Ilinoth

05/11/2007 20:41:17

Ilinoth...


Ilinoth, un simple arcano de muchos, venido de Amn.Así pensaban muchos de los viajeros que comenzaban a tratar con él, en las arduas y áridas tierras de Calimsham.
Llegó a lomos de su caballo, cruzando desiertos y hundiéndose en la arena al galope con cada paso del corcél.Sólo quería llegar a Puerto Calim, y no paro un segundo en observar el estado del caballo.A pocos pasos del oasis cercano a la ciudad, el caballo, deshidratado y cansado hasta la muerte, desfallecía y en pocos segundos caía en la arena, sin otra vida ya que la que empezaban a depositar en sus partes blandas criaturas que acudían con el calor a la llamada del cadáver.Se trataba de móscas y coleópteros que ya comenzaban a penetrar en su áspero pelo y en carne para dejar su...pútrida semilla.

En ese mismo momento, se acercó un bardo hablando del ataque de criaturas extrañas a la ciudad de Vado girando la vista al ver al elfo, cerca de su caballo ya muerto unas horas...
La rabia que inundó en ese momento al mago fue tan inesperada,brutal y repentina que asestó una puñalada al bardo y seguidamente le cortó la garganta.No veía ningun guardia y la puerta de la ciudad quedaban tan lejos que tranquilamente,robó todo lo que era de valor,y enterró el cadaver en la cobertura que le propocionaba una invaginación en la roca de un peñón cercano.Se lanzó el conjuro, Fuerza de Toro y depositó ya más rápidamente el cadáver del animal, encima de la arena que cubría el cuerpo del desadortunado bardo.
Es tal la aberración de las gentes de la ciudad por la muerte, que quien se iba a acercar a el pútrido cadàver de un caballo repleto de infectos insectos? Nadie.

Esa noche, decidió ir a una taberna para descansar y comer y emprendío un viaje hacia Vado de la Daga.

De estatura algo más alta y delgada que cualquier otro elfo, el mago, llegó a Vado.No poseia nada salvo su destreza y unas míseras monedas de oro y plata, que sólo le abastecerían durante un día más, cómo mucho dos.

Después del largo y estrépitoso viaje en una embarcación decrépita y humeante, se encontró con la esperada situación de que la ciudad estaba siendo atacada en ese preciso instante.
Aún no lo podía saber con certeza, pero el avistamiento de una cantidad poco común de hechiceros, guerreros y quizá una mezcla de ambos, entre otros viajeros del lugar, hacia la zona Sur de la ciudad con un nerviosismo y rapidez también antinaturales, no le dejó ningún atisvo de duda a su excelente capacidad de raciocinio.No lo dudó un instante y decidió preguntar a varios ciudadanos que parecían conocer bien la ciudad.
Uno de ellos, le señaló un guerrero, que por sus vestimentas, se cercioró que se trataba de un paladín..., aunque desconocía la orden u organización a la que pertenecía.Vestía con ropajes finos, coloreados con tintes claros.
El paladín, desde un primer momento desconfío del mago de forma inmediata y con una actitud...casi ofensiva, contestó hirientemente al arcano, tras preguntar éste donde podía ser de ayuda en la defensa de la ciudad.
Su desconfianza era tal que parecía impropia incluso de un defensor del bien, cuando el elfo apenas habia tratado de entablar comunicación con él...Pero fue entonces cuando Ilinoth, recordó sus experiencias en Amn, y advirtió que algunos guerreros celestiales...poseen una intuición antinatural, casi divina para discernir el origen del bien y del mal; fue ese el motivo por el que no se extrañó en su interior, e interpretó el rol de viajero inocente que sólo buscaba honor y reconocimiento en la defensa de la ciudad en apuros, como es en estos tiempos costumbre.

En realidad, y en vez de ello como recompensa, buscaba oro y objetos de valor con los que adaptarse más rapidamente a una ciudad desconocida en la que ya habia parecido encontrar un pequeño problema, pero para el mago de Amn, no se trataba más que de un contratiempo.

El paladín siguió farfullando palabras que hablaban de la búsqueda de un arcano poderoso que parecía estar convocando criaturas de diversa índole y que atacaban las fortificaciones de la ciudad.Su desconfianza, a pesar de que en realidad no tenía motivo alguno, salvo una estúpida intuición, pareció querer justificarla argumentando que nunca jamás, había visto con aterioridad un elfo, con ropajes de arcano que más bien parecían harapos y cuyo color, era oscuro como la noche.Continuó escupiendo palabras y se marchó sin apartar los ojos del perfíl del mago.

Ilinoth, el arcano, decidió buscar a alguien con menos luces para poder ser contratado en la milicia de la ciudad y defender el ataque.Pero descubrió que no iban a pagar... ni oro ningún otro tipo de remuneración de modo que cuando oscureció,algo frustrado, raptó una muchacha, le quitó su oro y decidió que lo iba a pasar bien con ella esa madrugada.Nadie había visto nunca su rostro, de modo que su conciencia estaba más que tranquila.

Al día siguiente la Guardia de Vado de la Daga, decubrió su cadáver... era joven y bella...

...pero para entonces, Ilinoth, ya se encontraba de nuevo en Puerto Calim.