coki1306

21/07/2011 12:35:11

[size=18:ac73e64489]El encuentro[/size:ac73e64489]

Otra noche en Skullport, sin ninguna noticia. Pocos parroquianos en la taberna, y la mayoría ni hablaban mientras bebían.

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Un poco de emoción es lo que necesito, un acto de notable valía, un acto que demuestre lo que soy.[/i:ac73e64489] - Pensaba el hombre de rojo mientras terminaba con su vino.

Rumbo al puerto de skullport, observando las tierras que dejaría atrás, apareció el arcano, vestido con túnica larga y oscura y una máscara metálica. Criticando los precios exagerados de los viajes del barquero le conocí.

Ofreció su magia por un precio menor que el ofertado por el timador humano, accedí a su oferta y en un instante ya no había cavernas a nuestro alrededor, nos encontrabamos en la superficie.

Quién sabe qué habría pasado si hubiera viajado en barco en vez de ir con el arcano.

Con la bola de fuego oculta, eso a lo que el maestro Birk llamaba sol, avanzamos por los caminos. El arcano estaba loco, pero no me desagradó nada en comparación el estremecimiento que produce la voz de una hembra en las cavernas.

Viajamos hacia el norte, humanos, animales, perros humanoides... todos ellos parecen haber sido mermados por la luz del sol, nuestro avance es rápido por la noche y algo más lento ante la bola de fuego, aprovechamos esos momentos para comer lo que otros ya habían cocinado.

Rothes escuálidos - Explicaba el arcano al caballero en cuanto veía un ciervo.

No hay ningún elfo a la vista, solo tapones mineros y demás criaturas poco inquietantes.

En nuestro avance, junto a los cadáveres de los gigantescos trolls quemados, una figura apareció. Hablaba en drow, el señor de los dyrr hablaba en nombre de la matrona en busca de explicaciones.

coki1306

21/07/2011 18:30:38

[size=18:d14b397f94]La misión[/size:d14b397f94]

Tras caer un rayo del cielo, una voz lejana empezó a oirse.

¿Qué haces aqui? Deberías estar cumpliendo con tu misión - le espetó el dyrr al hombre de rojo.

Tras ver la figura que le hablaba, el hombre de rojo contestó de forma escueta, no estaban solos y el arcano no era tan conocido para él.

No soy yo quien te reclama, pero sí es mi magia la que se utiliza - dijo el dyrr

Acto seguido el dyrr desapareció, pero no se había terminado la conversación, había que volver a Menzoberranzan, por suerte el arcano ofertó un nuevo viaje.

Una vez el arcano creó el portal, llegaron ambos a menzoberranzan, ahi esperaba el señor de los dyrr. El arcano se alejó y el dyrr habló con el hombre de rojo.

¿Quién era ese arcano? - preguntó lord dyrr.
Es un comerciante, trabaja en skullport y trabaja también en la superficie - contestó el hombre de rojo.

Lord dyrr sacó un frasco con un dedo en su interior. El hombre de rojo lo reconoció de inmediato.[i:d14b397f94]

ahh... lo recuerdo [/i:d14b397f94]- dijo el hombre de rojo.

Se os ordenó permanecer en skullport hasta nueva orden - dijo lord dyrr.

No hay noticias en skullport, las gentes en las tabernas no traen información alguna, señor - se disculpó el hombre de rojo.

¿Por qué no estás en skullport como se te ordenó? - preguntó lord dyrr.

Señor... necesitaba llamar la atención de la matrona, la cabeza de un elfo, una vida inocente, información de valor...

Tras sus palabras, lord dyrr se dirigió hacia un tunel a unos metros de distancia. Ahi se encontraba en arcano, con el que tuvo una conversación, en la que el dyrr preguntó todo lo que se le pasaba por la cabeza al arcano.

Después, sin aviso previo, el dyrr empezó a conjurar contra el arcano. Consiguió huir teletransportándose a otro lugar, dejando solos al dyrr y al hombre de rojo.
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Tráemelo [/i:d14b397f94]- ordenó lord dyrr al caballero de rojo.

Una vez hubo conjurado lord dyrr, el caballero de rojo se perdió en un portal, dejando atrás la oscuridad.

coki1306

23/07/2011 12:23:29

[size=18:326384d569]El nuevo horizonte[/size:326384d569]

Aun recordaba las palabras del arcano cuando caminaban juntos, unas palabras que bien valían una vida.

Hemos de evitar las ciudades de la superficie, no somos bien recibidos.

Cesó la oscuridad, la amplitud del nuevo mundo le cubrió de inmediato, había llegado a Amn.

Lord dyrr quiere que atrape a un arcano, maldita sea, sería más fácil comerse un cerebro sin vomitar. - Pensó el hombre de rojo mientras avanzaba por los caminos hacia el norte.

Volvería a pisar los mismos sitios que habían pisado antes juntos, cualquier lugar en el que pudiera encontrarse el arcano sería visitado.

Mientras buscaba por los caminos, el caballero de rojo pensaba en como actuaría cuando encontrase al arcano.

Atraparlo por la fuerza no tiene sentido, huirá con cualquiera de mis pasos. He de hablar con él, y en caso de fallar en las negociaciones...

Paso por paso, cueva por cueva, el arcano no estaba. Habría vuelto a Skullport, o simplemente se habría ido a otra ciudad.

Era hora de cazar y descansar. Los osos resultaron curiosamente sabrosos, la hoguera que tenían los perros humanoides encendida fue perfecta para la ocasión. Los ojos de los gnolls miraban furiosos al hombre de rojo desde lo alto de sus estacas, donde descansaban sus cabezas.

Tendré que pagar a ese estafador de los muelles para ir a Skullport - pensaba el hombre de rojo mientras se dirigía al puerto junto a Ambar.

Una vez se ocultó la bola de fuego fue hora de ponerse en marcha. Oculto y avanzando por los caminos de Amn, el caballero de rojo llegó hasta el puente que le conducía hacia su destino, sin embargo cruzar no sería posible, el puente, ahora lleno de escombros, resultaba inútil.

No cruzaré la ciudad de los humanos, sin embargo tampoco puedo permanecer por las cuevas cercanas a los humanos más tiempo - pensaba el caballero rojo

De repente, sus ojos se posaron en las blancas montañas, caballero rojo tenía un nuevo destino.

coki1306

25/07/2011 16:29:05

[size=18:5b2b66ced1]Un viejo conocido[/size:5b2b66ced1]

El sol se oculta, y con su puesta, el caballero rojo marcha. Fueron dos las horas que necesitó para llegar al pie de la montaña.

La nieve empezó a caer del cielo, los gigantes en las proximidades, reacios a nuevas visitas, vigilaban las laderas que dan acceso a la montaña. Con paso sigiloso, oculto por la magia, pasó entre ellos.

Todo era nieve a su alrededor, extraño terreno que ralentizaba su marcha. Sin embargo las huellas pronto desaparecían, algo que el caballero rojo tenía en cuenta.

A pocos pasos, aun oculto, vio una figura delgada y blanca delante suyo. Estaba muy cerca del camino hacia lo más alto de la montaña. Como si el frio lo hubiera congelado todo, la nieve parecía no caer, el sonido del viento ya no le taladraba el cerebro. Como una flecha invisible por su velocidad, siguió su camino perdiendo de vista a la delgada figura blanca.

El camino subía, y en medio de éste yacían los cuerpos muertos de varios humanos y un elfo. Los aullidos bien audibles dejaban clara la causa de sus muertes. La tormenta de nieve no cesaba, y los aullidos se acercaban más. Un movimiento de cadera acompañado por la extensión de su brazo cortó la garganta del primer hombre lobo. Los otros dos, entre mordiscos y arañazos intentaban acabar lo empezado. Una cabeza salió volando tras el intento fallido de un mordisco dirigido hacia su cadera. El último fue eliminado tras varios cortes horizontales repartidos por todo el cuerpo.

El cansancio y hambre acechaban, así como lo hacía la bola de fuego, el amanecer se acercaba y había que encontrar un refugio. Entre tanta nieve se discernía una cueva apartadada del camino. A su entrada la cueva parecía cálida y confortable, sin embargo, tras descansar unas horas, arañas empezaron a salir de entre las piedras que formaban la cueva.

Esa cueva ya no era confortable ni cálida, solo un nido infesto, ni aun muertas las arañas dejaría de serlo.

Al salir de la cueva, pudo observar como un camino secundario bajaba por la montaña, de nuevo oculto avanzó hacia esta.

Era una aldea abandonada. Lápidas y carteles llenaban el poblado con inscripciones indescifrables para el hombre de rojo. Entró en una de esas casas y empezó a hacer el fuego que le permitiese cocinar la carne de oso que aun le quedaba. Tras haber cenado el hombre de rojo decidió reposar, y que el nuevo día no fuera tan agitado.

Despertó con el sol bien alto, el fuego le haría pasar esas horas de luz con mayor rapidez, mientras esperaba, planeaba su próxima visita al sur.
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Quizá en uno o dos meses, los escombros ya hayan desaparecido, tendré que acostumbrarme a este frio, supongo[/i:5b2b66ced1]

Entonces, la puerta se abrió. Una figura delgada, vestida de negro, con sus afiladas armas bien envainadas, apareció por la puerta. Una voz familiar que no escuchaba desde que estaba en skullport junto al hábil deslenguado, empezó a hablar al hombre de rojo.

Recoge todo, nos vamos de aqui, te están esperando.