Cormarion

22/04/2010 17:29:03

[size=18:defd4c14e9][b:defd4c14e9][color=indigo:defd4c14e9]I. Sschindylryn



L[/color:defd4c14e9][/b:defd4c14e9][/size:defd4c14e9]os pasos de las hembras resonaban apresurados en los pasillos del templo del gran zigurat donde las novicias eran formadas como sacerdotisas de la Madre Tenebrosa. Un intruso al menos había sido detectado y las alarmas mágicas se habían activado.


-¡Buscad jalilen (1)! ¡Encontrad la amenaza o alguna de vosotras será el próximo or'shanse (2)! -ordenó la sacerdotisa al mando de la patrulla.
-¡Xas jabress! (3) -corearon las novicias que componían la patrulla enarbolando las armas en alto. Se dispersaron rápidas con palabras de muerte en los labios.


El asesino había conseguido llegar hasta las habitaciones de las novicias. Se aferraba al techo con las manos y con los pies descalzos manteniéndose bien adherido al alto techo. En silencio, invisible, oculto a la vista de las hembras buscaba con la mirada a su presa. Era una locura. Su mera presencia allí, como varón era una afrenta pero no podía defraudar a la ilharess (4) de su casa. Él era el varón mejor considerado si se podía decir de alguna manera y a él le habían encargado acabar con una de las hijas de la casa rival en el mismo corazón del templo. No podía regresar sin éxito en la misión. Elvanshalee debía morir. Nadie podía quedar vivo. Su matrona había declarado que gozaban con el favor de Lolth y que la victoria sería suya.

Una de las novicias atrajo la mirada del asesino. Había reconocido a la víctima. La había estado siguiendo durante días y había memorizado sus facciones y sus movimientos. No había duda, se trataba de ella y se dirigía a su habitación, seguramente a armarse. Debía acabar con ella antes, rápido y en silencio.

Elvanshalee, una joven hembra de rasgos afilados y cuerpo fibroso, corría hacia su estancia. En su camino detuvo a una compañera de curso y mantuvieron una rápida conversación en lenguaje de signos.


-¿A qué se debe la kyone (5)? -preguntó Elvanshalee.
-No lo sé. Pero más vale que obedezcamos a Thalxane o acabaremos en el orlenggin (6) -dijo la novicia.
-Iblith (7) u oggin (8). Encontrará su streea aquí (9) -afirmó Elvanshalee. Esbozó una sonrisa fiera-. Espero que también haya una recompensa. Sígueme. Conseguiremos el xukuth (10) y lo ofreceremos en el shanaal (11) a Thalxane.


Entraron en la habitación de Elvanshalee y ésta se despojó de la túnica dejando ver su musculoso cuerpo de guerrera que quedaba oculto bajo las prendas de novicia.


-Guarda la entrada mientras me coloco la coraza -ordenó Elvanshalee.


La oscuridad mágica se apoderó de la estancia y ambas hembras fueron cogidas por sorpresa. El asesino se deslizó rápido por el techo y se dejó caer frente donde estaba su víctima. El ruido sordo de la caída delató su presencia y a ciegas Elvanshalee le propinó una fuerte patada en el pecho que lo derribó sobre el suelo. La otra novicia desenvainó su daga y la alzó al frente esperando hundirla en algo, fuera quien fuese, intruso o compañera. Elvanshalee cambió su posición y se acuclilló esperando un golpe alto. El asesino rodó por el suelo y se incorporó manteniendo una postura en guardia mientras desenvainaba las dos espadas cortas.


-¡Morirás hoy aquí! Nadie de tu casa quedará con vida -dijo el asesino. Inició un baile mortífero esgrimiendo aquellas hojas en una serie de arcos amplios combinados con otros más cortos haciéndolas girar a su alrededor. Elvanshalee se mordió la lengua y a tientas buscó algo con lo que defenderse.


-¡Acaba con ella! -jaleó la hasta ahora compañera comprendiendo que hoy una casa iba a caer.
-Eso es más fácil decirlo que hacerlo, ¡venid a por mí! -bufó Elvanshalee. Tiró de las sedas que cubrían el lecho y con un sólo movimiento lo lanzó hacia donde había venido la voz del qu'el'velguk (12).


Las sábanas cayeron sobre el varón cubriéndolo y masculló entre dientes mientras trataba de liberarse. La novicia daga en mano cerró la puerta y se internó en el globo de oscuridad lanzando estocadas a diestro y siniestro. Elvanshalee rodó junto al asesino y al incorporarse recibió un corte del arma de la otra en su espalda. Se giró extendiendo su brazo izquierdo con intención de aferrar el brazo de la otra, atrapándolo y se puso a su espalda inmovilizándola con la fuerza de su presa y manteniéndole tapada la boca con la diestra.


-Eres un inútil, jaluk (13). Has venido a encontrar tu muerte -dijo Elvanshalee. Rió a carcajadas manteniendo la presa sobre la compañera y sujetando el brazo de la daga con firmeza.
-¡Muere! -dijo el asesino tras liberarse de las sábanas y cargar hacia el origen de la voz. Descargó dos tajos descendentes y sintió el cálido contacto de la sangre proyectada sobre su rostro. Había sido certero y espero inmóvil en su sitio, con la guardia baja, oír como se desplomaba el cuerpo sin vida.


No lo oyó caer y comprendió tardíamente lo que había ocurrido. Se había confiado. Elvanshalee dirigió el brazo de la muerta hacia adelante y atravesó el corazón del asesino. Viviría para servir a Lolth, en su casa o donde fuera.


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(1) hembras
(2) sacrificio
(3) ¡Sí señora!
(4) matrona
(5) alarma
(6) altar del sacrificio
(7) carroña
(8) enemigo
(9) muerte en el nombre de Lolth
(10) corazón
(11) cáliz
(12) asesino de la casa
(13) varón