davidsanesc

25/06/2006 00:35:14

//lo se lo se, son post muy largos, pero merece la pena leerlos, tanto los mios como los vuestros.xD

//a todos aquellos que vayan a formar parte de esta historia, este primer post explica el porque de ella. Es larguita de leer, pero así sabreis el porque se os contrata aunque en el servidor no se os explique todo. Podeis seguir vuestras lineas de investigaciones, de contrato de gentes, dicese Fibrizio haciendo pruebas. De pensamientos de la gente que ya va a formar parte de esto, etc aquí. Espero que os guste la aventurilla. Rusco, kata, Fibrizio y los que sigan, ya sabeis a postear un poquillo, quiero ver que ocurre dia a dia, o semana a semana.xD

[color=red:d3080a0ef2]//gracias a la ayuda de DMs y SMs cambiaré algunas cosas dentro de la historia. Se pasará a buscar como dice Anen un vampiro poderoso, para preguntar algunas cosas, para ver el poder de los mismos, para saber mas de ellos (y frente a ellos, por lo menos tal vez Aioleth se quede, por su historia ha sido curiosa desde pequeña) y para ver de que disponen? xD. El lugar de destino será el mismo. [/color:d3080a0ef2]

[i:d3080a0ef2]Una brisa leve azotaba la costa del puerto de Aguas Profundas. El mercader particular de los artesanos comenzaba a recoger sus cosas en medio de la puesta del sol. Como cada tarde preguntaba a la señorita Aio si tenia algo nuevo que contar. La semielfa contestaba negativamente.

- No, mi señor. Pero quien sabe, tal vez tenga algo que contarle en un futuro. Hay cosas que me intrigan demasiado y de las que no tengo las respuestas.

El mercader asentía cerrando la bolsa del día con un pequeño cordón en su parte superior; luego cargaba la misma bolsa sobre su buey y se dirigía tranquilamente divagando en sus pensamientos hacia el local artesanal de la ciudad, guardando allí sus pertenencias para poderlas vender a quien quisiera el día oportuno.

Mientras su compañero tomaba ese camino, Aio comenzaría su trabajo nocturno. La diferencia del diurno era muy sencilla: a estas horas de la noche se podría concentrar mas y podría tener mejores resultados sobre las armas.

Aioleth abría pues lentamente la puerta de la torre de magia de la ciudad intentando no hacer mucho ruido para no despertar a sus compañeros. Subía las escaleras y abría la puerta del laboratorio. La oscuridad reinaba allí adentro. La semielfa se acercaba a los candelabros de las esquinas chasqueando los dedos y prendiendo así las mechas sin tocarlas. Luego se quedaba frente a la mesa del laboratorio unos segundos pensando en la monotonía del día a día, de su trabajo. Su libro de magia donde anotaba sus fórmulas descubiertas estaba ahora cerrado. No hacía falta mirarlo tan a menudo. Se dispuso a colocar una de esas pequeñas armas llamadas dagas encima del recipiente mágico El resultado no debía ser una daga cualquiera, pues era un pedido. El encargante, un compañero suyo del Refugio necesitaba una daga poderosa, a ser posible capaz de hacer que su cuerpo se regenerase como lo conseguía hacer con aquel anillo mágico.

Hacía unos meses Aio había dado con tal fórmula. La inscripción correcta del conjuro adecuado, el elemento mágico y el arma recién creada permitiría que aquel amigo suyo tomara la fuerza vital de su oponente una vez acertara el golpe sobre el cuerpo del adversario.

Aio sacó la vara apuntando directamente sobre el pergamino colocado entre la pequeña arma y el frasco que contenía el componente necesario para que la unión mágica tomara forma. De repente notó aquel escalofrío, los pelos se le pusieron de punta y la piel de gallina. Se acercó lentamente mirando el nuevo filo. Un aura maligna rodeaba la daga. Sus dedos se pensaban dos veces el tener que acercarse a la empuñadura. La mano se acercaba e instantáneamente volvía hacia atrás, como temiendo cortarse. Pero una vez más cogía el arma y la depositaba con cuidado entre un trozo de cuero y luego sobre una pequeña caja.

Hacía unos días le había comentado a Rusco esa sensación al crear esas maravillas de armas, esas poderosas creaciones tanto destructivas como todo lo contrario, armas que podían sanar al portador.

Rusco, su compañero de laboratorio, afirmaba esa misma sensación: los pelos de punta, esa sensación que tiene uno al acercarse a un gran poder del cual apenas se sabe nada.

La joven semielfa empezaba a sentir una curiosidad más fuerte de lo normal.

Cogió la caja entre sus manos y se dirigió a su habitación. Allí estaba su bolsa, su gran bolsa, llena de objetos, los mejores objetos de cada día esperando a ser portados por grandes guerreros. Guerreros que no veía desde hacía tiempo.

(El encargo de Vernosh está listo. Me dijo que le podría encontrar en Calimport. Aunque allí tengo prohibida la entrada. Supongo que estará por las afueras ... o bueno, tal vez ni esté allí.)

La semielfa, cansada por la hora que era se acostaba entonces en su colchón de plumas. E dinero que ganaba sabía utilizarlo. Un cansado día de trabajo merecía tener algún que otro capricho.

El día siguiente amanecía como otro cualquiera. La gente comenzaba a salir a las calles, los guardias a tomar sus puestos de trabajo, el viejo mercader salía de la taberna tras haber tomado una buena copa de vino, de un tal Corwin decía él.

- Aioleth, debería tomar una buena copa de ese vino, le aseguro que le gustará.

La semielfa negaba a ello diciéndole que si hacía eso podría hacer que el laboratorio saltase por los aires, por lo que no era buena idea.

- Bien, mi señor, espero tenga un buen día, yo parto ahora mismo a Calimport.

El mercader se despedía entonces de ella.

- Tenga cuidado jovencita, no la vayan a apresar.

- No pasará nada mi señor. Apenas se me nota mi mestizaje, además ya permiten portar capuchas dentro de la misma ciudad, será por el calor insoportable.

El barco como cada semana comenzaba a izar sus velas a la misma hora aproximadamente, cuando el sol había terminado de salir en el horizonte.
Algunos de los pasajeros ya estaban dentro, algunos conocidos, otros no.

Deurmont entonces gritaba a sus marineros para salir, pues ya no había nadie mas al parecer esperando para partir.

- Vamos mis marineros, hoy el día es tranquilo, como no nos demos prisa no llegaremos a tiempo. El viento sopla flojo y no queremos llegar tarde, ¿verdad?

Así pues la travesía fue larga, el sol subía lentamente y las gaviotas empezaban a verse cada vez mas alejadas. Los niños se quedaban mirando a los pocos delfines que saltando cerca del barco les divertían.

Calimport se veía ya, a medida que el barco se acercaba se comenzaba a divisar el gentío. Una muchedumbre morena, como quemada al sol por el trabajo. Pero no, los calicitas ya tenían esa piel de nacimiento. La habían heredado de sus generaciones antecesoras. Su forma de vestir les distinguían de las demás ciudades. Hombres orgullosos de pertenecer a tal ciudad esperaban en los amarres del puerto. Las cuerdas del barco eran lanzadas por los bravos marineros y recogidas por aquellas gentes.
El cruzar la pasarela entre el barco y el muelle de la ciudad haría de Aioleth una persona mas vulnerable.

Se había informado anteriormente de si necesitaba algun permiso especial para entrar en aquella ciudad. Los guardias de Aguas le dijeron que sí, que se debería de poner en contacto con el consejo de la misma y que ella no tendría problema, que aun siendo mestiza podría vivir allí mismo si lo deseaba.

- Señorita, como se nota que conoce poco de esos calishitas. En cuanto sepan el dinero que posee no dudarán en quitárselo de las manos.

Aioleth una vez en la ciudad pidió una entrevista en el consejo. Dio la nota a la persona que le dijeron y así en unos días podría moverse más tranquila por aquella ciudad.

Salió entonces de la ciudad, pues no sería de su agrado ser encarcelada nada mas llegar.

Vernosh, ese mago peculiar, estaba acampado en las afueras. Un bosque algo raro se extendía a centenas de pasos de los grandes muros de Calim.

El mago, de túnica negra parecía intranquilo. Aioleth se agarraba la capucha mientras el viento soplaba en dirección contraria a su paso.

- Vernosh. No me ha hecho falta ni buscarte. Tengo la “maravilla”.

Mientras decía esto su cuerpo se volvía a estremecer.

- Vaya Aio, te has dado prisa. No te esperaba en tan pocas semanas.

- Sí bueno, digamos que me siento algo rara teniendo esto en mis manos. La magia que posee es demasiado poderosa y no la termino de conocer del todo.

- Aio, ya sabes, cuando tengas tiempo dedícate a buscar el origen del poder que imbuyes. Es una cosa que haces día a día, no vaya a ser perjudicial para ti, y espero que no lo sea para nosotros.

La cara de Aio cambió preocupándose al instante.

( Es cierto. Ese conjuro me estremece por algo. Sus palabras hablan de la inmortalidad, de la curación a partir de la sangre.)

- Vernosh, ¿ qué sabes tú del toque vampírico?

- Aio, vaya preguntas me haces. La verdad es que ese conjuro es sombrío, y que lo debió crear un mago muy poderoso, como dice su nombre, su origen puede provenir de un vampiro.

Las palabras se entrecortaban entre el viento caluroso de aquel desierto. Las nubes estaban muyy lejos y el Sol parecía brillar tres veces mas que en Aguas Profundas.

- Perdona pues amigo mío, pero la “maravilla” que te traigo está creada a partir de ese poder. Espero me perdones si afecta negativamente en algún acontecimiento futuro. Ahora que pienso no debería crear mas armas del estilo sin antes averiguar que puede causar al portador la magia inherente ahora en ella.

- Es cierto Aio, de todas maneras no creo que vaya a pasar nada malo. Ahora que pienso existe un vampiro o eso tengo entendido en las afueras de tu ciudad. Una vez tuve que deshacerme de una sanguijuela de esas, le corté las extremidades, y luego la clavé contra un muro.

Mientras le contaba a Aio como se deshizo de un vampiro la cara de Vernosh mostraba una cara de preocupación.

- El miserable me dijo que un día volvería a por mí. Pero no creo que vuelva, pues le mandé al mismísimo infierno. Me contó algo antes de morir, que su señor vendría y se vengaría. Su señor decía!!!!! El Primer nacido como decía él. El mismísimo señor de Aguas Profundas, allí donde nadie va.

Aio se preocupó un poco.

(El primer nacido. ¿ Y si esas armas convierten a mis amigos en vampiros? Al fin y al cabo vi lo que le pasaba a Earaniel cuando se autohirió ella misma para comprobar si el poder daba resultado tras herir luego a un trasgo. Esa cara de satisfacción que puso cuando regeneraban sus heridas, como cuando una persona sedienta tras no haber bebido durante un día entero en medio del desierto agarra una cantimplora con agua fresca y no la suelta hasta haber terminado con la última gota. Tengo miedo de que algo malo pueda ocurrirles si las usan demasiado. He de ir a ver a ese primer nacido y conseguir con certeza la información que deseo. Tanto mi trabajo, como el de Rusco, como el de los futuros aprendices de las diferentes ciudades puede llevar a la ciudad a un caos en caso de que ocurra una trasformación indeseada.)

- Vernosh, he de marchar. No uses mucho la daga. Espero verte pronto.

Aio se despedía así intranquila de su amigo. Un día que había amanecido como otro cualquiera dejaría su corazón intranquilo hasta saber la respuesta. [/i:d3080a0ef2]

davidsanesc

25/06/2006 13:45:26

[i:0327b5cc82]El barco zarpaba a Aguas Profundas al día siguiente. Mientras tanto tenía tiempo para averiguar si la gente de Calim sabía algo acerca de los vampiros.

Cuando llegó a Calim, un gran edificio se mostraba ante la multitud repleto de gente. Parejas de aventureros entraban y salían de allí. Algunas parejas preguntaban si habían habitaciones libres a los semiorcos de la entrada. Aquellas moles respondían afirmativamente sin saber si era cierto. Sus grandes hachas dobles estaban apoyadas contra la pared detrás de ellos, hachas que serían solo usadas en caso de haber una gran trifulca o para imponer a los ladrones que intentaran entrar. Había algún mediano que otro vestido de negro merodeando por los alrededores de ese gran edificio, esperando a ver si se paseaba por las calles cercanas al Kanduq.

La mujer entonces tras hablar con Vernosh se acordó de tal lugar. Un mediano que paseaba por la ciudad se fijó en su gran bolsa. De repente se acercó hasta ella.

- Buenas tardes señorita. ¿Quiere que le ayude con su bolsa?

La semielfa desconfiada desde hacía meses negaba ante tal pregunta.

- No, mediano, puedo yo sola, pero gracias por tu ayuda. Oye mediano, ¿sabes si se venden estacas por aquí?

La cara del mediano era de alucine. Debía pensar que esta mujer estaba loca o algo parecido. Qué hacía Aio preguntando a un mediano si sabía donde se vendían estacas. No era normal, no.

- mmm señorita, no se donde se venden estacas ni me importa. Pero si quiere, yo le puedo vender algo mejor que una estaca. Tal vez una daga, o un bastón, o un anillo. ¿Tal vez una nueva túnica?. ¿O preferiría una armadura para su marido?

Ese mediano llamado Kata, parecía querer deshacerse de su casa entera. Parecía tener todo lo necesario para poder sobrevivir en cualquier lugar.

- Kata me dijiste, verdad? Pues si no tienes estacas, ¿que crees que podría acabar con un vampiro?.

- Vampiros ehhh. Pues la verdad, seguro que con esta guadaña puede separar su cuerpo de sus cabezas. Aunque no la veo a usted capaz de poder hacer eso.

Aio necesitaba comprar el equipo necesario por si a ese vampiro se le ocurría saltar a los cuellos.

- ¿Cuánto cuesta mediano? Espero que no sea muy cara.

- Dos millones, solo eso señorita. No se arrepentirá, pues esta guadaña tiene propiedades mágicas.

El mediano Kata parecía estar intentando desembolsar a Aio, pero la semielfa apenas se daba cuenta ahora de lo que era barato o lo que era caro. Hacía mucho tiempo que había dejado de ser una simple semielfa para ser una noble de Aguas Profundas. Su dinero le permetía tener ese rango entre la gente.
La mujer entonces dio unas cuantas bolsas repletas de monedas al mediano y este le dio la guadaña..

- Una cosa mas señor Kata. ¿De donde saca usted tantos objetos?

El mediano sonreía tras su capucha pensando seguramente en la cantidad de gente a que había sustraido algun que otro objeto, o en la cantidad de sitios peligrosos en los que se había metido con tal de ser famoso entre los suyos.

- Trabajo señora trabajo. Está viendo al mejor cerrajero de Calim. Cuando un noble se queda atascado sin poder entrar en su casa, me llama a mi, el noble mediano mas encantador de la ciudad.

El mediano podía estar tomándola el pelo, pero la mujer se quedó con la frase de ese peculiar individuo.

Los dos se despidieron y Aio siguió su camino a la posada.

Abrió la puerta, y aquel lugar estaba repleto de gente. Nobles entraban tras ella a eso de la hora de cenar. Todo el salón estaba lleno de gente riendo, medio borracha y otra hablando de sus cosas. La camarera iba vestida casi como para sacar el deseo sexual de los clientes. Sería porque en las plantas superiores a parte de tener habitaciones libres para poder descansar había también un burdel. El mejor burdel de la ciudad.

Aio tomó mesa en una esquina, poniendo su bolsa en el suelo, bajo ella, siempre vigilándola para que ningun desgraciado metiera mano en ella. A lo lejos había un hombre fornido, que sacaba de su bolsa un cráneo. La gente tenía cosas mas importantes que hacer que ponerse a mirar en lo que hacía aquel hombre, pero Aio no, Aio iba en búsqueda de cualquier persona que pudiera saber algo sobre los vampiros.
La semielfa se levantó de la mesa, cogió su bolsa y se sentó enfrente de aquella persona.

- Saludos caballero. Soy Aio.

El hombre salió de sus pensamientos y miró a la mujer.

- Buenas noches Aio, ¿desea algo preciosa dama?

La semielfa señalaba el craneo empezando a preguntar de dónde lo había sacado.

- Bueno señora, es largo de explicar y ha sido difícil de conseguir. Su precio es oro en estas tierras y siempre hay magos adinerados dispuestos a pagar bien por él.

- Le doy 500 000 monedas por él y 100 000 mas por saber de donde lo sacó.

- Señorita Aio, eso se puede ver claramente. Lo saqué de mi bolsa. De donde quiere que lo saqué. ¿Del bolsillo?. Discúlpeme, hoy estoy de buen humor, mi nombre es Fibrizio.

- Encantada señor. Y una pregunta, ¿vio vampiros en el lugar donde encontró ese cráneo?.

El hombre se acordó de que precisamente ese no era buen lugar ni para haber sacado el craneo, ni para estar hablando de estos temas.

- shhhhhhh. Salgamos de aquí, no es buen lugar para hablar de esto aquí. Venga, le diré lo que quiere saber, pero espero que tenga esas 100 000 monedas.

Los dos salieron por la puerta. Una mirada ajena de un hombre pálido sentado en otra esquina se percató de la palabra que la joven semielfa acababa de usar hacía un rato. El hombre no era un vampiro, si no una persona enferma, borracha, que estaba a punto de caerse de espaldas de su silla y no tenía mejor cosa que hacer que escuchar a los demas y ver cosas borrosas en medio de aquella taberna.

- Venga Aio, parece una maga, supongo que por eso se ha interesado en este cráneo de liche. Y por lo demás pues a cambio de ese dinero le daré esa información.

Los dos se adentraron por aquellos callejones tras haber pasado aquel lugar sucio, lleno de avisos manchados en sangre seca en sus muros indicando que nadie entrara en aquel lugar. Símbolos extraños estaban dibujados en sus paredes. Aioleth no sabía de que lugar se trataba pero mejor era no averiguarlo.

- Señorita, esto es el Kanduq, coja bien su bolsa y si nos cruzamos con alguien no le mire. A veces esta gente de por aquí piensa que con solo mirarles les estamos ofendiendo o queremos pelea.

- y entonces, ¿qué hacemos viniendo aquí? ¿Está usted loco?

- No señora, conozco un lugar donde podremos hablar tranquilos, pagaré al enano unas cuantas monedas y nos dejará un rincón de su taberna libre de oidos indeseados.

“El camello escupiendo”, bonito nombre, tal vez fuera un nombre en clave de algo mas grande. Un camello identificaba el lugar con el desierto, lugar en el que se encontraban. ¿pero y el escupiendo?. Bueno, no importaba eso ahora.
Entraron los dos en la taberna. El enano saludaba a todos los clientes al entrar.

(Mas oro, mas clientes, esta parece una maga, la voy a emborrachar y a cobrar el doble por las cervezas)

Fibrizio se dirigió a él dándole una pequeña bolsa con monedas.

- Necesitamos un lugar tranquilo maese.

El enano se dirigió a una esquina donde habían dos medianos ya borrachos.

- Venga, vosotrrrros dos parra afuerra, ya es horra de que vayais a hacerrr algo de provecho.

Los medianos borrachos se miraron sacando sus dagas en plan de cachondeo.

- Si cortamos tu palo alomejor se lo podríamos vender a alguna mujer que lo quiera por un módico precio de una moneda de oro.

Los dos medianos se partían pensando en la mujer aceptando esa cosa inherte.

El enano ya los conocía a todos, todos eran iguales. No le gustaba mucho que se metieran con él, pero le encantaba escuchar las peleas entre ellos, por lo que los pilló a los dos del cuello de sus túnicas y los levantó como una gata madre levanta a sus gatos cuando acaban de nacer. Los medianos pataleaban en el aire descojonandose aun de aquella frase, y borrachos seguían diciendo:

- jajajaj, te lo imaginas? Una moneda de oro!!!! Jajajajaja.

El enano los dejó caer fuera de su taberna, fijándose en sus caras para tal vez otro día devolverles el comentario.

- Bueno señor, y señora. Ya tienen un lugar para ustedes.

- Gracias maese.

Aio hizo una pequeña reverencia entre aquella gente. Aquellos no era los modales adecuados para ese lugar.

Los dos se sentaron solos en aquella esquina y comenzaron a hablar de cosas importantes.

- Vampiros, se está metiendo en un lio señora. No debería averiguar nada sobre ellos, mejor dejarlos en paz. Con suerte se seguirán alimentando de esos plebeyos a quien nadie busca. Esas malditas sanguijuelas sobran en esta ciudad.

- Por lo que oigo decirle sabe cosas de ellos. Yo estoy buscando a cierto vampiro, no a uno cualquiera. Le llaman el Primer nacido.

Fibrizio puso una cara de asustado, de pensar también que estaba ante una loca.

- ¿Usted conoce al Tzas Tzam? //o como se llame//, es casi como un dios, y ese vampiro que dice buscar no creo que tenga menos poder que él.

- Señor, no se quien es, pero mis amigos pueden estar corriendo peligro. Deme toda la información que tenga por favor, le pagaré por ello. Seguro que si usted ha acabado con ese liche sabrá mas que nadie de por aquí a lo que me enfrento. Liches y vampiros tengo entendido se suelen unir. Dígame por favor.

- La verdad es que si pretende acercarse a ese poderoso vampiro necesitará ir con gente capaz de defenderla, con gente capaz de deshacer las trampas que puedan haber ante usted, con alguien que haga desaparecer a esos muertos de su vista, con tal vez un explorador que se dedique a investigar antes el terreno que va a pisar. No le será nada fácil. Si sus amigos corren peligro, usted lo correrá mas atreviéndose a ir a ver a ese vampiro. Espero que no quiera terminar de matarle o algo similar.

- No, no es eso. Necesito llegar a él y hacerle unas preguntas. Solo eso. Ofrecería una gran cantidad de oro por tener a gente capaz de acompañarme a tal lugar. Usted tal vez. Si pudo con ese liche podrá tal vez defenderme de un posible ataque.

Aio medio nerviosa, por ser cierto que iba a necesitar de la mejor compañía ofrecía en ese momento una gran cantidad de oro.

- Cinco millones de monedas de oro. Por favor, necesito llegar hasta él. Se lo agradecería el resto de mi vida.

Fibrizio casi se cae de espaldas al oir entre susurros esa cantidad de dinero, pensando que hacía unos añós se había estado dedicando a proteger a la gente, pero que hacía tiempo que no se dedicaba a eso.

- Bien, por ese precio acepto. Pero que sepa que necesitamos al mejor equipo. No pienso ir solo con usted señorita. ¿Con cuanto dinero puedo contar para los demás? Pues yo mismo me ocuparé de buscarlos. Usted no se preocupe por eso.

- mm por la misma cantidad. Pero busque a los mejores, quiero salir con vida de allí, y supongo que ellos también querrán salir con vida. Y Rusco, él también querrá salir con vida.

- ¿Rusco? ¿El imbuidor de nuestra ciudad? Vaya, proteger a dos magos, esto va a ser interesante. Ese mago es amigo mio. Veré que puedo hacer por usted. Pero mientras tanto, no se meta en lios. Yo la avisaré en cuando podamos partir. Necesitaré también algo de oro para sacar información, tal vez podamos ir con algo de ventaja. Ya que usted sabe el lugar como me ha dicho hace un rato, esa información ya la tenemos.

Aio le da pues una gran cantidad de oro para que saque la información que pueda. Y los dos tras terminar la charla salen de la taberna despidiéndose del enano. Fibrizio la acompaña hasta la posada y le desea buenas noches, lo mismo hace ella deseándole suerte.

- Nos veremos en poco.

El corazón de Aio empieza a latir fuertemente, tal vez porque está a cada rato más cerca de las respuestas.[/i:0327b5cc82]

davidsanesc

25/06/2006 14:47:20

// Para que el grupo vaya viendo las cosas que van ocurriendo ire posteando o haced vosotros tb para que no repitamos.

//por ejemplo

//picaro de grupo: Kata
//explorador de grupo, diestro con el arco: Elvin
//jefe de equipo: Fibrizo (por ahora encargado de reclutar a los mejores y conseguir informacion extra)
//pjs interesados en la quest: Aioleth, Rusco (creo.xD)

//exploracion exterior para realizacion de informe de edificios viejos cerca de aguas en que puede morar El primer nacido: Elenthyl (guardia de Weldazh)
//en busca de la sangre: regalo del vampiro: Ildrtih y CIA
//pixies en busca de las armas: Oery "pixie de Aio", (no recuerdo el tuyo) "pixie de Morigan", (ni el tuyo.xD) "pixie de Amaan"

//id postando etc cuando vayais sabiendo cosas, pongo lo del encargo de la exploracion para que Fibrizio por ejemplo no lo encargue por su parte, claro que por rol, tb lo podria hacer, puesto que hace un huevo que no lo veo.xD

Fibrizo

25/06/2006 15:10:57

//Soy Fibrizo (sin I en medio) :P

La conversacion la recuerdo habiendome dado los detalles de para que necesitais encontrarlo, y tal. estoy un poco vago para ponerle el internet al portatil, que es donde juego, asi que 2 o 3 dias mas, y podré entrar a menudo. Si necesitais saber algo, mi bandeja de mensajes privados esta abierta a notas dejadas al tabernero de la novena campana.

Aclaro que Aros es el pseudónimo que usa mi personaje Fibrizo... no lo busqueis conectado :P

Elenthyl

25/06/2006 16:34:14

[i:6f738485c6]El sol se ponia lentamente, filtrandose en un torrente de increibles colores a traves del bosque. El sonido de la vida comenzaba a apagarse dejando paso al ronroneo de la noche... todo parecia tranquilo.
En las profundidades de Weldazh, lejos de la ciudadela elfa, un elfo salvaje se desplazaba a toda velocidad entre la maleza. Una pantera le seguia pareja en destreza, sorteando los obstaculos con la inmaterialidad propia de las sombras. En un gesto casi coordinado animal y elfo alcanzaron con un habil salto el follaje de uno de aquellos gigantescos arboles que pueblan el bosque, y alli se detuvieron en una postura de equilibrio inverosimil. Se enfrentaban mirandose fijamente, ocupando la misma rama.[/i:6f738485c6]

- Maldicion, Luna -jadea Elenthyl- es imposible ganarte...

[i:6f738485c6]La pantera le gruñe suavemente, como diciendo "ya te lo adverti, testarudo elfo, por muy salvaje que seas nunca estaras a mi altura..."

Descansando junto a su fiel compañera, el elfo meditaba preocupado. Algo estaba fallando... a pesar de haber sido bien acogido en Weldazh a su llegada de las junglas de Khult, no estaba del todo a gusto en su nuevo hogar. Llevaba tanto tiempo parado en el mismo lugar... habia llegado hace casi un año pero a el le parecia un siglo entero. Sus tareas como Guardian de Weldazh le ayudaban a pasar el dia, pues no tenia ocasion de pensar, pero al caer la noche una pesada losa de ansiedad no le dejaba conciliar el sueño, asique se veia obligado a correr junto a Luna durante horas antes de poder caer rendido y descansar.[/i:6f738485c6]

-Debo hacer algo -pensaba Elenthyl- no puedo seguir asi... Quiza si me alejo de Weldazh durante un tiempo, no muy lejos para estar localizable...

La pantera yacia sobre la rama, su respiracion acompasada y cada vez mas lenta arrastraba al elfo hacia su tan buscado descanso.

-Necesito unas vacaciones, ocuparme de algo fuera del bosque -se decia a si mismo entre bostezos- ... y siempre he querido visitar el Norte...

[i:6f738485c6]Los ojos de elfo y pantera se cierran al unisono. La noche campea sobre el bosque, arrullando a los amigos con su suave ronroneo.



Una semana despues, amanece un nuevo dia sobre la ciudad de Calimport. En el preciso instante que el sol ilumina por primera vez el distrito maritimo de la ciudad, una figura encapuchada sale de la posada en direccion a los muelles. Las gaviotas parecen saludarle cuando se acerca al barco, que esta a punto de partir. Tras saludar al Capitan del navio, Elenthy se introduce en su camarote a fin de asegurar su equipaje y ponerse algo mas comodo para el viaje. Tras unos instantes sale del camarote y se dirige al puente.[/i:6f738485c6]

-¿Estas listo, elfo? -pregunta Deudermont- Espero que lo hagas al menos tan bien como el joven Jack
-No lo dudeis ni por un instante. Mis ojos son agudos, y estan entrenados para mirar a la vez de ver -sonrie el elfo-.

Con un par de graciles saltos se encarama al los palos de la nave, situandose en la posicion mas privilegiada para avistar alrededor del buque. El elfo habia tenido suerte, ya que el joven vigia se ha resbalado la mañana anterior y tenia el brazo inhabilitado durante un par de semanas. El viaje le saldria gratis.

-Ni un navio pirata se acercara a nosotros sin ser descubierto con mucha antelacion, capitan -grita Elenthyl desde lo alto del palo mayor- partamos rumbo a Aguas Profundas, ¡Rumbo al NORTE!

Mientras la voz de Elenthyl se pierde en la bocana del puerto, el veterano capitan da las ultimas instrucciones para partir, mientras piensa en lo extraños que pueden llegar a ser los elfos en algunas ocasiones. Las gaviotas acompañan al explorador durante toda la maniobra, y lo despiden ya en mar abierto mientras la luz de la mañana derrama su aplastante poder sobre la ciudad de Calimport. El barco parte hacia Aguas Profundas. Elenthyl parte en busca de aventuras.


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Elenthyl, explorador y arquero Guardian de Weldazh, iniciado de su arboleda.

davidsanesc

25/06/2006 18:42:00

[i:0433380399]- Amaan, abre el libro por la segunda página, hoy toca “Poder eléctrico sobre filos”.

- Sí maestra.

Aioleth había dejado de imbuir durante estos días con la sangre y había dedicado a pasar unos pocos días con su alumna. Amaan Door, una joven elfa que atraía las miradas de los guardias de la ciudad, con su paso firme, su ropa diferente a la que una aprendiz de maga podía llevar. Ella era joven al fin y al cabo y Aioleth había pasado por esa etapa.

- Amaan, ¿que armas tenemos hoy para practicar?

- Dagas maestra, dagas, para variar.

- Como siempre, que se le va a hacer.

Unas carcajadas de compañerismo sonaban al unísono mientras el corazón de la semielfa sufría por sus compañeros.

Las dos colocaban una daga cada una en sus mesas respectivas, pues Rusco no estaba allí hoy y no tenía que esperar a que Aio impartiera la clase. Seguramente estaría en su tienda de Calim vendiendo o intentando vender unos de sus preciados objetos.

- Amaan, el componente de hoy son los polvos de hada como pone en la formula de mi libro. Te explicaré esto. Las hadas son unos seres como ya conoces bastante inteligentes, muchas veces compañeros nuestros, su magia seguramente provenga de las primeras generaciones en que las diminutas hadas debían sentir curiosidad por nosotros, los magos. La cuestión es que las pequeñas no tienen la capacidad de usar muchos de los conjuros, pues algunos de ellos requieren de otros componentes, componentes que no podrán conseguir por sus propios medios. El poder eléctrico proviene de ellas mismas, la luz que crean intensificada cien veces mas crea esta energía poderosa capaz de quemar un tejido. La verdad es que me he llevado mas de un calambrazo indeseado por curiosa.

La semielfa recuerda a su tío entonces decirle que no tocara las armas. Y ella curiosa iba y las tocaba.
Una vez dada la explicación las dos escribían el conjuro sobre un pergamino en blanco y lo depositaban entre la pequeña daga y el frasco de polvos. Sacaban sus varitas respectivas y zas, un resultado perfecto, sin tener que desaprovechar el tiempo con este conjuro que salía a la perfección cada día.

Las dos sonreían de nuevo.

- Amaan, ¿sabes algo de Rusco?

- No, la verdad es que no.

La semielfa había acabado la clase por hoy, y sentía curiosidad por saber si su amigo estaba bien.

(Espero que Rusco no imbuya demasiado con ese conjuro. Debo ir a hablar con él.)

- Bueno Amaan, en unos días nos vemos, partiré a Calimport mañana por la mañana.

La elfa asentía sonriente tras haber terminado la clase con un buen resultado. La joven aprendía rápido y sus resultados eran perfectamente equiparables a los de su profesora. Tal vez en poco sería mas conocida que ella.

El barco salía como a menudo a primera hora de la mañana. Reinaba la tranquilidad en la mar como cualquier otro día.

Rusco había marchado a Calim unos días sin saberlo ella. Su negocio no debía permanecer desatendido mucho tiempo. Los experimentos los solíamos hacer juntos en Aguas profundas, pero allí no venía demasiada gente a pedir encargos.

La semielfa llegó al puerto y comenzó a preguntar a la gente de allí a ver si conocían su local. Algunos respondían simplemente que debía estar en el distrito de la magia, otros no tenían ni idea de quien era el mago. Paso a paso cargada con aquella bolsa que pesaba mil muertos avanzaba hacia su tienda sin saber que daría con ella a la primera.

Allí estaba él.

- Rusco, por fin te encuentro.

Dejando la bolsa apoyada en el suelo. Frente al mago estaba ese mediano, Kata, que al parecer estaba haciendo negocios con él.

- Aioleth, un momento, ahora termino y estoy contigo.

- No pasa nada amigo, termina con Kata. Tomate el tiempo que necesites, de todas maneras no me importa que el mediano escuche lo que tengo que decirte, tal vez pueda ayudarnos en una cosa.

El mediano buscaba en su bolsa algún que otro anillo mágico y sacaba su lista de peticiones. Unas peticiones algo increíbles. ¿Para qué quería el mediano tales objetos?

Los dos terminaron de hablar y Aio comenzó a hablarles de su inquietud con el vampiro. El mediano vacilaba, no estaba seguro de querer arriesgarse tanto, pues el dinero por contratarle no le parecía tan importante como el poder conseguir algún objeto poderoso. Tal vez uno de los que andaba buscando en su lista. Esos objetos que no encontraba desde que vivía allí en Calim.

- Kata, ¿vos sois el mejor cerrajero, no? Tal vez tenga que desatrancar esas puertas. Te pagaría muy bien por ello.

- Señorita, ya le he dicho que es muy arriesgado. No quiero su dinero, pero lo aceptaré. Si voy es porque me ha dicho que vendrán grades guerreros y que podré dedicarme a buscar entre las pertenencias de ese bichejo.

- Gracias kata, por mi puedes coger lo que quieras, pero no creo que los demás quieran quedarse sin nada. Rusco, kata está con nosotros. ¿qué dices de la nota que te envié el otro dia?

- Aio, la verdad es que es muy arriesgado. No creo que esas armas que creamos tengan el poder de convertir a los poseedores en vampiros ni mucho menos. Pero bueno, todo sea porque no deje de ser el mejor mago imbuidor de Calim.

- Me alegra oir eso. El señor Fibrizo está en busca del mejor equipo. Espero respuestas de él. Hace poco vi un anuncio en las tabernas, tal vez esté en marcha por su parte.

Terminando de decir esto kata se marchó a buscar entre sus pertenencias, tal vez necesitaría sus mejores herramientas. Aio volvió a coger el barco hacia Aguas y Rusco se dispuso a poner un anuncio mas grande en su portal.[/i:0433380399]

davidsanesc

25/06/2006 20:31:06

//nada, me he desviado del tema. Tal vez la quest esta si se hace quedará en una visita en que se nos dirá que los vampiros son vampiros por una maldicion, maldicion que no se trasmitirá por el hecho de portar armas que tengan el efecto de sanar. Pero bueno, seguimos hasta el final si os parece y luego ya se queda en eso. Yandrel gracias por las aclaraciones si lees esto. Supongamos que la maga no sabe si puede llegar a existir algo malo sobre el arma mencionada. Supongamos que por el hecho de que el conjuro se llame así, la mujer quiere acercarse a ver el vampiro por lo que os decia al principio, tal vez tengan un poder que se desconoce y ella quiere saber. El como averiguará ese poder, aun no tengo ni idea.

davidsanesc

25/06/2006 21:35:16

[i:630d4b34a4]La bolsa que cargaba Aio era muy pesada, apenas quería que nadie se acercara a ella. Estaba bajando del barco y no quería que los marineros le ayudaran. Casi le cayó al mar cuando pasaba por la pasarela de desembarque.

El comerciante estaba allí como siempre comprando y vendiendo alguna que otra cosa. Había pocos aventureros últimamente en Aguas y la verdad es que Aio no sabía a que era debido.

Era un día para aprovechar y salir de la ciudad y dar un paseo, tal vez la posible edificación se vería a simple vista, o tal vez no. La mina estaba vacía, ningún minero cruzaba los caminos con sus bueyes, tal vez estuvieran descansando en sus casas desde hacía ya unas semanas. Aio en cambió no había parado de imbuir armas para poder conseguir el dinero necesario para saber la verdad de las cosas. No quería que a sus amigos les pasase nada malo y menos aun a Satara, bueno y tampoco a su pequeño guardián Troy.

La semielfa iba a cruzar tierras fuera de la ciudad, susurro pues unas palabras y su cuerpo pasó a desaparecer a simple vista. Susurro otras palabras y su vista pudo pasar a ver lo que no se podía ver. Fue tonta, tanto girar la cabeza de un lado a otro que no vio al joven venir desde uno de los caminos, tal vez no viniera de un camino sino de entre los matorrales, pues antes no se le había visto. Un choque lateral hizo caer a Aio; el equilibrio del hombre en cambio le permitió seguir de pie aturdido pensando con que diantres se habría chocado, pues no veía nada.

De repente se giró hacia su compañera Luna para ver si por casualidad se había chocado ella con algo. La pantera estaba olisqueando algo en el suelo, sacando los dientes afilados ya que su amigo había chocado contra esa cosa que estaba tendida en el suelo y no se veía por lo que estaba medio aturdido aun.

- Luna, ¿que haces?

La pantera puso sus patas apoyadas en el aire, y Elenthyl se quedó asombrado.

- Pero que ......

Aio abrió los ojos y asustada conjuró hacia la persona que tenía delante para que la viera.

- Porrr favor, que no me haga nada.

Dijo temerosa de que a la pantera se le ocurriera sacar sus uñas sobre su cuerpo o acercar sus dientes a su cuello.

(Ni siquiera es un vampiro, pero seguro que es casi igual que ellos)

Pensando en el animal que tenía encima.

- Luna aparta, pobre mujer, aparta aparta. Ha sido sin querer seguro.

La pantera se echó atrás manteniendo su cola en posición vertical, como cuando un felino quiere atacar. El elfo podía ver entonces a Aio, una semielfa de pelo largo y blanco. Una maga pensaría enseguida al ver su túnica. El explorador venía de recorrer los caminos perimetrales de Aguas lo mas seguro.

- Perdone señora, me llamo Elenthyl, guardia de weldazh.

- Yo soy Aio, no pasa nada. (vaya, un guardia de Weldazh!!)

Mientras recogía su bolsa del suelo.

- ¿Acaso no miráis por donde vais?

Aioleth no recordaba haber estado invisible, pues estaba nerviosa, claro que por culpa de esa pantera, si le llega a clavar las uñas en vez de nerviosa se hubiera puesto furiosa.

- Señorita, se perfectamente por donde voy, lo que piso y lo que no, con lo que me topo y con lo que me dejo de topar, los caminos que he recorrido y los que he dejado de recorrer, las piedras que he pisado y las que no. Justamente se perfectamente que es lo que tengo delante y se si debo dar un paso hacia ese camino o en cambio no darlo.

- Perdón señor Elenthyl, no recordé haber estado invisible, ahora recuerdo. Por lo que dice es usted un sabio de los caminos. Sabrá entonces si ha visto por aquí cerca algún edificio viejo, ¿no?. Estoy buscando uno.

- Un edificio viejo, pues la verdad es que no vi ninguno. Acabo de llegar a estas tierras de Aguas y estoy investigándolas.

- Ha tenido suerte entonces. Le pagaré si me encuentra un edificio por aquí cerca, bueno mejor, necesito un informe de todos los edificios antiguos, en mal estado de la zona.

- ¿ Y por qué iba a tener que buscarlo?

- Tal vez un millón de monedas de oro le anime.

- Mm no me interesa el dinero. Tal vez pueda ofrecerme otra cosa. Pero bueno, lo haré, de todas formas es lo que iba a hacer, recorrer estas tierras.

- Gracias amigo, se lo agradezco mucho. Tome, un adelanto.

El elfo no preguntó acerca de que para que quería la mujer encontrar ese viejo edificio y se puso en camino, su pantera miraba de reojo a la semielfa calmandose al ver su belleza y al haber escuchado su duce tono, era casi parecido al de su amo, pero algo mas grave y tosco. Aioleth partió a la escuela entonces y allí encontró a un señor mayor que preguntaba por la maestra de imbuición, se decía llamar Mort Jars, un mago de Calisham.[/i:630d4b34a4]

//P.D. Esta gran cantidad de monedas se la ofreci porque le dije que fuera en grupo, qque no queria que fuera solo, se supone que la cantidad se reparte equitativamente entre la gente subcontratada o compañera de él pj en cuestion. (Cuanto termino técnico puaj) 8O

Elenthyl

26/06/2006 00:24:56

Caia la tarde sobre las colinas que rodean la ciudad de Aguas Profundas. En una hondonada a cubierto de miradas indiscretas, Elenthyl preparaba la cena juanto a su fiel amiga Luna. Podia recordar perfectamente los finos rasgos de aquela extraña mujer.

-¿A ti que te parece, Luna? -susurraba Elenthyl a la pantera- Era una elfa, o crees que era una humana tal vez...

[i:c0a95ef007]El animal le miraba confuso, le habia transmitido la imagen de una elfa y tras ella la de una humana, no sabia hacerse entender mejor con aquel elfo que le acompañaba desde su infancia. "Que se le va a hacer", se decia, "es asi de corto, pero le aprecio como a un hermano".

Elenthyl estaba de suerte sin duda. El viaje a Aguas le habia salido gratis, habia conseguido equipo a muy buen precio en el mercado y ahora alguien se empeñaba en sufragarle sus vacaciones.[/i:c0a95ef007]

-Para que querre tanto dinero -se preguntaba- me aprovisione completamente para un par de semanas por la centesima parte de lo que esa mujer me ha pagado, ¡por adelantado ademas!

[i:c0a95ef007]En cualquier caso le vendria bien para comprar un nuevo equipo, el suyo empezaba a dar muestras de fatiga. Pensando en esto, el elfo se durmio mientras la pantera hacia el primer turno de guardia.


Al dia siguiente, la pareja se puso en marcha sin dejar rastro de su paso por el lugar. Avanzaron sigilosamente hacia el Norte, sin encontrar nada ni nadie a su paso hasta las llamadas Colinas de Alerce. Tampoco vieron edificacion alguna en las zonas de los Campos Aureos que atravesaron.

Las colinas de Alerce son unas pequeñas elevaciones que se disponen paralelas de Norte a Sur a un par de dias de buena marcha de Aguas Profundas, en direccion Norte. Resultaron estar habitadas por diversos grupos de criaturas gigantescas, lo bastante torpes para no detectar al elfo salvaje ni a su pantera cuando atravesaron de noche su territorio. Durante dos dias avanzaron en silencio, deslizandose entre las colinas como una suave brisa, hasta llegar a las proximidades del famoso rio Dessarin.

Habian recorrido casi 500 millas cuando encontraron la primera construccion de relevancia, por su solidez y antigüedad, pero no era una edificacion propiamente dicha. Cinco dias habian pasado hasta llegar al famoso Puente de Piedra que salva el Dessarin al NorEste de Aguas Profundas. Quiza alli los exploradores encontraran algo de informacion.

En el camino del puente encontraron diversos viajeros que marchaban en pequeños grupos. Luna se mantuvo escondida en la maleza y avanzaba paralelamente a Elenthyl, que caminaba por el camino en espera de cruzarse com alguien que supiera algo sobre antiguas edificaciones. La ocasion fue propicia para el elfo salvaje, que encontro a un grupo de cuatro comerciantes de la zona que acampaban junto al puente al caer la tarde. Elenthyl se ofrecio a conseguir algo de caza para la cena, y lo admitieron rapidamente en el grupo, junto al fuego ya encendido.

Un mercader de Yartar, localidad al Norte del puente junto al cual pernoctaban en animada compañia, conto aquella noche junto a la hoguera antiguas historias sobre magnificas edificaciones perdidas para siempre, semihundidas en unos pantanos que daban en llamarse "Paramos Eternos" o tambien comunmente "Paramo del Troll". [/i:c0a95ef007]

Seria un buen lugar para empezar -penso-. Aunque sera realmente incomodo para Luna, no soporta los mosquitos... Bueno le preparare un repelente si encuentro una planta apropiada -se decia el elfo, mientras miraba a la oscuridad, donde Luna vigilaba atentamente al grupo de mercaderes y todo lo que le rodeaba-.

[i:c0a95ef007]A la mañana siguiente los mercaderes despertaron sobresaltados, ya que el elfo se habia marchado sin que se dieran cuenta y el mayor de ellos, encargado de la ultima guardia, se habia quedado dormido. Para su alivio comprobaron que no faltaba nada en sus pertenencias, al contrario. Encontraron cada uno de ellos un precioso rubi que les habia dejado Elenthyl en señal de agradecimiento por su compañia, y por la informacion. Que resultara ser cierta o no, no parecia preocupar al elfo, el solo debia comprobar si alli habia edificios de algun tipo y con ese proposito marchaba con paso firme aquella soleada mañana. El ronroneo de Luna, ya de vuelta junto a su compañero, acompañaba los alegres silbidos del explorador mientras viajaban al Norte.

Durante los dias que siguieron avanzaron por zonas despobladas dejando a la derecha el Bosque Alto, sin entrar nunca en él. Habria otra ocasion para visitarlo, siempre habia un momento para todo. Una vez superada la posicion, relativa, de los Picos Perdidos, llegaron a un segundo puente que cruzaba el Dessarin. Al otro lado un camino se internaba en una espesa bruma azulada. Habian pasado nueve dias. El paramo Eterno se extendia ante ellos, como una mancha borrosa en el horizonte, desdibujandolo todo.

Aquello era el infierno, al reves. Un infierno acuatico. Las zonas mas secas tenian un palmo de agua, los mosquitos campaban por doquier, la humedad lo invadia todo y haria sudar y estremecerte en breves intervalos de tiempo a cualquiera. El elfo salvaje, acostumbrado a las duras condiciones de las Junglas de Khult de su niñez, apenas se vio afectado. Luna blandia orgullosa el mejunge preparado por Elenthyl que, extendido por todo su cuerpo, repelia los insectos y evitaba que su pelaje estuviera siempre húmedo. Aquella receta que le enseñara su abuelo durante su educacion habia ayudado a la pantera en numerosas ocasiones.

¿Como describir aquella luz que lo invadia todo? Podria decirse que los rayos del sol no lograban penetrar en la inmensa nube que cubria aquellos paramos, sino que mas bien eran absorbidos por ella y reinterpretados en una claridad que hacia que todo pareciera tan palidamente azul.

Avanzaron hacia el NorEste intentando atravesar de lado a lado la zona pantanosa, dejando atras numerosos grupos de trolls hambrientos siempre que fue posible. En algunas ocasiones era tal su numero que resultaba imposible pasar desapercibido, dadas las condiciones de terreno, y el enfrentamiento era inevitable. Afortunadamente las flechas que Raman, el artesano, fabricaba para Elenthyl demostraron ser tremendamente eficaces. Aquellas finas agujas de roble estaban tan bien equilibradas que atravesaban casi de parte a parte los cuerpos de aquellos monstruos hambrientos. Y de esta manera avanzaron durante tres largos dias, dando caza a los trolls que se ponian en su camino.

Al tercer dia de pantanosa marcha, los trolls desaparecieron. Una quietud casi sobrenatural reinaba en aquella parte del Paramo Eterno, la mas cercana al Bosque de la Luna, con el cual lindaba. La pareja avanzo ahora mas cuidadosamente, haciendo buen uso de los anillos de invisibilidad que eran una parte basica del equipo de exploracion del elfo salvaje. Pero todo el sigilo se fue al garete cuando descubrieron el motivo de aquel extraño silencio, ya que un nutrido grupo de gigantes de las montañas se mostraba acampado en un alto seco del terreno.[/i:c0a95ef007]

-¡Gigantes! -grito Elenthyl-

[i:c0a95ef007]Un tremendo rugido de la pantera acompaño al grito del elfo, y los gigantes se percataron de su presencia. Gigantes... el enemigo predilecto del explorador. Algunos aun se giraban para localizar aquel estallido de furia cuando una flecha que emitia una extraña luz rojiza atraveso el ojo del que ocupaba la posicion central, estallando en llamas junto a la cabeza el gigante, dañando gravemente a los que se encontraban a su alrededor. Los gigantes que no quedaron cegados por la explosion solo acertaron a ver una lluvia de flechas que se dirigia hacia ellos, atravesando sus rodillas, obligandoles a apoyarse en la resbaladiza superficie del pantano, acercandoles a Luna. La pantera era un torbellino de zarpazos y colmillos ensangrentados que destrozaba las gargantas de los gigantes una vez que echaban rodilla a tierra. La destruccion se habia personificado entre ellos.

Al cabo de media hora el pantano aparecia teñido por la sangre de los gigantes que aun agonizaban sobre su superficie. Solamente cuando acabo el ritual de destruccion el elfo se percato del motivo de su presencia alli. Parecian proteger una especie de acceso, un arco rojizo iluminado por llamas que danzaban a su alrededor, flanqueado por dos esculturas humanoides de estilizados gestos, que levantaban al aire sendos bastones coronados por orbes. Aquel conjunto de tonos rojos y anaranjados contrastaba enormemente con el resto del paramo, uniformemente azul. Y sin embargo no habia sido capaz de verlo hasta ese momento...

...desconcertado, Elenthyl avanzo hacia el portal como si fuera a atravesarlo. El rugido de la pantera llego tarde, el suelo hizo "click" y Elenthyl estallo en llamas. El aire desaparecio a su alrededor, consumido por el fuego, impactando contra el al recuperar su posicion natural. Elenthyl cayo al suelo, apenas consciente, mientras Luna se acercaba a socorrerle. Su armadura de cuatro runas, recien estrenada, estaba completamente chamuscada en su parte delantera. Pero el elfo habia sobrevivido milagrosamente a la icineracion. Unos lametazos de Luna y algunas pociones le ayudaron a recomponerse, y juntos se retiraron por donde habian venido.

Elenthyl decidio regresar a Aguas Profunda e informar de sus avances. Si a aquella bonita semielfa le interesaba explorar aquel lugar lleno de trampas, seria imprescindible la participacion de un consumado artista de los engranajes. No queria mas sorpresas. Durante el camino de vuelta recorrieron en orden inverso las etapas de su viaje al paramo, y en cada descanso el elfo anotaba sus impresiones en un pequeño cuadernillo de viaje que habia sobrevivido, junto al resto de la mochila, a la deflagracion. El viaje transcurrio sin incidentes, recuperandose el elfo de su mala experiencia con el fuego por el camino. Debia informar a Aioleth de sus avances.

Tres semanas despues, un elfo salvaje hambriento, bastante chamuscado y cubierto de polvo ingresaba en Aguas Profundas por la entrada Norte.[/i:c0a95ef007]

davidsanesc

26/06/2006 20:33:19

[i:d5824535e1]- Señor Mort, de Calisham. ¿Y me dice que no conocía a un tal Rusco? Que raro. Bueno, parece que el amigo aun no es demasiado conocido en su ciduad.

La semielfa sonreía mientras pensaba que Rusco podría estar fumando hierbas con una buena pipa entre medio de sus armaduras en vez de estar vendiéndolas. Hacía días que no impartía una clase a Amaan, pero no podía dejar a aquellas personas interesadas en la materia sin explicarles el significado de las imbuiciones, o al menos el que consideraba ella.

- Bueno señor Jars, subamos las escaleras, es un poco tarde, si no le importa cierre bien la puerta, a estas horas de la noche no debemos despertar a los demás.

- Claro señorita. (Cómo me vuelva a mandar un día de estos va a saber quien soy yo!!. Una simple maga semielfa con ciertos conocimientos que me interesan no es más que eso: una simple maga de pacotilla. Cuando tenga el conocimiento necesario no me servirás)

El joven mago cerraba la puerta con cuidado mientras gesticulaba y mantenía su orgullo para sí. No era el momento para sacar su verdadero yo. Antes debía aprender lo que necesitaba, solo eso.

- Acerquese señor Jars, aquí al libro. Hoy podríamos probar con esta fórmula, una fórmula que me intriga desde que la descubrí. Creo que hay algo malo en el resultado, pero no estoy segura, tal vez relacione mal el nombre con el efecto. Puede que tengan mucho que ver o tal vez nada.

El señor Jars leía en ese momento: “ Regeneración Vámpírica”. ¿Qué es lo que le inquieta de esto maestra? No es mas que un nombre. No creo que los portadores de un arma con tal resultado puedan, .... convertirse en vampiros, tal vez? ¿Acaso piensa eso?

El joven se reía para sus adentros pensando en la pobre maga. No había visto una maga tan loca, que hubiese estudiado tan poco acerca de la magia en general y que se le ocurrieran ideas tan descabelladas. Parecía una cría pensando en eso.

- Sí, la verdad es que creo que los portadores de lo que ahora haremos puedan ... Cómo decirlo... puedan creerse vampiros o algo parecido.. o hasta volverse como ellos, pues creo que los vampiros o las personas que acabaron así debieron desear la inmortalidad, y temo que a mis ... temo que a las personas que puedan portarlas se les ocurra la idea de herir hasta a sus propios compañeros con tal de sanarse ellos.

El mago asentía riéndose aun mas para sí.

- Bueno señorita, veamos que resulta de la fórmula.

- Bien mi joven y nuevo aprendiz, espero tu opinión tras esto.

Ambas personas comenzaron entonces a preparar lo necesario, el joven iba dando a Aioleth los componentes necesarios uno a uno tal como ponían en el libro de la mujer. Aio vacilaba y se sentía mal por volver a crear otra de esas armas que no le gustaban; pero a fin de cuentas necesitaba la opinión de otro de los suyos.

El arma brillaba con luz rojo intenso alrededor del filo mientras en ese momento una pequeña ráfaga de aire apagaba las luces de los candelabros. ¿Había sido el poder del arma?. No, simplemente la corriente al abrirse la puerta tras ellos. Tal vez ese mago no la había terminado de cerrar bien mientras pensaba en sus cosas. La semielfa invitó al joven Jars a que la cogiera y le dijera lo que sentía mientras la tenía en sus manos. Ese conjuro llamado “Toque vampírico” perteneciente a la nigromancia le hacía pensar a Aio que la posibilidad de que pudiera pasar algo malo fuera mayor; tal vez no pensara lo mismo si se tratara de otra escuela de magia. Pero la nigromancia solo traía desdichas, dolor, desgracias, ... una infinidad de cosas que no eran nada buenas.

El mago le contestó como la semielfa deseaba que hiciera.

- La verdad!! Es que no siento nada raro. No creo que me vaya a convertir en un vampiro, pero bueno, si usted piensa eso. (Está loca, no hay mas que verla. Una maestra sabia en lo suyo, pero loca al fin y al cabo.

- Bueno, la clase ha terminado por hoy, estoy cansada, puede llevarse esa daga y piense en lo que le he dicho. Que no deberían crearse mas armas del estilo, pero necesitaba su opinión joven.

El corazón de la semielfa se sentía apretado, tal vez fuera angustia, tal vez se estuviera obsesionando por el asunto. Tal vez no fuera mas que eso, una simple formula mágica, pero una fórmula que tenía poder, ¡!mucho poder!! Poder benigno y poder maligno, pues el hecho de aprovecharse de la energía vital de otros era algo que empezaba a “repugnar” a Aioleth.

La noche estaba siendo agitada, tras haberse ido el mago, Aioleth no daba mas que vueltas en su cama dormida. Una angustia se apoderaba de ella por momentos. Una pesadilla causada por esa angustia estaba aconteciendo en esos instantes de dolor.

(( Las ordenes de Eaco eran rápidas y precisas. Todos sus compañeros estaban luchando entre sí, todos y cada uno de ellos portaba su “maravilla” en sus manos. Había dos bandos, no, tal vez tres. Por un lado el semiorco había conseguido salir de su celda, alguien le había abierto, esa fiera estaba ahora libre y su sed de sangre y venganza era mas grande que nunca. A su lado combatía una gran semidragona, Earaniel, al lado suya se había hecho con otra “maravilla” mas de la cuenta. Empuñaba una en cada mano. Sus ojos enrojecidos por la furia acompañaba a ese color rojo intenso de los filos. Sus dientes rojos llenos de sangre eran mostrados igual que los del semiorco, ambos rugían haciendo estremecer el lugar en el que pensarían que todos estaban a salvo. Una carnicería se estaba llevando a cabo. Jame, otro semidragón avanzaba clavado al techo del lugar, sus uñas eran como el acero clavándose en los cuerpos; daba miedo solo mirar como se movía buscando su primera presa desde esa altura. Su arma estaba colgada en su espalda y no tardaría mucho en utilizarla.

Desde la otra posición Eaco ordenaba a los suyos, Satara, Wilhelm, Nebrax, Kei, y otros tantos que empezaran a conjurar.

- Eaco, cuidado ¡!!la magia!!! ¡!Dónde nos hemos metido, estamos en un lugar donde no se puede utilizar la magia!!!

El equipo de Eaco estaba aterrorizado, sus defensas mágicas no existían. Tras de ellos una sombra susurraba para sí anulando los conjuros de los magos. Esa sombra quería ver como todos aquellos seres se mataban los unos a los otros, como todos ellos iban a sacar sus armas regeneradoras sin otra opción, pues las puertas estaban cerradas. Habían sido cerradas por una semielfa. Aio, desde fuera había maldecido a todos sus antiguos compañeros, los había encerrado junto a una maldición. La muerte de todos acabaría con la misma, y solo cuando muriese el último portador entraría para deshacerse de esas malditas armas. Hasta que todas las armas regeneradoras no fueran destruidas de la tierra, no pararía de maldecir a sus portadores. La creadora se había convertido en su sueño en el Apocalipsis del refugio, y no solo eso, sino en el de las demás personas portadoras de la maldición que ella crearía.

La sombra apareció entre los cuerpos tendidos mirando al único que había quedado en pie, pues solo uno podía quedar allí adentro. Todos habían enloquecido, pues los semidragones habían acabado entre ellos al haberse inlfligido heridas sin querer entre la pelea, los rugidos habían sido intensos y ojos rojos contra ojos rojos se habían enfrentado. Aquella figura sombría se mantenía al margen sonriendo, viendo como se había llevado a cabo la masacre. Comenzó a hablar en una lengua antigua, muy antigua y desconocida para aquel que estaba de pie, rematando los cuerpos para sanar sus heridas. Una cabeza saltaba por los aires, otra y otra mas. Luego los brazos, mientras la heridas cicatrizaban. Eaco, con una mirada sombría estaba empuñando esa magnifica espada larga y maldita.

- Sal sombra, solo quedas tu. Deja de hablar miserablemente y sal a la luz cobarde!!.

La sombra no hacía mas que reír. Pero se acercó al fin, la semielfa que estaba fuera se había teleportado al interior nada mas atascar la puerta.

- ¡!Os avisé, os dije que no las usarais y no todos me hicisteis caso. Así habéis acabado insolentes!!.

La semielfa estaba poseída por algo o alguien, ese lenguaje era oscuro. Sus pelos y su cara se habían vuelto más palidos de lo normal. Iba vestida con unas ropas llenas de diamantes. Un la coraza una mano con uñas afiladas decían que pertenecía o había estado en algún lugar oscuro. La mujer se acercaba a Eaco, exterminadora de los restos de sus amigos. La mujer empezó a asestar golpes y mas golpes certeros a la semielfa, pero esta ni se inmutaba, su cuerpo regeneraba nada mas el corte se producía sobre su piel, sobre su carne. Las manos de la maga agarraron a Eaco por el cuello levantándola y asfixiándola. Un aura roja comenzaba a brillar en la plena oscuridad del lugar, se había hecho de noche. Las uñas se clavaban en el cuello profundamente, casi llegando a los huesos y la piel de la mujer portadora del arma maldita comenzaba a palidecer mas y mas hasta acabar sus ojos sin color. Todo ella era un muerto, un muerto que no regeneraría mas. Aio dijo unas palabras en esa lengua que la estaba poseyendo, a traves de ese cuerpo y se abrieron las puertas del exterior. Un ejercito de Paladines estaba esperándola fuera, alguien había alertado al Bastión. La maga terminaría muriendo en su sueño, junto a su poseedor del cuerpo. No era el primer vampiro quien la poseía, únicamente un lacayo de los suyos, uno de los miles que tenía a su sevicio, pero uno de los mejores malhechores de la historia. Sus maldiciones estaban ahora en la superficie sobre aquellas armas, gracias a la loca que le dio la idea, ahora el pavor reinaría durante un largo tiempo.)))

De repente Aioleth se despierta, el sudor inunda su cuerpo, respira rápidamente, el corazón le va mas deprisa que nunca. Ese sueño la había destrozado anímicamente. Ahora no iba a permitir que se creasen mas esas armas. Y no solo eso, sino que se iba a asegurar que ese vampiro que buscaba o por decirlo de otra manera, que ese vampiro al que sabía que debía encontrar no se encontraba en la superficie de estas tierras, ni en las de Calisham, ni en las de Vado de la daga. Si tenia que contratar a cazavampiros lo haría. Pero no dejaría que esas armas vieran la luz y menos que fueran maldecidas por ese ser.[/i:d5824535e1]

davidsanesc

27/06/2006 21:01:03

[i:fe96bb861d]Aioleth se despertó cansada. Pensando en el error que había cometido creando esas armas. Pero no podía pedir a sus amigos que las destruyeran, era mucho pedir, aun no estando segura de si portaban alguna maldicion inherente en la fórmula. Sí, lo de siempre, ¿usarían esas armas sanadoras algún día pensando en ellos mismos y las utilizarían contra algún compañero suyo?. No lo sabía, lo único que podía hacer era contratar a alguien para que se las robara y se las devolviera. Pero ¿y si esa persona se hacía con ellas y no se las traía de vuelta?. No, era una idea absurda y problemática. No iba a hace eso. Tal vez tendría que pensar mas. Sus amigos no estarían de acuerdo con ella, no dejarían aquellas maravillas asi por asi y para siempre, tenía que hacerlas desaparecer, tal vez la pesadilla fuera un presagio de lo que podría pasar en un futuro si las cosas entre ellos se torciesen. Tal vez tendría que maldecirlas, maldecirlas para que quien las portara ...bueno, ya pensaría en eso mas adelante. Tal vez esas armas no se pudieran destruir asi como así. No podría robarlas tampoco pues se darían cuenta de ello, tal vez ... sí, ya sabía la solución. Tendría que esperar, pero no había mas remedio.

Mientras tanto al cabo de unas horas sentía la necesidad de aprender algo acerca de las maldiciones. En la escuela le habían enseñado a deshacerse de algunas, pero debía crear una nueva, todo por el bien de aquellos que un día le ofrecieron un lugar donde vivir en compañía. [/i:fe96bb861d]

davidsanesc

28/06/2006 20:05:32

[i:58fc219802]Aio acababa de recuperar sus antiguos apuntes de las clases de cuando era joven. Ese baúl estaba repleto de recuerdos; entre ellos aquel barco de papel que hizo volar por primera vez el día en que también se llevo un susto de muerte; los pergaminos antiguos de su tío, palabras escritas cuidadosamente preparadas para su sobrina la curiosa. Aio no había tenido tiempo en su pasado para pasar aquellas notas a limpio, siempre estaba ocupada haciendo unas cosas u otras, magia, mas magia, pequeñas aventuras con sus amigos en los campos de los alrededores de la ciudad. Aquellos jóvenes, todos utilizando conjuros de las diferentes especialidades, menos ella. La trasmutación apenas le permitía equipararse a aquellos jóvenes aprendices. Si Aio cambiaba de forma sin ser vista por sus amigos, podía ser alcanzada por algún tipo de conjuro indeseable.

Un día se trasformó a escondidas en un pequeño dragón rojo para impresionar a aquellos con los que iba; sabía que los conjuros que le lanzaran esta vez no la afectarían como cuando se convirtió en una rata asquerosa, esta vez no saldría chamuscada. Los niños eran tan listos como ella, habían aprendido juntos al fin y al cabo, todos ellos sabían lo que tenían que hacer ante un dragón: no, no le atacarían, solo le harían retroceder lo más rápidamente posible. Todos ellos, unos diez jóvenes comenzaron a conjurar en dirección al dragón de alas extendidas. Las voces sonaban al unísono.

- TU DRAGÓN QUE CREAS RÁFAGAS DE VIENTO Y ESPANTAS A LOS HOMBRES, A LAS BESTIAS, A LOS ANIMALES, A QUIEN QUIERES POR DOQUIER, CREA AHORA UNA Y HAZ LO QUE TENEMOS DELANTE DESAPARECER.

El conjuro de la ráfaga de viento se podía escribir de varias formas, esta era una de ellas. Se invocaba a un dragón ilusorio capaz de crear una ráfaga de viento con sus alas extendidas y en la dirección en la que la imagen azotaba. Ahora, no apareció la ilusión que aparecía siempre, no; si no que apareció la ilusión del dragón mas grande visto jamás. Los niños conjurando al unísono se quedaron anonadados de lo que habían creado. Un tornado se creó delante de ellos llevándose a las alturas a la pobre Aio, una semielfa que podía cambiar la apariencia de las cosas, que las podía trasformar. Algo había fallado esta vez, otra vez mas. Sus amigos no se habían percatado de que era ella.

De repente la semielfa se destrasformó en el aire al no poder seguir concentrándose, el cuerpo se veía ahora a cientos de pies de altura sobre un río. La niña se estaba quedando sin respiración mientras caía e hizo el último esfuerzo por volver a conjurar.

- Alas, aletas, escamas, branquias, agua, agua, VIVIR EN EL AGUA!!

La semielfa dejó de ser lo que era, convirtiéndose en un pez, y pudo salvarse de un descuido, un descuido que la haría aprender, o eso había sido hasta ahora. Pues estaba a punto de cometer otra locura.

- Aquí, aquí está, por fin te encuentro.

Aio sacaba de entre sus cosas el pergamino cuyo dibujo se veía un orco convertido en piedra. ¿Tal vez lo dibujaría su tío recordándole el poder del mismo?. Bueno, eso no importaba ahora. Ese pergamino le iba a ayudar en estos momentos de angustia. Comenzó a leerlo para sí para recordar sus palabras. La verdad es que era el inverso a uno que ya se sabía de memoria, pues alguna vez probaba de despitrificar a algunas estatuas, para ver si habían sido personas en el pasado, pero nunca daba efecto.

<“De la carne a la piedra”> El texto estaba escrito en élfico.

< “Que la carne se vuelva piedra, que la sangre se pare, que la mente de la criatura deje de pensar, que deje de ver y deje de crecer y deje de oir todo ser que haya aquí, que todo él sea piedra, que en una estatua se convierta”>.

Sí, había dado con la solución a su angustia. Pero no sabía como hacer para unir el conjuro a las espadas portadoras del mal. Tal vez debería aprender antes a maldecir. ¿Pero quien le enseñaría un maleficio capaz de no ser anulado por un mago un poco mas poderoso que ella?.

- (Sí, los vampiros. Fueron maldecidos, y no se sabe de ninguno de ellos que haya recuperado su estado original. Ellos sabran quien les maldijo, tal vez alguien muy poderoso. He de contactar con uno. Aun no es hora de acabar con ellos por lo que soñé, antes he de sacar provecho de esto. No quiero preguntárselo a ningún mago, o me considerarían una bruja. Pero no, solo quiero proteger a los portadores aunque sea para la eternidad.)

- (Sangre, sangre, necesito sangre, de dragón rojo, a esos no se les echa de menos. Bueno, a mis compañeros sí, pero ellos son buenos. Contrataré a un mercenario para que me aprovisione de una gran cantidad, tal vez sea el único regalo que pueda aceptar un vampiro, no creo que lo demás le interese).[/i:58fc219802]

Elenthyl

29/06/2006 23:15:57

[i:d0c6b79f37]Amanecia en el bosque de Weldazh. Habian pasado tres semanas desde su regreso del Norte, y todo parecia lo suficientemente tranquilo como para retomar el encargo de Aioleth. Tras ultimar los preparativos y dejar un mensaje a Milmar y Belith, interesandos en acompañale, Elenthyl salia del bosque con paso firme y animado. Viajaria hasta Calimport, donde esperaba encontrar alguien capaz de ayudarle con las trampas y mecanismos de las puertas que, a buen seguro, iba a encontrar en la nueva exploracion. Desde alli, pensaba coger un barco hasta Aguas Profundas.

En Calimport todo seguia igual. El mercado estaba bastante animado, el calor era sofocante, la gente insufrible... Nadie parecia conocer a un buen picaro en el mercado, y no le parecia buena idea ir preguntando por el Kanduq, por lo que el elfo se dirigio hacia la posada "La Novena Campana" esperando encontrar alli la persona indicada antes de partir.

Al llegar a la posada, una agradable sorpresa esperaba a Elenthyl. Alli se encontraba su buen amigo Raman, y juntos tomaron un trago mientras le relataba los pormenores de su nueva salida hacia Aguas Profundas. Al parecer Raman tampoco conseguia recordar el nombre de nadie apropiado para acompañar al elfo, pero entre copa y copa (y entre culo y culo de camarera, su mirada tan lasciva como siempre) acerto a ofrecerse para el trabajo. Era capaz de manipular mecanismos no demasiado complicados, y ademas podria aprovisionar al grupo que finalmente formara la expedicion, ya que siempre tenia de todo lo que un aventurero puede necesitar. Ambos estaban encantados con la posibilidad de un viaje juntos, y asi lo decidieron. A mitad de noche se unio a su mesa un joven elfo llamado Elvin, explorador como Elenthyl, que se ofrecio a acompañarles tras conocer los motivos de su viaje. Ya solo quedaba que Belith o Milmar se presentaran a tiempo en la posada, como decia el mensaje que se les dejo en Weldazh, y asi partieran todos juntos. Tras un buen rato de camaraderia y vino, se retiraron a descansar.

Al dia siguiente, nada mas despuntar el sol, Belith se presento en la posada, dispuesta a emprender el camino con el grupo. Elenthyl informo a todos de lo que debian encontrar: viejas edificaciones cercanas a Aguas Profundas, y que estuvieran dispuestas mas bien hacia el interior del continente, ya que el Norte habia sido recorrido en solitario por el elfo salvaje en la primera salida. Todo preparado, salieron de la posada. La mañana era fresca, el cielo estaba despejado, y un mediano se apoyaba en el muro del edifico justo a su salida. Jugueteaba con algo en las manos, y parecia realmente habilidoso, asique Elenthyl decidio probar suerte por ultima vez. Resulto llamarse Kata y ser un cerrajero bastante reconocido en la ciudad. Elenthyl le propuso el trabajo y el acepto a cambio de quedarse con algo de lo que encontraran en su camino.El grupo estaba completo.

Tras pagar el pasaje de todos con los fondos previstos para el encargo por Aioleth partieron hacia Aguas Profundas. El mediano, Kata, parecia conocer a la maga, aunque no mucho segun dijo: algunos negocios la relacionaban con ella y poco mas. Al resto del grupo le parecio una afortunada coincidencia, y el viaje transcurrio sin sobresaltos mientras los compañeros debatian sobre el trabajo que les esperaba y la vida en general. Algunos dias despues el barco llegaba a Aguas Profundas. Era noche cerrada y hacia algo de frio, aun asi el grupo decidio partir de inmediato ya que iban preparados para pasar algun tiempo en campo abierto y no tenia sentido demorarse mas en las posadas de la gran ciudad. Esperaron junto a las puertas a que estas abrieran a los primeros mercaderes que venian del campo, y salieron rumbo Este por el Camino del Comercio. Despues de tantos preparativos, la aventura habia comenzado.


No debieron esperar mucho para encontrar el primer hecho sorprendente, ya que nada mas salir de la ciudad, tras unas pequeñas elevaciones que quedaban al sur, una extraña neblina parecia salir de una cueva. La cueva en si no se mostraba especial, no parecia una edificacion antigua como la que buscaban. Sin embargo decidieron investigar esa extraña neblina... mas que nada por que Raman se lanzo al interior sin pensarselo dos veces y no era cuestion de perder al primer compañero tan cerca de la ciudad. ¡Que diria Aioleth si se enteraba! Le habia rogado al elfo que tuviera mucho cuidado, no queria ser la responsable de la muerte de nadie, y que se limitaran estrictamente a redactar una lista con los edificios que encontraran. Tomando toda las precauciones posibles el grupo siguio al apresurado Raman.

Una vez en su interior aquella no parecia una cueva natural, como bien indico Kata. El mediano parecia saber de subterraneos bastante mas que el resto del grupo, y desde ese momento encabezo la expedicion. Unos enormes huesos se mostraban pelados y cubiertos de polvo y tierra a la entrada de la cueva excavada. Mientras se preguntaban como habia podido llegar alli semejante monstruo (y quien habria sido capaz de acabar con el), Kata se fijo en un pequeño circulo de piedra que se encontraba en el suelo y ordeno al grupo que no se moviera. Tras el circulo se podia ver una vieja y carcomida puerta de madera, pero el mediano no se fijaba en ella. Habia detectado una trampa cubriendo aquella marca petrea del suelo, y se tomo su tiempo para inutilizarla. El grupo se preparo para un posible enfrentamiento, quiza hubiera mas monstruos como aquel que alli yacia en el interior de la cueva (y ademas estaba el hecho de que alguien habia colocado una trampa a la entrada), mientras Kata examinaba ahora la desvencijada puerta abriendola con facilidad. Se internaron en las profundidades extremando las precauciones, y a la vuelta de la primera esquina de aquel artificial pasadizo una tromba de murcielagos de todos los tamaños se lanzo contra ellos. Deshaciendose con facilidad de ellos, el grupo avanzo sin mas sobresaltos que algun que otro murcielago rezagado, hasta llegar a una primera bifurcacion. Al final del camino de la derecha encontraron restos de barriles que parecian haber sucumbido al paso del tiempo. Todo parecia realmente antiguo en aquel lugar, si bien Elenthyl se preguntaba si aquello podia considerarse una edificacion propiamente dicha. Tomando el paso de la izquierda, encontraron una puerta igual de desgastada que la primera, pero el pasadizo continuaba y decidieron dejarla para mas tarde, ya que no se querian ver sorprendidos al traspasarla por algo o alguien que acechara desde el oscuro tunel que se abria frente a ellos. Lo recorrieron en su totalidad, zafandose de los murcielagos que alli abundaban, hasta llegar a una extraña escena. En el suelo, a los pies de dos dianas dispuestas al final del tunel, yacia un cuerpo. Restos de sangre reseca llenaban el piso y las paredes. El grupo se adelanto para examinar aquello, percibiendo que las dianas parecian no haber sido usadas en mucho, mucho tiempo. En esto estaban cuando, de improviso, el cadaver empezo a ... levantarse.

¡Cuidado! ¡Un Zombie! Los avisos que se lanzaban los compañeros entre si resonaban ahora por todo el tunel. Afortunadamente no parecia ser un no-muerto muy poderoso, y se libraron de el con facilidad, devolviendole el descanso que nunca debio ser perturbado. Decidieron investigar el resto del complejo subterraneo. Kata al frente junto a Elenthyl, Raman cerrando el grupo para que no "nos pillaran por detras". Asi dispuestos, atravesaron la segunda puerta. Mas murcielagos, una segunda bifurcacion. Empezaron por la de la derecha, donde encontraron... el horror.

Alli, junto a unas chabolas de madera carcomida, yacia el cadaver en descomposicion de una mujer a la que le faltaba buena parte del estomago. Pero lo peor estaba a su lado... un bebe, un recien nacido, tambien muerto. Un fuerte hedor salia de las chabolas, que parecian a punto de desmoronarse. Al igual que el cadaver anterior, la pobre mujer se levanto, y hubo de ser reducida. Belith parecia seriamente transtornada, no se encontraba nada bien y no podia mirar aquello. Tras icinerar el cuerpo del bebe, investigamos el interior de aquellas precarias construcciones, Kata cerciorandose de que no existian trampas ni mecanismos ocultos, Raman echando abajo las puertas a patadas, mientras el resto preparaba sus arcos para lo peor. El interior estaba lleno de cadaveres, que se levantaron en nuestra presencia. Otra vez el grupo actuo rapidamente, devolviendoles la paz a aquellos infelices, pero Belith ya no pudo soportarlo mas tiempo. Salio corriendo hacia el exterior intentando respirar aire puro, pero un nuevo grupo de muertos vivientes le cerraban el paso.

Hubimos de aplicarnos con severidad para despachar a aquellos engendros, que parecian cada vez mas resistentes. Tras una breve lucha, incomoda por la estrechez de los pasadizos, Raman y Elvin acompañaron a Belith a la salida, donde la elfa se separo del grupo tras recuperarse unos instantes. Al regresar, Kata y Elenthyl ya inspeccionaban el lado izquierdo de la segunda bifurcacion. Una puerta, esta vez metalica, les cerraba el paso. Al fondo, una vieja jaula.

Entraron los cuatro, movidos por la curiosidad ante el extraño equipamiento de aquel subterraneo. Observaban la vieja jaula y el cadaver que en su interior yacia, cuando Elvin dio la alarma. La puerta se habia cerrado a sus espaldas, y no conseguia abrirla. Kata expreso nuestros temores: aquello parecia estar magicamente sellado y toda su habilidad no bastaba para abrirla de nuevo. En esto estabamos cuando el cadaver del fondo se levanto, como el resto. La jaula cedio con facilidad a la enorme fuerza de aquel monstruo, mucho mas poderoso que el resto de los que alli encontramos. Ahora no habia duda alguna: esa cueva estaba realmente maldita y exudaba nigromancia por todas sus paredes. El mediano se lanzo contra el asestandole numerosos golpes que el engendro no acusaba. Inutiles eran las flechas, nada parecia dañarlo. Raman se teletransporto fuera de alli, esperando poder abrir la puerta desde fuera. Raman nunca fue demasiado valiente. El pequeño habitaculo parecia encogerse ante los aventureros que restaban, que no veian el modo de salir de alli con vida. La temperatura bajaba continuamente, el vaho salia de las bocas de los intrepidos compañeros... la temperatura bajaba...

Elvin tuvo una brillante idea. Encendio una tea que llevaba entre su equipo mientras Kata y Elenthyl mantenian a raya a duras penas a aquel cadaver inaterable. En un rapido movimiento, el explorador acerco la antorcha ya encendida al cuerpo no-muerto, encajandola entre sus costillas. Con una gran deflagracion, el cadaver exploto en llamas dañando levemente a elfos y mediano, y la puerta se abrio. Salieron rapidamente de aquel lugar en el preciso instante que llegaba Raman para intentar ayudarles. Al parecer, no habia huido. Una vez fuera de la cueva, respiraron aliviados... el peligro habia pasado.

Decidieron acampar en las cercanias, en una zona segura, y descansar toda la noche. No sabian cuanto tiempo habiamos estado alli dentro. Estaban exaustos. Los elfos localizaron un lugar adecuado junto al Camino del Comercio, Kata encendio un fuego, y al fin pudieron descansar de tanto horror. A pesar de todo, elfos, humano y mediano parecian bastante enteros. Llegaron a la determinacion de continuar su busqueda al dia siguiente, despues de descansar y debatir sobre el tema. Raman hizo la primera guardia. Era noche cerrada a las afueras de Aguas Profundas.[/i:d0c6b79f37]

Continuara...



Elenthyl Quart-Hadast, explorador

Elenthyl

30/06/2006 00:58:50

[i:57c69e6db7]La noche habia transcurrido tranquila y los cuatro compañeros se encontraban descansados. Despiertos antes del amanecer, estudiaron las posibilidades que el terreno alrededor les ofrecia de encontrar antiguas edificaciones. Decidieron avanzar hasta el puente de Zumbridge, donde la guarnicion de la Guardia de Aguas Profundas quiza pudiera informarles. Elvin decidio no acompañar esta vez a los aventureros, pues tenia obligaciones que atender en Weldazh. Al salir el sol, se despidieron y se pusieron en camino. Raman, Kata y Elenthyl continuaron hacia el Este, mientras Elvin volvia a la ciudad para coger un barco que le llevara a las proximidades del bosque sagrado.

El dia transcurrio tranquilo y sin sobresaltos. El viaje era agradable y comodo, exceptuando el hecho de atravesar el vertedero de Aguas Profundas situado en las muy bien llamadas colinas de las ratas. Al caer la tarde del segundo dia de marcha divisaron las imponentes torres que guardan Zumbridge. Las hogueras de los guardias empezaban a encenderse, y los viajeros se aproximaron a una de ellas.

Raman se acerco a uno de los guardias ofreciendole un buen vino y charlo con el animadamente, mientras Kata y Elenthyl compartian el fuego con el resto de la guarnicion, que descansaba. Al rato Raman y el guardia que con el conversaba, cada vez en tono mas bajo, se apartaron del resto de la gente alli reunida y el humano consiguio sobornarlo. Le indico unas extrañas construcciones subterraneas que se encontraban en las proximidades. Al parecer estaba prohibido entrar alli, y el se desentendia de lo que nos pudiera pasar si nos acercabamos, pero nos indico el lugar de acceso con precision. Nos despedimos de aquellos hombres y tras alejarnos unos cientos de metros por el camino retornamos con sigilo en paralelo a el, esquivando su vigilancia.

Localizamos con facilidad el acceso gracias a las indicaciones que Raman habia obtenido: se encontraba junto a un viejo pozo clausurado. Una estrecha abertura cubierta de matorrales nos introdujo en el complejo subterraneo y comenzamos a recorrerlo. De nuevo Kata encabezaba el grupo.

Extrañas criaturas cuadrupedas poblaban aquellas ordenadas profundidades, un damero de pasillos perpendiculares que se extendian a lo largo de kilometros quiza, bajo la tierra y posiblemente bajo el rio. No supusieron un obstaculo para nuestro avance. Durante horas recorrimos aquellos humedos pasajes, ignorando el hedor que desprendian, sin encontrar mas que puertas abiertas y las extrañas bestias. Finalmente llegamos a lo que parecia ser una zona residencial. Aquello si que podria resultar interesante para Aioleth, ya que pisabamos el piso firme y nivelado de una edificacion en toda regla.

Tras la enesima puerta vimos algo que nos sorprendio: una habitacion completamente amueblada, con cama, una zona de aseo, cofres, y una estanteria vacia. Su contenido aparecia revuelto a sus pies, en una algarabia de hojas superpuestas. Elenthyl se agacho y recogio alguna de ellas, intentando leerlas sin entender nada. Apenas eran legibles, pero se quedo con dos o tres para mostrarselas a la maga que los habia contratado. Se estaban preguntando quien podria habitar semejante sitio, y no eran los unicos. Un enorme Golem de Mithril entro por la puerta preguntando con una poderosa voz por su amo. "Dondeee estaarrrr mi aaamoooo!" "DOONDEE.. ESSTAAARR MI AMOOOO"

Enfundamos las armas, ya que serian inutiles contra semejante constructo, e intentamos obtener algun tipo de informacion de el, pero fue en vano. Afortunadamente el golem vagaba de aqui para alla, buscando a su amo y practicamente ignorandonos, inmune a nuestras pesquisas. Finalmete se volvio hacia nosotros y a duras penas conseguimos mantener la calma. Raman y Kata le daban toda clase de respuestas a su eterna pregunta esperando que alguna funcionara. El elfo meditaba otra solucion, pero Kata al parecer dio con la palabras adecuadas y grito: "FUERA! ESTA FUERA!" De un solo manotazo el Golem se deshizo de la puerta que cerraba la habitacion y salio disparado, hacia fuera. Los tres aventureros le siguieron hasta perdelo de vista en los pasillos que se abrian en todas direcciones. Regresaron al lugar donde habian encontrado el habitaculo pues les quedaba una zona por recorrer, al final de la cual accedieron a otra sala.

Esta vez no habia cama ni estanteria, pero si una increible coleccion de extrañisimos objetos y en una esquina de ella, un portal magico. Elenthyl y Kata discutian sobre si atravesarlo o no, pues desconocian a donde podria llevarles. Mientras, Raman llamo la atencion de sus compañeros a la esquina opuesta al portal. En un charco de agua yacia el cadaver de un aventurero. El agua comenzo a agitarse.

Un ritmico golpeteo empezo a escucharse en las profundidades de las alcantarillas, donde los tres investigadores se encontraban. El agua estancada reflejaba en sus ondas el avance de numerosos pies que se aproximaban a su posicion. Ahora no habia ninguna duda: eran personajes con armadura, el guardia sobornado les habria traicionado. Asomandose a la puerta de la estancia, Raman confirmo sus suposiciones, cerrando la puerta tras el al entrar. Los guardias la golpeaban con fuerza, amenazando con derribarla. Estaban atrapados de nuevo.

Tras un instante de confusion Raman se teeletransporto lejos de alli y Kata se introdujo de un salto en el portal, apareciendo en la superficie. Elenthyl introdujo un viejo anillo que llevaba siempre a mano en uno de sus dedos y se hizo invisible. Avanzando sigilosamente se coloco tras una columna que habia tras la puerta, esperando que no tropezaran con el al entrar, completamente en silencio. La guardia derribo la puerta y accedio al interior de la sala, cuando otro estruendo se oyo fuera. Lamentos, gemidos, gritos de agonia llenaban el subterraneo. Todos los humanos corrieron gritando hacia la procedencia de la grotesca algarabia mientras el elfo aprovechaba la confusion para salir de aquella sala que se habia convertido en su prision. No podia creer lo que estaba ocurriendo alli fuera.

Una criatura de casi tres metros de altura, mitad hombre y mitad cabra, destrozaba a los humanos con espeluznante facilidad. La Guardia de Elite de Aguas Profundas se batia con el con todas sus fuerzas, pero sus esfuerzos eran vanos y fueron masacrados casi en su totalidad. Un par de guardias que se encontraban cerca del portal magico se arrojaron a el con presteza, intentando salir de alli con vida para alertar a sus compañeros. Solo uno de ellos lo consiguio. El hacha de aquella bestia magica partio en dos a su compañero de huida. Ya no quedaba nada con vida en aquel subterraneo, exceptuando al hombre cabra y al elfo salvaje.

El instinto de supervivencia caracteristico de su raza domino a Elenthyl, que se desplazaba lentamente por el subterraneo buscando el punto por donde habian accedido, ignorando el continuo ir y venir de aquel cabron que lo buscaba gritando por todo el complejo. No era serenidad lo que mantenia al elfo salvaje con vida. Solo su instinto le capacitaba para andar despacio hacia la salida, invisible y silencioso. No fue la sangre fria la que evito que se desmoronara al comprobar que el acceso era inalcanzable, sino la sangre salvaje que corria por sus venas y se negaba a ser presa de ninguna criatura. Ante la imposibilidad de volver por donde habia venido, Elenthyl penso en el portal. Ya no le quedaba ninguna otra opcion, ya no importaba a donde le llevara si lo sacaba de alli. Esquivando al enorme hombre cabra, se deslizo de nuevo hasta aquella extraña sala. El suelo comenzo a temblar bajo sus pies y abandono el sigilo, comenzando a correr aun invisible por los pasillos hacia el portal. Cuando el techo de aquel subterraneo comenzaba a desmoronarse alcanzo el punto luminoso que marcaba el acceso hacia su salvacion o una muerte segura. Se lanzo a el de cabeza... aterrizando torpemente en el exterior.

Podia divisar las estructuras de las torres de guardia en las proximidades. La noche caia de nuevo sobre los campos, habian pasado un dia entero alli abajo. Un tremendo grito se elevo tras el, el rugido de aquel ser descomunal que al parecer habia sobrevivido al hundimiento. Elenthyl se preguntaba si quiza habia sido el el que lo provocara para hacerlo salir de su escondite. Diviso entonces en el suelo las caracteristicas huellas de un mediano, que solo podia ser Kata, y comenzo a rastrearlas para reunirse con su compañero. Las huellas enfilaban hacia Aguas Profundas, y el elfo cogio el sendero avanzando a gran velocidad hacia la gran ciudad.

Ya casi habia alcanzado la ciudad cuando volvio a oir el tremendo rugido,que esta vez lo derribo al suelo sobresaltado. Arrojandose en una pequeña pero densa arboleda se oculto lo mejor que pudo, fundiendose con la vegetacion. Se arrastraba hacia el centro de aquel agrupamiento de arboles y matorrales cuando pudo sentir que el suelo temblaba ante el avance de un poderoso contingente. No era capaz de ver nada, pero lo sentia. Decidio convocar a su familiar y se concentro como le habia enseñado su abuelo, el viejo Elenyok, en las profundidades de la jungla de Khult. Noche se materializo junto a el y se intereso por su estado. El elfo salvaje le pidio que se arrastrara fuera de alli y que observara que era lo que le perseguia. La pantera asi lo hizo y se movio de sombra en sombra fuera de la espesura, ocultandose tras unas piedras. Lo que vio la preocupo sobremanera.

El enorme cabron estaba alli, acompañado esta vez de varias docenas de hombres cabra que empuñaban martillos en lugar de su caracteristica hacha de general. Estaba a punto de volver para informar cuando un tremendo rugido de estas bestias supero sus barreras psicologicas y le hizo estremecerse de terror. En un ultimo momento de lucidez, la noble pantera corrio asustada en direccion contraria a su compañero, alejando de el al terrible ejercito para volver a su plano cuando ya no podia soportar el terror. Elenthyl continuaba escondido en la espesura y percibio el miedo de Noche y su repentina vuelta al plano existencial de donde provenia. Aun se preguntaba que habria ocurrido cuando se vio rodeado por un gran numero de aquellas bestias magicas. El que llevaba el hacha parecia su jefe y daba indicaciones a los que le acompañaban. Queria que le encontraran. Ordenaba que asi lo hicieran, que se desplegaran por la zona donde habian perdido su rastro hasta encontrarle. Si se quedaba tan cerca, el elfo salvaje estaba perdido.

Aprovechando estas indicaciones Elenthyl se deslizo por el lado contrario a donde el ejercito se encontraba, hacia una pequeña laguna cercana donde se sumergio con el mayor sigilo. Se hizo con una caña para poder respirar en caso de que se acercaran demasiado a la orilla y observo los movimientos del ejercito que le perseguia. No daban con el, y parecian dispuestos a levantar el terreno si era necesario a golpes de martillo. En ese momento, un explorador de la Guardia de Aguas Profundas se deslizo junto a la orilla y le hizo señas para que se aproximara. Al parecer aquel guardia que escapo habia conseguido llegar con vida a su guarnicion, y esta habia alertado a la ciudad. Alli le pregunto el motivo de la presencia de su ocultamiento y de semejante ejercito, recelando de si habia sido el quien los habia traido a las proximidades. Elenthyl esquivo como bien pudo, dadas las circunstancias, las preguntas del explorador. Este le ordeno que se quedara alli, pues una unidad de caballeria y otra de infanteria se desplazaban en aquel preciso instante hacia el lugar a fin de eliminar la amenaza del camino. Al poco tiempo ambos ejercitos se enfrentaron.

La lucha fue colosal. Hombres y cabrones se enfrentaban sin descanso. Pero la caballeria de Aguas Profundas pronto declino a favor de la guardia la balanza. En medio del combate el elfo salvaje salio del agua y volvio a ocupar un lugar en el pequeño bosquecillo que de nuevo le ofrecia el escondite necesario, pues ya nadie le buscaba. No queria que los soldados le acusaran de haber traido alli a aquellos monstruos. Posiblemente le detendrian y le harian pagar una alta suma de dinero por su libertad. No estaba dispuesto a pasarse ni siquiera unas horas encerrado en un triste calabozo.

Al terminar la batalla, varios soldados se acercaron a la orilla que anteriormente ocupara, llamandole para que apareciera. El permanecio oculto en la espesura, donde nunca lo encontrarian, mientras estos desesperaban de su busqueda y tomaban el camino de vuelta a la ciudad.
Todo habia pasado. Por primera vez, el elfo salvaje se permitio respirar profundamente.

Tras revisar el campo de batalla por si encontraba algo que pudiera servir a Aioleth en su misteriosa investigacion, marcho sin encontrar nada hacia las puertas del enclave.

Habia pasado una semana y un elfo salvaje completamente empapado, con la capa llena de hojarasca y bastante magullado ingresaba en Aguas Profundas por el acceso del Camino del Comercio.

Debia informar a Aioleth sobre todo esto... Y quiza la maga le debia una explicacion[/i:57c69e6db7]



Elenthyl Quart-Hadast, explorador

PD: Quiero agradecer a los DM y SM presentes su enorme aportacion para hacer realidad estas aventuras. Sin vosotros nada de esto seria posible. Gracias! ;)

ioker

30/06/2006 05:39:13

//gracias a tí...esa ha sido mi primera "quest" aunque muy muy cortita :)...me gustó mucho tu relato...

ENOQUENO

01/07/2006 03:22:39

//enorabuna, tuvo k haber estado muy bien, y los relatos me an encantado

davidsanesc

13/07/2006 22:58:35

Habían pasado ya unos días desde que Aioleth aprovechó un juicio para coger a un consejero por banda y pedirle el permiso para poner un anuncio en cada una de las tabernas. Por aquellos días algo acontecía en los alrededores. Una muchedumbre era arrastrada a las profundidades de los bosques y trasformada allí mismo en drañas. Aioleth no tardaría en ser avisada por los demás. Weldazh fue lugar de reunión de aquellos que combatían aquel mal. Todos fueron rescatados de aquella maldición mientras Elenthyl le contaba a Aio sus progresos. El dragón argenteo escuchaba sus historias mientras pensaba en si alguno de aquellos lugares podría ser el indicado para buscar mas profundamente. Sobrevolando el camino del comercio recogieron a Amaan y a Vernosh. La historia sería interrumpida en esos momentos para pasar a cosas mas importantes. Elenthyl esperaba respuestas, respuestas que Aio le daría, pero todo a su debido tiempo. No quería que demasiada gente se enterara de lo que tenía pensado hacer. Solo lo sabían unos pocos, entre ellos Rusco, Kata el mediano y Fibrizo, el “desaparecido”.

davidsanesc

13/07/2006 23:03:34

//aprovecho post antiguos para ponerme al dia, que para escrbir parrafadas buenas como las anteriores me pego mis horas y no tengo tiempo.xD o tanto tiempo

[i:bdd0cbc70a]Los carteles no estaban dando resultado pues nadie aparecía a las puertas de la ciudad.

(No creo que por muy fuerte que sea ese mercenario pueda contra uno de esos. Tal vez tengan otros métodos más eficaces de conseguir lo que necesito. Y tal vez necesiten de un animal de carga para proporcionarme lo que necesito.)

La semielfa, que había entrado en la taberna del "Camello escupiendo" no sin antes haberse conjurado sobre si misma y haber desaparecido de la vista ante aquella multitud de medianos que vagaban con ojos acechantes, se dispuso ante el cartel mirándolo fijamente y poniendo su mano invisible sobre él. Las siguientes palabras sonarían entrecortadas para los ocupantes del local: Aio comenzaría a susurrar mientras la puerta estaba abierta y la lluvia golpeaba intensamente el pavimento de las calles.

La trasmutación al fin y al cabo no era una especialidad para la batalla, pero le servía para muchas cosas, y esta iba a ser una de ellas.

Conjuro:

- <Palabras y palabras, cortas y largas, cambiad sin ser vistas, cambiad sin ser notadas, leidas sereis de nuevo, destino vuestro es, que no uno sea, sino que sean tres>

Mientras decía esto susurrando su mente intentaba concentrarse a gran escala y no sobre ese papel. Un espacio en negro aparecía en su mente con muchos papeles finos y dorados y texto marcado mágicamente. Los carteles habían sido proporcionados por ella, tal como le pidió en consejero. El texto comenzaba a cambiar en todos ellos a la vez.

"SE BUSCAN LOS 3 MEJORES MERCENARIOS" SE LES PAGARÁ MUY BIEN POR SU TRABAJO

El texto que seguía a continuación decía lo mismo. La mujer al ver el resultado pensó que tal vez esos mercenarios estarían mas disponibles. Tal vez ya no habría que temer.

Y de nuevo, a la sieguiente luna nadie apareció. Fue ella misma la que tuvo que preguntar por interesados y sí, uno no dudó en ofrecerse para tal tarea. Ildrith era su nombre, el cual decía que poseía las habilidades necesarias para hacerse con la sangre. Sangre, futuro regalo a ese inmortal, del cual sacaría información.[/i:bdd0cbc70a]

davidsanesc

22/07/2006 00:43:30

//historia que se terminará de postear al cruzarse la maga con los integrantes mismos. Nens la idea no era mala, era pésima.xD No, tampoco es eso. Pero las armas estan desapareciendo y no es plan de dedicar 3 meses reales= a saber si son 30 años de pj a buscar armas deslocalizadas. Algunas se recuperarán pero otras ahi se quedarán. El siguiente post casi seguro sea el ultimo. Elenthyl, Ildrith, DMs, Fibri (anda que te das prisa buscando gente.xD es coña) Kata, y todos gracias por todo. Ya haremos algo juntos todos otro mes, etc junto a la colaboracion de los DMs en alguna quest de ellos. Aqui dejo parte del final de la historia.

[i:681c73b028]La luna aparecía a lo lejos y con rapidez, el tiempo parecía moverse mas deprisa y los suyos habían desaparecido, si no todos, muchos. Hacía prácticamente un año y medio que había ido a Aguas Profundas, ciudad a simple vista bien organizada, donde cada persona trabajaba en lo que le gustaba. Los herreros iban y venían con sus mulas de carga desde las minas más cercanas a la ciudad, y una vez dentro se dirigían a la taberna a refrescarse con un par de cervezas, siempre pagando a algún muchacho un par de monedas de oro para que vigilase sus mercancías en la entrada. Los muchachos curiosos echaban el ojo entre las sombras de las bolsas para ver si entre tanto mineral vislumbraban alguna de esas armas recién forjadas y no sacadas por descuido.

Los herreros salían todos a la par riendo entre ellos. Se cruzaban con un par de mujeres jóvenes y sacando pecho mostraban sus grandes pectorales conseguidos por el duro trabajo del día a día. No todos hacían eso para que las mujeres se fijaran en ellos, pues por ejemplo el señor Raman no paraba de soltar piropos varios, pero aun así no provocativos.

Aioleth se acercó a él sonriendo porque ya sabía lo que iba a salir de su larga lengua y así fue.

- Señorita Aio, está hoy especialmente hermosa.

- Gracias mi buen amigo. De todas maneras, no hay nada mas hermoso que veros y oleros a vos con ese perfume tan peculiar vuestro.

Algunos de los herreros ya conocían la amistad entre ambos y sabían que no eran mas que simples palabras sin su completo sentido.

- Raman, hace poco vi a dos magos pasar por aquí saliendo de la ciudad. Uno me era conocido. ¿Visteis pasar al par de magos de camino de regreso a la ciudad?.

- No, señorita Aio, solo vi a una maga con un par ... dirigirse hace muy poco hacia mi.

Las risas ya no solo provenían de los herreros, ahora los niños curiosos tambien sonreían con esa pequeña voz aguda, tirandose por los suelos, mientras alguna niña noble que se dirigía a tomar el barco les miraba con cara de superioridad al pasar junto a ellos.

(Creí que había pasado Vernosh con alguien mas, parecía una maga. ¿pero quien era?. Uno que tengo localizado y se me escapa de las manos)

La semielfa llevaba su bolsa siempre a mano, cargada y casi arrastrándola se movía con dificultad entre las personas de la ciudad. Alguno con quien se cruzaba comenzaba a preguntarse a sí mismo qué es lo que llevaría allí adentro.

Vernosh estaba cerca, de los semidragones no sabía nada, ni de Eaco, ni de Satara. Solo sabía la localización exacta del semiorco, pues según tenia entendido aun le mantenían en la cárcel viendo su comportamiento. Al parecer en un año y medio había cambiado poco, pero en las últimas semanas algo raro pasaba, parecía como si Nebrax estuviera dando con la solucion. Amistad pura o eso parecía según me contaban los guardias cuando me acercaba al lugar de visita.

El pixie no dio con nadie mas que con Vernosh en el desierto. El mago no parecía estar de humor e iba acompañado por un semidragón al que Oerin no conocía. Algo raro, pero bueno, tal vez un nuevo refugiado que aparecía poco entre nosotros.

El barco iba a salir en poco. Dejaría una nota a Deurmont por si conocía a Vernosh y le pagaría para que se la hiciera pasar.

· Vernosh, soy Aio, quiero hablar contigo a solas, necesito algo de ti *

El cielo estaba despejado de camino a Calim, las gaviotas seguían el barco desde el puerto durante unos minutos, luego regresaban a la orilla.

Calim se veía como cada día. Los marineros del puerto no paraban de sacar las mercancías de los barcos. El olor que les impregnaba terminaba acostumbrando a los que por alli pasaban.

Aioleth estaba alli por una sencilla razon: Queria saber si ese gnomo ya tenía a sus amigos listos para la acción. Algo le decía que no, pero a la vez algo le decía en su interior que esas armas estaban desapareciendo con sus portadores. No sabía si estaban vivos o muertos, solo sabía que los había perdido a casi todos. Lo que significaba que su búsqueda podría durar una decena de años; quizas mas. Años que se perderían por una idea que tal vez no terminará de ser tan mala o una idea que se daría muy pocas veces en la vida del portador. La idea de aniquilar a otro por sanarse a sí mismo, un vagabundo o una persona perdida simplemente no era motivo para perder sus mejores años de madurez. Ahora pues, la idea de la maldición iba desapareciendo de su cabeza, idea que volvería rápidamente a ocupar su primer lugar en su vida en cuanto se oyeran rumores de guerreros, mercenarios o simples personas portadoras de armas de aura rojo sangrienta que utilizaran esas espadas para un beneficio fuera de la moral. Ildrith tenía que ser recompensado por el hecho de ser el único en mostrarse disponible y capaz para llevar a cabo una parte importante en la recuperación de las armas, pero ... La semielfa seguia pensando.

- (No me ira mal un poco de sangre para las imbuiciones. Que traigan la mula repleta y les pagaré igual.)

La mujer seguía caminando entre el gentío mientras oía rumores de que una persona importante iba a ser juzgada en el distrito del palacio. Algunas personas se dirigín hacia tal lugar. Ella hizo lo mismo. Tal vez de camino se encontraría con aquel bajo ser de vestimentas enmugrecidas por el paso del tiempo y por el polvoriento y arenisco viento de la ciudad calishita. [/i:681c73b028]

//se me ha colao una ' en un terminará, que es: terminara, pero es que no lo reencuentro. cago en todo :evil:

Elenthyl

22/07/2006 16:36:42

//Muy buenas tus historias, estoy deseando escribir otra vez algo en tus post. Un saludo!

Elenthyl Quart-Hadast, explorador

Dunhcan Kanduq, trampero