mnho

22/01/2009 19:47:03

[size=16:00c2b0bfde][color=darkred:00c2b0bfde]1.Trágica niñez

[i:00c2b0bfde]En los barrios mas bajos de los suburbios Calishitas, dicen las malas lenguas que cuando nació "el trampero", su madre, escupió al suelo de lo feo que era. También suele decirse que cuando alguien nace tan poco agraciado, suele compensar esa falta de encanto con otras habilidades, "el trampero" no iba a ser menos.

Menor de cuatro hermanos, todos varones. Nunca conoció a su padre, quien abandonó a su familia antes de nacer él. Dejó nada menos que cuatro hijos y una madre sin recurso alguno al amparo en uno de los barrios mas duros de el sur. Fueron los hermanos mayores, de siete y once años, los que con pequeños hurtos, sustentaban a la familia. El tercero, de cinco años, ayudaba a su madre mientras esta aun daba el pecho al pequeño. Así sobrevivieron hasta cumplir Suggac los dos años, el nombre que su madre escogió para él al nacer y como se conocía al pequeño en el barrio hasta muchos años mas tarde.

Pero las tragedías en los suburbios estan a la orden del día. Su madre, cae en desgracia antes de cumplir Suggac los tres años. Sin duda la precaria higiene del barrio no fomentaba una esperanza de vida duradera. Los cuatro hermanos, sin recursos, con una chabola de barro y arcilla como hogar, sobrevivían como podían. Gallinas robadas y fruta, en su mayoría podrida, mataban el hambre. A menudo una moneda de oro significaba poder comprar algo de arroz en el mercado.

Comienza así el duro sinvivir de los cuatro hermanos...[/i:00c2b0bfde]

mnho

23/01/2009 13:48:39

[size=16:5c7ef31e20][color=darkred:5c7ef31e20]2. Mendicidad

[i:5c7ef31e20]Muchos nobles, sobreprotectores con sus hijos, dudarían sobre una posible supervivencia de estos sin sus padres. En los suburbios, es la calle la que ejerce de tutor y maestro, no hay profesor que pueda suplantarla. El propio barrio, enseña los medios para salir adelante, día a día... eso... o morir.

A diferencia de lo que muchos piensan, el hurto no siempre es rentable, menos cuando se trata de pequeñas cantidades, mucho riesgo para unas míseras monedas. Así lo veían los cuatro hermanos.

A medio camino entre la mendicidad y el hurto, abordaban a sus víctimas, en su mayoría foráneos del barrio que se adentraban en el por primera vez. Todo depredador sabe cuando la presa abandona el rebaño. Ya fuera por repetición o intimidación esperaban el momento en el que la presa demostrará flaqueza, hasta tirar unas monedas al suelo y poder deshacerse asi de los cansinos medianos. Ambas partes satisfechas.

Todos, absolutamente todos, tenemos un punto flaco.[/i:5c7ef31e20]

mnho

25/01/2009 21:19:28

[size=16:5c86864051][color=darkred:5c86864051]3. Peleas y apuestas

[i:5c86864051]Todo el que sabe hacerse eco de un buen rumor, sabe que las mejores apuestas, asi como las peleas, obviamente ilegales, tienen lugar en los suburbios. Todo un atractivo para gentes de todo tipo. Multitud de modalidades y reglas, todo al alcance de una bolsa de oro.

Los tres hermanos mayores, ya contaban con edad para adentrarse en este mundo, la expectativa a una posible ganancia, hacían de estos aconteciminetos la única vía para salir adelante. Las peleas siempre son rentables, pero conllevan un gran riesgo a perder la vida, cualquier corte mas profundo de lo deseado puede conllevar una desgracia, así fué el caso de Vasob el mayor de los cuatro.

Suggac que recien cumplía los doce años, se encargaba de las apuestas, mientras que Sogo, se encaragaba de pelear, sin duda el mas de diestro de los tres mayores, lo demostraba, el hecho de que aun siguiera con vida, nada menos. Tefur, en un segundo plano, se limitaba a observar a los asistentes, controlar posibles amaños y en resumen, mantener vigilados especialmente a los foráneos del barrio. Rara vez un mediano se presenta solo a un combate.

Algunos solo acuden a las peleas en busca de carnaza para sus futuros trabajos sucios, una posibilidad de observar en acción a gente sin escrúpulos. Un aliciente que muchos saben apreciar. Con los años a Sogo y Tefur les llego su oportunidad, no sin saber el triste destino que les deparaba. Habiendo sido contratados para un trabajo peliagudo, desconociendo que no era otra la intención mas que ejercer como cebo. Son asaltados en plena noche, ninguno sale con vida.

Suggac se despertaba solo por la mañana, sabía de sobras lo que eso suponía. Era momento de pelear.

Era curioso ver la expresión de las gentes cuando veían al mediano aun sin cumplir la mayoria de edad, presentarse apostando por si mismo. Tambien era curiosa la reacción de las mismas al ver como el mediano acababa la pelea alejandose con la bolsa de oro. Había algo en ese mediano, algo, que lo diferenciaba de los demás. Ni de lejos era el mas fuerte, o el mas diestro, pero había una circunstancia que marcaba la diferencia y que solo unos pocos podían apreciar, el condenado mediano luchaba a muerte, no tenía nada que perder.

Con el tiempo, el joven se iba haciendo con un nombre en las cálidas noches del barrio.[/i:5c86864051]

mnho

26/01/2009 19:59:38

[size=16:4f88f08d48][color=darkred:4f88f08d48]4. Sobrenombre

[i:4f88f08d48]Nadie sabe con certeza el origen del apodo con el que es conocido Suggac. Pero son muchas las distintas habladurías que dicen saberlo aun sin poderlo probar.

Una de ellas, tiene su origen en las peleas, mas en concreto, una noche en la que "el trampero", habiendo luchado el día anterior, contaba con una resaca considerable. El rival, un humano fornido que le doblaba en altura, con una espada que superaba tambien al mediano. Suggac, rápido se dió cuenta de que no podía vencer en un combate justo, por desgracia para el humano, se peleaba en los suburbios, donde no hay ni una sola pelea legal.

En un momento del combate, el mediano se retrasó unos metros y alentó a los presentes a doblar la apuesta si continuaba el combate sin arma alguna. Todos miraban atónitos al mediano. Se dobló la apuesta, Suggac tiró la daga a unos metros, alejándola.

El humano, herido de orgullo, única intención del mediano, estiró ambos brazos sujetando su espada, preso de la furia, hasta el punto de inflexión máximo hacia atrás, preparando un golpe brutal. Momento en el que "el trampero" alzo un pié, llevando arena hasta los ojos del humano. Quien por instinto llevó una de sus manos a la cara.

-Maldito¡-. se escucho de la boca del combatiente.

Con solo una mano en esa posición, no pudo sostener la espada alzada hacia atrás, tuvo que retrasar un pie unos metros para no perder el equilibrio, en el momento de retrasar un segundo pie y recuperar la posición, una zancadilla del mediano lo impidió, cayendo el humano de espaldas al suelo por el propio peso de la espada. Suggac, se apresuró a coger un piedra del suelo del tamaño de su mano, para asestar un golpe certero en la nuez del rival, incapacitado ya para el combate. El coro de presentes miraba incrédulo lo sucedido. Aunque obviamente, nadie sabe con certeza si este combate ocurrió, o solo es fruto de rumores.

Otros, negando este suceso, situan el origen del apodo en otro contexto...[/i:4f88f08d48]

mnho

31/01/2009 21:04:37

[size=16:47692b3f25][color=darkred:47692b3f25]5. Trabajos sucios

[i:47692b3f25]Al igual que con sus dos hermanos mayores, al "trampero", también le llego su oportunidad. Todo mediano sabe moverse. Un humano asiduo de las peleas, contrata al mediano para "incitar" a pagar a posibles deudores de apuestas.

El mismo humano mostró a Suggac el mundo de la trampa, los componentes, la sutil labor de fabricación y el buen uso de las mismas. Algunos dicen que fué éste quien apodó al mediano, otros, lo niegan rotundamente.

Suggac era explícito en sus formas, excaso en paciencia y diplomacia, hacía de la extorsión de forma repetida, el metodo mas efectivo. En numerosas ocasiones, se adentraba en la morada del deudor y colocaba una trampa que lo inmovilizara. Sustraía entonces la cantidad exacta a deber, ni una modeda de oro mas. Otras veces, colocaba leves trampas repetidos días, en lugares distintos de la casa, mermar la moral, hasta que el desesperado moroso pagara fruto de estrés.

Son pocos los que osan mantener una deuda con el "trampero".[/i:47692b3f25]

mnho

11/02/2009 19:44:44

[size=16:570f4f045f][color=darkred:570f4f045f]6. Escaramuzas

[i:570f4f045f]Hace unos años, durante la guerra. Suggac como otros tantos emigró a Memmon alejándose del peligro, dejando atrás, todas sus posibilidades de sustento. Afortunadamente el enclave costero es rico en comercio. El movimiento de oro, siempre presenta una oportunidad para un mediano. Fué así como el "trampero" abandonaba el desierto por primera vez.

Ante el basto Thezyr, en busca de pieles y seda para comerciar en Memmon, puede llevar una vida "medianamente" decente, al tiempo que el ejército Calishita se preparaba para recuperar el control la Capital, ante un enemigo desconocido hasta entonces por Suggac.

Las batidas de caza en Thezyr le abrieron una posibilidad al mediano, que con el tiempo vería mas rentable que las pieles, pues tampoco le satisfacía matar animales, aun siendo su sustento. Los Bandidos, pues muchos como él, habiendo tenido que emigrar, buscaban en las caravanas que arribaban a Memmon su oportunidad, asaltándolas. El mediano, que no tenía interés alguno en descontentar a los mercaderes, observaba a los bandidos como una oportunidad sin igual.

Muchos ladrones directamente vivían como nómadas no muy alejados del camino del comercio. Suggac se acercaba a sus campamentos por las noches. Se limitaba a observar en un principio, intentando dar con la manera mas efectiva de robarles, pues le superaban en gran número. Todas la incursiones al campamento eran rápidas y precisas. Nunca buscaba derramar sangre.

Tras la guerra, el mediano contaba ya con veintisiete años. Era consciente de todo el aprendizaje que le había deparado el destino. La Capital, había quedado devastada, pero por fortuna, pronto volverían las peleas.[/i:570f4f045f]

mnho

28/10/2009 15:29:46

[size=16:77e296eed6][color=darkred:77e296eed6]7. El Rata, el Maqui, el Cuchillos y el Trampero.

[i:77e296eed6]Tras el año de la reconstrucción, los suburbios volvían a mostrarse tan o peor descuidados que antaño. Muchas familias regresaban a sus chabolas, el Trampero, en soledad, entre ellos.

Dos calles abajo vivían dos medianos que conocía desde hace años, aún menores que él, alguna vez los había visto merodeando las peleas, el Rata y su primo, el Maqui. Ambos vivían con la madre del primero, gran amiga de la difunta madre del Trampero y anecdóticamente, matrona durante el parto del pequeño Suggac, la querida Oma del Rata, era de las pocas personas en el barrio que podría dar fe de su infancia.

Por entonces en la antigua casa Basadoni, un humano parecía nombrarse el mecenas de las mejores peleas, Asím "el Borracho" como era conocido entre medianos. Un piesligeros al que se le conocía como el Cuchillos solía llenarse los bolsillos con sus estrepitosas apuestas. Ese mediano al parecer había nacido en otro barrio de la ciudad, el Khanduq, que habitaba con su madre. Cabe obviar que el gran conocimiento de las rutas por el desierto de éste, fomentó que los cuatro se conocieran, no sin otro propósito que un robo en el mar de arena.

Pero los hurtos en conjunto mas que oro, solo conllevó que acabaran por conocerse mejor. Lejos de trabajos esporádicos, empezaban a trabajar como grupo centrándose poco a poco en estafas. Durante un tiempo, llegaron ecos de los nobles a los suburbios sobre la inquietud de los mismos sobre la presencia de medianos barriobajeros por los barrios altos de la ciudad.

Comenzaban así las andaduras de los "Zapatos limpios", sobrenombre adquirido debido a una de las estafas preferidas del Rata.[/i:77e296eed6]

mnho

07/10/2010 18:07:01

[size=16:6920b1be9b][color=darkred:6920b1be9b]8. El fin de la cortesía.

[i:6920b1be9b]¿Cuantos años habrían pasado ya?... La pequeña sala reflejaba a un mediano ebrio tirado sobre su espléndida alfombra, único elemento de valor en la desordenada y minúscula casa a la que ni siquiera llamaba hogar. A menudo se recluía allí en busca de olvidar sus miedos, huyendo de la inmensa multitud de la capital calishita.

¿Cuantos años habrían pasado ya?... Volvía a preguntarse. Recordaba a sus difuntos hermanos, a su madre cuando era tan solo un crío, sus viejos amigos, todos muertos, por hambre o víctimas del frenético ritmo de la ciudad.

¿Que le hizo a el diferente?... No había respuesta para esa pregunta. Pero sí un lugar, su sitio dentro la sociedad que lo repudia por su condición y raza. Su supervivencia. La había abrazado fiel no por la codicia si no por el modo de vida que se le había brindado. Quizás fuera eso. Quizás no. ¿Quien sabe?

Convencido mas que nunca de entregarse a su forma de vida. Desaparecer de las fauces de los nobles, mercaderes, guardias corruptos, asesinos, ladrones, ricos adinerados ahogados en el propio cauce de su oro. Desaparecer para ser olvidado.

Pocos volverán a saber de aquel al que llaman trampero, pero muchos sentirán la burla a sus espaldas.[/i:6920b1be9b]