Draconiax

16/08/2005 22:09:38

[i:363caf8b84]Y en los tiempos en que el equilibrio de las cosas se vea mermado, cuando los seres de otros planos se manifiesten por doquier, los vástagos impuros de los wyrms serán como una plaga, su número desproporcionado. Cuando esto suceda, el futuro de los hijos del Dragón de Platino se verá amenazado, pues estos y el resto de seres serán victimas de los seguidores de la Dragona Cromática y sus ansias de conquista, y la única manera de evitarlo surgirá de entre los vástagos impuros, comenzado todo esto en la guarida del Rey de los wyrms.
El Sabio Alaundo, profeta[/i:363caf8b84]

El lugar era oscuro, pero eso no era importante, pues todos los presentes poseían el don de la infravisión, y algunos el sentido ciego, una cualidad con la que la vista no es necesaria. La pequeña criatura, un kobold, se movía a gran velocidad por el camino que le llevaría hacia su destino, haciendo que los seres reptilianos que protegían la gruta bajasen la vista, no para ver al albino ser (pues este kobold era especial) sino en señal de respeto, pues ese ser, que a la mayoría de Faerun parecería patético, era su superior.
El kobold, caminando de manera orgullosa, sin miedo alguno, llego a su destino, una gran sala, en la que se encontraba un gran trono con una inmensa criatura. El ser del trono era impensable, pues poseía los rasgos de un Tanar’Ri y de un wyrm rojo, dando como resultado una imponente criatura, de más de tres metros de altura, que irradiaba un poder que escapaba a la lógica. Al adentrarse el kobold el semiabisal hablo, con una voz que parecía surgida de las pesadillas de una mente atormentada.
-Por tu manera de andar y moverte, mi pequño Lykard, diría que tus logros han compensado con creces la perdida de un wyrm azul de la fuerza que poseía Raidaxias, ¿me equivoco en algún punto, mi diminuto subordinado?
Esas palabras habían golpeado de pleno en el ego del kobold, pues habían sacado a relucir el principal error de su éxito, y le habían recordado que por muy elevado que fuese su rango, no dejaba de estar subordinado a el poderoso Galrax, el más temible elegido de Tiamat, el que traería la gloria a todos los reptiles y esclavizaría al resto de seres de Toril, y quien sabía si tras eso no lo haría con los seres del resto de planos.
-Vera mi señor, he logrado que las tribus de kobolds de Calimport os sean leales, y hace unas horas, lo propio con los trens y otros reptiles de Aguas Profundas. Entre esos reptiles están varios Yuan-Ti mi señor, los cuales creo que serán útiles a su plan mi señor.
-Bien mi albino subordinado, cuéntame tus hazañas vividas antes de que con mi magia te trajese de vuelta a este lugar.
-Si amo, aunque no se por donde debería empezar...

//bueno, aqui ire poniendo los progresos de cierto kobold albino, que algunos de vosotros ya habreis visto, y que seguramente se verá más XD. Bueno, ya pondre los sucesos de Calim y Aguas en cuanto acabe las respectivas historias.

Draconiax

24/08/2005 02:45:42

Desde la elevada posición de su trono, Garlax disfruba del informe del ataque Kobold de Calimport y la incursión reptiliana que tuvo lugar durante el torneo de lucha de espada en Aguas Profundas. Sin duda, la segunda ciudad estaba bien protegida, pues el mismo habia tenido que sacar de ahi a Lykard.
Tras el informe, el gran semidemonio penso en el exito con el que por ahora se desarrollaban las cosas, y los indudables exitos futuros que vendrian después. Entonces, sin previo aviso, aparecio un gran hombre lagarto que informo a su amo en perfecto dracónico:
-Señor, el gran Lothaenorixius ha vuelto de su visita a Weldaz, y trae nuevas.
-¿En serio? ¿Linux ya se ha puesto a nuestro servicio? -dijo el demoniaco ser con cierta alegria.
-Aun no señor -el lagarto se encogio del temor de ver enfadado a su amo -pero dice que trae información muy interesante.
-Bien, en ese caso, ¿de que se trata? Supongo que sera importante, si ha vuelto sin traerme a otro wyrm más....
-Dice que encontró a una bastarda señor, a una humana bendecida por la sangre de wyrm.
-Vaalla, interesante... la Gran Reina me ha comunicado ciertos nombres de gran interes... nombres de bastardos de dragón y sus descendientes, posibles molestias si no se les enseña pronto quien merece su lealtad... -tras esas palabras, puso su mirada en Lykard.
-Bien mi pequeño Lykard -dice el abisal tendiendole una lista - dile a cada miembro de nuestro culto que viene ahi apuntado el nombre que viene al lado y que los busquen. Las opciones son sencillas, tienen dos dias para elegir unirse, lo mismo que la bastarda de Lothaenorixius, y tras ese plazo, se comprobara su futuro.
-Una pregunta amo -dijo duditativo el blanco kobold -¿porque salgo yo en la lista?
-¿Tu que crees?, tienes trabajo pequeño, al igual que yo.
-¿Al igual que usted? -se sorprendió el kobold.
-Si Lykard, mi pequeño subordinado, hay alguien de los que me dijo nuestra señora que ire yo mismo a hacerle la oferta...

Draconiax

26/08/2005 20:09:52

La cueva era inmensa, con el suelo protegido por runas que impedirían incluso a un dios ver lo que ahí había o sucedía. En ella, se encontraban cinco dragones cromáticos, cada uno de un color y de tamaño y poder superior a lo habitual. Junto a ellos, de frente, se encontraba lo que parecía el accidente sexual mas grande que se pudiese ver, un vástago de wyrm y demonio, y junto a este, un kobold de un color increíblemente blanco.
En esa cueva, esa convención de reptiles poderosos hablaba sobre la búsqueda exitosa de descendientes de wyrm. El blanco y el negro ya habían hablado, por lo visto, sus ofertados habían respondido de manera negativa, y la muerte había sido el premio a su negación. Entonces, hablo el semidemonio:
-Y bien, Lykard, ¿qué tal te fue con la oferta, mi diminuto subordinado?
-Bien mi señor, ese mono sin pelo estaba aterrorizado, parece que pierden el valor si tumbas a sus guardias sin esfuerzo, jijiji. -respondió el Kobold albino.
-Le dijiste lo de los dos días, ¿no?
-Por supuesto mi señor, sin animo de ofenderle, pero la duda lo hace conmigo.
-Claro, por eso lo dije -tras esto, el kobold tubo que contener una rabia tremenda, no sabía como, pero Garlax lograba destrozarle la moral siempre, tenia el puñal siempre listo para ser lanzado.
-Bien, Ashardalon, ¿que tal te fue a ti con el tal Zardock? -pregunto el semidragón a el dragón azul.
-Diría que nada mal, pues ya dijo que si, pero eso me hace sospechar sobre la posibilidad de que solo nos engañe.
-Bueno, solo es un impuro, en ese caso morirá como el resto llegado el momento. ¿Y tú, Firaxiax, mi venerable roja? ¿qué tal tu bisnieto?
-Será sencillo hacerle unirse a los nuestros, a fin de cuentas se lo de su planicie, y si no acepta, siempre se puede filtrar la información a los drows de Menzoberranzan....
-¡Por la diosa! Siempre me ha encantado de ti tus capacidades de persuasión -dijo sonriente el elegido, mientras miraba al verde. -Bueno, solo quedas tú, mi altivo Lothaenorixius, ¿qué respondió la humana?
-Je, dijo que no, pero con lo débil y patética que era, no merecía la pena matarla, ni a ella ni al otro. De todos modos, el semidragón se llevo un regalito de despedida en el brazo.
-¡¿Qué?! ¿¡Que hiciste eso idiota!? -tras la reacción furibunda, Garlax lanzo un conjuro y estrelló al verde contra la pared -¡Te dije que si decía que no la matases! -entonces, tras pensar un momento, su cara puso una expresión de horror -¿cómo que el otro?
-Si... mi señor, un estúpido vástago de rojo que decía que era el hijo de Piromaniax Hai Draco, si es que idiotas los hay en todos los lugares, ese dragon desapareció hace siglos...
-¡Idiota!, ese mestizo no fue mencionado por Tiamat, tendrías que haberle matado, además, ¿como osas pronunciar el nombre de ese traidor a la diosa en este lugar sagrado?
-Pero mi señor -busco defenderse el verde -a mi no logro hacerme un rasguño, y la teoría de que sea hijo suyo es absurda...
-De que color tenia los ojos
-¿Cómo?
- ¡¿De qué maldito color tenía los ojos?!
-No me fije....
-Grrr, Lykard, Firaxiax y Ashardalon, buscad a los mestizos, y si dicen que no, los matáis sin preguntas, y sin pensar, porque esta claro que seguir el ejemplo de ese idiota es tener ganas de buscarnos problemas. Y tu, mi grandísimo idiota, tu te vas a acordar de esta, pero por de pronto busca al mestizo, y para variar, haz las cosas bien.
-¿Y que haréis vos, mi señor? -pregunto el Kobold
-Esta claro pequeño, ver de nuevo a mi agradable hechicero, y ver quién demonios es nuestro desconocido mestizo.
Tras esto, todos los seres se marcharon del lugar, y se prepararon para quitar los últimos peones de la partida, de tal manera, que ya solo quedase hacer el jaque mate en esta partida.

Draconiax

26/08/2005 20:51:59

Cuthbert se encontraba solo en ese momento, caminaba cerca de un río cuando de pronto, ante el, apareció un kobold blanco que helo la sangre al bardo de inmediato.
-¿Cuál es tu decisión humano? -dijo el kobold, que esta vez iba armado
-Espera, guardo las armas, mira, y lo hablamos -fue la respuesta del humano, que guardo sus armas y quedo frente al kobold.
-Bien, veo que piensas humano, ahora dime, ¿cual es tu decisión?
-Pero por que me busca Tiamat, yo no quiero unirme a un ejercito...
-¿Cuál es tu decisión humano? -insistió el kobold
-Pues he de decir que un rotundo NO -dijo el bardo mientras acercaba la mano a la empuñadura de la cimitarra.
-Bien, en ese caso...¡Muere mono sin pelo! -tras este grito, el kobold empezó a usar lo que parecía...¡un conjuro! De repente, Kuthbert empezó a notar que el kobold desaparecía, al contrario que Lykard, que gracias a su conjuro veía como si todo se hubiese detenido, hasta que de repente, cuando iba a atacar al humano, quedo sorprendido al ver a un anciano que estaba moviéndose, y de echo, ¡estaba conjurando! Lo único que pudo decir el kobold mientras era transportado a otro sitio se resumió a “pero que coño...”.
Cuando Cuthbert pudo reaccionar, lo único que vio fue a nadie delante suya, y lo siguiente fue escuchar como una voz de anciano decía “vaya, que torpe soy, me salió mal el conjuro de teletransporte... si es que estos viejos huesos no sirven ni para usar magia ya...”
-¿Quién eres, y que ha pasado con el kobold? -pregunto nervioso el humano
-Bueno, me llamo Magus, y solo soy un viejo que no sirve ni para usar magia ya... y bueno, el kobold ha ido a parar a otro lugar...
-¿Lo has matado? -dijo atónito el bardo
-No, solo lo he mandado sin querer a otro lugar...esta vivo.
Entonces apareció una bardo humana que parecía conocer a Cuthbert, y le saludo -Hola Cuth, ¿quién es el mago?
-Bien Cora, bueno, el es Magus, me ha salvado del kobold que te dije.
-¿Y como lo hizo?
-Bueno señorita, fue un pequeño accidente, que se le va a hacer, a mi edad solo sirvo para dar consejos, por cierto Cuthbert, ¿quieres uno?
-Claro, dime tu consejo -dijo Cuthbert al anciano, con cierta desconfianza.
-Bien, la profecía de Alaundo es cierta, debéis reuniros todos, pues él os tiene miedo. Bueno, eso es todo, fue un placer. -tras esas palabras, el anciano se esfumo, dejando a los dos bardos allí. Sin duda, pensaba Cuthbert, el anciano había mentido como un bellaco en casi todo lo que dijo. Desde el plano de Celestia, un dragón inmenso de escamas de platino sonreía ante la gran diversión de ver al perdido kobold en mitad del abismo y de ver que uno de los que tenía la misión de salvar a Toril de Tiamat, seguía vivo.

Draconiax

27/08/2005 00:11:25

Era de noche en el oasis de delante de la entrada de Calimport, y en el viento se podía percibir el olor de la sangre derramada en el ataque que anteriormente había sufrido la ciudad. En la orilla se encontraban conversando un clérigo y un hechicero. Estaban a su aire cuando de repente el suelo empezó a temblar, y de las llamas que surgieron del suelo, apareció envuelto en llamas un poderoso ser que era mitad demonio, mitad dragón. Este engendro antinatural era conocido por algunos ciudadanos de Calimport como Garlax, y se trataba del elegido de Tiamat. Tras su aparición y el susto que se llevaron los dos humanos de delante (bueno, más bien el clérigo, porque lo que era el arcano tenía más cara de sueño que de sorpresa) se pusieron frente a frente. El primero en hablar, como no el demonio:
-Hola Arth, ¿pensaste ya en mi oferta? -ante la pregunta, Arth le murmuro a Zaras algo, y no tardo en responder sin sentirse muy impresionado.
-¿Tienes más nombres?
-Claro que sí, Zardock, Anen y Cuthbert -mintió el demonio
-Claro, como no, ¿y el resto?
-Muertos, no supieron elegir bien, ahora, tu dirás que decides -sonrió el semidragón
Cuando parecía que Arth tenía fácil una respuesta, surgió un imprevisto: empezó a llegar gente de la ciudad al lugar. Una mujer de color azul, embobada por el monstruo, se acerco a él aprendiendo lo que se siente al volar por medios externos. Tras el gesto, el demonio se fijo en que una mujer parecía preocupada por Arth, de hecho, en otra ocasión le había mentido sobre que Arth estaba muerto. Tras unos instantes, se alegro enormemente de su brillantez y con una sonrisa dirigió su mirada hacia Arth y le dijo:
-Valla, parece que esa elfa te aprecia mucho, me pregunto si su seguridad aceleraría tu toma de decisión, jeje. -sin duda, la respuesta que recibió fue la mas hiriente para la que daban tres palabras: ¿tu eres tonto?
Tras ese insulto a su inteligencia, el ser se harto, lleno de rabia en lugar de su tranquilidad pasada, amenazo al humano.
-Maldito impuro, me he artado de sutilezas, únete a mi, o muere.
-¿Cómo? -dijo el hechicero.
-Responde ahora o muere
Preocupado por el efecto de la magia sobre el gentío presente, Arth tardo en responder, y cuando el duelo parecía inminente, de repente, el monstruo grito
-¡¿Pero que demonios...?! -esas fueron las últimas que pudieron salir de su boca cuando las llamas del mismo Abismo lo tragaron. De repente, desde detrás de la multitud, surgió un aciano con báculo.
-Valla, si es que hoy no es mi día, ya van dos veces, si es que estoy muy viejo para estas cosas. -cuando todo el gentío se dio cuenta de la presencia del anciano, los siervos de algún dios se sintieron extrañamente abrumados, pues ese anciano emitía un poder fuera de lo habitual. Tras unos instantes, Arth hablo.
-¿Fuiste tú el que hizo esto?
-Bueno, que se le va a hacer, un accidente lo tiene cualquiera.... -fue la respuesta del viejo.
-¿Quién eres?
-Me llamo Magus, mucho gusto en conocerte jovencito.
Tras una conversación en mitad del oasis de la que poco se podía sacar, salvo que la mentira no era lo del viejo, ambos arcanos fueron a casa de Arth, donde ambos podrían conversar.
-Siéntate y coge lo que quieras de la mesa, por favor -ofreció Arth
-Muchas gracias -el viejo se sentó y cogió una pasta, tras eso, no pudo reprimir su satisfacción -¡Ohhh, que gusto, estos viejos pies estaban hechos trizas!
-Tengo unas cuantas preguntas, si no te importa, claro.
-Tú dirás joven
-¿Acabaste con el demonio?
-No, solo le mande a otro sitio
-Ósea, que usaste un conjuro de expulsión.
-Bueno, más o menos, lo que esta claro es que estará solo unos días fuera de circulación, aunque al menos le hará compañía al kobold -tras estas palabras, una gran sonrisa se dibujo en el rostro del viejo.
-¿Y porqué viniste, que interés tenías?
-Bueno, primero te diré que la profecía de Alaundo es cierta, y vosotros los semidragones sois los únicos que podréis con esto. -mientras Arth asimilaba lo dicho, el viejo siguió - veras, esa vieja gruñona se esta metiendo con mis adoradores, y la verdad, tenía que hacer algo. -tras esto, Arth perdió la cara de ensoñamiento.
-¿Adoradores?
-Bueno, se que no eres tonto, y al contrario que el bardo, sospechas de mi poder, por lo que te diré que espero que guardes esto en secreto.
-Claro, como no.
-Bien, primero de todo, perdóname por no mostrar mi verdadera forma, pero no quiero destruir tu casa.
-Ya comprendo, ¿sabes?, iba a invocarte, pero parece que ya no hará falta, además no se si tendría poder suficiente.
-Tranquilo, llegado el momento podrás, pero el momento no es ahora, solo vine, rompiendo ciertas reglas del juego para salvaros cuando dierais la negativa.
-Bueno, si no llegas a sacarlo de ahí, habría acabado con él...
-No, te habría matado
-Perdón por la interrupción.
-No es nada, pero como han podido comprobar algunos, por razones que ni yo se, vuestros ofertantes son invulnerables a cualquier ataque, y además, ellos coinciden con los que vienen a ser los favoritos de Tiamat, cinco dragones, Garlax, y el kobold, el cual es de los más peligrosos, ya que no aparenta ni de lejos lo que es en verdad.
-Ósea, que esos son los principales pilares de su ejercito.
-Exacto, así que Arth, hay algo que he de pedirte, debes reunir al resto y juntarles.
-Lo que hace Tiamat pero para acabar con su ejercito.
-Podría decirse, pero de momento debéis refugiaros, mientras sean intocables, no podéis ganarles.
-¿Y como cambiaremos ese hecho?
-Cuando lo sepa te lo diré, descuida, pero de momento me tienen que informar dos dragones infiltrados, uno áureo y otro argenteo, cuando logre la información, lo primero será acabar con esa protección.
-¿Pero como reuniré al resto? Solo conozco a Anen y Zardock.
-Los otros tres son Cuthbert, Mara y Draconiax
-Bien, vale, pero, ¿Y si se niegan?
-Yo no puedo obligarles a que me sigan, pero en fin, eso es todo, he de irme.
-¿Puedo decirles qué hablo en su nombre?
-Para quien pregunte, solo era un pobre viejo pidiendo limosna
-Vale, esta claro que no.
-Ya me he saltado muchas normas, no quiero que Ao se enfade demasiado.
-Vale, comprendo -respondió Arth sonriendo -pero si lo dijese, sería mas fácil.
-Ya, pero con la situación así seguro que te motivas, ¿no?
-Bueno, te acompaño a la puerta, y digo que te di de comer.
-Bien, nos veremos -se despidió el viejo.
-Hasta otra, espero verte otra vez
-Yo también -fue lo último que dijo el viejo antes de esfumarse en el aire.

Draconiax

29/08/2005 15:40:27

Cynosure estaba visitado ese día. Apoyado en una columna, mientras pensaba en sucesos pasados, se encontraba un hombre de brillante armadura, cabello plateado y unas alas de dragón brillantes como el platino. De repente, fue interrumpido de su ensimismamiento por una bella mujer vestida de negro y de alas negras que no tubo problemas en comenzar una discusión gritando de manera histerica:
-¡¡Tú!!
El hombre se quedo mirando con curiosidad a la recién llegada, antes de responder con total tranquilidad -¿Sucede algo, “venerable” Dragona
Cromática? ¿Algo que mi limitada comprensión no capta?
-¡No te burles maldito! Mandaste a mis dos elegidos y a uno de mis generales al abismo.
-Pero como puedes pensar eso, por favor, me ofendes.... -sin darle tiempo a seguir con la frase, Tiamat continuó
-Se que fuiste tú, siempre apareces de la misma forma, además, ¿Magus? -pregunto la diosa con tono de burla -das pena Bahamut, esta claro que los eones de vida han podido con tu sentido de la originalidad, y desde luego sigues sin saber mentir o actuar.
-Nunca me ha hecho falta querida, aunque comprendo tu queja a Ao, pero, ¿que opina él de que tus jefecillos sean invulnerables a los mortales? ¿No dijo nada nuestro señor al respecto?
-Da igual lo que digas o hagas, con cada seguidor tuyo que liquido, tu poder disminuye, y es cuestión de días que saque de ahí a mis siervos -tras estas palabras, se giro y se dispuso a irse, cuando Bahamut dio su puñalada final.
-Cuando les saques, mándales saludos, creo que el semiinfernal esta disfrutando mucho más que los otros dos de la hospitalidad Tanar’ry... -no pudo acabar su frase de despedida, pues la diosa se había ido con un enfado tan grande que produjo una ancha sonrisa en la boca de Bahamut. Había sido acusado ante Ao de actuar en asuntos de los mortales de manera directa, lo que le había provocado tener de perrito faldero a Helm cada vez que se aventuraba fuera de los Planos exteriores a Toril. Eso, sin duda era un problema, porque ya no podría ayudar a sus seguidores en esto a menos que le invocasen, y solo uno podía, y él no le había informado de ello. El asunto, definitivamente, tendrían que resolverlo los mestizos, como decía la profecía de Alaundo, y como le dijo a Arth, si no encontraban a los dos dragones que sabían lo que sucedía, la cosa se acabaría, pero Tiamat se equivocaba en algo, pues su poder se mantenía gracias a las familias y seres que necesitaban ayuda contra ella, pues su ámbito entre otras cosas, era proteger a la gente de los siervos de su rival.
Sus pensamientos volvieron a ser interrumpidos cuando surgió de un portal una divinidad de aspecto humano, un humano de unos cuarenta y muchos, pero cuyos ojos mostraban que había vivido mucho más de lo que un hombre normal podría, y su semblante, mostraba una inteligencia, sabiduría y ego que ningún hombre normal podría poseer. Vestía unas ropas sencillas, portaba un arpa, y su única arma era una espada.
-Valla, hola Wyvernspur, te estaba esperando -saludo Bahamut
-Supongo, creo que tu dragón dorado mensajero no me iba a mentir. Por cierto, llámame Fynder.
-Claro, como no mi buen bardo.
-Supongo, sin ánimo de ser mal educado, que no me has hecho venir para hablar de cosas triviales, ¿o me equivoco?
-Pues no, no lo haces Fynder. Se que tu también tienes problemas con Tiamat, aunque en este caso es más por tus seguidores por lo que te llamo.
-Si, los saurios del Valle Perdido han sufrido ataques de dragones cromáticos y otros reptiles por no someterse, pero Dragonbait, Grypht y los otros se defienden bien, de momento. -al acabar la frase, pudo verse cierta preocupación en las facciones del bardo -¿Qué sugieres Bahamut?
-Hay que ayudar a los semidragones, si me brindas tu ayuda, no dudes que yo haré lo propio.
-Bueno, hay un paladín, ¿te suena Champion de Tyr?
-Si, es el que acompaña a tu hija, un gran ejemplo de lo que es un paladín.
-Y sin duda un compañero leal y uno de los principales pilares de la defensa del Valle Perdido.
-Tu avísale, y yo mandaré uno de los dragones de mi guardia al Valle para ayudar, creo que es justo.
-Bien, pero espero que para variar logre irse sin lleva a Alias detrás, porque a los tipos como vosotros, encima de no mentir o hacerlo mal, se os ve lo que vais a hacer a la legua.
-Valla, gracias -respondió el dragón de platino, conteniéndose por no decir nada ofensivo al bardo - sin duda, pronto empezará lo más crucial, y es ahí donde los aliados no sobrarán.