Andriu_ZGZ

15/11/2005 18:52:50

EL COMIENZO.

La taberna estaba bulliciosa aquella noche, decenas de parroquianos se acomodaban en sus mesas con sus jarras y copas de vino esperando la actuación de aquella pareja, que era famosa por dar unos espectáculos, qué aunque, no eran muy buenos, animaban al público hasta altas horas de la noche.
El show de Lucius y Northend era conocido en toda la ciudad de Noyvern, por ser el primer conjunto de interpretación que llegó a la ciudad después de la gran plaga que la asoló durante semanas.
Lucius era un gran cantautor, mientras que Mathew Northend, contaba historias de andanzas de caballeros y animaba al público con coreografías poco ortodoxas pero divertidas.

El público estaba impaciente, pero en los camerinos improvisados de la taberna sucedió algo que iba a cambiar el rumbo de esta historia.

- Vamos Lucius, empiezas tú, ¿cantarás la canción del caballero y la espada que hablaba? – Dijo Mathew mientras se ponía el traje de figurante.
- No no, esa no, demasiado larga, les haré dormirse en sus butacas hasta que sus bebidas se evaporen.
- ¿Entonces cual?
- El látigo del demonio, esa que decía:

“El demonio latiguero,
Atormentado el caballero
Cuanto dolor atraviesa su corazón
Recuerda a la dama con honor
Mas su valor le llena de desazón
Atado y amordazado
Y vilmente empalado….”

- La métrica en esa canción es un desastre Lucius, canta otra canción más en prosa y olvida el verso, que no se nos da bien.
Lucius agacho la cabeza y cogiendo el laúd se dirigió al escenario.
En ese instante un hombre de aspecto fornido, entró de repente por la puerta sorprendiendo a los dos amigos y con cara de bastante enfado.
- ¿Quién es usted? – Preguntó Mathew- interponiéndose entre Lucius y aquel hombre.
- Creo que vos me conocéis bien – dijo el hombre, dirigiendo la mirada hacia Lucius que estaba parapetado entre el armario y una de las columnas que se alzaban en el camerino.
- Es el señor Hunsett Miramar Mathew, un comerciante de gran reputación en la ciudad.
-Bien, ¿y que le trae por aquí? –Dijo Mathew – Tenemos una actuación y tenemos prisa, el público nos espera.
- De aquí no va a salir nadie – Repuso Hunsett – Ese hombre se ha tirado a mi mujer y lo voy a aplastar.
El hombre hizo ademán de adelantarse, Mathew le cortó el paso dirigiendo la mirada a Lucius.
- ¿Lucius, te has tirado a su mujer? – Preguntó Mathew.
- Eh… esto… bueno… Un poquito.
- ¡Maldito sinvergüenza, lo voy a matar! – Chilló aquel desgraciado cuernudo, empujando a Mathew a un lado y dirigiéndose a Lucius con una maza.
Lucius esquivó el embiste agachándose y pasando por debajo del brazo de Hunsett cuando iba a machacarle la cabeza.
- Vámonos Mathew, me quiere matar.
Los dos corrieron por el pasillo hacia el lugar de la actuación, Hunsett los seguía detrás y al pasar por la tarima de actuación que estaba alineada para facilitar la entrada; Mathew se paró un instante en frente del público.
- Señoras y señores con ustedes, el show de Lucius y Northend.
La tarima estaba enclavada en un extremo de la taberna, dicha tarima tenía un muro de madera en medio para los cambios rápidos de ropa y maquillaje durante el transcurso de la actuación.
La gente echo a reír cuando al presentar la actuación, Lucius y Hunsett corrían alrededor del muro sin darse alcance intentando vacilarse con los cambios de dirección para intentar pillar en otro sentido al otro. Hunsett de vez en cuando daba golpes con la maza en el muro, intentando vanamente alcanzar al ágil y escurridizo Lucius.
Mientras todo esto sucedía Mathew situado a un lado de la tarima empezó a narrar una historia por de pronto improvisada.
- Bien señores les contaré la historia de Hunsett y el Bufón – expuso al gentío, mientras tanto Hunsett y Lucius, ya un poco más cansados seguían dándose caza por la tarima y de vez en cuando salían a las mesas no sin antes romper algunas de las bebidas que tomaban los parroquianos.
Mathew comenzó la historia.

-“Hubo una vez un rico acaudalado, cuyo nombre todavía no me ha importado. Hunsett se llamaba y tenía una gran dama”.

Lucius ahora se defendía con dos botellas de los embates de la maza de Hunsett.

- “Dicha dama era muy hermosa, pero fiera en la cama, como una osa”.

Las risas del público se incrementaron con aquella frase y mas sabiendo lo conocido que era Hunsett en Noyvern.

- “Aquel día un apuesto elfo, se acerco todo valiente y aunque es inteligente, sabio fue, pues al darle una flor, en ella despertó el amor”.

Hunsett de repente, entendió la escena y comprobó que se estaban burlando de él delante de tanto público, dejo a Lucius y fue directo hacia Mathew y arremetió contra él.
Mathew esquivo la maza y saltando sobre una mesa manteniendo el equilibrio siguió su relato.

- “Y fue una noche estrellada en la que quedaron su amada y él, después de las sonrisas llegaron las caricias y luego las delicias del placer”.

Las risas continuaban haciendo mella en el público.
Hunsett al límite de la ira que un hombre podía tener, daba bandazos con la maza de un lado a otro de las mesas. Mathew saltaba de una en una terminando el cuento que aunque improvisado no le quedaba nada mal.

- “Y todo terminó en la cama, ya ven, pero el despertar fue un malestar, pues al vestirse y despedirse, apareció el viejo rufián, comerciante además, que al verlo y no entenderlo se dispuso a cogerlo y matarlo sin mas

Lucius estaba cansado, pero aprovecho que Hunsett solo perseguía a Mathew y descansó en una mesa bebiéndose una de las copas que había dejado semivacía uno de los clientes. Se dió cuenta de la cercanía de la puerta y silbo a Mathew para que huyera.
Y Mathew termino.

- “el resultado es este, vigorosos somos y perseguidos somos y no siendo delincuentes nuestra caza será frecuente, así que sin mas reparos os dejamos

Mathew salió por la puerta seguido por Hunsett, el público aunque en un principio no entendió la situación, poco después llenó de aplausos la taberna y de vítores por la fantástica actuación de los dos comediantes.
En el mismo instante que salía Hunsett, la puerta se le echo encima en sus narices. Lucius la giró y se la estampó encima para ganar tiempo.

Los dos bardos corrieron calle abajo sin saber que la afrenta todavía no había terminado.

- Jajaja, eso a estado bien Mathew –Dijo Lucius, dando una palmada en la espalda. Sacas historias hasta de los problemas.
- Quizás podamos volver cuando todo se haya calmado y recoger el dinero Lucius.
- Sí, lo necesitamos no nos queda mucho y además… Aggg.
- ¡Lucius!
El elfo cayo desplomado al suelo, Mathew intento apartarlo de la luz y llevarlo a un lugar mas seguro, allí lo tumbo, apoyando su cabeza en sus rodillas.
En su cuello había alojado un dardo, por el aspecto de la herida el veneno que llevaba no tardará en cumplir su siniestro fin.
- ¡Lucius, dime algo, no me dejes! –Insistió Mathew, dando palmaditas en la cara para hacer salir de la inconsciencia al elfo.
- Márchate… de… Noyvern… estás en peligro – Musitó Lucius, que apenas podía hablar por el efecto del veneno.
- ¡No!, vendrás conmigo.
- El rubí… Los ladrones del Nido…
- ¿Qué has hecho Lucius?, ¿has robado?
- Necesitábamos… el dinero…

La oscuridad lleno los ojos de Lucius y las lágrimas de Mathew cayeron sobre el rostro del elfo. No pensaron nunca en meterse en líos, pero la necesidad hizo que algunos tuviesen que recurrir al robo en aquella ciudad maltrecha por la asolación reciente de la plaga. La cofradía de ladrones del Nido del Mendigo cobró caro el robo de aquella joya y ahora Mathew se quedó solo y su vida empezó a dar un vuelco espectacular.
Con parte del dinero que empeño de la joya robada por Lucius, embarcó hacia Aguas profundas donde quizás la fama y la fortuna le sería más agraciada.
Durante el viaje pensó en su familia, en su padre, en su hermano Andriuth y en su hermana Melissa. Recordó el viaje a Puerta de Baldur en el que pudo hablar con su hermano y reconciliarse con su padre, aun así se fijó en lo pudiente que era Andriuth y el orgullo que debía tener al dirigir un grupo de aventureros al servicio del bien.

Quizás pueda pedirle un préstamo a mi hermano, pensó. Quizás más tarde, debería de viajar a Calimport.

Andriu_ZGZ

20/11/2005 18:50:59

PARTE 2: LA LLEGADA A AGUAS PROFUNDAS

[i:d1f8b1902f]Aquel día fue dificil, con apenas unas pocas monedas llegue al puerto de Aguas profundas con la necesidad de encontrar un trabajo y poder sobrevivir.
El rubí que robo Lucius solo me dió para pagar el transporte, excesivamente caro, que me dió un comerciante de pieles que viajaba a lo largo de toda la costa de la espada. Visité las tabernas de Aguas para ofrecerme como cantante y preparar espectaculos, y así, poder ganar algo de dinero.
La historia no fue tan fácil, en la taberna que hay en los muelles no necesitaban a nadie, con lo que tenían era suficiente, se veía una taberna solo para marineros, donde las mujeres se ofrecían sin ningún tipo de compromiso al más bravo de los marineros que bebían sin cesar y se gastaban toda la paga de sus travesías en barco.
Ah, que bonitas eran las chicas de Aguas Profundas, como la belleza de las sirenas inclinadas sobre la roca viva en medio del oceano y salpicadas por el azote de las olas frente a la roca.
En el distrito Norte las cosas iban a cambiar, en la sala de fiestas la Sirena brillante y nunca mejor dicho, el dueño no me puso problemas para que realizase espectaculos siempre y cuando no espantase al personal. Le dije que no tendría ningun tipo de decepción por mi persona y que contase conmigo, que solo cobraría a la gente por ver mi espectáculo.
Con el acuerdo realizado con el dueño de la taberna, invertí unas monedas en pagarle los caramelos a un chiquillo para que pusiese unos carteles que anunciaban el espectáculo.
Aquel chiquillo resultó ser un niño encantador y económico, hasta su madre me invitó a comer a su casa y probar el pastel del manzana que había preparado ese día. Que suerte tuve no lo dudo, espero que con unas canciones, una historia épica y un baile participativo entre todos los que estén en la taberna será suficiente para empezar a ganar dinero.
Y lo necesito, piden 15000 monedas para entrar a la escuela de Bardos. Yo apenas dispongo de 2000 monedas y tengo que pagar al escribano la realización de los dibujos y letras de los carteles, comer y beber y la estancia en la posada.
Espero que haya gente suficiente la noche del espectaculo, 500 monedas no es un precio muy económico, pero, seguro que hay gente pudiente que lo puede pagar.
Espero que el espectáculo sea de su agrado ese día. Ya queda poco, no hay que impacientarse.

Una vez ganado el dinero suficiente, viajaré a Calimport, quizás encuentre allí a mi hermano y pueda prestarme algo de dinero.[/i:d1f8b1902f]

Andriu_ZGZ

25/12/2005 15:43:44

PARTE 3: EL VIAJE A CALIMPORT

[i:85a7a6ff88]Estaba a punto de terminar la heroicidad de los valientes de Sauloor, incluido mi hermano, cuando llegué a Calimport y a sus calurosas calles.
Por indicación de un buen ciudadano llegué a la taberna “La Novena Campana”, que no era nada cara y ofrecían un servicio bastante decente comparado con el resto de tabernas que se hallaban en esta ciudad.

Tenía bastante trabajo, he de terminar de preparar mi espectáculo en Aguas Profundas y la demora había echo que mi economía se redujese a un par de trajes y unas pocas monedas.
La intención de ir a Calimport era buscar a mi hermano y pedirle un préstamo, ya sé que no es muy honroso pero las circunstancias en la que me había envuelto requerían de su aportación y no me iba a echar atrás en el último momento.
Me senté en una mesa apartada dejando mis cuadernos y mis anotaciones, tanto la historia de héroes como las canciones que iba a cantar en el espectáculo.
No me di cuenta de lo afortunado que era al conocer que los tipos que se sentaban detrás de mí conocían a mi hermano, de hecho oí hablar de él y decidí tomar conversación con ellos.
Aunque primero pensaba que eran familia y lo digo al ver a un tipo de coletas largas, una mujer y un chiquillo completamente tapado hasta la cabeza; luego me di cuenta de que en realidad eran amigos de mi hermano, así que los saludé y brindamos por mi suerte y la de él que por lo menos sabía que seguía vivo.
Poco después se sumo un elfo de pelo verde al que yo no conocía, me recordaba a Lucius, pero la tristeza por su muerte todavía rondaba mi cabeza y no era plan de estropear semejante bienvenida aun sabiendo de las desgracias que por ellas había tenido que llegar a estas tierras.
Disfrutando de un buen vino se acercó una mujer muy bella, parece que conocía al grupo así que aprovechando la velada me senté al lado de ella y empecé a conocerla.
Durante la conversación me enteré que mi hermano tenía novia, vaya, eso si que era una gran sorpresa, con lo inútil que era para las mujeres, claro, tanta vida al servicio de Torm le había trastocado el ego y los sentimientos. Menos mal, me alegro por él, a ver si esa buena moza le cambia un poco el carácter que últimamente se asemeja al de mi desdichado padre.
Aunque a Selucía, la mujer con la que me senté al lado, pareció no hacerle mucha gracia, le aconsejé como buen caballero que no bebiese tanto, pero no me hizo caso y cogió una borrachera de caballo. Tuvimos que llevarla a una de las habitaciones a que descansara y cuando bajé de nuevo al salón de la taberna aproveché para preguntar por el paradero de mi hermano. Mi sorpresa fue cuando me dijeron que andaba por la misma taberna. Raudo y veloz corrí hacía arriba dándome de bruces con el burdel y sintiendo la tentación, no dude en entrar, con lo que media hora estuve allí. Al salir volví a bajar pensando que habrían avisado a mi hermano, pero el muy pillo en vez de quedarse y esperarme volvió a subir dándonos esquinazo continuamente en una noche de trasiegos de una inutilidad rotunda.
Al final aquellos amigos, Darion “el coletas”, Farben “el chiquitín”, Paskinel el elfo y la señorita Harleena me hicieron pasar unos buenos momentos que se ensombrecieron cuando me revelaron que mi padre andaba enfermo y no por una enfermedad cualquiera.
Al terminar la noche pude hablar con mi hermano, me prestaría algo de dinero pero más tarde, me alegré de verlo, espero que me eche una mano. Me dio detalles de la aventura de Sauloor que me entusiasmaron. Tendré que cambiar algunas cosas pero no importa siendo mi hermano, espero que tenga suerte.
Aunque yo volveré a Puerta de Baldur a ver a mi padre, aunque no me tenga aprecio, que sepa que yo todavía le quiero.
Por cierto, ¿Por qué le llamarán lechuguín al elfo?, será por su pelo.[/i:85a7a6ff88]

Andriu_ZGZ

15/08/2006 18:46:54

Disponía de varios libros alrededor de su mesa, entre ellos uno terminado llamado la forja de un paladin, aunque destacaban otros como "los héroes de Saulor", "Cronicas de la Llama aventurera" y "compendio de escenificaciones humorísticas en Aguas profundas".

Los libros se apilaban preparados para ser llevados, Mathew tenía ya el contacto en Azkattla para ser publicados y no tardarían mucho en llegar a las gentes pudientes o que supiesen leer.

"Las Aventuras de mi hermano deben ser contadas, quien sino él para narrarlas y yo para escribirlas. El me ha ayudado mucho alojandome en su casa y a cambio me ha iluminado la mente con sus tramas, problemas y grandes combates que serán conocidos por los lugareños. De los libros los cuentacuentos iran de pueblo en pueblo narrando las aventuras de estos heroes, los rumores crecerán y de la humanidad de ellos se crearan figuras casi divinas, es lo que hacen los libros y las historias.
"
Mathew escribe este texto anteriormente al prólogo, al que ha añadido una serie de frases en élfico que decían practicamente lo mismo.

El bardo parte junto a su querida Enmeriel a Azkattla con dos caballos y llevandose consigo las obras que sin duda alguna posiblemente le darán la fama.

Asi pues los caballos se alejan y el recuerdo de Mathew se verá tan solo en los libros.