coki1306

03/09/2010 13:46:56

[size=18:d4be44762a][color=brown:d4be44762a]I. Emancipación[/color:d4be44762a][/size:d4be44762a]


Era un día lluvioso, las gotas resonaban contra la pequeña ventana por la que entraban los pocos rayos de sol que había visto durante su corta vida, además de los vislumbrados en sus limitadas salidas que se había permitido hacer a riesgo de un buen castigo. La habitación en la que dormía era reducida, ninguna comodidad, con alguna que otra rata como compañera y más de un instrumento de tortura bien escondido.

Es un muchacho feo, a causa de sus escasas salidas de su casa sus rasgos faciales eran tan atractivos como los de un leproso, cicatrices, piel abrasada que parece que se fuera a caer y su largo pelo, un tanto asqueroso con el que solía taparse la cara. Su casa era pequeña, vivía en los suburbios de Calimport con un humano de pelo oscuro, sonrisa desdentada, piel bronceada y ojos marrones, con la cara llena de marcas, manchas en la piel… presentaba evidentes muestras de tortura en su cara.

Su maestro, le había enseñado las oscuras artes de la tortura, saber soportar el dolor, y obtener fuerzas de el dolor y del odio era parte fundamental de su vida, así como las oraciones que su maestro ofrecía a Talona y que él, Astor, debía conocer bien.
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-¿Dices que no me enc… *[/i:d4be44762a]Antes de que terminara la frase, un latigazo estalló contra mi piel*
-¿Qué te he dicho sobre hacer preguntas estúpidas? - Dijo con tranquilidad el humano.
-Perdone… maestro.
-Bien, como iba diciendo, no… no te encontré en las calles de estos suburbios... Ya eres suficientemente mayor como para saber que pasó con tu desgraciada familia.
*Asintió esperando una respuesta*
-Yo acabé con ella… y te rapté - dijo el humano conservando su frialdad.
-¿Por qué? - Pregunté, fingiendo estar tranquilo.
-[i:d4be44762a] Por el respeto de Talona. Nada ha de importarte más que el respeto, consiguelo como sea… si se ríen de ti, abrásales con ácido, si se atreven a retarte, no tengas piedad. Tus padres, devotos sacerdotes de mi diosa la traicionaron, teniendo un hijo cuando no debían, y ella no perdona…
-Entiendo, maestro… yo encontraré el respeto de Talona, no se preocupe.[/i:d4be44762a]


Tras guardarme el cuchillo con el que había cenado entre los harapos que llevaba por ropa, volví a mi habitación, la cual fue rápidamente cerrada con llave por el maestro.

(Talona no perdona a nadie…)

Con este pensamiento dando vueltas, tirado en el duro suelo, empecé a esperar a que pasaran las horas. Tras empezar a escuchar ronquidos, saqué un fino alambre de la espesura que era mi pelo, abrí la cerradura que me apresaba en la habitación y puse rumbo a su cuarto lo más lentamente posible.

Ahí estaba, dormido profundamente… sin ropa a penas, dejando ver los numerosos cortes y cicatrices por todo su cuerpo.

(Parecerá un suicidio… después de todo, solo es un corte más…)

Tras un corte rápido y una larga ceremonia para ofrecer el cuerpo a Talona como su maestro le había enseñado, salió de aquella casa para nunca volver a entrar.