yne

23/05/2006 22:41:53

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LordBassilus

24/05/2006 00:16:05

//Hay cosas que no tienen mucho que ver, pero leed hasta el final, esto es todo lo que sabe mi pj al respecto.

*Sus botas se hundían en la tosca y oscura arena mientras volvía de las lejanas tierras de aguasprofundas*

-(Ya debo andar cerca de calimport. al menos eso parece, mis labios se estan humedeciendo y hace rato que me saben a salitre, aunque estos desiertos son tan caóticos como el mismísimo limbo).- Pensaba el anciano mientras caminaba detrás de la caravana de comerciantes de un modo torpe, tropezando apenas ponía un pie delante del otro.

-A los tiempos Galai.- Advertía una voz femenina.
El mago miró al frente, intentando reincorporarse en tanto su espalda chascaba sin piedad alguna.

-Ah, soys vos lady Aman...¿como estais?.-Saludó el viejo elfo.
-Bien mi señor, aunque debo deciros que aun no hemos podido librarnos de estos extraños símbolos.- Respondía agitada la muchacha.
-Uhmm....*pensativo* ya se nos ocurrira algo, descuidad.- Alegaba de nuevo Galai.
-Milord...¿vais a Puerto Calim? Preguntó Aman, quien pareció acordarse de algo importante, quizá de la suficiente relevancia como para poner en conocimiento al anciano.
-Claro...cof cof, por eso seguía de cerca esa caravana de comerciantes.- Respondió Galai mientras tosía estrepitosamente.
-Entonces debo advertiros de que en los muelles algo extravagante ha sucedido, la guardia estaba alborotada, han habido disturbios y he visto cuerpos en el suelo, cerca de ese extraño templo encantado.- Informó la joven Aman Door mientras su rostro se tornaba en un frenesí de nervios e impotencia.
-Entonces he de volver a toda prisa, quizá hay gente que necesite auxilio.- Añadió rápidamente Galai mientras se disponía a conjurar algo.
Unos movimientos sómaticos de lo más sutil, ancianas palabras en un lenguaje arcano, adaptado al élfico que el viejo entendía y pronto su cuerpo se dotó de una velocidad jamás concevida al ser humano, desapareciendo entre la arena en instantes.
El esfuerzo había sido notable para su viejo cuerpo y el conjuro de retirada expeditiva aunque básico, era peligroso para alguien tan anciano, así que al llegar a la puerta de la ciudad, Galai se encontraba aun más fatigado que de costumbre.
Cuando pudo reparar en el aspecto de la ciudad un batallón de guardias mercenarios se estaban movilizando, dirigiendose a prisa a los puertos, entonces vio también esa figura arcana que tanto le sonaba... caminando solitario por las arenas, iluminado de un color azul tenue y rodeado de terminales ópticos que lo dotaban de una visión sobrehumana (¿de que le sonaría a él ese mago?) //Era Thoram.//
Sea como fuere, algo le impulsó a alarmarlo y contarle lo que su preciada Aman Door le había advertido.
Minutos más tarde y sin mediar más palabras, los pasos de ambos les conducían prestaces hacia el distrito del puerto.
Jamás se le había hecho un camino tan largo, la fatiga le abordaba por la cantidad de conjuros utilizados por hoy...se sentía como si su enfermedad hubiera decidido manifestarse esta noche en toda su totalidad... las calles de calimport, retorcidas y sinuosas debido a la calima desertica se le hacían aun más pesadas a medida que caminaba, pero por fin...llegaron al puerto.
Estaba oscuro, más incluso que el resto de las callejuelas y un montón de voces y gritos inundaban el distrito... en el agua flotaban cadaveres calcinados y las casas se presentaban como enormes masas de escombros, la gente lloraba y consolaba a sus familiares y el aire...el aire olía a sangre... su añorada y repudiada sangre.
Caminaron observando la escena, atónitos e impotentes hasta llegar a las puertas de aquel siniestro monasterio. Allí una guarnición de guardias se mantenía alerta y dispersaba a la gente, una enorme máquina plateada se alzaba guardando sus puertas ensangrentadas, después del fragor de una temible batalla.
La duda les asaltaba, pero todo había terminado...así que se quedaron husmeando hasta que las miradas severas de los guardias les obligó a alejarse de la zona...mas un halo de maldad había brotado de las puertas de aquel lugar...un halo de maldad dispuesto a destruir y asesinar... un halo de maldad que como bien digeron algunos de los guardias... había resurgido más poderoso que nunca.

//espero que esto ayude a tu trama yne ;)

ioker

24/05/2006 01:48:34

El mago se encontraba en el desierto, donde tantas veces se encontraba esperando a su gente, la cual parecía que hoy se había puesto de acuerdo en no aparecer por allí, puede que para no encontrarse con él, o tal vez era el destino que en su tejer había hilado fino para que los caminos no se encontrasen. Poco a poco el mago empezaba a exasperarse. Odiaba las esperas. Odiaba el que le hiciesen perder el tiempo. Y sobre todo, odiaba no saber qué sucedía a su alrededor.

Días largos llevaban rondando por su cabeza los hechos que le habían estado sucediendo recientemente, y también aquellos que le habían contado, aunque les daba más importancia a los primeros. Nelo no había aparecido desde el día en que habló con él de lo sucedido con aquel bosque. Empezaba a temer que de verdad lo hubiesen raptado, porque además de lo que insinuó Joganth (aquel maldito paladín) de que el bosque venía en su búsqueda, también lo habían hecho aquellos slaads que habían atacado semanas antes la ciudad. Por no contar lo de aquel dragón que le pidió un deseo. Todo aquello se había acumulado en su cabeza e intentaba buscarle alguna lógica. No la encontraba ni sabía como relacionar aquellos hechos que tanto le intrigaban. Siempre le habían gustado los puzzles y resolverlos, pero por el momento nada le hacía ver qué pasaba ni como juntar las piezas para lograr que todo tuviera un patrón. Aunque algo estaba claro, venían en busca de Nelo y no sabía el por qué...No era más que un perro al fin y al cabo.

Por si no tenía suficiente con todo aquello, también en su mente se revolcaba otro pensamiento junto a los demás. Lo que le había dicho Kaatos no tenía lógica alguna. Además cuando fue a reprocharle que lo que en un principio le había dicho, porque ahora Nelo y él eran dos entes distintos, incluso llevó al perro para que lo viera, le soltó otra retahíla de palabras y alusiones, para describir sus extrañas transformaciones. Según la teoría del Liche, era un doppelganguer de todas maneras, lo que pasaba es que estaba en momentos de aturdimiento, y por ello tomó algo como patrón, asumiendo su personalidad y forma, por lo que aquella mente que el mago creía tener en la suya, no era Nelo exactamente, si no un tipo de copia que se había formado en él. Algo así, como aquel otro que también se encontraba, pero aquello era un tema bastante distinto, por lo que no lo relacionó con todo lo que estaba pasando.

No sabía si todo aquello, lo de su estado en especial, tenía algo que ver también con lo que estaba pasando con Nelo, pues largos años habían pasado juntos, y posiblemente si buscaban a uno lo hiciesen con el otro también. No tenía nada claro, no sabía qué pasaba, y era algo que odiaba con todo su ser.

Así fue que pensando en lo sucedido, vio pasar a aquel viejo elfo que decía ser mago, y que con anterioridad había visto como usaba magia; por lo que podría ser verdad que era un arcano. No lo descartaba, incluso podría poseer conocimientos interesantes dada su avanzada edad. Quien sabe, ya intentaría entablar una conversación con él. El viejo elfo se paró a su lado y le comentó algo que a él mismo le habían dicho: en los muelles de Calimport habían varios cadáveres dispersados por todo el distrito, flotaban por el agua entre los distintos barcos que allí se encontraban amarrados y parecía que una batalla había sucedido. Fue así que Deimos se interesó por ello y ambos se pusieron rumbo a los embarcaderos. Tuvo que rebajar un par de veces su velocidad al andar, ya que el viejo elfo parecía cansado (como en otras veces había demostrado estar siempre), tosía y a veces escupía sangre al hacerlo. Parece ser que podría estar en sus últimos años, o incluso quien sabe, puede que este sea su último año de vida.

Después de girar por varias esquinas, pasar varias plazas, cruzarse con gente que tenía cara de consternada y demás, al final llegaron a su destino. Allí vieron algo que no esperaban para nada. El templo que se encontraba en los muelles estaba lleno de guardias custodiando su entrada, incluso, allí plantado, haciendo tapón para que nadie entrase, se encontraba un gólem de mitrill. Esto le sorprendió de sobremanera, mucho más que ver a montones de cadáveres esparcidos por el suelo, sangre y demás restos propios de una batalla. Había entablado ya muchas como para que ahora se inquietase por ver un puñado de éstos. Varias preguntas azotaron la mente del mago ya de por sí perturbada por el uso de la magia y los pensamientos sobre los hechos que habían acaecido en las últimas semanas. ¿Qué había pasado allí? ¿Qué hacían los guardias custodiando aquél templo? ¿De quien era ese gólem que nunca antes había visto por las calles de la ciudad y qué hacía allí plantado? Los guardias no le dijeron nada, pero la escena era lamentable. Miró a su alrededor buscando indicios de lo que había pasado allí. No buscó para saber cuales eran los resultados de la batalla, sino el qué la había originado, quienes, por qué y con qué motivo.
De nuevo, se puso a meditar, pero se encontraba en la misma situación que durante tanto tiempo había estado soportando: no sabía qué pasaba realmente a su alrededor. Intentó preguntar a los guardias, pero estos hicieron caso omiso de su presencia y se giraron para seguir vigilando, ignorándole. A la escena acudieron varias gentes más, lo que parecía ser un elfo y un humano, pero por sus gestos y expresiones, parecía que tampoco sabían nada al respecto de lo que había pasado. El mago se marchó de la escena aún más enfurecido si podía ser por quedarse de esa manera sin saber nada. Tenía que averiguar de una maldita vez que estaba sucediendo últimamente en Calimport. Demasiado caos, hechos sin sentido ni relación, Nelo y sus intentos de captura, Kaatos y su teoría de lo que realmente era, etc. Y no sabía nada... Eso tenía que cambiar dentro de poco, o se volvería aún más rabioso y era un estado en el que se podían cometer errores, algo que no deseaba...

yne

04/06/2006 14:46:28

Murió tan pronto como nació. El rumor de que algo había sucedido en el templo extraño del muelle se había apagado incomprensiblemente y eso había extrañado a algún que otro morador de los suburbios. Corrían viejas historias de templos olvidados y antiguos cultos que resurgían de los mismos cimientos de la ciudad, pero sólo eran historias en bocas de vagabundos que tomaban sólo una moneda como precio de sus saberes. En las mentes de los que habían observado la situación algo parecía no encajar... sin duda algo no podía encajar allí ¿qué era lo que parecía tan extraño? ¿Qué era lo que causaba que después de varios días el extraño suceso no abandonase sus cabezas?

LordBassilus

04/06/2006 21:04:43

La naturaleza curiosa de galai le incitaban a investigar más sagazmente estas ocurrencias, y por dentro, su longeva sabiduría le advertían que debía mantenerse alejado...demasiada sangre, incluso para él que había sido el más grande de los sanguinarios.... esto no podía concluir así, habían cosas que pese a estar advertido, uno no podía alejar de su cabeza, había de llegar al fondo de este asunto, costase lo que costase, supusiese lo que supusiese.

ioker

05/06/2006 14:48:00

El mago se levantó soñoliento. Llevaba muchos días durmiendo poco, puesto que su cabeza era un caos de pensamientos sobre los sucesos que últimamente rodaban y ocurrían a su alrededor. El destino le había colocado en una situación en que parecía decidir por él lo que iba a suceder. Nada tenía sentido, y no sabía aún como impedir ciertos asuntos, puesto que aquello que intentaba o buscaba no le estaba sirviendo de mucha ayuda. Además de todos los hechos que habían sucedido en el desierto, se sumaba uno nuevo que le mantenía intrigado. En los muelles hubo aquella matanza en el templo del mal, y aún no había logrado saber a qué se debía. Se frotaba la cabeza constantemente para intentar buscar algunos porqués, como siempre hacía. Aquel gesto siempre le había ayudado a pensar, pero últimamente no servía de nada.

Se levantó de la cama y salió a pasear. La posada estaba tranquila, pero él no. Volvió al lugar donde aquellas muertes se habían producido y observó. Parecía que nada de aquello hubiese pasado realmente, aunque algunas manchas de sangre reflejaban lo que había pasado. A su mente vino la disposición de lo que allí se encontraba: cadáveres, guardias, sangre, quemazos, y demás. Pero sobretodo, aquel golem que se imponía en la puerta. Impedía el paso a todo lo que intentase entrar…¿o realmente era para que nada de allí dentro saliese? No lo sabía, y era algo que necesitaba conocer. Nunca había visto ese gólem por la ciudad, y si alguno de ellos había aparecido, siempre la guardia lo había destruido por ser una amenaza a la ésta. No entendía como ahora uno podía estar a las “órdenes” de ella.

Había intentado indagar sobre el tema, pero ningún guardia le quería comentar nada. Todos rehuían de él y daban largas sobre el asunto. Parecía que no quisiesen hablar de nada, o más bien eran órdenes de alguien superior, pero empezaba a mosquearse ante todo lo que pasaba, porque por mucho que buscara, no lograba nunca averiguar nada de lo que últimamente le sucedía. No quisieron comentarle ni contra quien luchaban, ni si habían sido ellos quienes habían atacado antes o como respuesta a un ataque, de quien era el gólem aquel, ni nada. Sus bocas estaban selladas y ni con algún incentivo las abrían. Tendría que esperar, tendría que seguir buscando por otros lugares, pero debía saber qué ocurría allí. La ciudad estaba en constante peligro, y más con lo que sabía que podía llegar. No podía dejar que en aquella ciudad donde había depositado todos sus esfuerzos se destruyese, ni por un ataque exterior, ni por un ataque desde dentro de la misma. Continuaría. Lo tenía claro, como siempre lo había tenido.

Se fue de allí y se dirigió a las puertas de la ciudad, más tenía que saber y ya se le había hecho suficientemente tarde. Continuó su viaje y se adentró en el desierto que había tomado como hogar para intentar descubrir aquello que su mente no lograba discernir…