Ilinoth

24/07/2009 03:41:59

[size=18:22c0ec368e][color=green:22c0ec368e]Chocralth el Aarakocra de Montañas Hendidas.
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Chocralth era delgado , tan escuálido cómo su padre, el Gran Chamán Tribal de la tribu aarakocra de Montañas Hendidas, sin embargo, su plumaje era espeso y bello, pues con el fin de la adolescencia, el plumón despígmentado comenzaba a desprenderse aflorando la nueva muda, repleta de colores vivos que cambiaban ligeramente de tonalidades, según la estación con el fin de mimetizarse.

A diferencia de otros asentamientos aarakocra, en Montañas Hendidas hay una gran tradición en procurar la seguridad de los bosques y entornos naturales cercanos. Aquellos que tratan de romper la frágil tranquilidad de éstos, son , sin excepción castigados.

El Gran Chamán era conocido por sanar los males de la tribu, predecir el clima e incluso dirigir las corrientes de aire a su voluntad. Su conocimiento en el campo de las hierbas, rocas y minerales con propiedades beneficiosas (y maliciosas) eran solicitados incluso por los Clérigos de Erdrie Fenya, máximos exponentes de la sociedad aarakocra en otros asentamientos lejanos.

Su Padre y preceptor, trataba de instruir y legar los conocimientos que atesoraba, a su hijo en el propio nido del Chamán, dentro del Gran nido comunal.

En este nido, más resguardado que el resto, Chocralth había conseguido ganarse la confianza de su padre, que llegó a conferirle la salvaguarda y custodia de “El Huevo”.

“El Huevo” es un huevo blanco y con ligeras tonalidades doradas que fue encontrado cerca de Bosque Espino, donde la reencarnación de Erdrie Fenya, hizo aparición cómo “El Ave Blanca” la última vez. Después del descubrimiento, fue llevado al nido comunal y puesto en conocimiento del padre de Chocralth , el Gran Chamán Tribal que escéptico, pensó que sería la cría de Erdrie Fenya o quizá un regalo de la Diosa élfica para ayudarle en el control y conocimiento de las inclemencias del clima y decidió mantenerlo en secreto para su seguridad de las otras comunidades aarakocras y pueblos enemigos.

Sin embargo, una noche, el aprendiz de chamán Chocralth mientras reunía distintos tipos de enredadera en una serie de cuencos, cómo así lo había pedido su padre en el nido del Chamán, escuchó varios sonidos. Eran los sonidos de las ramas al quebrar, cuando son incapaces de soportar demasiado peso.
No podían ser aarakocras, pues son muy ligeros y difícilmente se atreverían a robarle al Gran Chamán.
Chocralth instintivamente salió disparado, alzándose en vuelo para buscar a su padre sin pensar que dejaba el Huevo sin protección mientras observaba las copas y árboles de donde parecían proceder los sonidos.
No hubo rastro alguno.
Su padre, el Gran Chamán estaba en un concilio con la mayoría de ancianos de la tribu cerca de allí. Chocralth comunicó lo ocurrido y varios exploradores y voluntarios decidieron buscar por los alrededores, mientras éste volvía al nido del Chamán.

Su pico córneo quedo medio desencajado al ver que El Huevo, había desparecido. El perfecto nido, confeccionado con el plumón más blando y mullido estaba vacío.

El propio consejo de sabios o su mismo padre podrían desterrarlo por ello y desgraciadamente para Chocralth, así fue tras culparle por tan grave negligencia.

Chocralth, decidió que no volvería a Montañas Hendidas sin El Huevo y dispuesto a investigar lo ocurrido, revoloteó cerca de donde había escuchado las ramas quebrar a tan gran altura. Miró a lo lejos y desde su perspectiva, avistó un cuerpo tendido en el suelo; se trataba de un gran orco que había roto sus huesos en mil pedazos y yacía sin vida, medio desfigurado al caer de las copas de los árboles.

Sin poder volver a su hogar, decidió ir hacia El Bosque de Mir, donde las clanes de trasgos, orcos y hombres lagarto eran conocidos por ser grandes enemigos de los aarakocra, en busca de respuestas.

La Árboleda de Weldazh estaba relativamente cercana, el pueblo elfo había sido aliado de su pueblo desde tiempos inmemoriables y quizá allí podía esclarecer el mar de dudas que le atormentaban.

Es aquí donde comienza la historia de Chocralth. Con premura, batió las alas y alzó el vuelo en busca de las corrientes de aire idóneas para llegar a aquel lejano lugar.

Ilinoth

27/07/2009 14:19:21

[color=green:6096d96866][b:6096d96866][size=18:6096d96866]El Vuelo del Aarakocra.
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Siguiendo el Camino del Comercio, cansado por las horas de vuelo y largo tiempo sin probar bocado, descendió en busca de unas bayas.

Tras encontrar un cerezo, comenzó a ingerir sus sabrosos frutos. Tan deliciosos eran y tan hambriento estaba que no reparó en lo que acechaba tras de él.

La lanza de un ettin, había travesado la membrana planeadora de su brazo, pero aún podia volar. Sus emplumadas alas se encontraban en perfecto estado. Estaba rodeado de ettins y no lo dudó un instante.

-Kuoguef alf pajerrro! kuoguedlo!! *gritaba una de las cabezas del lider ettin, mientras la otra reía casi cómo un retrasado mental* -Si! aaam jamaajjaja! tieeenje muja karnef!

Chocralth oia sus maldiciones mientras alzaba el vuelo, malherido.
Cerca de Weldazh, comenzó a sobrevolar los alrededores, a una altura más que prudente. Por suerte para él, algo extraodinario sucedío.
La sangre de la herida se precipitada en forma de lluvia roja hacia la arboleda.Lo hacía muy lentamente, pero allá abajo, alguien excepcional, había reparado en ello..., una gota de color rojo intenso había caido cerca de él. Se trataba del Druida Edelgar.

Éste, manteniendo la mirada sobre la silueta de lo que parecía un ave, apreció que desfallecía y se precipitaba cerca de la foresta de Mine.

Allí, debilitado pero casi con la certeza de que se encontraba en la misma tierra donde se hayaban sus aliados, tuvo lugar el primer contacto con uno de sus nuevos amigos.