H_a_p_l_o

09/05/2011 12:29:25

Isk abrió poco a poco los ojos. La cabeza le daba vueltas y notaba un sabor acre en la boca. Tras parpadear unos segundos, consiguió finalmente centrar su visión. A su lado alguien parecía dirijirse a el, le preguntaba cómo estaba..., quizás , su cerebro todavía pugnaba por tomar el control.

Paseó la vista a su alrededor y pudo ver que no estaba solo. Fue examinando a aquellos cercanos a el y a medida que la neblina en su cabeza se despejaba distinguio varios rostros conocidos. Tabris, Dylan, Ersel, Alith y algunos otros que había visto pelear en sus filas, aunque no pudiera decir sus nombres.

La lucha..sí, es cierto... Nunca había participado en una batalla. La cacería en los túneles no le había preparado suficientemente para esto. Recordaba la confusión, la sangre de los guerreros regando la tierra mientras aquellos encapuchados envolvían el campo de batalla en una vorágine de magia asesina. Amigo o enemigo parecían iguales para ellos mientras azotaban con fuego a unos y otros sin miramientos.

Vio a sus compañeros dispersarse y agruparse continuamente y a si mismo saltar entre bolas de fuego y hechizos de marchitamiento, mientras intentaba renovar protecciones o incrementar la magnitud de ese infierno sin dañar a sus propios aliados.

Y entonces, todo se vino abajo. Alguien gritó avisando de que el ejército se les echaba encima, pero abotargados por horas de combate reaccionaron demasiado tarde. Con la llegada de los refuerzos los combatientes se dispersaron y fueron rápidamente acorralados. Intentó zafarse de varios ogros que se le echaban encima, creyo que podría quizás correr lo bastante rápido...pero no fue suficiente. Un resplandor estalló a su alrededor y luego...solo oscuridad.

La cabeza le había dejado al fin de latir. Le dolía la parte izquierda de la cara, probablemente se la golpeó al perder el conocimiento. Por lo demás, aparte de estar golpeado por todas partes no parecía haber nada roto. Se masajeó las piernas con cuidado y se incorporó poco a poco para examinar el lugar donde se encontraban. De las conversaciones de sus compañeros dedujo que habían sido capturados y encerrados en algún tipo de confinamiento temporal. Al parecer, la magia no funcionaba allí dentro y en vano busco nada que pudiera ayudarle a escapar. Todas sus pertenencias habían desaparecido.

Hacía rato que no se oía nada. Los temblores que se habían dejado sentir hace un momento finalizaron y la calma parecio posarse sobre el lugar. Isk se preguntaba si el resto de sus compañeros estarían en ese momento vivos o muertos. Le costaba contenerse y no empezar a hacer preguntas, pero decidió que no era el momento. Muchos allí dentro estaban cansados y confusos como él mismo. Era tiempo de aprovechar el respiro que disfrutaban y recuperar fuerzas. Lo que estaba por venir de seguro no sería agradable.

ojos

09/05/2011 13:47:47

Habían llamado a repliegue y retirada. Mientras huían Saira intentaba lanzar alguna flecha hacia atrás, a ver si daba a alguno de esos ogros. De repente se incorporó atontada, no sabia donde estaba como había llegado allí ni por qué. Pronto reconoció voces familiares, no estaba sola. Al parecer les habían encerrado y les habían quitado sus armas y equipos. ¡El bastón también! necesitaba su bastón. Se empezó a poner nerviosa, pero Ersel la ayudó y la tranquilizó.

Sin previo aviso, Saira cerró los ojos y comenzó a hacer unos extraños y lentos movimientos con los brazos, mientras inspiraba aire, hasta quedarse en una posición de arte marcial de concentración y como preparada para un ataque. De improvisto, dio una sorda palmada justo delante suya, soltando todo el aire que había inspirado, se quedó unos segundos inmóvil, aun con los ojos cerrados. Tras esos segundos, abrió los ojos y sonrió, volvió a sentarse junto a su amiga y pasó el resto de las horas cuchicheando con Ersel de sus cosas, con la mirada perdida.

chivoloco

09/05/2011 14:36:07

Había llegado del día, las gentes de bien y aventureros con ansias de fama y oro se citaron cerca de la mina de los enanos, para acabar con ese ejercito de ogros y humanos que asediaba Arion.
Tal y como le había dicho a Ersel horas antes, Veloz estaría allí, dispuesto a luchar por las gentes de Arion, sus antiguos aliados.

La cosa no empezaba muy bien, allí no había nadie, y llegó a pensar que lucharía solo contra todo un ejercito, pero al poco tiempo apareció un humano, Azhmel era su nombre, poco después varios enanos, incluido su rey y algunos elfos, los cuales se cubrieron el rostro, cambiaron sus ropajes habituales y evitaron las flechas artesanales para no relacionar a la arboleda con la batalla que estaba apunto de comenzar.
Veloz se llevó una grata sorpresa al comprobar que se había reunido un buen grupo de valientes aquella tarde, al fin y al cabo todavía había esperanza para el mundo si humanos, enanos y elfos podían luchar codo con codo por una causa común.

El ataque comenzaría al ponerse el sol y a medida que se acercaba el ocaso los nervios iban en aumento, caras de preocupación, manos sudorosas, golpecitos en el suelo con el pie, necesitaban comenzar a luchar, la espera era angustiosa. Y entonces aparecieron unas luces en el cielo, la señal de entrar en acción, avanzaron a toda prisa y se encontraron a los ambaritas enzarzados en una cruenta lucha contra el ejercito, les superaban en numero, pero los refuerzos hicieron que se la contienda se decantara a favor de los aliados de Arion.
Veloz luchaba junto a los enanos, danzando a su alrededor golpeando a los enemigos y esquivando la mayor parte de los golpes gracias a su movilidad y rapidez. Por detrás los arqueros cosían a flechas al enemigo mientras se acercaba y los arcanos y sanadores prestaban su ayuda con sortilegios de curación y ayudas mágicas. Cuando veía que alguien luchaba solo, Veloz corría a su lado y ayudaba en el combate para acto seguido volver a correr hacia un nuevo enemigo. Sin sufrir ninguna baja, acabaron ese primer combate contra las fuerzas de retaguardia del ejército.

Se reagruparon, comprobaron que estaban todos en disposición de continuar luchando y avanzaron hacia Arion, el siguiente obstáculo no seria tan sencillo de superar, ahora había magos y arqueros que cubrían a las tropas de a pie y eso hizo que tuvieran que retirarse momentáneamente a una posición mas segura para planear la estrategia.
Finalmente avanzaron y entablaron combate, esta vez fue mas cruento y hubo algunas bajas, aunque por suerte pudieron traerlos de vuelta los clérigos. Prácticamente habían acabado con todo el destacamento de retaguardia cuando un arcano escapó y puso en alerta al grueso del ejército. Ahora empezaban los problemas, una enorme cantidad de enemigos avanzaba contra Veloz y sus aliados, y comenzó el caos, todos corrían sin saber bien que hacer, las flechas del enemigo volaban por todas partes, miraran a donde miraran algún aliado estaba en problemas y los arcanos marcaban la diferencia con sus sortilegios. Al poco tiempo Veloz estaba inconsciente en el suelo, como él numerosos aliados también abatidos por el ejército, pero de nuevo apareció Azhmel y le levantó mientras le decía que corriera hacia posiciones más seguras.

Faltaban muchos de los aliados, o estaban desperdigados por la zona o abatidos, pero el ejercito continuaba avanzando contra los guerreros que habían ido en ayuda de Arion, así pues la batalla continuó esta vez alejada de las murallas de Arion, a Veloz no le quedó mas remedio que sacar las kamas, tal vez alguien podría reconocerle por sus armas, pero si quería vivir necesitaría de todo su potencial.
Observó que uno de sus amigos elfos estaba tendido en el suelo, cerca de él numerosos magos y arqueros y sus aliados retirándose hacia la mina enana. No podía dejarle allí, no a ese elfo, así que Veloz cargó contra los arqueros mientras los arcanos lanzaban todo tipo de sortilegios contra él. Se movía más rápido todavía, asestando cortes con sus kamas a diestro y siniestro y consiguió acabar con todos los arqueros ogros, pero los arcanos llevaban sus protecciones y eso es lo único que podía afectar a Veloz, así que comenzó a correr, buscando a aquellos a los que se les habían disipado las protecciones, lanzaba algunos tajos y volvía a correr, todos le seguían, pero Veloz era mucho más rápido.
Llegado el momento oportuno corrió hacia su amigo y con el único pergamino que tenía, obsequio de Azhmel, le levantó volvió a cargar contra los magos para darle tiempo a huir. Entonces se vio rodeado, numerosos lanceros se agolpaban a su alrededor cerrándole la ruta de huida, tendría que vencer o morir, no había otra salida.
Sus movimientos eran rapidísimos, así conseguía fintar o interponer sus kamas a las espadas y lanzas del enemigo, solo escuchaba el chillar de acero contra acero y algún grito de dolor cuando conseguía alcanzar a alguno de sus rivales. En uno de esos ataques abrió un hueco por donde se lanzó rodando por el suelo y corrió hacia la mina enana mientras sus enemigos le perseguían para darle caza.

Ya en las cercanías de la mina, todo fue más sencillo, el elfo al que había levantado le ayudo a frenar al enemigo y los enanos, sintiéndose ofendidos por estar escondidos como unas damiselas mientras los elfos combatían, salieron de su mina blandiendo sus armas, allí se frenaron todas las acometidas del enemigo… ahora había que asegurarse de que todos habían regresado a sus hogares.

Rugrim

09/05/2011 14:45:05

Los enanos estaban listos. Rugrim habia conseguido una fuerza de unas pocas decenas de enanos listos para luchar y matar ogros. Su idea era atacar al ejercito ogro mientras estaban centrados en las murallas de Arion y romper su retaguardia. Sin embargo los guerreros de Ambar tenian otro plan, pretendian colarse en el mismisimo ejercito.

El Rey enano intento convencer a la joven gobernadora de la ciudad humana de que su plan no iba a funcionar, no lo consiguio.
El resultado fue el esperado y no consiguieron infliltarse. Además, obligaron a los enanos a ir en su ayuda, provocando la perdida del factor sorpresa.

Una vez eliminado ese campamento, se decidio seguir con la carga hasta que la batalla se complicara demasiado.Los cuernos enanos resonaron por encima de cualquier otro ruido o grito de la batalla y provocaron el efecto inicial deseado. A pesar de ello, los ogros opusieron una gran resistencia.

Cuando parecía que el grupo iba a conseguir llegar hasta los acantilados, algo ocurrió e hizo que los ogros se centraran en la nueva amenaza. Rugrim lo tenía claro, era el momento de retroceder. Retrocediendo despacio pero sin romper filas, Rugrim y sus camaradas mas cercanos consiguieron llegar finalmente a la entrada de la mina, donde se produjo otra batalla encarnizada, donde los ogros no tenian la mas minima oportunidad de salir victoriosos.

El enano establecio una linea defensiva a la espera de que regresaran mas supervivientes y evitar que mas ogros y sus aliados atravesaran la defensa.

Erinkai

09/05/2011 19:02:54

Viendo que la batalla era cada vez más encarnizada, y que lo único que podía ofrecer a sus camaradas era un amigo más del que preocuparse, cuando Estenion hizo que recobrara el sentido hizo lo único que sabía que podía marcar alguna diferencia:

Con un par de vendas evitó que sus heridas fueran a peor y en cuanto estuvo listo, Erinkai corrió a Ámbar.

Sabía que no era un acto de cobardía, pero si el ejército transmitía la noticia de que Ámbar había participado en la destrucción de la retaguardia de los asaltantes, acabaría siendo un objetivo y por ello había que prepararse.

Deseándole suerte al teniente y rezando a Tempus durante la carrera, corrió como nunca lo había hecho con la esperanza de que el señor Aoshi o el maestro Gwenffrey pudiesen organizar una defensa estable de la ciudad y, de ser posible, formar un equipo de asalto para ayudar a los valientes que, como él, estaban dando su vida por Arion.

Atreidez

09/05/2011 20:28:25

*el monton de cadaveres crecia por minutos; desde hacia casi dos horas Khondar el enano desprovisto de toda emocion se habia dedicado a hacer dos montones; uno en el hall de las minas con las armas y armaduras de los soldados amnitas y otro en el barranco exterior con los restos mortales de los ignorantes que habian osado tratar de poner un pie en las minas sin ser invitados a ello*

Cuando acabe con esto he de hablar seriamente con el venerable... las infecciones serian terribles... pero el olor... no quiero ni imaginarlo....

coki1306

09/05/2011 22:27:35

Tras volver a Berrion, antes de reposar tras la dura batalla, Celdur fue a reunirse de urgencia con Jarreth y Laura, informándoles de todo lo ocurrido.

Hubo bajas en ambos bandos, los primeros en caer fueron los amnianos, caían en masa, nuestro avance era lento pero continuo. Avanzamos hacia Arion todo lo que pudimos, pero el número de arcanos unido a los ogros produjeron la necesidad de una retirada, recuperando el ejército amniano su campamento entero.

Los enanos han aumentado las fuerzas circundantes a las minas y el camino al norte está bloqueado, habrá que esperar para conocer el desenlace.

karun-Ra

10/05/2011 19:01:01

Su objetivo desaparecía, atacaba de improvisto, para volver a desaparecer. Los dos habían fallado varias veces en intentar atraparse mutuamente. Entre el caos de la batalla, el mago encapuchado y el elfo mantenían su duelo particular.

Esta vez Alith observaba escondido detrás de unas rocas. Susurro unas palabras en dracónico y lanzó un conjuro de visión. Nada cambio a su alrededor, hasta que se fijo en una figura que intentaba esconderse detrás de un árbol, rodeado por varios aliados del elfo. Saco un pergamino de su bolsa y volvió a susurrar. El conjuro del pergamino dispersó la magia de protección del arcano, que se encontró de golpe cerca de las armas de enanos y elfos. Sin su magia, cayó rápido.

El elfo, satisfecho, desenfundó su estoque y se dirigió a por otro objetivo. En ese momento poco podía imaginar, donde acabaría al final del día. Atrapado por las tropas de Amn, su objetivo había cambiado. Ahora su pensamientos nadaban en otra dirección, encontrar la manera de salir de allí.