los drows no los había seguido. Obsesionado por no obsesionarse por fin había caído en la cuenta de que ninguno de ellos había vuelto a ser visto desde hacía Dekhanas.

Se sentó en la salida de la gruta a la ténue luz del Orbe blanco, era el momento de volver a las cuevas oscuras. [...]


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[...] ante él tenía un lagarto de monta y un drow. Parecía que aquel drow conocía los últimos movimientos de su viejo conocido.

Le pidió que le llevase al último lugar donde había sido visto, pensando que tendría que recorrer un largo viaje, cuando se quiso dar cuenta ya habían llegado. La entrada del cubil de las drañas. Aquel drow parecía no alejarse de aquella zona, difícil de ver, difícil de encontrar pero fácil de localizar.

A lo hora de despedirse, lanzó una bolsita de cuero llena de gemas al drow.[...]

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ior

04/01/2011 17:46:47

Xor iba malhumorado, maldiciendo y pensando en la misión que le habían encomendando. Otra vez...

- ¿Prueba? Malditos todos ellos, yo no tengo que probar nada a ese puñado de inadaptados y abstemios. Donde se ha visto enviar a un Hermano a resolver los problemas de esa ciudad atrofiada por su Diosa... malditos todos ellos una y mil veces.

Y sin embargo, a cada paso que daba le acercaba más y más a la ciudad, si realmente supiese bien como llegar a ella sin dar demasiados rodeos.

- Por que haciendo memoria. A mi ese renegado malnacido y necio casi me despedaza, de hecho sin el casi, ha acabado con varias patrullas, y otros Hermanos y Socios no han tenido mejor suerte. Es un animal... Por que si no lo hace él, lo haría alguna de las patrullas de la ciudad que van a la caza del renegado, solo me faltaba que me confundieran con él....Estos quieren que me maten.

Y al pensar esas palabras Xor lo vió claro. El dirigente de aquel campamento no quería acabar con el renegado, ni tan siquiera probarle nada. Quería deshacerse de la competencia, de él, de todos ellos. Seguro que llevaban tanto tiempo alejados de la mano del Lord que no querían ninguna intromisión.

Tras tener una visión de conjunto de lo que estaba ocurriendo, se ocultó en las sombras y esperó a que su socio apareciese, y antes de que se adentrase en las cuevas que daban al campamento, en el estrechamiento, se dirigió sin levantar sospechas y le avisó:

- Estos nos quieren tender una trampa. Vamonos de aqui rápido.


Ambos emprendieron otro viaje, esta vez a un lugar en el que se sentirían como en casa.

gatovengador

03/02/2011 00:18:27

El cazador esperaba... su paciencia se acababa, sus "aliados" no habían dado la talla. Inmerso en la oscuridad más absoluta escuchaba el sonido de los túneles, lo que para otros no era más que silencio para él era otra señal más.

De golpe se llevó la mano al pecho y una mueca de dolor se dibujo en su rostro por lo general imperterito. No había dolor físico real, pero si en su más pura esencia. Su peor pesadilla, la única que aun le afectaba se había hecho realidad: ella se acercaba. Y era a la única a la que jamás osaría enfrentarse.

Se puso en movimiento, tenía que alejarse de allí. Sólo había una cosa que no estaba dispuesto a sacrificar. Mientras que desaparecía en los túneles una unica lagrima le recorrio la mejilla, cayendo al suelo, el único rastro de su paso.

gatovengador

05/03/2011 00:58:44

En las celdas de Ambar, en una cama que no acababa de encajar allí, la hembra yacía, días llevaba en la que no había reaccionado, desde que realizó el desesperado ritual.

Un guardia vigilaba cualquier cambio, y día tras día veía como no había cambio alguno. Cuando el hombre ya creía que no vería ninguno algo llamó su atención. Lagrimas corrían por las mejillas, negras como la noche de la hembra, aunque nada más parecía haber cambiado en ella.