Andriu_ZGZ

16/09/2005 21:05:54

- "Hijo Mío, ten presente estas palabras, “lealtad y obediencia”. Torm estará contigo, allá donde tú vayas".

Estas fueron las últimas palabras de mi padre cuando partí hacia el sur, ese día hacía calor, y pensaba que aquella cota de mallas que me regaló él y que sería de gran protección para los peligros del camino, acabaría abrasándome.
Mientras me alejaba de aquella populosa ciudad llamada “Puerta de Baldur”, me venían a la mente los recuerdos de mi infancia y de mi familia.

Danhiel Northend, mi padre, era un oficial en la orden del Sagrado Corazón de Azhkatla, sus hazañas como capitán de uno de los cuerpos de élite mejor preparados de la costa de la espada, se conocían en todo Amn. Era la persona a la que mas admiración tenía, y fui entrenado por él en el arte de la lucha y en las habilidades que los guerreros de Torm poseían.

Era el menor de tres hermanos; mi hermano mayor, Mathew, con el que contaba mi padre para convertirlo en un caballero, pronto demostró poco interés por el oficio y se dedicó a lo que más le gustaba, la música y la interpretación. Mellisa, mi hermana, por el contrario, apenas mostró interés por nada y era el foco de discusión en el seno de mi familia.
Cuantas disputas hubo entre mi padre y ella, y en las que yo prefería no participar.

Yo en cambio seguí los pasos de mi padre. Me entrene día a día desde mi adolescencia hasta que tuve la mayoría de edad para emprender un largo viaje que me mostraría la verdadera justicia de la vida.

- “No te será fácil distinguir entre amigo u enemigo, por muy extraños que sean los ropajes o armas que puedan llevar. Al final deberás combatir el mal, aunque eso signifique arriesgar tu vida. Se leal con los verdaderos amigos, no los abandones, por que ellos harán lo mismo por ti”.

Me lo repetía constantemente, hasta que las palabras llegaron a rondar mis sueños durante noches interminables.

Al terminar de atravesar el puente que comunicaba la ciudad, y observar la diversidad de gentes que lo atravesaban, no paraba de pensar en el destino de mis hermanos. Se que mi hermano Mathew fue a Noyvern, que por lo que supe después sufrió una devastadora plaga. En cambio mi hermana Mellisa se marchó de casa sin avisar hace unos meses, todavía no sé nada de ella. Creo que a mi padre no le importó demasiado su ausencia.

Mi padre llevaba tiempo preparando mi viaje, al morir mi madre de una grave enfermedad, mi padre vendió la casa y pidió el traslado a Puerta de Baldur, entonces tenía 15 años. Continué mi preparación allí, bajo la supervisión de un buen amigo de mi padre, el Clérigo de Torm Alenderval Mandell, mi mentor durante aquellos años y responsable del aprendizaje de los pocos conjuros que conozco.
Recuerdo los días en que me instruía en las artes de la sanación, aprendí algo de medicina y de las enfermedades mas comunes y como protegerse del resto de dolencias basándome en la meditación y el control del cuerpo.

El viaje iba a ser largo, desde Puerta de Baldur volvería a Azhkatla, y seguiría el camino de comercio atravesando todo Amn. Todavía no sabía mi destino con exactitud.
Mi padre me dijo que me acercase a la primera posada del camino, allí conocería el lugar a donde tendría que ir, desdeluego no me lo ponía fácil, nunca me lo puso fácil; siempre quiso que las cosas me costasen mas de lo debido para no acostumbrarme a las comodidades y vicios que siempre suelen surgir, en ocasiones de suerte, y que suelen truncar la vida de las personas.
O al menos eso es lo que el creía.

Las Casas de la ciudad se iban alejando poco a poco a medida que avanzaba, con paso firme, por el camino de comercio, un camino bastante transitado por comerciantes, que iban y venían de las diferentes ciudades que bordeaban la costa de la espada.
Al anochecer llegué a la primera posada del camino, apenas estaba cansado, solo había recorrido unas millas desde Puerta de Baldur. Al entrar, una figura rechoncha, semicalva y con bigote me recibió en el salón.

Era Simón Betosca, el posadero; amigo también, como no, de mi padre. El hombre perfecto para mantener un secreto, aunque diese por perdido su negocio, desdeluego.
Le debía favores a mi padre, y en esta ocasión creo que le debe uno menos.

- Ajá!, Bienvenido Andriuth, te estaba esperando, no obstante prefiero que hablemos en otro sitio – Murmulló el posadero. Siempre mirando a los lados, desconfiando de todo el mundo.

Me llevó a una sala en la trastienda, bastante lúgubre por cierto. Si lo que se había movido en el rincón no era una rata, es posible que aquel día hubiese tenido que desenvainar por primera vez mi espada.

- ¡Saludos!, señor Betosca – dije en voz alta.
– Sisssssst., habla más bajo, ¿crees que no nos estarán oyendo?, quién sabe lo que nos puede deparar el futuro –Contestó Simón, acercándose a la puerta y comprobando que estaba perfectamente cerrada.

Del bolsillo de su pantalón sacó un tríptico doblado en tres veces y sellado por los extremos.

- Esta carta es para tí, me la dio tu padre hace unos días, me dijo que te la entregara aquí cuando llegases -. Explico Simón.

Cogí la carta que me entregó el posadero, no cabe duda alguna de que la letra era de mi padre, así que procedí a abrirla.

“[i:1dfaf4e558]Apreciado hijo mío.

En esta carta que te escribo está el destino de tu viaje. He procurado que tu preparación este a la altura de tu nivel y experiencia, que tanto conmigo, como con mi viejo amigo Alenderval has podido aprender y desarrollar.
Así pues te dirigirás hacia el sur, desde esta posada y siguiendo el camino del comercio, hacia Aguas Profundas. Una vez allí cogerás el pasaje hacia Calimport; habla con el capitán Deudermont de Aguas Profundas, el te llevará en su barco, “el duende del mar[/i:1dfaf4e558]”.

La carta no decía nada más, salvo una cariñosa despedida al final de la carta, típico de mi padre.

- Entonces, ¿el viaje será largo?, dijo el posadero.
- Demasiado largo sí, no me esperaba este destino – contesté-. Si mi padre me ha querido preparar bien, la región de Calimshán era el lugar mas apropiado para empezar.
- ¿Calimshán decís?-. Preguntó el posadero con tono de sorpresa.
- Sí, allí es donde me dirijo, puede que me cueste bastante, si el tiempo no me es favorable y el camino se hace difícil –le dije.
- Necesitarás un buen descanso y buena comida, te preparare algo – aseguró Simón
- Eres muy amable conmigo – le dije, esbozando una sonrisa.
- Ah, nada nada, cortesía de la casa y un poco de la mía jeje -. Dijo riendo el posadero-. Además pondré a tu disposición un surtido de alimentos especial para estos viajes largos; lo hago sobre todo para aventureros y comerciantes, suelen durar bastante -. Comento Simón.

Una vez terminada la cena, en la que Simón Betosca, se sentó conmigo a comer, me acomodé en la habitación y pensé en la cantidad de aventuras que ya de por sí, me surgirían en mi larga travesía hacia Calimshán. Aquella noche no había mucha gente en la posada, y ello me permitía disfrutar de la tranquilidad en un lugar típico de peleas y grandes juergas.

El sol salió con mucha fuerza ese día. Al alba, salí de la posada, no sin antes despedirme de aquel posadero, tan amable y dispuesto a ofrecer su ayuda.

Al alejarme un poco de la posada, volví a escuchar su voz.

- ¡Espera Andriuth! -. Exclamó el posadero, saliendo rápidamente de la posada.
- Algún problema amigo mío – le contesté dando media vuelta.
- Eh... Si, Bueno, cuando llegues allí no olvides hablar con un tipo llamado Bunus Brunn, es uno de los mercaderes con mas influencia de la ciudad, tiene el negocio de la venta de material para aventureros. Es un buen tipo, además tiene el favor del Pashá. Un hombre inteligente aunque algo usurero, si no le caes bien, claro. – Explicó el posadero, que de la carrera que se dio para alcanzarme, llegó sin aliento a contármelo.
- Descuida – le dije-. Lo tendré presente, es posible que en un breve plazo necesite de sus mercancías.
- Así me gusta, con optimismo – dijo el posadero asintiendo con la cabeza- Adiós Andriuth, que tengas mucha suerte.
- Igualmente Simón,- le dije, mientras le daba un abrazo -. Nos volveremos a ver.
– Eso espero-. Dijo entre sí el posadero, como si estuviese dudando de mi propia supervivencia.

Tras varias jornadas de viaje en el buque de Deudermont, y debido a las tempestades que asolaban el sur, tuve que desembarcar en el Vado de la Daga. Con la suerte de que un grupo de comerciantes que salían en convoy desde allí, coincidiesen en parte por el mismo camino, y gracias a ellos y a sus soldados que vigilaban la travesía, llegué al desierto de Calimshán.

Tuve que contratar a un guía en Vado de la daga antes de salir con la caravana, para no perderme en el desierto y llegar sano y salvo a mi destino.

Era Mediodía, y el sol era abrasador como nunca lo había notado, pague las 500 monedas que me pedía aquel personaje. Un explorador que conocía el desierto. Vestía una túnica blanca y pantalones ajustados, el turbante delataba que era un hombre curtido en aquel lugar.
No sabía hablar su idioma. El común degeneraba a medida que avanzaba hacia el sur, donde las gentes eran cada vez más ignorantes y se vendían a las mejores deidades, que en aquella región abundaban por doquier.
Nos comunicábamos por señas, y él me indicaba el camino. Al principio no confiaba mucho en aquel explorador, pero a medida que avanzaba nuestra marcha, era consciente de que dependía de él completamente.

Al anochecer entré en lo que parecía un oasis salvaguardado por una muralla.

La multitud se agolpaba en las puertas de aquella muralla. Más allá se divisaba la gran urbe de aquella ciudad, hasta que el ruido de las gentes invadía mi mente.

- ¡Estamos hartos, maldita sea!, ¡Queremos venganza!-. Gritaba la multitud apilándose en la entrada por docenas, esperando a que la comitiva llegase a la puerta y rodearla, para abuchearla o simplemente arrojar lo primero que tuviesen en las manos.
Una figura esbelta, con armadura de tono plateado y montada a caballo, se acercaba a aquella multitud franqueada por no más de treinta soldados, pero fuertemente armados. Desde el caballo desmontó en lo que parecía un púlpito improvisado, y alzó la voz dirigiéndose a la multitud.

- ¡Silencio, he dicho!, ¡Basta!, ¡acaso creéis que no hacemos nada por vosotros! -. Exclamó la teniente desde el púlpito, dirigiendo la mirada en torno a la gente.
- ¡Tres ataques en un mes, nos parecen demasiados!, ¡la guardia no hace nada!, ¡estamos indefensos!-. Gritaba al unísono el gentío.
- ¡No podemos hacer nada hasta saber de donde proceden los ataques! -. Volvió a replicar la teniente.
- ¡Eso es mentira, hay que dar caza a esos dragones, de una vez por todas! –. Increpaba la multitud de nuevo.

La teniente, o Nica Sigermanner, como era conocida allí, impotente ante tanto estruendo y réplicas que llegaban al insulto, se retiró a lomos de su caballo al interior de la muralla de la ciudad, mientras que el gentío gritaba al unísono la intervención de los hombres del “Brazo de los justos”, una organización de paladines devotos de diversos dioses y cuya misión era la de preservar la paz siguiendo las directrices de su dios.

Aquella ciudad de centenares de miles de personas, coronada por edificios como la esfera de Kaatos o el palacio del bajá Pook. Una ciudad llena de miseria, de perdiciones, de guerras entre bandas y clanes organizados y donde la corrupción imperaba en toda su extensión, era una prueba demasiado difícil y que intentaría superar de la mejor manera posible.

En ese momento me acordé de mi padre y de aquellas palabras que me repetía una y otra vez.

Una vez en el mercado, pregunté por el establecimiento de Bunus Brunn.

Había llegado a Calimport.

// Bueno, aquí está mi historial, que ya iba siendo hora. Es un poquillo largo pero entretenido, pienso yo.

Kriss-Weatherwax

16/09/2005 22:08:45

// Wácale, me ha gustado mucho, si señor. Creo que mi pj va a dejar de estornudar durante algún tiempo :wink:
¿Pero ya no le quedan provisiones de Betosca, no?

Elven_gladiator

17/09/2005 00:10:43

Pedazo historia *se quita el sombrero*

Elderadan

18/09/2005 00:35:40

Al fin podemos conocer la história de ese paladin tan reservado, y vaya pedazo de historia debo decir. Por un momento pense estar leyendo un libro xD. En serio esta muy guapa.

Andriu_ZGZ

09/11/2005 02:39:57

//Ala pa arriba, que esto esta muy bajo XD

un saludico :wink:

_____________________________________________________________
Andriuth Northend, el palaca de Torm. - Lider de la Llama aventurera.

Los demás Northend, vendrán mas tarde.