joanmi84

20/04/2008 19:23:06

Los pasos se detuvieron en un claro en las profundidades del bosque, algunas sombras se divisaban a la luz de la luna, voces familiares empezaron a musitar un canto ancestral.
El pequeño hizo fuerza con la mano con la que iba cogido con su padre, llevado en brazos, y lo miró con ojos de sorpresa y inocencia, pues no comprendia el motivo por el cual le habian alejado de su casa en medio de la noche.

Todo el grupo fue acercandose y rodeando el claro donde permanecia un solo ser en medio, desnudo, danzando y cantando. Asombrado, vio como el cabello del anciano clerigo empezaba a brillar con una intesidad que le molestaba en cierta medida.

Al cabo de unos minutos, un susurro empezó a oirse alrededor del claro, una voz dulce acompañaba, con una intensidad creciente, el canto del anciano.
Alerta y despierto, Anyndir fijo su mirada, emocionado, la figura apenas visible de una criatura cantando encima de sus cabezas.
Atonito, sus ojos señalaban otra vez al aparente anciano, que ahora bailaba con menos esfuerzo, como si la vida volviera de nuevo a su lastimado cuerpo.

La figura parecia hecha de luz de estrellas que por algun azar habian caido del cielo.Durante unos momentos,la luz empezó a dibujar la forma de una dama alta y desnuda, empuñando una increible espada bastarda que con su luz iluminaba todo el claro. Los canticos del sacerdote y la dama Oscura se unieron en una misma voz que fue desapareciendo mientras se elevaban juntos hacia las estrellas.


Al dia siguiente, un joven roble ofrecia generosamente sombra mientras los padres de Anyndir preparaban un pequeño fuego y algo de comida. Su padre mantenia un semblante serio y preucupado,solo sonriendo levemente al cruzar su mirada con su hermosa mujer.

- Que te preucupa, Dal'hun ? *susurró la madre mientras abrazaba al padre de Anyndir por la espalda*

- Ha pasado ya algun tiempo des de que ella señalara mi camino, pero aun tengo miedo de las represalias que pueda representar mi traición. Nunca sabré si la casa a la que pertenecia vendrá a buscarme para matarme, la traición se paga con la vida allí, lo sabias? Mi traición... podria representar una debilidad en la casa ... y no pueden permitirse mostrar una imagen de debilidad.

*mirando un momento hacia el pequeño Anyndir, Dal'hun se levantó y cogió de brazos a su hijo*.

- Él no conocerá la traición ni el odio que propaga su diosa* dijo su madre observando su hijo en brazos de su esposo*.

El desconfiado Dal'hun aprendió rapidamente cual era el camino a seguir por los que eran como él. Aprendiendo los peligros que comportaba ser un elfo oscuro, a la vez que observaba como su pueblo ayudaba y trataba de integrarse con algunos pueblos elficos, hermanos antaño y que, segun tenia entendido, su sangre les habia llevado a separarse y culparles de las guerras de la Corona.

El rechazo era el pan de cada dia, así como su misma existencia era en parte un rumor que ,al desvelarse, se convertia en confusión y desconfianza a ojos extraños.

Alejados de las ciudades humanas, habitaban en lo profundo del bosque al lado de una antigua cueva que pocos de ellos se habian aventurado a explorar y mucho menos comprovar su alcance.

La muerte se presentó durante una noche surgiendo de esa misma cueva. Sombras oscuras se adentraban al campamento sin apenas ser vistos por la propia madre. Ansiosos de sangre y venganza, los elfos oscuros mataron a casi todo el grupo con gran maestria.

Dejando herido gravemente a Dal'hun, un drow le amenazaba con el filo de su arma el cuello. Los atacantes dejaron pasar hasta Dal'hun a uno de ellos, una sacerdotisa , la cual esbozo una sonrisa fria y maliciosa....

La sacerdotisa salió del claro al cabo de un momento con un bebé varón en brazos y se dirigió de nuevo a la cueva.... ( Tu has pagado por tu traicion estupido varón y tu hijo nos pertenece )


*Ha pasado mucho tiempo des de ese suceso y los jovenes aprendices de la escuela Melee-Magthere descansan en su dormitorio, bruscamente uno de esos elfos oscuros se levanta abriendo los ojos como platos, jadeando se pone una mano en el pecho y trata de tranquilizarse en silencio. No siente miedo, pero el mismo sueño regresa cada noche des de hace un tiempo. Viendo cosas que desconoce por completo y siempre se despierta bajo la mirada de una gran luz, intensa y hiriente*

joanmi84

18/06/2008 12:23:33

EL tiempo transcurre a veces perezoso en la completa oscuridad de las cuevas cercanas a Menzoberranzan.
El silencio predomina en una área extensa de la cueva solo roto por algún comerciante o esclavista duergar que vuelve a la ciudad.

Des de lo alto de una de las paredes de la cueva, el drow observa con curiosidad un libro encontrado en un asentamiendo trasgo. Un libro que habia salvado de ser quemado por esas criaturas inferiores, que solo lo hubieran utilizado para guarecerse del frio mediante una hoguera.

Tras ingresar en la escuela de Melee- Magthere, Anyndir tuvo la oportunidad de leer libros que sus maestros les aconsejaban. Pero nunca habia tenido en sus manos un libro como ese. El creador de este libro no reparó en plasmar bellas ilustraciones de lo que Anyndir creia que relataba el autor. Esos dibujos fueron el motivo por el cual el libro adquirió tanto interés por elfo. Cada vez que observaba un nuevo dibujo, su rostro reflejaba el asombro y la curiosidad de un niño, pero tambien lograban confundirle cada vez mas.

En cada una de sus pesadillas, el elfo lograba captar pequeños momentos, imagenes de lo que el habia creido que era un plano distinto al suyo, algo que su mente creaba para atemorizarle. Pero ahora, contemplaba nervioso imagenes parecidas a la de sus sueños en el libro.

Discreto y atento, el elfo oscuro no dudo en ocultar sus pensamientos lejos de las miradas de las sacerdotisas dentro de la casa Dyrr.
Sentia que no tenia a nadie para contarle todo cuanto le estaba sucediendo, ni quizas deberia hacerlo nunca...

Preparado para demostrar su valia como soldado, no dudo en aceptar la llamada para un suceso misterioso que acontecia en toda la ciudad, pues la magia parecia desvanecerse por completo.

Ahora, lejos de lo que era su hogar y junto algunos soldados, magos y una sacerdotisa, procuraba hacer bien su papel como soldado y a la vez intentar sobrevivir en un camino que parecia no tener regreso.
Algunos de esos drow parecian ser tan antiguos como la misma Matrona de la casa Dyrr, mostrando unos conocimientos que sobrepasaban los límites de su imaginación.

Dos de ellos demostraron haber estado repetidas veces en la temible superficie y haber sobrevivido a la gran bola de fuego.
Procuraba escuchar con atención las palabras de esos dos elfos oscuros y se atrevió a pensar que quizas ellos podrian tener algunas respuestas a todas sus preguntas.

De entre todas esas dudas habia una que ocupaba gran parte de su tiempo de meditación, una pregunta en forma de imagen que aparecia en todos sus sueños, una gran luz cegadora acompañada de unos susurros incomprensibles...

joanmi84

02/07/2008 15:18:53

La supervivencia, la superación, el miedo, empujaban y hacian menos pesada la marcha de los elfos oscuros por las confusas entrañas del plano al que habian sido enviados por un extraño y almenos para Anyndir, atormentado mago.

Avanzando con paso firme entre los guerreros de esa expedición, pensaba en que estarian pensando sus hermanos de sangre y si igual que él, sentirian tanto miedo y confusión. Los observaba de reojo, en silencio, cuando el peligro cesaba levemente y podia permitirse un instante de tranquilidad.

El camino parecia finalizar y solo una puerta se divisaba al frente de ellos. Una puerta tal vez que les conduciría al fin de su desamparado destino o solo un obstaculo más que deberian afrontar.

Poco experimentado, Anyndir abrió la puerta, sin prestar atención a Axel, el cual ya se habia prevenido del posible peligro, que ruidoso, esperaba detrás de la dichosa puerta.

Una brisa calida cegó sus ojos un instante, mientras su piel sentia el calor que desprendia un ser extraño, puro fuego y llama. Sin dudarlo, cogió su escudo con fuerza y avanzó hacia ese ser desconocido, una primera bola de fuego impactó sobre el pesado escudo, el cual no pudo proteger completamente al guerrero ahora herido en el brazo y el pecho por algo tan elemental como el fuego. Pocos segundo duró su agonia, pues habia cometido un segundo error, y es no ver la segunda de esas criaturas, absorbiendo su mismo fuego y proyectandolo ahora sobre el cuerpo de Anyndir.

El impacto causó una muerte rápida al joven, cuya última imagen antes de la oscuridad total, fueron las botas de otros elfos oscuros luchando ahora contra dichos seres.

El aire llenó de nuevo sus pulmones y tomó aire con fuerza, abrió los ojos
y vió a Vinduil cerca de él, guardando un extraño aparato arcano. Comprendiendo lo sucedido y oculto tras su yelmo, su rostro reflejaba el agradecimiento hacia ese elfo oscuro.

De pie nuevamente y sin baja alguna, la expedición siguió adelante bajo el mandato de la sacerdotisa de la casa Dyrr.

Los portales se aparecian a menudo en la travesia y eran cruzados con cautela, siempre deseando que la muerte no les esperara en el otro lado. De forma preventiva, se enviaba a un explorador para que informara adecuadamente.

Finalmente, el último de los portales fue atravesado por la expedición, la destinación del cual cegaba los ojos de los inquietos elfos. Superficie se dijo varias veces entre el musitar y los susurros de los cegados drows.

Anyndir tuvo el infortunio de toparse con varias columnatas enormes que orgullosas parecian erguirse sin fin hacia las pocas sombras que divisaban sus ojos.

- Arboles *dijo Vinduil que con menos dificultad encontró junto a Axel una cueva cercana*

( Arboles.. ) *pensó Anyndir mientras acariciaba su rugosa textura*

Se quedó un instante recordando una de las ilustraciones de ese mugriento libro y tembló un instante. Acto seguido, y comunicandose con silvidos se dirigió junto al resto de la expedición.

Continuará

joanmi84

23/09/2008 16:36:05

El súbito aliento de Anyndir despertó con fuerza a través de su garganta, alejando a la silenciosa muerte que paciente esperó el momento para llevarse la vida de ese elfo oscuro.
Las pequeñas venas de los ojos del drow estaban hinchadas. Al tiempo que sus ojos se abrieron de par en par, notó la presencia de un mago que subitamente le ordenó que se alzara. Confundido por lo ocurrido pero alerta por el reciente canvio de su destino, el elfo se alzó, no sin sentir la calidez de sus heridas aún un poco abiertas.

Tras conocer la decisión de la matrona de concederle el don de la vida, Anyndir se alejó hacia el mercado recordando su camino, junto a aquellos que se adentraron por el corazón de la tierra y regresaron con vida pero, sin una solución inminente.
Reflexionando acerca de su estado y las consecuencias que representaba para la confianza de su casa su muerte, se sentó lentamente en un rincón cercano a la taberna.

La calma y la soledad del momento ayudaron al elfo a recordar poco a poco lo sucedido durante los diversos combates, con ello sintió de nuevo el miedo y la desesperación. Sentimientos que hasta entonces habian sido solo palpables en oscuros y extraños sueños.

Tras unos instantes, la verguenza predeció un leve llanto que suavemente recorrió su mejilla. El cuero de sus guantes crujió con fuerza al pensar en que habia sido un insensato en bendecir y dar gracias por aquella nueva oportunidad. Comprendia el rol que tendria durante la próxima mision que estaba a punto de ponerse en marcha. Su vida no importaba y su destino estaba en las retorcidas manos de las sacerdotisas de LLoth.

Vació lentamente sus pulmones y recordó curioso a un mercenario, Vinduil. Pensó en las explicaciones que le habia dado durante su estancia en la cegadora superficie y como le habia tratado cuando aun cegado, era solo un estorbo para la expedicion.

El Narbondel habia llegado en ese instante en su punto más alto cuando recibió la noticia de la nueva misión.
Anyndir se levantó con energias renovadas pero con demasiadas preguntas por resolver.
Quizas si salia con vida de esa nueva aventura, si ayudaba a salvar a su pueblo, solo quizas... conoceria alguna de las respuestas.... .

La falta de realidad y conocimiento le habian provocado una leve sonrisa, que se ahogó al pensar de nuevo en su situación, y en el triste juego que el azar y la voluntad de su diosa habian preparado para su destino... para su vida o su muerte.

CONTINUARÁ