Gerjo

18/08/2005 17:05:55

Un sentimiento de sed , hace despertar al joven arcano, la boca pastosa y la casi inexistente saliba en su boca, le obliga a beber un trago de agua.
La cantimplora esta ya medio vacia pero a pesar de todo no parece preocuparle demasiado.
Su cara de felicidad se entremezcla con una sensacion de poder que hacia tiempo que no sentia.
Se le ve descansado y en plenas facultades tanto fisicas como psiquicas.

Sonrie, pensando en un sueño, una idea, es posible que tanta oracion y debocion a su Diosa haya servido para su bien, ella no le ha olvidado y le ayuda ahora que mas lo necesita.

Sonrie, pensando que lo tenia tan facil, pero esa rabia nublaba su mente, y le hacia sentirse debil ante un enemigo de tan bajo nivel.

Rapidamente coge el cuenco vacio y comienza a amontonar todo el polvo y restos de carcoma que encuentra en la habitacion introduciendolos en el recipiente, seguidamente coloca dicho objeto en el centro de la habitacion y regresa a su esquina.
Mira al suelo y suspira a la vez que recoge la ya pequeña vela y la cantimplora de agua.
Una vez colocado todo en el centro de la estancia el mago comienza rezar, ofreciendo dichos objetos a Lloth, con la esperanza de que sus ruegos sean escuchados.

Despues de un tiempo, finaliza sus oraciones, mira los objetos que tiene ante si y tomando el cuenco con sus dos manos comienza a derramar su contenido a su alrededor , formando un circulo casi perfecto.
Seguido toma la cantimplora y derramandose unas gotas sobre su rostro, comienza a mirar fijamente la llama de la diminuta vela y despues de un buen tiempo de meditacion y relajacion intensas, entra en trance.

Un momento despues, el mago sueña.........
Se ve de nuevo con su flamante armadura a bordo de un barco, un barco conocido,aunque no sabe su destino el mago se siente seguro.
Tras varias horas de travesia, el arcano llega a una ciudad, la observa entrando a puerto, si, si es Aguas profundas, con una sonrisa baja del navio y tras observar toda la zona portuaria, se dispone a partir rumbo a casa.

Varias jornadas de viaje, le llevan a la entrada de los tuneles, pero.....que pasa aqui? esta cambiado, el arcano cierra los dientes con fuerza, otro contratiempo, parece que no tengo suerte.
Comienza a caminar, con tranquilidad y paciencia,solo el pensamiento de encontrar a sus hermanos le ayuda en su nueva aventura por los tuneles.
Se adentra poco a poco, todo vacio, todo en calma.
El tiempo pasa y por fin, una zona conocida, se orienta, despues de unos minutos de observar el terreno esta preparado para continuar, ahora ya lo sabe, el camino esta claro, poco trecho me separa ya de mi ciudad, de mi casa, de mi gente

En lo que para el mago supone un suspiro se presenta ante las puertas de la gran ciudad Menzoberranzan y rie estrepitosamente retumbando su eko en toda la planicie.

Sin perder un segundo comienza a correr, atrabesando toda la polis hasta llegar a las puertas de la Casa Oblodra y acercandose a unos de los guardias de la puerta le dice con voz fria y segura:

-Soldado, haz saber a la Madre Matrona,que Isendur, arcano de esta casa quiere verla.

Tras unos minutos de espera el mago entra en la sala del trono y tras una reberencia se coloca delante de la Maxima mandataria de los Oblodra.

-Mi señora, se presenta ante vos su siervo Isendur solicitando ayuda.
Ella lo mira sorpredida y sin aun salir de su asombro le debuelve una media sonrisa.

El mago comienza a hablar rapidamente como si el mundo se estubiera terminado y tras contar lo sucedido, el punto donde fue capturado y los interrogatorios a los que esta siendo sometido, se desbanece en el aire dejando nada donde antes estuvo el mago.

De vuelta a la cruda realidad, el mago se siente contento, aunque tremendamente cansado y en un intento de reincorporarse del suelo, cae agotado.