davidsanesc

13/04/2006 15:35:12

[i:1c87749609]El cacique se acercaba con su clan cada vez más rápidamente al poblado humano, pues unos cuantos de los suyos habían sido abatidos hacía un par de días cerca del mismo al que se dirigían.

Antorchas y hachas de gran tamaño se alzaban sobre las cabezas de las bestias un día mas, solo que esta vez no se dirigían contra los de su propia raza, si no contra una más inteligente y más ordenada, solo que les pillarían desprevenidos o eso pensaban en ellos.

El cacique rugió enviando a su clan a exterminar todo macho humano del poblado y así fue tras haber acabado anteriormente con los guardias que vigilaban en lo alto de una torre, que habían sido abatidos por decenas de flechas.

Las mujeres gritaban junto a sus hijas al ver tal atrocidad, pues se rodeaban de cuerpos inmóviles y ensangrentados de sus familiares y de los pocos guardias que habían intentado protegerlas.

Muchos orcos habían caído, pero no por ello el resto iba a estar apenado; no, no fue así.

El resto de orcos que se encontraban en perfecto estado y exaltados por la batalla librada, cogía de par en par a las mujeres que intentaban huir de ellos, agarrandolas fuertemente por un brazo y tirándolas contra el terreno manchado en sangre.

Muchas de ellas fueron violadas, otras aniquiladas por hacer intentos de sacar algún objeto punzante mientras los orcos hacían lo que estaban acostumbrados a hacer en una noche tal cual había sido ésta.

Las mujeres caían de dolor en una completa oscuridad, desmayándose al cabo de pocos minutos de horror.

Al día siguiente solo unas cuantas quedaban con vida tiradas en el suelo, aun desmayadas y ensangrentadas, levantándose y viendo un paisaje caótico y destrozado, no teniendo nada que ver con el día anterior.

Algunas de ellas llevarían en el vientre una nueva vida, fruto de un caótico y desagradable acontecimiento que les marcaría para el resto de sus vidas.

Los meses pasaban y Aelin dio luz a un hijo del que pensaba que su padre era el humano con el que había estado casada unos meses antes de que ocurriera tal atrocidad, pero no, en esos instantes estaba naciendo Vru, un semiorco peludo cuyo nacimiento trajo desdicha a su madre.

Aelin tuvo que marcharse del poblado, no porque ella quisiera, si no porque sabía que su propia gente mataría a tal criatura. Una pena inundó su corazón día tras día, pues quería deshacerse del recién nacido, pero no fue así. Comenzó a tejer una capa con capucha de color marrón oscuro que taparía por completo al bebé y se adentraría en las montañas que rodeaban su vieja aldea para criar a la pequeña criatura hasta que ya no la necesitara.

Vru, una vez tenia edad suficiente para poder moverse solo por el bosque, cogía su hacha de buena mañana y se dirigía a la caza de animales para poder sobrevivir junto a su madre. El semiorco algunas veces oía rugidos acercarse rápidamente y éste se escondía entre los arbustos o detrás de una árbol, pero al final no veía nada.
No fue así el día que salió a cazar junto a su madre, pues ella al final quería ver como su hijo progresaba. Tal día, en un día de invierno, se empezó a escuchar una marcha a lo lejos, los rugidos se hacían cada vez mas fuertes, las aves se alzaban sobre sus cabezas espantadas por el terrorífico ruido.
Tanto Aelin como Vru comenzaron a correr hacia la cabaña, pero se vieron rodeados en unos minutos por una decena de orcos que les había estado siguiendo sin que ellos se dieran cuenta. Un flechazo atravesó a Aelin por su espalda, mietras Vru empuñaba el hacha con ferocidad y rugía diciendo lo que iba a hacer:

- Mi ser hijo de la hembra que tu haber matado y mi poner hacha en vuestras cabezas que tirar flecha a madre hembra.

Los orcos entendieron algo de lo que el semiorco decía y se pusieron a reir. Vru apenas llegaba a la mitad de tales cuerpos, pues apenas llegaba a los diez años de vida.
Un chaman se oculto tras él y se acercó lentamente cogiendo un palo tirado en el suelo y abofeteando con todas sus fuerzas al pequeño. Muchas risas se comenzaron a oir mientras Vru caía rápidamente al suelo.

Los orcos tomaron el cuerpo y se lo llevaron con ellos.

El campamento estaba cerca y Vru abrió los ojos. Estaba atado por pies y manos y estaba siendo soportado por dos orcos musculosos de entre la decena que les envistió anteriormente. El chamán mientras tanto iba susurrando unas palabras mientras le quemaba la piel con un tipo de ácido.

Llegaron al campamento y los caciques esperaban ansiosos la comida. Varios rugidos se escucharon al ver que traían menos comida de la normal y un cuerpo de mas entrelazado.

Uno de ellos furioso por la tardanza cogió un hacha arrojadiza de su cinturón y se la clavó al que soportaba el peso de Vru por las manos. El orco no tardó ni cinco segundos en abrazar el suelo.

Los otros atemorizados se escondieron entre los árboles mientras el cuerpo del pequeño quedaba tirado en el suelo. El cacique algo molesto se acerco a la criatura para ver de quien se trataba y vio un cuerpo parecido en parte al de él. Unos ojos parecidos y unos rasgos algo familiares. Le miró a los ojos una y otra vez y se veía a él cuando tenía pocos años y bebía en los lagos. Seguidamente cogió a Vru por los pelos y lo levantó diciendo:

-Tu ser Vru, Vru ser ahora con nosotros y Vru deber partir cabezas para poder seguir viviendo.

El semiorco asustado no podía moverse. Inmovilizado y aterrado fue dejado caer al suelo, mientras los otros orcos salían de entre la espesura.

La cena se estaba atrasando y los orcos se estaban poniendo de mal humor, por lo que acto seguido comenzaron a arder las hogueras.

Vru aun en el suelo no decia nada, ni gritaba, ni emitía ni un solo sonido, sólo miraba a los orcos y en parte se apiadaba de aquel que al verle no le mató.

Pasaron los días y Vru era ordenado para ir a cazar junto a los demás. El semiorco que anteriormente solo tenía unos diez años empezó a hacerse mayor y a ser más fuerte incluso que sus compañeros mayores.

La envidía por la fortaleza del semiorco se hacía visible en los gestos de los demás orcos. Éstos se enfurecían al ver la agilidad del semiorco rompiendo cabezas de animales.

Un día como cualquier otro los orcos volvieron a decidir ir hacia un poblado para saquearlo. Vru siguió al grupo y no supo donde fue hasta que no se encontró a unos cientos de pasos del poblado.
Desde lo lejos sonó la alarma dentro del pueblo y los guardias acudieron rapidamente a la entrada. El grupo de orcos se avalanchó una vez más sobre la gente. Muchos murieron, pero aun así volvieron a salir victoriosos. Las puertas estaban ya abiertas y los orcos empezaron a hacer su segundo trabajo, pero unos ojos veían aquello diferente a como lo veían los demás.

Mientras las hembras humanas gritaban de pavor el semiorco recordaba el cuerpo de su madre caer al suelo mientras él empuñaba el hacha a su lado.

Fue entonces cuando Vru tenía a unos pasos a un orco que estaba apunto de violar a una hembra cuando le asestó una puñalada en el craneo con todas sus fuerzas.
Acto seguido e inmerso en la rabia se dirigió a otros dos que estaba haciendo lo mismo, despreocupados de que ningún enemigo se les acercará Vru volvió a partir el cráneo de la bestia en dos. Así hasta que hubo partido diez.

El resto de orcos, uno diez mas terminaron dándose cuenta de que su compañero, ya no tan pequeño se había convertido en una fiera, en una máquina de destrucción. Le miraron fijamente y uno de ellos se avalanchó sobre él. Vru le esperaba con el hacha en mano y cuando le tuvo a distancia movió el hacha rápidamente incrustándosela en la boca y entre los dientes.

Los orcos no dudaron en salir corriendo y Vru en medio de aquel desastre quedó paralizado durante unos minutos, mirando a las hembras tiradas en el suelo y ensangrentadas en sus partes inferiores.

Vru salió del poblado una vez no veía mas orcos a su alcance y se dirigió a la montaña donde una vez fue criado por su madre.[/i:1c87749609]

davidsanesc

14/04/2006 10:03:11

[i:34221f2a8a]Pasado otro tiempo el semiorco en solitario recordaba aun como la flecha alcanzaba a su madre y el odio hacia su otra raza paternal crecía en su interior.

Vru cogió su hacha, su bolsa, su comida de reserva y salió bien entrada la noche hacia un campamento orco establecido en las cercanías de la cabaña hacía poco.

Una sonrisa malévola se dibujaba en su cara bajo el viejo casco mientras se acercaba poco a poco al lugar.

Algunos buhos rompían el silencio haciendo la noche mas amena. El semiorco comenzo a reir para sus adentros al ver desde lejos la gran cantidad de orcos pero lo débiles que se les veía desde tal posición. Ya se estaba imaginando la distancia que iban a recorrer sus cabezas por los aires.

De repente, de la tienda más grande salió un rostro conocido, era Brurt, hijo del cacique orco que le puso nombre a Vru.

Vru comenzó a dudar si envestirles o no, pues aun pensaba que aquel orco le perdonó la vida una vez. Pero algo inesperado estaba a punto de ocurrir.

Una red cayó de las alturas entre el grupo de árboles donde se encontraba Vru, la red o tela impidió durante unos instantes la vista del semiorco. Una decena de flechas se dirigieron hacia su cuerpo desde la distancia tras haberse oído un par de rugidos orcos. Brurt había disparado la primera flecha y había sido la única en alcanzarle.

Vru, enfurecido y adolorido se destapó tan rápidamente como pudo y lanzó un rugido estrepitoso haciendo caer a dos de los cuatro orcos que le habían sorprendido desde las alturas. Su hacha se avalanzó rapidamente sobre estos dos, mientras los otros dos cogían rápidamente sus arcos y se disponian a cargar las flechas.
Vru cogió un par de hachas arrojadizas mientras soltaba el gran hacha de sus manos y no dudó en lanzarlas hacia ambas posiciones. Dos orcos mas cayeron del cielo.

El grupo de orcos de la lejanía seguía disparando sin precisión. Vru se salió corriendo entre los matorrales para rodear el campamento, pues estaban en su propio territorio y se lo conocía más que nadie. Los orcos a lo lejos se pusieron alerta emitiendo rugidos de furia, simples rugidos de orco aprendiz cuyas vidas no durarían mucho tiempo mas.

Brurt se metió en la tienda, dejo el arco y sacó una gran hacha manchada en sangre pero aun así reluciente a la luz de la luna. Éste comenzó a correr junto con tres compañeros más hacia el lugar donde Vru había desaparecido hacía unos instantes.

Vru por otra parte había terminado de rodear el camino del campamento y los cuatro orcos de más que habían venido con Brurt estaban aun allí, esperando alguna orden del hijo del cacique.

Esta misión era muy importante para Brurt, pues la reunión de orcos del día anterior tenía como fin acabar con el protector indirecto de los poblados humanos y del genocida de Vru hacia la raza orca. Brurt se convertiría en cacique de ser así y comandaría un gran grupo de orcos pudiendo hacer él lo que quisiera con tal grupo.

Ocho pares de ojos no quitaban la mirada de los seis pares de ojos que se alejaban a gran velocidad, y zas, un hacha penetró rapidamente hasta el cuello de uno de esos cuatro que habían quedado atrás como tontos. El hacha subió sin dificultad hacia la altura moviéndose lateralmente hacia el cuello de otro, mientras los otros dos caían al suelo del miedo instantáneo al ver ese conocido y casco viejo entre ellos.
El par de orcos tirados en el suelo gritaron antes de que el gran hacha invadiera sus cuerpos.

Brurt tras escuchar los gritos se giró aun estando lejos, pues había pensado que Vru había huido hacia algun lugar en la lejanía a esconderse, pero no fue así al parecer.

Tres orcos algo más fornidos que los cuatro anteriores regresaban a la velocidad que les permitía sus piernas hacia el campamento. Vru esperaba hacha en mano la llegada del resto de orcos.

El semiorco unos días antes había encontrado un objeto mágico. Un anillo algo especial. Vru hizo uso de él justo cuando los orcos se disponían a intentar abatirle y por desgracia de ellos el semiorco desapareció en la oscuridad. Los tres orcos y Brurt quedaron inmóviles y asustados durante el poco tiempo que estaba trascurriendo y un rugir grave salió de la nada al lado del oido de Brurt. Aves, animales y demás seres salieron despavoridos en el radio mas cercano y tambien alejado del lugar donde se encontraba este campamento. Brurt aun siendo un orco fuerte no pudo hacer otra cosa más que demostrar su valentía mojando sus pantalones ante tal acto, pues sabía que solo los chamanes se podían esconder de esa forma y sabía que Vru no era uno de ellos.

Los otros tres orcos corrieron en varias direcciones perdiéndose en la noche, aprovechando el momento de que Vru seguramente estaría a punto de eliminar al hijo del cacique.

Mientras Vru aun estaba fuera de la vista del orco comenzó a hablar.

Vru: - Por que Brurt haber venido aquí y querer coger a Vru?

Brurt: *rugido* Vru matarrr orcos, tu morir. Caciques querer Vru muerto.

Vru no dejó que hablara mas y le cortó el cuello a Brurt. El silencio volvió a reinar en la noche y desde ese momento no había orco del que apiadarse, pues si de aquel que aun se apiadaba había mandado a su hijo a matarle, ya no tenía porque seguir pensando que posiblemente hubiera un orco decente para él.[/i:34221f2a8a]

davidsanesc

14/04/2006 18:15:53

[i:11fe3204fc]Cansado de la soledad el semiorco tomo camino direccion Calisham para encontrar trabajo como mercenario.
Entró en la ciudad por el lugar adecuado para él, por un barrio llamado el Kanduq, no habiendo entrado por la entrada principal por la gran cantidad de guardias que le recordaban a aquellos a los que sus antiguos compañeros aniquilaban una y otra vez.

Vru comenzó a preguntar y los medianos a responder por una módica cantidad de oro, oro que desapareció de sus bolsillos en unos instantes. Pero ya tenía lo que necesitaba, podría estar en la taberna del mismo lugar que de un momento a otro conseguiría trabajo.

A la noche salió a dar una vuelta a las afueras de la ciudad, al oasis que se encontraba junto a las puertas. Una gran muchedumbre rodeaba tal lugar, entre ellos un par de guardias que pasaban desapercibidos a primera vista; no así él para ellos.
Los guardias fueron directamente al semiorco no sacando sus espadas hasta que no estuvieran justo enfrente y entre los dos le cogieron, diciendo:

-Tu, semiorco, quedas arrestado. Parece mentira que un mestizo como tu aun no se haya enterado de las leyes que tenemos en esta ciudad.

Los guardias no le dejaron ni contestar, y ya lo tenían atado, llevándoselo a las celdas.

Paso un día y el semiorco salió a la noche del día siguiente tomado como un extranjero que no podría volver mas a tal ciudad.

Hacía calor en el desierto de Calisham y Vru se alejaba poco a poco dirección Norte donde podría encontrar mas poblados según le dijeron.

El semiorco algo agotado consiguió llegar a Gilian, un poblado poco transitado por los viajeros del camino del comercio, pero en el que encontró sus primeros amigos.

Se dirigió a la taberna de tal lugar. La gente se giró hacia él y enseguida se giraban a hablar de lo suyo. El semiorco mientras tanto sacaba un par de monedas de oro que le quedaban entre sus pertenencias y pedía algo de bebida.

La gente le animó a que se sentará con ellos. Eran varios y todos mestizos, o casi todos.
Un par de semidragones, una semielfa, un mago, un enano, todos ellos poniendo cara de felicidad mientras hablaban de un REFUGIO.

http://photos1.blogger.com/blogger/6873/3722/1600/integrantes%20del%20refugio%203%20grupos%20busquedas.jpg

[color=red:11fe3204fc]//FOTO DE GRUPOS PARA BUSQUEDAS ORO//[/color:11fe3204fc]

El semiorco se puso a escuchar y él mismo comentó que acababa de salir de carcel de Calim hacia un par de días. Todos le animaron a que colaborase con la gran idea y como no, el semiorco se puso en marcha junto a sus nuevos amigos para hacerla realidad.

Se reunían los integrantes cada poco tiempo en la misma taberna, mientras Vru, por el hecho de ser aceptado en aquel poblado montaba guardia junto a los guardias en la torre de vigilancia.

En la taberna solo eran risas, había piques entre enano y semiorco en beber mas, las diferencias eran mínimas pero el respeto a fin de cuentas iba a tomar factura.

El monje, emparejado con la semielfa ahora, cuando ésta lo habia estado hacía poco con el cabecilla del grupo, o eso se pensaba Vru, comentaría un día unas palabras que no deberían haber salido nunca de su boca.

Vru haciendo alardes de su fuerza en la taberna, parecía imitar a un gran animal de fuerza bruta, a lo que el monjé soltó:

Monje: - Vru eres el mas todonte de Gilian, no hay mas que verte.

Risas y risas empezaron a sonar dentro de la taberna, el semiorco algo furioso miró a la gente que se reía y sus compañeros se fijaron en su cara. El monje rápidamente saltó:

Monje: - Sí sí Vru, que eres el más fuerte de todo Gilian.

A Vru se le dibujó una sonrisa en la cara, pues sus compañeros le empezaban a tener en cuenta. Mas que tener en cuenta le decían las palabras que siempre había querido escuchar.

A partir de ese momento el semiorco cada vez que se presentaba como Vru seguía la frase hasta terminar de definirse.

-Mi ser Vru, ser el mas todonte de Gilian.

Todo esto lo hacía para ver si la gente con la que se cruzaba había oído hablar de él. La gente negaba mientras se reía de tales palabas dichas.
El semiorco no hacía mas que explicarles una y otra vez a cada uno que todonte significaba FUERTE, y que era una palabra culta. A lo que la gente volvía a reír.

Pasaban los meses y nadie le explicaba el verdadero significado de tal palabra. Las risas entre sus compañeros se hacían cada vez mas cortas, pero no así con la gente nueva.

Entre tanto y tanto el semiorco desarrollaba mejor su capacidad de ataque con su hacha, se fijaba en como Jame, el semidragón mas fuerte del grupo empuñaba su espada y la clavaba en sus adversario, intentando así el semiorco imitarle con el hacha.

Los meses así pasaban, la idea del refugio había pasado de ser una idea a ser en poco un hecho, el dinero estaba casi recaudado, los compañeros comenzaban a asignarse los puestos allí adentro. Eaco quería ser capitana de la guardia, Jame y Will posiblemente pasarían a ser los arcontes del refugio junto a alguno mas, Yashy y Earaniel pasarían a formar parte de la guardia en las alturas y Vru quería mantenerse junto a Jame, su maestro indirecto en las armas, compañero de viaje junto al mago Delduil.

Las cosas cambiarían y todo empezaría a torcerse cuando acontecimientos extraños empezaron a sobrevenir. Los semidragones eran buscados y sus alas arrancadas de sus cuerpos con vida. El estado de animo de los integrantes del grupo empezaba a decaer, la furia se empezaba a notar cada día mas en cualquiera de nosotros. El enano Lemli fue atacado por no se sabe quien y sus ojos sonsacados de sus orificion, suerte que el gran clero de Bastión le pudo devolver la vista y así lo mismo con las alas de algunos compañeros.

El ánimo resurgía una vez mas, pero mientras tanto las burlas a las espaldas del semiorco se debían repetir una y otra noche cuando la gente seguramente no tenía nada de que hablar.

Jame y Vru se dirigieron directamente a hacer compañía a los dragones de la guarida de Balagos, solo necesitaban un poco de sangre para llevársela a un mago comerciante de Calisham que un dia de estos les devolvería el favor con su magia.
[color=darkred:11fe3204fc]A la salida de la guarida, habiendo ya recogido un poco de sangre, nos cruzamos con un simple comerciante, vestido de negro, pero con grande objetos con los que comerciar.

Vru como siempre se presentó:
-Mi ser Vru * riendo ya que acababa de haber clavado el hacha en unas cuentas cabezas de dragon y en sus lomos *

El semiorco como siempre no prestó atención al nombre del que se presentaba, pues alguna que otra vez para acordarse de los nombres tenía que realizar un acto como por ejemplo poner miel en la cabeza de la semidragona llamada Earaniel, a la que él llamaría Ara miel.

Fue entonces cuando Vru fue a pedir al comerciante si tenía algo para el mas todonte de todos los seres que probablemente el comerciante habría visto. * se sucedío a esto una sonrisa y ademas una pequeña aclaración *

Comerciante:- mmm Vru, como has dicho? Todonte? Que es eso?

Vru como siempre le explicó el significado de tal palabra según le habían hecho entender a él.
El comerciante * con una leve sonrisa en la boca * le explicó que un mastodonte era un animal grande, torpe y feo.

La cara de Vru cambío completamente en ese instante, paso de ser alegre por conseguir acabar con algun que otro dragon a ser terrorífica, enfurecida, todo esto mirando fijamente al que le acababa de insulta y de soslayo a Jame, el semidragón que nunca le explicó nada. Aun así Jame no tenía la culpa, solo seguía el juego que habían seguido todos y cada uno de las personas con las que Vru se había topado, excepto algún loco que le confundía con una roca que hablaba.

Vru, enfurecido le preguntó al comerciante si lo que le estaba diciendo era cierto, pues Vru con su poca memoria, pero no tan poco, pues el acto de que las personas se rieran cada uno de los dias que él decía tal palabra: todonte, comenzó a dudar de si sus amigos le habían estado tomando el pelo hasta el momento, cosa que a él no le iba a hacer mucha gracia.
El comerciante ante todo esto respondió que él nunca mentía, Vru solo tenia que asegurarse de si lo que decía tal persona era cierto. Tras preguntar a Jame y ver que se iba por las ramas, habiéndole dicho que las cosas no se deben interpretar literalmente, el semiorco comenzó a andar hacia la ciudad, donde podría preguntar a una mayor cantidad de gente, siempre claro, una vez hubiera entrado con su capa azul y hubiera llegado al Kanduq.

El comerciante le acompañó medio camino, hasta la entrada donde Vru le advirtió diciéndole que si le había insultado, le estamparía el hacha en el craneo, a lo que el comerciante le volvió a repetir que él nunca mentía.[/color:11fe3204fc]

El semiorco llegó al Kanduq y comenzó a toparse con uno y otro mediano, las risas entre medianos se hicieron cada vez mas fuertes, algunos caían al suelo de la risa impidiendo hacer su trabajo, de robarle sus pertenencias pues hacía días que no reían tanto, Vru con hacha en mano se puso serio y empezó a rugir, los medianos al ver tal acto sacaron sus dagas y se apartaron alertando al semiorco que ni se le ocurriera hacer ninguna tontería o acabaría mal. El semiorco se calmó al ver a tal cantidad de medianos que reían aun por lo dicho anteriormente pero que mantenían una daga en cada una de sus manos.

La noche se acercaba y una mujer pasó tambien por el barrio, la mujer también se asustó y respondió que ella no sabía nada. El semiorco enfurecido se puso a dar golpes a una estructura de madera que yacía allí en medio en ruinas, pensando a la vez que sus amigos se habían estado riendo de él durante todo este tiempo. A partir de ese momento el odio comenzó a crecer rapidamente en el corazón de la bestia.[/i:11fe3204fc]

Breogan

14/04/2006 21:28:46

mastodonte
m. paleont. Nombre común de diversos mamíferos proboscídeos fósiles parecidos al elefante,con grandes colmillos en la mandíbula superior,que vivieron a finales del periodo terciario y en el cuaternario.
Persona o cosa muy voluminosa:
este libraco es un mastodonte.

Eso 1º como aclaracion pero sobretodo Mis felicitaciones por el relato me has proporcionado un agradable momento de lectura.

Jame (yayo) :lol: :lol: :lol:

davidsanesc

16/04/2006 02:25:54

[i:5cc598dd0f]Vru llevaba días por el Kanduq, a fin de cuentas allí nadie le iba a buscar para molestarle. Un olor a carne podrida y muerta empezaba a subir hacia la superficie, tanto kobolds como cambiaformas estaban siendo exterminados. Los kobolds empezaban a retroceder y lanzarse al agua fétida de aquel lugar con tal de no toparse con la bestia. Gemidos y otros ruidos se oían en aquel recóndito lugar saliendo de la boca de los kobolds mientras Vru les cortaba los brazos o las piernas para variar un poco y no ir directamente a la cabeza. El sonido que emitían tales criaturas al hacerles eso comenzaba a ser música para sus oídos, comenzaba a imaginarse a sus antiguos compañeros a los que hacía semanas que no veía siendo esos cuerpos tras haberle vuelto a decir tal palabra o haberse reído de él. Aun así la bestia seguía pensando que algunos de ellos merecían una segunda oportunidad de rectificar y no volverse a reír mas.


Cansado de estar siempre en ese lugar, comenzó a adentrarse en otros lugares.
Una gran torre tenía su puerta medio entornada, dejando paso a los curiosos como él.
Todas las puertas cerradas en su vestíbulo impedían la visión de las horribles criaturas que se encontraban tras ellas. El semiorco abrió una de ellas viendo unas gigantescas arañas junto a un par de Balords que ya conocía, pues su amigo Jame se las había mostrado en otro lugar cerca del camino del comercio. Tanto arañas como Balord sucumbieron en un abrir y cerrar de ojos de la bestia. Vru, sonriente esta vez pensó la gran idea de cortar cada una de las patas de las criaturas y así lo hizo; su hacha se deslizaba sobre el aire y hacia las patas como el agua se desliza por una catarata, abruptamente y con gran intensidad. Las patas caían al suelo y por lo tanto los cuerpos. Mas gemidos, esta vez diferentes y estrondecedores se sucedían bajo unas grandes mandibulas. Las arañas gigantescas estaban sufriendo mientras Vru terminaba su trabajo, incrustando el hacha entre los ojos.

El semiorco estaba sacando su odio, su rabia, su poder destructor; poco a poco se estaba convirtiendo en una máquina de matar, una máquina que iba a comenzar a ser temida.

Los bahules de los kobolds habían sido saqueados sin importarles, aun siendo poco inteligentes sabían apreciar su miserable vida. El semiorco se dispuso a salir de la ciudad para ver como iba la recaudación del Refugio, de lo que sería su futura casa.

El semiorco llegó a Gilian sin ningún tipo de problema; es como si las criaturas le hubieran dejado el camino tan libre como se puede dejar una cantimplora en el desierto.
Tal vez éstas, entre ellas animales de poca inteligencia, como lobos, felinos, y otros más y bandidos semiorcos por otra parte le hubiesen visto enloquecer ante las indicaciones del camino. Sus rugidos ante tales señales se oían a centenares de pasos de distancia.
¿El semiorco se estaba volviendo loco?. La respuesta era que no. Las señales poseían palabras, indicaciones, que Vru no sabía leer, pero sabía que estaban allí, escritas diciendo algo. Palabras cultas que no se reirían de nadie.

La posada estaba vacía, y Vru comenzó a caminar hacia la colina, tal vez allí pudiera encontrar a alguien “ de los suyos”.

No tuvo que caminar demasiado, justo antes de llegar a la falda de la montaña de las raras criaturas estaba ella, Tana, o como decía Vru: la osa Tana.

La hembra estaba discutiendo con una persona no se sabe acerca de qué. O mejor dicho, Vru no prestó mucha atención.

El semiorco llegó ante ambas pesonas dirigiéndose hacia Tana y preguntándole directamente si sabía cuanto dinero faltaba para el Refugio. Tana no lo sabía cierto.
El otro hombre vio como se dirigía éste a Tana, gustándole sus bastos modales, a lo que el hombre comenzó a hablar de que él era un guerrero, etc etc. Vru no prestó mas atención que al golpecito que dio este en su espalda por compañerismo. Vru, como no, le hizo el mismo gesto, dándole, como lo diría, un poco mas fuerte y tirandole al suelo; avisándole que la proxima vez que le hiciera lo mismo le tiraría hacia el otro lado, que era el lago.

Tana soltó alguna que otra risa al ver esto. Vru girando su mirada hacia ella, comenzó a pensar mal. ¿Tal vez se estaba riendo de él?. La mujer, repitió tal vez la última vez aquella palabra indeseada, odiada, por el semiorco.

Tana: -Vru, veo que aun eres el mas todonte.

El semiorco se quitó el casco acercando su cuerpo al suyo, hinchando su cuerpo, apretando su mandíbula, apretando el hacha con mas fuerza de lo normal.

Un par de rugidos se sucedieron y unas palabras tras ellos.

Vru:- Tu no veolver a decir TODONTE nunca mas. Ser un aviso. Avisar a los demás que nunca volver a hacer o Vru comenzar a ser de forma que no gustar a los demás.

Tana, quedó algo impresionada, aún así no se iba a molestar a difundir el cambio de la bestia mostrado ante ella, al resto de sus compañeros. Se lo dijo al semiorco abiertamente, entredientes, a lo que el semiorco se enfureció tras escuchar como la mujer le decía la palabra una vez mas.

Vru, que ya llevaba el hacha bien cogida señalo el árbol de justo al lado, diciéndole a Tana que si volvía a repetir tal palabra acabaría igual. Bueno, no le dijo eso, pero se lo dio a entender.

El árbol medio seco, cayó ante una sacudida del hacha y otra de su pierna. Esas gran botas permetían al semiorco terminar siempre su trabajo.

La mujer, mirando algo asustada al semiorco debía estar pensando lo que había pensado hasta ahora, que tenían como compañeros a una bestia, pues para ella no era más que eso.

Las últimas palabras de Vru antes de dejar el pueblo de nuevo fueron dirigidas a ella otra vez:
-Vru volver con dinero. Tu avisar a demás que Vru volver con dinero para refugio y AVISAR QUE ELLOS NO DECIR A VRU PALABRA TODONTE *gritando esta última frase *[/i:5cc598dd0f]

Elven_gladiator

16/04/2006 16:32:29

*Hace una reverencia y aplaude* Muy buena tioooo!!

Como dice Jame, graciasp or darnos estos momentitos de buena lectura. :mrgreen: :mrgreen:

davidsanesc

17/04/2006 18:48:01

[i:8305ebd2f1]No habían pasado muchos días desde que la nueva bestia se hubiera cruzado con aquel comerciante de negro que le aclaró ciertas cosas que irritaban ahora mismo al semiorco.
Todos sus compañeros se estaban cruzando con un nuevo ser, pero ellos tal vez pensaran que aún seguía siendo el mismo. Las advertencias de no llamar a Vru el mastodonte corrían entre sus viejos compañeros. La ojos del semiorco miraban ahora con recelo y furia asesina a los que osaban sonreir cerca de él.

Vru dejó Gilian tras no encontrar a nadie a quien preguntar Cuánto dinero faltaba para la construcción de la gran vivienda de mestizos.

Sus pasos le llevaron directamente a Vado de la Daga para hacerse con vendas de aquel compañero semiorco al que siempre iba a visitar antes de adentrarse en la taberna de mercenarios de la ciudad.

El semiorco malhumorado le estaba intentando cobrar mas por aquellas míseras vendas que lo único para que servían o habían servido era para curar a los viejos amigos de batalla. Vru ante tal acto discutió con el semiorco sin comprarle nada y tirándole parte de su mercancía al suelo. El comerciante semiorco no dijo palabras tras oir el gran rugido de la bestia al irse malhumorado.

Recuerdos de la figura negra le estaban llegando a la mente como flashes.
La figura le decía una y otra vez:

Comerciante de negro: - Un mastodonte * mientras reía * es un animal grande, torpe y feo.

La mandibulas del semiorco se marcaban mas cuanto mas se acercaba a la taberna de mercenarios de Vado. La tenía solo a unos pasos cuando en ese momento salían de ella un par de enanos que comentaban a risas algo de aquel día en que en que Vru salió alli adentro tras haber tirado un montón de cajas llenas al suelo. No se dieron cuenta de quien tenían en frente cuando se les oyó decir furiosamente que ellos eran capaces de partirle la cara a ese semiorco.

Vru, algo falto de vista, pero no de oido cogió en ese momento a ambos enanos del cuello levantándolos a unos cuantos pasos de altura, estrujándoles el cuello mientras él les decía que repitieran lo que acababan de decir.

Los enanos de cuerpo fornido se habían quedado sin habla. El semiorco no dejaría de apretar hasta que los enanos repitieran esas palabras. Los flashes del comerciante de negro le seguían viniendo a la cabeza. El odio se estaba apoderando de su cuerpo una vez mas. Los enanos comenzaban a patalear en el aire mientras Vru esperaba la respuesta. Veía que las mentes de los enanos no habían captado el mensaje y les volvió a repetir:

-Decir lo que acabar de decir de Vru.

Por fin captaron el mensaje, repitiendo las mismas palabras, a lo que sucedió tras ello un golpe entre ambas cabezas por parte del semiorco. Ambos cuerpos fueron dejados caer al suelo con brutalidad.

Los soldados que rodeaban el lugar no atendían estos días a simples discusiones. Algo raro estaba pasando.

Vru estaba empezando a sentirse algo mal y decidió salir de entre el gentío. Los flashes de la figura seguían repitiéndose cada ciertos minutos, y la garganta de Vru comenzaba a emitir grandes rugidos.

El semiorco giraba la cabeza de lado a lado como si fuera una bestia aturdida. En una ocasión vio a una figura de negro a su derecha entre el gentío, giró rapidamente la cabeza hacia la izquierda, otra vez la cabeza a la derecha, como acto para quitar de su cabeza esos flashes, así sucesivamente. Volvió a girar la cabeza a la derecha y la figura de negro ya no estaba. ¿Se estaba volviendo loco?. Un rugido enorme se escucho en los alrededores de la entrada a la ciudad mientras el semiorco salía tras ella.

La cabeza de la bestia no paraba, no dejaba descansar su cuerpo desde hacía horas. Los kobolds de los alrededores se envestían hacia él como fieras. El hacha de Vru se deslizaba mas torpemente pero con mas fuerza sobre el aire y en unos segundos sobre los cuerpos de tales criaturas.

El semiorco no podía controlarse. Volvió a la ciudad preguntando a los guardias malhumorados por un mago que le quitara esas cosas de la cabeza.

Vru se dirigió moviendo la cabeza de lado a lado rapidamente como hacía un par de horas allí adentro. La figura de negro entre el gentío no volvió a aparecer, pero los flashes del comerciante que le repetían una y otra vez el significado de la palabra MASTODONTE seguían en su cabeza.

Dos magos conversaban en lo alto de la torre. Deldui, su compañero y el otro, el mago de la ciudad giraron su mirada al ver a la bestia mover su cabeza rapidamente mientras rugia. Amdos movieron las manos diciendo unas palabras hacia Vru calmando su estado y permitiéndole a éste hablar.

Vru pidió ayuda, que le quitaran esas cosas raras que le estaban ocurriendo, a lo que el mago de la ciudad solo le pudo decir que marchara cuando antes de Vado. Vru, algo furioso, no por los flashes, salió del lugar golpeando el cristal mágico de luz mientras pensaba para sus adentros que los magos eran unos inútiles.[/i:8305ebd2f1]

rcm_speedy

17/04/2006 22:39:46

muy buena....buenisima....ya te lo dije antes...me ha encantado xDDD, la osa tana....es buenisimo...

ahora me da un poco de pena vru.....pero solo un pokin ehhhh no te creas que voy a cambiar mi actitud hacia él....es tan.....tan todonte jajajaja


sigue asi :wink:

davidsanesc

18/04/2006 08:02:56

[i:284f7158a2]Calim, ciudad de incertidumbre como decía la gente, y como no, también para Vru.
El semiorco llevaba acercándose a las afueras de la ciudad unos cuantos días. Quería cruzarse de nuevo con aquel comerciante vestido de negro que había cambiado su vida, su mente, que había cambiado el comportamiento hacia sus compañeros y no compañeros por el simple hecho de decir una verdad.

Cansado de esperer el semiorco se adentró de nuevo una vez más en el Kanduq. Allí los medianos ya sabían quien era. El semiorco no aparecía mucho por el lugar, pero aparecía.

¿En las alcantarillas, tal vez? Se preguntaba como última opción.

[color=blue:284f7158a2]Sí, allí se cruzó con alguien, alguien que haría volver a Vru a su estado inicial: el comerciante, no el comerciante de negro, si no el comerciante del Refugio.
Nebrax al ver su comportamiento comenzó a avasallarle de preguntas, llevando la mente del semiorco a respuestas inmediatas. Parecía que sabía mucho, demasiado. ¿Le había estado siguiendo desde el principio?. ¿Cómo sabía que se habían estado riendo de él hasta hacía poco?. ¿Cómo sabía que el comerciante no había dicho mas que una verdad y que no había hecho nada más por Vru?.
No lo sabía, simplemente eran suposiciones acertadas, que llevaron a la bestia a ser de nuevo Vru.
Frases acertadas entre una multitud de equivocas, hicieron que la mente de Vru dejara de tener esos flashes poco a poco:

Comerciante del refugio (Nebrax): -Vru, ¿Cómo estás seguro que dice la verdad?

Vru:- Él decir Vru que él nunca mentir. Medianos de Kanduq también saber eso y reir de Vru.

Nebrax: - pero, ¿Qué ha hecho por ti?. ¿Acaso te ha ayudado como tus amigos?. Esos amigos que te han ayudado sin pedir nada a cambio.
Vru, lo que debes hacer a partir de ahora es avisar a la gente, en cuanto algo no te guste les avisas; todos nos podemos equivocar, y cuando se nos avisa que estamos equivocados, rectificamos; y si no lo hacemos, pues les ruges.

El semiorco comenzaba a entender aquellas frases simples; bien estructuradas y dichas sin miedo; miedo que había estado causando él hacia sus compañeros durante las últimas semanas, miedo que dejaría aparte por ahora, hasta un nuevo aviso.[/color:284f7158a2][/i:284f7158a2]

davidsanesc

06/05/2006 20:38:36

[i:ab7832e88d]El semiorco, algo irritado oía en la taberna como los enanos medio borrachos discutían si ir o no hacia Aguas al haber leido una nota en la que se requerían guerreros. No sabían muy bien de que se trataba, pon no decir que no sabían nada. Comenzaron a hablar entre ellos de las posibles causas, y entre ellas se mencionó la recuperación de la ciudad perdida hacía tiempo, la aniquilación de un posible poblado trasgo amenazante a Aguas, la incursión a la guarida de un poderoso dragón. La cuestión es que no sabían nada y Vru curioso, y deseando intervenir en una guerra para aniquilar enemigos salió del local dirigiéndose al puerto.

La travesía fue larga, pero la noticia a su llegada buena. El enano Dolinar estaba trabajando en la forja, creando escudos. ¿Tal vez para la batalla?. Vru no lo sabía. Tras el duro trabajo del enano bajo el calor del Sol y junto al calor la forja el enano y semiorco se dirigieron a la taberna, allí el enano comenzó a narrar algo del pasado de una magnifica ciudad enana, ciudad que les había sido rebatida por los duergars. Ahora era el momento de llamar a las filas enanas y a cualquier otra raza que desease intervenir en la reconquista. Vru aceptó, no por el dinero que se le ofrecía, si no por el prestigio que tomaria su nombre tras aquella batalla, así como el de su arma. La diversión estaba asegurada, o eso pensaba el semiorco. Iban a rodar cabezas, lo que no sabía es que posiblemente podría llegar a rodar la suya. El trato se cerró, el enano algo animado volvió al trabajo y el semiorco volvió a tomar barco para encontrarse con sus compañeros, compañeros que posiblemente rechazarían la propuesta de entrar en una guerra alejada a los ideales de ellos y a sus intereses, guerra en la que seguro que el enano Lemli almenos intervendría.[/i:ab7832e88d]

davidsanesc

06/05/2006 20:42:02

Era de noche y el semiorco aun no habia descansado, seguia y seguia luchando contra orcos y demas bestias con las que se cruzaba en el camino, pues tal vez iría él solo entre sus compañeros. A ninguno le parecía buena idea entrar en guerra, tal vez los enanos no saldrían vivos de allí donde iríamos. La guerra podía comenzar en cualquier momento y debía de estar preparado para cualquier cosa. La maga se estaba haciendo poderosa y Vru pronto tendría su arma lista para el enfrentamiento. Sería posiblemente la primera vez en que enanos y semiorco hicieran un poderoso equipo, pues sus cuerpos resistentes y sus brazos fornidos como ninguna otra raza que se hubiera cruzado, cortarían las cabezas que fueran necesarias. En la larga noche se quitó la armadura, ya vieja con el paso del tiempo, y se puso a mirarla. Los anillos que se entrelazaban se estaban cayendo día a día que pasaba. La situación no pintaba muy bien frente al futuro. Vru se acercó a Calim, con la idea de poder encontrar con suerte a ese comerciante, y por la casualidad de los dioses, estaba allí. Recordaba la voz y su forma de vestir. Se acercó algo y no mucho hasta él y le pidió que le mostrara sus mejores armaduras. El semiorco quedó impresionado al ver la fortaleza de una de ellas. El precio era caro, pero merecía la pena pagarlo. Pronto debería reunir esa cantidad millonaria si quería salir con vida de la ciudad a la que pronto o tarde iría.

davidsanesc

15/05/2006 23:07:14

[i:270cf99c04]El semiorco se encontró con el cabecilla, la hembra y un par mas de machos en Tirodearco. La hembra al parecer sabía algo de Jame, el semidragón. Jame, el que había sido sorprendido por un poderoso drow, el cual que le arrancó la piel escamosa a tiras en su terreno, en la oscuridad más profunda y le hizo devolvió al lugar en el que le encontró, esta vez tirado Jame en el suelo y con una marca en la cabeza, sobre sus ojos. Esa maldita marca, parecida a la de la maga, a la de Wilhelm. Una marca que le convertiría en guardian, en protector, pero no de nosotros, si no contra nosotros, contra nosotros en caso de ir contra un maldito drow.

Llegamos todos a Bastión. Jame estaba allí, casi recuperado de sus heridas, pudiendo soportar sus preciadas armas como si nada le hubiera pasado, pero manteniendo aun esa marca en la frente. Vru, acercándose a él con ganas de ya de que se recuperase le dio un golpecito en la espalda para animarle a salir de allí cuanto antes. Golpecito que casi hizo resbalar al semidragón sobre aquellos suelos pulidos del Bastión. Todo aquello era puro, se respiraba paz en aquel lugar. Vru estaba estorbando en aquel instante, pero no por ello iba a salir por las puertas. Poco fueron los minutos antes de que las puertas fueran abiertas por él con su gran fuerza y furia. [color=red:270cf99c04]Todo pasaría tras la hembra descubrir su cara en un momento de explicarles a los compañeros el significado de su símbolo en la frente. Vru se percató en ese instante y recordó su gran deuda. Deuda que haría pagar en ese mismo instante.[/color:270cf99c04] Un rugido hizo estallar el par de espejos más cercanos al grupo de aventureros. La hembra giró su cara hacia él temiendo unos instantes lo peor. La cara de Vru reflejaba furia. Las facciones estaban marcadas a mas no poder. Sus mentones apretados, sus dientes encajados los unos con los otros a la perfección chocando el uno contra el otro con gran fuerza. Un aliento de toro salía por los bordes de su boca. Sus manos cogieron el hacha que llevaba en el cinturón, liberando una del mango mientras se acercaba a la hembra. El cabecilla, Satara miró algo asustado al semiorco, los ojos se clavaron en el muro que se interponía entre ellos dos. Muro que sería desplazado en un instante por sus grandes manos. La hembra tragó saliva, interpuso su brazo a la mano de Vru impidiendo que Vru la cogiera directamente en el primer intento. El semiorco más enfadado ahora y con una voz estruenda resonó en la sala. Paladines y demás se alertaron. Pero no les dio tiempo a nada mas. Vru cogió a la hembra y la puso sobre su hombro izquierdo como si fuera un saco. [color=red:270cf99c04]Esta vez le daría lo que le debía. Las puertas entonces se abrieron tras un golpe. El grupo salió tras él, aun asustados por la furia con la que hizo resonar horribles ruidos en todo Bastión. Guardias se pusieron alertas, el semiorco no les estaba atacando, solo se estaba llevando a alguien, tal vez por un ajuste de cuentas.

Vru creyó que ninguno se atrevería a tocarle, pero no fue así. Satara se atrevió a atacarle mientras soportaba a la hembra. Dos tajos laterales recorrieron la espalda de Vru, de lado a lado. Vru entonces tiró a la hembra al suelo, cogiendo el gran hacha. El hacha empezó a balancearse en el aire intentando llegar al cuerpo del traidor. Los golpes en brazos y piernas de ambos se empezaban a suceder.
Jame no dudó en parar a su amigo y así fue. Un espadazo atravesó a Vru bajo las costillas, cayendo este con hacha en mano y quedando inconsciente.

Tras un día se despertó en una celda. Todos se habían ido. Un guardía de Bastión le miraba mientras se mantenía alerta. Jame se acercó calmando a la bestia, con lo que Vru se calmó. Pero se calmó por el momento, una vez en el camino, su pequeño cerebro empezó a pensar en cierta venganza. [/color:270cf99c04]
(Cabecilla atacar por atrás. Vru también hacer, pero él no quedar en celda. Cabecilla quedar colgado en barranco mirando agua abajo con cuerda, y Vru ser riendo de él hasta que caer agua de pequeña serpiente de macho)[/i:270cf99c04]

davidsanesc

23/05/2006 20:05:39

[i:6055a8647a]Vado, gran ciudad, alborotada últimamente por acontecimientos extraños. Docenas de guardias iban y venían tras su duro entrenamiento en los campos de batalla al oeste de la ciudad. Vru, algo irritado estaba en la zona Sur de la ciudad, pues sabía lo que pronto acontecería en Gilian. Una muchacha de cortos cabellos reconoció al semiorco desde lejos. Una mirada intensa le recorrió de arriba abajo, tal vez supiera de aquella gran bestia. La hembra, katana en mano se acercó a Vru diciéndole:

- Semiorco, tu aspecto no es que me guste demasiado la verdad, pero ...

Vru interrumpió a la hembra tras haber sido ofendido, gruñendo hacia su cara. La hembra, no intimidada por aquel gruñido siguió hablando.

- pero tras informarme, se que eres el mas adecuado para adiestrarme en la batalla.

Algo iba a cambiar en ese momento. Era la primera vez que una hembra se interesaba por él, aunque fuera únicamente para enseñarle lo que el semiorco mejor sabía hacer.

- Ser bien hembra, Vru enseñar. (Poder ser tener algo mas, mas adelante)

Una sonrisa se dibujo en el rostro de aquella hembra de cabellos dorados. La espera iba a ser corta, pues estaban a las puertas de la ciudad y el semiorco empezó a caminar saliendo de la misma con una hembra tras suya.

Era pronto por la mañana y el camino estaba igual de despejado que siempre, por lo menos para él. Tal vez los trasgos, los osos y otras criaturas se alejaban de aquel olor repelente, no por el mismo olor, si no porque ya sabían de quien provenía; para ellos, Vru era lo mas parecido a un dragón, pues sus rugidos se asemejaban todo lo que podían a los de esas grandes sierpes.

[color=red:6055a8647a]Satara, sí, era él, y estaba a punto de cruzarse con el ya recuperado Vru. El semiorco no se acordaba en ese mismo instante de aquel ataque por la espalda de hacia unos meses atrás. Pero unas palabras de la dulce hembra que le seguía se lo hicieron acordar.

- Buenos días señor. Una bonita katana. Me gustaría tener una como la suya.

El semiorco celoso por tales palabras, se interpuso entre ambos cuerpos. Una chispa saltó de una neurona a otra en su cabeza y recordó lo que aún se le debía y que se le había rebatado la última vez por los espadazos en la espalda de la persona que tenía delante.

Un gran rugido, propio de la bestia hizo caer al cabecilla de repente. Satara, acordándose en ese instante del porqué estaba aconteciendo esto mismo, empuñó la katana con fuerza, pero apenas le dio tiempo a levantarse, pues Vru ya estaba golpeando a Satara en todo el cuerpo con la parte plana del hacha, queriéndolo aplastar y no matar.

La hembra que le seguía comenzó a sentirse mareada por lo que acababa de ver. Morados en el cuerpo del cabecilla aparecían tras coagularse la sangre que no podía salir del cuerpo.

Vru, sonriendo esta vez, cogió a Satara, se lo puso al hombro izquierdo y se dispuso a seguir caminando esperando llegar pronto a un lugar.

La hembra no apartaba la mirada de la katana de Satara. ¿Acaso había sido una ladrona, o simplemente se quería hacer con aquella maravillosa arma?. La segunda opción era, pero nadie sabía la respuesta mas que ella.

Aventureros se cruzaban a los pasos de Vru y la hembra. Todos miraban hacia la bestia y a quien llevaba encima, pero no tardaban mas de un minuto en retirar la mirada y salir corriendo tras escuchar los rugidos del enfadado semiorco. Enfadado tras ser mirado por esos ojos ofensivos, como queriendo los aventureros matarle con la mirada.

Ya no eran aventureros los que cruzaban el camino, si no trasgos deseosos de cruzarse con un comerciante que no tuviera idea de defenderse, para quitarle sus pertenencias y a ser posible matarlo. ILUSOS ellos, esas pequeñas criaturas, que en vez de conseguir eso mismo toparon con Vru. Creyeron que entre todos podrían intimidar y deshacerse del semiorco y la hembra, ya que Vru llevaba a un compañero a hombros. Debieron pensar que soltaría a Satara y saldrían corriendo por el gran numero que eran. Pero no, Vru dejó que se avalancharan sobre él y con Satara aun al hombro, y cogido fuertemente con el brazo izquierdo, su puño derecho empezó a atravesar aquellos pequeños cuerpos a través de su abdomen. Gemidos se sucedieron al cabo de segundos, unos cuantos cayeron muertos, otros cuantos salieron corriendo, y los otros que habían conseguido acoplarse a la espalda de Vru cayeron por el barranco tras este moverse bruscamente.

Salpicados los tres de sangre como tanto le gustaba al semiorco, y con Satara al hombro totalmente teñido en rojo, Vru dio un centenar de pasos mas. Habían llegado; estaban en lo alto de la cascada de la colina que estaba pasado el desvío al poblado de Giliam yendo en dirección Sur.

Satara comenzaba a respirar más rápidamente, pero aun incosciente. ¿Tal vez estaba teniendo una pesadilla? No, no, la pesadilla la tendría al despertarse, o eso pretendía Vru.

- Hembra, coger bolsa y sacar cuerda que haber dentro.

La hembra sacaba la cuerda sin decir nada, mientras Vru golpeaba con sus puños una vez mas a Satara que al parecer comenzaba a despertar.

(Ser cabecilla cabezón, que aún querer despertar)

Satara, tirado boca abajo y bajo el agua estaba siendo atado por las pies en el mismo instante en que otro grupo se acercaba a lo lejos. El nudo en los pies no era una maravilla, y lo que pretendía Vru era dejar colgado a Satara boca abajo y en el centro de la cascada tras atar otra cuerda en sus manos y el extremo contrario de la de los pies a una roca que sobresalía en medio del afluente. Tal vez los trasgos escondidos en la cueva saldrían mas tarde para divertirse con el macho que estaba morado de arriba abajo o mejor dicho de pies arriba a cabeza baja.

Fue tirar al cabecilla desde las alturas cuando pasó el grupo en ese instante por delante de la cueva. Sorprendidos y asustados por ver a un joven caer retrocedieron unos pasos. Pronto fue Eaco cuando se dio cuenta de quien era el pobre hombre colgado de la cuerda. Diez trasgos de los que anteriormente habían conseguido huir salieron ahora al ataque, al ver un cuerpo colgando y otros asustados. Ilusos otra vez ellos, “tropezando en la misma piedra” cayeron muertos tras la hembra Eaco sacar su espadon y cortarlos en rodajas mientras se vengaba de los que creia habían sido los causantes.

Vru, encolerizado, al no haber salido bien sus planes y al ver a la hembra que aun le debía algo muy importante para un semiorco en el cual nadie se fijaba no dudó en pegar un salto desde los tres metros, cayendo sobre el montón de cuerpos trasgos, salpicando por doquier y aumentando el tamaño del charco sangriento que se encontraba bajo sus pies. El terreno cedió ante tal caida unos pies de altura, pero amortiguó tal golpe, pues humedecido llevaba ya unos meses desde que no paraba de llover.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del semiorco al ver esa cara asustada; un rugido sucedió a tal gesto; cayendo la hembra de espaldas y chocando contra la roca mientras sus compañeros se mantenían alerta. Eaco se dio cuenta de quien había sido el autor de la atrocidad y volvió a coger el espadón. La cara de Vru mostraba horror, intimidaba tal cual fuera un dragón, con sus dientes afilados, su boca llena de sangre, su mirada clavada como una flecha y su cara por un millar de sitios marcada como secuelas de los cortes de las armas. Levantaba el hacha en ese instante para dejar un bonito recuerdo a tal hembra mientras Arth comenzaba a susurrar una palabras en la distancia. La cara de Eaco mostraba miedo, no un miedo cualquiera, si no el miedo que se tiene cuando una persona sabe que va a morir. Vru solo pretendía aplastar su armadura contra su cuerpo y dejarla sin aire un buen rato. Tal vez asi sabria que se siente cuando a una persona, o semiorco en este caso le falta algo que necesita.

El tiempo se paró para todos, menos para el hechicero, su boca comenzaba a susurrar otras frase en un idioma desconocido para Vru, claro que él en ese instante no lo oía. Sus manos se alzaban y se extendían sus dedos creando una gran bola de energía, bola que atravesó el tiempo y el espacio dividiéndose en un centenar de esferas que rodearían el cuerpo de Vru al cabo de unos instantes. El cuerpo del semiorco cayó cuando acababa de atizar con un primer golpe no muy fuerte a la hembra mientras esas bolas terminaron de rodearle y abrasar cada centímetro cuadrado de su cuerpo siendo fulminado en un segundo.

Eaco sin apenas poder levantarse por el golpe comenzó a gritar a sus compañeros ordenándoles aterrorizada de que quitaran esa bestia que acababa de caer encima suya. Bestia que sería odiada a partir de ahora por varios compañeros suyos. Bestia que sería llevada al que iba a ser su futuro hogar, al REFUGIO.

Eaco informó a todos los compañeros, de que los grandes constructores pagados por ellos y de confianza, los cuales no dirían nunca nada del emplazamiento de tal lugar; habían terminado su labor. La gran construcción ocupaba gran parte de la montaña en su interior, escondida a la vista de muchos. La primera puerta se abrió, luego la segunda, todos seguían mirando perplejos aquel hogar; luego la tercera, y la cuarta. La bestia estaba siendo cargada por los semidragones, dudosos de si el semiorco, el cual ansiaba tanto ser un gran guardia entre los suyos, se despertaría de aquel estado profundo de sueño del cual no despertaba hacía una semana.

Una quinta puerta se abrió, esta no de madera, si no de barrotes del mejor acero forjado por grandes artesanos, acero que mantendría a Vru aislado durante un tiempo hasta que una vista por parte de los arcontes decidiera su futuro en aquel lugar o fuera extraditado para siempre.[/color:6055a8647a][/i:6055a8647a]

Fiestorra

25/05/2006 11:15:00

// Diox!! la que se ha liao por esa idea obstinada de Vru de tener descendencia de Éaco :lol: ...(( no sabia yo que el beso que no le dio en la mente del semiorco se transformara tanto como para reclamar a la hembra Éaco que le debe descendencia :twisted: :twisted: ))

Muy buena historia, enhorabuena.
Un saludito :wink:

davidsanesc

25/05/2006 15:48:32

//mmm descendencia de Eaco? No no, creo que te equivocas: "DESCENDENCIA EN GENERAL", no de Eaco, pero ya que se le debia algo él lo reclamaba. Que si era Eaco, pues Eaco, que si era Juana de Arco, pues Juana de Arco, que si era Earaniel, pues mas de lo mismo, ... La cuestion es tener un descendiente más fuerte que él.

//siento que mis historias sean largas, pero es que cuando me pongo, me pongo.xD

Fiestorra

25/05/2006 15:57:41

// Creo que queda claro que me referia a que es por que se le debe al semiorco, y lo que se le debe es un beso, vease entre parentesis a modo de aclaratorio (( hay q aprender a leer)) que el a acabado transformando por que si en descendencia....pero vamos que con Éaco pa mi que te vas comer cero y nada que es lo mismo :twisted: :twisted: :twisted:

Un saludito :wink:

davidsanesc

03/06/2006 21:44:14

[i:3e0cd6bc0a]Muchas cosas estaban cambiando afuera mientras el semiorco estaba inmerso en un profundo sueño; un sueño en el que todos los suyos estaban en contra de él. Todos sin excepción hablaban entre ellos discutiendo que es lo que debían hacer con el peligroso semiorco. El semiorco podía oirles aun estando apartado de ellos. Es como si oyera sus pensamientos. Eara, Jame, Delduil, Willhelm, Eaco, ... todos caerían en su sueño.
La bestía se acercaba a cada uno de ellos por el orden anteriormente descrito, destrozando los cuerpos de varias maneras.

[color=red:3e0cd6bc0a]Earaniel diciendo Vru en una voz algo débil, acto seguido, la semidragona tomaba el vuelo a unos centímetros del suelo. Dos hachas cogidas en cada una de las manos de Vru se alzaban rápidamente golpeando en la parte central de las alas de Eara, clavándolas contra la pared del refugio. La semidragona estaba anclada a la pared maldiciendo al semiorco, intentando huir de lo que no podía. Una sonrisa malévola se dibujaba en la bestia cogiendo una gran hacha de las suyas, siendo la que tenía unos salientes punteagudos en una de las dos caras. Eara comenzaba a susurrar unas palabras para poder librarse de esa horrible criatura que en ese momento encontraba ante ella. El tiempo que tenía Eara era corto y no le dio tiempo a pronunciar las palabras correctas del dolor intenso que sufría en aquel momento. Sus alas, aquellas alas eran parte de su cuerpo, era como si a un humano le clavaran manos y pies contra un muro y se estuviera desgarrando poco a poco. El hacha hizo un giro vertical, un cuarto de circunferencia vertical bastó para clavar la parte punteaguda del hacha en aquella boca que osaba pronunciar unas palabras mágicas.

- Ser un mago menos. (Dijo Vru en el sueño).

El hacha clavada en el centro de la cabeza de Eara comenzaba a desprenderse de la pared como queriendo volver a las manos de su amo. Terminando de caer el hacha golpeó el suelo, no hizo ningún ruido, simplemente resplandeció allí en medio de la oscuridad y el semiorco bajó la mirada hacia ella. Una sonrisa volvió a aparecer sobre su rostro, la sangre de dragón parecía brillar sobre la hoja reluciente del hacha.

Una voz sonó entonces desde lo lejos. Era Jame, antiguo amigo, la forma de morir de sus mas apegados compañeros sería poco dolorosa comparado a las siguientes. Jame levantando una espada de hoja rojiza y reluciente a la luz de la luna se dirigía a gran velocidad desde las alturas. Algo ocurrió en ese instante, pues el semiorco desapareció de su vista unos segundos antes de que Jame llegara al suelo. Una capa estaba protegiendo al semiorco del alado. El viento que azotaba con gran fuerza quería levantar la protección de la bestia y dejarle a la vista de su enemigo. Jame que cayó con toda su energía desde cientos de pies de altura no pudo evitar clavar su espada contra el abrupto terreno y quedar sorprendido, no, mas bien quedando alerta con todos sus sentidos de lo que podría acontecer en el tiempo en que sacaba la espada de la seca tierra. Otra vez esa maldita sonrisa aparecía dibujada como sabiendo lo que iba a suceder con antelación a la mente del semiorco. Otro hacha, esta vez una de dos palas cuadradas se alzaban justo por detrás del cuerpo del alado. Dos cortes diagonales bastarían para dejar a un semidragón sin sus preciadas alas. Alas dos veces arrebatadas ya. Jame rugió haciéndo visible el dolor que sentía en aquel momento. Vru, excitado por el rugido hizo lo mismo. Un rugido más fuerte ensordeció el primero, haciendo girar la cabeza de su antiguo compañero hacia atrás, de donde habían provenido aquellos ataques. Y zas, un corte horizontal a la altura del cuello terminó por abatir al semidragón. Vru, hacha en mano, excitado aun por un poder sobreacogedor en su cuerpo, terminaba su trabajo rugiendo aun mas fuerte; pero nadie, nadie le oía en aquel momento. Era solo un sueño.

Otra voz, esta vez apenas inapreciable se acercaba poco a poco. No había imagen que acompañara al sonido. Delduil se acercaba con dagas en ambas manos. Dagas provistas de ácido, fuego llameante y furioso en la oscuridad danzando sobre las hojas. Susurros comenzaban a salir de aquella boca de mago. Maleficios sobre la bestia estaban siendo lanzados por él. Una poderosa energía abatía a la bestia desde su interior. Esas malditas esferas que ya vio una vez antes de caer al suelo comenzaban a aparecer alrededor suya, inmóviles ahora en el espacio, tal vez esperando una orden o tal vez terminándose de crear, terminando de acumular el poder necesario para derrotar a un ser que no era el mismo que en un principio.[/color:3e0cd6bc0a] [color=darkred:3e0cd6bc0a]Una voz diferente a la de Delduil apareció tras el semiorco diciéndole:

- No temas, yo te ayudaré en estos momentos.

El semiorco, recuperó su fuerza interior, su desánimo ante ver la magia que tanto odiaba se desvaneció. Un fuego interior tomaba espacio en aquel cuerpo. Sus músculos comenzaban a crecer, unos centímetros mas de lo que al parecer eran unos músculos incapaces de tomar más volumen terminaban de convertir a una bestia en un horripilante ser marcando todas sus venas exteriores. Se paró el tiempo para Delduil y Vru, mientras la otra voz seguía pronunciando palabras:

- Haz que la bestia vea lo que no ve, haz que la bestia vea todo menos lo que no se debe ver. Haz que la bestia corra, que corra como nunca, haz que su otro ser tome vida y luche junto a él. Haz que alguien muera y no sea él.[/color:3e0cd6bc0a]

[color=darkred:3e0cd6bc0a]El tiempo volvió a correr. Los ojos de Vru podían ver al mago creador de las esferas centelleantes. Las piernas le pedían moverse rápidamente antes de que esas bolas cayeran sobre él. El hacha que alzaba sobre sus manos relucía como nunca, su peso inapreciable casi parecía que le obligaba a seguirla. Un segundo más pasó, el instinto le hizo moverse. ¿Tal vez la supervivencia?, ¿o fueron aquellas voces de ayuda las que hicieron de él aquella máquina de matar?.
Un dolor interior arrodilló al mago haciendole caer y apoyar las manos en el suelo, mientras el cuerpo del mal se acercaba rapidamente.[/color:3e0cd6bc0a] [color=darkred:3e0cd6bc0a]La cabeza de Delduil miró en frente, vio algo sí: dos piernas en frente suya. Alzó más la cabeza horrorizado por la prisa en la que su viejo amigo se había acercado hasta él. Sus manos se movieron rápidamente alzándose del suelo, queriendo dirigir algo, algo que ya no estaba en su posición, algo que había desaparecido en el momento en que cayó abatido por aquel dolor.
La tercera voz susurró otras palabras en el oido de la bestia:

- Rematalo. Partelo en dos. Que sepa quien eres y que no vuelva a pensar lo contrario.

Esa sonrisa sí. El hacha bajó en picada haciendo de un cuerpo casi dos, pues su longitud no daba para separar al mago en dos trozos. Únicamente separó su torso por el centro, no terminándose de separar del resto del cuerpo. El hacha quedó allí clavada, deseando separar lo empezado.

El semiorco hinchado en aquel momento, más alto de lo normal, más fuerte de lo normal, más bestia de lo que era comenzó a crujir cada uno de sus huesos dándose el gusto de mirar aquel cuerpo inerte tirado en el suelo mientras las voces seguían en el aire danzando a su alrededor.

- Me ha gustado sí. Serás nuestro guardián. Los tuyos no te quisieron. YO TE QUIERO ENTRE NOSOTROS.

- Quien ser tú? Gustar lo que haber hecho con cuerpo de Vru en este momento.

La sonrisa aparecía poco a poco sobre su rostro sin él querer hacer el gesto, como teniendo sus labios vida propia en aquel momento.[/color:3e0cd6bc0a]

[color=red:3e0cd6bc0a]La pequeña charla iba a ser interrumpida por otra pequeña persona. Minúscula ahora en este preciso momento. La altura del semiorco era dos veces la del monje. Willhelm, joven e inteligente se movía alrededor suya queriéndole marear, queriendo que la mole perdiera su equilibrio.
El semiorco no se giraba para mirarle, simplemente se ajustó la armadura al cuerpo ceñida ahora. Cogió el gran escudo que le esperaba a sus pies. Cogió una pequeña hacha con la otra mano. Willhelm se impresionó por los actos medio inteligentes de Vru. ¿Acaso alguien le estaba manejando? ¿Acaso no era el mismo Vru que conocía? ¿Qué era de aquel semiorco tonto que solo sabía destrozar cuerpos?. Willhelm optó por atacar por la espalda mientras su enemigo no miraba. La mole no terminó de caer al suelo pues su escudo se clavó en el terreno haciendo de tercera pata. Willhelm asombrado se retiró rapidamente unos pasos atrás.

- Maldita sea semiorco. (pero que cojones está pasando?)

El cuerpo de la bestia giro hacia atrás desafiando con su mirada al monje. Enseñándole una sonrisa propia de un demonio. El hacha mediana no era ya mediana, era minúscula entre sus dedos, tomaba la forma de un hacha arrojadiza en las manos de un cuerpo normal y corriente. La miró, miró a Will asustado en frente suya y la lanzó con todas sus fuerzas. La sonrisa volvió a acompañar al dolor y al rugido de Will al haberle tocado el brazo. El monje no quería estar allí, no debía estar allí. El semiorco al haber fallado al primer intento se enfadó, se enfadó consigo mismo, cogió su propio escudo. El escudo, alargado, haciendo casi un cuerpo entero de su enemigo se levantó junto a su brazo y se colocó en posición vertical. Vru gritó enfurecido mirando la espada de Jame clavada en el terreno a unos pasos atrás de él.[/color:3e0cd6bc0a] [color=darkred:3e0cd6bc0a]Una inteligencia propia de un mago se apoderó de la mente del semiorco.

(Vru hacer que va a por espada y seguro que Will atacar en esa oportunidad, pues seguro que pensar él que tras Vru coger espada no tener mas)

Pasó eso mismo. Vru salió corriendo a coger la espada escudo en mano, mientras Will avanzaba a la velocidad del felino más rapido jamás visto. Pero algo pasó. El escudo giró media circunferencia parando una patada que posiblemente iba a ser certera sobre el cuello del semiorco.[/color:3e0cd6bc0a] [color=red:3e0cd6bc0a]El monjé cayó al suelo, pues no se esperaba ese rápido movimiento inteligente propio de un experto. Esa maldita sonrisa apareció y desapareció en unos instantes, instantes que bastaron para hacer caer el escudo desde la altura de la cabeza de Vru hasta el suelo aplastando al monjé. Pobre monje, tan poca cosa dividida en dos, pasaba a ser nada en aquel lugar.

Un espadón se clavó desde atrás bajo las costillas entre la junta de la armadura completa, entre la parte superior y la de las piernas.

- MALDITA BESTIA INMUNDA. VE A DONDE CORRESPONDE. NO MERECES MAS QUE ESTAR ENTRE LOS MUERTOS!!!!!!!!!!!!!!!

Eaco, esa maldita hembra le había conseguido asestar un golpe certero. La hembra comenzó a retorcer la espada sobre el cuerpo de Vru. Los rugidos se hacían intensos. [/color:3e0cd6bc0a]
En ese mismo instante los rugidos salían del sueño tomando forma en la realidad. Los rugidos sonaban en todo el Refugio. ¿La bestia podía estar despertando?. ¿Le había pasado algo?.
Los encargados de vigilar a Vru se echaron atrás. Salieron corriendo a alertar a los demás. ¿Qué cojones le estaba pasando debían pensar?.

Todos o muchos de sus compañeros debían estar bajando a ver que pasaba ...[/i:3e0cd6bc0a]

//vuelvo a decir, si alguien quiere postear una continuación como que le despierta, etc etc que lo haga, si no ciertas cosas pueden seguir pasando por la cabeza del dormido Vru. Pjs a responder los del Refugio claro.xD[color=red:3e0cd6bc0a][/color:3e0cd6bc0a][color=red:3e0cd6bc0a][/color:3e0cd6bc0a]

davidsanesc

04/06/2006 15:27:36

[i:d2d6426af1]Satara se abrió paso entre los guardias y agitó el hombro de Vru.

[color=darkred:d2d6426af1]Una sonrisa igual a la del sueño aparecio de repente en su cara,[/color:d2d6426af1] [color=red:d2d6426af1]como sabiendo que la única manera de atraer a sus viejos compañeros fuera la de que se imaginasen que le estaba ocurriendo algo raro. Los barrotes, juntos pero separados permitieron el paso del brazo de Vru, llegando al cuello de Satara, el cual no sabía que era él; pero daba igual. Cogió al macho que le despertó del cuello y comenzo a subierle a unos palmos del suelo. [/color:d2d6426af1]Los guardias gritaban y amenazaban a la bestia mientras ésta apretaba cada vez mas fuertemente. Un virote fue lanzado por uno de ellos. Uno de los magos volvio a susurrar una palabras y el semiorco volvió a caer al suelo.[/i:d2d6426af1]

Farben

04/06/2006 17:50:14

Nebrax se acercó a la zona de celdas con unos libros en la mano y un anillo en su bolsillo. También llevaba un cuenco con un líquido caliente.

- BASTA!!

Todos le miran asombrado, pues nunca había gritado de esa forma y con esa autoridad; le abren paso mientras se acerca a la reja. Llegado a la celda, cerró la puerta tras de sí, despertó al semiorco suavemente con el olor de la sopa caliente que llevaba en el cuenco y se la ofreció con una sonrisa en sus labios. Una sopa de esas que le gustaban.

- Toma Vru, bebe tranquilo, sólo es una sopa caliente de tus favoritas. Hace mucho que no la tomas ¿verdad?

Vru asiente mientras mira furibundo a aquellos que están detrás del mago y protegidos por una puerta de reja. Toma la sopa y siente cómo el líquido caliente y reparador se desliza desde su boca hasta su estómago. Cierra los ojos mientras traga y recuerda cómo iba de caza a buscar lo que necesitaba para hacer esa sopa, no estaba igual de buena que la que hacía él, pero estaba buena.

Mientras tanto, Nebrax se levanta y se gira para decirles en un volumen que todos los que estaban alli oirían.

- Ésta no es la forma. Os habéis equivocado. No hay que encarcelar a alguien como Vru, porque ha sido su rabia incontrolada la que le ha impulsado a hacer eso. Ése no era Vru. ¿qué forma es esta de tratar a un compañero que ha cometido un fallo? Espero que más adelante todos os disculpéis con él (y espero que esto que he dicho sirva para queVru se relaje un poco).

En esto, se gira y mira a Vru. Puede percibir que un cúmulo de sentimientos se acumulan en la mente del semiorco. Ahora está confuso.

Nebrax hace un gesto para que le dejen a solas con el semiorco. Todos se quedan estupefactos y una voz tras la puerta de rejas que está a su espalda pregunta:

- ¿seguro que quieres quedarte a solas con él?

A lo que Nebrax responde:

- Pues claro. No me atacará, porque yo no tengo intención de hacerle daño. Venid a abrir pasadas unas horas.

Mira a Vru sonriente y le dice:

- No te preocupes, Vru, aquí nadie va a tratar de hacerte daño. *mira alrededor* ¿ves? aquí sólo estoy yo y ya sabes que yo no quiero luchar contigo, tú eres muy fuerte para mi, así que relájate un rato y descansemos.

El mago se sienta a su lado. Las palabras de Nebrax, pronunciadas con tal mesura, tranquilidad y tono constante y adormecedor que incluso el mago se sorprende de sí mismo, van haciendo efecto en el semiorco, efecto incrementado al ver que los demás se marchan, a regañadientes, pero se marchan.

Los ojos furibundos de Vru se centran en el mago, en los ojos del mago, y se van relajando a medida que escucha esas palabras melosas, dichas en el tono correcto.

- Vru, amigo, ya sé porqué estás aqui. Has hecho cosas dejándote llevar por tu rabia, que ya sabes que es típica de los que son como tú y que te ha ayudado mucho. Vru, amigo, quiero ayudarte a dominar esa rabia que te inunda en el peor momento ¿sabes que si la controlas podrás ser aún más fuerte? *sonrie*

Vru se queda impertérrito ante la sonrisa. Mientras tanto, el discurrir de las palabras del mago va acariciando su mente, de una forma imperceptible, relajándole y abríendosela a nuevas ideas.

- Mira, Vru, ellos siguen siendo tus amigos, *Vru hace un gesto desconfiado* pero no saben cómo tratarte cuando te entra esa rabia. Te han encerrado aqui porque no quieren que la gente que no te conoce te trate como a un criminal y te encarcelen, porque si otros te encarcelan, casi seguro te espera la muerte en medio de una plaza, como si de una sesión de circo se tratase. *Vru frunce el ceño* Claro ¿acaso creías que ellos te han encarcelado para ver cómo te pudres y reirse de ti? pues NO, lo han hecho para ayudarte *Vru hace un gesto de "no lo había creido así"* Mira, voy a hacerte un regalo valioso *Vru sonrie* pero no por lo que te darían al venderlo, sino porque te ayudará. Toma este anillo mágico. Cuando sientas que la rabia te inunda, póntelo y él te ayudará a decidir si éste es el momento adecuado o no. Te ayudará a saber qué decir y cuándo decirlo. Quiero que lo lleves puesto siempre que haya gente.

El mago le entrega un anillo de claridad del pensamiento de 5 runas inscritas a mano y, tras adaptarlo, se lo coloca en uno de sus enormes dedos con una sonrisa.

- ¿qué? ¿notas cómo ahora puedes pensar mejor? Claro que sí... *sonríe*

La cara de Vru cambia constantemente, ahora todo en su mente está más claro.

- Escucha Vru, ¿recuerdas a aquel comerciante de negro que me decías? Quiero que si alguna vez vuelves a verle, te pongas inmediatamente este anillo. Ese comerciante trata de volverte loco Vru, de alejarte de quienes te quieren y de quienes te han ayudado en los combates que has tenido. EEste anillo te ayudará, y este arco *le entrega un arco que protege contra los efectos de las artes enajenadoras* impedira que se adueñe de tu mente y te manipule. Es alguien muy malvado, Vru, de eso estoy seguro. Y también estoy seguro de que quiere que destruyas con tus manos todo aquello que has luchado por conseguir: amistad, el refugio... ¿y sabes por qué? Tan sólo para reirse y ver cómo sus planes han funcionado, que estás sólo, sin un amigo que quiera estar a tu lado y que tengas que dormir en medio del bosque, sin un techo bajo el que cobijarte porque nadie quiere dormir a tu lado por miedo a que le hagas algo. En ese momento, seguro que el comerciante de negro aparece y trata de aprovecharse de ti.

Las horas pasaban rápidamente, y, con la ayuda de ese anillo y la paciencia de Nebrax, el semiorco por fin parecía entender algo de la lectura de aquellos libros que llevaba el mago.

Al cabo de unas horas, un ruido de unas llaves tras la puerta hace saber a los dos que el tiempo se ha terminado. Nebrax se acerca a Vru y le susurra:

- *ss* Vru, te he ayudado en lo que he podido, no te quites ese anillo, te ayudará. Ahora tienes que tratar de salir de aqui portándote como alguien que tiene las cosas más claras *mira al anillo con disimulo*. Piensa en todo lo que te he dicho, Vru, y no olvides que a veces tus amigos y compañeros tienen que hacer cosas que no le gustan para ayudarte, como meterte aqui. Éstos libros te ayudarán a que el tiempo pase más deprisa y no sea tan pesado estar aqui. Practica lo que has aprendido hoy sobre leer.

Tras esta conversación Nebrax se levanta sonriente mientras observa cómo Vru tiene esa típica expresión de aquel que de repente empieza experimentar sensaciones nuevas, indescriptibles, y que todas ellas están dentro de la cabeza, descubriendo que sirve para algo más que para ponerse un buen casco. El mago sale con paso firme por la puerta de la celda, dejando tras de sí de forma intencionada, libros acerca de la amistad y el compañerismo, tanto en el campo de batalla como en la barra de una taberna.

Mientras pasa por entre los guardias, les dice:

- Dejadle esos libros, que ya sabe leer con mucha dificultad, pero algo lee.

(estoy seguro de que le servirán para algo, de momento, que su curiosidad le atraiga hacia esos libros, estn escritos en un lenguaje muy básico, con muchos dibujos, y con ese anillo y unas miradas podrá leerlo, seguro) *se aleja en silencio por el corredor ante la mira atónita de los guardias*

//me habría gustado muchisimo más enseñar a Vru a leer on-rol, pero... así ha surgido, de todas formas, igual le puedo dar unas clases de perfeccionamiento :wink:

davidsanesc

04/06/2006 18:03:25

[i:07f68d4a6e]El semiorco mientras lee unas palabras de amistad mira un par de ratas aplastadas bajo su cuerpo.

- Arg. Que hacer estas ratas aqui? GUARDIAS!!! Vru no querer ratas.

Se las lanza aplastadas para que las retiren de su vista; ya que olían muy mal. El semiorco sigue mirando los dibujos y empieza a recordar su infancia junto a su madre; una infancia tranquila, de días de caza, de días de lectura sencilla. Infancia que se vio marcada por la muerte de la única persona que le cuidó. Infancia que dejó de ser lo que era. Lo poco aprendido sobre lectura, etc desapareció en cuanto los orcos se hicieron con él.

El anillo además de traerle recuerdos de su infancia le estaba empezando a traer recuerdos de una pesadilla hace poco tenida. Todos sus compañeros morían en ella. El semiorco entonces recordando algunas imagenes vagas de tales sucesos acercó su mano al arco tal como Nebrax le había dicho que hiciera cuando notara cosas raras como esa. El semiorco se sentía ahora mas seguro.

Los guardias respiraban aliviados de ver como aquella bestia ya no rugia por las noches mientras soportaba el arco sobre él. El arco le estaba protegiendo de tal vez algo mas poderoso de lo imaginable, pero nadie lo sabía. Nadie excepto Willhelm, aquel monje capaz de concentrarse en el mas minusculo ruido. Willhelm había conseguido oir algo extraño, una voz oscura, proveniente de la nada, allí entre el cuerpo de Vru y esas malditas ratas asquerosas y malolientes.

Solo él podía sospechar que algo malo andaba tras el semiorco. No un mercader vestido de negro como Nebrax sospechaba, si no algo tal vez mayor. O simplemente nada, todo podía ser una imaginación o todo podía ser la perdición.[/i:07f68d4a6e]

davidsanesc

24/06/2006 22:59:04

//se retoman los hilos posteados dentro del refugio, por si alguien tiene interes sobre lo que le pasa al semiorco alli adentro.


//post 1.

[i:f1f3303207]La comida que le hacían llegar a la celda era sabrosa, tal como a él le gustaba. Quien se la encargara no le importaba, pues parecía que cuando al semiorco le desaparecían las ganas de comer, la tranquilidad reinaba en aquella pequeña celda. No una tranquilidad total, pero sí una tranquilidad comparada a los dias anteriores. Los libros ya estaban ojeados y simplemente eso. El semiorco apenas había leido unas palabras. Sus hojas estaban empezando a ser arrancadas para el semiorco poder limpiarse tras hacer sus necesidades, pues a los guardias se les había olvidado reponer las hojas finas de limpieza. Apenas querían acercarse entre las barras. Los libros comenzaban a desaparecer entonces, y poco a poco el semiorco empezaba a aburrirse alli abajo.

- GUARDIASS!! Mi ser aburrido. donde estar mago? Libros suyos ya no estar. Vru querer libros de Guerras!!!!.

Los guardias se alertaron un poco y soltaron una carcajada en la distancia como pensando: (Este Vru ya está pensando en la guerra).[/i:f1f3303207]


//post 2

[i:f1f3303207]El semiorco sonríe por el temor que pasan sus amigos acerca de él. Se ollen frases como:

- Maldita sea!! Van a hacer una inspección y tenemos a Vru entre rejas. Puede que esa tal Nica piense que no es buena idea tener a tanta especie diferente en un mismo lugar. Tanto puede no importarle como pensar que somos un peligro para Vado.

Vru:

- Guardia, tú deber soltar Vru. Inspección pasar normal.

(Ser momento de escapar de malditos compañeros que tener a Vru como pajaro loco encerrado. Pero un día volver sí, y volver mas fuerte para ....)

El anillo de inteligencia le hacía pensar algo mas razonadamente, tan razonadamente que ya sabía que el tiempo que pasaba alli adentro era indefinido.[/i:f1f3303207]


//post 3

[i:f1f3303207][color=orange:f1f3303207]Éaco apostada en la puerta de la carcel junto a sus guardias hacia su ronda habitual. Observaba de reojo a Vru mientras divagaba en sus ensoñaciones.

(( LLeva demasiado tiempo entre rejas, los arcontes ya deberian haber hablado con Vru y al menos imponerle en vez de un castigo una pequeña compensacion con ayudas digamos sociales.))
Chasquea la lengua cansina.

-¡Vru cierra el pico de una maldita vez!

(( Ire a buscar a los Arcontes esto no puede continuar asi, lleva demasiado tiempo esperando una resolucion a su caso))

Éaco dirige una ultima mirada a Vru encarcelado y se encamina por las escaleras de subida a la Antecamara del castillo.[/color:f1f3303207][/i:f1f3303207]


//post 4

[i:f1f3303207][color=orange:f1f3303207]*Wilhelm baja a la zona de las celdas, donde se encuentra Vru*

*asoma en su celda* (otra vez dormido? cuando salga lo hará con más energía que nunca, con el tiempo que lleva sin usarla... menudo peligro. Lo que me tiene preocupado es esa voz... tan leve... acaso fue mi imaginación? no creo... seguro que es el motivo por el que Vru actuó así)
*Se fija en la cara de Vru* ( Esa sonrisa... Cuanto más tardemos en soltarlo, más peligroso puede ser, pero aún soltándolo ahora podría ser devastador)
*murmura* esto hay que arreglarlo, y ha de ser ya.[/color:f1f3303207][/i:f1f3303207]


//post 5

[i:f1f3303207]*se oye un rugido desde las celdas*

VRU TENER HAMBRE!!!

VRU QUERER IR A GUERRA DE ENANOS!!!

VRU NO HABER PUESTO HACHA CON PALA EN CUERPOS DE SATARA Y HEMBRA EACO ASI POR ASI!!! HABER HECHO POR MALDITO JUEGO Y APUESTA QUE ELLOS NO CUMPLIR Y POR KATANA DE SATARA EN ESPALDA DE VRUUU!!!

VRUUU SER CANSADO DE SER SOLO EN CELDAAAAAAAA!!!![/i:f1f3303207]


//post 6

[i:f1f3303207][color=orange:f1f3303207]Éaco vigilaba la celda cuando Vru comenzo a bramar colerico, al oir los gritos del semiorco se llevo las manos a los oidos y frunciendo el ceño se dirigio a el pegando una patada violenta a los barrotes de la celda:

-¡¡CIERRA ESE MALDITO PICO!!
(( si si, por un juego que has inventado el resultado, y por que querias robarle la katana a Sa por culpa de la otra semiorca ))

Éaco hace un gesto a los guardias para que se preparen para cualquier eventualidad con el semiorco.

-VOY A LLAMAR DE UNA VEZ A LOS ARCONTES....PERO YA PUEDES DEJAR DE LLORAR COMO UNA NIÑA ..SO NENAZA!!! COMPORTATE DE UNA VEZ!![/color:f1f3303207]
[color=#444444:f1f3303207][/color:f1f3303207][/i:f1f3303207]


//post 7

[i:f1f3303207]La colera del semiorco al oir las palabras de Eaco ante él hizo que cogiera el arco que le dio Nebrax y lo partiera en dos, lanzando cada uno de los trozos a la hembra que estaba cerca suya. Ese poder que lo protegía de cualquier maligno desaparecia en esos instantes haciendo del cuerpo de la bestia un cuerpo y una mente fácil de manejar. Aun así se miró el anillo y comenzó a recordar una vez mas los sueños que tuvo antes de que el mago le diese el arco.

(Hembra Eaco ser primera en morir si un día Vru tener fuerza que tener en sueño, ya ver con los demás que hacer. Pero sueño ser seguro que comenzar por final)

Una sonrisa se le dibujó en la cara no dejando de mirar con sus ojos oscuros y su cara cicatrizada por decenas de lugares los ojos de esa hembra que nuevamente le trataba como a una bestia inmunda.

Vru se alejó de los barrotes poco a poco y marcha atrás llegando a una sombra oscura en la esquina de esa habitación sin salida.

Una rata salió del agujero pensando que no habría peligro.

Vru rápidamente cogió a la rata en la oscuridad y la aplastó contra la pared.

(Tu ser Eaco, ser maldita rata)

Tras esto se sento de nuevo esperando su salida.[/i:f1f3303207]


//post 8


[i:f1f3303207][color=orange:f1f3303207]Éaco vio como hacia añicos el arco y como la desdichada rata era aplastada con ferocidad por el semiorco y se giro dandole la espalda indiferente.

(( una palabra...ASQUEROSO...aunque no se quien de los dos mas asco me da ))

Una media sonrisa se le dibujo en el rostro y nego vagamente con la cabeza mientras se alejaba en busca de los arcontes para ponerlos sobre aviso de la repentina violencia de la que daba muestras Vru.[/color:f1f3303207][/i:f1f3303207]

davidsanesc

27/06/2006 16:18:24

El odio del semiorco había crecido muchísimo durante estos meses de encarcelamiento. No se habían dignado a sacarle ni a tomar el aire. La oscuridad era lo único que veía. Solo le quedaba una cosa que podía hacer allí adentro. Era llamar al hombre del sueño.

- (Vru querer que musculos crecer, Vru querer apalizar a los que tener encerrado. Mago ya no bajar si quiera, guardias apenas pasar porque creer que Vru ser tranquilo, pero no ser así. Ser favor hombre invisible, Vru querer ser libre y plantar el pánico en gente que haber hecho esto. Vru pensar antes que Satara y Eaco no deber merecer golpes, pero ahora pensar que eso ser poco lo que ellos merecer)

El semiorco esperaba una respuesta de algo o alguien que tal vez solo existia en sus sueños y pensamientos.

- (Lo que decir aquel hombre de negro ser verdad, ellos solo querían reir de Vru. Ellos pagar un día lo que haber hecho)

davidsanesc

12/07/2006 19:47:11

[i:8fe1c0f4e7]Ha unas semanas ya que el semiorco se está dando por vencido. Ha parado de pensar en masacrar a los suyos para ponerse a pensar en que habrán partido ya a la guerra de los enanos sin él. Unos largos pelos se entrecruzan bajo su barbilla. Nadie diría que parece un semiorco; mas bien un enano gigante de tez negruzca marcada por centenares de sitios por las batallas hace tiempo libradas. Batallas en las que combatía junto a orcos y en las que un día se separó de ellos para formar parte de una sociedad mas inteligente. Últimamente la comida escasea en el refugio parece ser, pues a él poco le llega y a sus gustos. ¿Acaso le han dejado solo con esos dos guardias?. El semiorco siente sus musculos y huesos como si fueran el engranaje de una trampa oxidada.

- Guardias, Vru querer hablar con demás. Ser cansado de ser aquí. Vru querer ir guerra y poder ser haber empezado. Si hacer favor de Vru salir, Vru no meter hachas en cabezas de nadie.

El semiorco esperaba una respuesta rápida por parte del guardia que al ver su nueva actitud ha marchado a hablar con los demás.[/i:8fe1c0f4e7]

davidsanesc

12/07/2006 23:54:25

[i:d4ab5499bf]- Mago mago, Vru querer ver mago. Querer hablar con él. Decid a mago que acercar en cuanto vosotros ver.

El semiorco parecia un infante al decir tales palabras. Se le veia del todo nervioso por querer salir. Sentía que algo fuera podía estar aconteciendo y todo sin él, un semiorco adorador de las guerras.

- MAGOO!!! Mago Del!! Mago Nebriax!! Mago de color azul!!! Vru querer salir ya. Ser vamos!!! Vru prometer que no meter mas hacha en cabezas de compañeros.

El semiorco se miraba el anillo al decir estas palabras a la vez que en su interior pensaba mas cosas.[/i:d4ab5499bf]

davidsanesc

22/07/2006 11:05:48

[i:76d6df5420]Una pequeña rata necesitaba salir en busca de comida para llevársela a sus pobres crias, las cuales comenzaban a desfallecer por el hambre. A la salida una enorme mole desprendía un gran hedor. El hedor propio de un semiorco sudado, que no se había dado un baño en apenas un año, debido a que en las primeras semanas de encarcelamientos los guardias no querían ni abrir la puerta de la celda por temor a lo que el semiorco pudiera hacerles una vez hubo despertado. La rata de minúscula inteligencia se dispuso a salir de su pequeño refugio, lugar en el que se encontraba a salvo, pero allí a fuera, en las puertas, tras el orificio de entrada la mole comenzaba a despertarse. El mal despertaba con unos grandes ronquidos haciendo a la rata apresurarse en su camino. Salió disparada hacia las rejas y consiguió salir sin ser apresada por aquellas grandes manos aniquiladoras. El semiorco se puso en pie algo desconcertado, pues sus piernas hacia tiempo que no corrían, su mente estaba mas despejada ya que había tenido mucho tiempo para pensar, cosa que hacía desde hace no mucho gracias a ese anillo. Se dirigía al barril alargado en forma cilíndrica para echar un par de tragos al agua. El barril tenía la suficiente y justa medida para ser pasado entre las barras de la puerta. Los guardias lo pasaban a cualquier hora del día mientras Vru no estuviera cerca de las rejas, pero en cuanto veían al semiorco acercarse con algo en la mano reculaban a zonas no visibles desde alli dentro, la carcel del semiorco. Hacía ya unos meses medio arco salió disparado a ambos guardias en principio con el fin de alcanzar a Eaco. Pero en el camino se cruzaron ambas partes con esas cabezas desprotegidas y peludas propias de guardias borrachos que únicamente tenían la misión de no dejar salir a un semiorco encerrado.

Tras beber los tragos se disponía a hacer lo mismo de cada día. Coger una hoja de aquellos libros de lectura y tras hacer sus necesidades, se limpiaba con ella para que el hedor no pasara de ser nauseabundo a algo peor. Sería seguramente por eso por lo que ya apenas el mago le iba a visitar, o los guardias pasaban cada vez menos tiempo allí abajo. Mientras tanto el semiorco pensaba que la gente se olvidaba paulatinamente de él y ansias de venganza corrían por sus venas. El solitario estaba algo confuso alli adentro, con esperanzas de entrar en guerras, pero con esa sangre antecesora en parte de matar a todos aquellos que le habían hecho eso. El mago azul y pocos mas se salvarían en el futuro. Las ratas estaban pagando con el tiempo el encarcelamiento de la bestia. Lo raro es que aquellas minúsculas criaturas no mudaran ya de casa, pues la familia estaba siendo erradicaba como cuando un xenocida extermina a aquellos a los que repele sin pensar en nada mas. Las ratas eran los integrantes del refugio y muchas de ellas morían de forma diferente y catastrófica tras ser aguantadas en el aire mediante la cola. Algunas eran lanzadas brutalmente contra la pared, otras eran atontadas primeramente con un golpe de puño, luego colocadas contra la pared y destripadas tras unos cuantos golpes de puño mas. Otras eran descuartizadas mediante esos dedos y pocas cosas mas se podía hacer con ellas. Ya debían quedar pocas y si no pocas solo una o dos. Una o dos semanas para que Will apareciera ante él y se tomara una decisión sobre su destino por su comportamiento. Comportamiento educado últimamente frente a guardias y demás personas que pasaban por alli abajo curiosas de saber que bestia era la que estaba alli abajo encerrada. Bestía que en poco saldría para mas adelante “volver”.[/i:76d6df5420]

davidsanesc

23/07/2006 17:01:45

[i:8c0d7e973f]Ruidos, voces y mas voces, alguien hablaba de Vru allí en las otras salas. El semiorco se puso a escuchar aun apenas distinguiendo la voz del mago. Sabía que era él, pero no podía saber que decía y qué discutía con algunos guardias y compañeros del Refugio. El mago explicaba a sus compañeros la efectividad del “geas”, algunos sin apenas entender nada de magia dudaban de esta solución, tal vez sería mas fácil dejar al semiorco allí abajo unos cuantos años mas para ver como evolucionaba. Pero Nebrax sabía que lo único que conseguían así era mantener una fiera que crecía en el interior de un simple semiorco que lo único que deseaba era libertad, libertad para entrar en grandes guerras y que su nombre fuera recordado entre los suyos, semiorco que una vez supiera lo que era la amistad verdadera sería un buen guardia entre ellos, tal vez un buen guardaespaldas en las salidas a lugares lejanos, tal vez un buen amigo. Los guardias se negaban una y otra vez a soltar al asno, como asi lo llamaba alguno por los rugidos que emitía, o que había emitido hace unos meses atrás, rugidos que mas bien parecían los de un dragón , pero que esos guardianes de la bestía usaban la palabra para enfurecerle y hacerle callar de cansancio tras un par de gritos mas. Nebrax tuvo que estar el tiempo necesario para hacerles entender el poder del geas y por fin lo consiguió.

- El geas permitirá a Vru salir y comportarse normal entre nosotros. De no hacerlo, su cuerpo será azotado mágicamente y hará hacerle caer al suelo desfalleciendo entre sus pensamientos malignos hacia nosotros. Cada minuto que pase pensando algo malo hacia los del Refugio hará que su cuerpo se estremezca de dolor, haciendole caer enfermo y no recuperándose poco a poco hasta que su cabeza piense lo contrario. Peor sería si estos pensamientos los llevara a la práctica. Entonces podría caer fulminado en pocos días. Tal vez nuestra resistencia acabaría por matarle así sin más. Con esto no quiero decir que le podais provocar para ver como se retuerce de dolor y si por casualidad a alguno se le ocurre tocarle, sabed que el efecto deja de actuar, pues es un ser vivo y todo ser vivo merece defenderse.

Las personas asentían. Las recién llegadas estaban algo atemorizadas ya que alguna noche se habían despertado por culpa de aquellos ruidos estrepitosos y no habían vuelto a pegar ojo. Pero sus compañeros mas viejos sabían que esa podía ser la única solución para dejar vivir la vida a ese compañero amistoso que un día tuvieron. Tal vez dejándole vivir en paz un día volvería y las cosas podrían volver a ser como al principio.

El mago tomó camino pues hacia la celda acompañado de un guardia humano y una semiorca, semiorca que quedó atrás para no excitar al semiorco.

Vru oía los pasos acercarse, sabía que era Nebrax, pero pensaba que vendría con Willhelm para poder decidir algo sobre él tras mucho tiempo. La puerta del fondo de la sala se abrió y entraron dos personas, un guardia y el mago. El guardia era uno de aquellos que enfurecía al semiorco sin importarle su vida pasada, su vida presente o la futura, él estaba allí con la familia refugiados por haber sido perseguidos por alguna ciudad y que solía enfurecer al mismo por éste no dejarle dormir alguna noche.

Nebrax entró tras las barras y se dispuso a hablar con Vru, no sin antes haberse percatado de que su habitación estaba ligeramente ordenada pero que el hedor que acompañaba al mismo era insoportable. Cogió entonces aire y se puso a hablar.

- Vru ¿cómo estás amigo?
- Ser como siempre mago, ser pregunta que no hacer falta decir.
- Hemos tomado una decisión, pues Willhelm no aparece y del otro arconte no sabemos nada.
- ¿Haber pasado algo a Will mimitos?
- No lo sabemos Vru, esperemos que esté bien. Así como tampoco sabemos donde se han metido Satara o Eaco. Tengo que hacerte unas preguntas para ver si estás en condiciones de salir de aquí.
- Tu preguntar, si solo ser eso, ser seguro que salir.

El semiorco sonreía por fin tras mucho tiempo, pensando además como podria vengarse de esos malditos guardias, de Eaco y alguno mas.

- Bien Vru. Dime, ¿me atacarías a mi tu amigo si al fin fueras libre, o me harías otra cosa?
- Ser sí mago. Vru levantaría a mago hacia cielo para que tu tocar cielo.

El semiorco había visto alguna que otra vez en la ciudad de Vado a gente aupar a los nuevos guardias de la ciudad por haber entrado a formar parte de ese gran ejercito y haber reído todos a la par.

Nebrax sonreía al oír eso, pues sabía a que se refería.

- Y dime Vru también. ¿A Eaco y Satara?
- Ellos no ser como tu ser. Eaco dejar Vru aquí encerrado sin decir cuando poder salir, ni hacer nada. Y cabecilla ya haber pagado lo que deber pagar. Pero Eaco ser diferente, si, a ella hacer lo mismo que Nebrax pero ser para abajo a tierra.

El semiorco daba a entender que a ella la auparía, pero que mas bien la dejaría caer sin poner sus brazos para recogerla haciendo que se llevara un buen golpe.

- Entiendo. Vru, vamos a necesitar un geas. Algo que te ayudará a estar bien y a poder salir de aquí.
- Unas gemas. Si tu decir pues Vru querer. Servir para vender.
- No Vru, un geas que te ayudará a la salida. Una cosa que permitirá que ataques solo a quien debes atacar en tus guerras y nunca a los del refugio, algo que hará que no uses tu hacha u otra arma contra nosotros.

El semiorco veía la salida cerca, debía asentir a todo, pues alomejor no se le brindaba de nuevo esta oportunidad.

- Ser bien, tu poner geas. ¿Geas ser arma que Vru poder usar en guerra de enanos?.
- No Vru, es otra cosa como ya te he dicho, pero no es un arma.

Nebrax pensaba en ese momento que sí que lo era, pero era un arma para protegerles a ellos, simplemente eso. No se daba cuenta en ese momento que Vru podía morir en cualquier parte solo con pensar e imaginarse matando a sus compañeros. Tal vez el geas actuará sobre la mente solo con pensar en esto mismo.

El semiorco esperaba a que Nebrax le diera el geas, pero mas que eso se puso a decir unas palabras levantando las manos hacía el cuerpo de Vru mientras las decía y las movía lentamente creando una visión de brazos múltiples que se movían cada vez más rápidamente. El hechizo estaba lanzado. Mejor no era probarlo y provocar a Vru delante de él. Pues no se fiaba, solo confiaba en que diera efecto. Y así fue tras salir los dos y hablar un largo rato tendidos sobre la tierra firme exterior del refugio. Mientras los guardias miraban cautelosos a aquel semiorco al que habían vigilado durante tanto tiempo. Aquel semiorco que dejaba el Refugio al parecer para hacer de su vida un guerrero junto a las filas enanas en una batalla que no se sabía con certeza si había comenzado o estaba aun por comenzar. [/i:8c0d7e973f]

davidsanesc

25/07/2006 16:51:34

[i:36c11f891b]Gilian, primer poblado en el que el semiorco se sintió algo acogido junto a muchos mestizos mas. Ahora estaba repleto de guardias, guardias como los de Vado, no no, eran los mismos, tal vez algo mas fornidos tras largos días de entrenamiento continuo. La gente ahora miraba al semiorco como a un ser mas, un ser que estorbaba allí, pues esa zona ahora estaba controlada por esos guardias, guardias que no parecían muy amistosos, mas bien autoritarios, siguiendo ordenes directas de conducta.

El semiorco cogió camino el camino de comercio pronto en la madrugada tras pagar con un pequeño saco de monedas a los guardias que allí, a la salida de Gilian se apostaban. Tras unas largas horas de camino, a lo lejos se comenzaban a divisar figuras andar entre la espesa niebla blanca de la mañana. Ruidos de unas cuantas armaduras sonaban chocar contra algo duro. Ruidos secos. Sonando como un cloc clonc varias veces mientras aquellas figuras se movían. sin rumbo concreto, o eso parecía a larga distancia. El semiorco seguía caminando intentando no pensar en sus compañeros antiguos. La idea de pensar en destrozar a la hembra Eaco o al cabecilla Satara le producía nauseas y dolores de cabeza. Aunque Satara ya había pagado bastante, no así aquellos maltratadores guardias de su celda.

Los sonidos secos se repetían con mas frecuencia y cada vez se oian mas cerca. La niebla era espesa ahora; el semiorco estaba ya adentrándose en ella. Tal vez un ejercito se estuviera acercando al galope, tal vez a pie. Pero ..... De repente unos seres sin vida, con huecos oscuros en sus orificios oculares se avalancharon mirando las partes desprotegidas del cuerpo de la bestia. Parecían querer arrancarle los brazos de un tajo, pero el semiorco fue rápido cogiendo el hacha que llevaba en su espalda. Un rúgido no para espantar, si no mas bien para hacerse sentir poderoso en ese momento salió rápidamente y prolongadamente de su garganta mientras deshacía aquellos cuerpos sin vida como un leñador deshace un arbusto de sus pequeñas ramas. Tal vez unas cinco criaturas se mostraron hostiles ante el cuerpo mitad orco por parte de padre y mitad humano por parte de madre. Madre que un día fue violada, padre que un día cometió el error de traer a su hijo con él sin saberlo. El silencio reinó de nuevo en el camino, pues cerca no existía vida alguna, tan solo la brisa chocar contra las ramas secas de árboles muertos interrumpía aquella nueva tranquilidad.

Tirodarco estaba cerca, poblado cuyas vidas se habían visto agitadas hacía pocos días. Desconfianza reinaba en él, incertidumbre, miedo, y mas sentimientos derivados del temor hacían del lugar un sitio receloso de acoger nuevos visitantes. Las puertas de las casas estaban bien cerradas por las noches, así como las ventanas y cualquier obertura que pudiera existir. La taberna dejaba libre unas rendijas entre varios tablones de madera colocados tras el marco de la ventana viéndose en la noche una tenue luz indicando la existencia de personas en aquel lugar. Tal vez fuera un lugar donde las personas se sentían seguras si estaban juntas, pues raro fueron los hechos hace poco acontecidos. Vru tenía sed, mucha sed tras haber caminado horas y horas. El agua no le sabía a nada y necesitaba comer algo. Un par de mugidos indicaban la localización de una vaca. La vaca parecía abandonada, como si no hubiera sido recogida por algún motivo. Vru se acercó a ella para intentar hacer lo que le habían enseñado su madre ya muerta desde hacía ya muchísimos años. Ordeñar una vez fue fácil, ahora no lo era, y mas cuando la vaca sintió a su alrededor un hedor fuera de lo normal. Mugidos y mas mugidos que hicieron al semiorco darse por vencido y buscar algun lugar por aquellos alrededores en el que poder comer algo. Y sí, vio la luz. El semiorco se acercó sediento y hambriento a la posada, tocó la puerta y un hombre mayor se acercó mirando desde una ranura previamente. Desconfianza y mas desconfianza. El semiorco se quedó mirando el local un rato hasta que alguien le reconoció desde dentro. Un semiorco llamado Burgg que hacía unos dáas se había cruzado. Ese semiorco parecía estar allí por alguna razón, pero no se sabía cual era.

Burgg poseía algo en su poder que hacía unos días había ido a recoger. Un anillo dorado, al parecer fuera de lo normal. Se lo prestó a Vru poniéndoselo éste. Su cabeza comenzó a recordar acontecimientos pasados: como Nebrax le lanzaba un hechizo y él quedaba marcado desde ese momento con un símbolo mágico; sueños mientras estuvo encerrado, en el que el semiorco se deshacía de las ratas de sus compañeros que le habían dejado una eternidad descuidado y, aquella charla que un día tuvo con un enano, enano que quería entrar en guerra para recuperar algo perdido una vez ya hacía mucho tiempo según contaba.

El semiorco comenzó a hablar con uno su recién compañero.

- Seeer anillo que see parece al que mago dio a mi hace unoos meses.
- Lo se Vru, te lo traje porque sabía que te iría bien, Yo lo usé durante mucho tiempo, ahora ya no le necesito.
- Entieeendeer. Sees anillo que hacer me pensar cosas.

Ambos semiorcos salían del local en medio de la noche para hablar un rato, pero mientras Vru seguía hablando a la vez pensaba gracias a ese anillo de ocho runas grabadas en su anverso, cosas que ni hasta él se imaginaba.

- Burgg tu debes ir con ellos, tal vez necesitar te. Haayber personas que sser buenas, pero no todas ser lo. (Algunas merecer mori ................................)

Un dolor agudo le vino de repente haciéndole caer al suelo y revolviéndose entre la tirra húmeda. El cuerpo giraba de un lado a otro sin cesar intentando aguatar el dolor causado por sus pensamientos hacia algunas personas: guardias del Refugio y otras mas.
Su compañero semiorco no sabía que le estaba pasando y le ayudó a levantarse sin saber que hacer. Algunas personas miraban la escena desde dentro de la taberna sin querer salir, tal vez algo malo estuviera pasando allí afuera. El efecto del geas mostraba su poder, leve poder en esos instantes advirtiéndole de lo que podría pasar si hiciera algo mas que pensar. El semiorco estaba aguantando el dolor mientras rugía lo mas fuertemente que podía para vencer a un enemigo invisible. Burgg se asustó unos momentos del poder sonoro de esa bestia, bestia igual que él, semiorcos ambos, poderosos los dos.
Le ayudó a levantarse y comenzó a preguntarle si se encontraba bien, y quienes eran esas personas que iban a necesitar de él. A lo que el semiorco pensó en el maldito conjuro lanzado hacía poco sobre él que le estaba causando tantas molestias. De nuevo el semiorco se encontró mal de repente, esta vez vomitando todo lo que llevaba su cuerpo sobre una pared de mampostería del exterior de la casa mas cercana. Vru hizo gestos de parar de hablar. Se tiró en el suelo y se puso a descansar apartado unos pasos del vómito fétido que acababa de soltar. Burgg se despedía deseando suerte a su amigo ya que Vru le hacía gestos de querer estar solo.

- Vru estaar bien. Ya nosotros veremos un día. Querer estar solo para no pensaar.

Burgg asintió y se marchó dejando solo a su raro compañero en medio de aquel pueblo. [/i:36c11f891b]

davidsanesc

25/07/2006 18:22:18

[i:69db6c6aee]El sol salía en Tirodarco grande y reluciente, y la gente también dejando sus temores en casa. El semiorco se despertaba de un corto letargo y se levantaba de aquel lugar maloliente. Una pierna tras otra y se dispuso a salir de allí; lugar en el que lo había pasado mal. La gente comenzaba a rumorear que ese semiorco lo había pasado mal durante la noche y mas que acercarse a él a preguntarle por su estado intentaban esquivarle.

Los guardias aldeanos le abrieron la puerta antes de que él se lo pidiera y el camino aparecía así pues bajo sus pies. Camino que pasaría por otros lares, lares entre los que se encontraba Bastión, lugar que Vru conocía de paso, en el que un día fue atacado por el cabecilla y hasta por su propio amigo Jame tras raptar a una hembra que le debía algo.

Varias personas estaban cerca de tal lugar, en medio del desierto, pasando algo de calor. Entre ellas dos hembras y un macho. El semiorco se dirigía directamente hacia los bosques sin saber aun el porqué. Pero ... esas personas también se dirigían allí. Todos se presentaron. El macho parecía un gran guerrero, y cuyo nombre recordó durante el camino en que estuvieron juntos ya que el semiorco se quedaba con aquellas personas dignas de las que tener un enfrentamiento amistoso o .. no amistoso. Las hembras miraron al semiorco de una manera algo peculiar. Tal vez fueran de Calim, lugar en el que la raza de Vru era poco querida, o mas bien nada.

Una hembra comenzaba a decir unas palabras en una lengua extraña para el semiorco mientras todos se veían rodeados de lagartos que se acercaban con pasos firmes y ruidos serpentinos algo mas graves de lo normal. Tal vez era su propia lengua, lengua de los bosques, lengua que solo entendían entre ellos. Parecían estar acechando a las mujeres mientras los mas grandes no apartaban esos ojos con membranas de los cuerpos de los guerreros.

- “” Cojamos a una y matemos a los otros””

La hembra terminaba de conjurar antes de que todos ellos pudieran decirse algo mas. Una nube espesa apareció delante de todo el mundo formando una criatura en el aire. Esa criatura comenzó a mirar con su gran cabeza a los presentes y siguiendo ordenes de la maga se lanzó sobre los lagartos atravesando sus cuerpos de uno en uno dejándolos sin vida y cayendo estos al suelo. Luego esa nube con mirada fría e inerte desapareció al extender su cuerpo al máximo como si de una bola de fuego al chocar contra algo se tratara.

Varias personas se acercaban corriendo tras ellos. Al parecer habían visto algo extraño en el bosque, magia pensarían. Esos curiosos parecían magos ambos a medida que se acercaban y la cara de Vru al verse rodeado de tanto mago comenzaba a cambiar. De acompañar a una hembra a verse rodeado de magia la cosa cambiaba bastante. En esos momentos se acordaba de nuevo de Nebrax. Le estaban entrando ganas de deshacerse de ese amigo que le había hecho eso, pero se calmó. En unos instantes aquellos llegaron mirando a los presentes. Uno de ellos se estaría preguntando que coño hacía el semiorco fuera de su cárcel. Pero no decía nada. A Vru se le pasaba por la cabeza la idea de probar de golpear a alguno de aquellos presentes para ver si se veía capacitado de hacer frente a un mago en concreto un día de estos, pero solo lo pensaba, cosa que ......

- AAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRGGGGGGGGGGGGGGg

Un rugido ensordecedor recorrió parte de los bosques de Mir perdiéndose en la negra espesura de la lejanía. Pero todos los presentes cayeron asustados al suelo pensando que una gran bestia les estaba acechando desde solo unos pasos. Pronto se darían cuenta de que era Vru que estaba tirado en el suelo gritando de dolor al haber pensado en dañar a una persona que estaba frente a él sin saber ni siquiera de quien se trataba. Sí, esa persona era Arth, aquel semidragón que le dejó insconsciente durante muuucho tiempo mientras el semiorco se recuperaba muy lentamente.
El geas parecía ser hacía de nuevo el efecto, llevando al semiorco a la desesperación más que al dolor, pues el dolor apenas se había mostrado, ya que ni siquiera había rozado a un refugiado.

- Maldito orco. CALLAA DE UNA VEZ!!!!!!!!!

El semiorco se veía incapaz casi de levantarse, pero esa voz, esa maldita voz y la forma de hablar no le había sentado nada bien, así que dejó de pensar en los refugiados y se dirigió tras ponerse en pie hacia el origen de aquellas palabras. La hembra maga comenzaba a caminar hacia atrás temiendo que aquella bestia se le echara encima. El precipicio la llamaba desde unos pasos mas atrás, es como si estuviera recogiendo aquella vida poco a poco hacia su fin. Los compañeros hacían señas a la mujer de que saliera de allí enseguida y ...conjuró.

- Mano del señor, mano del gran mago, atrápale a él, a ese que enfrete mia está, no le dejes caminar, que vea que parado está.

Una mano atrapaba al semiorco de repente, cogiendole por la cintura fuertemente y apretándole con gran fuerza. La cota de malla comenzaba a comprimirse, los anillos pillaban la carne del semiorco tras la mano. Varias heridas aparecían poco a poco dejando el torso de Vru morado. Aun así el semiorco no apartaba ahora la mirada de la mujer, mujer a la que quería destrozar, pensamientos sobre la mujer que no le hacían gritar de dolor, sino mas bien de amenaza. Vru rugía sin poder hacer nada mientras su cuerpo se comenzaba a estremecer de dolor.

Los presentes como Arth y algunos mas se retiraron, tal vez el mago se veía sin ganas de enfrentarse de nuevo a aquel ser. Tal vez no quería destrozarle por si algún día la tomaba con él en caso de darse cuenta de que era la misma persona, pero esta vez sin alas.

Vru terminó sacando un arco largo y un par de flechas que tenía en la mochila que no habían sido atrapadas, y apuntó hacia la maga. La maga al verle comenzaba a conjurar de nuevo.

Flechas y flechas volaban ahora por los aires. La mujer las esquivaba todas, pero Vru, allí en medio del bosque se vió rápidamente rodeado de la lluvia de flechas mágicas que terminaron por alcanzarle. Su cuerpo comenzó a arder mientras el guerrero maldecía a su amiga por dañar a alguien que no les había hecho nada. Vru estaba de nuevo como una vez estuvo. Chamuscado de pies a cabeza.

-Vamos, átale. Se va a enterar este maldito semiorco quien soy.

El guerrero cogía la cuerda que la hembra le daba en esos momentos y mientras le ataba la mujer sacaba un látigo manchado en sangre ya seca.

- ¡Vamos, no hagamos esperarle!

El hombre seguía a aquella maga, aquella hembra que tras los ojos de Vru había parecido una maga normal y corriente.

- ¡Déjale en el suelo!

Plas, plas, plas, plas. El látigo azotaba furtivamente el cuerpo inmóvil de aquel ser quemado. Varias heridas sangraban ahora por la cara en forma lineal y sobre los brazos.

El hombre miraba la escena pensando que un día todo eso que estaba ocurriendo lo había hecho él de alguna u otra manera, pero que hacía tiempo su cuerpo no se daba a su diosa como en un principio había hecho.

- La armadura me impide destrozar ese cuerpo de bestia que tiene. Quítasela, nos vamos a divertir un rato mas.

La mano de Bigby aun aferraba el cuerpo de Vru impidiendo que el hombre le sacara la armadura. Era casi imposible, pues la magia era poderosa.

Esperaron a que los efectos mágicos desaparecieran mientras la mujer azotaba una y ota vez el cuerpo y hacñia retirarse a su compañero mientras también conjuraba de nuevo un conjuro menos duradero.

Varios hongos salieron de entre las piedras así como nubes ácidas y hediondas que carcomían la carne del semiorco dejándola seca en la superficie. La cara de Vru pasó a ser doblemente mas delgada. Parecía que esa mujer se estaba divirtiendo mucho.

El hombre al cabo de un rato pudo comenzar a quitarle la armadura poco a poco mientras un murciélago chupaba y aprovechaba la poca sangre que tenía el semiorco sobre sus venas mas superficiales. Y ésta era poco, muy poca.

El seco cuerpo comenzó a verse azotado otra vez, unas cincuenta heridas más hacían junto a las viejas heridas de guerra de Vru un mapa sin sentido. Tras un rato la mujer viendo ya ese ser que inmóvil y casi muerto comenzó a dibujarle algo.

Un símbolo circular con unas cuantas puntas, hecho con una daga recubierta en fuego. La herida apenas sangraba pues no tenía apenas para sangrar. La sangre que le quedaba al semiorco recorría únicamente las venas principales alimentando su corazón y nada mas.

La mujer repasaba una y otra vez el símbolo para que quedara bien marcado, para que así supiera esa bestia si algún día volvía a despertar con el tipo de personas con quien se había cruzado.

- ¿¿¿¿¿Pero tú estás loca?????. ¿Acaso quieres que cuando despierte nos delate? ¿No pensarás dejarle con vida, no?

- Porque no, este inútil semiorco no es mas que eso. Un bicho inofensivo.

- ¿¿¿¿quieres ver como ni dos delata ni nos señala, ni nada por el estilo???

La hembra cogió de nuevo la daga, abrió la boca del animal como si fuera una cabra muerta y se la cortó agarrandola firmemente y lanzándola hacia atrás para que el murciélago aprovechara algo de ella. Luego cogió un arma algo mas grande, tal vez una espada corta y comenzó a cortar la mano poco a poco, mientras el hombre veía el acto sin apartar la mirada y comenzaba a pensar en cosas del pasado. Una niebla oscura apareció en el lugar, absorbió el cuerpo y desapareció de entre la nada.


El cuerpo de Vru comenzaba a moverse torpemente en el suelo. Un gran dolo recorría su cuerpo, como si alguien le acabara de hacer mucho daño. Como si alguien hubiera arrancado partes de su cuerpo. El semiorco rugió de dolor, pero el grito fue seco y escaso en el tiempo. Le faltaba algo importante, algo que hacía servir antes de atacar. Alguien le había cortado la lengua. Se fue a levantar del suelo y cayó de nuevo. Se llevó su mano derecha frente a los ojos mientras estaba tendido a dos seres ya inertes y vio que no le faltaba únicamente su instrumento amenazador, si no que su mano derecha, aquella que le permitía destrozar a sus adversarios le había sido arrebatada, asi como todos sus objetos personales. Sus hachas tampoco estaban.

Varios rugidos sordos terminaron por hacer acercar a un ser vestido de negro y cuyos pasos lentos se acercaban a aquel cuerpo tirado en el suelo. Vru giraba la cabeza entonces al oir esos pasos.

- Tggggg sggg mggggggkggggggggg dgggggggggggggggg ngrrrrrrrrrrrrrrroooo.

El semiorco parecía estar recordando algo. Una persona que una vez le había dicho cosas que de haber tomado en serio, muy en serio, habrían acabado con las vidas de aquellos que quería matar. Estaba intentando hablar con aquella persona que ya estaba a solo un par de pasos de él.

- (Tu ser macho de negro)

El semiorco dejó la furia aparte para pensar en un magnifico sueño, sueño que le permitió hacer lo que tanto deseaba, acabar con las vidas de aquellos que tantos días se rieron de él.

El hombre de negro comenzó a crear un circulo mágico cerca del cuerpo inmóvil de esa bestia, bestia que apenas podía moverse de cansancio, de las heridas causadas hacía muy poco tiempo.

Una estrella salió del circulo inscrita perfectamente en él.

- Bestia, colócate dentro, hazlo!

El semiorco miraba a su amigo con ojos de confianza mientras una ligera sonrisa se le dibujaba en el rostro. No sabía que iba a suceder pero ... no tenía nada que perder, en cambio se estaba imaginando a ese Vru capaz de comenzar a destrozar todo ser vivo que se cruzara en su camino.

Se puso de pie como pudo en el centro de la estrella mientras el hombre de negro hablaba en una lengua mas estraña casi que la de los lagartos. Pronto las puntas saltaban en llamas verticales que comenzaban a quemar de nuevo el cuerpo. El semiorco ya no se sentía tan bien como hacía unos instantes, pues odiaba esa sensación de calor. La odiaaaabaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa............................................
Cayó de nuevo al suelo mientras el hombre termino de hacer sus gesticulaciones y desapareció entre la nada.

Al despertarse se vio rodeado de nuevo en rejas. Había pasado de una cárcel a otra. Pero... ¿dónde estaba?

El símbolo del geas estaba cambiando y no solo eso. Unos cuantos símbolos rodeaban su cuerpo, entre ellos el símbolo de ..... [/i:69db6c6aee]

davidsanesc

26/07/2006 20:07:15

[i:f33beecedc]Allí dentro no se sabía en que momento del día se encontraba uno. Calor, calor y más calor. Las llamas saltaban cada poco tiempo de entre la lava espesa que rodeaba parte de la celda. Tal vez un elemental de fuego encerrado podría morirse de risa si hubiera sido el caso, pero no, Vru llevaba ya unos días allí y era un semiorco, no un ser de fuego. Se levantó sudando del suelo acercándose a las barras, cerca de donde alguien había tirado unos trozos de comida. Carne medio cruda y algún tipo de bebida. El semiorco engullía, ya que apenas podía mantener la comida en la boca, pues le faltaba la lengua. La bebida pasaba directamente a la garganta manteniendo su cuerpo con vida sin terminar de deshidratarle. Mientras el semiorco estaba sentado en una silla comiendo en la mesa unos cuerpos inertes, o eso es lo que parecía miraban directamente al semiorco comer.

- SGGGG MRRRNDGGGOOOOOOO ¿

“Ser mirando?” quería decir gritando a esos cuerpos secos e inmóviles. Los ojos parecían haberse mantenido intactos o casi intactos, mientras que el cuerpo era todo pellejo sobre las costillas. El semiorco estaba solo y enfurecido con aquel ser que no se movía y le miraba directamente a él, como provocándole. Pero ese cuerpo únicamente podía mostrar un simple atisbo de vida en sus ojos y nada mas. ¿Cúando habría muerto tal criatura? ¿Llevaba mucho tiempo alli tendida? Eso poco le importaba al semiorco. Vru solo pensaba en salir de allí mientras pasaba el rato mirando como le salían pequeñas cosas blancas recubiertas de carne de la zona del muñon derecho.

Se dirigió a patear la maldita cabeza del cuerpo inmóvil y a destrozársela por completo, ya que lo demás no le impresionaba. Pero esos par de ojos no dejaban de mirarle. Levantó la pierna lo más alto que pudo y comenzó a asestar golpes sobre la cara, entre los ojos, queriéndole partir el cráneo. Éste no cedía; únicamente la piel seca que aún se le mantenía pegado a éste se le terminaba desgarrando y ..... zas!!!!!!!!
Mientras el semiorco llevaba por quinta vez su pie contra sus mandíbulas, éstas se abrieron rápidamente agarrando con fuerza parte de los músculos inferiores de la pierna de Vru, arrancándoselos de cuajo y desgarrándole a él, haciendo que la sangre comenzara a brotar en la calurosa sala.

El semiorco dio unos pasos atrás asustado unos segundos y tras enfurecerse al mirar que ese "animal" le había arrancado parte de su pierna se acercó cojeando a él y le comenzó a arrastrar de un pie con su única mano izquierda hacía el lago de lava que se encontraba en el lateral de la sala, lava que se mantenía a pocos pies de altura en un nivel inferior y que llegó al cuerpo de Vru tras alzarse por los aires como hacía a cada rato. Entonces el semiorco dejó el cuerpo tras quemarse. La cabeza seguía masticando la carne mirando fijamente al semiorco, pero sin poder moverse. El cuerpo de un miserable tendido estaba alimentándose de una bestia que aun tenía fuerza tras haber recibido hacía unos dias decenas de latigazos.

Vru fue a coger la silla para meterle un batutazo a ese ser despreciable con toda su rabia y terminar de lanzarlo al fuego, pero lo único que consiguió tras dar unos pasos torpes mientras la sangre caía como un rio por debajo del tajo fue acercarle mas al bordillo, manteniendo el cuerpo en un ángulo oscuro en el que los trozos de fuego o lava densos no llegaban a impactarle. El semiorco quería deshacerse del maldito ser, pero mientras hubiera fuego saltando por los aires en ese lateral poco podía hacer.

Vru se acercó a coger unos ropajes sucios del suelo que tapaban otro montón de cuerpos y se ató fuertemente el trapo sobre la herida, herida que anteriormente puso sobre un poco de lava que acababa de caer no muy lejos de él, quemándole y cerrándole el derrame continuo mientras el semiorco rugía de dolor. [/i:f33beecedc]

davidsanesc

13/08/2006 22:40:43

Calor y mas calor, aquella persona vestida de negro se acercaba depositando la comida en el suelo y marcha sin decir nada. Vru parecia un perro enjaulado, la barba comenzaba a tenerla descuidada como hacia un tiempo la habia tenido en las celdas del refugio. En el Refugio por lo menos habían corrientes de aire fresco, cosa contraria a las que pasaban donde ahora moraba, pues el calor infestaba la sala y el aire que corria tras ella era peor, haciendo que su cuerpo sudara mas y mas, teniendo que tomar liquidos en cuanto se los traían. El calor le impedia pensar adecuadamente; los anillos de inteligencia se le habían sustraido al entrar entre los barrotes. Pero algo estaba recuperando, su lengua estaba alargandose aun, asi como los dedos que salien del muñón derecho. Las palabras tomaban forma y poco a poco sentido, aunque aun no del todo, pero poco servía si no había nadie con quien hablar, ningun guardia al que maldecir, solo esa persona negra. Ese color negro le traia recuerdos, recuerdos de un macho con el que un dia se cruzo en el camino del comercio, aquel que decía siempre la verdad, aquel que le hizo ser mas cauto y medir las palabras de sus antiguos compañeros, esos malvados, esos benevolos, esos compañeros de los que ya podía volver a pensar cosas malas de ellos, pues el simbolo que la magia que le inscribió Nebrax perdia fuerza al lado de ese simbolo de la estrella inscrita, simbolo de un dios del que no sabía nada.

davidsanesc

22/08/2006 17:31:11

[i:b3e791e83a]Estaba sentado en una esquina durmiendo, ademas de roncar cuando de repente olio la comida dejada hacia un par de horas. Se levantó sudoroso apartandose los mechones mojados de delante de su frente. Se acercó con su intenso dolor en el gemelo mientras cogia la bebida y se la llevaba a la boca. Una figura en la lejania caminaba lentamente hacia la celda. Vru volvía a emitir de nuevo esos rugidos estrondecedores. Su lengua se habia curado, su mano nueva no poseía cicatriz alguna. Esa mano nueva no le gustaba demasiado, prefería tener su cuerpo lleno de marcas de guerra. Vru se acercó a los barrotes apretandolos con fuerza mientras la figura se acercaba mas y mas. El hombre le hizo unos gestos para que se retirara y Vru obedecio esperando algo ...

El hombre comenzo con sus plegarias mientras miraba la marca del semiorco. El semiorco se la miro tambien deseando tener otra, pues la antigua hizo desaparecer la anterior: la del refugio. Deseando tener otra se acerco a las marcas que salian del suelo y se situo en el centro de nuevo. Todo ardia una vez mas, el calor era sofocante pero su cuerpo ya acostumbrado a este apenas vacilaba en alejarse de la situacion. Pronto calló y al cabo de unos instantes se encontro en un bosque nevado sin vestir, con sus cosas al lado suya. No recordaba nada mas que una paliza por parte de una maga. Una maga lanzadora de flechas ardientes. Tal vez por eso se sintiera algo quemado, aunque ... quemado aun estando alrededor de la nieve? El semiorco se puso marcha al camino del comercio, para arrancarle el pescuezo a esa lanzadora arcana.[/i:b3e791e83a]

davidsanesc

22/08/2006 23:14:34

[i:65e50b4484]Seguia un paso tras otro de esos malditos trasgos queriendolos atrapar y hacerles sufrir como él sufria el dolor de su gemelo. Cuando llegó hasta ellos dejó que se acercaran a él y luego les atravesó sus pequeños cuerpos con su gran hoja. Habia saciado en parte el dolor que sentía satisfacciendose con sus brutales actos. Pronto se cruzaria con unos aventureros. Se fijo entre los presentes y no cayó en el macho que acompañaba a aquella arcana una vez. Ese mismo hombre señaló hacia una mujer una vez el semiorco preguntó si habian visto a una maga lanzadora de flechas magicas. Vru se acercó a la mujer, la levantó por el cuello y le hizo hablar para ver si era ella. Los presentes se asustaron pidiendo a la bestia que bajara a su compañera, y Vru la bajo una vez vio que esa arcana no era el tipo de mujer que buscaba, no era aquella maga que osó enfrentarse a él; ni siquiera se le parecia. El semiorco siguió su camino mientras las personas de alli pensaban en los raros actos de aquel ser.

Los pensamientos que rondaban la minuscula cabeza del semiorco eran varios: no sabia porque tenia una gran herida en la pierna, pareciendo esta el mordisco de un animal tal vez; buscaba a esa maga que osó abatirle y buscaba ansioso el grupo de enanos que querían entrar en una guerra para demostrar él su valía en tales luchas. [/i:65e50b4484]

davidsanesc

25/08/2006 18:17:18

[i:70c5b101dc]El semiorco se dirigió a Vado alejándose de la ciudad Calishita para ver si tenía suerte y se cruzaba con la arcana lanzadora de flechas ígneas. El camino estaba cerrado por una empalizada a la altura de aquel alejado fuerte. Los guardias estaban descansando, comiendo y cobrando a los viajeros que querían atravesar tal lugar.
El semiorco metió las mil monedas en aquel cofre por una rendija pensando que a la vuelta las podría recoger. Tras haber hecho esto, paso el portal de la empalizada diciéndole al guardia que se encargaba del paso que al volver recogería su dinero. El guardia le aclaró lo de las monedas. Vru se enfureció al pensar que le estaban timando, se dirigió de nuevo al cofre e intentó meter los dedos por la rendija por la que se habian colado sus antiguas monedas doradas. Gruñó y volvió a gruñir para él, mientras el guardia avisaba a los arqueros que se prepararan para abatirle en caso de no hacer caso.

- Tu, semiorco, deja eso. Ya te dije que era dinero perdido para ti.

Vru siguió con sus intentos, esta vez elevando el pesado cofre con sus fuerzas que no eran pocas y moviéndolo de arriba abajo para que cayeran las monedas. Cayeron unas pocas y esta vez el grito del guardia alerto a sus compañeros. Diez arcos apuntaban directamente al cuerpo del semiorco. Este vio la situación y dejó el cofre en su lugar.

- Pasa semiorco, es tu ultimo aviso. Has pagado, si quieres ver si hay enanos en el camino hasta nuetra ciudad ve y haz lo que quieras, pero yo ya te he dicho que no los hay.

El semiorco acababa de venir del sur, viendo que no habia encontrado ninguno y queriendo encontrar a algun enano para preguntarle el estado del comenzamiento de su guerra. En unos instantes atravesaría el portal.

Un olor a carne caliente venía de detrás de la empalizada, donde acampaban centenares de guardias bajo sus tiendas, donde rodaban grandes trozos de carne sobre fogatas bien alimentadas. El semiorco se acercó a estos grupos preguntando que hacía tal cantidad de guardias aquí, a lo que los guardias le contestaron que estaban allí para aguardar sus fronteras. Se veían zonas de entrenamiento, lugares atractivos para el semiorco a parte de fijarse en esas carnes bien hechas. La carne parecía estar rodando para él. Se acerco a un gran trozo de aquellos, vigilado por un guardia manitas en cuestión y le pidió un gran trozo a cambio de unas monedas de oro. El guardia no dudó en ofrecerle uno cogiendo las monedas sin que los demás se enterasen. Estuvo hablando un par de minutos con aquel guardía pidiéndole si podía estar unos dias entre ellos, (pensando en la comida ya cocinada y exquisita que preparaban), pero el guardia no sabía que decirle. Un guardia de rango superior se acercaba ante la mole diciéndole que se marchara, que no debía estar allí en medio.[/i:70c5b101dc]

davidsanesc

02/09/2006 23:13:11

[i:43dd4c3026]No había enanos en ningún lugar. Que mirara en el otro sentido decían los guardias de Vado y así terminó haciéndolo el semiorco.

El viento azotaba con fuerza en el desierto siguiendo el camino entre las grandes montañas trayendo con sí el sonido agudo del aire al moverse entre ranuras de las grandes piedras, a la vez que raramente un par de hojas secas venidas de a saber dónde.

Una silueta caminaba en dirección a él a la vez que parecía estar mirándo algo a sus espaldas cada cierto tiempo. Vru no sabía que miraría pero al parecer no debía ser nada bueno, pues cuando se topó con él, su voz indicaba inquietud.

- ¿Macho de negro? ¿Ser tú?

El semiorco se adelantó preguntándole si era el antaño ya conocido comerciante de vestiduras negras como la noche.

- ¿Vru? Cuanto tiempo. ¿Cómo te va todo?. Recuerdo el día en que nos encontramos en las cercanías de Gilian, aquellos días en los que te ofrecias como mercenario. ¿Aun trabajas de ello?

- Vado ser cerrado para Vru. Parecer que nadie abrir puertas para semiorco, ya no ser allí trabajando. Ahora ser buscando enano que decir a Vru para ir a guerra con él; pero no encontrar aun y no saber donde ser. Él decir que pagar millón de monedas, pero Vru pensar que él ya deber ido con enanos a guerra.

- No me suena nada de una guerra enana. Pero ... ¿vendrías a una guerra conmigo viejo amigo? Vado está incluyendo muchas tierras en su poder.

El semiorco al parecer se confundía de persona, creía que era el macho que una vez le puso en contra de sus amigos del Refugio, pero ... no le sonaba haberselo encontrado en Gilian. Sus ojos y sus pocos recuerdos le estaban llevando con una persona que apenas conocía. Del otro comerciante poco sabía también, pero en sus sueños había aparecido unas cuantas veces siendo un poderoso aliado en contra de aquellos que una vez habían osado reírse de él.

El semiorco al oír el ofrecimiento de entrar en una guerra rugió como una bestia ruge al entrar en conflicto con otra misma de su especia por una hembra; como intentando demostrar quien era el mejor. //d20=20+41 que salió//. Los ojos le brillaban de emoción a la vez que los cuervos de los alrededores confundían el rugido entre sus graznidos.

El hombre de negro pensó que sería un buen aliado en ese momento. Le fascinó su poder de decisión, pues no tardó ni un segundo en demostrar su disponibilidad ante tal efecto. Entrar en guerra con el bando de los guardias de Vado o en el bando contrario, siempre dependiendo como dijo aquella persona del bando que pagara mejor sus servicios. Así pues eran días de entrenar en solitario como un mercenario a punto de ser pagado.[/i:43dd4c3026]

davidsanesc

03/09/2006 01:40:32

[i:3c269551fe]Su hacha giraba azotando viento y huesos. Primero uno, luego otro. Aquellos esqueletos andantes se desmoronaban fácilmente ante el acero de su gran hoja. Había retomado de nuevo las ganas de combatir olvidándose en parte de aquella herida en su gemelo que curaba rápidamente con aquel consejo del elfo de Tirodarco. Se cambiaba las vendas cada día limpiándose la herida. Algo que nunca había hecho, pues su cuerpo cicatrizado por doquier había curado solo en otras ocasiones.

El sudor le recorría la cara bajo el casco al haber acabado la sesión nocturna y sus piernas se abrían camino a Calim para reencontrarse con el macho de negro. No sabía que a mitad de camino se encontraría con cierta maga, aquella de sonrisas frías y frases provocativas, pero que le caía bien. Tal vez fuera por su simple frase:

- Cuando encuentres a esa maga que quieres liquidar, tráemela antes. Haremos que sufra con el mismo poder flameante.

- Ser bien maga. Vru ir Calim, si ver primero Vru destrozar, luego poder ser que traer.

- ¿Vas a Calim amigo? Cuídate ante la magia, el camino acecha últimamente. Algo raro está pasando allí, en el camino antes de su desvío a la ciudad.

- Tú no preocupar, Vru si ver mago que ser como no gustar, Vru clavar hacha en cabeza y hacer uno y uno trozos.

El semiorco siguió su camino hasta que tropezó con la multitud, tal vez gente que viviera en la ciudad y que no podía llegar hasta ella de ninguna manera, pues un gran bosque salvaje en el desierto impedía todo paso de ser alguno. Sus enredaderas, zarzas y árboles escondían el camino del comercio en esa zona por completo.[/i:3c269551fe]

davidsanesc

03/09/2006 02:06:45

[i:d0392f38b4]Las enredaderas se tragaban como si fueran plantas carnívoras a los caminantes que osaban entrar en ellas. Sus collares, anillos, armas y armaduras eran arrancados de sus cuerpos pocos minutos de haber dado un paso sobre ellas. Al parecer un tesoro se escondía unas decenas de metros en el interior de aquella mediana espesura. A lo lejos se veían grandes troncos al parecer milenarios que estaban rascando el cielo. ¿Era magia lo que les había traído allí?. Debía ser eso, pues un bosque no nace en un día, si no en años, muchos años; pero aquello era diferente. Un buen grupo de personas estaba ansiosa de recuperar a un amigo, aquel que fue tragado sin darse cuenta, aquel portador de magia u objetos mágicos por todo su cuerpo.

El cabo de una cuerda parecía estar atado al tesoro, o eso creía el semiorco cuando se ofreció a sacar aquella ilusoria caja llena de monedas doradas u otras cosas de la misma importancia. Pero no, no era eso lo que sacaba poco a poco con la ayuda de unos mas tras él. El cuerpo de un hombre fue rescatado, pero ... había alguien mas, sí, justo en el desvío del camino, en la misma intersección, tal vez un aventurero sorprendido al estar mirando las señales indicatorias del camino del comercio; aquella que indicaba el desvío a la ciudad prohibida para los mestizos como Vru. Aquellos que eran encarcelados al pisar su territorio ante la mirada fija de un guardia.

- Ser maldita redadera.

Al parecer una de esas enredaderas le había alcanzado bajo sus pies, habiéndose abierto camino bajo la arena del desierto. La gente se alejaba ya sabiendo como actuaban aquellas verdes plantas asesinas. Las botas comenzaban a resquebrajarse ante la dureza de las plantas y sus espinas. El semiorco comenzó a intentar soltarse como de si una planta corriente se tratara, pero no, la planta subía tragándose, envolviendo en ella todo objeto poseedor de magia, apretando mas y mas fuerte. Vru no dudó en comenzar a sacar fuerzas de su interior y saltó hiriendo sus piernas y dejando las botas a la suerte de las arenas y la vegetación monstruosa.

Los ojos se clavaron en las botas y sacó una de sus hachas para romper aquellas cosas que se estaban tragando aquellas preciadas telas.

- ¡No orco! Perderás el arma si la usas contra el bosque.
- No perder nada. Vru querer recuperar botas que ser ahí.

El macho que ya estaba en el interior del bosque esperaba la ayuda de los demás esquivando rápidamente toda rama que se moviera cerca de él. Vru haciendo caso omiso de la raza que habían nombrado comenzó a cortar unas pocas ramas, pero algo pasaba de nuevo. Siete u ocho ramitas crecían hacia su mango. Unieron el mango de la gran hacha a sus manos impidiendo que se desligara de ella, rigidizando también el brazo mientras otras comenzaban a envolver su cuerpo alrededor de la armadura, una buena armadura de siete runas mágicas que comenzaba a ser atravesada por centenares de espinas. El semiorco estaba atrapado de pies a cabeza. Su capa deshecha en trocitos, las botas igual, y el hacha comenzaba a flaquear en sus puntos débiles como eran el mango y el pomo.

¿Qué estaba pasando?. Esa era una pregunta que se hacía en su interior mientras se veía inmovilizado por momentos.

- Orco, sal de ahí, deshazte del arma y vuelve, rápido.
- No, no. Ve a por el tesoro, está allí junto a aquel hombre.

Al parecer la gente le avisaba de algo malo mientras otros le incitaban a que llegara a ayudar a un pobre hombre que se las estaba intentando apañar con su arma a cortar aquellas ramas.

Vru salió de allí tras la gente oír como rugido y fuerza iban a la par en aquel cuerpo.

Sus ojos se clavaron ante el mentiroso, aquel que le dijo que había un tesoro en el interior de aquella zona, enfadado por haber perdido su equipo de guerra.[/i:d0392f38b4]

davidsanesc

08/09/2006 12:06:51

[i:5e57339f93]Fue a la cueva donde alguna vez depositaba sus objetos para no llevar tanto peso. Allí se colocó la nueva armadura con mucho cuidado sobre los rasguños ya ocasionados mientras pensaba en atizar a aquella persona que le destesoró a él.

Salió, se cruzó con una mujer que al parecer le había estado siguiendo para ayudarle en su cruenta carnicería futura. Palabras mágicas salieron de sus labios a la vez que el semiorco sentía los efectos. Se acercaron los dos rapidamente antes de que esa sucia rata se escapara del alcance de sus brazos, y una vez ante él .... zas, un empujón hizo adentrarse a la rata entre las zarzas a la vez que Vru volvía a caer presa de estas últimas.

La rata saltaba entre enredadera y enredadera como si de un animal se tratara, hasta que por suerte consiguió llegar al costado de aquel hombre de la lejanía.

Las pesonas apenas hacían caso de lo que le ocurría a la bestia, hasta que pensaron en que podría ayudarles lanzando un arma hasta aquellos alejados machos. Así lo hizo para querer acercar a la sucia rata hasta sí. Cogió el arma y se dispuso a caminar entre las zarzas. La carnicería se estaba llevando a cabo, sí, pero esta vez sobre su cuerpo. Los desgarros eran importantes, las perforaciones por parte de las zarzas eran profundas; los pulmones perforados, haciendo que de su boca no saliera únicamente saliva, sino también sangre.

El cuerpo desfallecía lentamente hacia la arena, la espada fue perdida entre tantas espinas y las piernas, las piernas comenzaban a contraerse del estrujamiento prematuro. Una última vez, un último rugido, seguido de un salto tras su levantamiento le permitió salir de allí, no a salvo, si no mas bien casi muerto.

La sangre chorreaba por su cuerpo dejando tras de sí un río rojizo. Pronto un par de personas acudirían a socorrerle. Vendado fue todo su cuerpo y vendado seguiría hasta el fin de sus días hasta que obtuviera el favor de un gran clérigo o alguien capaz de curar aquellas perforaciones mágicas.

Tras ayudarle a seguir con vida, las demás personas lograron proveer con un buen arma a las dos que intentaban parar a aquel bosque que avanzaba. El bosque atizó el alrededor explosionando raramente, causando la muerte de aquel que con su fuerza logró cortar de raíz la amenaza. Vru estaba en deuda con algunos por ofrecerle su ayuda, así que salvó la vida de aquel que logró acabar con esas plantas asesinas.

Respecto a la rata mentirosa, comenzaría a ser buscada por la bestia, hasta dar con ella y ...[/i:5e57339f93]

http://photos1.blogger.com/blogger/6873/3722/1600/enredaderas%202.jpg

[color=red:5e57339f93]//FOTO JUSTO ANTES PJS RECIBIR LAS ARMAS PARA ACABAR CON EL MINUSCULO AVANCE DEL BOSQUE//[/color:5e57339f93]

davidsanesc

08/09/2006 20:32:54

[i:c63852f5e9]Dos personas se encontraban cerca del poblado, allí a la entrada de Tirodarco, Aramiel como la llamaba Vru en sus buenos años, estaba junto a “Will mimitos”. El semiorco se acercó al ver el par de alas. Hacía tiempo, mucho tiempo que no veía a los rojizos semidragones volar, ni caminar por aquel camino ya poco transitado.

- ¿Vru? ¿Eres tú?

Preguntó Eara, mientras el semiorco comenzaba a levantar sus cejas tras aquellas vendas teñidas en la rojiza sangre espesa.

- Mi ser Vru, sí.
- Peroooo ¿qué te ha pasado?
- Ser bosque culpa de maldita rata. Vru querer cortar cabeza a rata que decir mentira.

Vru comenzaba a reconocer aquella inusual voz de hembra.

- Aramiel, ¿tu ser aquí? Vru ser aquí. Vru haber sido solo tiempo mucho en celda Refugio. Tu no ver venido a ver a Vru.
- Vru, también he estado encerrada. Los del Bastión me cogieron. Pero un día ...

Mientras tanto Willhelm se acercaba no sabiendo si era buena idea acercarse al semiorco.

- Vru, ¿cómo estás?

El semiorco ladeó la cabeza a un lado reconociendo aquella voz, la voz del que “no vio” a la hembra Eaco. La cabeza comenzó a girar buscando algo; sí, a esa maldita mujer, esa hembra que también era una rata, esta vez no una rata como aquella mentirosa, si no aquella que le mantuvo meses y meses entre rejas.

- ¿Dónde ser rata?

Preguntaba a la vez que gruñía.

-No está Vru, no se nada de ella.

Al parecer la cara de Will era la contraria a la del semiorco, mientras uno deseaba destrozar aquel cuerpo, el otro deseaba tenerlo entre sus manos para abrazarlo, y más que a ella, a su hijo. Los dos, habían desaparecido.

- Yo tampoco se nada de mi marido y mi hijo.

Eara también estaba apenada aun siendo fuerte en su interior, la furia podía estar creciendo en ella, seguramente al pensar que sus familiares podrían haber acabado entre rejas o algo peor.

Los tres entraron en el poblado poniéndose al día de sus vidas mientras el salón de la casa de Will y Eaco comenzaba a ver su suelo de madera pintado en un rojo oscuro.

http://photos1.blogger.com/blogger/6873/3722/1600/reencuentros.jpg
[color=red:c63852f5e9]//FOTO EN EL SALON, EARA Y VRU, WILL NO SALE PORQUE NO VEO SU CABEZA. :wink: //[/color:c63852f5e9]

A Will poco debía importarle eso, pues seguro que tenía en mente a su desaparecida mujer. Eara lo mismo; ademas de seguir siendo buscada de nuevo. Al parecer los tres descansarían allí esta noche, noche en la que sus vidas comenzarían de nuevo, vida que comenzaría una unida a la otra en una gran batalla. “El gran torneo del Desierto” [/i:c63852f5e9]

davidsanesc

08/09/2006 21:27:11

//[color=red:5445ebba90]*REEDITANDO POST ANTIGUOS CON FOTOS*[/color:5445ebba90]//

davidsanesc

09/09/2006 15:10:36

[i:84661a73a1]El ambiente estaba cargado. Miradas furiosas por parte de los “no enfermos” se dirigían a aquellos infectados cuyos cuerpos mostraban minimamente llagas en su piel.

La gente enferma salía de la ciudad calishita haciendo un camino continuo hasta el Bastión. Los no enfermos ya no se acercaban a la ciudad quedándose mirando a aquellas solitarias personas que pasaban frente a ellos.

¿Por qué estar allí delante de esa ciudad viendo pasar a tanto enfermo?

La única explicación era el ansia de exterminar a esas personas para que no salieran de ese territorio y expandieran la peste.

Varios aventureros mantenían el arco levantado por si a alguien se le ocurría ir hacia el norte. Había un miedo incesante de que los recien enfermos se juntaran entre los que no lo eran.

Avisos y avisos se sucedían uno tras otro.

- TU, MALDITO SEAS, RESPONDE. ¿ESTÁS ENFERMO O NO?

Frases como esta rondaban el camino del comercio cuando dos personas se cruzaban.

Los enfermos comenzaban a sentirse discriminados por su estado, y no era menos, pues su enfermedad podía recorrer grandes millas entre ser vivo y ser vivo. Así que comenzaban a formarse amistades entre aquellas personas, a defenderse como podían las unas con las otras de aquellos insultos indeseados.

Aun así había gente que mostraba su gran humildad acercándose a éstas últimas y ofreciéndoles todo su apoyo, Willhelm era uno de ellos.

- WILL MIMITOS, NO ACERCAR MACHOS ELLOS!!!

Vru gritaba desde unos cuantos metros, tal vez una distancia prudencial, donde había varios compañeros como Burgg que permanecían alerta ante el movimiento masivo de aquellas personas.

- VRU, NO TE ACERQUES. ELLOS SON AMIGOS, PERO ESTÁN ENFERMOS. NI SE TE OCURRA HACER NADA MALO.

- NO QUERER MACHOS AQUÍ. MACHOS PODER ACERCAR CAMINO HACIA PUEBLO OTRO Y PODER ENFERMAR HERIDAS DE VRU.

El semiorco estaba en sus últimas. La gente le advertía que debía encontrar un clérigo rápido. Que fuese al Bastión le decían; pero el Bastión estaba repleto de esas ratas infectas.

Así pues Vru calló en la cuenta de que sus compañeros se estaban juntando con aquellas personas. Ahora la enfermedad no estaba controlada. Posiblemente iba a pasar mucho tiempo solo, tratando a todos como si de enfermos se tratasen. [/i:84661a73a1]

davidsanesc

09/09/2006 15:37:24

[i:1dfea038e4]- No llego, ayudame amigo.

El camino a la posible salvación era no muy largo, pero la gente que había quedado en cuarentena no era la única infectada en la ciudad calishita. Alguna espécimen había contraído la enfermedad a saber cuando y donde. Al darse cuenta posiblemente no quería aceptar tal suceso, pero ahora, debía estar en las últimas para decir tal cosa frente a aquellos que caminaban junto a él hacia el Bastión.

El hombre caía a la arena desfallecido cayéndose de su mochila algún que otro objeto mágico de valor. Objetos que seguramente pensaba donar a aquellos que le iban a ayudar con su enfermedad.

Algo dentro de aquel desierto se movía lentamente buscando aquellas cosas perdidas por los caminantes, tanto enfermos como sanos; deslizándose como si de serpientes se trataran. Pero era algo más complicado que ese ser, eran zarzas que crecían rápidamente buscando la magia. Pobre del mago enfermo que osara acercarse al Bastión pues posiblemente aquel cuerpo rodeado de magia sería envuelto en algo peor que la peste que recorría su cuerpo.

Así pues comenzaba a crecer el bosque de nuevo, deseoso de que pasaran mas caminantes en mal estado.

El semiorco se acercaba por allí de vez en cuando queriendo jugar al gato y al ratón. Hacía tiempo que no se divertía con un ser. ¿Por qué no?. Esos enfermos podían ser una distracción; además así practicaría su puntería y podría estar listo ante la llamada del hombre de negro para entrar en combate.

- ¿SER TU ENFERMO?
- No no, ¿lo estás tu?

La gente miraba recelosa al semiorco al verle dejar un camino de sangre tras suya. Unas gotas cada ciertos metros, pero unas gotas. Y el casco no se lo ponía a menos que fuera necesario, pues las heridas de la cara aún le escocían.

- Alejate de mí orco moribundo.

Vru odiaba ser tratado como uno de aquellos seres. Levantaba el hacha y se acercaba a tal persona que osaba discriminarle. Ese enano se daría cuenta de que ese semiorco aun se mantenía bien anclado a la tierra, de que su fortaleza no era propia de la de uno de esos moribundos y así pues se dejaban el camino libre ambos una vez mas.

El bosque estaba allí, creciendo poco a poco de nuevo. Una idea macabra pasó de soslayo por esa mente diminuta. Mente que se agilizada al usar el anillo de aquel que era igual que él, Burgg. Ese anillo hacía del semiorco un ser mas horrible, a causa de sus pensamientos.
- (Vru poder tirar cosas bosque, así bosque poder crecer y man tener ratas en sitio de ratas y Vru y otros no enfermos en sitio de Vru)

No pasaba nadie por allí o eso era lo que él creía mientras comenzaba a dejar una linea de cascos raros.

- Semiorco, te estoy viendo. ¿qué pretendes?

Esa frase entre susurros se pegó a su oído unos instantes mientras estaba a punto de lanzar otro casco mas justo al lado de las zarzas.

Vru se giró sin ver a nadie. Enfurecido estaba al no ver al maldito mago, en este caso maga que le había descubierto. La mujer apareció en la distancia yendo dirección Weldazh u otro lugar. Vru dio con ella a medio camino.

- Alejate de mi bestia.
- No gustar hembras que esconder de Vru como magas.

Los dos estuvieron hablando hasta entenderse, al final aquella mujer trataría a Vru como un ser inteligente no pareciéndole mal mantener en cuarentena segura a aquellos seres. Así pues Vru volvió de camino al bosque mágico, pero se cruzaría con alguien. Otro no enfermo.[/i:1dfea038e4]

davidsanesc

09/09/2006 16:08:47

[i:d20b272b26]- Tú, alejate de mi. Mas te vale no dar ni un paso mas o acabare con tu sucia vida.

Apretaba las mandibulas fuertemente al oír eso. Nadie antes le había tratado tan despreciablemente en tan poco tiempo. Ese hombre estaba jugándose algo. Tal vez un brazo o una pierna.

La sangre caía por la comisura de sus labios. Las zarzas le habían llegado a rozar la lengua y parte de la boca. El anillo que tal vez podría haberle mantenido a salvo de su empeoramiento había sido tragado aquel día por la arena del desierto dentro de ese maldito bosque de la muerte.

Vru sacó su hacha, aquella que fue comprada a una maga, aquella que tenían los suyos para enfrentarse ante situaciones difíciles. Aquellas que mantendrían a los seres del Refugio vivos para acoger a mas necesitados.

El otro macho volvió a advertir a Vru que no diera un paso más, pero éste de la rabia ya se había acercado bastante mientras aquel hombre desaparecía como muchos otros hacían ante sus ojos.

La rabia apoderaba el cuerpo de aquel vendado ser. Vendas teñidas en rojo haciendo parecer al semiorco uno de esos enfermos mas.

El anillo de Burgg rodeaba el dedo meñique de la mano izquierda de Vru. Esta vez le pasaría por la mente otra cosa.

Vru levantó la pierna e hizo temblar aquella zona, zona no muy amplia, pues la arena tenía poca cohesión la una contra la otra.

Sí, aquel hombre terminó por enfadarse. Ya le había avisado bastante y ahora tomaría represalias contra ese estupido ser.

La tierra comenzó a abrirse bajo los pies de Vru siendo rodeado de muerte en movimiento. La suya llegaría en poco. La tierra le estaba tragando. Una magia extraña aparecía de nuevo ante sus ojos, ante su vida, ante su corta vida. Algo le había dañado dejándole en un último atisbo de vida. Su cuerpo quedaría tendido allí, a la suerte de que un enfermo se acercara y le contagiara. Aquel hombre había abierto sus heridas causadas por el bosque otra vez. El cuerpo se desangraba por momentos. La vida de Vru corría un grave peligro.

Estaba allí tumbado mientras la arena comenzaba a taparle poco a poco. Aquella arena que algunas veces formaba pequeñas dunas. La misma que quedaría colmatada bajo su cuerpo. Aquella que impediría la salida de mas sangre de ese cuerpo, aquella que rodeaba al semiorco en centenares de metros; una larga distancia sin un solo ser pisándola cerca de él.

Aun mantenía ese hacha en sus manos. Su oído comenzaba a escuchar la arena chocar contra sus orejas. Alguna persona se había acercado a él no lo suficiente para hacer un rápido movimiento con las pocas energías que le quedaban.

La empapada arena seguramente avisaba a los caminantes de que un enfermo se trataba, pero ...

Aquel lobo se acercó a olerle, aquel lobo perseguido por su dueño. Aquel dueño que no iba tan rápido como él. Aquel lobo que sacó sus fauces al sentir sobre sus patas un gran tajo dejándole cojo.

Vru se levantó mirando al lobo correr asustado hacia el bosque mientras su dueño no paraba ante la locura acometida contra su fiel amigo.

http://photos1.blogger.com/blogger/6873/3722/1600/Vru%20tras%20el%20enfrentamiento.jpg
[color=red:d20b272b26]//FOTO TRAS EL TAJO AL LOBO//[/color:d20b272b26]

Ya podía moverse de nuevo, ya sus heridas habían cerrado. Ya era hora de encontrar otro ser vivo en las cercanías para salvarle de la muerte segura. No había tiempo que perder, ese hacha era su salvación, ese hacha había suplantado al anillo regenerador. [/i:d20b272b26]

davidsanesc

12/09/2006 23:16:06

[i:83ec9df7a6]Enfurecido estaba maldiciendo aquel hombre que se había cruzado con él. Su compañero le había dejado durmiendo en la posada de Aguas Profundas. Tal vez fuera porque le vió cansado, tal vez no. Lo mas seguro que hubiera partido a ver a esos enfermos de los que se veía rodeado últimamente.

Bastaba que ellos murieran de hambre y sed. Serían abandonados, no, mas bien serían encarcelados como el semiorco había sido encarcelado “una” vez. La atención de un compañero suyo que ya no estaba con esa maldita rata de Eaco se había desviado hacia unos malolientes seres enllagados hasta las cejas.

Caminaba a paso firme por el camino tras haber desembarcado a las afueras de Vado. Nada le impediría llegar esta vez, ni siquiera esas magas que osaban reírse de él en medio del camino a la altura de Liam.

Hizo una parada bastante larga tras unos días de viaje a la altura del desvío del camino del comercio cerca de Weldazh, aquel desvío que llevaba al oscuro bosque de Mir, donde le habían contado moraban grandes y fieros dragones blancos.

La carreta estaba ardiendo, ningún cuerpo humanoide se veía en aquella zona. En las cercanías dos huargos tenían su boca ensangrentada, como habiendo terminado de comer algo: tal vez a esos locos viajeros que habían salido sin un guardaespaldas o tal vez no, aquellos que por lo que se veía habían levantado sus antorchas en la noche para asustar a aquellos grandes seres peludos de grandes dientes.

El semiorco los vio también, pero no les atacaría con una antorcha, si no con su gran hacha, aquella que ya no le resbalaba de sus bien vendadas manos. Durante todos estos días había aprendido a vendarse decentemente.

Sus cabezas estaban ahora destrozadas por varios puntos. La sangre salía a borbotones entre el cuello y el torso de los cuadrúpedos. Vru cogío un trozo de esa carne rellena y la puso sobre el carromato del camino que aun ardía. Se estuvo alimentando durante horas. Los dioses sabían tal vez el porqué. Sí, y una hembra también. Una hembra que de contar algo y enterarse él que lo hubiera contado, moriría entre sus manos. [/i:83ec9df7a6]

davidsanesc

13/09/2006 22:33:33

[i:0ba44be2ae]Unas largas horas comiendo le darían tiempo a que el rugir de su barriga no desvelara su posición.

El bosque había causado grandes daños interiores en ese cuerpo musculoso. Las heridas no terminaban de cerrar, pero lo harían, sí que lo harían, pero para ello no iba a dejar que nada se lo impidiera; ni nada, ni nadie, ni siquiera el posible infectado Willhelm. Ni siquiera una sucia rata calishita. Para él sería una gran alegría que aquellos ciudadanos murieran. Así pagarían lo que le podrían haber llegado a hacer: tenerle encerrado como una vez le tuvieron sus compañeros. Ahora Calim, también peligraba junto al Bastión.

El semiorco enfurecido iba preparando las cosas para la noche a la vez que buscaba un anillo azul para que el frío no le calara en los huesos. Comenzaba a sacar cascos y cascos de aquellos que tenía bien guardados en aquella esquina; cinturones, mas cascos, mas cinturones. Pasando toda la tarde cogiendo aquello que iba a donar como agua al bosque. Esperaba crear una firme barrera. Esos enfermos morirían de hambre y la enfermedad también lo haría.

Salió de la cueva al atardecer. Unas nubes grises contrastaban apenas con las mas oscuras de la lejanía. Comenzaban a sonar truenos a buenas horas del mediodía. Allí, junto al desvío había gente, mucha gente. Esos ilusos estaban impidiendo al semiorco hacer su trabajo, un trabajo que aislaría su cuerpo de las enfermedades mundanas de aquel tiempo. Dio media vuelta mirando el cielo mientras un escalofrío le recorría el cuerpo. Empezaba a hacer frío, tal vez fuera mejor resguardarse hasta la noche.


http://photos1.blogger.com/blogger/6873/3722/1600/Vru%2029%20dia%201.jpg
[color=brown:0ba44be2ae]//FOTO TRAS LA PREPARACIÓN DE LAS OBJETOS [/color:0ba44be2ae]

El bosque había retrocedido desde aquel día en que Vru había perdido grandes cosas de valor. Pero lo que le había dado mas rabia era que esos machos de Calim le mintieran. Seguro que algunos de ellos había caído presa de esa terrible enfermedad. El día en que el bosque casi lo mata, pocos le ayudaron. Todos querían deshacerse de esas terribles zarzas espinosas. Ya quedaban pocas horas para la noche. De nuevo en la cueva cogió ese anillo y se lo colocó junto aquel que le hacía mas humano, aquel que mostraba mas razonamientos propios de una raza superior a la que normalmente se comportaba: “la de un orco”.

Había dormido un par de horas mas. Abrió los ojos y vio las cosas tendidas alrededor suya. Las cogió por segunda vez en el mismo día apunto de comenzar el siguiente y salió a la ventisca. La nieve caía lentamente haciendo montones sobre los salientes de la rocas. Aquel paisaje era inaudito. Nunca antes había visto nada igual por aquella zona. Paso tras paso llegaba lenta y firmemente al cruce.

Algo pasaba. La gente se arremolinaba junto a la señal. Estaban mirando algo, algo que Vru no vio, algo que tampoco vio al semiorco.

Eran muchos los que comenzaban a caminar hacia aquellos asustados machos; aquellos asustados y ridículos machos que huían despavoridos de aquellos seres fríos de la noche.

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[color=red:0ba44be2ae]//FOTO AL VER A LOS ELEMENTALES[/color:0ba44be2ae]

Esas bestias estaban ahorrando trabajo. Quería haberlo hecho él, pero que mas daba si el fin era el mismo. Los puños helados abatían aquellos lentos cuerpos que osaban quedarse parados ante la magnitud del poder elemental. La bestia herida se limitaba a mirar como cuerpo tras cuerpo caía sobre la fina capa de nieve sobre la arena. Aquella arena que ocultaba un gran secreto.

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[color=brown:0ba44be2ae]//FOTOS: ELEMENTALES MATANDO[/color:0ba44be2ae]

Aquellos seres de hielo estaban alejándose dejando varias personas entre él y el Bastión. Había que hacer algo. El semiorco se acercó a ellos lo suficiente para que estos le olieran o escucharan y comenzaron a seguirle, a seguirle ante esas personas que estaban escondidas. Aquellas que caerían al quedarse paradas sin saber que hacer. Pero esos fríos seres no paraban, pues aquella era su noche, la noche helada. Noche oscura en Calim, una noche cualquiera de los últimos días hasta ese momento. El semiorco se vio perseguido y les atrajo ante aquella ciudad, ciudad que le perseguiría por ese acto.

Muertos y más muertos. Elementales rondando aun por la blanca planicie desértica. Una vez más no era el momento adecuado. Seguramente aun quedaran muchas personas no dignas de vivir ya en este mundo. Sus pies le arrojaban hacia el descanso a la vez que su enorme tripa comenzaba a tocar la canción de cada día.

La noche siguiente que actuó estuvo despejada de enfermos, pero no así de algún que otro curioso. Una vez mas tendría que esperar. //no me alargo aquí que si no me matais por pesado//

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[color=red:0ba44be2ae]//FOTOS DE LA SEGUNDA NOCHE QUE LO INTENTABA[/color:0ba44be2ae][/i:0ba44be2ae]

davidsanesc

15/09/2006 20:26:05

[i:201641329a]El siseo del viento de las siguientes noches era más profundo llegando rápidamente a la mente de las personas a través del oído. Solo los encapuchados o protegidos con uno de esos metálicos cascos conseguía vagar tranquilo por aquel lugar.

Aun así, con este mal tiempo la gente no dejaba de caminar entre tierra y tierra, entre ciudad y ciudad, atravesando tanto de día como de noche la gran capa de nieve que se depositaba sobre la arena ya no caliente.

El semiorco volvió de a tierras Calishitas, venido desde Weldazh, lugar agradable en comparación a esa cueva ya helada del camino desértico. Hacha en mano caminaba haciendo una parada en ésta última para preparar de nuevo las cosas en su mochila.

Era muy tarde. Seguramente no iba a haber nadie. Se encaminó así pues tapándose con el casco sobre las vendas, pero esas heridas aun le molestaban. Habían pasado meses desde que esas zarzas invadieran su cuerpo y le soltaran por su furia, pero el daño su daño causado aun perduraba.

Atravesó un par de cuerpos trasgos antes de llegar ante el lugar en el que “ no había nada”. Dejó pasar un tiempo sin rugir ante tal decepción. Se guardaría sus enfados para mas tarde.

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[color=red:201641329a]//FOTO DE “NO HAY BOSQUE”!!![/color:201641329a]

Cogió el hacha pegándole a la roca mientras comenzaba a regresar hacia la cueva a buscar sus cosas para marcharse, pero antes sus deseos por saber si los enfermos se multiplicaban hacían girar lentamente sus pies de dirección. Caminó unos minutos hasta pasar el canal rocoso en el que el camino al Bastión se refugiaba, y allí los vio. No eran muchos, pero seguro que todos estaban enfermos a puntos de caer en el olvido.

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[color=brown:201641329a]//FOTO DE LOS ENFERMOS, o posibles enfermos[/color:201641329a]

Esa noche hubiera sido perfecta, pero no!!. Esas zarzas que avanzaron una vez estaban ahora desaparecidas. El semiorco se fue a quitar aquel anillo que le permetía pensar con firmeza y cuando lo rozó sobre su piel mestiza algo ocurrió. Aquella bestía inmunda recordó que el bosque crecía con las cosas que se le lanzaba.

- Ser idea sí.

El semiorco pues se dirigió cerca del cruce sin ser visto por nadie, pues los anillos habían recuperado su poder mágico de volverle invisible. Ni siquiera Willhelm se daría cuenta de que su compañero estaba haciendo tales cosas.

Lanzó un casco hacia una zona de arena no cubierta aun en nieve, y unas criaturas salieron unos metros tras él. Le habían oído caminar por sus territorios. Y estaban esperando a hacerle presa para torturarle, o quizás únicamente robarle.

- Ser malditos vosotros raros trasgos. Morir todos!! Vosotros ser viendo que Vru ser haciendo.

Los cuerpos caían a rodajas. El hacha los rozaba y los cortaba en dos haciendo sus sueños posibles en la realidad.

Al mirar hacia esa baja duna donde había tirado el casco vio que no estaba. ¿Se lo habían robado mientras no miraba? No, simplemente había desaparecido. Se acercó un poco mas manteniendo la distancia a aquel lugar tenebroso, en el que un día se vio envuelto. Miró justo en el lugar donde había caído y sí, había sido tragado bajo la superficie arenisca. Lanzó otro de nuevo y se quedó mirando a ver que ocurría.

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[color=red:201641329a]//FOTO DE LAS ZARZAS TRAGÁNDOSE EL CASCO[/color:201641329a]

Las zarzas salieron a la superficie mostrando todo su esplendor maligno. El casco fue engullido. ¿Por qué se escondían de nuevo aquellas ramas?. Vru no lo sabía. Lo que sí sabía era que esa cosa estaba allí, esperando crecer tras ser alimentado. Lanzó un par de cosas más creyendo que crecería y se mantendría, pero ... no bastaba. Tenía que volver a buscar algunas cosas mas. Tal vez bolsas repletas de pociones mágicas. Así repartiría la magia en todo el camino hacia el Bastión, así tal vez las plantas beberían algo dulce y se quedarían en vez de irse.

Entonces volvió a buscar esas cajas que tenía escondidas y llenas de pociones. Había centenares de pequeños frascos a repartir entre la arena. Pero la noche estaba cayendo de nuevo y la luz saliendo. Ese día, ese magnifico día, no era su día. [/i:201641329a]

davidsanesc

16/09/2006 18:08:13

[i:89e58f5cb5]Cogió la bolsa al atardecer; se la colocó tras la espalda. Un par de cuernos de aquellos cascos sobresalían por la parte superior. Los cinturones mágicos estaban entrelazados entre sí. Hacía muchísimo tiempo que no desenredaba sus cosas. En Vado solía preparar la mercancía por si algún aventurero se acercaba a comprársela a escondidas antes de iniciar un pequeño viaje. Pero de eso hacía ya muchísimo tiempo. El mercenario estaba contratado por un hombre, dedicando sus días el semiorco a entrenarse hasta hacía poco; hasta que su cuerpo se había visto fatigado en el cruce del desierto.

- (Ser día que ser fin para enfermos. Día a partir de hoy ya no tener que preocupar por machos poder cruzar y hacer heridas que deber curar en poco.)


El semiorco estaba seguro de que ese iba a ser su día. Hacía poco había visto a los enfermos unidos allí detrás, tras las enormes rocas, tras el gran paso.

Había gente, pero haría cualquier cosa para que esas personas desaparecieran de allí. Llevaba dinero, mucho dinero, y si les tenía que pagar para que se alejaran lo haría.

Una hembra estaba hablando con otras dos personas, una de las cuales era un recién conocido de hacía unas semanas para el semiorco. Estaban hablando de esclavos. ¿Eran esclavistas?. Lo que Vru escuchaba parecía interesarle. No había nada mejor que tener un esclavo para que le llevara su comida, para que le portara sus hachas, para que las limpiara, para que fuera recogiendo los restos valiosos de aquellos a los que mataba.

El macho al que el semiorco conocía susurraba unas palabras a su compañero alado.

- Estate atento. Mira lo que va a pasar.

La hembra quería atraer al semiorco la ciudad ofreciéndole un esclavo. Pero ese día no estaba Vru para ir en búsqueda de esclavos. Era su día y nadie se lo iba a entorpecer.

- Vosotros ir camino contrario Vru ir siendo. Pagar millón monedas de oro si vosotros uno mas uno mas uno ir por allí y no mirar atrás.

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[color=red:89e58f5cb5]//FOTO DEL PAGO[/color:89e58f5cb5]

Aquellas tres personas asentían queriendo cobrar ese dinero. Pero no se iban. La hembra intentaba atraerle todavía mas. ¿Qué quería? Eso él no lo sabía.

- Entretenedle.

Dijo la hembra en susurros a sus dos compañeros.

Vru comenzaba a ponerse nervioso. Ese anochecer se estaba haciendo largo. No daría tiempo a que aquellas personas llegasen a alguna ciudad pronto si no marchaban ya. Y Vru no quería que regresaran a Calim, pues le pillarían tramando algo, le cogerían con las manos “en las zarzas”.

- Deber ir. Vru haber pagado vosotros. Ir decir. Macho que buscar ratas otro día con Vru deber marchar.

No se iban. Algo estaba ocurriendo. Tal vez sabían que Vru era él, el semiorco buscado, del que se cobraría una recompensa. Pero nada, nada de esto estaba presente en sus planes. Él iba a ser cazado.

La hembra comenzó a conjurar tras él. Esas palabras las conocía. Esas malditas palabras, aquellas que usaban los malditos y sucios trasgos para dominar una mente mayor a la suya estaban siendo usadas otra vez hacia él. El casco que portaba sobre la cabeza impedía ese dominamiento. El semiorco giró la cara y allí detrás estaba ella, levantando las cejas con una incertidumbre aun sin saber si su conjuro había funcionado.

El semiorco cogió su hacha y se abalanzó sobre ella. No había surgido efecto.

- SER MALDITA HEMBRA!! TU MORIR!!!

Una maga más había osado enfrentarse a él. Esta vez iba directo hacia su cabeza. Pero la mujer logró evitar ese golpe sobre su frente, no así sobre brazo, el cual cargó el golpe algo inclinado.

Rápidamente volvió a conjurar haciendo que todo dependiera de ella. Un maga más había abatido su cuerpo.

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[color=brown:89e58f5cb5]//FOTO DEL TIEMPO[/color:89e58f5cb5]

Su cuerpo caído volvía a desangrarse, esta vez más rápidamente, haciendo que los borbotones de sangre salieran a la superficie de su armadura impregnándola de ese viscoso líquido rojo. La carne se separaba poco a poco de sus huesos en su interior debido a la magia usada por aquella persona. Ahora su cuerpo no podía moverse aunque resurgiera de nuevo a la vida. Vru estaba en coma a poco de la muerte. Su sangre había sido derramada.

El elemental le recogió del suelo llevándolo junto a la mercenaria a las puertas de Calim, allí sería entregado y en las celdas depositado tras haber dejado un río de sangre en cada uno de los distritos por el rozamiento de su cuerpo contra los baldosines. La ciudad Calishita volvía de nuevo a presentar un nuevo baño de sangre.

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[color=red:89e58f5cb5]//FOTO. LA LLAMADA DE LA MUERTE[/color:89e58f5cb5][/i:89e58f5cb5]

davidsanesc

16/09/2006 20:15:16

[i:c48772d2fe]El semiorco llevaba ya un par de días tirado en el suelo a punto de morir. Al parecer no había dado simbolos de vida durante todo este tiempo.
Ni siquiera habían venido a identificarle como presunto autor de la traída a Calim de aquellos elementales. [/i:c48772d2fe]

davidsanesc

18/09/2006 06:54:29

[i:c73baf49f8]Un par de moscas rondaban las celdas del palacio de la ciudad de Calim. Al parecer el cuerpo ya había comenzado a descomponerse atrayendo a esos diminutos seres, capaces de trasmitir enfermedades allá donde iban.

Al día siguiente las dos moscas hacían lo propio de un ser, reproducirse. Una gran cantidad de huevos se colocaba sobre las heridas abiertas del semiorco. En pocos días esos se abrirían dejando paso a unas nuevas vidas.

La plaga de gusanos sobre Vru le rodeaba. El cuerpo olía ya a rata muerta de hacía unos días. Los guardias estarían a punto de caer y recordarían aquel cuerpo tendido en una esquina de lá última celda del pasillo.[/i:c73baf49f8]

davidsanesc

21/09/2006 19:55:28

[i:15ce83e28e]Los guardias se acercaron para ver que demonios olía tan mal. El semiorco estaba tendido en una esquina, en las sombras. La apenas luz de la ciudad que pasaba por los barrotes de la ventana no dejaba ver aquel cuerpo pútrido.

Aquelllas personas maldecían a aquel de los suyos que se le ocurrió dejar aquel cuerpo en ese lugar.

Tras revisar sus objetos sacaron una nota algo arrugada metida en una bolsa junto a la comida.

La nota era una inscripción que decía:

"Se entrega esta nota de inscripción al semiorco llamado Vru otorgada como comprobante de su pago ante el evento del maestro Kauler. El número convenido para tal es el [color=red:15ce83e28e][size=18:15ce83e28e]9[/size:15ce83e28e][/color:15ce83e28e]. "

Saludos,

"Consejero de inscripción de Aguas Profundas"[/i:15ce83e28e]

davidsanesc

21/09/2006 20:22:50

[i:28e95e1044]Así pues se verificaba la muerte del semiorco llamado Vru.

Aquel que llegó a Calim en barco, aquel que fue encerrado al ser visto allí.

Aquel que tras ser encerrado hizo amigos, aquellos amigos que reían y se reían de él y sus comentario.

- Mi ser Vru, mi ser el todonte mas fuerte. Vru ser mas todonte.

Aquel que compartiría grandes momentos de batalla junto a los semidragones, junto a "algunos" magos, junto a algunas mujeres, aquellas mujeres que le despreciaban.

Aquel que ganó una apuesta, aquel que sacó su furia al no ver pagada su recompensa.

Aquel que sacó a esa mujer a hombros del Bastión ante la multitud.

Aquel que fue abatido tras pasar aquellas puertas.

Aquel que fue sanado por los amigos, por el pasado compartido.

Aquel que levantó su hacha bien alto mostrando sus dotes, aquel que la estampó contra aquel que le derribó en las puertas del Bastión.

Aquel que fue abatido, quemado mediante la magia de un arcano.

Aquel que fue insultado y maldecido por aquella hembra no pagadora de sus deberes, aquella que se convirtió en guardia del Refugio.

Aquel que pasó años entre celdas, con sus largas barbas, con sus oscuros pensamientos tras haberse cruzado a aquel hombre de negro.

Aquel que pensaba en matar a los que le habían encerrado.

Aquel que fue sacado por el macho de azul, por Nebrax.

Aquel que poseería un geas en su ser, geas que no le permitiría hacer nada malo a los suyos antiguos.

Aquel que recorrió los viejos caminos del desierto otra vez.

Aquel que se cruzaría con uno igual que él, aquel que le regalaría un anillo para que se pareciera mas a un hombre que a un orco.

Aquel que rugía por doquier al ser enfadado en lo profundo de su ser.

Aquel abatido otra vez por una caprichosa maga al oír aquel estruendo de grito magnifico.

Aquel que sería enviado al plano de Malkuth y regresaría medio sano al bosque de Mir, entre la fría nieve. En aquellos días en que los dragones bajaron del cielo.

Aquel que se adentró a ayudar a un hombre tras ser mentido por otro y ver que no había oro que coger.

Aquel que sufriría en su carne aquellos roces demoledores, por zarzas mágicas.

Aquel que no permitiría enfermarse, que no dejaría que ningún enfermo tocase sus heridas nunca, aquellas que no se cerraban.

Aquel que llevaría a los elementales de nieve a Calimport, antigua ciudad donde no le acogieron bien.

Aquel que sería perseguido y cazado.

Aquel que muchos recordarían.

Aquel que algunos echarían en falta en el torneo y " en sus vidas"[/i:28e95e1044]

//post final del pj.




davidsanesc

07/11/2006 01:03:21

http://www.nwn2-esp.com/relatos/relatos-de-vru/

y esto para que no se pierda en el olvido. Además así podeis ver a vuestros personajes en las historias. Iba a decir que mucha gente lo leerá, pero creo que mas bien se asustarán.

(creo que son mejores los relatos de Aioleth)