Elenthyl

29/06/2006 00:50:38

Acto primero: Elenyok Quart

Primera parte; hace 200 años...

[i:ec99d865fa] El anfiteatro estaba a rebosar. Un fino y persistente manto de lluvia cubria la milenaria ciudad, como pretendiendo sin exito competir con el alborozo de sus calles. Pero nada empañaria aquel dia, el dia de la gran victoria frente a los Batiri. Aquella noche se recordaria mucho, mucho tiempo.

El elfo salvaje se desplazaba rapidamente, arrastrado por el gentio hacia la magnifica construccion de piedra que se alzaba desafiando a la jungla. El calor era sofocante, la humedad altisima, pero nadie lo percibia. Miles de Tabaxi vistiendo sus carasteristicas tunicas de colores, llamadas Tobes, inundaban las estrechas callejuelas de la capital, marchando alegres hacia el anfiteatro que, segun cuentan sus leyendas, su dios en persona edifico en aquel magico lugar hace ya casi 4000 años. Rios de antorchas desafiaban las pequeñas gotas de lluvia, que se evaporaban casi antes de llegar a la masa, tal era el numero de fuegos y personas alli reunidos. Los tambores retumbaban por doquier, emitiendo un latido ensordecedor que se expandia desde el lugar de celebracion hasta las profundidades de la selva. Las calles de arena cuyo piso estaba cubierto por un entramado vegetal estaban completamente secas. Como en un volcan pero al reves, el fuego se dirigia hacia aquel inmenso crater festoneado de esculturas de monstruos a tamaño natural, desde los cuatro puntos cardinales, recorriendo el intrincado laberinto circular que definia aquella gran Ciudad de Mezro. El laberinto de la vida.

Habia tenido un lugar destacado en los acontecimientos, y por ello disfrutaria de un lugar de honor en el palco. Sin embargo no se le permitia participar de los combates de la victoria, la lucha ritual de agradecimiento a Ubtao. Solo los mejores y mas puros guerreros Tabaxi tendrian la posibilidad de enfrentarse a aquel monstruo sagrado, una masa de escamas, garras y huesos que parecia concebida en los albores de los tiempos. Armados con aquellas magnificas porras que llamaban Kerrie, de durisima madera, y semidesnudos a causa de las altisimas temperaturas, se enfrentarian a la temida y respetada bestia. Pinturas rituales protegian sus cuerpos y les dotaban del poder de la jungla. Los mas afortunados se reunirian con Ubtao aquella misma noche, dando caza ante el foso abarrotado a su avatar.Un ser fantastico pero real, como el bien sabia, que algunos aventureros daban en llamar "dinosaurio".

El viejo hechicero habia tomado parte casi de casualidad en aquel feroz enfrentamiento entre hombres y trasgos. Nomada al igual que el resto de su gente, coincidio en el lugar y el tiempo con aquellas grandes gestas, identificando en ellas su destino. Y el destino habia sido generoso, permitiendo que tanto el como su hijo sobrevivieran a aquellos hechos que parecian sacados de la noche de los tiempos. El destino, si, y tambien su innata capacidad de supervivencia. El anfiteatro, la bestia verde, los guerreros ataviados con minimas armaduras y numerosas colas de hombres gato, plumas y pelajes... Todo parecia tan viejo como el propio mundo. Fue entonces cuando sintio que su viaje habia llegado al fin. Aquel seria su hogar.



Unas semanas despues se le hizo entrega de su propia casa, una construccion baja, limpia y muy sencilla de adobe blanco y teja, situada en una de las calles principales del distrio residencial junto a la via Norte. El propio Rey habia insistido en que se quedara con ellos despues de la gran victoria, que motivo la caida de la barrera magica que aislaba a la ciudad del mundo conocido. Tal habia sido la victoria que la defensa ya no se consideraba necesaria, y Mezro se habia abierto al mundo. Por primera vez el elfo salvaje tenia una casa propia, y dentro de unas semanas comenzaria a enseñar sus artes de imbuicion en la Escuela de Magia de la capital, entrenando a los jovenes reclutas que se convertirian en Cazadores de Magos. Magos nomadas, como el, afeitados completamente, que recorrian las aldeas prestando sus servicios a los Tabaxi desde que alguien podia recordarlo.

Nada mas comenzar su nueva vida su joven hijo partio, fiel al espiritu nomada de su raza. Elenthuil aun no habia vivido suficiente como para poder permitirse estar anclado a un lugar, y eso su padre lo sabia bien. Se habia lanzado a recorrer Khult llevado por las ansias de su juventud, pero no olvidaba visitar de vez en cuando a su padre en la capital de los Tabaxi. De el habia heredado sus grandes dotes de supervivencia, de el habia aprendido todo y por eso a Elenyok no le preocupaban en demasia sus continuos viajes. Sin embargo habia algo que no compartian. El padre tenia una aptitud innata para la magia, y se habia convertido en el hechicero de su tribu desde que era bien joven. El vastago en cambio no mostraba estas dotes, pero comprendia a la perfeccion los secretos de la naturaleza que le rodeaba, convirtiendose en un consumado cazador.

Pronto la familia Quart fue bien conocida en los dominios Tabaxi. Contrariamente a lo que se esperaria, aquellos humanos habian aceptado en su sociedad a los elfos salvajes.Elenyok era un afamado hechicero que sorprendia a todos con sus dotes de imbuicion en la Escuela, mientras que el joven Elenthuil recorria las selvas auxiliando a los pobladores de las pequeñas aldeas diseminadas por toda la jungla. Lo cierto es que ambos se encontraban muy a gusto alli donde el viento les habia dirigido. De una manera u otra, aquel ya era su hogar.[/i:ec99d865fa]


Segunda parte; dos meses atras...

[i:ec99d865fa] El artesano recorria con aire distraido los muelles de Aguas Profundas, observando el ir y venir de barcos, personajes y mercancias de diversa indole. Pensativo, se preguntaba donde estaria aquel intrepido elfo que acababa con sus existencias de flechas cada vez que se encontraban. Anochecia en aquella gran ciudad, y Raman se apresuraba en llegar a la Posada del puerto antes de que la fresca brisa se convirtiera en una molestia. Habia alcanzado la puerta cuando de improviso...

La puerta de la posada se abre de repente, obligando a Raman a una rapida maniobra de evasion.[/i:ec99d865fa]

- Que... ¡Vaya, Elenthyl! -se sorprende Raman- Hacia tiempo que no te veia, y en este preciso momento estaba pensando en ti, amigo.

Igualmente sorprendido, el elfo salvaje se endereza tras el bote inconsciente que ha pegado para no golpear aquello que le obstruia el paso.

-¡Te saludo, Raman! -Elenthyl esgrime una sonrisa que ilumina su cara marcada por las cicatrices- Precisamente en estos instantes iba en tu busqueda... Curiosa coincidencia, ¿no crees?. Veras, mi equipo ha sufrido grandes desperfectos mientras exploraba el Norte.

(Ver "Las armas malditas", seccion de rol)
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Los dos amigos deciden internarse en la Posada y celebrar su casual encuentro con alguna de bebida, mientras los camareros comienzan a encender la iluminacion interior. La noche cae sobre Aguas Profundas mientras Elenthyl le relata el trabajo que esta realizando para una profesora de la escuela de magia de la ciudad, una tal Aioleth, y ambos se enfrascan en una animada conversacion. Como Elenthyl esperaba, Raman le ofrece todo lo necesario para reponer el modesto equipo del explorador. La conversacion continua hasta medianoche, pues en ese momento Raman recuerda algo... una porra que lleva escondida desde hace semanas en el fondo de sus pertenencias.[/i:ec99d865fa]

-Por cierto, Elen, creo que tengo algo mas que podria interesarte -Raman escudriña con la mirada a su amigo- ya se que no usas armas cuerpo a cuerpo, pero esta es... especial.

Pausadamente, entre trago y trago, Raman relata la forma en que aquel extraño objeto llego a su poder. Durante uno de sus paseos por los el otro lado de los muros, encontro a un singular personaje que se batia en inferioridad de condiciones ante un nutrido grupo de monstruos humanoides. Un elfo vestido con harapos, "asilvestrado" o "salvaje" segun el narrador, estaba en dificultades, y acudio presto en su ayuda despachando a sus enemigos con facilidad. Cuando procedia a interesarse por el estado del elfo, este ya se alejaba a toda prisa del lugar. Sin embargo, habia perdido algo, una porra de madera que parecia ser gran calidad. Intrigado por el hallazgo, Raman obtuvo su nombre en un viejo tratado de armas: se trataba de El Alma Furiosa. Durante las semanas siguientes tuvo numerosos compradores que se interesaron por el exotico objeto, sin embargo el comerciante no se decidio a venderla en ninguna ocasion a pesar del altisimo precio que al parecer iba a alcanzar, cosa realmente extraña. La Posada empezaba a llenarse de gente cuando Raman saco el objeto en cuestion y se lo paso a un poco interesado Elenthyl, que la tomo para examinarla.

Las ventanas de la Posada se abrieron y una subita brisa recorrio el interior de la edificacion, apagando todas las velas que no se hallaban protegidas. Al contacto con Elenthyl, la porra comenzo a emitir un suave brillo azulado, que el elfo se apresuro a cubrir empleando su recien adquirida capa de viaje, aun sobre la mesa. Raman parecia sorprendido, pero el elfo salvaje se hallaba en un estado de completa estupefaccion. Afortunadamente nadie se habia percatado del extraño brillo. Los camareros cerraban las ventanas y volvian a encender las velas, mientras un grupo de bromistas consideraban la opcion de que hubiera sido uno de ellos, y sus gases, los causantes del pequeño alboroto.

-Te aseguro que eso no ocurrio en ninguna otra ocasion, amigo, ni en mi mano ni en las de mis clientes -Raman sonreia divertido-. Parece que esta porra se alegre de verte...

-¿Es posible? -se preguntaba un atonito Elenthyl- Pero, que... no entiendo nada.

Los dos amigos se miraban fijamente, cuando una subita idea asalto a ambos al mismo tiempo. ¿Seria aquella una de esas fantasticas armas con nombre, incluso con alma, que llenaban libros de viejas leyendas? ¿Una de aquellas capaces de elegir a su dueño, de aquellas con personalidad? Elenthyl salio de su ensimismamiento y comenzo a bombardear a Raman con preguntas sobre ella, pero el artesano apenas conocia su nombre, y quiza su procedencia.



continuara.... Acto Segundo: Shymthyl Hadast



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Es posible que sea un poco largo de leer, lo se, pero creo que la historia puede merecer la pena. Acepto cualquier comentario y sugerencia, y me gustaria que algun DM se apiadase de mi ya que puede ser un buen comienzo para la quest personal de mi pj. Pensaba en relatar la historia de Elenthyl en paralelo a la historia del arma. Que os parece? Un saludo!

Elenthyl Quart-Hadast, elfo salvaje, iniciado de Weldazh, natural de Khult.

maethorgaraf

21/08/2006 21:16:16

Muy currao tio. A ver si me engancho