ioker

08/01/2007 23:19:13

En plena noche, en el territorio de Calim, por todo su desierto, por todos sus barrios, calles, cuevas, lugares recónditos y escondrijos; en la soledad de la noche silenciosa que el desierto alberga, un siseo incesante empieza a destacar entre la luz de la luna menguante. Un siseo que parece recorrer cada grano de arena y que atraviesa cada matorral reseco. Un siseo que despierta a los animales y hace que se alejen de dónde se encontraban, temerosos de algo que sólo ellos han podido detectar con su instinto, aunque ni ellos mismos saben qué es. El miedo, un sentimiento natural que todos los seres albergan en su interior y que de distintas formas se demuestran en la naturaleza.

Siseos. Siseos que se acercan y que se alejan. Siseos que parecen pasar por tu lado y al girarte no ves aquello que lo ha provocado. Pero no todo eran siseos, sino que también, en la noche cerrada del territorio de la más grande ciudad portuaria de Faerun, el sonido de tambores empezó a alzarse sobre todo lo demás. Algunos creían que tiempos pasados, tiempos que muy pocos recuerdan o han leído volverían. Simple miedo. Un recuerdo que vuelve a la mente de muchos pero que poco tiene que ver con lo que podría llegar o quizá algo que no llegue nunca. Miedo. Tamboreos guturales y secos cuyo sonido, acompañado de los siseos, recorren las calles de la ciudad de Calim retumbando contra las fachadas de sus casas de adobe, así como también lo hacen contra las montañas, y muchas veces se amplifican al entrar el sonido en las cuevas y retumbar dentro de éstas.

Algunos, aquellos con el oído más fino han intentado escuchar y sentir en el aire de dónde provienen dichos sonidos, pero ninguno ha conseguido discernir la localización exacta que genera éstos. Siempre han acabado perdidos y dando vueltas en círculo sin llegar a nada. De la misma forma, algunos de los mejores adivinadores se han sentido igual de frustrados que los rastreadores llegando a lugares vacíos con su visión mágica y descubriendo que allí donde miran, nada hay.

Pavor. El desconocimiento puede ejercer más temor que algo que se tiene enfrente y es el sentimiento que las gentes Calishitas empiezan a sentir. No saben de dónde viene pero allí se encuentra, un sonido de fondo que a uno le acompaña como la respiración hasta salir fuera del desierto o subir en un barco y alejarse de la costa de Calim...

Algún chiflado simplemente ha dicho antes de desaparecer por siempre: "ya viene..."

Khilak

09/01/2007 10:34:34

[i:ab4254fd82]Como todos los habituales de la Novena Campana, Khilak también sentía el miedo que se mascaba en el cálido aire de Puerto Calim.
Incluso Drimilza, la tabernera, parecía nerviosa.

Khilak estaba, como era habitual, tomando su jarra de cerveza vespertina. Había preguntado a Drimilza al llegar si por fin había venido el sacerdote que Khilak esperaba. Como tantas otras veces, la respuesta había sido negativa. Khilak seguía preocupado por la Guerra de Vado, por su maestro Jonas y por una larga serie de cosas. Lo último, ese extraño siseo y tambores que se escuchaban por toda la ciudad.

Los parroquianos estaban nerviosos, e incluso los habitualmente fríos mercenarios de la taberna se mostraban inquietos. Cuando no habían pasado ni diez minutos desde que Khilak había entrado en la taberna, uno de los clientes sin querer pisó el pie de uno de los mercenarios, y el mercenario, que ya tenía los nervios a flor de piel, no le cortó la cabeza de un tajo al pobre cliente gracias a la intervención de Khilak que le calmó con sus habilidades diplomáticas.

Cuando todo se hubo calmado de nuevo, Khilak paseó entre las mesas y habló un rato con la tabernera…le preguntó por los tambores y los siseos. La mujer no sabía más que el resto de gente de la taberna…los sonidos eran aparentemente inexplicables.

Khilak repartió algunas monedas entre los clientes…hasta que logró que uno de ellos le contara que había visto a algún necio mendigo chiflado murmurar….”ya viene”, antes de desaparecer por siempre…

“Ya viene….” pensó Khilak….”prepararé mi venida…EL SIERVO!”

El sacerdote de Lázhander temía por las gentes de Calim. No por los ricos mercaderes, ni por el Bajá, ni por el Syl-Pasha…sino por los esclavos, por el tabernero, por los parroquianos de la taberna…Khilak había probado en sus carnes la fuerza de la magia del Siervo…de hecho había muerto bajo su poder y sólo gracias a la resurrección de Alurl el Guía pudo volver de entre los muertos. Si el Siervo atacaba Calim, era muy posible que no quedara títere con cabeza. Aunque la guardia había sido avisada, no veía Khilak que se estuviesen realizando grandes avances en la defensa de Calim.

Todo se estaba complicando. Khilak sabía que le esperaban en Liam…ya había presentado su nombre al ejército de Vado porque ansiaba el fin de la guerra, así que debería viajar al norte. Pero por otro lado, no se veía capaz de abandonar a Calim a su suerte. Mientras apuraba su cerveza, Khilak se confió a Lázhander…lo que tuviera que ser, sería. Él aceptaría su destino como había venido haciendo hasta entonces.[/i:ab4254fd82]

ioker

11/01/2007 03:06:28

Por alguna extraña razón, que nadie llega a comprender o imaginarse, en todo el territorio Calishita, ha dejado de escucharse el sonido de tambores y siseos. Todo terminó con un enorme tamborazo y grito. Luego el silencio sepulcral se adueñó de todo este territorio y poco a poco la gente fue calmándose, pensando que todo había pasado y que había sido obra de algún mago chalado. A medida que el tiempo iba pasando, la gente fue volviendo a la normalidad, aunque un tanto recelosa por si las moscas. No sabían si que todo aquello hubiese terminado era una buena señal o no...

anbu

11/01/2007 04:47:24

Todo era normal, tranquilo como siempre y Drimilza iba de aqui para haya atendiendo a los clientes, limpiando vomitos y espantando a los borrachuzos, pero entonces ese siseo empezo a oirse y la posada fue enmudeciendo lentamente, todos miraban enrededor buscando la fuente y algunos saltaron de sus sillas para agarrar sus armas al oir los tambores ,Drimilza no podia si no hacer como los demas ,mirar alrededor ,intentar compreder que era ese sonido y imaginarse las terribles fuerzas que podrian estar provocandolo

mancebo

11/01/2007 04:56:39

...de vuelta de Vado a Calim empiezo a escuchar esos malditos tambores otra vez...es que no van a para nunca??...un grupo de personas hablan de un simbolo en el suelo y un monton de muertos, una serpiente enrollada en si misma dicen que habia pero ya no hay nada...de pronto los tambores vuelven a sonar con fuerza...el suelo tiembla y de el salen numerosas serpientes de colores, es solo el preambulo pues inmediatamente despues el suelo cede bajo nuestros pies y surgen de el serpientes gigantescas, algo raro esta pasando y al acabar con ellas el ruido desaparece...
un hombre encapuchado y con harapos llega al lugar, le rodeamos, algunos piensan que sabe algo, que ya le habian visto, yo no, no parece mala gente...se va y le segimos unos metros cuando unas bolas de fuego empiezan a caer...me alcanza una y caigo al suelo, al levantarme el hombre a desaparecido...
mas proximos a Calimport otra montonera de muertos se amontonan en el suelo....la lluvia y el viento se llevan todos los restos y vuelve ese maldito sonido...algo esta por pasar, todos los que antes lo escuchamos nos preparamos para lo peor y asi es, las serpientes gigantescas vuelven...al acabar con ellas los tambores no cesan sino que se siguen y aparecen unos seres que nunca vi antes, son mezcla de humanoides y de reptiles, son muy fuertes...
tras una ardua batalla conseguimos expulsarlos creyendo acabar con el problema mas solo es un paron por ver lo que queda por venir...del cielo aparece una figura con cabeza de animal, parece el mismo hombre encapuchado de antes pero descubierto...creemos que es el Dios Set en perdona, que hace aqui??que quiere??...solo los paladines aguantamos su imagen aterradora, los demas salen depavoridos...
CALIMPORT repite una y otra vez con voz seseante, tras un intento de sacarle informacion le atacamos entre los tres consiguiendo nada mas que un dolor agudo en nuestros brazos...cuando ibamos a atacarle de nuevo la figura desaparece y una palabra resuena en el aire CALIMPORT

ioker

09/02/2007 03:32:57

Encima del desierto de Calimshan, con un tamaño descomunal, se hiergue en los cielos una serpiente formada por arena, enroscada sobre sí misma. En lo que podría ser su cabeza, se distinguen dos ojos formados por piedras preciosas. Su rostro se mueve a derecha e izquierda, arriba y abajo, mirando a todos lados, buscando algo o alguien. Inmóvil salvo por su cabeza, la Serpiente se encuentra parada en su sitio, sin hacer nada más que mirar, mirar y mirar...

davidsanesc

09/02/2007 07:27:10

[i:d392d9c14c]Oery en sus largos paseos volando a media altura ve algo parecido a lo que un día uno de los amigos de Aioleth le dijo de lo que estuviera alerta.

En ese momento recordó unas palabras:

- Pequeña hada. Esto es cosa tuya. Si ves a alguien con una serpiente marcada en su armadura, en su cuerpo, en ...tal vez otro lugar avisame, pues un nuevo grupo de personas está resurgiendo. Se dicen llamar ...

Oery no recordaba el nombre en sí de lo que aquella persona le mencionaba, pero sí recordaba algo mas.

- Son Calishitas.
- ¿De esos con una casita?
- No no, de Calim.

La pequeña hada le estaba tomando el pelo en aquel momento. Pero ahora ...volaba dirección contraria tras haberse fijado en esa serpiente en el cielo, de grandes ojos brillantes.

Debía avisar a alguien por si algo nuevo resurgía de entre "la arena".[/i:d392d9c14c]

Joganth

14/02/2007 13:06:04

Desde una de las montañas del desierto, un minotauro mira hacia arriba y resopla

ioker

30/03/2007 22:42:46

Lo que al principio parecía una de tantas tormentas de arena que azotan el desierto, luego se pudo ver que no era ésto, sino que parecía que del cielo caía arena, como si agua fuese producida por las nubes. La gente que empezó a mirar al cielo, observó que la colosal serpiente de arena, aquella que miraba a todos lados, como si buscase algo, estaba empezando a descomponerse.

La arena caía de su cuerpo lentamente, y ésta mientras tanto, se revolvía endolorida por algo desconocido. Después de unos instantes viendo cómo se quejaba en silencio la serpiente, esta empezó a brillar hasta que desde su interior hubo una gran explosión. La serpiente explotó esparciendo por todo el desierto la arena que la formaba y así desapareciendo de los cielos.