Zardock

20/08/2006 22:56:33

Todo empieza en las profundidades de la fría Infraoscuridad, en Menzoberrazan. La llegada de un joven drow que quería ingresar en la casa Oblodra, osado él le pregunto a la matrona de la casa y le contesto que no era digno para la casa. Por el cual decidió inscribirse en la academia de magia, pasando una dura prueba para que le admitieran en ella, luego al tener mas experiencia en el arte de la hechicería volvió hablar con la matrona, que solo le admitiría si le traía una cabeza de un cabecilla Kobolt y así lo hizo. Volviendo empapado de la sangre de sus enemigos y con la cabeza del buscado Kobolt le admitió en su casa. Estudioso él, examinando la biblioteca de la academia, tubo la curiosidad de salir a la superficie, pero no fue tarea fácil cruzar estos túneles plagados de criaturas cual más poderosas que la anterior. Pero al final vio el inmenso mundo, pero esa maldita bola de fuego de arriba le dejo ciego, pues volviendo de vuelta a la infraoscuridad recobro la vista. Pero no ceso en su intento de salir a investigar, ya que descubrió que cada vez le costaba menos mantener la vista. En sus viajes a la superficie noto un gran dolo intermitente en la espalda, no entendía que era. Pensó que era una herida que no cicatrizaba bien y lo dejo pasar. Conociendo a diversos personajes de la casa Oblodra, conoció a una sacerdotisa drow muy poderosa, aspirante a matriarca. Fue compasivo con él, cosa muy rara. También se hizo muy amigo de una gran asesina al servicio de la casa Oblodra, que por las informaciones que escuchaba logro entender que había una secta de renegados que se hacían llamar lo adoradores de Elsitraee, unos fanáticos que solo pensaban en destruir la casa Oblodra. Pasados unos días el dolor de la espalda se me hicieron intento, tanto que me caí al suelo y cerré los ojos. Al abrir los, no me lo podía creer, ¡unas alas!. Fue algo digno de honor, creí que a mí nunca me pasaría. Pero hay algo en lo que practicaba que despertó a mi sangre pasada de dragón. Fui discriminado por unos y temido por otros tantos.