inverosimil

30/06/2006 05:40:41

//abro este post para que todos aquellos se han visto implicados de una u otra manera en la quest que ha empezado esta noche y tengan ganas de narrar lo sucedido según la visión particular de su pj, tengan sitio para hacerlo. Animaos chicos ^^//

Arxaon

30/06/2006 11:36:30

Wilhelm, Raman y el semidragón de cobre subían por el camino del comercio cuando, de repente y sin saber por qué, Wilhelm empezó a notar un dolor bajo el ombligo, donde dicen que se encuentra el ki.
-Wilhelm! pero que has comido hoy? - dijo Raman. -Vete un momento al baño! verás cómo se te pasa!- Pero ese dolor era distinto... fue creciendo... y unos temblores comenzaron a recorrer todo su cuerpo. Se quedaba sin fuerzas, las piernas le temblaban... y al no poder mantener el equilibrio, cayó al suelo. Quizá estaba enfermo? no... imposible...
De repente... empezó a oir unas voces en su cabeza: -Wilhelm, somos un yin-yan. Hasta ahora has sido el yin... no has sabido mantener estable la balanza... y ahora el yan debe crecer para compensarla-
-Wilhelm: *ss*¿Quién eres...? *tapándose los oídos*
-Raman: Soy tu madre hijo *rió junto con el semidragón, pero les empezaba a preocupar*
-Voz: ¿No te das cuenta...? Soy el mal de los monjes! muahahaha!!!
*la carcajada salió por la boca de Wilhelm, y de pronto, su cuerpo se separó en dos. Yin y Yan ya no eran uno solo. Se quedaron todos boquiabiertos.
-Dark Wil: Soy el mal de los monjes!! muahahaha!!
Salió corriendo de allí, hacia el norte, hasta desaparecer por el horizonte.
Wilhelm, tras darse un pellizco y comprobar que no era un sueño, se quedó pensativo, ensimismado, pensando en qué podía estar ocurriendo. Ni siquiera oía a Raman, a su espalda, que intentaba averiguar si era el verdadero Wil.
-Raman: Ey Wil!! Sabes que me he tirado a Éaco!!?? *esperando una ostia por parte de Wil*
-Wil: *se gira, los mira y dice* Tengo que buscarle, no sabemos lo que es capaz de hacer.
-Raman: (alguien tan tonto es Wil seguro)
Corrió y corrió sin parar... fue a casa para ver si su hija estaba a salvo... y tras comprobarlo, volvió a la búsqueda. Siguió coriendo, hacia el norte, luego hacia el sur... tenía que encontrarlo!
Se cruzó con varios... preguntándoles si le habían visto, y confusos, le respondieron que acababa de pasar hacia el sur. Siguió corriendo hasta que se encontró con un grupo de personas a la salida de Weldazh. Nadamás verle, se pusieron a la defensiva.
-Wilhelm: Me habéis visto pasar por aquí?
La confusión podía apreciarse en todas sus caras, y en lugar de contestarle, intentaron averiguar si era realmente él. Tras creerlo, le contestó Kei -Wil... te acabo de matar-
-Wil: ¿¡Qué!? ¿Dónde?
-Kei: En el pantano.
Wil corrió hacia el pantano... pero no había ni rastro, así que volvió hacia el norte, cruzándose de nuevo con Kei y el grupo que se aglomeraba allí. De nuevo , confusos, intentaron averiguar si era él, se preparaban para atacarle en cualquier momento. Algunos conjuraban bolas de fuego... otros tensaban la cuerda del arco... y de pronto, esa voz le dominó, utilizando sus labios: -Intentad dañarme si podéis!! He alcanzado el Yo Perfecto! Muahahaha!!-
Todos lo miraron confusos... y allí estaba él, su otra mitad, echando una ojeada al resto y luego a Wil. Intentaba borrar esa voz, esa... imagen, pero era imposible.
Empezaron a aparecer sombras de todas partes, y el grupo se defendía como podía. Kei, en cambio, mantenía la mirada atenta en Wil, que se mantenía allí quieto. De pronto, le entraron más ganas de correr que nunca, y en un abrir y cerrar de ojos, Wil ya no estaba allí. Corrió hacia el norte de nuevo hasta que creyó que ya había corrido suficiente. Respiró hondo y notó de pronto paz en su cuerpo. Y allí estaba de nuevo, mirándole con sus ojos rojos.
-Wil: ¿qué quieres?
-Dark Wil: *ríe* no aprendes...
-Wil: ¿qué vas a hacer?
-Dark Wil: lo contrario que tú.
-Wil: bien...
-Dark Wil: Wil... no has sabido mantener el equilibrio... te has empeñado en hacer el bien sin tener en cuenta la otra parte.
-Wil: No puedo dejar que campes por ahí solo... haciendo daño a mis amigos...
-Dark Wil: les necesitas?
-Wil: sí
-Dark Wil: en eso nos diferenciamos, yo no.
-Wil: te dominaré...
-Dark Wil: *carcajada* si no has sido capaz de hacerlo hasta ahora... no podrás. Soy el mal de los monjes muahahahha!
-Wil: ¡¿Qué es el mal de los monjes?!
-Dark Wil: suerte
Y de allí salió corriendo... de nuevo hacia el sur. Wil le siguió, hasta llegar de nuevo a las afueras de Weldazh. El grupo aún seguía allí, y le miraban con ojos amenazantes, desconfiados. Cuando creyeron que era el verdadero Wil... debatieron sobre que podrían hacer.
-Kassandra: Wil, debrías quedarte en Weldazh, así sabremos que si pasa otro, no eres tú.
-Wil: y dejar que campe solo por ahí?
-Kei: estúpido! piensa en tu familia, si estás aquí sabran quien eres tú... pero si no, podría pasar cualquier cosa. Nosotros les avisaremos.
Finalmente, Wilhelm se quedó en Weldazh. Intentó dormir... pero los pensamientos no se lo permitían. Tras refrescarse la cara y pensar durante un largo tiempo, se dirigió hacia la salida para ver si lo habían visto. Allí, en el bosque, había algún elfo y el semidragón. De pronto llegó Vanxel, preguntando que estaba ocurriendo y sujetando a Wil para que no se fuera. Wil no puso resistencia alguna... y de pronto... más sombras como las que antes había visto volvían a aparecer. Esto preocupó más a Vanxel y el resto... y de pronto, mientras agarraba a Wil, Vanxel empezó a sentir algo raro.

// paso la pelota

ENOQUENO

30/06/2006 16:50:06

//bien la recojo
vanxel empezo a notarse raro, un dolor se concentraba alrededor de su ombligo,le temblaron las piernas y porfin ...cayo al suelo. el dolor era insoportable, mientras, alrededor, todos miraban estupefactos, todos menos wil. su rostro reflejaba temor, temor a algo k el ya conocia. de pronto vanxel se dividio en dos, todos retrocedieron, algunos ya habien vivido una experiencia similar no hace muxo.
esta mitad empezo a correr y pronto su silueta se perdio en el boske. vanxel estava inmovil, mil cosas pasaban x su cabeza, pero no pudo articular palabra, solo supo correr, correr muxo.
llego al pantano de la araña y paro. no podia pensar, mil preguntas explotaban en su cabeza. ni sikiera sentia los picotazos de las decenas de arañas k le rodeaban. de pronto lo vio claro, wil. tenia k encontrar a wil. lanzo un grito y agarrando fuerte sus kamas despedazo a las arañas, estava lleno de rabia. pudo sentir el alma de wil a las afueras del bosque y asta alli se dirigio.
al salir del boske pudo diferenciar a wil entre el resto de gente k le arrollaban con preguntas k wil no sabia contestar. cuando estavan cara a cara ninguno de los dos dijeron palabra pero la simple mirada de complicidad fue suficiente.
de nuevo empezaron a salir sombras, cientos de ellas se abalanzaron sobre el resto de personas k alli se encontravan, wil y vanxel aprovexaron para exar a correr, necesitavan un sitio trankilo donde pensar, donde calmarse.
corrieron y corrieron como ningun monje antes lo habia exo, hasta k wil paro....estavan a las afueras de vado.
aun no habian podido recobrar el aliento cuando una enorme llamarado llamio su atencion. will y vanxel retrocedieron unos pasos.
entre el humo se pudo reconocer una silueta humana acompañada de una escalofriante risa.
akel ser empezo a hablar con voz clara y firme.....les conto k hace tiempo el junto con su hermano fundaron una orden de monjes.su hermano y el tenian ideas diferentes, y acabaron separandose. no dejaba de calificar a su hermano como un blando.
su hermano fundo otra orden, pero de monjes con intenciones diferentes. ellos kerian ayudar a la gente, idea opuesta al ser k alli contemplavan.
en muxas batallas se cruzaron, pero siempre salia victorioso el hermano maligno. deseperado ya, el monje bueno pidio ayuda a uina cofradia de magos kienes gracias a sus artes pudieron apresarlo y ocultarlo.
pero habia vuelto.....y no pararia asta volver a fundar su orden, pero esta vez reclutaria a todas las mitadas malignas de los monjes.
otra fuerte llamarada anuncio su despedida y will y vanxel, sin ideas de como pararlo, solo pensaron en avisar a los demas miembros de la orden del puño.
regresaron a las afueras de bosque, la gente parecia aguardarnos. sus miradas eran de desconfianza, susu manos apretaban con fuerza las armas desenvainadas. tras minutos de conversacion intentaron convencerles de k eran ellos, los verdaderos. no todos les creyeron.
menvil un viejo amigo de vanxel,intentava calmarlo cuando de repente la señal k teniamos delante empezo a arder y al momento todo se envolvio en llamas. will y vanxel sabian k ponian en peligro a sus amigos si se mantenian alli mas tiempo, de nuevo exaron a correr. los demas intentaron segirles ,pero ya era tarde, habian desaparecido dejando atras el espeso humo......

Tempus

30/06/2006 17:17:08

Embutido en ropajes grises, se miraba las encallecidas manos de herrero mientras pensaba
" ¿qué coño está pasando aquí?"...
Su mirada se paseaba por el entorno mientras miraba el curso del rio...
"primero...Wil se hace dos..uno tonto y el otro un bicho...que parece querer hacer el mal....y después...tantas apariciones..." *niega con la cabeza sonriendo*....."tenía que haberme quedado en la posada de mi padrastro"

Pero él sabe que eso no podía ser...ahora conocía gente...algunos incluso lo respetaban y apreciaban...algo que antes solo podía interpretarlo como pescozones y collejas en el cogote...

Sonrie amargamente mientras observa acercarse una gracil figura que se adentra desde las rocosas piedras que cercan Weldazh, reconociendo sin dificultad a Hash
-Que tal Raman? -dijo Hash...
-Pufff...jodio picha..jodío....
Hash ladeo la cabeza....pensativo...y bajando la voz dijo...
-Qué te parece que debemos hacer al respecto de lo de Wil?

Raman se encogió de hombros pensativo....
- No lo se tio...y la verdad es que no me gusta nada todo esto...esos monjes divididos en dos....la voz que oyó... hmmm-niega con la cabeza- no se...no se...

Hash sonrió tratando de animarlo, y haciéndole un gesto dijo...
-vamos a buscarlo a su casa...
-Vale...-dijo Raman, mientras observaba a la elfa de formas suaves que se acercaba a ambos y pasando junto a su lado, sonrío a modo de saludo...
Raman la siguió con la mirada, perdido en supuestas imágenes sexuales y eróticas.... pero lo sacó de una ensoñación la voz de Hash...
-Perdona Raman...voy a ver que le pasa a Belith...
y mientras Raman asiente haciéndose cargo, Hash la sigue para hablar con ella....

Sigue mirando sin ver...y una pregunta resuena en su mente...

"Y ...ahora....¿qué?"...sin poder dejar de pensar en Wilhem...

Una hoja seca cae entre sus piernas. La coge con desgana y mira al Ent sonriendo....

Se levanta con esfuerzo y se sacude las ramitas y hojas que le manchan las piernas....

y en un susurro dice...-todo se terminará arreglando...siempre ocurre...

Mientras sonrie y mira como pasa junto a él una elfa cargada con un cántaro de agua....
....
...´

-Te ayudo guapa?? -mientras sonrie

Fiestorra

01/07/2006 15:15:52

[color=violet:ea99b787a8][size=18:ea99b787a8]

El alba asomaba por el horizonte trayendo los primeros rayos de sol que se filtraban por las rendijas de la persiana de la habitación de Éaco cuando esta abrió los ojos y somnolienta busco en la penumbra con la mano el cuerpo de Wilhelm. Miro a la derecha de su cama y se la encontró vacía, tampoco aquella noche había venido a dormir a casa. Con una punzada en el corazón suspiro lentamente y se convenció pronto que debía hallarse bien y en breve tendría noticias de el. Se arrastro por la cama hasta ponerse en pie y con desgana se subió las medias y se sacudió la melena negra que tenia en tirabuzones desordenados.
Antes de marcharse echo un vistazo a la habitación de Kithanna que aun dormía dulcemente bajo la atenta mirada de la “Gata” que apareció encaramada en lo alto de un estante oculta en la seguridad de las sombras.
“Vulcan”, su guardaespaldas, permanecía en la entrada principal apoyado en la puerta cuando vio llegar a Éaco y se reincorporo:

- Buenos días, ¿jefa donde será hoy?
- Buenos días, a Aguas Profundas, hay asuntos que me reclaman ir hacia allí- dijo mientras salía por la puerta y se echaba el cabello hacia atrás con una mano para ajustar su sombrero.

El viaje hacia Aguas Profundas fue lento y tedioso, el cansancio y el agotamiento había hecho mella en sus cuerpos y decidieron pasar el día tras la seguridad de sus murallas bajo el cobijo de la posada. Tras llegar a unos cómodos y amplios sillones Éaco y Vulcan discurrieron en animada conversación con una buena copa del mejor ron y un pitillo de las mejores hierbas secas olorosas, nada hacia presagiar que nefastos días se cernían bajo la figura de la Rosa negra.

Una figura encapuchada apareció por la puerta y tras unos breves segundos se encamino con paso seguro hacia ellos obligando a Vulcan a llevarse la mano a la daga derecha atento torpemente a cualquier eventualidad que la situación requiriera.
Una sonrisa pendenciera y lasciva se marco en el rostro del desconocido cuando observo a Éaco y se sentó con descaro justo frente a ella mientras se descubría.
Ante ella Raman se presentaba con su peculiar sonrisita mientras con un gesto con la mano le indicaba que le pasara el pitillo y se lo llevaba a los labios.

-Tengo que hablar unas cosas con tu jefa, ¿me la dejas un momento?
Vulcan dirigió una mirada a Éaco y esta asintió con parsimonia.
-[i:ea99b787a8]Estaré fuera para lo que necesites- dijo mientras se encaminaba hacia la salida de la posada con un visible estado de embriaguez.
-Vaya tela como va tu guardaespaldas…allí fuera hay unos cubos de agua...[/i:ea99b787a8]- murmuro mientras se ponía en pie con una botella de ron en la mano y observo divertido que Éaco no andaba muy lejos del mismo estado.

Al llegar a una habitación privada Raman despacho con unas monedas de oro a las chicas de vida alegre que lo miraron con cierta familiaridad e insto a Éaco a que se serenara en la discreta piscina mientras le quitaba el sombrero.
Inclinada al borde de la piscina Éaco se estaba mojando la cara a intervalos lentos cuando la mano de Raman la tomo por la cabeza y la hundió hasta el fondo lo suficiente como para despejarse.
Tosiendo al borde de la asfixia esta se retiro los cabellos de la cara como si fuese una cortinilla y lo miro incrédula.

-Pretendes matarme o que- le recrimino.
-¿cuanto hace que no ves a tu marido? ¿Sabes donde esta Wil?
-Estará con cualquier fulana…hace dos lunas que no viene a casa- bromeo con su ácido humor y Raman la miro con semblante de preocupación.
-No…Éaco, ¿no sabes que le ha pasado a Wil?
Éaco en un gesto involuntario se llevo la mano al corazón, aquella punzada ahora era mas fuerte, hinco su mirada en los ojos de Raman.
- y ahora hay dos Wil…uno malo y otro el que tu y yo conocemos.
-Éaco temo por vuestra vida, debes ir a casa por tu hija y si lo ves….
-¡Si lo veo que!
-Lo mejor dado la situación es que vayas a casa con tu hija…
-… Tengo miedo…mi familia…
Raman se inclino y la atrajo entre sus brazos dándole un abrazo tranquilizador.
-Te prometo que haré todo lo que pueda…no estás sola.
La separo lentamente y la beso en los labios fugazmente de forma respetuosa mientras la ayudaba a levantarse vencida por los acontecimientos de la que era victima involuntaria.

Vulcan esperaba apoyado en la fuente frente a las puertas de salida de la ciudad de Aguas profundas cuando vio aparecer a Éaco con el semblante más sombrío que había visto nunca en ella y junto a ella a Raman que se acerco a el para darle unas directrices y algunos carcaj de flechas que Vulcan acepto escéptico sin saber muy bien que ocurría.
Se acerco a ella y le susurro con familiaridad.

-“Caperucita” ¿estas bien?
Éaco lo miro un tanto ausente y asintió sin demasiadas ganas.
-Tenemos que ir…rápido a casa…- parpadeo y salio con urgencia de la ciudad mientras Vulcan la seguía sin entender nada-

En viaje era tranquilo aunque en apariencia, Éaco caminaba atormentada, sacando fuerzas de flaqueza para reponerse al duro golpe que había recibido, su hija era el consuelo y las fuerzas suficientes para sobreponerse y resistir cualquier obstáculo.
En mitad del camino, al sur de la aldea de Gilian Dante paladín del brazo de los justos llegaba con paso ligero y al verla se acerco a ella.

-hay algo que debes saber…
Esta lo miro a sabiendas de lo que vendría a continuación y suspirando se adelanto.
- Dante ya lo se…-dijo arrastrando las palabras como si cada una de ellas le dolieran en lo mas hondo de su alma
- Tengo que llevaros a tu hija y a ti al Bastión, corréis peligro, allí estaréis a salvo… ¿donde esta tu hija?
-En casa cuidada por la “Gata”… ¡vamos no perdamos tiempo!

Los tres apretaron el paso dirección Tirodarco, las fuerzas de Éaco eran exiguas pero no cejaba en su empeño de llegar a casa y ver a Kithanna.
Justo antes de llegar los tres viajeros se encontraron con Hash que al ver a Éaco la miro con compasión en los ojos.

-Éaco…siento lo de Wil…

Ella ya no escuchaba, bajo la lluvia incipiente que había empezado a acampar a sus anchas sobre el cielo, seguía su camino con un solo objetivo en la mente grabado a fuego candente, ver a su hija sana y salva y ponerla a buen recaudo bajo su férrea custodia maternal.

//Luego posteo la segunda parte, ahi teneis para entreteneros :wink:

Tempus

01/07/2006 17:01:21

Mirando de frente al Destino.
[i:e605a6fc5d]El encapuchado de gris iba con sigilo por los caminos, feliz por el papel que portaba en su faltriquera, en dirección a Weldazh, y atento como casi siempre a posibles peligros. Justo al llegar a la elevación del camino, unas voces le indicaron que habia un grupo de gente reunido...

Sonriendo se acercó con cuidado, reconociendo a Hash, Aerdríe y Milmar.Además estaban tambien los dos semidragones...y un elfo oscuro muy raro.....

Ladeando la cabeza trató de escuchar la conversación, procurando no llamar mucho la atención...[/i:e605a6fc5d]
-Y eso es lo que dijo el Ent- aclaraba Aerdríe
(joder¡¡...ya está liada....todo esto de Drows, Amas Drow, Drañas y demás me está poniendo nervioso...)
-Bien...lo mejor será que nos dividamos en dos grupos...unos irán a la torre de Kaatos ...el resto debe tratar de sacarle más información al Ent...
[i:e605a6fc5d]Obviamente, Raman no estaba por la labor de ir a hablar con Kaatos, así que pensó que lo más seguro sería esperar al otro grupo en Weldazh...¡Que equivocado estaba!

Tras obtener del Ent la misma respuesta que anteriormente...
[/i:e605a6fc5d](Hmmmmmm la rrrrrresssssspuesssstaaaaa ....
habrrrrrrrraaaaaa queeeee irrrrrr al norrrrrrteeeee....
y bajaaaaaarrrrrr porrrr la grrrrrran brrrrrecccchaaaaaaaa
yyyy adddeeeeeennnntrarrrrrse ennnn la ossssscuuuurrrriddddaddddd)
[i:e605a6fc5d]volvieron junto a la entrada de Weldazh, pero una tormenta de nieve y frio los hizo meterse acurrucados en un carromato que allí se encuentra.

Los relámpagos los cercaban por doquier, casi como si una inteligencia oscura guiara los rayos en busca de los cuerpos de los aventureros, cuando de pronto...un grito...metal entrechocando...rapidos siseos de desenvainar y de repente todo era un huracán de hojas tratando de herir o matar, de flechas silbando canciones de muerte y de peligros arrastrándo sus pesados cuerpos con muchas patas (6 u 8 Raman no pudo tener tiempo de contarlas)...Tras acabar con una primera oleada...el grupo se miró sudoroso y lleno de sangre mezclando la propia con la de los enemigos[/i:e605a6fc5d]
-Hemos de estar preparados...seguramente vendrán más...- dijo una voz de hombre que Raman no reconoció

Acercándose hasta el filo del terraplen, se arrodilló junto a un árbol y proteguiendose la vista con la mano a modo de visera trató de penetrar en la ventisca de nieve, enfocando su mirada al sur....y de entre la bruma unas formas aberrantes salieron a la vista rápidamente, parecian surgir de la misma niebla
-Atentos..¡¡¡ ahí llegan más...¡¡ - [i:e605a6fc5d]cogió una flecha entre los dientes y con la otra encocada trató de hacer puntería sobre el más cercano de los seres.....lanzaba flechas tan rápido como podía cuando de repente, ....notó una vibración...en el aire..algo se movía..... Se volvió a medias al oir un grito de aviso...pero ya era tarde.

La explosión fue tan brutal que su desmadejado cuerpo cayó interte varios metros hacia atrás golpeado con una ira y una furia inusitadas y malignas, agarrando con fuerza aun el arco.....


....... la oscuridad...........

.........y una luz..............

[/i:e605a6fc5d]- Vuelve Raman...todo pasó...- Una voz conocida...de mujer...alzó la vista...y cuando consiguió enfocar su mirada...se encontró mirando unos brillos burlones que desde bajo una capucha negra lo observaban sonriendo...
- Ya estás mejor - [i:e605a6fc5d]dijo la elfa ayudándole a levantarse...Y entre vomitos y mareos se adentró en la espesura de Weldazh..tratando de huir de la muerte que dejaba atrás...quizá por esta vez, lo consiga....

La próxima vez...

¿quien sabe?


Y ahora...tras unirse los dos grupos...se habla de bajar a la infraoscuridad..y de ir a lejanas tierras de elfos...para encontrar ...algo....unos documentos...que quizá ayuden a los malditos...

Raman tras oir la conversación, sacude la cabeza mientras niega sonriendo... (Estos tipos están locos...todos locos...En fín..)..

Suspira y tras echar un último vistazo al bosque...se aleja en busca del comerciante, a ver si tiene algo para el dolor de cabeza que aun tiene.
[/i:e605a6fc5d]

Arxaon

02/07/2006 00:53:27

Wilhelm seguía alejándose... debía hallar respuestas, una solución. Una voz en su cabeza intentaba atormentarle, le repetía constantemente que nada de lo que hiciera le serviría para nada, por mucho que buscara, pero él mantenía sus esperanzas. Debía llegar donde los Grandes Magos aguardaban. Ellos sabrían algo, seguro que podrían ayudarle. Ya se habían enfrentado a ese mal antes y su ayuda era necesaria de nuevo.
Así, el joven elfo puso rumbo a SiempreUnidos. Sabía que sería un viaje largo, pero no había elección.
Ya llevaba varios días viajando. Era de noche y decidió pararse a descansar. Comió y bebió lo suficiente para poder continuar su viaje con suficientes fuerzas al despertar.
Amaneció y el primer rayo de luz en su rostro le hizo abrir un ojo. Era hora de reemprender la marcha. Mientras recogía las provisiones, una sombra pasó sobre él a una velocidad asombrosa. Miró hacia el cielo y, asombrado, pudo ver como un dragón enorme volaba sobre él, en línea recta en la misma dirección a la que él ponía rumbo. Sonrió levemente, se colgó el saco a la espalda y de nuevo corrió hacia la ciudad elfa.

Elfa_Oscura

02/07/2006 19:21:29

[size=18:f02cb172d5]

El sol de media tarde se abría paso entre las solitarias calles de Tirodarco, cuando dos figuras de largas sombras aparecieron frente a la casa número cuatro. Eran días oscuros, llenos de dolor y confusión, pero ajena a todo ello, una pequeña niña reposaba en su cama, inmersa en el mundo de fantasía e ilusión de sus sueños.

Una de las figuras se adentro en la casa mientras la segunda hacia guardia con porte marcial junto a la puerta, inquebrantable. Ascendió por las escaleras apresurada e hizo un improvisado atillo a toda prisa con objetos de primera necesidad: mantas, ropas y comida. Una vez concluido, se acercó a la habitación de la pequeña criatura, que dormitaba plácidamente con una sonrisa dulce en los labios, y le acarició una mejilla, hablándole con suma ternura haciendo un terrible esfuerzo por contener sus temores e intranquilidad:

-Cariño, vamos despierta tesoro, no te hagas la remolona, nos vamos a dar un paseo.
-¿Mami? – Kithanna achinó los ojos tratando de descubrir quien le hablaba, sonriendo finalmente al encontrarse con los ojos de su madre Éaco, que con una expresión dulce la incitaba a levantar.

Como si de una muñequita de trapo se tratara, Éaco quitaba el camisón a su hija y le ponía las ropas de calle, que, aunque con prisas, se paró un instante para ponerla guapa para su “paseo”.

Juntas cruzaron el umbral de la puerta cogidas de la mano, encontrándose con un caballero, de brillante armadura y tabardo minuciosamente bordado, a un lado de la entrada, en una pose férrea y el escudo con el emblema de “El Bastión de los Justos” alzado.

-Hola pequeña, mi nombre es Dante – Dijo a Kithanna relajando su postura marcial, la cual aún se quitaba las legañas con la mano libre.
-Hula seño Date… – Su voz reflejaba una somnolencia reinante que poco a poco se iría diluyendo.
-Cariño, vamos a dar un paseito con Dante, ¿vale corazón? – Dijo Éaco en un tono suave, mientras le ajustaba la cola de su pelo.
-¿Y dode vamu mami?
-Vamos a mi castillo – Intervino Dante en un gesto afable.
-Aha, vamos a un castillo, donde están las princesitas – Añadió Éaco con cierto énfasis para suscitar el interés de la pequeña.

Su mirada se iluminó y al instante abandonó del todo el sueño que llevaba a cuestas como la mariposa que se despoja de su crisálida, despertando a su nueva realidad. Emocionada, dio un brinco y vitoreó felizmente por la aventura que le esperaba en ese castillo, dejando volar su imaginación y viéndose ya entre princesas, príncipes y caballeros de brillante armadura, tal y como en los cuentos que le relataba su madre antes de ir a dormir y que habían sido hilo central de muchos de sus sueños.

-¡¡Uo uooooo!! ¿¿Y viremo pinsipe asulitu tambie mami?? – Dijo inocentemente, sonrojándose un poco ante la idea, moviendo un pie nerviosa y llevándose las manos a la espalda.
-Eso tendremos que descubrirlo cariño, ¿vamos? – Dijo guiñando un ojo a Kithanna con complicidad.

La pequeña asintió enérgicamente, exclamando un sí tan grande como la emoción e ilusión que albergaba dentro, hasta que una pregunta se le pasó por la cabeza:

-¿Y papi? ¿Nu vene? – Miro a Éaco interrogante, reinando en consecuencia un incómodo silencio. Las miradas de Dante y Éaco se cruzaron, respondiendo ésta finalmente.
-Papi vendrá luego, ¿vale nena? Anda, vamos que las princesitas esperan-Abrazó a Kithanna para sacar fuerzas y poder dedicarle la mejor de sus sonrisas, una tierna sonrisa maternal que calaba bien hondo en el interior de la pequeña, tranquilizándola en todo su ser, haciéndole ver que su madre estaba ahí.

Se asió a la mano de su madre de nuevo y asintió con determinación, con total confianza de que más adelante, su padre que uniría a ellas en este viaje. Envuelta en una mezcla de felicidad y emoción, emprendió la marcha entonando una cancioncilla en la que la acompañó su madre, contagiándose de su alegría:[i:f02cb172d5]. El gesto del paladín se relajaba ante la inocente canción de la pequeña, saludando con un gesto de cabeza al explorador Hash que se reincorporaba al grupo.

Ese castillo no era otro lugar que el Bastión de los Justos, inigualable fortaleza que emergía entre las dunas del desierto de Calimsham, alzándose contra el tiempo y las inclemencias del desierto de manera inexpugnable, un silencioso protector para las gentes de buen corazón.

El camino hacía el Bastión transcurrió sin altercados. Todo estaba tranquilo, todo estaba más silencioso de lo normal. La tensión se sentía en el ambiente, una tensión dulcificada por la inocencia de la pequeña, que con sus comentarios y sus canciones, amenizaban la marcha, pero, en boca de todos, había un tabú que nadie se atrevía a nombrar, un tabú con nombre de elfo… Wilhelm.

Salieron tres de Tirodarco y llegaron al Bastión cinco. El grupo se había engrosado a cada paso que daba por ese desierto, bañado por dorados rayos de sol, que creaban sombras sinuosas al impactar sobre las dunas y palmeras que poblaban el paisaje. Con la incorporación de Doline a la compañía, llegaron a la fortaleza, edificio que ya desde los portones de la entrada, comenzó a fascinar a la pequeña.

Éaco propinó un cariñoso beso a la pequeña mientras su rostro se relajaba, sintiéndose segura entre aquellas paredes de granito y tapices labrados. La mirada de Kithanna se perdía en lo alto de las inmensas columnas que formaban la entrada, sintiéndose encoger por momentos. Miraba las escenas de caza en los tapices colgados de las paredes intercalados con imágenes de dioses que nunca había visto ni oído hablar de ellos. La emoción la inundaba, habían llegado al castillo donde conocería a esas princesas de rubias melenas y a aquellos príncipes de blancos corceles y armaduras plateadas, quizá incluso encontrara allí a su príncipe azul o su mano fuera trofeo en alguna justa de aguerridos caballeros, tal y como su madre le relataba en aquellas historias al calor de la lumbre y entre el replicar de los leños en días de lluvia.

Dante avanzó unos pasos hacia el piso superior del Bastión, indicando la puerta a madre e hija, instándolas a subir. Ante ellas se abría un largo pasillo, con dos hileras de antorchas de sacros grabados en sus mástiles. En el lado derecho de la galería así como al fondo se podían encontrar puertas exquisitamente labradas con motivos de diversa índole, siempre muy acorde con el espíritu del lugar. A la pequeña le encantaba la fortaleza, pero la impaciencia pudo con ella, mirando a su madre interrogante y disparando una pregunta con inocencia:

-Mami… nu viu a la pinsesas… ¿dode tan la pinsesitas? – Sus ojos se iluminaron llenos de ilusión, mirando a su madre con anhelo, confiando en que ella pudiera solucionar su duda, así como cualquier problema que le planteara. Era su madre, su madre podía hacerlo todo.
-Cariño, la princesita la tengo aquí delante mía, tú eres la princesa en este castillo – Dijo Éaco, mientras hincaba una rodilla en el suelo para ponerse a la altura de la pequeña y propinarle un dulce beso en la mejilla, mientras la miraba con el infinito cariño del amor maternal.
-Aiiiinghs… - Exclamó Kithanna, sonrojándose por momentos por la respuesta de su madre, despertando una sonrisa en los labios de los presentes ante su reacción.
-Y ahora, vamos a la habitación de la princesa – Intervino Dante con suavidad, iniciando la marcha hacia los dormitorios.

Éaco asió con ternura la mano de su hija y juntas, tras Dante que encabezaba la marcha, avanzaron por la galería hasta el final de la misma, formando sombras cruzadas por el piso a su paso entre las antorchas.

La puerta de la habitación era de madera oscura, veteada y sobre ella, grabada por manos expertas, se podían distinguir un guantelete sobre un mandoble, donde la hoja del mismo estaba envuelta en motivos florales. Giraron el dorado pomo de la puerta, desvelando lo que se ocultaba tras ella. Madre e hija se miraron incrédulas ante lo que veían. Un majestuoso dormitorio se mostraba ante ellas, dispuesto con todos los lujos deseables y decorado con una elegancia sublime. ¿Quién dijo que los paladines fueran austeros? La colcha de la amplia cama tenia bordado el emblema del Bastión, el cual se podía distinguir con facilidad pues la habitación estaba bien iluminada. Sin duda, era la habitación, no de la princesa, sino de las princesas.

Éaco y Kithanna examinaron su nueva habitación maravilladas durante unos minutos, pero había temas que tratar, temas de mayores que la pequeña no tenia por que escuchar, y confiando Éaco en la voluntad de su hija para portarse bien, marchó de la habitación, no sin antes cerciorarse de que todo estaba en orden y despidiéndose de su hija con un cariñoso beso como de costumbre. La pequeña le dedicó la mejor de sus sonrisas, para tranquilidad de la madre y cuando ésta hubo cerrado la habitación del dormitorio, desempaquetó su nuevo libro de colorear y se lanzó con ímpetu sobre él, ansiosa por descubrir que secretos se ocultaban entre sus páginas.

//Próximamente la Parte 2 :P ¡sed buenos! pero no demasiado :twisted:

Fiestorra

03/07/2006 13:36:54

[color=violet:7cab76c0cb][size=18:7cab76c0cb][u:7cab76c0cb]PARTE SEGUNDA: TRAS LOS MUROS DEL BASTION

El alba les sorprendió cuando llegaron a la aldea de Tirodarco, sin dilación corrió hacia la habitación de su hija y suspiro con alivio cuando la hallo sumida en un placido sueño, ajena a los acontecimientos que concurrían de forma caótica en sus vidas.
Al acercarse a su cama con sosiego, la “gata” agazapada en el cabecero emergió de entre las sombras y la miro bajo la negrura de su capucha. Haciéndose cargo de la situación salto en una pirueta muda para volver a desaparecer envuelta en oscuridad y silencio mientras abandonaba la habitación.
Con ternura pero de forma apresurada despertó a su hija y la preparó, proveyéndose de lo más necesario, en ese esos momentos no le restaba tiempo para pensar que era lo mas adecuado o inapropiado. La tomó de la manita mientras se encaminaba por el largo pasillo hacia la salida, mil y una imágenes de recuerdos volaban con fugacidad por su mente trayéndole a ella mejores momentos pasados, épocas emotivas en las que había sido inmensamente feliz en su casa junto a su familia. Dedicó un último vistazo a su casa con cierta añoranza y tristeza, y seguidamente miro al frente segura del paso que iba a dar.

Tras la puerta de entrada Dante paladín del brazo de los justos las esperaba con gesto austero y pose marcial, pero tras ver la carita de la niña que aun se desperezaba del letargo su expresión se suavizo y se dulcifico levemente.
Intercambiaron algunos comentarios infantiles entre el y la niña de forma que ella se fuese familiarizando y estuviera cómoda ante su desconocida presencia.
Éaco sonreía y reía por fuera, mientras que por dentro, por dentro el dolor de su alma, de su corazón, la desgarraba sin piedad, un dolor encontrado, agudo y punzante le recorría la extensión de su columna hasta llegar a su nuca erizándole los bellos y confiriéndole una mueca fingida, extraña.

Ambas salían de la aldea escoltadas por Dante mientras Kithanna canturreaba inocente una cancioncilla en la que su madre la acompañaba bajo su atenta mirada cuando el arquero arcano Hash se unia de nuevo al improvisado grupo para vincularse a la escolta que de forma algo mas distendida y relajada se encaminaba al Bastión.
Cerca de Calimport, en el desierto de Calisham una figura los abordo justo cuando Hash y Dante daban por zanjada una emboscada fallida de un grupo de trasgo que con nula suerte habían dado buena cuenta de su craso error pagando con sus vidas.
La figura hizo amago de acercarse a Éaco que ya había retrasado a su hija justo detrás de ella alerta a cualquier hostilidad mientras Dante y Hash permanecían celosamente cerca de ambas dispuestos a usar las armas si la ocasión lo requería.

-…al fin la encuentro…el Sensei…-dijo apesadumbrado.

Esas palabras se repetían en la cabeza de Éaco como un castigo que le martilleaban los sentidos.

-Doline…-acertó solo a decir arrastrando la palabra de forma decadente.
-Mientras el Sensei no este protegeré con mi vida a su mujer y a su hija- dijo en un tono solemne mientras sonreía a la pequeña que lo observaba expectante tras las piernas de su madre.
-¡Hola peque!- dijo mientras la niña salía y sonreía angelical.
-¿me permites?- dijo mientras se acercaba a Kithanna, y Éaco asintió con vaguedad.

Con un cadena de palabras para Éaco inconexas y desconocidas Doline comenzó algo parecido a una letanía y de sus manos un haz de luz cubrieron a la niña dotándola de una capa dura como una roca para luego hacerla invisible a la visión normal. Con dos dedos toco la frente de Éaco y una corona de luces adornaron su frente de forma que lo que era oculto se le hizo visible.

El grupo con el nuevo miembro retomaron el camino hacia su aparente inalcanzable ventura bajo el sol abrasador del desierto con paso lento mientras Doline proponía juegos a Kithanna a lo que la madre y Dante se negaban dada la situación.
Finalmente llegaron a su destino, el colosal Bastión se erguía ante ellos denotando una mas que presumible seguridad entre sus muros.
Dante los acompaño a la planta superior, dispuso una habitación para ellas y mando a un militante que guardara la puerta. Éaco dejo a su hija en su habitación con el libro de colorear que su padre y ella le habían regalado y la niña se tumbo en el suelo riendo mientras pintarrajeaba su libro. Cerro la puerta dejándola segura al cuidado del miliciano y los cuatro, Dante, Hash, Doline y ella se dirigieron a una habitación contigua a discernir sobre los recientes acontecimientos.
Todos tomaron asiento y Éaco se dejo caer en la silla como si su cuerpo hubiera adquirido de pronto un peso inusitado que correspondía al agotamiento tanto físico como mental de la que era victima. Todos hablaban de forma agitada sobre lo sucedido, repitiendo de nuevo la historia, repitiendo su tormento, una y otra vez, una y otra vez, buscando descifrar las incógnitas y cifrar las consecuencias.
Un joven paladín se acerco a Dante y le susurro algo al oído obligándolo a ponerse en pie, miro al resto con semblante severo y con un gesto de cortesía inclino la cabeza.

-Éaco ha surgido algo que reclama mi atención, regresare a la mayor brevedad…- hizo un gesto suave al resto con los dedos y estos le siguieron a través de las escaleras de bajada.

// Otro trocito, hay va mas, pronto la tercerca parte LOL, un saludito :wink:

Fiestorra

04/07/2006 13:43:46

[color=violet:f239348883][size=18:f239348883][u:f239348883]


Tras la seguridad de los muros del Bastión, suspiro con quietud como si hiciera largo tiempo que no disfrutaba de placer así e impulsándose con las manos en los brazos del sillón levanto su cuerpo que ya no le respondía agotado y exiguo. Tras mirar unos segundos a su alrededor viéndose sola se dirigió a su habitación por un largo pasillo de piedra y se extraño que en su camino no encontrara a nadie y lo que era mas alarmante, que la puerta de la habitación no estuviera custodiada.
Apretó el paso intranquila y abrió la puerta. Una mueca de terror se le dibujo en el rostro cuando vio a un extraño ser alado cerca de su hija, sacando fuerzas de donde ya no había corrió hacia ella con el tiempo justo de retrasarla, desenvainar su espadón que chaqueaba en un sonido eléctrico chisporroteante y cargar con nervio contra su oponente justo antes que se desvaneciera ante la descolocada mirada de Éaco.
Se giro a su hija buscando que no estuviera mal herida, en un solo gesto envaino, y con un brazo la levanto al vuelo cargándola a la espalda mientras gritaba:

-¡Nos largamos de aquí nena! ¡AHORA!

Sin dilación alguna, dejando sus cosas allí, salio con Kithanna a la carrera más veloz de la que era capaz de sprintar tras los largos corredores de piedra del Bastión. En su alocada huida comprobó con estupor y un guiño de espanto, que a su paso, tras la búsqueda de la ansiada salida, los paladines yacían en el suelo inconscientes, regados sobre el firme de fría roca.
De pronto Kithanna comenzó a reírse inconteniblemente y hablar aparentemente sola, mientras un sin fin de luces difusas pululaban por el ambiente, haces de luz fugaces que recorrían los corredores, destellos juguetones que aparecían antes ellas para luego desaparecer. Éaco la bajo al suelo poniéndola en pie mientras se inclinaba rodilla al suelo para abrazarla entre sus brazos mientras sollozaba muda, sin lágrimas.

-Cielo…dime ¡¿que pasa?!....-rogaba a su hija mientras la apretaba más fuerte entre sus brazos.
-Mami el pinsipitu asulitu mi hace cusquilla, ise que aya a juga cun el y io nu quero mami- Kithanna no paraba de reír y hablar con un ser en apariencia imaginario con la mirada fija a ningún punto concreto.

Éaco zarandeo suavemente a su hija entre sus brazos pensando que estaba delirando con la esperanza de que volviera en si, pero de pronto un zumbido le atravesó la sien obligándola a llevarse las manos a la cabeza y una voz resonó hueca en su interior [color=yellow:f239348883] (( ¿Es así como tratas a tu hija? )). Éaco miro con la cara desencajada a su alrededor, jadeante y asustada.

-¡Sal de mi! ¡APARECE!

Gritaba aterrada sin llegar a entender que estaba pasando mirando los cuerpos inconscientes de los paladines en el suelo mezclado con un juego de luces luminiscente que viajaban a través del espacio para justo posarse en Kithanna que impulsada por una fuerza ajena y extraña era tirada y atraída hacia el lado contrario de su madre.

-¡Mami nu deje que mi ieve!- Sollozaba la niña inconsolable mientras estiraba los bracitos en busca de los brazos de su madre que cada vez eran mas lejanos.
-¡No por favor!- se movió rápida en alcanzar a su hija y se aferro a su cuerpo mientras esta era atraída por una energía mística imposible de controlar.

De pronto todo ceso, y el mutismo se hizo reinando en los ahora silencios y agoreros corredores del Bastión. La Turbación en Éaco, que con la mirada buscaba dinámica algo que desconocía, no aminoro con la cesión de los extraños acontecimientos de las que eran victimas, si cabía, esto solo hizo incrementar el sobresalto que la dominaba y le agarrotaba los músculos de la mandíbula en una expresión de aprensión.
Temblando ligeramente miro a su hija que volvía a parecer ausente, y miraba hacia otro lado atendiendo al vació, con la vista en la nada.
En ese momento escucharon pasos metálicos, lentos que resonaban con eco en los pasillos de piedra. La tensión volvió a hacerse patente en el ambiente hasta que apareció la figura ante ellas que con alivio miro Éaco que se trataba del encargado del Templo de Lathander del Bastión y las miro con expresión severa.

-Un gran mal nos sobreviene y se extiende por las tierras sembrando el caos- dijo ceremonioso antes de llevarse la mano a la frente y apoyarse en la pared.
-¿Esta usted bien?- se acerco Éaco dubitativa sin soltar a la niña a socorrer al clérigo que había adquirido un color parduzco en la tez de su rostro.
-No me encuentro bien…- dijo en un susurro roto y entrecortado antes de terminar desplomándose por el suelo y quedarse en apariencia desvanecido, sumándose al mal de los que eran victimas los paladines.

Éaco se aparto del clérigo y cargo a su hija en brazos encaminándose en un silencio sepulcral como aquella que guarda luto hacia las escaleras cuando se encontró subiendo a Dante que la miro extrañado al verla dispuesta a bajar y salir de allí.

-¿¡Que ha pasado?!.

No le dio tiempo a responder su hija volvía a mantener una conversación, un fingido monologo que volvió a encoger el corazón de la madre.

-dise que es el pinsipitu asulito y quere ievame a su castillutu, pero io le he dichu que queru que venga mami- dijo con inocencia pueril.

Una dorada aura brillante, iridiscente, se matizo tras la niña dotando a la escena de una imagen contemplativa en la que lentamente se vislumbraba la silueta magnificente de un ser que descendía de la nada con las alas extendidas que le conferían un aspecto casi divino.

-He venido a llevármela…

Su voz sonaba como un arrullo, suave, enardeciendo los sentidos de una paz sublime, de conciliación indiscutible, pero Éaco trastornada por las circunstancias en las que se veía envuelta hizo caso omiso a lo que sentía, a lo que veía, ya no se fiaba de sus sentidos.

-¡Si le tocas un solo pelo pagaras con tu vida!
-¿Es así como me hablas en mi propia casa? ¿Es sí como hablas a un enviado de Tyr?

Con la misma suavidad hablo a Éaco, su voz parecía un murmullo que pareciera merecerla. El aura que lo rodeada se hizo mas patente envolviendo a los tres en algo parecido a un sueño en el que el sosiego y la armonía eran los protagonistas indiscutibles.

- [color=yellow:f239348883]No hay tiempo, esta en peligro…- extendió la mano con tranquilidad a Kithanna que miraba a su madre que la miraba con lagrimas en los ojos.
- Luego iré yo, te lo prometo- dijo mientras forzaba una sonrisa tranquilizadora y se le formaba el nudo mas intragable que jamás había tenido.

El enviado sonrió con ternura a la niña mientras la tomaba en brazos y se suspendía difuminado en el aire antes de que aquella luz áurea y radiante los engullera desapareciendo ante los ojos de la desconsolada madre y Dante que se había mantenido atónito en un segundo plano.
Éaco lloro muda con el rostro compungido y lleno de lágrimas, lágrimas que le rasgaban el alma. Callo al suelo vencida golpeando con los puños el suelo impotente y rogó a Tyr que protegiera a su hija.

//>.< aun queda....asi que pronto pondre la cuarta parte :P

Elfa_Oscura

05/07/2006 01:35:43

[size=18:488b6d7af2][color=cyan:488b6d7af2][u:488b6d7af2]

A punto estaba de comenzar la primera página de su libro cuando una enorme ventolera se desató en la habitación. Las hojas del libro pasaban a una velocidad vertiginosa al compás de la violenta ráfaga terminando por salir despedido de las manos de la pequeña, acompañado de parte del inmobiliario del dormitorio. Ante los atónitos ojos de Kithanna, el suelo se abrió y emergió una triada de colmillos de cristal, concentrándose entre ellos un potente haz de luz que envolvió en un suspiro toda la habitación. Habían llegado visitas…

Se frotó los ojos incomodada por la potente luz y los abrió. Entre el desorden de la habitación se encontró con él. Un tipo alto, esbelto, ataviado con una túnica de colores iridiscentes y un espadón de desproporcionadas magnitudes al hombro. Apareció, replegando con en un movimiento suave las emplumadas alas que se encontraban a su espalda. Su rostro permanecía oculto por una capucha, aunque en la penumbra se podía distinguir el tintineante brillo de sus ojos. Pese a su amenazadora imagen, aquel ser transmitía una tranquilidad inmensa. A sus pies, el suelo se mantenía integro, no había rastro de esa tríada de colmillos de cristal. Aquello era más de lo que una niña normal podía aguantar pero aun así…

-¡¡Alaaaaaa!! ¡¡Menuo padón!! ¡¡Como el de mami!! ¿¿Tabié hase CHAS CHAS?? – Miró maravillada al individuo que la observaba atónito de no haber causado el más mínimo pavor en la criatura, la cual, en un arrebato infantil, imitaba las estocadas de su madre con movimientos gráciles.
- – Preguntó el individuo con serenidad, a lo que la niña respondió negando con la cabeza.
- [color=yellow:488b6d7af2] Ya veo… ¿Cómo te llamas? mientras se inclinaba hasta ponerse a la altura de la criatura.
- Soy Kithanna – Esmeró su pronunciación a la hora de recitar su nombre al desconocido.
-[color=yellow:488b6d7af2]Y tu madre… se llama... – Hizo una pausa instando a la pequeña a terminar la frase.
-Mami e mami – Sonrió ampliamente y desato una inocente risita que comedida trató de controlar.
-[color=yellow:488b6d7af2]Pero mami tiene un nombre, ¿cómo se llama?– De nuevo insistió el individuo, sin alterar un instante el suave tono de su voz, aunque la niña seguía en sus trece…
-Mami e mami – El tono de guasa era patente, aun así, el individuo no mostró reacción hostil alguna.
-[color=yellow:488b6d7af2]Pequeña… ¿Quieres ser mi amig… - Sin darle tiempo a acabar la frase, la puerta del dormitorio se abrió, silenciando al ente.

Éaco atravesó el umbral de la puerta como una exhalación y su rostro se desencajó cuando sus ojos se toparon con aquel individuo. Acto reflejo, se llevo ambas manos a la espalda, desenvainando la tremenda hoja de su espadón en una caótica sinfonía de acero y chispas. El metal cortó el aire en un zumbido atronador, haciendo al individuo retroceder. Giro el torso y alzando los brazos colocó la empuñadura del espadón a la altura de su cabeza, tomando impulso para efectuar una brutal carga, una carga que no dio lugar… Aquel individuo que de la nada surgió… en la nada se sumió, difuminándose hasta desaparecer ante los ojos de Éaco.

-¡Nos largamos de aquí nena! ¡AHORA! – Dijo Éaco, entre una mezcla de pánico y excitación por la adrenalina acumulada.

Enfundó su espadón con soltura y se cargo a la pequeña en brazos, saliendo a la carrera del dormitorio, huyendo de aquel ser desconocido. Aquel pasillo que tan bellamente ornamentado se plantaba ante ellas, ahora se mostraba amenazador, inhóspito.

La fría garra del terror estrujaba el corazón de la guerrera mientras contemplaba como se encontraban desperdigados inconscientes por el suelo de mármol aquellos paladines que habían destinado a la protección tanto de ella como de su hija, una dramática escena que inconscientemente hizo que apretara aun más a su hija contra su pecho, de manera protectora, para que no contemplara lo que alrededor se cernía, pero por mucho que estrechara a su hija entre sus brazos, no podía evitar lo inevitable…

Una voz invadió la mente de la pequeña como termitas en un hormiguero, una voz conocida, que en tono suave y tentador se dirigió a la pequeña[color=yellow:488b6d7af2] ((¿Quieres jugar conmigo?)). Era la palabra de aquel individuo de la habitación, que sin mostrarse físicamente, se presenciaba en la cabeza de la pequeña.
Kithanna abrió los ojos con estupor y comenzó a hablar con aquel ser en voz alta bajo la mirada horrorizada de su madre.

-¿Cómo ti llama? Mami nu mi deja habla con itrañu. – Dijo la pequeña en su inocencia.

Al momento, enorme cosquilleo se liberó por axilas y los pies de la pequeña, desatando su risa, que recorría las galerías de manera siniestra en aquel ambiente de hostilidad inminente. Alguien o algo le estaba haciendo cosquillas.

-¡¡Para, po favó déjame!! ¡¡jaJAjaJAjaJAja!! – Suplicaba la pequeña casi revolcándose por el suelo entre carcajadas.
-Cielo…dime ¡¿qué pasa?!... – El rostro de Éaco reflejaba una intensa preocupación mientras la estrechaba con fuerza.
-Mami e pinsipitu asulitu mi hase cusquilla, ise que aya a juga cun el y ¡io nu quero mami! – La voz de Kithanna emergía entre risotadas ante la mirada de pavor de su madre. El rostro de Éaco se desencajó por un instante llevándose las manos a la cabeza y soltando a la niña, la cual estaba inmersa en un profundo estado de abstracción no era consciente de lo que sucedía a su alrededor.

Los pasillos se iluminaban de manera tintineante, una ráfaga de luces que los recorrían todos en su extensión, creando sombras amenazantes de lo más extravagantes en su caótico circuito. Una fuerza desconocida arremetía contra el Bastión de manera incesante, una tormenta de fulgor y energía, que sin hostilidad aparente, provocaba el desconcierto de todos los presentes. No sabían hasta donde alcanzaba su poder, no sabían que sería de ellas, pero si había una cosa clara: su objetivo era una niña, que sin tener consciencia del mundo que le rodeaba, había entes que ya habían puesto el ojo sobre ella: Kithanna.

De nuevo la voz apareció en su mente, aún más tentadora si cabe, jugando con la percepción de la pequeña.[i:488b6d7af2][color=yellow:488b6d7af2]. El rostro de la pequeña se iluminó perdiendo el miedo, imaginándose rodeada de peluches y muñecas sobre una cama de regaliz y dulce de algodón.
-Uhm… ¿muchio muchio? – Preguntó la pequeña tentada por la oferta del ser.
-[color=yellow:488b6d7af2][i:488b6d7af2]((Todos los que quieras…))- Respondió aquella voz arrastrando las palabras, dejándolas caer con suavidad al notar que el oído de la niña se alegraba con su tentativa, creyendo haber encontrado la clave para convencer a la pequeña, aunque…
-Peru… ¿y mami? Yo queru que vega conmigu – Replicó Kithanna a aquella voz que resonaba en su cabeza bajo la mirada aterrada de su madre, superada por una situación carente de todo control y coherencia. ¿Sería aquello una pesadilla?
-[i:488b6d7af2][color=yellow:488b6d7af2] - El ser lanzaba una y otra vez el anzuelo con escaso resultado. Kithanna negó con la cabeza y sacó morritos en negativa cruzándose de brazos.
-¡¡Mi mami nu e una aburrida!! Mi das miedu… - En ese momento abrió los ojos a la realidad encontrándose con su madre, saliendo de su extraño estado de enajenación.

Las luces que recorrían los pasillos se agitaron de repente y al unísono todas cambiaron su sentido confluyendo en un solo punto: Kithanna. Justo en ese momento, una fuerza invisible comenzó a arrastrar a la pequeña alejándola de su madre haciendo que en consecuencia la pequeña, llevada por el pánico, exhalara un grito aterrorizada, alertando a Éaco.

-¡Mami nu deje que mi ieve! – La pequeña extendió los brazos en un intento desesperado por alcanzar a su madre en contra de la fuerza que arrastraba de ella, que entre lloros la veía cada vez más lejos.
-¡No por favor! – Gritó en el acto mientras se lanzaba a la caza de su pequeña, dándole alcance y fundiéndose con ella en un inmenso abrazo, cerrando los ojos con la esperanza que a la hora de volverlos a abrir, nada de aquello hubiera sucedido y tan solo fuera un mal sueño, pero no fue así…

Las fuerzas cesaron, todo se sumió en una inquietante calma. ¿Qué sería lo siguiente? Aterrada por lo vivido, Kithanna se aferró a la pierna de su madre buscando su calor y seguridad, tratando de ignorar las voces que de nuevo resonaban en su cabeza.

-¡Mami mami! Dise que es el pinsipitu asulitu y que quere ievame a su castillitu, pero io le he dichu que quero que venga mami – Pese a la tensión de la situación, el rubor se reflejaba en sus mejillas, bajo la mirada de estupor de Éaco.

Y en aquel momento volvió a aparecer él… Aquel individuo de emplumadas alas y espadón, envainado a su espalda en una funda de cuero con extraños grabados, ajenos a todo conocimiento terrenal. Su presencia vino acompañada de toda la paz que fue robada hasta entonces, todo el sosiego y el bienestar arrebatados por el miedo y el estrés de un juego que parecía no tener fin pero sí ganador.

Aquel ser se reconocía como enviado de Tyr y como ya se preveía, venía en busca de la pequeña. Conversó con Éaco acerca del peligro que corría Kithanna, bajo la mirada atenta de esta, que abrazada a la pierna de su madre, no comprendía lo que sucedía. ¿Cómo iba a estar en peligro si su madre estaba con ella? Era algo que no tenía sentido.
De repente, Éaco miro a su hija, y forzando una sonrisa, tratando de aguantar el río de lágrimas que pugnaba por fluir, le acarició una mejilla y dándole un suave empujón hacia el enviado, dijo:

- Vamos nena, ve con él… Luego iré yo, te lo prometo – La pequeña la miró interrogante mientras avanzaba hacía el enviado sin saber muy bien por qué.

El enviado sonrió y tomo a la pequeña en brazos, mientras ésta no dejaba de mirar a su madre tratando de entender lo que sucedía. No sabía lo que iba a pasar, pero si comprendió que la iban a separar de Éaco. Sus ojos se poblaron de lágrimas y se revolvió entre los brazos de aquel extraño, estirando los brazos para alcanzar a su madre mientras sollozaba. Poco a poco se fue alzando sobre el suelo mientras su cuerpo se difuminaba en un haz de luz dorada, desapareciendo ante los ojos de los presentes…

Nadie pudo hacer oídos sordos a aquellos corazones que se partían al ser separados el uno del otro. Nadie pudo ignorar el dolor de una madre al perder a su hija. La crueldad del destino nos juega malas pasadas… Pero… por muy lejos que las pusieran la una de la otra, sus almas permanecerían unidas, por que contra el amor de una madre y su hija, no hay armas suficientemente afiladas como para cortar esos lazos ni distancias suficientemente grandes para sumir en el olvido un amor que esta destinado a durar…para la eternidad….

//Paso la pelota a Fiestorra :twisted: animo niña!!

Nolthar2

13/07/2006 23:29:54

Luchando en territorio Draña, me encuentro una ayuda en mi desesperación por vencer a unos gigantes insistentes en devorarme.

En principio todo va bien me presento a este personaje algo curioso por su forma de vestir, me pregunta si soy un monje por mi manera de luchar.
Acto seguido me advierte de noseque mal que nos azota a los que son como yo, cosa que me empieza a desconcertar ya que acababa de venir a estas tierras hace tan solo unas semanas. Me habla no se que del lado contrario a todo monje, que nos persigue y un orden llamada no se que del puño cegador. Y acto seguido desaparece ante mis narices sin despedirse tan solo.

Hay gente rara, pero en estas tierras las superan todas, sera cosa del desierto. Haber si encuentro al malnacido dragon este y me largo a otro lugar.

//Bueno tope por casualidad, pero ahi va lo acurrido