kamikaze_77

04/12/2006 15:35:23

Todo comenzó hace 200 años en las Montañas del Ocaso. Corrían tiempos difíciles y en el interior de las montañas los diferentes clanes enanos rivalizaban entre si. Lo unico que les unia era mantener a los asquerosos gigantes a raya, ya que éstos cada invierno realizaban incursiones en las tierras enanas con el único afán de destruir la vida y saquear las tierras.

Pasaban los años y los distintos clanes continuaban sus rivalidades por la posesión de minas, cuevas, minerales... Incluso habían fuertes enfrentamientos por la codicia de los jefes, que en vez de unir sus clanes los distanciaban más por su avaricia.

Tras continuos enfrentamientos entre enanos, empezaron las conspiraciones en los clanes... los enanos estaban artos de combatir entre ellos, estaban artos de ver morir a su camaradas. Los enanos sabían que esta rivalidad entre ellos les hacia débiles, no podían mantener sus fronteras, a la vez que combatir entre ellos por una simple mina o por un trozo de mineral.

A escondidas los mejores guerreros de los distintas tribus se vieron obligados a reaccionar, creando en principio una pequeña asociación secreta conocida como ''Los Forjadores''...este pequeño grupo pasaría a convertirse en el clan mas poderoso y principal de estas montañas derrocando a los lideres codiciosos y convirtiendo el resto de clanes en clanes menores. Este grupo de guerreros mantenía el orden en las montañas a las espaldas se sus respectivos jefes. Se encargaban de vigilar la frontera mientras los clanes discutían por una región o por una estúpida cueva, asegurando así las fronteras, protegiendo los caminos e intentando traer la paz.

Con el paso del tiempo este pequeño grupo fue recibiendo mas apoyo de nuevos camaradas que veían mas correcto unirse y combatir juntos que pelear entre ellos. De esta forma se creó el clan al que llamaron Arhum Karak. Este clan fue cogiendo peso entre los otros clanes hasta convertirse en el mas poderoso de las montañas. Con el transcurso de los años, se fueron asentando y fueron derrocando uno a uno a los distintos jefes tiranos, enanos que no merecían la vida, enanos que esclavizaban a sus semejantes obligándoles a trabajar solo por tener mas riquezas.

Este clan fundado para restablecer el orden gracias a los mas bravos guerreros, instauró una nueva forma de gobernar por así decirlo, toda decisión era decidida por el consejo, no había ningún jefe, todos eran jefes de todos, creando así pues un grupo, una compañía en la que la única ley era: ayudarse entre todos. Además, se decidió instaurar en el clan el culto a Clenggedin, deidad que marcó los principios por los que se regirían sus miembros (aunque no por ello se restringia el culto a otras deidades).

Los años siguientes fueron un periodo de prosperidad para los enanos, todos trabajaban sus tierras, cuidaban los unos de los otros... Pero una mañana en el mes de invierno.. la corneta de aviso en la ciudad enana excavada en la dura roca de la montaña sonó con fuerza. No había tiempo que perder, los guerreros cogieron sus armas y formaron un muro enano frente a las puertas de la ciudad enana.

Los fuertes y temerarios enanos permanecían quietos a la espera de la señal de ataque que la daría el enano mas veterano: Gildor Baltenfaar, tatarabuelo de Goilgnar, quien fue uno de los fundadores del clan y el enano con mas liderazgo en el ejército. A lo lejos se empezaron a oír los pasos fuertes de los gigantes y tras varios minutos, unas grandes siluetas se distinguieron en el horizonte. Gildor ordenó mantener las líneas, sabia que si los enanos se mantenían juntos podrían vencer la batalla, de lo contrario, si se rompiesen las líneas, se verían obligados a retroceder a la ciudad, lo cual sería una catástrofe.

Los gigantes apretaron la marcha, a cada paso que daban temblaba más el suelo. Cuando estaban a una distancia de 50 metros Gildor ordenó lanzar una descarga de sus ballesteros, lo cual no mermó las filas de los gigantes, pues su piel dura como una armadura impedía que penetrasen los virotes. Al ver lo poco efectivas que resultaron las flechas, ordenó que el flanco derecho se moviese y cerrara a los gigantes atacándolos por la retaguardia, encerrándolos en una bolsa en la cual podrían hostigarles a su antojo. El plan de Gildor funcionó, y tras media hora de duro y sangriento combate destruyeron a los gigantes, saliendo Gildor y el resto de enanos vitoreados por sus camaradas de armas.

Más adelante, según el clan ganaba influencia en su tierra, el consejo decidió enviar grupos de enanos a otras tierras para crear acuerdos comerciales y demás tratos con otras gentes.

Así es como llegó en pequeño grupo de enanos a la árida tierra de Calim...