Alkarin

20/01/2011 08:02:35

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A cada paso, una luz mágica, tenue y azulada iba dejando ver como la fina decoración del pasillo descendente desaparecía, para ir a dar a algún tipo de calabozo. La sacerdotisa caminaba, segura, como tantas otras veces había hecho, en compañía de una joven drow,una novicia que conocería el precio de no haber sabido estar a la altura de la casa. El sonido de las pisadas, resonaba por el pasillo, en un inquietante ritmo que pronto seria el comienzo de un réquiem...


La novicia caminaba torpemente, delante de la sacerdotisa, llevaba una fina túnica grisacea, y semitransparente, que dejaba entrever todos los encantos de una hembra aun joven y radiante.


Al fondo de la galería ya podía distinguirse una única puerta, su tamaño era considerable, y se veía sólida y pesadamente reforzada. La joven, tan solo pudo estremecerse en un escalofrio, había oído cosas sobre aquel apartado lugar,prohibido en la casa a la que había defraudado, y sin duda, sabía que no saldría de allí.



La sacerdotisa ordeno secamente - Detente - la adelanto en su posición, y saco la mano de la larga y holgada manga de su exquisita túnica, para dejar ver la llave que sostenía en su mano. Era una llave bastante simple, y que aparentemente no tendría una cerradura en la que introducirse, pero entonces - Obsul rendan - dijo la sacerdotisa, y aquello que parecía duro metal, se volvió diriase que líquido. Entonces, con mano firme, la sacerdotisa introdujo la llave en el material acuoso, y este, calló en cascada, desapareciendo por completo.


Un fuerte olor abofeteo a la joven, inundaba la estancia, era una mezcla entre rancio y un dulzor putrefacto. Esta no pudo mas que llevarse la mano a la boca, tratando de evitar que aquella peste la hiciese vomitar. La escena era poco más que macabra, multitud de cuerpos desmembrados yacían por todas partes, la mayoría llevaban ya ciclos en aquel lugar, aparentemente, por su color verdoso, y por el penetrante olor que lo llenaba todo. Otros, aun sangraban, y daban buena muestra de su frescura las salpicaduras de roja sangre,en las proximidades. Daba la sensación de que aquello era el banquete de algún brutal animal, recluido en las profundidades de la casa, y mimada, por otra parte, a saber por que razón.


La muchacha recorrió la estancia con la mirada, helada, absorta con aquella carnicería, hasta que reparo en algo que se movía en una esquina, de espaldas a ellas, acuclillado y mordisqueando algo. Miro a la sacerdotisa, y su miedo aumento cuando le dedico una malévola sonrisa, mientras pasaba su brazo tras su cintura y la empujaba hacia el centro de la estancia - Aquí tienes el plato fuerte Urgholoth,espero que este pequeño bocado te sacie por un tiempo - la novicia, no pudo mas que mirar atrás un instante, y pensar en volverse rápidamente,con preocupación, sin saber muy bien que era aquella figura, de piel oscura, musculosa,que se mantenía acuclillada meciéndose adelante y atrás.


La puerta se recompuso, con un sonido metálico, como una palmada sobre ella, y frente a sus ojos una aberración, masticaba lo que parecían los restos de una cabeza drow. La sangre se le heló, aquella criatura masticaba pausadamente y tiraba los restos al suelo, con el hocico ensangrentado, así como el albino pelaje que le cubría casi todo el torso. "Aquello", le dedico lo más parecido a una sonrisa, mientras un hilo de viscosa baba caía por su labio inferior. Su cara era alargada y huesuda,terminada en hocico, con unos ojos rojos como la sangre y hundidos en unas marcadas cuencas. Casi le doblaba la altura, y su musculoso torso subía y bajaba con cada bocanada de aire, que salía de de su boca, como un fétido y calido aliento, acompañado siempre de un gruñido. La muchacha se mantenía rígida, atenazada por el pavor, el engendro, se inclino lentamente, husmeo el aire, cerca del cuello de la hermosa drow, y paso su lengua lascivamente por su torso, apartando con uno de sus dedos la ínfima tela que cubría su desnudez, la novicia se estremeció, y el ser pareció complacido, y excitado a la vez – Vivirás lo suficiente como ver como devoro cada uno de tus órganos, te lo prometo – su voz sonó atronadora y gutural, y provoco un grito, que pronto quedo ahogado, por una de las garras de la bestia, que empalaba a la muchacha por el plexo, y que comenzaba a levantarla del suelo. Su rostro desencajado, contraído por el dolor, el asco y el miedo provocaron una macabra carcajada de la extraña criatura, que tan pocas veces había podido disfrutar de la tierna carne de una hembra, y que como las otras veces, esperaba una larga, dolorosa y sonora tortura que contribuiría a apaciguar su hambre, tanto por llenar su estomago, como para complacer su sadismo.


La sacerdotisa sonreía, mientras en la lejanía ya se escuchaban los primeros gritos, y las primeras carcajadas de Urgholoth, que como bien había dejado claro Lord Dyrr, debía de seguir oculto a todos, incluso a la madre matrona. Ahora había llegado su momento, un hijo del caos saldría por fin de su encierro, y serviría a la casa y a Lloth como se le había enseñado. La casa habia sacrificado a trasgos, orcos y otros no-drows, que componían la carne de cañón del ejército, con lo que sus servicios serian valiosos, con su fe, y su disciplina “casi”…inquebrantable.


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Urgholoth se encorbo,pese al tamaño de la puerta de la mazmorra,su corpulento cuerpo aun era demasiado grande.Desorientado por el inminente e inesperado cambio, dio un par de pasos al exterior del que habia sido su confinamiento durante practicamente toda su vida.Aguardo un instante,y raspo el suelo con las garras de una de sus patas.El tacto bruto,rugoso y humedo de las losas que adoquinaban el calabozo,daba paso al mas exquisito marmol,tallado y adornado con numerosos motivos aracnidos,las paredes y techos lucian de igual manera,y a cada pasillo que dejaba atras,el alrededor se enriquecia aun mas con aquellas efijies,estampados y grabados.

La sacerdotisa le precedia,con paso firme,y sin detenerse ni volverse.Aquella habia sido una de las sacerdotisas que le habian enseñado el lugar que debia de ocupar el dia que fuese liberado,y a adorar sino temer,a la Reina Araña,quien habia bendecido a la casa con su nacimiento.Algunas de esas sacerdotisas perecieron en el intento,su naturaleza le habia empujado en su salvaje juventud a devorar a las que mostraban un minimo temor o duda en sus lecciones.Una sacerdotisa ha de ser fuerte,implacable,lo contrario no merecia su respeto,ni el temor a represalias si le ahorraba a la diosa el trabajo de quitarla de enmedio.

Su formacion habia concluido,su fe habia sido forjada y su mision daba comienzo.

- ¿A donde vamos? - gruño el ser.

- Todo a su tiempo,y ahora es tiempo de presentaciones-

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Habia aguardado en la zona de practicas tal y como le habia indicado la sacerdotisa.Y la Madre matrona en persona ahora le sacaba de alli,como miembro de la familia,como su hijo,y con el orgullo de ser el primogenito de la Madre matrona,y de tener por fin una tarea,que por otra parte para el seria un placentero regalo.

Se hirguio en toda su frutalidad,y los ojos de la guardia no pudieron mas que clavarse en el,con un gesto mezcla de estupefaccion y temor...Urgholoth saboreo aquel miedo que su presencia provocaba,y sonrio,si es que sus fauces eran capaces de reproducir tal gesto.

Ynrae sonreia satisfecha,el resto de casas serian participes de la bendicion que la Diosa Araña habia derramado sobre la Cuarta casa de Menzoberranzan.La Matrona se giro,y le tendio una prenda,con los colores de la casa,para el algo extraño,ya que nunca habia cubierto su cuerpo,pese a que aquello era poco mas que un taparrabos.No dudo,y se atabio con la prenda para a continuacion exponerse por primera vez en publico,una visita al mercado,y una clara demostracion de poderio para la Casa Dyrr.

Ahora solo faltaba una cosa mas,conocer a quien le adiestrase correctamente,e hiciese que el animal de presa enjaulado,recuperase su sadico instinto natural...eso,si no terminaba en su estomago...

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Madre le habia procurado una habitacion,a decir verdad se sentia mas comodo quizas en las cavernas bajo la casa,en la zona de practicas,pero su nueva posicion y ocupacion exigian que estubiese cerca de la Madre matrona.

No tardo en adaptarla a sus sencillas necesidades,destrozo todo el moviliario,hasta reducirlo a poco mas que astillas,y se procuro un rincon donde descansar.Las luces magicas fueron eliminadas,no era ningun estudioso que necesitase leer simbolos de un libro,y preferia la oscuridad que durante tanto tiempo le habia acompañado.

Por supuesto,habia respetado cada motivo y efigie aracnida,pero cualquier otro adorno habia sido borrado,y en su lugar,se habia dedicado a grabar en las paredes la figura de cada una de las victimas que habia ido liquidando,desde enormes minotauros,a deformadas drañas,sin olvidarse de su primer bocado drow,sin representar nada que revelase su especial predileccion sobre la carne de sacerdotisa indigna,claro.

Aun quedaba mucho para que se acostubrase a algo tan diferente a su encierro,madre parecia satisfecha por tenerle a su servicio,y Urgholoth estaba ansioso por derramar sangre para la casa Agrach Dyrr,la Madre matrona Ynrae y el gozo de Lloth.