Jack_Botas

19/12/2010 02:50:21

Vientos de cambio para las alas del fénix

*Las velas de la sala de juicios de Arion casi se habían consumido. El olor a legajos y cera derretida inundaba la sala mientras las primeras luces del alba se colaban por las vidrieras en lo alto. Leobald dejó la pluma con una lentitud reverencial y observó el manuscrito de varias páginas que reposaba en la vieja y sólida mesa de roble de las audiencias. El fénix releyó por última vez los puntos novedosos más importantes del manuscrito del nuevo grimorio:

“-Elfos y semielfos son admitidos, además de los hombres y los asimar.
-Clérigos de la Triada son admitidos, además de los paladines.
-La rama clerical se integra ahora en la orden de caballería. Los cargos de consejero espiritual y novicios ya no serán necesarios, todos seremos caballeros. Aquellos caballeros con inclinaciones a difundir la palabra podrán cubrir estos roles en nuestra comunidad.
-El Fénix habla con una sola voz: contradecirse en público nos debilita. La discusión siempre ha de ser privada.
-Registrar por escrito los informes es un deber: lo escrito permanece y el conocimiento compartido es fuerza.
-Ley de Honores: el hombre de más rango o el más veterano ostenta el liderazgo en caso de duda.
-Consejo abierto: todos los miembros tienen derecho a convocar uno y a hablar en él.
-Los iniciados o escuderos son considerados miembros del Fénix: portar nuestro escudo les expone a nuestros enemigos, si afrontan el riesgo deben también poder participar de la marcha de la orden.”

...Asintió. Había terminado, esperaba que estos cambios sentasen las bases para una orden, más abierta, más ágil, más fuerte. La aparición de Aedan de Tyr, su nuevo Escudo, le había dado fuerzas para culminar la tarea que comenzara cuando le fue otorgado el cargo de maestre, en circunstancias tan penosas. Era el único fénix y le tocaba a él hacer lo necesario. Máxime ahora que el concilio para la unión de el Brazo de los Justos y el Fénix no se produciría nunca, pues los caballeros aliados se habían disgregado hasta desaparecer. Jeanna seguía sumida en su recogimiento autoimpuesto, pero estaba seguro de que lo aprobaría.*

Jack_Botas

19/12/2010 03:24:18

Justa retribución

*El sol estaba alto en el cielo y los sonidos del mercado y la fragua de Donan se colaban por las aspilleras en lo alto de la estancia de los Ocho. Las columnas con los ocho santos de la triada jalonaban la estancia en un eterno mutismo. Leobald esperaba en medio de la cámara una visita especial y querida que la Guardia leal le había anunciado por fin. Los pasos de alguien con armadura sonaron en la escalera de acceso a la cámara y lady Nyrnael de Tyr abrió la puerta. La paladín entró en la sala y se sacudió el polvo del camino. Ambos se saludaron con respeto y una sonrisa fraternal. El caballero habló antes de que la paladín pudiera preguntar por qué había sido llamada.*

-Bienvenida de nuevo hermana en la fe. Como sabéis, no soy hombre de muchas palabras para los asuntos importante así que ruego disculpéis mi brusquedad. Los acontecimientos de los últimos meses no han hecho sino reforzar en mi persona la idea de que es más lo que nos une que lo que no separa… *el caballero hizo un ligera pausa y se mesó el bigote mientras buscaba las palabras* …Soy consciente de que en el pasado quisisteis entrar a formar parte de esta sagrada orden y fuisteis rechazada a causa de vuestra sangre del pueblo de la hojas. Bien, es tiempo que ese particular sea solventado. Vos habéis hecho por el bien en el norte más que muchos y es de justicia reconocerlo. Por lo tanto hoy, ante la mirada de los Padres de la Triada y los Ocho, os ofrezco, no, os pido, amiga mía, que vistáis el escudo que yo mismo defiendo. ¿Me concederéis ese honor lady Nyrnael del Justo?...

Jack_Botas

24/12/2010 17:48:14

Dos mil almas sin pastor

*Sir Leobald oraba bajo el altar mayor del Templo de la Triada. Arrodillado y silente, parecía una estatua más de cuantas poblaban el templo. Los oficios de doce habían acabado hacía unos minutos.*

(... hace meses Señor que elevo esta plegaria hasta vos, sin otra respuesta que cierto consuelo en vuestra fraternal mirada. Yo soy vuestra espada, eso es lo que soy, pero estas gentes necesitan tu palabra. Trato de inspirar tu grandeza y la de la Triada en las almas a mi cargo, más de dos mil, pero temo no estar a la altura. Mis palabras se quedan muy cortas para vuestro mensaje Padre Quebrado y ellos necesitan hechos. Por eso, como cada día desde primavera, os pido de nuevo que dispongáis el camino para que uno de los clérigos tocado por vuestra grandeza nos halle. Necesitamos un prelado acorde con la grandeza de este templo santo tocado en dos ocasiones por la divinidad en sendas y gozosas Anunciaciones. Necesitamos un clérigo, Mi Señor. La palabra de la Triada nos hará fuertes. La batalla de Las Lanzas contra Tiamat ha dado ánimos a corazones tan golpeados como los arionitas, pero temo que otra sombra se cierne sobre las poblaciones junto al Esmel: ogros. Pronto habremos de luchar contra la herejía ogra para subsistir y necesitamos un hombre santo que sepa regar la semilla de la Triada en los corazones de las buenas gentes de Arion. Son buenos hombres y se que con las palabras adecuadas y vuestros milagros por la mano de un nuevo hermano pronto reverdecería la esperanza de que un mundo mejor es posible... Tuyo siempre en la pena y en el gozo del oprimido, valor para soportar, Padre Ilmater).

*El caballero suspiro y se santiguó a la manera de Ilmater antes de erguirse de nuevo y mirar los rostros pétreos de Tyr, Torm e Ilmater en las alturas del ábside. La luz dorada del mediodía bañaba los rostros de los dioses en piedra confortando a sus fieles. El fénix dio tres pasos hacia atrás antes de volverse y salir del templo. Algunos de los feligreses observaron al ceniciento caballero, una niña le sonrió.*

Jack_Botas

26/12/2010 17:10:19

Alzaos Aedan de Tyr, Escudo del Fénix

*La ceremonia de investidura oficial llegaba con algo de retraso, pero siempre era un acontecimiento en la ciudadela y no faltaban curiosos. El Fénix no acogía nuevos aspirantes con frecuencia y todos querían ver al nuevo paladín con sangre de Celestia. Los arionitas se congregaban en el ábside del Templo de la Triada y un leve rumor recorría la cámara. Sir Leobald, vestido para la ocasión, acalló el murmullo con un gesto desde el altar mayor. Un hombre joven y apuesto de plateados cabellos permanecía arrodillado a tres pasos del caballero del fénix.*

-Hijos de Arion y fieles de la Triada. Nos hemos reunido hoy aquí, bajo la mirada de los Padres, para que ellos bendigan el camino que esta persona comienza junto a nosotros. El Quebrado me confirmará si vuestro corazón es puro Aedan de Tyr. Oremos amigos míos.

*El sordo rumor de un rezo conjunto llenó la sala durante largo rato y al terminar el caballero abrió los ojos para encontrarse con los del hombre postrado. Leobald asintió tras un instante.*

-Vuestro corazón se haya sin mácula, no hay mancha de corrupción alguna. Habéis leído el grimorio de la orden. ¿Afirmáis perseguir los preceptos que en él se relatan y las siete virtudes del caballero, Aedan de Tyr? ¿Buscaréis la virtud en el valor, la justicia, la lealtad, la fe en la Triada, la humildad, la generosidad y el honor simplemente porque es lo correcto?...

puxe

29/12/2010 19:32:00

Alzaos Aedan de Tyr, Escudo del Fénix II

[i:0e543303cf]Los feligreses miraban impacente a Aedan, el nuevo escudero del Fenix, esperando una respuesta. Entonces el escudero con una voz poderosa dijo:

Sí, lo haré.[/i:0e543303cf]

Jack_Botas

29/12/2010 20:29:06

Alzaos Aedan de Tyr, Escudo del Fénix III

*Sir Leobald asintió complacido ante la brevedad y contundencia del juramento.*

-Yo, Sir Leobald, Caballero de la Sacrosanta Orden de los Caballeros del Fénix, al servicio de Ilmater el dios Quebrado, con la autoridad que me ha sido conferida, hoy, ante Tyr, os nombro Aedan, Aspirante a caballero de la Orden al servicio de Tyr y Escudo mío. Alzaos y portad con orgullo el escudo de la Orden *Sir Leobald hizo entrega al iniciado del escudo de la orden con gesto solemne.* Honrad los valores de la Orden y que la Tríada os ayude en el camino que emprendéis hoy, pues no será fácil ni agradable. Muchos problemas os acecharán y muchos enemigos haréis, pero sabed que siempre tendréis un lugar al que llamar hogar entre estos muros y unos hermanos que os apoyarán. Un corazón leal y un espíritu fiel.

*Los feligreses entonaron loas alegres a la Triada. Era un día de felicidad para todos.*

_Honor_

31/12/2010 15:01:11

Luz tras las cortinas


[i:8525c8714e]
El caballero abrió las puertas de la demacrada capilla de Berrion y vislumbró el lugar al que se dedicaría en lás próximas dekhanas. La estatua de Ilmater estaba allí frente a él, subida en un pedestal y recibiendo con belleza los rayos que se filtraban por el tragaluz.

Lancel avanzó hacia ella se inclinó sumiso, y empezó a orar en silencio pero con un profuso ferbor interior. Su mente, mientras oraba dibagaba sobre todos los sucesos que habían ocurrido desde su venida allá en las lejanas tierras de Damara.

Había pasado por numerosos imprevistos, peligros, y momentos emotivos. Un cúmulo de cosas que el paladín no esperaba ni tan pronto ni tan rápido. Pero esto no le haría desfallecer, sabía de la necesidad de su empresa en estas tierras donde la corrupción y la vileza eran el pan de cada día un rayo de esperanza legítimo era o que necesitaban sus habitantes.
Y no había oscuridad más dificil de aclarar que la que se esconde entre numerosas capas de fachadas y mentiras.


Pero mientras todo seguía su curso normal, Lancel se dedicaría a aquellos que más lo requerían, los que no se podían valer por si mismos y los repudiados aquellos quienes se les despojó del derecho de vivir en normalidad.
Esperaba con toda fe despertar un rayo de esperanza en los habitantes de las tierras de la intriga, darles la idea de que los buenos actos de las gentes no siempre traín consigo dobles intenciones y fachadas sobre la realidad.

Esperaba todo eso y más, pero en este mundo no valía solo con esperar y rezar, debía actuar y en ello se dispuso.[/i:8525c8714e]

Jack_Botas

31/12/2010 20:47:20

Luz tras las cortinas II

*Un joven barbilampiño entró al templo y se santiguó con rapidez antes de abordar al paladín. Bajo la capa parda con polvo del camino se adivinaba la enseña de los mensajeros de Arion.*

-Disculpad, Sir, ¿sois vos Sir Lancel de Ilmater y el Cáliz de Oro? *ante el asentimiento de Lancel el joven le entregó una misiva lacrada y añadió educadamente* ...es un honor conoceros Sir, esto es para vos *El joven se marchó con una reverencia sin esperar carta de respuesta.*

Jack_Botas

05/01/2011 14:21:24

Dos mil almas sin pastor II

*La luz plomiza del invierno atravesaba las vidrieras allá en lo alto, derramándola un tamiz atornasolado sobre los bancos vacíos del templo de la Triada. El oficio de maitines había concluído y el último de los feligreses se dirigía a la salida. Sir Leobald, permanecía arrodillado en oración como cada día desde hacía meses. Tras elevar su acostumbrada plegaria en pos de un pastor adeuado se irguió y retiró del altar mayor. Se dirigía a la salida cuando sus ojos se posaron en la pequeña capilla de Helm. El caballero observó su mano derecha recordando viejos acontecimientos y acto seguido buscó a Sir Reb con la mirada, sin éxito. Los guardias le habían dicho que habían visto al último de los Justos rezar allí a altas horas de la noche, cuando todos se habían ido.*

(...Amigo Reb, espero que estés bien, la ciudadela no es muy grande, pero basta para huir del contacto de los demás si uno lo quiere así. Espero que encuentres las respuestas que buscas en tu mutismo. No he de pedirte más amigo mio, ya hicisteis demasiado en el pasado. Si queréis aislaros, sea. Espero, sin embargo, que sepáis que siempre tendréis pan y calor aquí en Arion mientras de mi dependa. Siempre os contaré entre mis aliados y amigos. Ojalá encontremos un pastor a vuestra altura para el templo. Quebrado, que no desfallezca.)

*El caballero suspiró con tristeza y salió del templo para encarar sus otras obligaciones*

Reb

07/01/2011 16:20:54

Dos mil almas sin pastor III

*El encuento fue sobrio y alegre. Sir Leobald y Reb de Helm se abrazaron. Hacía mucho tiempo que no se veían y las circunstancias habían cambiado. Reb había estado ausente... y seguía estándolo en cierta forma. No tenía motivos para la alegría, la luz del Brazo de los Justos languidecía ya sin remedio.*

- Aquí siempre tendrás un lugar Reb. Eres necesario. Si lo deseas, tienes un puesto en la guardia de Arion, previa asunción de la ciudadanía.

*La oferta era generosa he hizo que se sientiera acogido; tras la caida de Vado de la Daga, no había pertenecido a lugar alguno*

- Gracias hermano, necesito un tiempo para meditarlo. Tres pilares me sostenían... solo me queda la fe. Pero no es bueno ir por libre, aun cuando sea lo que me pide el ánimo.

*Reb continúo por Arion y acompañó a Sir Leobald hasta Ambar, a presentar sus respetos en las exequias de Duncan de Tymora*

sharkang

10/01/2011 12:43:45

Justa retribución II

Nyrnael ya estaba restablecida de la dura batalla por la liberacion de Berrion. Durante su convalecencia habia reflexionado sobre el ofrecimiento de Sir Leobald.
La sombra de un pasado aun cercano para alguien del pueblo elfico se cernia sobre los pensamientos de la Paladin. Habia formado parte del Brazo de los Justos y el Brazo la habia formado a ella como servidora dle Justo. Abandonar la Orden fue una de las pruebas mas duras a las que se habia enfrentado.
Ahora el Brazo habia perdido su fuerza de antaño. Sus hermanos de fe, muertos o retirados del servicio activo.
Tras abandonar la disciplina de la Orden Nyrnael habia servido bien a su Señor y creia que podia seguir haciendolo.
La aliada del Fenix no estaba preparada para formar parte de otra Orden, no al menos por el momento.

Jack_Botas

03/02/2011 01:57:53

Justa retribución III

*Leobald se sentó abatido en banco de piedra del atrio. La negativa de Nyrnael había afectado al fénix más de lo que este hubiera admitido. Había albergado secretamente la esperanza de compartir con la paladín elfa los pesos de la marcha de la orden y, quizás algún día, verla salir poco a poco de la decadencia en que parecía haberse instaurado sin remedio. Ahora sabía que no sería así y tal certeza lo había golpeado duramente.*

(...bien, si es estes el destino de esta santa orden, la agonía, sea. A ti me encomiendo, mi dios Quebrado, para hacer cuanto esté en mi mano para rubricar un final digno de la misma y, quizá, plantar la semilla para la génesis de algo nuevo. Ya veremos. No es tiempo de pensar en ello, los ogros están a las puertas y mis aliados claman sangre sin pensar en las consecuencias. Si el Fénix no puede defender Arion por si solo al menos dadme valor para dar ejemplo en la virtud de honor.)

*El caballero se ciñó la espada al cinto y dejó el atrio en dirección a la sala de juicios no sin desviar la mirada al pasillo de las Celdas del Silencio donde la Gran Maestre permanecía recluida desde hacía ya más de un año. Esperaba que estubiera bien.*

Jack_Botas

04/02/2011 17:10:06

Los ogros de Shozillis
Espadas a los caminos. Primer combate.

*Leobald pasaba revista a las tropas antes de la batalla justo después de la instrucción matinal. Hombres duros y veteranos de Las Lanzas junto a jóvenes barbilampiños que suplían su experiencia con el arrojo de quien defiende a los suyos.*

-Algunos de vosotros creéis que esta decisión es temeraria y no os quitaré razón, pues las murallas de Arion son solidas. Sin embargo hemos tenido noticias de que el enemigo pronto recibirá refuerzos así que este ataque es importante y necesario, antes de que los ogros consoliden su posición con más tropas. Espadas a los caminos, fe mediante, El Fénix y la Guardia Leal estarán a la altura de las circunstancias. Los veteranos proteged a los nuevos, llevarán aceite para lanzar a las empalizadas y las máquinas de asedio. ¡Valor en la Triada soldados!
-¡Valor! *el clamor de la tropa recorrió el patio de armas*
-¡El Quebrado os guarde! Romped filas.

*La tropa se dispersó y el caballero se dirigió al templo a pedir por la empresa a acometer.*

...

*Dos días despues, los soldados de la Guardia Leal de Arion tomaron posiciones en las defensas levantadas en la entrada del ducado. Veteranos de las Las Lanzas junto a jóvenes y motivados soldados se apostaban tras las barricadas con las ballestas dispuestas. Leobald, a caballo, parlamentaba con el consejero Páskinel unos metros por delante de la barbacana. La barda de su caballo y la capa nívea resplandecían bajo la luz mortecina de la mañana. Los caballeros Nyrnael y Reb le acompañaban. Los hombres se sentían confortados por la presencia de los paladines aunque sabían que el enemigo era temible. Leobald asintió a Paskinel y el elfo marchó.*

-¿Qué dicen? ¿Cuando empieza esto? *dijo uno de los soldados jóvenes*
-Shhh, ultiman órdenes, somos varias fuerzas y el campo de batalla es grande. Esto es normal. *respondió un soldado de rostro curtido*
-¿Quien más participará? *dijo el joven tras un rato de silencio*
-Creo que mercenarios, no estoy seguro. Y ahora cállate, quita el seguro a tu ballesta y asegúrate de tener cerca el carcaj de virotes y la lanza. Sir Leobald sabe lo que hace, muchacho. *sentenció el soldado veterano*

*Duzdin apareció de la nada e intercambió algunas palabras con el grupo de mando antes de desaparecer de nuevo*

-¿Ese era el consejero Mágico verdad? *volvió a preguntar el joven*
-Sí. *respondió secamente el veterano*
-¿Es verdad lo que se cuenta? … *el soldado joven no obtuvo respuesta de su compañero* ...Nunca lo había visto... Me alegro de que participe en esto, toda ayuda es poca.
-Cuidate de fiarte de los magos, muchacho, te irá mejor. Y ahora calla de una vez. Creo que han acabado. *apostilló el soldado veterano*

*El aprendiz de Duzdin pasó de camino a la Torre y Leobald espoleó su montura para dirigirse a la tropa. Su rostro era serio y decidido, distinto al semblante triste que solía ofrecer. El caballero cabalgó a lo largo de la barbacana pasando revista a las tropas. El escudo del fénix arrancaba destellos al sol y el caballero parecía más gallardo que de costumbre.*

-¡Hombres de Arion! ¡A llegado al hora de defender nuestra tierra! Cada palmo de esta tierra es parte de vosotros. Ilkara y sus ogros son una ofensa para todo en lo que creemos y ansía este ducado. El curso de los acontecimiento nos obliga a cambiar de estrategia, guardad vuestro aceite, no lo usaremos hoy. Hoy demostraremos que aun hay hombres que son el escudo de Arion ¡La Triada mediante! *el caballo levantó los cuartos delanteros con un relincho* ¡Defenderemos lo que es nuestro en nombre del bien en el norte! Dragones en el cielo o una distracción similar serán al señal de que todo comienza. No habéis de alarmaros, es parte de la magia del consejero Duzdin y su aprendiz. Nuestra misión, por el momento, será la de blindar la retirada de un grupo que atacará desde el sur y asegurar que ninguno de nuestros enemigos penetra en el ducado. ¡Defender la posición o morir! ¡Valor amigos y prevaleceremos! *el caballero desenvaino la espada y a elevo por encima de su cabeza* ¡Por aquellos que sufren la tiranía de los poderosos!¡Valor y temple, hombres de Arion!
-¡Valor! *el bramido se extendió por las lineas y el coraje invadió los corazones de los soldados, que se aprestaron en sus posiciones*

*Leobald, Nyrnael y Reb se adelantaron con un grupo reducido fuera de las lineas hasta perderse de vista. La tropa se maravilló con los dragones y apretaron sus armas volviendo la vista a la entrada del ducado. En lo que parecieron horas los hombres esperaron noticias del grupo avanzado. Columnas de humo se elevaban a lo lejos, en la encrucijada con el camino del Comercio.
De pronto los heridos comenzaron a llegar. El grupo de veteranos retrocedía poco a poco descargando sus ballestas mientras algunos de ellos empuñaban lanza y escudo para cubrir a sus compañeros. Los mercenarios se replegaban. Leobald cabalgaba a lo lejos blandiendo acero junto a los últimos del grupo. Algunos veteranos arrastraban penosamente a compañeros ensartados por flechas. Grupos de los soldados de Ilkara los perseguían. La Guardia leal esperó disciplinadamente la orden del capitán Lance.

-¡Ballesteros, prestos! ...¡Ahora! *gritó el capitán Lance cuando Leobald y Azhmel, los últimos del grupo, hubieron pasado*

*Una lluvia de virotes tras otra cayó sobre el enemigo. Los veteranos empuñaron las lanzas para acabar con los que se acercaban a la barbacana apoyados por los los caballeros y los mercenarios una vez atendidos. Defendieron la entrada con valentía durante largo rato hasta que pudo se cerrada. La sangré regó el suelo de Arion. En enemigo finalmente desistió en su ataque, sin duda siguiendo ordenes precisas.
Muchos guardias leales habían sido heridos y los hombres estaban cansados, pero el número de víctimas había sido minimizado.*

-¡Bien hecho hombres de Arion! ¡Hoy hemos hecho retroceder al enemigo! *el caballero estaba maltrecho y la sangre salpicaba sus vestiduras alrededor de varios cortes profundos.* ¡Bien hecho mis valientes! ¡Las máquinas de guerra de Ilkara la usurpadora han sido destruidas casi en su totalidad!... Pero esto no ha acabado, los heridos que vuelvan a la ciudadela, Sir Lancel os atenderá en la Casa de la convalecencia. Los que hayan combatido que sean relevados por los que no llegaron al combate.

*Leobald miró con tristeza el campo de batalla y dio las ordenes pertinentes antes de dejar el campo de batalla para preparar el siguiente consejo. Los mercenarios del Cuerno bramante acamparon junto al resto de la tropa.*

Jack_Botas

12/02/2011 13:59:54

Los ogros de Shozillis II
Escudos en el ducado. Segundo combate.

*Las medidas para la defensa y repliegue del puesto avanzado a la siguiente posición se ultimaban a toda prisa. Leobald cabalgaba aquí y allá supervisando cuanto era menester. Una zanja poco profunda había sido cavada por detrás de las barricadas. El somero surco de un palmo y un metro de sección recorría todas las defensas del puesto avanzado. Había sido llenado con leña seca y regada con aceite. En caso de tener que replegarse, cosa que sin duda ocurriría dada la abrumadora superioridad numérica del enemigo, esperaba que el fuego y el humo fueran cortina suficiente para llegar a la siguiente posición a la carrera sin ser blanco de los arqueros. Las tropas estaban al corriente, todos sabían que tras el aviso de retirada del cuerno de oficiales, habrían de correr por sus vidas, los ballesteros de la siguiente posición los cubrirían. Leobald revisaba la leña de cerca.*

(...Espero que haga suficiente humo. Si Duzdin estuviera aquí quizá supiera de algún polvo mágico par tal fin. ¿Dónde estará? Espero que acuda al consejo, si es que el enemigo nos da cuartel para ello. Es extraño que no hayan atacado ya.)

*Leobald volvió a montar y se dirigió a la siguiente posición, sobre el repecho de acceso a los aledaños de la ciudadela, la Torre y el molino. Dos equipos de ballesteros montaban guardia sobre la loma. Ellos defenderían a los soldados en retirada. Los veteranos de Las Lanzas al cargo de sendos equipos saludaron al caballero. Tras ellos, las barricadas levantadas esta vez eran más sólidas en el puesto avanzado. Sacos de arena habían sido apilados para proteger los soldados de los arcos enemigos. El paso era más angosto y la altura ofrecía una buena visibilidad a los ballesteros. El resto de veteranos de Las Lanzas dirigían a cuatro equipos de ballesteros que primero dispararían contra el enemigo y, cuando el enemigo se acercase demasiado, se darían el relevo con los lanceros para disparar por encima suyo.*

(...Les contendremos aquí tanto como sea posible; si el consejo consiente. Si cae este emplazamiento habremos de retirarnos al puente, donde aun no han acabado de montar las barricadas. Si cae esta nueva posición es muy posible que perdamos los campos de cultivo y hayamos de refugiarnos en la ciudadela. El asedio sería entonces una condena real. Quebrado no me dejéis desfallecer.)

*El caballero se mesaba el bigote preocupado*

...

*La espera se hacía larga, el enemigo se movía más allá de las barricadas del puesto avanzado, tomaba posiciones, pronto atacaría. Nyrnael trataba de enardecer a las tropas enarbolando el pendón del Justo. Los aliados se había reunido junto a las defensas: Norfindel, Azhmel, Estenion, Lady Nyrnael, Sir Lancel, Sir Reb. Sir Leobald les explicba el plan de batalla: defender las posiciones, replegarse defensivamente y férrea resistencia junto al puente.*

-¡Avanzan Sir! *gritó alguien*

*En efecto avanzavan, lenta e inexorablemente. Ogros y humanos con las armas prestas. Una ofensa para el mundo libre y la Triada. De pronto todos se retiraron y corrieron hacia atrás. El caballo de Sir Lancel corcoveó y Sir Leobald apenas tuvo de tirar de las riendas del suyo antes de que Lady Nyrnael gritara:*

-¡Al suelo!

*Una llama cayó de los cielos e hizo saltan por los aires las barricadas. Una lluvia de astillas incendiadas envolvió las tropas de Arion. Maldiciones surgieron de las gargantas de los guardias leales para las madres de los magos enemigos. Apenas habían rehecho la línea cuando los de Ilkara les cayeron encima. Contuvieron a duras penas la primera oleada. Tabris conjuraba sin cesar y Estenion y Azhmel se movían con agilidad entre los enemigos. Los caballeros defendía la vanguardia hasta que la segunda oleada rompió la linea. Cada vez eran más y no dejaban de llegar. Soldados bien entrenados y ogros sedientos de sangre. Todo se volvió un caos. Leobald retrocedió hasta una elevación e hizo sonar el cuerno de oficiales, la señal acordada para la retirada. Rescató una varita de su cinto e implorando a Ilmater una columna de llamas encendió lo que quedaba de la zanja.*

-¡Retirada! *gritaba el caballero en el fragor de la batalla*

*Los hombres corrían a la siguiente posición al abrigo del humo de las glándulas de araña, las flechas enemigas no les alcanzaban, el humo y el fuego hacían su trabajo. Sin embargo, muchos enemigos habían cruzado las líneas antes de encender la pira.
El grueso de la tropa arionita se retiraba a la siguiente posición entre sangre y acero. Caían y se levantaban con la ayuda de los dones de Sir Reb.
En la siguiente posición solo Tabris aguardaba.*

-¿Dónde están el resto? *preguntó Sir Leobald*
-Fuera *respondió el hechicero*

*Sin mediar más palabras Leobald reuni´ó a un grupo de arqueros y regresó para cubrir la retirada del resto de aliados. No habían oído la señal o no habían podido replegarse. Lancel, Nyrnael y Reb luchaban valientemente por separado. Sir Leobald llamó a retirada un vez más. Los arqueros les cubrían. Los ogros y los soldados cayeros sobre el pequeño grupo. Cayeron se levantaron de nuevo pero alcanzando todos por fin la siguiente defensa.
Sin apenas descanso los enemigos volvieron a caer sobre los aliados. Eran demasiado y estaban frescos, debían ser el relevo. Eran demasiados.*

-¡Retrocedemos al puente! *gritó Sir Leobald, que hizo una seña a los ballesteros de la muralla sur de la ciudadela para que los cubrieran.*

*En las murallas los ballesteros se prepararon para descargar una tras otras andanadas de virotes. Ogros caen enterrados en astas emplumadas de ocas de Arion. El enemigo dio un ligero respiro y los soldados de la Alianza consiguieron llegar al puente.
Los aliados se reunieron en al boca del puente y defendieron la posición ferozmente. La barrera mágica de Duzdin brillaba a sus espaldas, sobre el puente, los ogros no podrían pasar si al final tenían que retroceder a al ciudadela. El combate fue eterno, el grupo de defensa se vio separado. Muchos hombres buenos dejaron la vida aquí. Si caían en el puente caerán los campos, todos lo sabían. A pesar de todo el valor no es siempre suficiente, eran demasiados.
¡Nyrnael había sido rodeada! Se batía con maestría y valor encendiendo los corazones de los aliados. Atacaron, rompiendo el cerco a acero y sangre, para retroceder de nuevo. Demasiados enemigos. Leobald cayó de nuevo, pero poderes divinos lo trajeron de vuelta una vez más. Los ballesteros de las almenas hacían presa en los enemigos, pero siempre parece haber un nuevo soldado tras cada uno que cae. Sir Leobald se batía en medio del puente*

(...El acero pesa en el brazo, la sangre ha tornado carmesí mi manto, el cansancio comienza a hacer mella, la sangre amiga es viscosa y el puente resbala. Sujeto firmemente la espada de nuevo y asesto mandobles de nuevo, una y otra vez. Un, dos, tres, cinta mandoble escudo y vuelta a empezar, los defensa es maquinal, disciplinada, casi no he de pensar, mi cuerpo está al límite, lo noto. Ahorro fuerzas, minimizo lo movimientos, espero, ya llegan de nuevo: un, dos, tres, finta mandoble, escudo. Un velo rojo nubla mi visión. Hace horas que combatimos. ¿Es esto nieve? Debe serlo, aunque no siento el frío... Duzdin, debe haber comenzado...)

*A lo lejos una tormenta negra como el Abismo descargaba piedras y frío sobre el centro del ejército enemigo. Los propios hombres de Arion comenzaron a acusar el frío gélido e hiriente*

(...Suficiente, esto es insostenible. Los dioses nos ayuden, comienza le sitio...)

-¡A la ciudadela! ¡Retirada! ¡Todos a dentro! *bramó tan alto como pudo antes de que un certero golpe lo noqueara de nuevo. Sus hombres lo llevaron tras las murallas.*

*Con un sordo crujido el rastrillo bajo y el puente levadizo abrió un abismo entre los ogros y los arionitas. Arion cerró sus puertas dando comienzo el sitio del santo lugar.*

Jack_Botas

06/03/2011 15:19:45

Los ogros de Shozillis III
Asedio. Primeras semanas.

El fénix caminaba entre los arionitas que habían encontrado cobijo en el salón de entrenamiento del alcázar del Fénix, ahora convertido en hospital y hospicio. La cámara del estaba atestada de familias. Sir Reb atendía a los heridos en el área destinada a hospital en ese momento sin percatarse de su presencia. No le molestó. Dos muchachos de unos diez años, que jugaban con espadas de madera, se acercaron al paladín.

-Señor, Sir Thomas Muertedeldragon y Sir Wilfred el Poderoso se presentan para la batalla. *dijeron joviales al tiempo que levantaban sus espadas de madera* ¡Daremos un buen escarmiento a esos ogros! ¡Por la Triada!
-Dejad en paz a Sir Leobald, hijos, id a jugar a otra parte *les reprendió una mujer joven, de ropas humildes y con el rostro sembrado de preocupación. Los chicos pusieron pies en polvorosa entre los camastros* Lamento la.. lo siento Sir, son solo niños... *se disculpaba la mujer*

*El caballero restó importancia al asunto con un gesto de la mano*

-No os preocupéis, dama. La Triada los guarde de conservar su entusiasmo y vos para cuidarlos. El mundo necesita de corazones nobles. Cuidad de ellos, aquí o en cualquier otro lugar, si es vuestro deseo. *la vergüenza asomó a los ojos de la mujer, que retiro la mirada. El caballero suspiró y tomó la mano de la mujer con paternalismo* No os avergoncéis por haber firmado la lista para Duzdin. Antes que arionita sois madre. El Quebrado os bendiga.

*Sir Lance paso junto a ellos para llevar unas vendas a Sir Reb. Los caballeros se saludaron brevemente y la mujer retiró su mano de las de Leobald y se retiró apresuradamente con una gesto de gratitud, algo aliviada. Leobald observó la sala una vez más antes de marcharse*

(…Quizá todos deberían buscar fortuna en otro lugar. El Quebrado me de valor para soportar verlos partir..)

Jack_Botas

31/03/2011 20:58:11

Crisis de sanación
Exhorcismo de Ersel

*Leobald caminaba a prisa llevando a Ersel en brazos. Duzdín les seguía de cerca. La dama elfa estaba pálida como la cera y su cuerpo pesaba tan poco que Leobald tenía miedo de que se rompiera antes de llegar al templo. La pareja de guardias que habían custodiado a la elfa se miraban con inquietud sin saber que diablos pasaba.*

-Buscad a Sir Reb *dijo el fénix a los guardias* Llevamos a la dama a la capilla de Helm. ¡Presto!
-Prepararé el círculo *añadió el viejo mago con determinación*

*Leobald depositó con sumo cuidado a la fragil Ersel sobre el altar de la capilla de Helm del Templo de La Triada. La dama, apenas consciente, estaba al borde de la extenuación. Parecía mentira que hubiera intentado morderlos como un animal salvaje hacía solo unos momentos. El paladín ungió la frente de la elfa con agua bendita y llevó el frasco a sus amoratados labios. La elfa tiró a un lado el vial con una fuerza que sorprendió al caballero, a todas luces sobrehumana.*

-¡No! ¡Basta! *gritó la elfa* ¡Duele!
-Habéis de beber, y beberéis *aseguró con firmeza el caballero mientras se hacía con otro frasco* no os dejaré caer. Las lágrimas de Ilmater os limpiarán. Soldados, ayudadme *dijo a los guardias que venían ya de avisar a Sir Reb*

*Leobald, esta vez sobre aviso, llamó los dones del quebrado y sus músculos se tensaron para sujetar a la elfa y hacerla tragar el agua bendecida. En cuanto bebió el primer sorbo, el cuerpo quebradizo de la dama fue presa de violentas sacudidas que habrían partido a un hombre sano por la mitad. Leobald trataba de sugetarla con para que no se lastimase. Al poco las convulsiones cesaron. Ersel yacía desmadejada sobre el altar a Helm, visiblemente exhausta.*

-Será mejor que los dispongamos todo *dijo Duzdin que había terminado con los preparativos preliminares*

*Leobald asintió al mago y volvió recoger a Ersel para llevarla ante el altar mayor, al medio del círculo de protección que Duzdin había dispuesto. Allí, con suma delicadeza, el paladín ató las muñecas de la dama con tiras extraídas de su propia camisola de caballero, previamente empapadas en agua bendita. Una última venda húmeda haría las veces de mordaza por si la elfa trataba de morderles de nuevo. Sir Reb llegó por fin a toda prisa vistiendo el hábito de Helm. Sin mediar más presentación que una mirada complice y severa, tomó las riendas del ritual de sanación. Los paladines jalonaron el circulo mágico y comenzaron a rezar desde el recogimiento. Las voz de Sir Reb llenaba el templo con la santa palabra. Ersel se retorcía de dolor a cada palabra.*

-Helm, ayudala a encontrar el camino de vuelta. Devuelve la voluntad que le fue negada por nefandas manos *dijo Reb elevando la voz y derramando los dones de Helm sobre el círculo mágico*
-Quebrado, proteged a esta alma noble del mal que la acecha. *añadió Leobald* Bendecid su regreso de las tineblas a la luz *los dones de Ilmater se derramaron también sobre la Elfa.*

*Los paladines rezaron las viejas oraciones de protección y exhorcismo duranete largo rato. Con una última letanía callaron y un silencio plácido dominó la estancia por unos momentos. Los caballeros permanecían con los ojos cerrados. Ersel comenzó a moverse tratando de llevarse las manos a la boca. Sir Reb se acercó para incorporarla y Sir Leobald hizo lo propio para retirar la mordaza y las ligaduras. Apenas le hubieron retirado la mordaza, la dama se dobló sobre sí misma en un estertor para vomitar una pasta negruzca y viscosa. Vomitó y vomito hasta escupir bilis.*

-Gracias... *masculló la elfa con un susurro de voz mientras miraba a Reb con los ojos entrecerrados por el esfuerzo*
-Descansad *repuso Sir Leobald* concentrad vuestros enfuerzos en reponeros.

Jack_Botas

16/06/2012 18:18:01

El fénix vuelve al nido
Vuelta a Arion tras la batalla de las Estrial y ayudar con el mytal del Weldaz

*El centinela de Arion se cuadró al ver regresar al barón. Una vez hubo pasado una plegaria agradecida a la Triada traicionó su pose marcial por unos momentos. Quedaba poco para el alba.

Lord Leobald cruzó el puente levadizo de su amada Arion por fin, después de tantos días de campaña en las Estrial y los asuntos del Wéldaz. Esta vez volvía para quedarse. La armadura y la capa gris del fénix parecían tener cien años y las marcas de sangre seca salpicaban aquí y allá su vestimenta. Los guardias leales de la muralla se cuadraron a su paso. El caballero devolvió el saludo agradecido y orgulloso de la labor de los leales.

El fénix presentó armas frente al altar del Templo de la Triada y se encomendó a ellos para poner en orden la ciudadela, llorar a los muertos, honrar su memoria e infundir valor a los vivos para los días que habrían de venir. El murmullo de sus oraciones flotó en las bóvedas hasta que los primeros rayos del sol asomaron por las vidrieras.
Lord Leobald se irguió torpemente y dejo el templo en dirección al portón de entrada de al ciudadela

El fénix los saludó a todos la calidez de un familiar y les agradeció su labor en estos días de ausencia. Era temprano, pero la ciudadela comenzaba a desperezarse.
El caballero atravesó el patio de armas y visitó en sus puestos a los guardias leales restantes. La tristeza en ellos por la pérdida de leales en la campaña de las Estrial era demasiado cercana y el caballero quiso compartir sus primeras horas en la ciudadela con los sus hombres, aliviar el peso de la pérdida de compañeros y amigos, alabar el honor de los caídos, la necesidad de la lucha, la gloria de la victoria y ensalzar el ejemplo de los que lucharon en nombre de Arion contra el enemigo Ogro y las fuerzas de Auril.

..De nuevo en las sala de audiencias de Arion, el caballero repasó los despachos y se puso al día con los asuntos de la ciudadela. Los nacimientos, los bautismos, el estado las cosechas y las arcas de Fenix. Con pesar, actualizó el censo de la Guardia leal y dispuso una modesta pensión a las viudas hasta la mayoría de edad de los hijos huérfanos. La dura tarea de hacer oficial la pérdida a las compañeras de los soldados se la reservaba para él, el Quebrado les daría alivio. Arion bajó sus banderas a media hasta durante tres días y celebraría exequias por los caídos en la solemnidad de Templo. Los Veteranos serian reconocidos con la insignia al valor y su gesta en al batalla del Paso del Estrial seria recordada junto a los hombres de la batalla de Las Lanzas.

El barón estaba de vuelta. Arion sería la prioridad ahora. Arion había pagado su ayuda a Ambar y Berrion muy cara y era tiempo de ocuparse de los suyos. El Wéldaz había desmostrado ser de poco fiar salvo honrosas excepciones. El caballero aun no podía creer que fueran capaz de aliarse con la nomuerte, no podía que creer que un pueblo tan viejo y sabio en apariencia hubiera cometido tal error. Tan solo los enanos habían demostrado estar a la altura de la aliaza con el Fenix y aun había algunos de ellos perdidos en las Nubladas a merced de los Orcos. Arion les debía mucho y debían hacer honor la vieja alianza.*