ArkasLynvail

09/08/2011 23:24:45

[color=indigo:da98361e17][size=20:da98361e17]La Prole de Lloth[/size:da98361e17][/color:da98361e17]



En la profundidad de la Antípoda Oscura al oeste de la gran caverna de Menzoberranzan se hallaba el judicador Gareth. La gran bóveda de piedra que lo rodeaba estaba llena de túneles excavados hacía siglos por alguna criatura enorme que había desaparecido hacía mucho. Por encima de su cabeza, el techo estaba cruzado de telarañas; de ellas colgaban cadáveres envueltos en capullos, que goteaban un líquido pútrido sobre el suelo, y un olor a rancio enrarecía el ambiente. Había docenas de rostros mirando a Gareth desde los túneles, rostros de piel negra como el ébano y brillantes ojos rojos, se trataba de drañas (drow de cintura para arriba, pero con el tórax de ocho patas y el abdomen abultado de una araña) criaturas que debían atacarlo nada más verlo, pero su entrada repentina y su aspecto había hecho que se detuvieran.

Gareth tenía la cabeza cubierta de duras trenzas encostradas y endurecidas por haber sumergido su cabello repetidas veces en sangre. Su piel negra estaba surcada por líneas de un blanco reluciente, la marca de la deidad a la que servía. Sus ojos eran como los de un carnero, solo que sin iris. Las drañas no se acercaron lo suficiente para ver sus extraños ojos, menos después de haberlo visto desenvainar una larga espada que el judicador asía con ambas manos. La empuñadura del arma mágica tenía dos guardas con forma de araña. Una de ellas tenía la pata aferrada fuertemente a la mano derecha de Gareth. No llevaba funda, y sólo podía soltar la espada con la mano izquierda, nunca con la derecha. Las drañas le sisearon desde arriba, tratando de reunir el valor para atacarlo, entonces, habló:

¡Exiliados de Menzoberranzan. por voluntad de Selvetarm ya no sois unos descastados! ¡Hay un lugar para vosotros en las filas de los Selvetargltlin, si estáis dispuestos a reclamarlo!

Desde arriba llegaron crujidos y siseos de conversaciones entre susurros. Una araña descendió por una fina hebra de seda, tan silenciosa como el paso de un ratón, para colocarse a la espalda indefensa del judicador.

- ¿Sirves al campeón de Lloth? - Dijo otra de las arañas, intentando distraer su atención.

La criatura que estaba a su espalda abrió la boca en una mueca espantosa, de cada mejilla salió un colmillo curvo, cuyas puntas rezumaban veneno. Se lanzó con una rapidez enorme y hundió sus colmillos en el cuello de Gareth.

- Todos somos campeones de Lloth - Respondió el judicador sin temblar su voz, saboreó el dolor durante unos segundos más y entonces agarró del cabello a la draña para después lanzarla por los aires, la criatura cayó torpemente unos metros más adelante del drow, observando incrédula como no se retorcía por el veneno de su mordedura.

- Eso no es lo que dicen sus sacerdotisas - dijo una voz femenina, seguramente la de su líder. Gareth miró uno a uno todos los agujeros, tratando de encontrarla.
Le fallamos a Lloth y fuimos marcados por culpa de nuestra debilidad. Éste es el castigo de Lloth.
preguntarte por qué Lloth alteró vuestros cuerpos a imagen y semejanza de la más sagrada de sus criaturas?¿Realmente veis vuestra mitad arácnida como un "castigo"? No, lo vuelvo a decir. Sois sus campeones, al igual que Selvetarm.

Esperó, dejando que las drañas reflexionaran acerca de lo que acababa de decirles.

Su lider apareció y lo miró con el ceño fruncido.

- Las sacerdotisas de Lloth...
tal y como Lloth les ordena que hagan. Es parte del plan de la Reina Araña. Vuestro exilio os ha hecho más fuertes, más astutos. Al cazar a los drow, elimináis de nuestras filas a los débiles, a los incapaces. Hacéis que nuestra raza se fortalezca Si realmente no gozárais del favor de la diosa, ¿por qué habría de otorgaros tanto poder? aún podéis levitar, ya no sois drow pero podéis espiar mágicamente a distancia mientras planeáis la emboscada. Lloth os ha transformado en el arma perfecta, una criatura poseedora de la astucia de un drow y del sigilo y el veneno de una araña. Lo que os falta es la mano que os dirija.

- ¿Y serás tú esa mano? [/i:da98361e17]- preguntó la lider con amargura en su voz.
Venid y sed bienvenidos a su fe. Es tiempo de reclamar vuestro lugar entre los drow.

La lider descendió por la hebra de una telaraña y a ella la siguieron más, primero una docena y después dos. Gareth pronto quedó rodeado por todas las criaturas, ninguna estaba al alcance de su espada y todas mostraban una posición alerta y desconfiada.

drows que se han desviado mucho de la telaraña de la vida que Lloth pretendía que tejiéramos, drows que viven en el Mundo de Arriba y practican un culto blasfemo. Esta va a ser vuestra tarea: daréis caza a estos blasfemos y me traeréis la cabeza de su líder y sacerdotisa para que pueda volver al seno de Lloth. Será vuestra oportunidad de demostrar lo que valéis, una oportunidad en la que no podéis fallar. ¡Selvetarm!

Gareth gritó y alzó la espada y una sonrisa siniestra apareció en su rostro de ébano cuando la mayoría de las drañas que lo rodeaban lo imitaron.

ArkasLynvail

10/08/2011 14:55:00

[color=darkblue:12763ea024][size=20:12763ea024]El zafiro negro[/size:12763ea024][/color:12763ea024]


El Judicador estaba sentado en mitad del espeso bosque, rodeado de sus híbridos compañeros que escalaban y hacían nidos en las ramas y hojas de los árboles, cubriéndolos con un manto de seda grisácea. Su espada estaba hendida en el vientre de un elfo, el capitán de la cuadrilla que había marchado contra él y los suyos al sentir su presencia, el resto de sus desdichados compañeros yacían muertos en el suelo o envueltos en capullos de seda. El capitán elfo aún vivía por supuesto, el Judicador como todo drow era un auténtico experto en el arte de la tortura y ordenaba a su espada que absorbiera poco a poco su sangre, pero sin llegar a ser suficiente para matarlo.

- Dime el nombre de tu líder, cuantos sois y dónde está vuestra ciudad - Preguntó varias veces el Judicador en los idiomas que conocía; gigante, drow y dracónico, pero el elfo no conocía ninguno de ellos, le respondió en élfico con un tono en principio desafiante y después cada vez más débil pues a cada respuesta malograda el drow absorbía más y más de su energía vital.

- ¿Alguno de vosotros sabe el idioma de nuestros lejanos primos del Mundo de Arriba? - Preguntó Gareth a las drañas que allí se reunían, éstas contestaron con siseos y gestos de negación. El judicador masculló una maldición y fijó sus ojos carentes de sentimientos en el moribundo.

Por ahora.

Su mano izquierda se plantó frente a su rostro pero sin llegar a rozarlo, de sus labios sonó una letanía oscura y siniestra en un idioma antiguo, el elfo empezó a convulsionarse pero no por la herida de su vientre si no por aquella magia oscura que le arrebataba su propia esencia, sus ojos se abrieron de par en par y lanzó un gemido agónico. Entonces su alma salió poco a poco de su cuerpo como una manta que se niega a desenredarse, hasta acabar absorbida por un octaedro hecho de un oscuro zafiro que adornaba la hebilla del cinturón del judicador.

Espero que un tiempo ahí te haga recapacitar sobre tus opciones.

El drow sonrió, aquí en la superficie tenía cierta libertad a la hora de usar sus habilidades y cazar herejes, pues todos los que vivían en el mundo de arriba eran blasfemos a ojos de su oscura diosa. Y no había nada que purificara más su oscuro corazón que el hecho de eliminar a los blasfemos.