erednor

14/04/2007 18:54:04

Kraim caminaba por los frescos caminos que forman la conocida "ruta del comercio", entreteniendose de vez en cuando para hacer buena cuenta de un trozo de pan y algo de cerveza, o para despachar con certero golpe de maza a algun que otro "merodeador" que cortase el buen discurrir de su tranquila marcha.

Cansado de seguir el camino marcado con marcas de carretas y pisadas de todo tipo, decidio salirse de la senda y pisotear un poco la hierba que a sus lados se extendia. Sin pensar en nada en concreto, absorto solo en el suelo que pisaba, fue caminando un buen rato (cerca estubo de estamparse contra algun que otro arbol con ramas traicioneras). De repente descubrio que el suelo que pisaba no era tan verde como el que antes habia tenido bajo sus pies, las piedras, que antes salpicaban el suelo de forma aislada, se habian convertido en dueñas y señoras de aquel paraje.

Alzo la vista y se dio cuenta de que sus pasos le habian llevado a un lugar inhospito, desolador, gris como la piel de un duergar...su incertidumbre se torno curiosidad, y empezo a caminar por aquel rincon de Faerun...subio una larga pendiente....luego otra...y entonces, cuando el terreno se nivelo a su paso, se detubo en seco.

A la puerta de una gruta abierta en la pared de la piedra se encontraba un cuerpo apoyado sobre la vertical del acantilado. Se acerco al cadaver (nombre que sustituyo al de persona cuando vio las heridas que presentaba el sujeto, y la expresion ausente de su cara) y vio que en sus manos sujetaba un misterioso libro: era un diario.

Salio de aquel páraje decidido a volver, pero no solo...

Volvio al camino, esta vez otra vez rodeado de hierba verde y aire fresco... seguia atormentado por lo que habia visto...y leido...que seria lo que habia alli...que habia matado a aquellos hombres...en tales lances se encontraba cuando se encontro al pie de un largo puente a su viejo amigo Wilhelm. Este encuentro alegro su animo, y le hizo olvidar un poco aquellas tremenda escena; pero al cabo de unos momentos la imagen del diario aferrado por aquellas manos inertes volvio a sus manos...y decidio que era el momento de volver, esta vez, si asi lo queria su compañero, mejor acompañado.

Y asi fue, los dos amigos pusieron paso tras paso hasta aquella colina. Esta vez si que entro en la gruta, en tal compañia el temor se confundia con la esperanza...avanzaron rodeados de conjuros y bendiciones, precabidos ante lo desconocido...esperando lo peor...
a cada paso que daban veian mas cuerpos, amontonados por toda el pasaje...las extrañas paredes seguian discurriendo por estrechos y sinuosos pasillos...al fin llegaron a una amplia sala...

Con el corazon en un puño y la maza en el otro siguio la silueta del monje por la estancia, vigilando tanto su espalda como sus narices... miraron por toda la sala...y nada vieron...lo cual hizo que el alma del enano se destensara como la cuerda de un arco, soltando un suspiro como si de una flecha disparada se tratase.

Decidieron salir de alli antes de que los moradores volvieran...sin duda se trataba de algo peligroso...misterioso...oscuro...sea lo que fuere...no era bueno...

Volvieron sobre sus pasos, esta vez mas ligeros de lo que fue la entrada, y salieron al exterior, agradecidos de encontrar de nuevo aire libre para respirar. Los dos camaradas hablaron con frases cortas y secas...con la mente aun encerrada en aquellos pasillos. Habria que volver...no se podia dejar aquello asi, a saber que se cocia en aquellos oscuros pasillos...llegaron a la conclusion de que, fuera lo que fuere lo que alli habitaba, no seria un ser "normal"...asi que la siguiente expedicion seria mejor acompañados...sacerdotes, por si lo que encontraban era fruto de la perversidad divina de la oscuridad, y arcanos, para enfrentarse y descifrar posibles males magicos... en esta encomienda, las armas no eran quienes resolverian el asalto....