Farben

22/03/2007 12:14:24

[quote:0f19bb7eb0="Dilvish"][size=18:0f19bb7eb0]I.- Huida hacia delante.[/size:0f19bb7eb0]

[i:0f19bb7eb0]Corwin abandonó la tienda de Indreth Luna Alta y llegó al claro en el que tenía atado a Gonomin. Cubierto por su nueva capa, una que encontró entre las posesiones de Proust, desató a su montura y en silencio abandonó sus tierras en dirección norte. La capa tenía una fuerte aura de abjuración, transmutación y adivinación, pero aún no sabía de sus propiedades. Tymora quizá eligió por él pero, con sorna, tuvo que admitir que su color negro era la causa de llevarla sobre los hombros. Esperaba que pudiera protegerle del arte, igual que hacía su capa anterior... aquella que quedó en manos del general orco muerto por Azarian.

Tenía miedo.

Miedo por su ciudad, aunque confiaba ciegamente en Arthur y en Indreth. Y miedo por si mismo. Nunca había dirigido una ciudad y temía que una decisión mal tomada, o sin toda la información en la mano, llevase a la ruina a su amado pueblo. Proust fue un gobernante sabio y leal y aún asi, el megalito fue capaz de influir en su ánimo y hacer que traicionase a su pueblo.

El tiempo pasaba rápido de noche en el bosque. Para evitar dañar las patas de Gonomin, Corwin desmontó y guió a su caballo entre las ramas y raices. Cuando decidió salir al Camino del Comercio, el sol comenzaba su viaje diario otorgandole un tinte rosado a las hojas empapadas de rocío.

De improviso, Gonomin se paró y se removió inquieto. Corwin desenvainó a Aradanail, mientras con la mano izquierda sujetaba las riendas de su corcel encabritado. Del bosque salieron varias figuras armadas que le rodearon sin perder de vista la luz dorada de su cimitarra.

-"Desmontad caballero y quizá os permita conservar la vida."

La voz sonó a su espalda. Corwin giró su caballo con presteza, soltando un poco las riendas. Los cascos de Gonomin golpearon en aire con fuerza, manteniendo a los furtivos a raya.

Lathander quisó ayudar al guerrero en esa mañana y su luz sobrepasó los árboles mostrando a sus enemigos. Sin duda se trataba de bandoleros y desertores de algún ejército, quizá incluso el suyo propio, tal era la diversidad de equipo que portaban.

Varios humanos y orcos le rodeaban y una figura embozada salió de la espesura armada con dos hojas ligeras de aspecto mortal. Sus ojos rojos miraron a Corwin con una mezcla de odio y diversión.

-"Creo que no".- contestó Corwin, y una sonrisa iluminó su cara al decirlo. La aventura en solitario volvía a su vida. En ese momento no estaba rodeado de hombres que dieran la vida por él, ni por aventureros capaces de matar y morir por su causa.

Sin esperar a que le rodearan, Corwin desmontó con un salto y golpeó con el plano de su espada en la grupa de Gonomin. Su corcel negro, atravesó desbocado la distancia que le separaba del camino y se alejó al galope. Cuando los bandoleros volvieron la vista hacia el humano, este ya portaba sus dos cimitarras y les miraba con una sonrisa fría.

-"Matadle".- ordenó el elfo embozado. Su fuerte acento élfico le recordó a Corwin las órdenes impartidas por los elfos oscuros en los asedios a Vado, hace ya tantos años.

Pero esas dudas ocuparon un segundo plano en la mente de Corwin, cuando los bandoleros se arrojaron contra él. Sus instintos de guerrero se apoderaron de su cuerpo, dejándo los pensamientos conscientes para mejor ocasión.

Uno. Aradanail cortó en un golpe de revés la garganta del primer orco que se acercó adelantando a sus compañeros. Dos. Con la otra hoja bloqueó una lanza dirigida a su cuello y giró poniendo a su agresor en medio de dos humanos armados con hachas. Tres. La adamantita de la armadura de Kauler, rechazó una estocada en su costado y Corwin decapitó a su atacante en un nuevo giro de sus hojas. Cuatro. El desarmado lancero es destripado por cinco cortes alternativos de las dos hojas y de una fuerte patada en el plexo solar, su cadáver es enviado contra el resto de bandoleros. Cinco. Un ogro casi destroza la cabeza de Corwin de un certero golpe de garrote, que el guerrero del Valle Profundo esquiva rodilla en tierra. Seis. Corwin al incorporarse, desjarreta al bruto y en un movimiento fluido se pone a su espalda. Siete. Aradanail degolla al derribado ogro, trocando sus gritos de dolor en un informe gorgoteo. Ocho. Con un breve salto Corwin atraviesa el corazón de uno de los humanos armados con hachas, en una estocada de fondo y se enzarza en combate cerrado con el otro. Nueve. La cimitarra izquierda de Corwin detiene el golpe de hacha y resbala sobre el mango cortando los dedos del bandolero. Aradanail a su vez, atraviesa el abdomen del humano que pierde la vida al mismo ritmo que su sangre cae sobre el suelo cubierto de musgo. Diez.

Corwin gira de nuevo, sus hojas salpicando sangre orca y humana, pero ningún enemigo más le ataca. Con desprecio puede ver como una decena de humanos y orcos abandona la zona a la carrera. En el claro solo quedan él y el elfo embozado. Ante la atónita mirada de Corwin, el delgado guerrero de los dos estoques se quita el manto dejando al descubierto su cota de mallas de adamantita y su piel negra como el carbón. Un drow.

-"Rivvin, ahora ya conozco tu técnica. Estas muerto."[/i:0f19bb7eb0]

[size=18:0f19bb7eb0]II.- Cuatro espadas en el camino.[/size:0f19bb7eb0]

[i:0f19bb7eb0]-"Rivvin, ahora ya conozco tu técnica. Estas muerto."

Corwin miró al drow mientras este adoptaba una postura de guardia con dos armas bastante usual. Mantenía el estoque izquierdo adelantado apuntando al plexo solar del humano y su otra hoja, la derecha, levantada por encima de su cabeza. A primera vista no parecía rival para él... ¿porque entonces se enfrentaba en un duelo limpio, incluso después de ver a Aradanail en acción?

Los versículos del Arte que Corwin escuchó en su espalda, resultaron una respuesta clara. Emboscada.

Una oleada de energía mística alcanzó a Corwin envolviendo su cuerpo. En un primer momento sintió que sus brazos quedaban paralizados. Sus nudillos se volvieron blancos por el intento, casi un ansia, de no perder sus armas.

Corwin escuchó una frase en un idioma desconocido. El drow de los dos estoques sonrió y su mueca transformó su rostro en una máscara de odio inhumana.

-"Te lo dije, estúpido rivvin... ahora eres mío.".- le dijo.

Mientras escuchaba esas palabras Corwin sintió una energía nueva dentro de él. No. Dentro de él no, más bien en el broche en su pecho. Una energía que se transmitió a todos sus músculos, liberándolos. La nueva capa hacía su trabajo.

Un nuevo drow apareció a la izquierda de su campo de visión. Corwin se mantuvo inmóvil, con los ojos fijos en su primer adversario. Una túnica negra con runas de un azul metalizado le delataba como un arcano, asi como la bolsa de cintura con forma de libro y el cinturón preparado para albergar varitas y pergaminos.

-"Ahora morirás rivvin. Pero no mancharé mis manos con tu sucia sangre. Morirás degollado por el mago... acaso hay una forma más deshonrosa de morir para un guerrero, que siendo sacrificado como una res en el matadero?"

Corwin esperó. El mago, daga en mano, se acercó despreocupado hasta quedar a medio metro de su cuerpo. Con la mano derecha cogió el cabello largo del rivvin, para dejar al descubierto la vulnerable garganta. En ese instante, Corwin le miró a los ojos y le atravesó el abdomen con ambas cimitarras. Mantuvo la mirada mientras el elfo oscuro moría.

Con un movimiento de sus dos brazos, el antiguo coronel arrojó el cadáver sin vida del elfo oscuro.

-"Bien drow, ibas a matarme cuando nos interrumpieron".- dijo Corwin con una sonrisa en los labios. Una sonrisa en la que se mezclaba la alegría por el combate y el alivio por seguir vivo a pesar de la emboscada.

Con menos seguridad que antes, el drow se lanzó sobre el humano blandiendo sus dos estoques. Mientras recorría los escasos metros que los separaban, pronunció una única palabra de mando y sus dos hojas estallaron en llamas.

El combate fue breve. El drow, aunque rápido, no era rival para el estilo de combate de Corwin fruto de mas de treinta años de entrenamiento, profesores de esgrima y cientos de combates reales. El elfo oscuro lanzó sus dos hojas a la vez contra el humano inmóvil, pensando quizá que su movilidad estaba mermada por los efectos del conjuro. Corwin barrió ambas hojas con Aradanail, desplazando a su adversario a la izquierda. Aprovechando el movimiento, golpeó con el plano de su hoja una de las espadas del drow, desarmándole.

El guerrero drow giró sobre si mismo, armado únicamente con uno de sus estoques llameantes. De improviso recibió los ataques del enfurecido guerrero humano. Detuvo el primero, esquivó el segundo... pero el tercero cortó su brazo a la altura del codo, arrojándo el miembro y el arma a varios metros de distancia, entre los árboles.

Corwin miró al drow a los ojos. Este cayó arrodillado al suelo, en silencio. Sus ojos miraron con odio pero no suplicaron piedad. Sonrió con una mueca burlona.

-"No eres capaz de hacerlo rivvin... eres débil, como el resto de razas de la superficie".- susurró, mientras la sangre salía de su boca y nariz.

-"No esperes piedad de mi, drow. Recuerda Vado.".- contestó Corwin con frialdad.

Tres días más tarde, una patrulla de la recientemente formada Compañía de Batidores de Vado de la Daga encontró el cuerpo decapitado del drow.
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Durante aquel suceso, Corwin, ni nadie de los allí presentes, se percató de que tras el mago había algo, algo pequeño... Tan pequeño que si no se aparta a tiempo le salta un ojo con las cimitarras...

Farben se había tropezado con corwin y estaba extrañado por la extraña actitud de éste, así que lo había seguido por mera curiosidad. Realmente, no intervino porque no se necesitaba, confiaba en Corwin, aunque se sobresaltó cuando el mago se acercó demasiado al humano. Farben sacó sus espadas cortas y estaba a punto de clavar ambas en los pulmones del mago cuando percibió un leve movimiento y dos hojas atravesaron el cuerpo. Tuvo el tiempo justo de apartarse..

Tras solucionar el combate por sí mismo, Corwin emprendería de nuevo el camino, y tendría que buscar a su caballo, así que Farben, receloso, aprovechó para adelantarse sin que nadie le viese.

(No me fío, hay otros orcos que habían huido, y no me extrañaría que hubiesen preparado algo). - Pensaba mientras viajaba evitando el camino y siempre en las sombras.

Encontró lo que buscaba, un grupo de orcos habían colocado una plataforma con piedras en un pequeño desfiladero, así que Farben se parapetó esperando a que pasase su amigo con el arco en la mano pues no le daba tiempo a llegar arriba antes de que Corwin pasase, , y con los dedos cruzados para que no se le viese y para que los orcos no tuvieran preparado eso para Corwin... Pero se equivocó.

Corwin avanzaba a caballo cuando de repente se oyó un silbar de flechas, su caballo se paró en seco, pero no huyó, estaba demasiado curtido como para eso. Corwin miró extrañado y vió salir dos flechas de un arbusto que se dirigían hacia lo alto. Un segundo después vió caer un orco con dos flechas atravesándole el cuello y, al volver a mirar al arbusto, vió un arco conocido con otras dos colocadas y listas para atacar a otro orco enfurecido que se asomaba a lo lejos...

Dilvish

22/03/2007 12:44:28

[i:f93867b08e]-"Far!... por Tymora, que haces aqui?".- preguntó Corwin sorprendido, mientras hacía girar a Gonomin en el camino. El caballo, gracias a su entrenamiento, realizó la maniobra con facilidad.

Varios orcos cargaron sobre ellos desde la espesura. Corwin sabía que ambos eran capaces de matar a unos pocos brutos sin cerebro, pero quizá se tratase de la avanzadilla de los restos de algunas de las tribus huidas de Vado. Sinceramente, varios cientos de orcos eran más de los que el antiguo coronel podía afrontar, aunque solo fuera por su número.

El mediano soltó la cuerda de su arco corto y los dos guerreros más cercanos cayeron muertos al suelo.

Corwin se acercó a Farben a medio galope y tendió uno de sus brazos para ayudarle a montar. Ágilmente el mediano se encaramó a la grupa y volvió a colocar otra flecha en su arco corto.

Levantando la cabeza el humano buscó una brecha en la carga de los orcos. Con preocupación pudo ver como su número se había incrementado. Más de veinte orcos y algún ogro corrían hacia ellos.[/i:f93867b08e]

Farben

23/03/2007 11:19:20

- ¡¡POR TOOOOOORM!! - gritó el mediano mientras tensaba su arco de 9 cuerdas y 7 runas al máximo- (a ver si soy capaz de atravesar a alguno y darle al de detrás).


La situación requería de una actuación inmediata. Gonomin se dirigía a todo galope hacia una pequeña abertura en las líneas orcas mientras Corwin preparaba sus cimitarras. No necesitaba de manos para galopar sobre su caballo debido a la gran cantidad de tiempo que ha pasado sobre él. El mediano lanzaba flechas tan rápido como podía.

Parecía que no iban a poder pasar... cuando Farben recordó que aún tenía un arpa mágica que otras veces le había ayudado y que compró en Calimport. Pensó en una estrategia todo lo rápido que pudo. En segundos, sacó un trozo de arpa por la boca de su mochila y rozó con sus dedos las mágicas cuerdas, con lo que un enorme elemental apareció de la nada causando la confusión entre los orcos, que cada vez eran más, su número rondaría los 30.

Aprovechando la confusión, Gonomin pasó a todo galope entre el grupo de atacantes mientras el elemental comenzaba a defender a su convocador. Mientras pasaban ambos jinetes usaron sus armas para equilibrar la balanza un poco. Corwin manejaba sus cimitarras con tal maestría que, a cada movimiento que hacía para atacar, un orco caía degollado o partido a la mitad. mientras el mediano le cubría las espaldas con el arco.

Consiguieron pasar, pero un grupo tan numeroso de orcos era peligroso, y más éstos, que estaban curtidos en la Guerra de Vado. Farben miró hacia la plataforma de madera llena de piedras y le hizo un gesto a Corwin mientras preparaba varias flechas con la punta ardiente. Había que mantener a los orcos bajo la plataforma, era fundamental.

Dilvish

23/03/2007 12:49:55

[i:f97f37169f]El antiguo coronel levanta la vista en la dirección que le indica su compañero.

La plataforma de piedra podría ser una trampa perfecta en los dos sentidos... y solo tenía un guardián. Un único orco anciano se opone a los jinetes. Se cubre con un raido taparrabos azul y el resto de su cuerpo esta decorado con multitud de tatuajes tribales de diversos colores. Cráneos de forma humana pero reducido tamaño rodean su cintura, sus muñecas y sus tobillos.

Un shamán. Sin duda.

Sus manos se mueven con inesperada rapidez y, del bastón emplumado que porta, salen nueve oscuros pájaros de fuego líquido en dirección a los aventureros. [/i:f97f37169f]

Farben

25/03/2007 00:14:25

Habían salido de Guatemala, para meterse en Guatepeor.

Los pájaros de fuego iban directos hacia ellos, que no dejaban de moverse por entre los orcos. Farben comenzó a toda prisa a buscar en sus bolsas, recordaba tener un pergamino para eso, pues un mago amigo le había apuntado por detrás para qué servía cada uno de los pergaminos mágicos que tenía.

Al fin lo encontró, lo leyó y los pájaros desaparecieron al instante. Los orcos se pararon en seco, dudando si atacar o no, pues la maniobra los había sorprendido y, por primera vez, les había hecho pensar que tal vez no iba a ser tan fácil. El chamán, dudó por un instante, se apartó del ángulo de tiro de Farben y comenzó a lanzarse conjuros que le protegiesen.

En ese momento, el mediano saltó del caballo de Corwin y le dejó acompañado del elemental conteniendo a los aproximadamente 20 orcos que quedaban aún en pie. Corwin aprovechó el desconcierto causado para asestar mandobles a diestro y siniestro acompañado del machacacráneos del elemental.

Mientras ambos contenían a los brutos, el mediano corría todo lo que podía hacia la cumbre, hacia la plataforma en la que se encontraba el chamán y las piedras. Se ocultó entre las sombras y con mucho cuidado se le acercó...

No le vió venir... Unas espadas cortas que desprendían girones de sombra
y que parecían fundidas en las manos de Farben atravesaron el pecho del chamán desde abajo hacia arriba, recorriendo los pulmones bajo la caja torácica... El chamán cayó al suelo mientras se ahogaba en su propia sangre. El mediano, en un gesto de compasión, sacó las espadas de nuevo y le cortó el cuello como si fuese una rama gorda.

En ese momento, se acercó y comenzó a disparar flechas todo lo rápido que podía desde su posición elevada cuando, al mirar a un lateral, encontró la cuerda que sujetaba el tronco que mantenía firme la plataforma llena de piedras.

Juntando todas sus fuerzas trató de hacerse oir en medio de la batalla...

- ¡¡¡EEEEEEEEEHHHH!!!

Dilvish

26/03/2007 12:37:10

[i:bdb28ca2e0]Corwin no combatía con libertad.

Gonomin no estaba protegido para la batalla, pues barda alguna cubría sus flancos. Sabiendo eso, el guerrero humano no era capaz de ceder al impulso de Aradanail y lanzarse en medio de los orcos para enviar sus almas al reino de Kélemvor.

Tymora siempre estaba con él, o eso pensó Corwin cuando una decena de ogros irrumpieron en la batalla por su flanco derecho. Con habilidad fruto de la práctica, el humano hizo girar a Gonomin en el mismo sentido de la carga y desmontó. El corcel conocedor de la táctica de su amo, se alejó por la espesura sin mirar atrás.

Gritando, Corwin desjarretó a uno de los ogros que le daba la espalda. Con una sonrisa en los labios, que a los orcos les parecío una mueca de muerte, se arrojó sobre sus enemigos con las cimitarras como extensiones de sus brazos. En un minuto estaba cubierto de sangre, suya y de los orcos y ogros, pero la armadura de Kauler era capaz de cerrar las heridas casi al mismo tiempo que se producían.

La concetración en la batalla era total. Farben estaba solo.[/i:bdb28ca2e0]

Farben

26/03/2007 14:29:38

Nadie le oyó, y apenas tenía tiempo, así que tomó una medida desesperada.

Los orcos estaban rodeando a Corwin, que, en el fragor de la batalla había recibido alguna herida de consideración y podría sucumbir ante tantos enemigos. Necesitaban hacer algo, y lo necesitaban ya... No había tiempo para que Farben volviese a bajar, así que ató a una flecha un bote lleno de poción de invisibilidad, se encomendó a Torm y la lanzó a una de las partes más duras de la armadura de su compañero: el brazal izquierdo. Realmente, no quería que se pinchase, tan sólo que se rompiese el bote y Corwin se impregnase de aquel líquido que con solo tocarlo te volvía invisible; además, aunque resultase herido, no sería una herida de gravedad. Tensó su arco lo más que pudo sin pasarse, apuntó con cuidado y... ¡zas! soltó la cuerda.

La flecha voló a toda velocidad hasta el estrecho paso en que se encontraban y acertó... bueno, no muy bien, pero acertó, le dió en una mano, en lugar de en el brazal, algo lógico teniendo en cuenta el mayor peso de la flecha, pero consiguió su efecto.

Corwin, al sentir el intenso dolor, paró un poco para mirarse la mano al tiempo que observaba como dejaba de verse su propia mano. Qué decir de los orcos, también se quedaron parados en seco al ver desaparecer ante sus narices al humano, que no se movió no fuesen a oirle moverse, Farben quedó tranquilo pues alli las piedras no le alcanzarían al caer.

Mientras esto ocurría, Farben se había desprendido de su sombra y la envió loma abajo hasta colocarse justo debajo de la plataforma de piedras. Allí apareció para atraer a los orcos al lugar más o menos exacto, momento en el que Farben se tomó una poción de fuerza y tiró de la cuerda que sujetaba el tope, con lo que las piedras cayeron mientras la sombra de Farben desaparecía sin dejar rastro.

Las piedras caían a toda velocidad con una fuerza enorme.

Dilvish

26/03/2007 17:13:16

[i:33cd99b9c8]Una de las cimitarras de Corwin cayó al suelo con estrépito.

La baja inteligencia de los orcos y ogros, ayudó al humano y este, maldiciendo en silencio la creatividad de su amigo, recogió la espada que desapareció de la vista. En ese mismo instante oyó el fuerte estrépito de las piedras caer a su espalda.

Ayudado por su gran fuerza, Corwin saltó hacia un lado, fuera del paso de las rocas. [/i:33cd99b9c8]

Farben

27/03/2007 11:23:43

- (ups... que mala punteria... bueno, es cuestión de usar este amuleto que me dió aquel clérigo, me dijo que frotándolo por las heridas curaba ya fuese enferemedad o heridas y que bendecía. Espero que no esté muy enfadado. Siempre que tengo una idea la acabo liando, no sé cómo me las apaño) *recuerda lo del Bastión y los demonios*

Desde su posición privilegiada en la parte de arriba, le costó poco acabar con los tres orcos que quedaron en pie; sin embargo, a uno no le mató, prefirió herirle para que se quedase quieto. Más tarde lo interrogarían.

- (puf, nos ha ido de un pelo) -

Bajó hasta donde se encontraba Corwin y, tras comprobar que no había más peligro y todos estaban muertos, excepto el que dejó inconsciente y malherido, volvió de las sombras, ató al orco con gran destreza y nudos marineros de todos los tipos que conocía y fue a atender a su amigo, cuyos efectos mágicos de invisibilidad ya comenzaban a pasar. Se le acercó con una sonrisa.

La cara de Corwin no tenía la misma sonrisa. Estaba muy herido y encima con la mano izquierda inútil por su culpa. La cara del mediano se tornó seria y dijo:

- Buenaaas. Estoooo... lo siento mucho *triste* he tenido un poco de mala puntería (mira que no quitarle la punta a la flecha, tenía que haber pensado que podía fallar), pero no te preocupes, tengo esto que no he usado nunca porque lo guardaba para una ocasión importante. Me dijeron que cura.

Se puso un collar mágico, lo tocó con una de sus manitas y con la otra fue tocando las heridas del humano, que se iban curando a medida que las acercaba, no hacía ni falta tocarle.

- Me dijeron que se usaba así. ¿Te sientes mejor ahora? He atado a uno de ellos, por si había que interrogarle no fuese que hubiera más grupos, que a tí se te da muy bien eso de interrogar y negociar (claro, toda la vida negociando con vinos da mucha experiencia a la hora de tratar con gente).

Dilvish

27/03/2007 12:11:24

[i:4f3a591c6f]La magia curativa hizo efecto en el guerrero humano.

-"No gastes más recursos amigo... la regeneración hará el resto. Solo necesito descanso".- dijo Corwin sonriendo.

Llevandose una de las manos a la boca, emitió un largo silbido. Segundos más tarde, Gonomin regresaba a medio galope.

-"Por Tymora... como me has encontrado?"[/i:4f3a591c6f]

Farben

27/03/2007 14:25:00

Farben dejó de pasarle la mano y se volvió a guardar el collar.

- (pues sí que funciona, como me dijo Khen cuando me lo dió, por cierto, hace mucho que no lo veo) Bueno *sonrie sonrojado* te vi salir de la tienda de Indreth con una cara muy rara, entre triste y preocupada... y tuve que ver qué te pasaba. Estabas muy raro, pensé que igual ibas a algún sitio y nadie había podido acompañarte y por eso estabas tan raro. Te alcancé al poco de comenzar la emboscada, pero, al ver que controlabas la situación, preferí no dejarme ver porque si alguien más te estaba esperando, seguro que no me esperaría a mi *sonrie de nuevo*. Como era que no, me adelanté, ya que los orcos restantes habían huido en esa dirección y podías encontrártelos. Iba a avisarte, pero al ver la plataforma con piedras, sólo me dió tiempo a detener a Gonomin con una flecha que se cruzase delante de él para que no pasases debajo... Digamos que fue... para saciar mi curiosidad *sonríe ampliamente* Menudo susto nos han dado ¿eh? sólo ha quedado ése *señala hacia el que está atado y haciendo vanos esfuerzos por soltarse* No es que esté atado muy fuerte, no tengo tanta fuerza, pero sí que los nudos están bien echados y no se suelta fácilmente. -

Tras esto, miró a Corwin y le preguntó directamente: -¿estás bien? Si necesitas descansar, cerca de aquí hay una aldea. Pronto anochecerá

Dilvish

27/03/2007 15:49:07

[i:c9bb4d365f] -"No hay piedad en mi para los orcos, Farben. No después de ver el sufrimiento de mi pueblo en sus manos."

Y diciendo esto desenvainó a Aradanail, girando hacia el orco maniatado, que le observaba con los ojos como platos.[/i:c9bb4d365f]

Farben

27/03/2007 21:01:18

Farben también lo mira entre sorprendido y comprensivo.

- (vaya, si que se ha vuelto radical, aunque es comprensible).

Mientras Corwin se acercaba al orco cimitarra en mano, Farben iba a su lado dando saltitos y hablándole bajo:

- Pero Corwin, espera, tal vez sepa algo que nos interese. Averigüemos lo que sabe, luego no me interpondré

Dilvish

28/03/2007 10:05:00

[i:ab581426b8] -"Adelante Farben, sácale la información que puedas.".- contestó Corwin sin envainar su hoja.

De un certero tajo, cortó la mordaza del sanguinario goblin que permanecía atado. Corwin se dirigió al bruto en orco, un lenguaje que había aprendido hacía muchos años en el Valle Profundo. En los Valles, los exploradores solían aprenderlo para enteder sus órdenes de combate o su charla de campamento.

-"Orco... tu vida depende de tus palabras."[/i:ab581426b8]

Farben

28/03/2007 13:53:55

El orco pudo sentir por primera vez el miedo a la muerte.

Farben se acercó a él y comenzó a interrogarle:

*tono mafioso intimidatorio*

- Mira engendro... A mi no es que me importe mucho, pero a mi amigo no le importará rebanarte la cabeza y luego comerse tus sesos ¿comprendes? No le caen bien los orcos, así que será mejor que contestes a lo que te pregunte y rapido, o dejaré que haga contigo lo que quiera (increible que yo sea capaz de decir esto).

*el orco hace gestos de no comprender*

- Vaya, veo que no me entiendes, entonces no nos sirves para nada *mira a Corwin* Creo que no habla nuestro idioma...

Corwin se aproximó al orco mientras lo miraba con saña. Al llegar a su altura elevó la cimitarra. Un sólo golpe bastaría. Justo en ese instante el orco habló:

- Bastar, bastar, yo hablar, no matar, no matar.

Corwin con desgana bajó el arma y el mediano aprovechó para coger al orco del cuello y decirle:

- Ya sabía yo que no era posible que no entendieses nuestro idioma habiendo estado tanto tiempo en estas tierras. Ahora habla o muere.

El orco se encontró entre la espada y la pared y confesó:

- Estar aqui porque en aldea algo pasar, haber muchos muertos que levantar de su tumba. Jefe querer lo que dar poder para levantar muertos.

La sangre del mediano se le heló en las venas al oirlo, los muertos vivientes nunca le habían gustado, pero lo que menos le gustaba de ellos era que no había manera de pillarlos desprevenidos y darles esos pequeños cortes que daba con sus espaditas para debilitar a sus enemigos cortando los músculos que unen sus articulaciones.

- ¿que? ¡habla!

- Jefe contar a clan que si poder levantar muertos, poder levantar ejército de nuevo. Jefe estar ya en aldea buscando lo que dar poder.

- ¿y que es?¡habla! ¡habla o te aseguro que sufrirás la más horrible de la muertes! (a ver si se lo traga)

- Mi no saber, sólo saber que chamán que tu matar decir que ser algo que estar cerca de aldea.

La situación había cambiado de repente...

Dilvish

28/03/2007 16:32:33

[i:450454621b]Las palabras del orco acabaron de repente cuando una saeta de plumas azuladas destrozó su garganta.

Corwin al verlo, empujó a un lado a su compañero y se volvió desenvainando su otra cimitarra. Un único batidor orco, armado con un arco corto de hueso de aspecto poderoso, se giró en la espesura y desapareció entre la arboleda.

El humano, mientras Farben comprobaba si el prisionero seguia vivo, corrió hacia el arquero pero cuando llegó nada había que delatara su partida. El rastro acababa en los límites de los árboles.

En ese momento una solitaria flecha se clavó en la armadura de Corwin... quedando como mudo anuncio de la falta de cobertura del humano. Por suerte la adamantita de Kauler era difícil de traspasar.

-"A cubierto Far!"[/i:450454621b]

Farben

29/03/2007 12:53:33

Farben saltó hacia el cobijo que le ofrecía una piedra como si fuese un felino huyendo de su peor enemigo.

Miró hacia Corwin, viendo que se encontraba bien y comenzó a buscar al batidor, pero no lo vió.

- Maldita sea, seguro que va a avisar al jefe, tenemos que cogerlo, pero con precaución.

Ambos salieron en su persecución y, entre la fuerza que Corwin imprimía a sus movimientos y la agilidad del mediano, le dieron alcance cerca de un claro al cabo de un rato de carrera. A lo lejos, Farben le vió correr entre la hierba. Presto, se subió a una piedra, afirmó su posición, amartilló su arco y tensó al máximo. Una flecha que iba dejando una estela de hielo a medida que cruzaba el aire a toda velocidad, pasando a medio metro de Corwin en un tiro bien calculado...

Impactó de lleno en la pierna del orco, que vió ralentizado su avance, lo que permitió a Corwin, que no había parado de correr entretando, darle alcance.

El orco, parapetado tras otra roca, se giró hacia los dos compañeros.

Dilvish

29/03/2007 13:17:58

[i:8636a96f82]... y desapareció.

La habilidad de ciertos batidores orcos para esconderse en un bosque siempre había maravillado a Corwin. Pero en este caso algo escapaba a sus instintos. Seguro que la magia era la causante de ello y una carcajada ronca y áspera se lo confirmó.

-"La trampa ha sido tendida... mis criaturas, mis pequeños, mis hijos... prendedlos!".- escucharon ambos a su espalda.

Un humano alto, imponente con una armadura completa de hueso les miraba con una calavera tallada en rubí en la mano. La gema latía con la cadencia de los latidos de un corazón. El batidor orco arma en mano, les sonreía con maldad, satisfecho de su argucia.

-"Un maestro de la lividez".- susurró Corwin a Farben.

Aradanail brilló con mucha más fuerza de lo habitual mientras varios esqueletos gigantescos se alzaban desde los extremos del claro. En unos instantes los dos aventureros fueron rodeados por los nueve gigantes de la escarcha sirvientes de su enemigo.

-"La piedra es la clave, Far... nuestra formación táctica!".- y gritando esa última orden, Corwin adoptó una posición de combate esperando los golpes de las hachas a su alrededor.[/i:8636a96f82]

Farben

29/03/2007 21:53:23

Farben aprovechó el revuelo y también desapareció... para aparecer en medio de la confusión tras los gigantes y, con sendos diestros tajos en las rodillas, hacer caer a dos de ellos sin posibilidades de que se pudiesen levantar. Eso le facilitaría la labor a Corwin.

Tras esto, se acercó a otros dos, repitiendo la misma operación. La habilidad de Corwin era prodigiosa: a dos de ellos consiguió rajarlos en vertical de costillas abajo, pues más alto no llegaba con su arma, y caian viendo cómo sus propias tripas se caían al suelo, cayendo ellos como si fuesen un calamar incapar de mantenerse en pie...

Quedaban otros cinco. Farben, escondido delante de Corwin, aprovechaba que no le veían y que iban a atacar al humano para atacar él primero y debilitarles, lo que provocaba que fallasen su ataque y su compañero pudiera hacer más efectivos sus ataques.

Cuando vió la situación medio resuelta, aprovechó el revuelo formado por la caida de uno de los gigantes y desapareció sin que se notase. Acto seguido, agarró su arco desde las sombras, lo cargó con una flecha que tenía la punta embadurnada en ácido con la esperanza de que dañase al engendro.

Pero de repente se le ocurrió otra cosa: No era bueno robando, de hecho apenas sabía, pero si causaba la distracción del nigromante... tal vez podría acercarse sin que le viese y arrancarle la joya de su mano muerta, que la llevaba al descubierto a saber porqué. Sacó una de las trampas sustraidas a los cofres de un dragón rojo que atemorizaba a una ciudad; era una trampa ácida bestial que esperaba distrajese al nigromante lo necesario como para permitirle ganar algo de tiempo. La puso lo mejor que pudo justo a los pies del nigromante. Con un preciso movimiento se acercó a un lateral del mago, apuntó al orco batidor que estaba al otro lado y disparó a su cuello.

El pobre bruto se ahogó sin remedio, y sus gargajeos sanguinolentos causaron que por unos instantes el mago mirase en dirección al orco, momento que el mediano aprovechó para golpear al mago en su mano con toda la fuerza que tenía... y con una maza para muertos vivientes que llevaba, no era muy buena, pero era mejor para ellos que sus espadas cortas.

La gema cayó de su mano y, justo antes de que tocase el suelo, Farben consiguió cogerla y volver a desaparecer. El nigromante entró en cólera y trató de pillar al mediano, que, aprovechando su pequeño tamaño, se le escurrió entre las piernas. En una de esas, el nigromante pisó la trampa y le dió de lleno.

Mientras el atacante se recuperaba, Farben volvió a correr junto a Corwin, que ya había acabado con los gigantes restantes, y le mostró la joya.

Dilvish

30/03/2007 09:38:02

[i:c5625b8211]"Lidera a mis criaturas, mis pequeños, mis hijos... mata a quien me tenía antes y mi poder será tuyo... lidera a mis criaturas, mis pequeños, mis hijos... mata a quien me tenía antes y mi poder será tuyo... lidera..."

Eso es lo que escucha en su mente Farben cuando le muestra la gema a Corwin.[/i:c5625b8211]

//Haz la tirada de salvación Far... que manía tienes de coger todo lo que ves en el suelo, niño!

1saludo :D

Farben

01/04/2007 00:33:31

//me salió 29 ^^

En ese momento, el mediano tiró la piedra al suelo y le contó a Corwin lo que decían las voces que oía en su cabeza. Mientras, con el pie hacía un pequeño hueco en la tierra y ponía la gema dentro, tapándola después

- (Con eso será suficiente) Corwin dudo de matar al nigromante, parece que es lo que la piedra quiere... Podemos matarle y luego destruirla, porque me da la impresión de que el tipo no tiene muchas intenciones de irse por las buenas...

El nigromante se dirigía hacia ellos en ese momento con cara de pocos amigos, un escudo pavés hecho de hueso en una mano y una espada de aura roja en la otra...

Farben

01/04/2007 00:35:11



Dilvish

02/04/2007 16:42:48

[i:a61632daba] -"Tac, tac, tac, tac...!

La armadura de hueso empezó su desagradable canción mientras el Maestro de la Lividez se arrojaba sobre los dos aventureros. Corwin, sorprendido de que un mago se enfretase a ellos en combate cuerpo a cuerpo, adoptó una posición defensiva, mientras el mediano se desvanecía en las sombras.

Farben empezó a caminar en diagonal, dispuesto a flanquear al humano de la armadura ósea... hasta que vió los ojos de este mirandole fijamente. Una luz rojiza emanaba de ellos, una réplica de la propia gema recientemente enterrada.[/i:a61632daba]

Farben

02/04/2007 17:25:13

Esa mirada, esa mirada. Farben comprendió lo que podía haberle pasado de no haber sido capaz de resistirse al poder de la gema.

En un suspiro, el arma del nigromante se dirigió en forma de tajo vertical con intención de partir al mediano en dos.

¡¡CLAAAAAAANC!! sonó el arma contra el escudo que Farben había conseguido interponer entre su cabeza y la espada. Viendo que no podría resistir la fuerza del ataque mucho más, inclinó su escudo lo suficiente como para que la fuerza se desviase en dirección al suelo y la espada de aura roja se quedase unos instantes clavada, instantes en los que el nigromante ofrecía todo su flanco derecho a descubierto justo delante de las narices de Farben, que aprovechó la oportunidad y le clavó su espada bajo la axila, colándose a través de las placas que formaban la armadura.

-(Maldito engendro, ¡no sangra! creí que le haría más daño metiéndole la espada por ahi)

Farben vió cómo Corwin tomaba posicióna la izquierda del humano oscuro y, haciendo un gran esfuerzo, trató de distraer unos segundos al mismo, sonriéndole al tiempo que le decía:

- Me parece que no se te da bien cortar espárragos, jaja.

- ¡Insecto insolente! ¡Me voy a hacer un cuenco con tu cráneo!

El nigromante le miró unos instantes con ojos de furia mientras Farben trataba de golpear la mano que sujetaba la espada para acabar de distraerle.

Detrás, al otro lado del nigromante, Corwin ya estaba levantando su cimitarra en una posición lo bastante aventajada como para dar un golpe mortal de necesidad directo al cuello.

Dilvish

04/04/2007 13:08:02

[i:e93f6555e8]Mientras todas sus acciones hacían pensar en un ataque de Corwin hacia el cuerpo desprotegido del combatiente de armadura de hueso, sus pies rebuscaban en el suelo el lugar en el que Farben había semienterrado la piedra.

Los ojos del nigromante latían con la misma cadencia que Corwin vió en la gema. El antiguo coronel recordó su lucha contra el archimago no-muerto Kathalas y como hordas de enemigos se alzaban en Aguas Profundas o en Puerto Calim sin cesar. Kauler, Kind, Aldarion y otros héroes de antaño se enfrentaron a los muertos vivientes, pero sólo cuando áquel que los devolvía a Faerun desde el Hades fue destruido llegó la paz a la Costa de la Espada.

De improviso Corwin notó bajo su bota, de piel de dragón teñida de negro, la dura superficie de la gema enterrada. Con un giró de su tobillo la levantó en el aire. Un rastro de arena la siguió mientras se elevaba hasta quedar a la altura del rostro de Corwin. Aradanail brilló con una fuerte luz dorada, pues Corellon la había creado para ser enemiga de los no-muertos.

-"Nooooooooooo!".- gritó con fuerza la gema desde el pecho del Maestro de la Lividez. Sus ojos resplandecieron con una explosión de luz roja.

Corwin apartó la vista de la luz y, encomendando su brazo a Tymora, partió la gema roja en dos de un único tajo de revés. La luz dorada y la rojiza se mezclaron en una única y silenciosa explosión.[/i:e93f6555e8]

Farben

04/04/2007 19:22:58

Un estallido de luz lo inundó todo y catapultó a los tres contendientes alejándose del centro hasta caer varios metros más allá. Tras un rato, el mediano recobró el conocimiento traido a la consciencia por unos gemidos...

Sobresaltado, pensó en Corwin herido y se levantó lo más rápido que fue capaz buscando el origen de los gemidos... Pronto los halló... y no eran de Corwin precisamente... sino del nigromante.

Con mucho cuidado, y sin dejar de mirar al que gemía bajo el yelmo, se acercó a Corwin y trató de reanimarle.

Corwin se levantó pesadamente, claramente dolorido por la caida, al igual que Farben. Ambos, espadas en mano y aún tambaleantes se acercaban con sumo cuidado al amasijo en que había quedado convertida la armadura de hueso debido a la explosión.

Cuando llegaron a la altura de su cara, Corwin puso la hoja de su arma en el cuello del nigromante, pero Farben le hizo un gesto de que parase...

Tenía curiosidad por saber quién era. Él nunca había visto a un nigromante y creía que tendrían la cabeza de hueso, sin carne, una calavera viviente, visto lo que había visto con algún liche con el que hubo de enfrentarse en el pasado.

Corwin lo entendió y mantuvo la hoja, presto a un golpe rápido en caso de necesidad. Las pequeñas manos del mediano se acercaban al yelmo con forma de calavera, a través del cual miraban unos ojos. Cuidado, con todo el cuidado de que era capaz y tratando de mantenerse todo lo alejado que podía del cuerpo, quitó las correas que sujetaban el yelmo a la cabeza. Lo retiró... su boca se entreabrió de la sorpresa y sus ojos se abrieron al máximo... Era un muchacho, un crío, el que luchaba por sobrevivir aplastado por el peso de la armadura...

Dilvish

10/04/2007 12:07:43

[i:66ec363922]Corwin cogió con su mano libre al muchacho del mentón.

Ignorando sus quejidos, levantó su rostro para ver sus ojos. Ya no había rastro del resplandor rojizo en ellos. El antiguo coronel se sentía cansado, y todavía le esperaba un largo viaje hacia el norte.

-"Farben, he de pedirte un nuevo favor. Lleva al muchacho a Vado. En el templo de Tymora podrán ayudarle... y comprobar de paso si está libre de maldad. Si el clérigo detecta alguna influencia negativa, sé que serás capaz de hacer lo necesario."

Al terminar de hablar, se llevó una mano a los labios y emitió un único silbido largo y agudo. Gonomin apareció trotando despacio hacia ellos.[/i:66ec363922]

Farben

11/04/2007 16:12:03

Farben asintió y, viendo las intenciones de Corwin de seguir camino, preguntó:

- ¿y tu? ¿estarás bien? -

Corwin asintió sonriendo y cabalgó camino adelante mientras Farben, cargaba como podía con el muchacho en dirección a Vado. Serían un par de días de camino, pero llevaba bastantes provisiones y aún podría llamar a su sombra para que le ayudase a cargar si se veía cansado.

Cuando casi había transcurrido el primer día de camino, de repente el rostro de Farben se ensombreció y más tarde hizo un gesto de rabia.

- (¡oh, no! ¡que cabeza la mía! ¡Al final se me olvidó preguntarle que porqué había salido tan serio del palacio! Todo el viaje corriendo y me quedo sin saberlo... ¡y a saber por dónde andará ahora!)

Con un gesto de pataleta seguido de una cara que expresaba el incorformismo propio de la curiosidad no satisfecha siguió camino a Vado. Llegaría al anochecer del día siguiente con su preciada carga..