ojos

17/03/2011 23:00:13

La fortuna y las bendiciones de la reina araña habían recaído sobre la segunda casa de Menzoberranzan. Aunque el pequeño Memnlor tardó mas tiempo que otros niños drow en aprender a hablar, era un genio. Uno de esos genios de uno entre un millón. Sus tutores no tardaron en darse cuenta de ello. Y su talento para el arte... impresionante.

Los Barrison han tenido al niño, una de sus mayores promesas, a buen recaudo. Fuera de la casa se ha oído hablar del nacimiento y del nombre del primer hijo, pero nunca se le ha visto. Permaneció todo su infancia y adolescencia rodeado de libros y de tutores de la casa.

Mimado por los suyos fue creciendo su orgullo y sus ansias de poder. Se pretendía de él que se convirtiera en un gran mago, y sin que tuvieran que obligarle, era lo único que hacía. Pasaba las largas horas de su vida en la biblioteca, laboratorios y salas de prácticas arcanas. Apenas tenía contacto con los demás de su casa, incluso muchos miembros Barrison ignoraban su existencia, única y exclusivamente hablaba con sus tutores lo mínimo e imprescindible para resolver sus dudas y con sus progenitores en las periódicas revisiones para evaluar sus progresos.

Llegada ya casi su mayoría de edad, era la hora de salir a la realidad de Menzoberranzan. Fue enviado a Sorcere, la academia de magos, para convertirse en uno de sus alumnos mas jóvenes, quizá el más joven de todos. Aunque portaba los colores o insignias de noble Barrison, el maestro recepcionista de la escuela no pudo evitar el decirle:

-¿Qué haces aquí niño? Esto es Sorcere, no es lugar para ti.

-Soy Memnlor Del’Armgo, nuevo alumno- Respondió mientras alargaba la mano para darle su recomendación.

El maestro la leyó y una maliciosa sonrisa se formó en su cara.

-(La soberbia de los Barrison ha aumentado considerablemente, mira que enviar a este mocoso aquí... no sobrevivirá. Mejor, así se les calmaran los humos a esos pretenciosos)

ojos

03/12/2011 13:26:56

[size=18:e09df67d12]II. Revéses de la vida real[/size:e09df67d12]

A pesar de haber sido eliminadas su madre y su hermana, a Memnlor le dejaron con vida e incluso le permitieron continuar llevando su túnica e insignias de noble. Lejos de sentirse advertido o amenazado por lo ocurrido, o con ganas de vengar a su familia, aceptó a la nueva matrona, y su orgullo y arrogancia crecieron aun mas. Pues sabía que si le habían dejado con vida era por su potencial talento y valía para la casa.

Después de un año en Sorcere, bajo la tutela del maestro Delawyn Dyrr que lo había tomado como discípulo personal suyo, llegó la hora de la prueba para superar el primer curso. A pesar de que las reglas de la prueba eran sencillas: encontrar y salir del último piso con uno de los trofeos, Memnlor se propuso eliminar a todos sus compañeros. Loimyril Del’Armgo le había advertido que Gromph Baenre siempre gradúa primero a los aspirantes Baenre y quería asegurarse de eliminar toda la competencia.

Al principio todo marchaba bien. Había bloqueado la puerta de salida con su elemental de piedra y colocado una alarma. La inmensa mayoría de sus compañeros no suponían ninguna amenaza para él, su fiel diablillo convenientemente protegido por los conjuros de Memnlor, despachaba uno a uno a los aspirantes sin talento.

Hasta que apareció un alumno competente de verdad. Este no era tan estúpido y débil como los demás. Se había protegido a conciencia, y tenía el objetivo de la prueba bien claro: encontrar el trofeo en cuanto antes y salir lo mas deprisa que pueda. Memnlor cegado por su arrogancia lo persiguió por todas las salas ignorando a los demás participantes. Pero no conseguía alcanzar al drow con ningún conjuro que lo dañase. La frustración hizo que su ira y su imprudencia aumentasen hasta que aquel mago que llevaba muchos más años que Memnlor estudiando el arte arcano lo sorprendió con un conjuro de la novena esfera que dejó inconsciente al ambicioso de Memnlor.

Era el primer gran fracaso de Memnlor, la primera vez que todo le había salido del revés al mimado drow. El maestro que había observado toda la prueba, tuvo que reanimarle con una poción de desagradable sabor. Le dejó claro cual había sido su fallo. Pero de los errores también se aprende. Aunque tenía que repetir curso, seguía siendo el más joven de Sorcere, y la próxima vez no fallaría.

ojos

03/12/2011 13:28:18

[size=18:a05bf60f9e]III. Muestras y experimentos.[/size:a05bf60f9e]

En su primer año ya había leído la gran mayoría de los libros que había accesibles para él en Sorcere y las clases repetidas no le aportaban absolutamente nada. Así que ahora dedicaba su tiempo en practicar su arte en los túneles y reunir muestras de aquellas criaturas que le resultasen más interesantes para sus estudios y experimentos.

A menudo hacía que los parias que encontraba por los túneles le guiasen por estos e hicieran el trabajo sucio, es decir, que lucharan contra toda criatura que se encontrasen mientras él observaba sin hacer nada desde una distancia prudencial y con las adecuadas protecciones arcanas. Le resultaba divertido ver sufrir tanto a los parias como a las criaturas, pero si alguna vez la batalla se ponía demasiado complicada para los drow, a veces se dignaba a invocar algún convocado que les ayudase. Rarísima vez conjuraba sus hechizos ofensivos en presencia de público. Pues un buen mago nunca debe revelar todo su poder ante sus riviales, y en el caso de los drow los rivales son todos los demás.

El laboratorio de la casa, poco a poco se iba llenando de las muestras y experimentos que iba trayendo Memnlor de sus viajes a los túneles. Numerosas muestras de drañas, trocitos de su exoesqueleto, algunos órganos, viales con sus venenos... también de otras criaturas, como oseogarfios, contempladores (incluidas muestras de un gran tirano), micónidos, minotauros... Algunas de las muestras menos importantes o que más repetidas tenía las llevaba a Sorcere para que también sus maestros pudieran estudiarlas o experimentar con ellas.

En una de estas expediciones, tras desmembrar y tomar las muestras necesarias de una curiosa criatura: una androesfinge; encontró una extraña llave en sus entrañas. Preguntó a sus dos guías si sabían que abría. No lo sabían, pero habían visto varias puertas donde poder probar.

La casualidad quiso que en la primera puerta que encontraron la llave encajó perfectamente. Para sorpresa del joven drow, tras abrir aquella puerta y entrar en la sala, seis magos de su propia casa le saludaron con el respeto que se merece un noble. Miró a todos lados sorprendido. Era evidente que la sala era un laboratorio donde se estaba llevando a cabo alguna investigación. Había numerosos esclavos y sujetos de experimentación en lamentables condiciones. Cuando Memnlor preguntó que se investigaba allí, le respondieron que debía preguntar a la madre matrona. Ellos no podían decírselo delante de los parias. Es mas, o había que matar a los dos parias o mover el laboratorio secreto de lugar. Sin duda la opción mas sencilla era mandar matar a aquellos dos parias, pero precisamente esos dos ya le habían sido bastante útiles en esa y otras ocasiones. Así que optó por recomendar que los dejaran vivos a pesar de que tendrían que trasladar el laboratorio.

Se les dejó muy claro a los dos afortunados que no habían visto ni oído nada en aquel lugar que jamás habían pisado. Y tras asegurarse de que lo habían entendido y se alejaban lo suficiente de la zona, se apresuró a teletransportarse a su casa y pedir audiencia con la madre matrona. La curiosidad le picaba más que nunca.

La matrona Del'Armgo, que ya había sido avisada por medios mágicos de lo sucedido, quedó sorprendida al ver que Memnlor no sabía nada de lo que allí se experimentaba.
- Precisamente fueron tus preguntas en la clase del maestro Loimyril lo que hicieron surgir esta investigación.
- Bien, entonces ya se con quien tengo que hablar. Con el maestro Loimyril.

Entonces tras terminar la audiencia con la matrona se dirigió directamente a Sorcere a hablar con su "primo" y maestro.