Zedar

27/10/2006 10:48:28

A la sombra de un pequeño fragmento de cuarzo imbuido de una leve luz azulada puede verse a un joven drow escribiendo en un amplio trozo e pergamino... a un lado sobre el escritorio se ve un bulto que se mueve casi de forma imperceptible, en silencio salvo con el frufru de las sedas... en el otro lado sobre una bandeja de adamantita puede verse un pellizco generoso de una sustancia verde que a simple vista parece musgo pero de tallos largos, y junto a ello tallos my delgados y mas oscuros de lo normal de algo que solo puede ser algun tipo de hongo sin capucha visible.

El silencio solo queda roto por el rasgar de la pluma en el pergamino.

[i:9ed5506d10]... hace pocas horas dirigia mis pasos acompañado de otro varon con intenciones de pertenecer a la casa hacia los corrales de las drañas, cuando el elemental que habia convocado para mi seguridad comenzo a gruñir y a agitar sus manos en el aire... extrañado observe que las paredes de la caverna estaban llenos de insectos de todo tipo de tamaño, no solo de los mosquitos de los rothes... sino de todos tamaños, algunos del tamaño de la mano de un trasgo... afortunadamente habia protegido mi piel con un sortilegio de blindaje de piedra... aunque la marea de animalejos trato de devorarme no pudieron hacer nada... logramos mantenerlos a raya, gracias (a pesar mio por otra parte) al maestre de asesinos Faen, que debo reconocer fue de bastante ayuda.

Hubo varias oleadas de ellos, que logramos retener con la colaboracion de una patrulla de la ciudad... he podido averiguar que el fuego les daña sobremanera casi más que el frío; considero que debemos tenerlo en cuenta...

... lo mas inquietante es el hecho de que fue imposible rastrear el lugar desde donde aparecieron... llegamos a las antesalas de los miconidos sin encontrar más rastro que un leve sonido de ellos arrastrado por las corrientes de las cavernas... pasamos varias horas rastreando por las cavernas exteriores sin encontrar mas resultado...

... eso si... desde ese momento me he asegurado de llevar a mano más varas igneas conmigo... ya que en el momento del ataque de esos repugnantes seres gaste dos casi sin darme cuenta... aunque la visión de la alfombra de caparazones carbonizados de esos seres me recuerde que no fue en vano...[/i:9ed5506d10]

Cuando acaba el pergamino lo enrolla cuidadosamente y lo introduce en un largo hueso hueco que cierra cuiadadosamente con lacre y graba con acido el nombre del destinatario antes de depositarlo en la mesa junto con otros tantos...

La gran matrona Oblodra, Maestro Isendur, Maestro Delawyn, Capitan de la guardia Oblodra, Maestro de armas Oblodra Ilkar...

Espero no olvidar a nadie y despues de repasar su diario donde ya había escrito una copia del mismo relato lo cerró y comenzo a recoger todos sus efectos personales de sobre la mesa...