ojos

14/12/2009 21:51:59

Capítulo 0: el origen

El kama-ki fue desarrollado por Daer‘tol, un esclavo drow en los cultivos de hongos. En sus días llego a ser un gran guerrero de una Casa noble que cayó en desgracia. Obligado a servir como esclavo en los cultivos de hongos, su únicas posesiones eran sus harapos y la única herramienta que le permitían usar: el kama, para la recolección de los hongos. Durante un ataque a los campos de hongos por hordas de trasgos, se vio obligado a usar lo que tenia a mano, su kama, y consiguió sobrevivir gracias a su gran entendimiento del entorno y sabiduría, e increíble destreza. Era tan rápido, y era capaz de acertar tantos golpes seguidos, que los trasgos no sabían por donde “venía” el kama. Los pocos supervivientes que quedaron le siguieron a los barrios mas pobres de Menzoberranzan y allí comenzaron a desarrollar el arte del kama-ki.

Dogma del kama-ki:

Tu kama es una prolongación de tus extremidades, debes aceptarlo como una parte de ti mismo y comprenderlo como tal. Líbrate de toda aspiración y anhelos, nacimos en la pobreza y nuestra única meta es la supervivencia y la preservación del arte. Libera tu mente de todo sentimiento, miedo y cualquier otra emoción, solo así serás capaz de alcanzar la concentración necesaria para la perfecta comunión entre el entorno, tu kama y tú, y poder llegar a dominar el arte. Obedece cualquier orden de un superior, a no ser que contradiga lo anterior u afecte a tu supervivencia directa. Si se te ordena enfrentarte a un enemigo muy superior a tus habilidades no deberás entenderlo como una orden que afecta a tu supervivencia, tu obligación será esforzarte y concentrarte en el combate para salir victorioso. La técnica del kama-ki es lanzar tantos ataques que a tu oponente no le de tiempo a reaccionar, pero deben ser precisos y fuertes, con cada ataque debes abrirte paso hacia las zonas vitales del adversario. Ocho ataques y uno devastador, cuando domines esta técnica serás un autentico maestro del kama-ki.

La orden:

Los monjes de esta pequeña y desconocida orden, son poco mas que insignificantes parias vestidos con túnicas harapientas que subsisten con lo que ellos mismos son capaces de recolectar o cazar con sus propios kamas. Han transmitido el arte del kama-ki de maestro a aprendiz durante generaciones, pero rara vez usan sus habilidades si no es imprescindible. Es por eso que esta orden es prácticamente desconocida, pues ni nobles, ni comerciantes, ni mercenarios se suelen fijar en estos paupérrimos parias. Pero cuando lo hacen resultan muy atractivos dada su gran habilidad en el combate y perfecta obediencia.

ojos

19/12/2009 16:34:20

Capítulo 1: La muerte del maestro

Daerit’iz es el último aprendiz de ésta orden. Discípulo de Um’sin, actual maestro del kama-ki. Daerit’iz es un paria mas, sin techo en el que cobijarse y solo tiene que llevarse a la boca lo que el mismo recolecta o caza con su kama en compañía de su maestro.

Daerit’iz volvía de una expedición solo a los túneles. Su maestro de vez en cuando le mandaba a el solo a cazar y recolectar hongos para que probara si valía y puliera su técnica y concentración sin su ayuda. Esta vez volvía orgulloso, en una de sus incursiones anteriores se había encontrado con dos guerreros que decían ser guardias de Menzoberranzán y que estaban buscando unos fantasmas o espectros. Lo más probable es que no fueran guardias de verdad, pues sus uniformes no encajaban con los que él había visto, pero aún así, eran dos guerreros bien equipados y por tanto debía obedecer sus órdenes. Le contrataron para buscar esos fantasmas por la guarida de las drañas, ya que según ellos: tres pares de ojos veían mejor que dos. Se adentraron hasta lo más profundo de la guarida y ni rastro de esos fantasmas. Como dije, lo más probable es que se tratara de una tomadura de pelo de los dos supuestos guardias.

Saliendo ya de la guarida, les sorprendió una gran draña con sus demoledores conjuros y los tres se dieron a la huida. Daerit’iz les perdió de vista al tropezar y pasarle la draña por encima, cuando se levantó no había nadie, asi que continuó con sus quehaceres.

Esta vez, volvió a encontrar a uno de los dos guerreros cerca de la guarida de las drañas, que le entregó una bolsa de oro por el trabajo realizado la otra vez. Mientras el guerrero le preguntaba por quien era, de repente, la puerta de la guarida estalló y les avasallaron unas cuantas drañas. Entre la confusión una de esas malditas drañas le alcanzó con una flecha envenenada, exhausto por el combate y el veneno, Daerit’iz se desmayó. Y una vez mas se despertó solo sin nadie alrededor, pero esta vez con una bolsa repleta de oro. Los monjes de su orden no ansían el oro ni las gemas, todo lo que necesitan para vivir lo recolectan o cazan ellos mismos, pero un poco de oro extra para renovar sus túnicas, adquirir un kama nuevo un poco mejor u algún otro útil nunca viene mal.

Ya en Menzoberranzan de nuevo, encontró a su maestro Um’sin muerto víctima de uno de los caprichos de la matrona de la Casa Vandee. Daerit’iz no sabía que es lo que realmente había sucedido, su maestro le había enseñado a ser lo bastante sabio como para no ofender jamás a una hembra, menos a una sacerdotisa y por supuesto nunca a una matrona. Sea lo que fuere, una orden que no cumplió como ella quiso, una orden que tuvo que negarse a cumplir por el propio código de la orden o simplemente por que se aburría y decidió divertirse con el primer paria que vio, había matado a su maestro. Daerit’iz creyó en ese momento que su deber era vengar la muerte de su maestro, cegado por la rabia y el odio se dirigió a la Casa Vandee.

Capítulo 2: Una gran lección

Gracias a lo aprendido de su maestro los trasgos que guardaban la casa no fueron ningún problema. Los guardias drow le costaron un poco mas, conocía perfectamente la teoría de la técnica, pero aún le faltaba mucha practica para dominarla. Ahora ya, frente a la asesina de su maestro, comenzó un combate épico. Furioso y sediento de venganza los golpes de Daerit’iz eran fuertes y precisos, pero la matrona le asestó fácilmente un golpe casi letal. Mareado y casi aturdido por el dolor recordó entonces las enseñanzas de su maestro:

Algunos bárbaros utilizan y canalizan la rabia y la furia para atemorizar a su enemigo y golpear mas fuerte, pero esa misma furia que les hace mas fuertes les traiciona, pues también les hace más vulnerables, pues les impide concentrarse y descuidan su defensa. Aprende a librar tu mente de toda rabia, furia, miedo y alegría, de todo sentimiento o pasión, solo así serás capaz de adquirir la concentración necesaria para dominar el combate y el entorno. Nunca te dejes llevar por las emociones y concéntrate siempre en tu propio ser, has de ser uno con lo que te rodea.

Entonces Daerit’iz, cerró un momento sus ojos, liberó su mente de la ira, y escuchó el crujir del látigo de la sacerdotisa. Lo esquivó. Abrió los ojos y localizó al fin los puntos débiles de su adversaria. Y cono le habían enseñado, se dirigió a ellos golpe tras golpe hasta alcanzarlos. Arrancó la cabeza de la matrona, pues había oído que alguna de las otras Casas la buscaba, quizás su estupidez le sirviera a alguien de utilidad. Desapareció de la casa rápidamente y en silencio, sin ser visto por nadie. Ya se encargarían las rapiñadoras del resto de sacerdotisas de la Casa de limpiar el cadáver y ocupar su lugar, al poco tiempo ya había una nueva matrona de la Casa Vandee esperando a ser asesinada.

Aparte de la herida casi letal y de la cabeza de la matrona, Daerit’iz había salido de aquella casa con algo mucho mas valioso: una gran lección aprendida. Había comprendido que la venganza no había honrado a su maestro. Nunca más se volvería a dejar llevar por la ira o la venganza, jamás. Por fin había aprendido a liberar su mente de todo sentimiento. Ahora su deber era perfeccionar su arte hasta alcanzar a ser un maestro del kama-ki y transmitir el legado.

ojos

10/01/2010 19:48:03

Capítulo 3: Al servicio de la Dama de Blanco

Buscando hongos en los túneles de las drañas, pues Lloth recompensa a quienes dan caza a los que ella castiga con una tonificante variedad de hongos que solo allí crece, se encontró con una señora vestida totalmente de blanco. Ésta le preguntó que hacía, tras responderla, sin decir nada más le ayudó a combatir las drañas.

Avanzando por aquellos túneles, se toparon con un enerome demonio en forma de araña: un Bebelith.
-Este rival nos supera a los dos.-Advirtió Daerit’iz
-Es una afrenta a Lloth que cobije a quienes ella castiga.-Dijo la misteriosa drow.
-Espérame aquí.-Se conjuró invisibilidad y se adentró en el túnel.

Se escuchó conjuros, ruidos de batalla, un agónico grito, y nuevamente el silencio... Aquél demonio había matado sin duda a la extraña señora. Como no sabía quien era, su deber era informar a la guardia de Menzoberranzan.

Cuando llegó, se acerco a una patrulla de sacerdotisas:
-¡Qué quieres varón!.-Gritó una de ellas.
-Un demonio bebelith a matado a una señora drow.
-¿A quién? ¿de qué casa?
-No lo se, señora. Lo siento.
-Agg, puede ser alguien importante, tendré que ir a ver.-Refunfuñó la sacerdotisa.
-Por eso he venido a informar, señora.

Y la guió hasta el lugar. Sin muchos problemas la sacerdotisa acabó con el demonio, pudo revivirla, y les escoltó a Menzoberranzan. Allí interrogo a la señora, que parecía extranjera, y la dejó marchar. Ésta hizo a Daerit’iz acompañarla a la taberna y le ofreció asiento. Se sentó, pues lo consideró una orden, pero no estaba muy acostumbrado a tales lujos y no tardó en volver a ponerse de pie y en posición firme para seguir respondiendo a las preguntas que la señora le hacía. Aunque parecía medio dormida se interesó por el kama-ki, su historia y su código. Daerit le contó lo que pudo, pero si quería saber más, tendría que hacerse aprendiz. Después la señora de blanco le ofreció un puesto de guardaespaldas. Le permitiría entrenar libremente y solo tendría que escoltarla por los túneles mientras viajaba por negocios.