Arkanus

12/02/2008 05:24:59

[color=blue:8c93827d56] Historia de Earadril antes de su llegada a la Costa de la Espada


Aunque ahora la venganza sea lo único que lo mueve no siempre fue así, hubo un tiempo en el que Earadril vivía feliz en su ciudad rodeado de los de su raza, aislados de los demás pueblos de faerun, sin importarle las historias que contaban los mas ancianos de la ciudad sobre razas y ciudades lejanas tan lejanas que no tenía que darle importancia alguna.

El avariel se levantaba cada día con los primeros rayos del sol y tras prepararse para otro día mas, corría al balcón de su habitación para contemplar su ciudad y enorgullecerse de la vista que la altura le proporcionaba, Myrravin era muy similar a otras ciudades aéreas, con la mayoría de su desarrollo urbanístico construido sobre un gran altiplano liso. Luego iba ascendiendo por las laderas del pico más alto de la zona, superando el resto de montañas y estructuras de los alrededores. La planificación de Myrravin es representativa de las ciudades típicas avariel, con multitud de plazas abiertas, fuentes con surtidores y altos pináculos. En el mismísimo corazón de Myrravin había una gran Plaza, con un estrado elevado en su centro. Esta plaza es uno de los lugares más concurridos de la ciudad; durante el día, incontables tiendas y tenderetes se alineaban en su perímetro, ofreciendo gran variedad de productos y servicios. La plaza se vaciaba a menudo para llevar a cabo servicios cívicos o religiosos, y entonces la población de Myrravin podía reunirse en la propia plaza o en los tejados y terrazas de los edificios cercanos. Los edificios de los Avariel estaban construidos con énfasis en la amplitud (una cámara estrecha es una celda para los alados) y la altura. También abundaban las ventanas, terrazas, porches y miradores.

Earadril nació hace ya 100 años, es decir tiene la edad adulta para un avariel, la suficiente para ser un guerrero digno de mención por sus compañeros. Desde pequeño fue instruido en el uso de la espada por su padre, este le enseño como defenderse en el aire durante un combate en pleno vuelo, como debía descender a gran velocidad para asestar un golpe mortal y después ascender de nuevo a las alturas, incluso practico el combate en tierra firme por si llegado el caso no pudiese utilizar sus alas.

Gozaba del prestigio de ser el hijo de uno de los miembros del consejo de ancianos de la ciudad, Fartheil Amallyn veterano guerrero que gracias a sus grandes gestas contra los dragones ocupo un puesto de importancia en la ciudad.
Todo era perfecto en la vida de Earadril, formaba parte del grupo de reconocimiento con mayor reputación en la ciudad, eran los encargados de controlar las zonas en las que se sospechaba que habitaban dragones o que se agrupaban para un posterior ataque contra Myrravin, una labor peligrosa ya que muchos de los grupos siempre volvían con alguna baja debido al ataque por sorpresa de alguna sierpe, pero su grupo no, nunca habían tenido una baja y esto hacia que fueran los elegidos para las misiones verdaderamente importantes.

Por otra parte su hermano Daredil fue adiestrado en el conocimiento y uso de la magia arcana, siendo un modesto mago que no destacaba lo suficiente como para capitanear un grupo superior a 5 avariel, y así lo hacia, estaba al mando de un grupo de 4 guerreros inexpertos aun encargados de misiones sencillas, pero al menos lo hacia bien.

Hasta que un buen día o malo según el punto de vista, tras regresar de una misión sin nada que informar el grupo de Earadril fue llamado ante el consejo de ancianos, el capitán del grupo había conseguido una plaza en el consejo debido a su labor al frente del grupo y a su avanzada edad y sabiduría que le hacia mas que capacitado para el puesto, la noticia lleno de alegría a Earadril aunque también sintió rabia al conocer al sustituto de su amigo y capitán, no era otro que Eraldart, el que hasta ahora había sido segundo mago del grupo y especializado en meterlos en problemas, ya que su absoluta falta de disciplina los había llevado a pasar demasiados apuros en algunas misiones.

El grupo se quedaba sin un capitán responsable y con una plaza de mago desierta. Cuando todos comentaban entre susurros la perdida del capitán, el padre de Earadril y líder del consejo, mando callar para anunciar la segunda noticia importante, la plaza que quedaba libre pasaría a ser de Daredil, ante la sorpresa de los presentes el hermano apareció y se acerco a la parte en la que se encontraban los demás incorporándose al grupo y siendo felicitado por sus nuevos compañeros.

El líder del consejo de sabios volvió a mandar silencio, aun tenia otra noticia que dar, la más importante de la reunión, uno de los grupos de reconocimiento había dado con un asentamiento de dragones negros, los cuales se percataron de su presencia y atacaron al grupo, los avariel tuvieron que huir rápidamente al verse doblegados por las sierpes, de los 15 miembros de la patrulla solo consiguieron volver 4, y en un estado lamentable. Aun así uno de ellos explico como habían caído en una emboscada que los pillo por sorpresa sin darles tiempo a reaccionar.

Así pues el grupo de reconocimiento con mayor prestigio en la ciudad había sido llamado sobre todo para esto, serian los elegidos para esta misión, deberían ir al lugar donde los otros habían sido atacados y procurando no ser vistos, obtener la mayor información sobre las sierpes, sobre todo él numero de ellas, y si veían la oportunidad acabar con las que estuviesen aisladas del resto volviendo a Myrranvir con un informe detallado para preparar una ofensiva.

El grupo asintió al saber su próxima misión y tras finalizar la reunión, cada uno abandono la sala para dirigirse a sus hogares con el fin de despedirse de sus más allegados por si no volvían a verlos.

Los dos hermanos salieron juntos del lugar sin hablar hasta no llegar a su casa en uno de los picos más altos de la ciudad rodeada por las demás casas de los miembros del consejo. Una vez allí los dos hermanos se sentaron observándose uno al otro sin decir ni una palabra, Earadril sabia que su hermano no estaba preparado para esa misión pero quien era él para discutir la palabra de un miembro del consejo y más aun si era su padre.

//la ire poniendo por partes que si no seria un ladrillo muy dificil de tragar ^^
1 Saludo

Arkanus

15/02/2008 05:29:37

Pasaron unos días, que se hicieron demasiado cortos, parecía que el sol se escondía cada día antes y amanecía cada vez mas temprano, al avariel ya no le apetecía levantarse para contemplar la ciudad, se quedaba tumbado mirando al techo pensando en que su hermano no estaba preparado para la misión que les había encomendado y que además su capitán ya no estaría, en su lagar estaría un mago impulsivo sin dotes de mando alguna con mala relación con el grupo y que si no fuera por su antiguo capitán ya estaría muerto.

Llego el momento de partir, la despedida fue extraña, el grupo se reunió en la sala del consejo, delante de los nueve ancianos regentes, nadie mas, nadie mas de la ciudad sabia que pasaba, los ancianos no querían que cundiera el pánico entre los avariel de la ciudad y por eso no hubo una despedida en la plaza del pueblo como antiguamente se hacia a los que partían para combatir fuera de los limites. Nadie hablaba solo se miraban unos a otros observándose, esperando que el líder del consejo diera la orden de partir, y así fue, el padre de los dos avariel se levanto de su trono central y tras mirar fijamente a sus hijos y asentir, como queriendo decir que no les defraudara, dio la orden para que volaran hasta el lugar indicado por los supervivientes del anterior y desafortunado grupo.



Tras salir de los limites de la ciudad se dirigieron al sur, supuestamente según la información que tenían, en un día de vuelo contando las paradas oportunas para comer y descansar un poco estarían cerca del lugar del ataque de los dragones. El grupo estaba formado por tres magos, entre ellos el hermano de Earadil, y 12 guerreros, estaban divididos en tres grupos, al frente de cada uno estaba un mago aunque todos dependían de las ordenes del capitán que lideraba la expedición. Desde el suelo las criaturas que miraban al cielo veían algo parecido a una bandada de águilas gigantes que iban volando en perfecta formación como si fuera la punta de una flecha. Los elfos alados se acercaban al lugar, se miraban entre ellos notando el nerviosismo que les invadía por dentro, Earadril miraba de vez en cuando a su hermano asegurándose de que iba bien ya que no estaba acostumbrado a volar tanta distancia en tan poco tiempo, pero no lo parecía ya que no se le notaba ningún síntoma de cansancio.

Arkanus

26/02/2008 05:01:57

De repente el cielo se oscureció, una gran sombra tapaba completamente el sol, como si la noche se hubiese abalanzado sobre ellos, era uno de esos dragones negros con los que ya habían luchado en otras ocasiones pero ahora seria distinto, cuando el capitán quiso dar la orden de atacarlo vio que algunos ya habían decidido por él y se encaminan a darle muerte a la sierpe, entre ellos Earadril.

La batalla fue corta, poco pudo hacer el dragón ante las acometidas de los guerreros, lo rodearon entre siete de los guerreros y tras varias estocadas en los puntos vitales de la sierpe esta se desplomo con gran velocidad hacia las duras rocas que poblaban el suelo. Pero se precipitaron al celebrar la efímera victoria sobre el dragón, al seguir con la mirada la caída de la sierpe observaron como una decena de ellas se dirigían a gran velocidad hasta donde se encontraba el grupo desorganizado, todos esperaron la orden del capitán que no llego, ya que este se quedo paralizado sin poder pronunciar palabra alguna ante la visión que sus ojos le proporcionaban, la visión de una muerte inminente.




Por fin reacciono pero no para mandar atacar o anunciar retirada, consiguió tartamudear un conjuro y acto seguido empezaron a caer trozos de hielo justo delante de los dragones que no pudieron reaccionar. De la docena mas de la mitad se vio desequilibrado en el vuelo y con heridas graves motivo por el cual chocaron entre ellos y acabaron perdiendo el control estrellándose con las montañas o cayendo directamente hacia el suelo.

Fue entonces cuando los demás magos empezaron a conjurar sobre los dragones que quedaban, cuatro exactamente, pero estos ya se lo esperaban y evitaban la mayoría de la magia, los guerreros volaron hacia aquellos seres alados, eran superiores en numero no debería ser difícil ya habían acabado antes con mas, sabian como hacerlos caer, la batalla parecía ganada, los magos se dirigieron hacia ellos también cegados por lo que parecía una clara victoria, pero en ese momento Eraldart, el capitán del grupo no paro de conjurar, una gran bola de fuego explosiono entre los avariel y los dragones llevándose por delante a todos, dragones, guerreros y magos, el nerviosismo que lo dominaba había hecho que acabara con todo el grupo.

Arkanus

10/03/2008 01:11:33

Después el silencio...el arcano se dio cuenta de lo que había hecho, sabia que se había dejado dominar por la situación, descendió lentamente a tierra firme, observando los cuerpos de los dragones inertes en el suelo desde una altura considerable aun, cuando estuvo a unos pies del suelo se percato de los demás cuerpos, eran los de sus compañeros, todos estaban muertos con las alas calcinadas por el fuego que el mismo había conjurado, todos menos uno.

Earadril estaba rodeado de un conjuro, en su cuerpo se veían diversos golpes, por la posición que tenia era como si se hubiese roto varios huesos, pero lo más importante estaba intacto, sus alas chamuscadas pero enteras, Eraldart no daba crédito ¿cómo era posible?.

Entonces se percato, tenia que haber sido Daredil, antes de morir o incluso antes de ir de cabeza a por los dragones había conjurado protección contra los elementos a su hermano y esto podía haberle salvado la vida.

El mago se acerco al cuerpo inmóvil de Earadril, lentamente como no queriendo despertarle por si aun estaba vivo, cuando estuvo lo bastante cerca se agacho para comprobar si aun respiraba, al verle la cara dio un salto hacia atrás, no estaba muerto no, ni siquiera inconsciente, tenia los ojos abiertos de par en par mirándole fijamente, con un color distinto en ellos, era el color de la ira, el mago supo que el guerrero sabia lo que había pasado. Tras mirarle fijamente supo que tenia dos opciones o acabar con él y volver a la ciudad como el único superviviente de lo que él diría que fue una batalla imposible de ganar contra cientos de dragones o dejarlo a su suerte y huir lejos de su tierra.

Se sentó en el suelo pensativo, y tras varias horas decidió no acabar con él, ya había matado a todo su grupo por una imprudencia, lo dejaría tirado en ese lugar y partiría a una tierra lejana, así se lo dijo.

Eraldart desplegó sus alas y alzo el vuelo rumbo a un lugar llamado costa de la espada, así se lo dijo a Earadril, quizás por el remordimiento que le devoraba por dentro, quizás quería que el avariel se recuperara y algún día lo encontrara en ese lugar para que consiguiera su venganza, al fin y al cabo, el había matado a su hermano que menos que darle un motivo para vivir.